Debate: Los engreídos que no contentan a los trabajadores

"Los engreídos: Mi contraprograma en favor del civismo y de la cohesión social"  es una obra de Sahra Wagenknecht, una polémica política y economista alemana nacida en 1969. Con una licenciatura en Literatura y un doctorado en Ciencias Económicas, Wagenknecht ha sido miembro del Parlamento Europeo y del Bundestag por el partido Die Linke (la izquierda)

En enero de 2024, fundó el controvertible partido Alianza Sahra Wagenknecht – Por la Razón y la Justicia, BSWInaceptable que en temas de inmigración se ponga al lado de los fascistas que dividen a la clase obrera alemana.

En este libro, Wagenknecht analiza cómo muchos trabajadores y personas con bajos salarios se han distanciado de la política debido al desencanto, mientras que otros optan por apoyar a la extrema derecha por frustración y falta de alternativas. Argumenta que este fenómeno se debe, en gran medida, al fracaso de los liberales de izquierda para ofrecer programas atractivos a quienes se sienten abandonados por las políticas de las últimas décadas. Sahra Wagenknecht propone un programa que conecte con los intereses sociales y valores de estas personas, enfatizando que los valores comunitarios tradicionales son fundamentales para promover una mayor igualdad social y corregir las deficiencias del mercado.

La obra ha sido traducida al español y está disponible en formato digital y físico. (amazon.es). Su resumen señala lo siguiente: Muchos obreros y personas de bajos salarios se han alejado de la política porque están desencantados, otros votan a la extrema derecha por rabia y por falta de alternativas. La causa más importante del avance de la extrema derecha es, por tanto, el fracaso de los liberales de izquierda a la hora de ofrecer un programa atractivo a todas aquellas personas que se han visto abandonadas por las políticas de las últimas décadas o cuyas vidas, como mínimo, se han hecho más difíciles y peores.

Es necesario un programa que conecte con sus intereses sociales, pero también con sus valores, ya que ambas cosas van unidas. Los valores comunitarios tradicionales no son retrógrados ni están anticuados, sino que son la base indispensable de una política orientada hacia una mayor igualdad social y una corrección de los resultados del mercado. A diferencia de los valores del liberalismo de izquierdas, que son más adecuados para una reinterpretación progresista del capitalismo globalizado, los valores comunitarios son realmente adecuados como directriz para una alternativa progresista a una sociedad de mercado que campa a sus anchas.

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