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Viento del norte: dando voz al alma gallega en la posguerra

Hoy recorreremos una historia de amor imposible entre muros de piedra y viento. Un amor marcado por el viento, la tierra y la mirada ajena: Marcela y Álvaro, atrapados en su tiempo.  Un amor que, cuando ella lo descubre y reconoce, ya es tarde. Hablamos de Viento del norte de Elena Quiroga

La protagonista, Marcela, es una joven criada abandonada desde bebé y criada por Ermitas en el pazo. El dueño del pazo, Álvaro de Castro, un hidalgo culto y mayor, se enamora de ella y acepta casarse pese a la gran diferencia social, la oposición de su familia y el rumor popular. La comunión entre ambos se ve bloqueada por la desconfianza, la envidia de los criados y la presión social. Marcela es internada en un convento previamente a la boda y, aunque la pareja tiene un hijo, el vínculo no fluye.

Un accidente deja a Álvaro paralítico y marcado por la culpa. Finalmente él muere, y sólo en ese momento Marcela comprende lo profundo de su amorLa novela Viento del norte destaca por su profunda atmósfera gallega, el uso de modismos y gallego popular en el castellano, y por explorar temas como el deseo, la incomunicación, el silencio y el peso del entorno rural en la identidad de los personajes.

La autora, Elena Quiroga (1921–1995), nació en Santander, en 1921. Pasó parte de su infancia en Valdeorras (Galicia). Falleció en A Coruña en 1995. En 1950 ganó el Premio Nadal con esta obra, lo que la colocó como segunda mujer en acceder a la Real Academia Española.

Fue una de las figuras más destacadas de la narrativa de posguerra en España, junto a Carmen Laforet o Ana María MatuteSu estilo se caracteriza por una prosa lírica, rica en modismos gallegos y metáforas ligadas al paisaje, la tradición rural y las tensiones sociales. Otros títulos notables de su obra incluyen Soledad sonora, La sangre, Tristura y Presente profundo.

Celanova y Ourense, el misterio de las Zonas Azules en España


En general, España va camino de desbancar a Japón como el país más longevo del mundo en 2040. Según un estudio de la Universidad de Washington publicado en The Lancet en 2018, para 2040, la proyecciones sitúan la esperanza de vida de los españoles en 85,8 años. Por otra parte, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) proyecta a España como el país más envejecido del mundo para el año 2050, con un 40% de la población por encima de los 65 años.

Como capital de provincia destaca de Ourense: sus centenarios son los más longevos del mundo De cada 100.000 habitantes, 75 son centenarios. Más aún, en la comarca de Tierra de Celanova, 252 por cada 100.000. Si bien es cierto que preferimos la longevidad medida como esperanza de vida, a cualquier edad desde el nacimiento, estos porcentajes de personas centenarias también pueden indicar lugares tipo  “zonas azules” –o áreas con habitantes de edad avanzada.

Respecto a los notables registros de la famosa isla japonesa de Okinawa, donde de cada 100.000 habitantes, 68 superan el siglo de vida, el municipio Ourense roza la cifra y queda muy superada por la comarca Tierra de Celanova (con bajísima presencia de infancia y juventud). 

Al hacer una comparación entre estos milagrosos destinos (Okinawa, Nicoya, Icaria, Loma Linda o Cerdeña), en todos ellos se encuentran los mismos paralelismos: tranquilidad, vida activa y armonía con el entorno, muy rural en el caso de Celanova

Sin industria, ni contaminación, los vecinos de Ourense viven tranquilos gracias al campo y al ganado. "Se trata de poblaciones rurales, relativamente pobres, donde no existe obesidad. También suelen ser individuos que viven vidas sencillas, con menos estrés que la mayoría", asegura David Reher, catedrático de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Complutense. Son poblaciones tan ligadas estrechamente con el mundo rural que estas personas se sientan útiles hasta el final de sus vidas, algo que no ocurre en las ciudades, donde los ancianos pasan a jugar un papel más pasivo, y nada productivo. 

Los expertos inclinan la balanza de las causas en estos grupos concretos hacia una alimentación muy sana, basada en productos de la tierra, donde abundan las frutas y las verduras, pocas calorías y muchos nutrientes. En este sentido, en aquellas zonas donde destacan los centenarios también llaman la atención sus bajas tasas de enfermedades como arterioesclerosis, cáncer, Alzheimer, etc. 

Aunque los estudios sobre Ourense aún son escasos y todavía no tiene la denominación de Zona Azul, se encuentra en el punto de mira de los científicos que buscan averiguar cómo llegar al final de nuestro camino de manera tan saludable. 
Para estudiar todas las causas, un grupo de profesionales de la salud (profesionales, médicos, farmacéuticos, nutricionistas, etc.) se decidió a crear una mezcla entre asociación y laboratorio de la longevidad llamada OurensiVIDAd. Entre sus fines, ver en la inscripción abierta a nuevos miembros, se encuentran potenciar la divulgación del valor nutritivo y las propiedades saludables de los productos alimentarios y los hábitos saludables de la provincia de Ourense, como alimentación sostenible dentro de la dieta atlántica, hábitos de vida saludable, termalismo y conductas medioambientales ligadas a la longevidad basada en la evidencia. 

Con proyectos como GetxoLong aspiramos a crear municipios vivos, de presente y de futuro, con alta esperanza de vida para quienes nazcan y vivan en Getxo (Bizkaia), buscando mejorar la natalidad, atrayendo y reteniendo a la juventud para que asienten sus familias, así como siendo un destino inmejorable de las personas mayores. Podemos aprender mucho de Ourense como un modelo 1.0 de longevidad, pero otros referentes 2.0 como Singapur deben guiar nuestro camino.