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Neo, el robot que quiere entrar en casas, fábricas y aulas

La llegada de Neo, el humanoide doméstico desarrollado por la startup 1X Technologies, abre un debate que combina entusiasmo tecnológico, marketing ambicioso y responsabilidades éticas. Presentado en octubre de 2025 como un asistente capaz de hacerse cargo de tareas domésticas —desde entregar objetos hasta “aprender” rutinas del hogar— Neo ya está en fase de preventa y promete llegar al mercado en 2026. Pero la realidad técnica y las condiciones comerciales merecen un análisis sosegado. 

¿Quiénes lo promueven?  Detrás de Neo está 1X Technologies, con sede en Noruega y presencia en San Francisco, con liderazgos públicos como el CEO Bernt Børnich y un ecosistema inversor que incluye vínculos a capitales del mundo de la IA. La campaña de lanzamiento ha sido contundente: vídeo-keynotes, demostraciones mediáticas y una narrativa centrada en “recuperar tiempo” para las personas liberándolas de tareas rutinarias. Esa narrativa ha funcionado: la prensa tecnológica y generalista lo ha difundido masivamente, creando la expectativa pública de un robot doméstico “listo para el hogar”. 

La compañía, fundada originalmente como Halodi Robotics, ha pivotado estratégicamente hacia el desarrollo de robots humanoides diseñados específicamente para entornos humanos. Su filosofía se fundamenta en una premisa simple pero poderosa: si nuestro mundo está construido por y para humanos, los robots que mejor se integrarán serán aquellos que compartan nuestra forma.

Presencia mediática y críticas tempranas.  Medios internacionales han recogido tanto la fascinación como la cautela. Si bien Neo aparece elegante y humanoide en fotografías y clips, reportajes de contraste señalan que muchas de sus acciones aun dependen de teleoperación o “modo experto” —es decir, intervención humana remota para enseñar o tomar el control— y que su autonomía real todavía está en desarrollo. Además, el precio anunciado (alrededor de 20.000 USD y opciones de suscripción) coloca a Neo fuera del alcance de la mayoría, lo que reconfigura su impacto social a corto plazo. 

Neo se distingue por su diseño biomimético y su enfoque en la seguridad. A diferencia de otros humanoides que priorizan la velocidad o la fuerza bruta, Neo está concebido como un asistente seguro para espacios compartidos con humanos. Su estructura incluye actuadores de diseño propio que permiten movimientos fluidos y naturales, alejándose de la rigidez mecánica que caracteriza a generaciones anteriores de robots.

Con aproximadamente 1.65 metros de altura y un peso cercano a los 30 kilogramos, Neo presenta proporciones que facilitan su movilidad en espacios domésticos y laborales estándar. Sus manos, dotadas de múltiples grados de libertad, pueden manipular objetos cotidianos con una destreza sorprendente, desde abrir puertas hasta organizar estanterías.

Quizás lo más revolucionario sea su sistema de locomoción bípeda. Neo camina con una estabilidad notable, adaptándose a diferentes superficies y obstáculos de manera autónoma. Esta capacidad, resultado de años de investigación en dinámica y control, representa un salto cualitativo en robótica móvil.

En el ámbito laboral, 1X Technologies propone a Neo como solución para tareas repetitivas en almacenes, manufactura ligera y logística. La automatización de estas funciones no sólo promete eficiencia, sino también la liberación de trabajadores humanos para actividades que requieran creatividad, empatía y pensamiento crítico. El sector asistencial emerge como otro campo prometedor. Neo podría apoyar en tareas básicas de cuidado, desde recordatorios de medicación hasta asistencia en movilidad, especialmente relevante en sociedades con poblaciones envejecidas.

Riesgos y preguntas abiertas.  Neo plantea preguntas que la educación debe abordar: ¿quién entrena a los robots y con qué datos? ¿qué empleo y qué cuidado social sustituye o complementa un asistente robótico? ¿cómo evitar que la brecha digital aumente con dispositivos de alto coste? La transparencia del fabricante y la regulación (certificados de seguridad, auditorías de privacidad) serán determinantes. 

Conclusión.  Neo es, hoy, tanto una promesa como un laboratorio social. Más útil que aceptar o rechazar el dispositivo por impulso es diseñar políticas públicas, proyectos educativos y marcos éticos que permitan experimentar con prudencia: aprovechar su potencial pedagógico mientras se protege la privacidad, la equidad y el sentido humano del cuidado.

Neo representa más que un logro técnico; simboliza una transición hacia una era donde la robótica sale de las fábricas para integrarse en nuestro tejido social. Su desarrollo nos invita a reimaginar nuestras instituciones educativas, espacios laborales y hogares. El verdadero éxito de Neo no se medirá en capacidades técnicas, sino en su capacidad para mejorar genuinamente la calidad de vida humana mientras preservamos los valores que nos definen.

Czesława Kwoka, la niña de Auschwitz que nos enseña historia

Czesława KwokaEl rostro inocente que nos interpela desde Auschwitz. Algo sumamente necesario en un tiempo donde los ignorantes (que no saben) y los estúpidos (que no quieren saber), nos recuerdan lo que el nazismo y el fascismo hicieron y pueden volver a hacer. Y ahora mismo, con toda la información a nuestro alcance, estamos asistiendo al genocidio de Gaza, con decenas de niños y adultos muriendo inmisericordemente. 

Entre los millones de víctimas del Holocausto, pocas imágenes resultan tan conmovedoras como la de Czesława Kwoka, una niña polaca de apenas catorce años cuyo retrato fue tomado en el campo de concentración de Auschwitz-Birkenau poco antes de morir. Su historia se ha convertido en un símbolo universal de la inocencia destruida por la violencia y una poderosa llamada a la paz y la memoria.

Una infancia interrumpida

Czesława Kwoka nació el 15 de agosto de 1928 en la localidad de Wólka Złojecka, en el sureste de Polonia. Vivía con su madre, Katarzyna Kwoka, cuando en 1942 ambas fueron deportadas al campo de Auschwitz. Su “delito” fue haber pertenecido a una familia católica polaca expulsada de su hogar para dejar espacio a colonos alemanes.

El 13 de diciembre de 1942, Czesława fue registrada en el campo con el número 26947. Su madre murió poco después, y Czesława fue asesinada el 12 de marzo de 1943.

La foto que lo cambió todo


Las imágenes de Czesława fueron tomadas por Wilhelm Brasse, un fotógrafo prisionero de Auschwitz encargado de documentar a los deportados. En las tres tomas conservadas se aprecia un rostro tierno, con la mirada entre el miedo y la confusión.

Brasse relató: “Era tan joven, tan asustada. Me miraba sin entender por qué estaba allí. No podía hablarle, sólo pensé: pobre niña, ¿qué te han hecho?” Estas fotografías se exhiben hoy en el Museo Estatal de Auschwitz-Birkenau y en numerosos centros de memoria del mundo.

De víctima a símbolo universal

La historia de Czesława se redescubrió gracias al documental Portrecista (2005), de Irek Dobrowolski. En 2018, la artista Marina Amaral coloreó digitalmente la fotografía original, devolviéndole un realismo estremecedor.

Hoy, Czesława representa no solo a las víctimas del nazismo, sino a todos los niños atrapados en guerras, genocidios o desplazamientos forzados. Su mirada nos recuerda que cada número en una lista de víctimas fue una vida única, con un nombre y una historia.

Una lección para la educación en la paz

El recuerdo de Czesława Kwoka es una herramienta pedagógica de gran valor. Su historia permite comprender el horror de la deshumanización y la urgencia de construir una cultura basada en la empatía, los derechos humanos y la memoria histórica.

Como escribió el poeta Primo Levi, superviviente de Auschwitz: “Ocurrió, y por tanto puede volver a ocurrir.” Recordar a Czesława es decir nunca más desde el corazón de una niña de 14 años.

@realdeal4real9 Ai recreation: fotografía de Czesława Kwoka, 14 años, deportada a Auschwitz y asesinada en 1943.

Otra vuelta de tuerca: Entre la razón y la fantasía

Si hay una novela esencial y una de nuestras favoritas, que tuvo varios intentos de convertirse en película pero sin lograrlo, es Otra vuelta de tuerca de Henry James. Así que mejor escuchar (en un audiolibro como el incluido) o leerlo en un libro, que no verlo en el cine. Publicada en 1898, con el título original: The Turn of the Screw, es una novela corta de terror gótico, estructurada como un relato enmarcado que explora temas de aislamiento, inocencia y lo sobrenatural en una remota mansión inglesa. 

Un narrador en una reunión cuenta la historia de una joven institutriz que acepta cuidar a dos huérfanos —Flora y Miles— en una aislada mansión de campo. Pronto la institutriz comienza a percibir apariciones: primero un hombre (Peter Quint) y luego una mujer (Miss Jessel). Convencida de que esos espectros han influido en los niños, la institutriz se empeña en protegerlos; pero su lucha plantea una ambigüedad persistente: ¿son reales las presencias o son proyecciones de la mente de la narradora? El relato mantiene la tensión entre lo sobrenatural y la psicología, dejando intencionadamente abiertas múltiples interpretaciones.

La historia se centra en la tensión psicológica de una joven institutriz y los niños a su cargo, con una narración ambigua que deja al lector cuestionando la realidad de los eventos. A continuación, un resumen detallado de la trama, incluyendo personajes principales y eventos clave, sin spoilers innecesarios.

Personajes Principales:
- La institutriz: Protagonista anónima y narradora en primera persona del manuscrito principal. Una joven de origen modesto, contratada para cuidar a los niños, se involucra profundamente en su bienestar. Su perspectiva subjetiva impulsa la historia, revelando sus observaciones, miedos y convicciones crecientes.
- Miles: El sobrino de unos 10 años del tutor de los niños. Encantador, inteligente y bien educado, regresa de un internado. Su comportamiento y la expulsión inexplicada del colegio añaden intriga.
- Flora: La hermana menor de Miles, de unos 8 años, vivaz e inocente en apariencia. Vive en la mansión y forma un vínculo cercano con la institutriz.
- El tío: El tutor rico de los niños, que vive en Londres. Atractivo y carismático, contrata a la institutriz pero exige aislamiento total de los asuntos de los niños, prohibiendo cualquier contacto con él.
- Mrs. Grose: La ama de llaves amable pero analfabeta de la mansión. Actúa como confidente de la institutriz y proporciona información clave sobre la historia del hogar.
- Peter Quint: El difunto valet anterior de la mansión, conocido por su relación cercana e inapropiada con la institutriz previa. Aparece como una figura espectral.
- Miss Jessel: La institutriz anterior, fallecida, que tuvo una asociación escandalosa con Quint y pasó mucho tiempo con los niños. También se manifiesta como presencia fantasmal.
- Douglas: Personaje del prólogo que comparte el manuscrito con el grupo. Conocía a la institutriz y la admiraba.

 

Henry James (1843–1916) fue un novelista y cuentista estadounidense que pasó buena parte de su vida en Europa y adoptó la ciudadanía británica al final de su vida. Es considerado un puente entre el realismo decimonónico y las técnicas modernistas: su obra explora con finura la conciencia, la percepción y las relaciones sociales entre americanos y europeos. Entre sus obras destacadas están The Portrait of a Lady, The Ambassadors y The Wings of the Dove

The Turn of the Screw apareció primero por entregas en la revista Collier’s Weekly y luego se publicó en volumen junto a otra novela corta en The Two Magics. Se trata de una novela corta (novella) pensada como relato de fantasmas, escrita en la madurez creativa de James y enmarcada en una estructura de narración enmarcada (historia contada en una velada, con el relato principal remitido por la institutriz). 

Temas principales:

- Ambigüedad narrativa: James trabaja la focalización de modo que el lector nunca llega a una evidencia indiscutible; la duda es el motor del relato.
Inocencia y corrupción: la tensión entre la supuesta pureza infantil y las influencias externas (reales o imaginadas). 
Locura vs. lo sobrenatural: la obra ha generado dos grandes líneas críticas: la que la lee como cuento de fantasmas clásico y la que interpreta la historia como un descenso psicótico de la institutriz. Ambas lecturas han alimentado debates literarios y adaptaciones. 
Estructura y estilo: economía del relato corto, uso de la voz enmarcada y la precisión psicológica son rasgos jamesianos que aquí se concentran en un formato terrorífico y simbólico.

La novela sigue interesando y funciona como un excelente ejemplo para enseñar cómo la forma narrativa construye sentido: la voz, la focalización y la omisión son herramientas que generan significados múltiples. Además, su ambigüedad permite debates en aulas de literatura sobre metodología crítica: lectura histórica, psicoanalítica, feminista y de teoría de la narración, entre otras. Cita final seleccionada: ¿Acaso no valía la pena tender una mano a su espíritu para alcanzar su alma?” 

Un film derivado, entre otros, que no logra alcanzar el contexto único del libro,...

Desde el jardín de Jerzy Kosinski: la inocencia frente al poder

Hoy repasaremos un novela satírica (y una película deliciosa) que creíamos haber citado con anterioridad en este vuestro blog, pero no es así: "Desde el jardín" de Jerzy Kosinski. Basado en este libro, se hizo "Bienvenido Mr. Chance" (Un jardinero con suerte), una película estadounidense estrenada en 1979, dirigida por Hal Ashby y protagonizada por Peter Sellers.

Jerzy Kosinski, de nombre real Józef Lewinkopf, nació en 1933 en Łódź, Polonia. Durante la Segunda Guerra Mundial, para sobrevivir al Holocausto, cambió su identidad, adoptó una partida de bautismo falsa y en algunos momentos ocultó su origen judío. Tras la guerra, estudió historia y ciencias políticas en Lodz. En 1957 emigró a los Estados Unidos.  

Se graduó en la Universidad de Columbia (EE. UU.). Fue profesor en universidades como Yale y PrincetonEntre sus obras más destacadas están El pájaro pintado (1964), Pasos (1969, que le valió el National Book Award) y Desde el jardín (1971).  La novela Desde el jardín fue adaptada al cine en 1979, bajo el título Being There. Kosinski participó en el guión. Falleció el 3 de mayo de 1991, a los 57 años, por suicidio.  

Jerzy Kosinski vivió las extremas tensiones del siglo XX: guerra, desplazamientos, reconstrucción, adopción de identidades. Esa experiencia de frontera entre lo oculto y lo público –lo interior y lo mediado– recorre muchas de sus obras. Con Desde el jardín, crea una fábula casi sardónica acerca de cómo una persona “vacía”, sin pasado social explícito, puede proyectarse mediáticamente con efectos sorprendentes. Sus 160 páginas, son pura sátira social, una novela simbólica, una fábula moderna. 

El protagonista, Chance Gardiner (o “Mr. Chance”), ha vivido toda su vida cuidando un jardín dentro de una mansión. No conoce prácticamente nada del mundo exterior salvo lo que obtiene de la televisión y algunas revistas. Al morir el dueño de la casa, Chance tiene que abandonar ese espacio aislado. En su salida, es atropellado por un automóvil. La dueña del vehículo lo recoge, lo cuida, lo lleva a su hogar, y allí lo invita a quedarse como huésped.  

Aunque no tiene ambiciones políticas ni conocimientos explícitos, la gente interpreta sus declaraciones literales sobre jardinería como metáforas profundas para economía, política y filosofía. Así, Chance es proyectado a las más altas esferas sociales y mediáticas sin proponérselo.  ´La trama termina sin un cierre moral definitivo: el lector o espectador debe decidir si Chance es ingenuo, iluminado o un espejismo de nuestra sociedad mediática.  

En esta fábula moderna se abordan algunos temas y reflexiones como:

La mediación de los mediosLo que define y moldea la percepción pública no es el contenido real sino la interpretación mediática. Chance carece de mensaje profundo — proyectan un contenido sobre él.  

Inocencia vs. interpretaciónEs paradójico que una persona ingenua y literal sea elevada a portavoz simbólico: revela cuán vacías pueden ser las expectativas de quienes interpretan.  

Poder, fama y vacíoLa novela critica la superficialidad del éxito social: cómo el reconocimiento puede surgir no del mérito real, sino de las proyecciones colectivas.  

La ilusión de profundidadMuchos leen en Chance reflexión filosófica donde no la hay; Kosinski invita a cuestionar esa ilusión.

Algunas citas destacadas para mostrar el tono neutro, algo paradójico y mordaz del relato.:

“Era domingo. Chance estaba en el jardín. Se movía con lentitud, arrastrando la manguera verde de uno a otro sendero mientras observaba atentamente el fluir …” 

“Chance es un gran enigma: el héroe de los «media» americanos. La televisión le ama, los periódicos y revistas van tras él.” 

- “Todos hablan de él, aunque nadie sabe de qué habla él. Nadie sabe de dónde viene, pero todos están enterados de que es un imán para el dinero, el poder y el sexo.” 

Esta novela corta que expone como la ignorancia y la inocencia pueden llegar a convertirse en el álter ego del mundo simplemente por aparecer en la televisión… De todo ello surgen cuestiones como “¿Puede un jardinero llegar a ser consejero político sin proponérselo?”, ¿sigue siendo vigente hoy? ¿qué lecciones para estudiantes de comunicación, política o filosofía? Incluso ya dirigidas a los lectores: ¿qué papel cumple el lector en proyectar sentido? 

Somos cuerdos y recuerdos somos

Parafraseando a Octavio PazNo somos lo que decimos, sino lo que recordamos, porque lo hicimos, lo hacemos y lo seguiremos haciendo”. Decía Jorge Luis Borges que somos nuestra memoria, ese quimérico museo de formas inconstantes. Y uno, con los años, se da cuenta de que tenía razón: la cordura se juega en esa delgada frontera entre lo que aún recordamos y lo que empezamos a olvidar.

Los mayores solemos ser sensatos, juiciosos, prudentes, sabios, serios, inteligentes, reflexivos, formales y cabales, incluso clarividentes. Porque sí, seguimos siendo cuerdos, aunque nos asalten las dudas al entrar en una habitación sin saber a qué fuimos, y somos sobre todo recuerdos, esos tesoros que guardamos como cartas viejas o canciones que se repiten solas en la cabeza. 

A veces, como escribió Mario Benedetti, el olvido está lleno de memoria, y en esa paradoja encontramos consuelo: no recordarlo todo es también una forma de vivir más ligero. Con todo hoy y ahora queremos reivindicar el infinito valor de la memoria de lo vivido, insuperable fuente de inspiración y perseverancia.

Miguel de Cervantes nos advertía que la memoria es tesoro y custodia de todas las cosas. Sin embargo, como todo tesoro, a veces se esconde bajo capas de polvo y nos obliga a ejercitar paciencia y sentido del humor. No hay peor enemigo de la cordura que la solemnidad excesiva. Reírnos de nuestros olvidos es, en cierto modo, la forma más cuerda de vivirlos.

A cierta edad, uno descubre que el presente es más corto que antes, y el pasado más largo. Los recuerdos se multiplican y se vuelven compañeros de viaje: algunos dulces, otros ásperos, pero todos forman parte de lo que somos. Como dijo Miguel de Unamuno, el hombre es hombre en cuanto es hijo del pasado. La cordura consiste, entonces, en no aferrarse demasiado ni al ayer ni al mañana, sino en habitar con serenidad el ahora.

Porque al final, la vida se parece a una novela coral: cada recuerdo es un capítulo, cada olvido un salto de página, y la cordura el hilo que mantiene la trama unida. Somos cuerdos en la medida en que reconocemos nuestra fragilidad, y somos recuerdos porque sin ellos seríamos apenas instantes dispersos.

La moraleja es sencilla y honda: vivir con cordura no es no olvidar, sino aceptar que somos tiempo hecho memoria. Y vivir con recuerdos no es añoranza, sino cultivar la gratitud por lo vivido. Quien logra reírse de sus olvidos y agradecer sus recuerdos ha encontrado la verdadera sabiduría.

Releamos el discurso de Alyosha en el último capítulo de "Los hermanos Karamazov" de Fiódor Dostoyevski: "Debes saber que no hay nada más alto y más fuerte y más sano y bueno para la vida en el futuro que algunos buenos recuerdos, especialmente un recuerdo de la infancia, de hogar. La gente te habla mucho de tu educación, pero un buen recuerdo sagrado, preservado desde la infancia, es quizás la mejor educación. Si un hombre lleva consigo muchos recuerdos de este tipo a la vida, está a salvo hasta el final de sus días, y si a uno sólo le queda un buen recuerdo en el corazón, incluso eso puede ser en algún momento el medio de salvarnos".

La cordura y la memoria son dos nombres del mismo tiempo. Lo que uno ama en la infancia se queda en el corazón para siempre.” señaló Jean-Jacques Rousseau. Para concluir: La filosofía es, en el fondo, el arte de aprender a morir… y a recordar” según Michel de Montaigne. Anotadlo en vuestras agendas este doble mandato encadenado: Recordar con humor es vivir con filosofíaEntre risas y memoria, a seguir construyendo lo que luego serán recuerdos.