Participamos, desde hace algunos años, en el grupo de bloggers consultados por el prestigioso blog Gananzia que coordina José A. del Moral y que este día primero de año publica su "Vasco del Año". La persona designada para el 2014 ha sido Iñaki Azkuna, cuyo merecimiento está fuera de toda duda y cuya pérdida tanto nos ha dolido (algunos posts nuestros sobre la figura política de Iñaki Azkuna).
Como complemento a la elección de una persona, siempre hemos preferido figuras colectivas a quienes la sociedad ha de agradecer cada año su aportación (sin desmerecer las candidaturas personales trascendentes). Por ello, hace un año, como final del 2013, propusimos y así lo consideró el Consejo Editorial de Gananzia en su conjunto, reconocer la labor de la juventud vasca emigrante.
Como complemento a la elección de una persona, siempre hemos preferido figuras colectivas a quienes la sociedad ha de agradecer cada año su aportación (sin desmerecer las candidaturas personales trascendentes). Por ello, hace un año, como final del 2013, propusimos y así lo consideró el Consejo Editorial de Gananzia en su conjunto, reconocer la labor de la juventud vasca emigrante.
Para este año 2014, con la que sigue cayendo, nuestra propuesta eran las madres y padres que deciden serlo por primera vez, o que repiten -responsablemente- maternidad/paternidad. Siempre hemos admirado a estas y estos jóvenes, o no tan jóvenes, que miran el futuro con suficiente esperanza y optimismo para traer nuevas y nuevos descendientes a este mundo, sabiendo que es una apuesta irreversible, irrenunciable, gigantesca,... y maravillosa.
A fin de cuentas la Navidad, en muchas culturas y religiones, es el aniversario de un nuevo nacimiento. Preocupa ver qué está pasando a nuestro alrededor. Nuestro entorno sigue reduciendo su ya bajísima tasa de natalidad, y especialmente Euskadi está envejeciendo a ritmo acelerado. Además, la población infantil vasca apenas supone el 13,8 %, frente 15,6 % de la menguante y añosa UE-28.
Quienes vivimos debemos esta circunstancia a unos padres y madres que así lo decidieron. ¡Gracias a quienes siguen creyendo en el futuro y haciéndolo posible con sus descendientes!
A fin de cuentas la Navidad, en muchas culturas y religiones, es el aniversario de un nuevo nacimiento. Preocupa ver qué está pasando a nuestro alrededor. Nuestro entorno sigue reduciendo su ya bajísima tasa de natalidad, y especialmente Euskadi está envejeciendo a ritmo acelerado. Además, la población infantil vasca apenas supone el 13,8 %, frente 15,6 % de la menguante y añosa UE-28.
Quienes vivimos debemos esta circunstancia a unos padres y madres que así lo decidieron. ¡Gracias a quienes siguen creyendo en el futuro y haciéndolo posible con sus descendientes!