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Tratamientos de longevidad en 2025: lo que funciona y lo que no

Vivimos la edad de oro del marketing antiedad. Cada semana aparece un nuevo “biohacker millonario” vendiendo pastillas, inyecciones o protocolos que prometen añadir décadas a tu vida. Pero cuando apartamos el ruido, ¿qué queda realmente respaldado por evidencia científica rigurosa en diciembre de 2025?

Empecemos por lo que SÍ funciona, sin lugar a dudas.

1. Restricción calórica y ayuno intermitente. Es, con diferencia, la intervención más reproducible para aumentar la longevidad en todas las especies estudiadas: levaduras, gusanos, moscas, ratones, perros y ahora primates no humanos. El ensayo CALERIE-2 (2022-2024) en humanos demostró que una reducción sostenida del 12-15 % de calorías durante dos años retrasa el envejecimiento biológico medido por relojes epigenéticos (Horvath, GrimAge) en aproximadamente 2-3 años. No es magia: activa autofagia, mejora la sensibilidad a la insulina y reduce la inflamación crónica de bajo grado (“inflammaging”). Conclusión 2025: sigue siendo el estándar de oro gratuito (o casi). 16:8 o 5:2 funcionan bien para la mayoría sin efectos adversos importantes.

2. Ejercicio físico estructurado. La combinación de entrenamiento de fuerza + zona 2 cardio + algo de HIIT es la única intervención que mejora simultáneamente casi todos los biomarcadores de envejecimiento: VO2 máx, masa muscular, densidad ósea, sensibilidad a la insulina, inflamación, función mitocondrial y longitud de telómeros en leucocitos. El metaanálisis de 2024 en Nature Aging mostró que las personas que cumplen las guías mínimas de la OMS (150-300 min/semana) tienen una edad biológica 6-9 años menor que los sedentarios del mismo grupo cronológico.

3. Metformina. El fármaco antidiabético más prescrito del mundo lleva años en el punto de mira del envejecimiento. El estudio TAME (Targeting Aging with Metformin) aún no ha publicado resultados definitivos (se esperan para 2027-2028), pero los datos observacionales acumulados son contundentes: los diabéticos tratados con metformina viven más que los no diabéticos de la misma edad (efecto “paradójico” documentado en más de 15 estudios). Mecanísticamente activa AMPK, reduce mTOR y mejora la biogénesis mitocondrial. En 2025 se prescribe off-label en dosis bajas (500-1000 mg/día) por médicos especializados en longevidad en EE.UU., Singapur y algunos países europeos. Riesgo principal: depleción de B12 a largo plazo y molestias gastrointestinales. No es la “pastilla de la inmortalidad”, pero es lo más cercano que tenemos en fármacos baratos y seguros.

4. Semaglutida y análogos GLP-1 (Ozempic, Wegovy, tirzepatida). Han revolucionado la obesidad y, de paso, la longevidad. El ensayo SELECT (2023) demostró que semaglutida reduce un 20 % el riesgo cardiovascular mayor en personas obesas sin diabetes. Estudios posteriores (2024-2025) muestran mejora en hígado graso, inflamación sistémica, función renal y hasta marcadores de senescencia celular. Además, al reducir la grasa visceral, disminuyen la secreción de factores pro-envejecimiento (IL-6, TNF-α). Cuidado: no son “fármacos antiedad” per se. Funcionan porque revierten una patología aceleradora del envejecimiento (obesidad). En personas delgadas con IMC < 27 los beneficios son marginales no justifican (aún) los riesgos y el coste.

5. Rapamicina y análogos (sirolimús, everolimus). La inhibición intermitente de mTOR extiende espectacularmente la vida en ratones (hasta 30-40 % en algunas cepas). En humanos solo hay ensayos pequeños (dosis bajas semanales) que muestran mejora en respuesta inmune a vacunas en mayores de 65 años y posible reducción de células senescentes. El problema: inmunosupresión, riesgo de infecciones y estomatitis. En 2025 sigue siendo experimental y solo para quien acepte riesgos significativos.

Lo que NO funciona (o no lo suficiente) en 2025

- Suplementos de NAD+ (NMN, NR): mejora marcadores en ratones, resultados decepcionantes en humanos bien diseñados. El último ensayo aleatorizado grande (2025) no encontró diferencias en función física ni biomarcadores de envejecimiento frente a placebo.

- Resveratrol: sigue sin cumplir las promesas de 2006.

- Terapias de “telomerasa” o “alargamiento de telómeros”: Todas las empresas que lo ofrecían han cerrado o están en juicio.

- Plasma joven o exosomas: Datos preliminares interesantes, pero sin ensayos controlados grandes.

- La mayoría de “péptidos de longevidad” (BPC-157, epitalon, GHK-Cu…): anécdota, no evidencia.

Biomarcadores útiles para seguir tu progreso real (2025):  - Relojes epigenéticos (TruAge, GrimAge 2.0) - VO2 máx - HbA1c y curva de glucosa continua - Panel inflamatorio (hs-CRP, IL-6) - Composición corporal por DEXA - Longitud media de telómeros en leucocitos (solo como marcador secundario)

Conclusión: En 2025 la longevidad efectiva sigue siendo aburridamente clásica: come un poco menos de lo que te apetece, mueve peso pesado varias veces por semana, duerme 7-9 h, evita tabaco y alcohol excesivo y, si tienes acceso y perfil adecuado, considera metformina o un agonista GLP-1 bajo supervisión médica. Todo lo demás, por ahora, es esperanza cara o ciencia ficción.

La buena noticia: nunca ha sido tan fácil retrasar el envejecimiento biológico 10-15 años con intervenciones de bajo coste y alto nivel de evidencia. La mala: todavía no podemos comprar décadas extras en una farmacia. Y probablemente eso sea lo mejor.

Muchos más posts sobre longevidad y sobre salud.

2025 será recordado como el Año de la Física Cuántica

Acaba 2025, el Año de la Física CuánticaUn viaje al corazón de la naturaleza y al futuro de la tecnología. En 2025, la comunidad científica internacional celebra lo que ya se percibe como un hito histórico: el Año de la Física Cuántica

Este reconocimiento no es casual ni simbólico; es la respuesta a un momento de madurez científica en el que los conocimientos cuánticos abandonan definitivamente el terreno de lo abstracto para convertirse en motores de innovación tecnológica, educativa y económica. Nunca antes la física que gobierna lo muy pequeño ―fotones, electrones, espines, qubits― había tenido un impacto tan directo en lo muy grande: la sociedad global. 

Un centenario que marca una nueva era. La elección de 2025 también tiene un fuerte componente histórico. Se cumplen cien años de hitos que transformaron la física para siempre: desde la consolidación de la mecánica cuántica matricial de Heisenberg hasta los trabajos de Schrödinger sobre la función de onda y el célebre principio de indeterminación que redefinió los límites del conocimiento humano. Estos pilares siguen sustentando hoy los algoritmos cuánticos, los materiales exóticos y la ingeniería de dispositivos que desafían el sentido común.

Pero el centenario no es solo un homenaje; es una ocasión para subrayar que las ideas audaces de entonces están empezando a cristalizar en tecnologías funcionales que cambiarán el siglo XXI tanto o más que la electricidad o la informática clásica.

De la teoría a la industria: la segunda revolución cuántica. Durante décadas, la física cuántica fue un terreno teórico, un paisaje mental. Hoy, sin embargo, hablamos de la segunda revolución cuántica: la fase en la que la humanidad aprende a manipular estados cuánticos en lugar de limitarse a describirlos. Ese salto conceptual es el que ha permitido:

Computación cuántica capaz de resolver ciertos problemas imposibles para los superordenadores clásicos. Sensores cuánticos con precisiones extremas en navegación, geodesia o diagnóstico médico. Criptografía cuántica teóricamente invulnerable frente a ataques futuros. Simuladores cuánticos que permiten estudiar moléculas complejas para diseños farmacológicos y energéticos. Materiales cuánticos (como los superconductores de alta temperatura o los aislantes topológicos) que prometen una nueva base para la electrónica.

El Año de la Física Cuántica subraya que estas tecnologías han dejado de ser experimentos aislados para convertirse en ecosistemas industriales: empresas, centros de investigación y gobiernos compiten hoy por liderar una carrera que determinará la economía del futuro.

Educación cuántica: alfabetización para un nuevo mundo. Uno de los objetivos centrales de 2025 es promover la alfabetización cuántica. Igual que la informática básica se convirtió en una necesidad universal a finales del siglo XX, el siglo XXI exige comprender, al menos en términos conceptuales, cómo funciona el mundo cuántico. No se trata de dominar ecuaciones diferenciales ni operadores de espín, sino de entender las ideas fundamentales: La dualidad onda-partícula. El principio de superposición. El entrelazamiento como correlación radicalmente nueva. La decoherencia y sus límites prácticos. Qué es un qubit y por qué es diferente de un bit.

En 2025 proliferan iniciativas educativas en escuelas, museos, universidades y plataformas digitales. Desde simuladores accesibles en el navegador hasta kits experimentales basados en óptica cuántica para estudiantes, la física cuántica sale del laboratorio y llega a las aulas. Enseñarla sin intimidar, con rigor y creatividad, es uno de los grandes retos pedagógicos del momento. 

Europa, América y Asia: una carrera global. El Año de la Física Cuántica también sirve para tomar el pulso geopolítico a una disciplina que se ha convertido en prioridad estratégica. La Unión Europea impulsa el Quantum Flagship, Estados Unidos financia centros de investigación a través de la National Quantum Initiative, y China mantiene un ambicioso programa estatal de comunicaciones cuánticas y supercomputación. Japón, Canadá, Corea del Sur y Australia también avanzan con fuerza.

Lejos de ser una competición meramente militar, esta carrera está definiendo nuevos modelos de colaboración público-privada, con startups, universidades y grandes empresas trabajando en conjunto. El reto ya no es demostrar principios teóricos, sino construir dispositivos fiables, escalables y energéticamente eficientes.

Un año para entender qué significa “realidad”. Más allá de su impacto tecnológico, 2025 invita a reflexionar sobre una pregunta más profunda: ¿qué nos dice la física cuántica sobre la realidad? Experimentos recientes siguen desafiando nuestra intuición, desde violaciones cada vez más precisas de las desigualdades de Bell hasta demostraciones de teleportación cuántica a mayores distancias. La frontera entre observador y sistema, entre información y materia, nunca había sido tan difusa… ni tan fascinante.

Precisamente porque afecta a lo filosófico, lo tecnológico y lo educativo, este año no es solo una celebración científica: es una invitación a renovar nuestra manera de pensar el mundo.

Conclusión: El futuro también es cuántico. El Año de la Física Cuántica 2025 nos recuerda que vivimos en un momento de transición histórica. Las tecnologías emergentes nos empujan a un futuro en el que comprender lo cuántico no será un lujo intelectual, sino una competencia básica para ciudadanos, empresas y educadores. Celebrar este año es reconocer que la ciencia ofrece no sólo respuestas, sino también nuevas preguntas que impulsan el progreso.

La tecnología del Siglo XXI necesita más filosofía y ética

La ingeniería del presente y del futuro: Luciano Azpiazu Canivell nos habla de redes eléctricas, talento y la transformación de Bilbao,... En un país donde la tecnología avanza más rápido que la capacidad de regulación, donde la transición energética se discute a menudo desde el desconocimiento, escuchar la voz de un ingeniero con más de cuatro décadas de experiencia aporta una rara claridad. 

La conversación con Luciano Azpiazu Canivell —ingeniero industrial formado en la Escuela Técnica Superior de Bilbao, profesor y profesional durante 40 años en Iberdrola Redes— es también un retrato generacional de quienes han sostenido silenciosamente el progreso energético y urbano de España. 

Su historia familiar ya evoca la movilidad empresarial de otras épocas: abuelo catalán del sector textil, padre vasco, raíces que conectan la industria textil con la ingeniería eléctrica. Y a partir de ahí, la trayectoria de un profesional que ha sido testigo directo de la evolución del sistema eléctrico español y de los cambios profundos de Bilbao.

La situación real de las redes eléctricas

Azpiazu introduce una distinción fundamental: no todas las redes eléctricas sufren los mismos problemas. Las de muy alta tensión, gestionadas por Red Eléctrica, soportan la avalancha de peticiones de conexión de grandes plantas fotovoltaicas, eólicas o sistemas de almacenamiento. Las de media y baja tensión, que alimentan hogares, comercios e instituciones, presentan una situación más heterogénea: saturación en los centros urbanos —por el aumento de la demanda, climatización y peatonalización— y sobrantes de capacidad en zonas despobladas.

La paradoja es evidente: si pudiéramos trasladar demanda de las ciudades a Castilla, sobraría red, pero la necesidad está donde está la población, el tráfico y la actividad económica.

Electrificación, vehículos y transición real

Cuando se habla de vehículo eléctrico, la ingeniería se impone al entusiasmo. Azpiazu lo explica con claridad pedagógica: una comunidad de vecinos de 14 plantas puede funcionar con un único transformador, pero una sola carga rápida de un coche necesita otro transformador equivalente. Y aun así, no todos los vecinos tendrán coche eléctrico ni lo cargarán simultáneamente, lo que introduce factores de simultaneidad que suavizan el problema.

 ¿Será el coche eléctrico de baterías el dominante en el futuro? El ingeniero es escéptico. Prevén un camino intermedio:

Motores de combustión con combustibles alternativos ya desarrollados por empresas como Petronor.
Hidrógeno o metano para vehículos pesados: autobuses, barcos, camiones. 
- E incluso menciona el absurdo práctico de la carga por inducción: para cargar sin cables habría que colocar una placa metálica de hasta 80 kg bajo la batería.

Estamos —dice— en una transición dentro de la transición: la tecnología definitiva aún no está definida. 


Un elogio a los profesionales frente a los “todólogos”

Uno de los pasajes más contundentes es la crítica a los opinadores sin rigor técnico. Los “todólogos” que, ante una crisis como un apagón, hablan de grid forming sin que aún exista en operación real, o reclaman duplicar redes sin asumir los años de trámites necesarios para construirlas. Azpiazu recuerda un caso ilustrativo: un presidente de una gran compañía eléctrica pedía suministro a su finca… pero él mismo bloqueaba los permisos para la línea que debía alimentarla.

Su propuesta es provocadora pero argumentada: en ciertos asuntos, el voto de un profesional debería pesar más que el de un aficionado. No todas las opiniones son equivalentes cuando se discute cirugía, redes eléctricas o ingeniería civil.

Bilbao: la prueba de que la ingeniería transforma ciudades

Pocas ciudades simbolizan la transformación moderna como Bilbao. Y Azpiazu recuerda que el cambio no fue espontáneo ni mágico: detrás estaban la tenacidad de dos ingenieros —uno de Caminos y otro Industrial— que impulsaron la regeneración de Abandoibarra y facilitaron la llegada del Museo Guggenheim Bilbao. El metro, el tranvía y la limpieza de la ría completaron un proceso que convirtió una ciudad industrial oscura en un referente urbanístico europeo.

Los ingenieros no solo construyen infraestructuras: anticipan el futuro antes de que los demás lo vean.

Ingeniería, talento y el reto educativo

Las escuelas de ingeniería españolas mantienen buen número de alumnos, pero afrontan desafíos: nuevas profesiones sin atribuciones, cambios en los planes académicos, incorporación de formación humanística y ética para preparar un mundo con inteligencia artificial. Las mujeres representan ya casi el 30% de las nuevas promociones, gracias a mejores condiciones de conciliación y a una visión más amplia de la profesión.

Pero persiste un problema sistémico: la fuga de talento. Muchos ingenieros jóvenes encuentran mejores condiciones en Alemania, Suiza o Reino Unido, y España debe esforzarse por retener y atraer talento si quiere mantener su avance tecnológico.

En definitiva, la conversación con Luciano Azpiazu es un recordatorio de que la ingeniería es una disciplina silenciosa, rigurosa y profundamente humana. De ella depende que las luces sigan encendidas, que las ciudades funcionen y que la transición energética sea algo más que un eslogan.

El peso del pasado: cuando la historia es determinante

Siguiendo la estela del post anterior sobre cómo la prehistoria determina aspectos del presentehoy veremos máshechos históricos del eco de la historia. Casos como el teclado QWERTY, los ferrocarriles o la implantación del euro, que ilustran cómo el pasado no desaparece: se acumula. Este fenómeno se denomina dependencia de la trayectoria (path dependency)

El peso del pasado: cómo la dependencia del camino moldea la historiaEn economía, política o tecnología, muchas veces creemos que las sociedades avanzan siguiendo criterios racionales o de eficiencia. Sin embargo, no siempre es así. A menudo, las decisiones del pasado pesan tanto que condicionan el presente y el futuro. Esta realidad está íntimamente relacionado con la rigidez institucional o las múltiples manifestaciones de la histéresis.

En todos los casos, la idea central es que una elección inicial puede cerrar otras opciones futuras, aunque aparezcan alternativas mejores. Veámoslo con algunos ejemplos históricos reveladores.

1. El teclado QWERTY: cuando la inercia vence a la eficiencia

El ejemplo clásico de dependencia del camino es el teclado QWERTY, diseñado en el siglo XIX por Christopher Latham Sholes para las primeras máquinas de escribir. Su objetivo no era escribir más rápido, sino evitar que las barras metálicas se atascaran. Por eso, se distribuyeron las letras de manera que las combinaciones frecuentes quedaran separadas.

Con la llegada de los ordenadores, ese problema desapareció. Se crearon otros diseños —como el Dvorak o el Colemak— más cómodos y veloces. Sin embargo, el QWERTY ya estaba universalizado en las escuelas, las oficinas y la industria editorial. Cambiarlo habría sido carísimo y confuso. Así, seguimos escribiendo con una disposición pensada para una tecnología obsoleta. Es el ejemplo perfecto de cómo una decisión técnica temprana puede generar una inercia social duradera, incluso irracional.

2. El ancho de vía ferroviario: el peso de la infraestructura

A mediados del siglo XIX, cuando se construyeron las primeras redes ferroviarias en Europa, no existía un estándar único. En el Reino Unido, se impuso finalmente un ancho de vía de 1.435 mm, que se convirtió en el “ancho internacional”. Esa decisión se exportó a las colonias británicas y a gran parte del mundo industrializado, incluida buena parte de Europa. Esto generó el bulo viral sobre cómo el trasero de los caballos determinó el tamaño de los cohetes que duró más de cien años.

Hoy, sabemos que otros anchos pueden ser más estables o eficientes, pero el coste de modificar miles de kilómetros de vías, trenes y talleres es inmenso. De hecho, España mantiene todavía parte de su red con un ancho diferente (ibérico), lo que genera dificultades logísticas con el resto de Europa. La lección es clara: las infraestructuras físicas y los estándares técnicos crean rigideces históricas. Una vez que se consolidan, el precio de cambiarlas puede ser tan alto que la sociedad prefiere adaptarse a ellas.

3. Las instituciones del sur de EE. UU. tras la Guerra Civil: la persistencia del poder

La dependencia del camino no se limita a la tecnología. También afecta a las estructuras políticas y sociales. Tras la Guerra de Secesión (1861–1865), la Constitución de Estados Unidos abolió la esclavitud y reconoció derechos a la población afroamericana. Sin embargo, en los estados del sur se mantuvieron durante décadas instituciones segregacionistas: leyes Jim Crow, discriminación en el voto, educación desigual y violencia racial.

¿Por qué no se produjo una transformación inmediata? Porque las élites locales, las costumbres sociales y los sistemas judiciales conservaron su poder. Esa rigidez institucional funcionó como una fuerza de histéresis: incluso cuando cambian las normas formales, las estructuras informales del pasado siguen actuando. No basta con aprobar una nueva ley; las instituciones tienen memoria. El cambio real requiere transformar también las mentalidades, los incentivos y los equilibrios de poder.

4. El euro y la política económica europea tras 2008: el corsé institucional

Un ejemplo contemporáneo de dependencia del camino se encuentra en la Unión Europea y su política económica. Cuando se creó el euro en 1999, los países miembros aceptaron reglas fiscales comunes y renunciaron a su soberanía monetaria. Ese diseño funcionó bien en tiempos de crecimiento, pero durante la crisis financiera de 2008 mostró su fragilidad.

Países como Grecia, España o Portugal sufrieron profundas recesiones, pero no podían devaluar su moneda ni ajustar su política monetaria. Estaban atrapados en un marco institucional que limitaba las respuestas posibles. La histéresis económica se hizo visible: las decisiones estructurales del pasado restringían las opciones del presente, y las consecuencias sociales (paro, deuda, desconfianza) persistieron durante años. La arquitectura económica puede convertirse en una camisa de fuerza si no evoluciona con las circunstancias. 

5. El Sistema de Salud de Estados Unidos: Un Mosaico Histórico 

El complejo y costoso sistema de salud de Estados Unidos es un producto de una serie de decisiones históricas que han creado una estructura muy difícil de reformar. Punto de partida (contingencia histórica): Durante la Segunda Guerra Mundial, el gobierno de EE. UU. impuso estrictos controles salariales. Para competir por los trabajadores escasos, las empresas comenzaron a ofrecer beneficios alternativos, como seguros de salud. Esta práctica fue incentivada por exenciones fiscales, vinculando el empleo al seguro médico.


Rigidez y grupos de interés: Con el tiempo, se desarrolló un ecosistema masivo en torno a este modelo: compañías de seguros privadas, hospitales con fines de lucro, farmacéuticas y grupos de presión (lobbies) que tienen un interés creado en mantener el sistema actual. Estos actores ejercen una enorme influencia política y económica. 


Manifestación de la dependencia del camino: Aunque muchos analistas coinciden en que un sistema de pagador único (como en Canadá o varios países europeos) podría ser más eficiente y ofrecer una cobertura universal, la transición es casi imposible. El "camino" elegido en los años 40 ha creado una estructura institucional tan arraigada y defendida por poderosos intereses que cualquier reforma radical enfrenta una resistencia formidable. El sistema actual persiste no porque sea el mejor, sino porque está "bloqueado" por su propia historia.


El eco de la historia. Estos casos demuestran que las decisiones tempranas, los hábitos y las instituciones generan trayectorias dependientes. Una vez que la sociedad entra en un determinado camino, salir de él requiere más que una buena idea: exige superar costes, resistencias y memorias colectivas.

Por eso, comprender la dependencia del camino es fundamental para quienes diseñan políticas públicas, instituciones o innovaciones tecnológicas. Como recuerda el economista Paul David, que popularizó el concepto, “la historia importa, porque el futuro se construye sobre estructuras heredadas”. El desafío está en reconocer esas inercias y aprender a transformarlas. Saber cuándo conservar el camino y cuándo desviarse de él es, en última instancia, una de las formas más inteligentes de progreso.

Desde Zeitgeist, el espíritu de una época, hasta la cultura woke

Zeitgeist es una expresión alemana que quiere decir «espíritu de una época», ha alcanzado un gran estatus dentro de las palabras alemanas incorporadas a otras lenguas y se ha convertido en una entrada en inglés, español, portugués, holandés e incluso japonés. Actualmente, la apuesta es por un mundo más consciente.

El término Zeitgeist se traduce literalmente como "espíritu del tiempo" (Zeit = tiempo, Geist = espíritu). Este concepto se utiliza para describir el clima intelectual, cultural, ético y político predominante en una determinada época histórica.

El término comenzó a usarse en el siglo XVIII durante la Ilustración alemana, pero fue popularizado por filósofos como Georg Wilhelm Friedrich Hegel, quien exploraba cómo el "espíritu del tiempo" influía en el desarrollo de la sociedad y la historia. Para Hegel, cada época tiene un espíritu distintivo que guía su progreso y pensamiento.

Johann Gottfried Herder fue el filósofo que utilizó el concepto de Zeitgeist en el contexto del romanticismo alemán, enfatizando la idea de que cada período histórico tiene una cultura única que refleja las aspiraciones y valores de la humanidad en ese momento.

Actualmente, Zeitgeist se emplea para analizar o describir las tendencias dominantes en una época, como movimientos culturales, ideas políticas o avances tecnológicos. Por ejemplo, se puede hablar del Zeitgeist de los años 60 como una era marcada por el cambio social, el pacifismo y los derechos civiles.

El término sigue siendo relevante porque encapsula cómo las ideas colectivas de una época afectan la dirección de la humanidad.

Por si alguien quiere conocer el "Movimiento Zeitgeist", con sus dos entregas subtituladas en formato vídeo documental: La película inicial Zeitgeist en 2007 y Addendum en 2008. La película puede verse en sus tres capítulos. Capítulo I: La historia más grande jamás contada. Capítulo II: Todo el mundo es un escenario. Capítulo III: No prestes atención a los hombres detrás de la cortina.

El paso de los movimientos sociales como Zeitgeist hacia lo que hoy se denomina “cultura woke” puede entenderse como una evolución de sensibilidades y de marcos de acción política frente a la globalización, el capitalismo y la justicia social. 

1. El espíritu Zeitgeist (2007-2012)El Zeitgeist Movement surgió a finales de los 2000, inspirado por los documentales de Peter JosephSu discurso era anticapitalista, tecnocrático y universalista: proponía superar el sistema monetario, abrazar un “modelo de economía basada en recursos” y confiar en la ciencia y la tecnología para resolver problemas globales. Tenía un enfoque globalizante, criticaba las élites financieras, el control corporativo y las instituciones políticas tradicionales. 

2. Giro hacia lo identitario y culturalCon el tiempo, muchos movimientos sociales se desplazaron del eje anticapitalismo global hacia reivindicaciones más específicas e identitarias: género, raza, diversidad sexual, minorías culturales. Esto no implica que lo económico desaparezca, pero lo cultural pasa al centro de la agenda. Mientras Zeitgeist denunciaba un sistema mundial abstracto, los nuevos activismos ponen el acento en experiencias concretas de opresión. 

3. La cultura wokeEl término woke (“despierto”) nace en EE. UU. en el ámbito afroamericano como conciencia crítica frente al racismo. Se amplía a un marco global de sensibilidades progresistas: cuestionar privilegios, dar voz a los marginados, revisar narrativas históricas. A diferencia de Zeitgeist, el énfasis ya no es abolir el dinero o transformar la macroeconomía, sino visibilizar desigualdades en lo cotidiano: lenguaje inclusivo, representación mediática, justicia de género, etc. La lucha se libra en espacios digitales, culturales y educativos más que en programas estructurales de reforma económica total.

4. Continuidad y rupturaContinuidad: ambos movimientos surgen de un malestar frente al sistema vigente y una desconfianza hacia las élites. Ruptura: Zeitgeist aspiraba a un cambio sistémico universal, mientras que la cultura woke opera de forma más micro, interseccional y culturalEl primero pensaba en abolir estructuras como el dinero o el mercado; el segundo, en transformar las sensibilidades sociales y el reconocimiento.

En síntesis: Zeitgeist fue un proyecto utópico de reordenación global desde la ciencia y la economía, mientras que la cultura woke representa la etapa actual de un progresismo más ligado a identidades, derechos culturales y luchas simbólicas.

Karl Popper: el filósofo que enseñó a la ciencia a dudar

Karl PopperKarl Raimund Popper, nació el 28 de julio de 1902, Viena (Austria-Hungría) y falleció el 17 de septiembre de 1994, Londres (Reino Unido). Estudió en la Universidad de Viena. Se doctoró en filosofía en 1928. Procedía de una familia judía asimilada. Debido al ascenso del nazismo en Austria emigró en 1937 a Nueva Zelanda, donde enseñó filosofía en la Universidad de Canterbury. Tras la Segunda Guerra Mundial se trasladó a Londres, convirtiéndose en profesor en la London School of Economics (LSE).

Karl Popper es considerado uno de los filósofos de la ciencia más influyentes del siglo XX y un defensor de la sociedad abierta y la crítica racional frente a los dogmatismos. Su gran aportación fue el criterio de falsabilidad: una teoría científica debe poder refutarse con datos. También escribió sobre la sociedad abierta y la lucha contra el totalitarismoSu legado abarca desde  el laboratorio hasta la democracia: 

Obra y pensamiento

1. Filosofía de la ciencia. Criticó la visión inductivista clásica de la cienciaPropuso el criterio de falsabilidad: una teoría es científica si puede ser sometida a pruebas que potencialmente la refuten. Defendió que la ciencia progresa a través de ensayo y error, hipótesis que se ponen a prueba y se descartan si no superan la contrastación.

2. Filosofía política. En La sociedad abierta y sus enemigos (1945), Popper defendió la democracia liberal frente a los totalitarismos, criticando las ideologías cerradas y los sistemas que prometen verdades absolutasCriticó fuertemente el historicismo (la idea de que la historia sigue leyes inevitables).

3. Ética y epistemología. Apostó por una postura crítica y modesta respecto al conocimiento: nunca alcanzamos la verdad definitiva, pero podemos acercarnos a ella eliminando errores. Subrayó la importancia de la libertad intelectual y la discusión racional.

Libros principales de Karl Popper

- La lógica de la investigación científica (1934). Su obra clave sobre metodología científicaEstablece la falsabilidad como criterio de demarcación entre ciencia y pseudociencia. Defiende que la ciencia progresa por conjeturas y refutaciones.
- La sociedad abierta y sus enemigos (1945). Crítica al totalitarismo y defensa de la democraciaCrítica a Platón, Hegel y Marx como pensadores del totalitarismo. Defiende la democracia liberal y la sociedad abierta como espacios de libertad crítica.
- Conjeturas y refutaciones (1963). Recopilación de ensayos sobre el progreso del conocimiento. Reúne ensayos sobre cómo avanza el conocimiento. La ciencia crece mediante hipótesis audaces que deben ser siempre puestas a prueba.
- La miseria del historicismo (1957). Rechazo a la idea de leyes históricas inevitables. Ataque a la idea de que la historia sigue leyes inevitables. Sostiene que las predicciones históricas deterministas son imposibles y peligrosas.
- Conocimiento objetivo (1972)Formula la idea del “mundo 3”, dentro de ontología de los tres mundos, siendo el ámbito autónomo de los productos culturales y científicos. Defiende la objetividad del conocimiento más allá del sujeto.
- Búsqueda sin término (1976)Autobiografía intelectual donde repasa su vida y pensamiento. Refuerza su idea de que todo conocimiento es provisional.

Algunas citas célebres de Karl Popper:

El error es el camino hacia la verdad.”
- “La ciencia debe comenzar con mitos y con la crítica de los mitos.”
- “El auténtico científico no busca confirmar sus teorías, sino refutarlas.”
- “La verdadera ignorancia no es la ausencia de conocimiento, sino la ilusión de tenerlo.”
- “La libertad sólo puede mantenerse viva si estamos dispuestos a defenderla constantemente.”
- “Quien promete el cielo en la tierra nunca ha producido otra cosa que el infierno.”