En la Comunidad Autónoma de Euskadi urge, tras 29 años de autogobierno y de plenas competencias en educación, una Ley de Educacion Vasca que supere el único marco obtenido hasta la fecha que es la Ley de la Escuela Pública Vasca, que apenas engloba la mitad del sistema educativo preuniversitario. La LEPV fue publicada en 1993 tras un Pacto Escolar que inicialmente sólo suscribieron PNV y PSE, y cuya gestación llevó varios años. Aquel Pacto fue un gran avance que hoy día todos citan como referente. Sería preciso iniciar un proceso que dote de estabilidad y prospectiva a la educación, asegurando a la pluralidad de opciones la debida financiación y la legítima dialéctica de competencia y colaboración.
A la red concertada, que agrupa a opciones de titularidad religiosa (Kristau Eskola, Diocesanas,...), de Ikastolas (Partaide,...) y otras fórmulas de cooperativas de progenitores, profesorado,... requiere garantías que aseguren estas opciones en condiciones de gratuidad en las etapas obligatorias con el compromiso de colaborar en todas las dimensiones de la tarea escolar y para converger en las condiciones laborales de su profesorado y personal en niveles similares a los de la educación pública.
La red pública requiere una mayor transformación para comenzar a actuar como una eficaz visión de conjunto, con la posibilidades de una "red" de gestión única y global, algo que extrañamente acomenten mucho más eficientemente otras subredes de titularidad privada. La red pública, que atiende en términos generales, al alumnado más desfavorecido o con necesidades especiales más graves, y sin poder ejercer la dirección autónoma de sus muchos centros que, además, son más pequeños y dispersos. Años de análisis y evaluaciones, así como la propia trayectoria educativa del País Vasco, acreditan que sólo una fórmula de organismo autónomo (similar a la Osakidetza que gestiona la sanidad pública vasca) permitiría una real actuación reticular que supere la tradicional dependencia, rígida y lejana, de la misma administración educativa única... que debe velar por el conjunto de la educación. Somos muchos quienes propugnamos la creación de una "hezikidetza" bajo una gerencia única que organice y represente a la red pública vasca ante la administración. Sólo así se dispondría de verdaderos representantes de la primera y mayor red escolar, que a día de hoy apenas cuenta con elementos aislados como asociaciones de direcciones, confederaciones de madres-padres de familia,... que carecen de capacidad para reordenar y optimizar los importantes recursos humanos y materiales que dedica la sociedad a su red pública de enseñanza.
A la red concertada, que agrupa a opciones de titularidad religiosa (Kristau Eskola, Diocesanas,...), de Ikastolas (Partaide,...) y otras fórmulas de cooperativas de progenitores, profesorado,... requiere garantías que aseguren estas opciones en condiciones de gratuidad en las etapas obligatorias con el compromiso de colaborar en todas las dimensiones de la tarea escolar y para converger en las condiciones laborales de su profesorado y personal en niveles similares a los de la educación pública.
La red pública requiere una mayor transformación para comenzar a actuar como una eficaz visión de conjunto, con la posibilidades de una "red" de gestión única y global, algo que extrañamente acomenten mucho más eficientemente otras subredes de titularidad privada. La red pública, que atiende en términos generales, al alumnado más desfavorecido o con necesidades especiales más graves, y sin poder ejercer la dirección autónoma de sus muchos centros que, además, son más pequeños y dispersos. Años de análisis y evaluaciones, así como la propia trayectoria educativa del País Vasco, acreditan que sólo una fórmula de organismo autónomo (similar a la Osakidetza que gestiona la sanidad pública vasca) permitiría una real actuación reticular que supere la tradicional dependencia, rígida y lejana, de la misma administración educativa única... que debe velar por el conjunto de la educación. Somos muchos quienes propugnamos la creación de una "hezikidetza" bajo una gerencia única que organice y represente a la red pública vasca ante la administración. Sólo así se dispondría de verdaderos representantes de la primera y mayor red escolar, que a día de hoy apenas cuenta con elementos aislados como asociaciones de direcciones, confederaciones de madres-padres de familia,... que carecen de capacidad para reordenar y optimizar los importantes recursos humanos y materiales que dedica la sociedad a su red pública de enseñanza.