Las madrugadas de los días festivos la ciudadanía puede realizar una evaluación educativa, complementaria a las pruebas internacionales tipo PISA. Por nuestras calles y carreteras sobresale nuestra juventud, en un horario que parece pertenecerles casi en exclusiva. Es un buen momento de evaluar su educación, ésa que reciben en el seno de las familias desde que nacen, en los centros escolares desde muy temprana edad (a razón de casi mil horas anuales hasta los 16 años por lo menos) y en la misma sociedad donde se reflejan valores éticos y patrones de conducta. Va mejorando la educación, pero queda una parte de la juventud que aún ignora las tres enseñanzas vitales más básicas:
La vida es sagrada. En su acepción laica o religiosa, toda vida humana es digna de respeto y veneración. Las vidas ajenas, y la propia, deben ser cuidadas y preservadas como el máximo bien. El extendido abuso del alcohol (tabaco y otras drogas), las ocasionales peleas pandilleras, las evitables muertes por conducción irresponsable, o residuales personas que se creen con el derecho a eliminar a otras (por machismo, racismo, fundamentalismo pseudopolítico,...) son pruebas de un gran fracaso cualitativo, aunque afecte sólo a una parte de nuestra generación más joven.
La vida es injusta. La justicia es uno de los más nobles anhelos humanos, que ha de permitirnos convertir la arbitraria realidad en un mundo más equilibrado y solidario. El azar determina con aleatoriedad una distribución poco equitativa de nuestras primeras señas de identidad pasiva (dónde nacemos, en qué familia y sociedad, con qué dotación genética, cuánto viviremos,...), lo que genera muy diferentes papeles en un planeta no siempre coherente. Pero podemos construirnos, mejorarnos, educarnos, crecernos,... sobre las circunstancias que nos han tocado (ver el próximo post sobre "identidad autoconstruida").
La vida es esfuerzo. La naturaleza es rigurosa en sus consecuencias y nada se obtiene sin una labor previa. La sociedad humana protege a sus menores con un cuidado muy especial y durante dos décadas les proporciona todo de forma incondicional y regalada. Pero la juventud marca el comienzo de la reciprocidad, y es el momento de comenzar a devolver los dones recibidos (alimentación, educación, sanidad,...). Tras una época de recibir, llega el momento de dar a los demás, de legar estudio, trabajo y dedicación a la familia y a la sociedad. Eso es madurar: Hacerse cargo de uno mismo... y de los demás, a través de una profesión y de una nueva familia.
Un film de acción dirigido por Paul McGuigan, de estética modernista, donde lo más reseñable son los caracterizados personajes protagonizados por un elenco formado por una amplia selección de protagonistas y secundarios en un elenco que encabezan los más representativos Dakota Fanning (la precoz actriz de la foto media que promete una larga carrera cinematográfica), Camilla Belle, Chris Evans, Djimon Hounsou, Christina Serratos, Ming-Na Wen, Nate Mooney,... Destacan los escenarios reales (abajo) y virtuales, donde los efectos especiales se despliegan con profusión. La ubicación en Hong Kong ayuda como ciudad mítica-fílmica. Destinada al público más joven, el imaginativo argumento apenas atrapa en una dinámica de colores que distrae hasta que llega el final. Dudosamente recomendable, pero -nos tememos- constituye otro hito del cine norteamericano del año 2009 con videntes, rastreadores, kinéticos, sónicos y sanadores.
En ocasiones, el cuidado tratamiento de los planos crea una metamorfosis tendente hacia la estética de los dibujos animados tridimensionales e hiperrealistas como con Christina Serratos.Trailer (abajo) y Web oficial (en castellano). Fotos Premiere.
A comienzos de la años 60 del siglo XX la empresa eibarresa (País Vasco (España)) Garate, Anitua y Compañía, G.A.C. comienza la producción de Mobylette bajo licencia y esté vehículo se hace muy popular en España. G.A.C. fue una empresa, eibarresa (Gipuzkoa) dedicada a la fabricación de bicicletas, que inició la de motocicletas y entre ellas destacó la popular mobylette.
Tras una nueva muerte en los Sanfermines, volvemos a declararnos pacifistas y sin aceptar el sufrimiento de ninguna especia viva, con especial respeto a la vida humana. Aunque somos vascos, nos gusta la fiesta navarra y hasta hemos corrido encierros de niños en Tudela, desde que tenemos uso de razón no comprendemos que una tradición a conservar sea... tan salvaje. La cultura, la tradición, la humanidad deben de aprender de la historia. Hemos repetido muchas veces nuestra negativa al maltrato de los animales, la última vez el pasado día anterior a San Fermín, como lo prueba este registro en Twitter con una horripilante foto.
Hoy, tras la brutalidad de la muerte por diversión (?), hemos de declarar nuestra posición contraria ante el espectáculo de los toros. Somos cada día más quienes detestamos la muerte gratuita, la sangre (humana o animal) derramada por un supuesto "arte". Podemos respetar fórmulas de rejoneo, con el baile de caballos y toros, pero sin banderillas, sin rejones, sin la cruel tortura y la muerte sangrienta. Los encierros y el toreo con muerte exhibidos en las calles o en una plaza son primitivos, bestiales e indignos de seres humanos contemporáneos.¿Apreciamos la tauromaquia como un hecho cultural relevante durante siglos, pero cuándo aprenderemos del Gernika donde Picasso expresó el dolor de personas y animales? [El vídeo en 3D permite visualizar y destacar detalles de las figuras humanas y animales que, de otro modo, quizá pasarían desapercibidos.]