Hoy hemos pasado Carmen y yo a modo de prueba para conocer en persona esta leyenda viva. Respondió a nuestras expectativas, para lo bueno... y lo malo. Desde algo antes de las 17:00 hasta más allá de las 20:00. Para empezar, aunque tras el parón de la comida reabren a las 5:00 PM, lo cierto es que lo hacen cuando terminan de comer por haber cerrado con los últimos clientes mucho más tarde de lo previsto. Hacia las 17:20 abrieron las puertas y ya nos concentrábamos unas 25 personas en la plaza (ver foto superior, ya sin gente).
La tienda es de tamaño medio, lleno de trastos, con los pasillos repletos de gente que casi no dejan circular. La sección de electrodomésticos es la parte inicial, y al fondo a la derecha está un minúsculo mostrador de cámaras (ver abajo) y las televisiones con accesorios. El ambiente era casi asfixiante durante las horas de espera donde se entablan conversaciones y amistades entre la clientela. Unos venían de Santoña (Cantabria), otros de algún caserío, pero la mayoría eran de Barakaldo.
La misma gente acude con ese espíritu de Ikea de pasar la tarde entera, no circulando que sería más sano, sino de pie para luego charlar larga y distendidamente con los empleados, que también se lo toman con parsimonia. Ernesto, el joven encargado de fotografía, entiende del tema y atiende a la perfección, sin prisa alguna, lo que se agradece... cuando te toca, pero no antes.
Los bajos precios deben basarse en varios sistemas. Pago al contado en efectivo; nada de publicidad; sin transporte (aunque Juan, el encargado, nos aseguró que sin prisas y hasta Getxo sí podrían llevar algo pesado); gran escala de compra; horas extras en negro,... y algún truco más. El resultado es que te dan una factura con IVA, aunque lo que se paga es como esos días "sin IVA" en otras grandes cadenas.
En esta primera visita, que tardaremos en repetir, tampoco nos pareció que se facturase tanto, porque el ritmo de atención era bastante bajo y muchos salían sin compra, aunque con unos papeles de encargo para recoger posteriormente. Tampoco tenían disponible algunos de los productos exactos que buscábamos, muy comunes y del momento, como el cuerpo de una Canon EOS 600D que podrían disponer (en fecha no concretada) al precio final de 555 euros, mientras que en otras tiendas nos pedían 713 € (605 +18% IVA). A cambio nos ofrecieron, el cuerpo de una Canon EOS 550D por 471 € o el de una Canon 7D por 1.099 € (frente a los 1.475€), pero no nos interesó. Otro ejemplo, con una economía que sí compramos: Un objetivo TAMRON SP AF 17-50/2.8 XR Di II por 339 €, frente a los 438€ en nuestro anterior proveedor, como suma de 372E +18% IVA. También aprovechamos para adquirir una Canon PowerShot SX230 HS, con GPS y vídeo HD 1080, por 240 € y un monopie de Manfrotto 776YB por 30 €.
Conclusión: ¿Vale la pena? Sí, pero hay que ir con las ideas claras, sin prisas ni para ser atendido, ni para que luego traigan el producto. Es mejor hacer una compra masiva, llevar alternativas, y sabiendo que el ahorro es proporcional al precio. Todo parece indicar que la garantía responde y los productos parecen enteramente originales y destinados al mercado europeo.