Tanto hablar del Olentzero, junto al hecho de ser abuelo, ha producido lo inevitable: Hoy nos ha correspondido hacer de Olentzero. Era un compromiso que nos hizo felices para conocer la escuela infantil del nieto y verle desenvolverse en su primera socialización en tan cuidado entorno. Una maravilla de profesoras cuidaron todos los detalles de la fiesta final del año, con absoluta profesionalidad ante su alumnado, con hermanos y hermanas menores, así como familiares con la misma bisabuela de Julen que no quiso perdérselo.
Ha sido muy gratificante salir a la palestra, tras disfrazarnos apresuradamente, y con un breve texto preparado con ayuda de Maite Artabe: "Arratsaldeon denoi! Gabonak datoz eta hemen nauzue zuekin Gabonak ospatzeko! Menditik jaitsi naiz Getxoraino eta lepoan zaku handi bat dakart. Hemen nire zakua. Badakizue zer dagoen nire zakuan? Bai?... Ba... zuentzako opariak. Gabon gauean banatuko ditut opari hauek zuen etxeetan eta seguru-seguru bakiotzarentzat bat dagoela... Orain nahi duzuenok hurbildu nigana eta oparitxo bat emango dizuet"... (¡Buenas tardes a todos! Llegan las Navidades y aquí tenéis al Olentzero para celebrarlo con vosotros. He bajado del monte hasta Getxo y traigo un saco grande en el hombro. He aquí mi saco. ¿Sabéis qué contiene? ¿Sí? Pues... vuestros regalos. La noche de Navidad los repartiré por vuestros hogares y seguro, seguro, que hay -al menos- uno para cada uno de vosotros. Ahora los que queráis acercaros a mí y os entregaré un regalo...)
Hubo que adaptar el guión porque en el saco se encontraban los regalos preparados por madres y padres, así como uno sorpresa para las andereños (las profesoras). Aunque el disfraz era suficiente para asustarse (incluso uno mismo), en alguna medida Julen supo algo dado que, al inicio, nos señalaba como expresando... "pero si es mi aitxitxe". No obstante, luego decía que el Olentzero era muy grande, más grande que aitxitxe (abuelo).
No estuvo en esta ocasión "Mari Domingi", la ayudante de Olentzero que cada vez está más presente como figura femenina navideña, pero auguramos su creciente protagonismo como incorporación necesaria por perspectiva de género a una tradición invernal que sólo despliega personajes masculinos.
Las mejores imágenes con el nieto, escolares y familiares queda reservadas, pero hay algunas fotos visibles de diferentes ocasiones con Olentzero. Publicamos el post para las muchas personas que representan a Olentzero, sobre todo en escenarios escolares. Más entradas nuestras sobre el Olentzero.
Ha sido muy gratificante salir a la palestra, tras disfrazarnos apresuradamente, y con un breve texto preparado con ayuda de Maite Artabe: "Arratsaldeon denoi! Gabonak datoz eta hemen nauzue zuekin Gabonak ospatzeko! Menditik jaitsi naiz Getxoraino eta lepoan zaku handi bat dakart. Hemen nire zakua. Badakizue zer dagoen nire zakuan? Bai?... Ba... zuentzako opariak. Gabon gauean banatuko ditut opari hauek zuen etxeetan eta seguru-seguru bakiotzarentzat bat dagoela... Orain nahi duzuenok hurbildu nigana eta oparitxo bat emango dizuet"... (¡Buenas tardes a todos! Llegan las Navidades y aquí tenéis al Olentzero para celebrarlo con vosotros. He bajado del monte hasta Getxo y traigo un saco grande en el hombro. He aquí mi saco. ¿Sabéis qué contiene? ¿Sí? Pues... vuestros regalos. La noche de Navidad los repartiré por vuestros hogares y seguro, seguro, que hay -al menos- uno para cada uno de vosotros. Ahora los que queráis acercaros a mí y os entregaré un regalo...)
Hubo que adaptar el guión porque en el saco se encontraban los regalos preparados por madres y padres, así como uno sorpresa para las andereños (las profesoras). Aunque el disfraz era suficiente para asustarse (incluso uno mismo), en alguna medida Julen supo algo dado que, al inicio, nos señalaba como expresando... "pero si es mi aitxitxe". No obstante, luego decía que el Olentzero era muy grande, más grande que aitxitxe (abuelo).
No estuvo en esta ocasión "Mari Domingi", la ayudante de Olentzero que cada vez está más presente como figura femenina navideña, pero auguramos su creciente protagonismo como incorporación necesaria por perspectiva de género a una tradición invernal que sólo despliega personajes masculinos.