Proponemos cinco retos para la educación vasca en la iniciada legislatura, señalándose posteriormente (en un post que pronto publicaremos) cinco condiciones imprescindibles que parecen necesarias para la consecución de los objetivos enunciados, resaltando un elemento que ha faltado en toda la historia del autogobierno de las últimas década, el Liderazgo Educativo.
Las metas encadenadas que debería anunciarse desde Lehendakaritza en los próximos días podrían ser, sugerimos, las siguientes:
- Disponer de una primera Ley de Educación Vasca alcanzada con un amplio acuerdo en el parlamento vasco. Esto, con seguridad, requeriría previamente el siguiente empeño.
- Lograr un nuevo Acuerdo Escolar, heredero del Pacto Escolar de 1992 que fructificó en la Ley de Escuela Pública Vasca y la Ley de Cuerpos Docentes, y que ha sido muy positivamente valorada por toda la comunidad educativa. A su vez, y para equilibrar las redes escolares, convendría anterior o simultáneamente la próxima meta.
- Establecer una nueva organización de la Red Pública de Escuela Vasca, agrupada bajo un organismo público que bien podría denominarse Hezikidetza.
- Todos los avances debieran socializarse bajo una amplia campaña de difusión que transmitiese y posicionase a la ciudadanía vasca en pro de la prioridad de la educación, en todos sus ámbitos y edades, con solución universal. Sólo movilizando a familias y sociedad por por la interculturalidad, el plurilingüismo, la formación y la cultura se instala un país en los niveles de felicidad y convivencia a los que hemos de aspirar.
- Apostar por el éxito escolar universal, (en
las enseñanzas básicas y obligatorias) de todas las alumnas y alumnos.
Ya no basta que una sociedad ofrezca un pupitre a cada
escolar, sino que ha de asegurar que - a lo largo de su trayectoria de
escolarización- cada miembro del alumnado descubrirá su talento personal
y elegirá su opción vital para convertirse en una persona integralmente
formada (y ello también significa, con un destino profesional
factible).