Hay días perfectos, simples y dichosos, jornadas que dejan huella, en su cotidiano devenir, de calma, de paz, de esa esencia de la que están hechas las almas que aman.
Esas noches merecen un haiku, una poesía que flota como el rocío, y se asienta en la tierra, promesa de vida, regalo de la naturaleza, don del espíritu, que sabe apreciarla.
"Todo efímero,
mas eterno el amor,...
si es verdadero".