- Para nacer uno mismo. Fue la primera vez que "nos llevaron" a un hospital, dado que ahora es muy infrecuente venir al mundo en otro tipo de lugar.
- Para ver a recién nacidos, siempre de la familia o de amistades muy cercanas.
- Para trabajar o ir formándose como sanitario, en medicina, enfermería, servicios auxiliares, docentes en aulas hospitalarias,... y contribuir a mejorar la salud de nuestros conciudadanos.
- Para colaborar como donante vivo de sangre, médula,... que será un regalo vital para otros seres humanos.
- Para apoyar, asistir o colaborar en alegrar la vida a quienes están hospitalizados,... en esas visitas a pabellones infantiles, o de acompañamiento de enfermos,... como los limpiacristales de hospitales del vídeo inferior.
- ¿A alguien se le ocurren alguna más, otra fuente de felicidad en un hospital? Seguro que nos dejamos muchas en el tintero. Podéis completarlas en los comentarios.
Y lo mejor de todo es que, en todos estos casos y en los restantes, la máxima causa de felicidad es salir del hospital, a ser posible con más salud o más personillas que al ingresar.