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Diez tendencias, previsiones y propuestas educativas

El debate educativo es escaso en nuestros tiempos, y aún más extraño si no está trufado de intereses políticos, económicos, corporativos, sindicales,... Abundan las opiniones contundentes, descalificatorias de quienes no piensan exactamente igual, propiciadas por la defensa de colectivos que no son exactamente los destinatarios del esfuerzo social que debiera estar dirigido solamente por la búsqueda de lo mejor... para el alumnado

Todo el mundo parece saber de educación, porque -y esto es bien cierto- todas las personas han recorrido trayectos educativos y, en muchos casos, han debido decidir sobre la educación de los suyos. Pero no es tan habitual disponer de una perspectiva más general, abierta y completa sobre la complejidad del extenso sistema educativo. Y, lo que es peor, aún habiendo muchos actores que sí disponen de tal capacidad, no todos ellos son capaces de hablar y escribir con sinceridad sobre sus conclusiones, por las consecuencias que se derivarían de su atrevimiento.

Con ánimo de aportar algunas ideas sobre la materia, en época de inicio de año, en plena madrugada, pensando quizá más como abuelo que como educador, con el máximo de honestidad, sin buscar ningún provecho personal, y sin temer nada por la franqueza, enumeraremos los que creemos son vectores de innovación educativa, enunciando la proyección, la predicción y la proposición en cada apartado.

Procuraremos equilibrar las expectativas en estas diez tendencias, previsiones y propuestas educativas, enfocadas hacia las enseñanzas básicas. Seremos relativamente optimistas en las tendencias, que quizá no se produzcan con la celeridad que señalamos. Corregiremos con algo de pesimismo las previsiones, porque son muchas las décadas en las que la inercia de los mecanismos educativos han frenado la innovación. Y, a modo de centralidad, intentaremos ser realistas en las propuestas, muchas veces iniciales o parciales, que convendría adoptar con urgencia. Esas medidas corresponderán no sólo a los poderes públicos y a la administración escolar, sino al conjunto de la ciudadanía.

Son visiones que se solapan, se entrecruzan y se potencian unas con otras, apuntando convergentemente hacia un futuro que podemos imaginar.
  1. Primacía del aprendizaje sobre la enseñanza. Si el siglo XX algún día será reconocido por ser la centuria de la educación, sin duda el siglo XXI lo será del aprendizaje (incluido el aprendizaje invisible) o de la "educación expandida". Esta querencia es tan perceptible como imparable, pero se enfrenta a toda una era de escolarización con currículos y estructuras diseñadas en el XIX y un profesorado del XX. La trayectoria a seguir es la apuesta decidida desde las familias y la sociedad por la conjunción del aprendizaje formal (en un sistema educativo renovado) con el creciente aprendizaje  informal y no formal. Este complemento educacional (el calendario escolar apenas cubre a lo sumo entre 950 ó 1.050 horas anuales de las 8.760 posibles), creciente por la implicación de otras instituciones y la digitalización que lo favorece, habrá de contar con mejor reconocimiento, validación y acreditación (como ya sugieren algunas Directrices de la UNESCO). En este concepto cabe la irrupción de emprendizajes que potencien los aprendizajes en horarios y calendarios suplementarios, bajo pautas lúdicas canalizadas por redes sociales en las distintas competencias a desarrollar.
  2. Creciente trascendencia (y debate) social de la educación. A pesar de que sus efectos siguen el lento ritmo de la naturaleza que exige paciencia y perseverancia, la educación y el aprendizaje son tan importantes que no pueden quedar sólo en manos de la política, o de la administración, o de patronales y sindicatos, o del profesorado, o del alumnado, o de las familias,... Es un tema clave de la totalidad de la ciudadanía, que debe ser vigilante con cuánto requiere y cómo ser gestiona, como la mejor inversión social. Por desgracia, la educación raramente es una prioridad cuando se analiza a corto plazo (la tragedia de la política), pero debe ser una constante sometida a la crítica y a la mejora continua. Hay demasiado desconocimiento, simplificación y condescendencia con nuestra eficacia escolar, con el logro de la equidad y la calidad académica que se alcanza. Convendría más examen sosegado, autocrítico, constructivo, ilusionante,... sobre el rendimiento del esfuerzo que la sociedad dedica a su educación.
  3. Todo el sistema educativo debe primar y centrarse en el alumnado (y sus familias mientras el alumnado sea menor de edad). Porque el alumnado es el núcleo de atención sobre el que articular las propuestas de aprendizaje. Toda la acción de la docencia y de la administración ha de estar al servicio del alumnado. Los derechos profesionales o laborales de los agentes escolares han de estar subordinados a su razón de ser: el alumnado (y sus familias). Esto ha de traducirse en un seguimiento docente más continuado, de forma que se fije el profesorado a etapas discentes (bianuales, como mínimo), involucrándose y responsabilizándose de modo más estrecho con el éxito escolar de cada alumno o alumna. 
  4. Una educación del siglo XXI debiera avalar como un nuevo derecho humano el éxito escolar universal (en las enseñanzas básicas y obligatorias) de todas las alumnas y alumnos. Ya no basta que una sociedad se contente con ofrecer un pupitre a cada escolar, sino que ha de asegurar que - a lo largo de su trayectoria de escolarización- cada miembro del alumnado descubrirá su talento personal y elegirá su opción vital para convertirse en una persona integralmente formada (y ello también significa, con un destino profesional factible).  Para todo lo cual deben generarse centros educativos diversificados con modelos variados que sean del agrado y permitan elegir a las familias (incluso, y especialmente, en un sistema público no homogéneo). También es preciso vincular más al profesorado con el éxito académico del alumnado a su cargo, secuenciando las metas competenciales a alcanzar en cada etapa. Al igual que un padre o una madre no acepta que alguno de sus hijos e hijas quede atrás, el profesorado comprenderá las circunstancias particulares del alumnado y buscará un camino que le lleve al máximo de sus potencialidades.
  5. Una cultura de evaluación constante se abrirá paso en todo el sistema educativo. Porque sólo una evaluación combinada (externa e interna) y contextualizada, general de todos los protagonistas (alumnado) y agentes, podrá garantizar la equidad y la calidad de todo el alumnado, de todas las aulas, de todos los centros, de todas las redes, así como de la administración, inspección, servicios de apoyo,... Siempre se consideró, pero luego no se aplicó, la diferenciación entre quien instruye (ahora diríamos mejor conduce el aprendizaje) y quien evalúa el proceso. Las evaluaciones diagnósticas, las evaluaciones externas, basadas en competencias y en contenidos, y desde la Educación Primaria, pueden ser un instrumento válido y esencial de mejora que establezca los refuerzos necesarios para que todo el alumnado progrese en conjunto, porque los desniveles se corrigen cuando son pequeños. Así se eliminarían, y a ultranza, las repeticiones de curso que se han demostrado inútiles.
  6. El currículum formal ha de concentrarse en los lenguajes y metalenguajes, para el limitado calendario de la educación formal. Las competencias (como la de aprender a aprender), los lenguajes naturales (euskera, castellano, inglés,...) y los metalenguajes matemático, científico, tecnológico y digital son la columna vertebral del currículo de las primeras etapas educativas. Para su debida consecución deben establecerse niveles y objetivos perfectamente definidos antes de finalizar las sucesivas etapas escolares. Los Boletines Oficiales, o las Leyes Orgánicas como la LOMCE, deben establecer niveles mínimos finales de las distintas etapas educativas, tales como el nivel de conocimiento de los idiomas oficiales o extranjeros, y según un baremo objetivo y mensurable. Y pueden hacerlo a escala de Estado, o mejor a nivel incluso continental, como el Marco Común Europeo de Referencia para las Lenguas (MCER). Pero no han de entrometerse en las metodologías pedagógicas para alcanzar dichos niveles, por razones tan obvias como la singularidad del alumnado, que hace difícil recomendar estrategias de aplicación general.
  7. La educación digital (reducación o sarezkuntza) debe transformar y mutar la escuela actual, potenciando nuevas realidades de aprendizaje transmedia con una comunidad abierta por el cauce de un Internet omnipresente y accesible a través de dispositivos móviles (smatphones, tablets,...), que debiera estar a nuestro alcance en todo momento y lugar. Su generalización abrirá el entorno escolar a las familias y al conjunto de la sociedad, que podrá participar por nuevas vías. Estas tecnologías han producido efectos inimaginables hace pocos años en las poderosas "industrias de la información", y muestran la misma oportunidad (y potencialidad de crisis) en las "instituciones de la formación". Su vertiginosa evolución (o red-volución) determina que lo que pudo ser una medida positiva como la distribución masiva de netbooks en Primaria y Secundaria ya no sea posible. Simple y llanamente, porque el mercado ha dejado de fabricarlos en favor de las tabletas digitales, lo que supone una vuelta a un super-pizarrín que pone en entredicho toda la historia de libros de texto, pesadas mochilas, diccionarios,... Y ya no caben excusas de costes, porque su abaratamiento (en continente y contenido) hace inexorable una inmediata tabletización con textos multilingües (tan beneficiosos para alumnado y familias), acceso inmediato y duradero, movilidad, inclusión digital universal,...
  8. Atención a la pluralidad de ofertas escolares (con diversidad de titularidades, modelos pedagógicos,...). El derecho a la educación, y al éxito educativo, reside en el alumnado, y en sus familias en tanto aquel es menor de edad. Debe ser objeto de atención y extremo cuidado el favorecer la multiplicidad de elección escolar, siempre que encuentre refrendo por parte de quienes se matriculan. Es una peculiaridad que puede dinamizar la innovación, mejorar la gestión y permitir la cooperación. Esa pluralidad debe protegerse con medidas que apoyen la adecuación a las demandas del alumnado (y de sus familias), que son quienes deben regir la planificación educativa. Para que la red de titularidad pública, la mayor de las actuales, actúe como una red educativa (como otras concertadas como Kristau Eskola, Partaide,...) debiera quedar organizada como una “Hezikidetza”, poniendo en juego la totalidad de sus recursos humanos. Así, la administración educativa general (con alguna semejanza con la sanitaria) velaría por el conjunto de la educación vasca mediante programas y conciertos a través de sus diferentes redes escolares, cuidando que la red de titularidad pública sea garante de la escolarización universal.
  9. Reordenación y aprendizaje permanente del profesorado, de las direcciones escolares, y del conjunto de los servicios de apoyo e inspección, así como de la administración educativa. El profesorado y las direcciones escolares, en pro de una máxima responsabilidad y autonomía de centros, son las piezas esenciales para que una sociedad se dote de una correcta y eficiente educación, con una amplia capacidad de autonomía a nivel de centro, departamento, etapa,... y de colaboración intrared o interredes escolares. La formación inicial y continuada, así como la carrera profesional, son aspectos a cuidar en la organización de la enseñanza, a fin de reconvertir a docentes en knowmads (nómadas del conocimiento). La administración debe simplificarse al tiempo que se hace más abierta y transparente para familias y agentes educativos. Los recursos humanos destinados a la educación han de reagruparse en torno a las aulas y los centros, actuando en proximidad máxima con el alumnado a fin de promover su éxito, en formatos presenciales o virtuales para compensar desigualdades socio-culturales de las familias a las que pertenezcan. Pervive demasiada estructura y jerarquía cuando nos encaminamos hacia un escenario de "Educación 3.0", basado en un aprendizaje más horizontal (entre iguales), un conocimiento aplicado contextualmente, unas relaciones menos jerarquizadas (en redarquías),...
  10. Urge un amplio "Acuerdo Escolar". En el caso de la Comunidad Autónoma del País Vasco que abarque a todo el sistema educativo vasco, algo no alcanzado tras 30 años de autogobierno, y que complete el "pacto escolar" de 1993 (que sólo cubría la mitad del sistema con una "Ley de la Escuela Pública Vasca" y que estaba programado para durar, a lo sumo, siete años). La génesis de este Acuerdo, extensible también a nivel de Estado y de Europa, debe propiciar una mínima regulación de modo que se confíe en las comunidades escolares que alientan cada centro, pero fijando metas medibles de resultados discentes. Ya han pasado 20 años desde el "pacto escolar" y han cambiado, afortunadamente mejorado, las condiciones. Ahora no basta una negociación sólo entre dos partidos, ni siquiera a escala exclusivamente política. Un nuevo acuerdo debe dimensionarse socialmente, escuchando especialmente a los agentes escolares -y en primer lugar a los prescriptores como lo son las familias-.

Docencia y Discencia Digital

DocenciaDigital
En un excelente suplemento de "El Correo" dedicado a la web 2.0 se publicaba este pasado sábado la síntesis de una entrevista de varias horas con Laura-Solène Pinos, @credula, de Elements Comunicación. El artículo reproduce una síntesis de nuestras ideas personales sobre la reducación, bajo un epígrafe de Docencia digital: Aulas 2.0 ¿Existen? Sigue una transcripción literal de su crónica:

De la teoría de la Educación 2.0 a su realidad práctica en nuestros centros de enseñanza. Absentismo, desinterés generalizado, fracaso escolar… Los síntomas de la crisis que sufre actualmente nuestro sistema educativo son múltiples. La Escuela se cuestiona al igual que cualquier otra institución. Los alumnos sí se hacen portavoces de esta corriente crítica pero, en realidad, son los docentes quienes guían la revolución que ya está en marcha. ¿Cómo se dieron cuenta de las imperfecciones del sistema? Sencillamente hablando, comentando sus experiencias con otras personas, docentes o no, que comparten su amor por la enseñanza. Aprender los unos de los otros, la base de la Educación 2.0.

Estas puestas en común siempre existieron en mayor o menor medida, pero la introducción de Internet y de las nuevas tecnologías en nuestra vida cotidiana ha acelerado el proceso. Se han formado verdaderas comunidades a través el mundo entero y el análisis crítico que ha surgido de ellas no deja lugar a duda: las metodologías de enseñanza se han de modificar e Internet y las nuevas tecnologías son las claves de este proceso.

Mikel Agirregabiria, responsable de Innovación Educativa de Bizkaia que ocupó diferentes cargos en la Administración del Gobierno vasco, ha seguido desde muy cerca esta evolución. Antes que el término Educación 2.0, prefiere el de ‘reducación o educación en red" (Sarezkuntza). Este término se fundamenta en cuatro pilares básicos.

El primero es la conectividad universal que supone un acceso libre a todos los contenidos que están en el ciberespacio en todo momento, incluidos los exámenes o pruebas. Sólo esta premisa ya obligaría a reformular todos los procesos de aprendizaje y desharían muchos sistemas obsoletos de enseñanza. La creación de un portafolio personal que acompañe al alumno durante toda su escolaridad y recoja todas sus aportaciones discentes y personales sería la segunda clave. «Se cree que la vida profesional empieza cuando han terminado su formación, pero la identidad en el ámbito profesional se cultiva desde la más temprana edad», explica Agirregabiria. Cómo era una persona a los 8 años, cómo se proyectaba, qué recreó... son aspectos que deberían tenerse en cuenta».

El tercer pilar de este nuevo modelo educativo es el trabajo en red, porque «al igual que en una neurona, lo importante es qué conexiones mantiene. También el primer y más grande aspecto a valorar es el grado de interacción que se tiene con los demás, cercanos o remotos, pero enlazados en una realidad híbrida (física y virtual) ». Según Agirregabiria, estas interacciones no sólo deberían existir entre compañeros de la clase presencial, sino también con condiscípulos de otros centros e, incluso, abierto a las familias, la sociedad y entre personas de diferentes edades. «Hay que abrir las puertas del aula a la sociedad», defiende.

La cuarta y última clave es la adopción no de TICS (de los recursos materiales en sí), sino de las MICs o Metodologías de la Información y la Comunicación, propias de la era de la información en los centros, lo que supone crear y poner en marcha nuevas fórmulas pedagógicas. Ese es el verdadero reto para el profesorado, que verá sus funciones profundamente modificadas dentro del aula y en otros formatos de aprendizaje conjunto. No desaparecerán las clases magistrales, sino que será una más de las modalidades de interrelación docente-discente, pero con un grado máximo de participación del alumnado. No se trata de llegar a un punto de relaciones horizontales entre profesorado y alumnado, pero sí de aprendizaje mutuo que incorpore a las familias.

Dolors Reig, referencia docente. Esta idea tiene su fundamento en el hecho de que las nuevas tecnologías forman parte íntegra de la vida de los jóvenes, no tienen ningún secreto para ellos y las usan con mucha más facilidad que la mayoría de la población adulta, entre ella los docentes. Pero, como subraya la psicóloga social Dolors Reig, su uso está casi exclusivamente dedicado al ocio y a la diversión: no perciben las posibilidades que aportan Internet y las nuevas tecnologías en materia de educación y formación profesional.

Es precisamente uno de los papeles que incumbiría a los docentes: transmitir la idea de que las redes les pueden aportar mucho más. «Es importante distinguir TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) de las TAC (Tecnologías del Aprendizaje y el Conocimiento), así como de las TEP (Tecnologías para el Empoderamiento y la Participación)», explica. «Los llamados nativos digitales puede que dominen las TIC pero menos las dos últimas, que se enseñan menos de lo que se debería en la escuela. Empiezan a trabajarse las segundas, las tecnologías del conocimiento, pero en cuanto a la participación queda mucho por hacer», afirma.

Sin embargo, y como ya lo dejan entrever las palabras de Dolors Reig, el nuevo papel de los docentes no se limitará a esta tarea de evangelización. Otra de sus funciones, y probablemente la más difícil de llevar a cabo, es la de fomentar la participación y la aportación voluntaria. Ésta es fundamental porque, de alguna manera, ayuda a que desaparezca esta brecha inmensa que existe entre la pasividad que nos impone el sistema educativo en nuestra infancia y adolescencia y la productividad que requiere la vida adulta.

Pero éste no es el único beneficio de aprender a aportar. Como señala Mikel Agirregabiria, «todos los puntos de vista son importantes, porque la realidad se va contrayendo con la visión personal de las cosas de cada uno de nosotros. Una narración infantil, la imagen que tiene de su propia ciudad, permite saber cómo los niños ven las cosas desde su estaturita, desde su simplicidad. De otro tipo sí, pero desde su sabiduría». Compartir sus ‘conocimientos’ es importante para la infancia y la adolescencia porque, además de desarrollar su creatividad, reciben valoraciones de los mismos a gran escala, puesto que esos contenidos son visibles por cualquier usuario de Internet.

Gracias a este proceso, sabrán en qué son exitosos. «Cualquier joven es excelente en algo», afirma seguro Agirregabiria. La escuela debe permitir que descubran en qué. Eso es el verdadero éxito escolar. No se trata de que un alumno sea el mejor de su centro, sino que cada estudiante descubra que es el mejor de la clase en algo. Saberlo le ayudará a determinar cuál debe ser su orientación profesional. Un desafío importante para los docentes. Ésa es una nueva formulación, más acorde con el «viejo derecho a la mera escolarización», que en la actualidad debiera transformarse en un «derecho universal al éxito escolar», asegurando que todo alumno viva y experimente su singularidad y unicidad descubriendo su propia vocación personal y profesional.
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Formación del profesorado. Es fundamental que los docentes hagan suyas las nuevas tecnologías. Hay que predicar al alumno con el ejemplo. Para llevarlo a cabo es evidentemente fundamental que el profesorado haga suyas las nuevas tecnologías. Para ayudarle en esta complicada tarea, las Instituciones públicas han puesto en marcha diferentes programas formativos. En Euskadi, los organizan los Berritzguneak (y otras fórmulas) en el marco del amplio proyecto Eskola 2.0, que proponen recursos, ayuda y actividades tanto al profesorado como al propio alumnado, así como a las familias.

Para Mikel Agirregabiria, esos talleres y cursillos son útiles, pero también habría que replantearse la formación inicial de los docentes. «Sin embargo, llegar perfectamente bien preparado no es excusa para que los que trabajamos en el dinámico sector del aprendizaje renunciemos a una formación continua curso a curso. Debemos predicar con el ejemplo, debemos ser personas que, hasta el último momento, hasta después de la jubilación, siguen sabiendo que el aprendizaje es, probablemente, la actividad humana más gratificante», sentencia.

Igualmente insiste en que el perfeccionamiento entre iguales cuenta, justamente por el poder de las redes sociales digitales, con nuevos sistemas de apoyo mutuo y aprendizaje en todo tiempo y lugar conversando en la red de redes.

Mantenerse al día. Esta necesidad de compaginar docencia con formación es más perceptible en el caso de la educación en red, ya que el profesor ha de mantenerse al día de las novedades casi diarias del sector. Esta realidad explica, según Dolors Reig, por qué en algunos centros no han introducido las nuevas tecnologías en su programa. «Aprender a aprender durante toda la vida es una competencia y una actitud que muchos profesores no han aprendido. En este aspecto y en la falta general de tiempo de autoformación de los docentes creo que están las claves de la lentitud para entrar en esta dinámica».

Esta formación continua se logra, en gran medida, gracias al trabajo en red. Se han multiplicado las plataformas dedicadas a la docencia. A través de ellas, se comparten recursos y experiencias, cosa que, paradójicamente, se produce de manera mucho menos automática entre los docentes de un mismo centro. Es un fenómeno que ha podido comprobar Josu Garro, profesor de Plástica e Informática en 4º de ESO y TIC y Dibujo Técnico en Bachillerato y miembro de Aulablog (colectivo de profesores enredados con las TIC).

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«Hoy en día es muy fácil acceder a estas herramientas y tecnologías, gratis o por un precio módico. Adquirimos un compromiso con nuestro centro, alumnos y sus familias de aportar lo mejor que podamos al proceso de formación y, si no se nos da, lo buscamos. Eso nos complica algo la vida, pero se puede hacer. Se trata de vivir el 2.0. Compartir, escuchar y enlazar con el claustro virtual en la Red. Aportando y recibiendo lo que puedas necesitar para tu tarea», afirma.

Bizkaia 2030, escenarios de futuro

Hoy hemos tenido la oportunidad de participar en una de las entrevistas que la Dirección de Asuntos relacionados con la UE de la Diputación Foral de Bizkaia está desarrollando un proyecto de Análisis de Escenarios con el horizonte "Bizkaia 2030". Están contando con una consultoría de gran prestigio internacional en el uso de esta metodología, Global Business Network GBN (member of the Monitor Group), así como con la Secretaría Técnica de Bilbao Metropoli-30. Anteriormente, en 2009, se desarrolló el análisis de Bizkaia en el contexto internacional. En la fase actual destinada a analizar el contexto micro, se han desarrollado varias entrevistas personales con representantes significativos de los distintos sectores del Territorio, durante los días 13 y 14 de julio de 2010.

Acompañados de Idoia Postigo, de BM-30, siempre excelente introductora y perfecta traductora, hemos respondido durante casi dos horas a muy interesantes preguntas de Nick Turner (co-presidente de GBN) y Noah Raford (@nraford). Inevitablemente, en todas las conversaciones con diversos agentes, la educación ha estado en el foco de la visión prospectiva. Por discreción no hemos grabado nosotros ni fotos, ni el sonido (ellos sí) de la charla.

Nuestras tesis han sido insistentes en expandir el concepto de educación en el futuro, con aprovechamiento de la web 2.0 y nuevos entornos virtuales de aprendizaje colaborativo, mucho más allá de la enseñanza reglada presencial en horarios y calendarios escolares durante los primeros años de la vida de la ciudadanía. No basta mejorar permanentemente los sistemas educativos, de infantil hasta la educación de personas adultas, desde la FP a la universidad. Es preciso asegurarnos que antes de abandonar las etapas obligatorias, todo el alumnado haya descubierto que "no existe tarea humana más gratificante que aprender". Lamentablemente no hemos conseguido que la totalidad de la juventud haya llegado, tan precozmente como sea posible, a tal conclusión por vivencia personal de haber degustado los beneficios de una sólida formación y una amplia cultura.
Había preguntas difíciles, para las que se pedía una respuesta improvisada de modo cuasi-automático. Quizá las más espinosas, al tiempo que oportunas, han sido muchas. Algunas sobre cuáles son los mayores obstáculos para no hipotecar el futuro, nos las reservamos hasta el final del trabajo. Otras de nuestras respuestas, demasiado extensas para recogerlas en un post, han sido sumariamente las siguientes, acompañadas de la pertinente cuestión:

¿Es usted optimista o pesimista respecto del futuro de Bizkaia en 2030? Hemos preferido no decantarnos radicalmente por ninguna de las opciones. Somos optimistas por nuestras posibilidades, pero pesimistas porque quizá no reaccionemos a tiempo como sociedad. Principalmente, porque no somos plenamente conscientes de nuestra capacidad de crear futuro y porque quienes lideran, en un sistema político relativamente caduco, nunca socializarán que siempre se vive en crisis y que reconocerlo es el primer paso para sinergizarnos y activar nuestros inmensos potenciales.

¿Reconociendo el papel clave de la educación para la transformación social, qué medida educativa principal dispondría? Hemos apostado, al deber seleccionar una sola, por materializar la educación en obra recogida y legada, como si se tratase de ir creando un portfolio o un currículum de servicio a los demás. Desde los primeros años se recogería (digitalmente) cada dibujo único e irrepetible de cada momento escolar, su colaboración en tareas conjuntas, su aportación en ayuda al resto de la comunidad escolar. Así se apreciaría en formato cotidiano, y no de títulos al final de largos períodos, qué hemos aprendido, vivido y contribuida cada día de nuestra vida. Nos definiríamos objetivos de cada lunes y de cada martes, de cada hora, buscando especialmente la realización personal a través del legado a los demás, con quienes aprendemos y convivimos todos los días.

¿Qué medidas inmediatas adoptaría (si dispusiese del poder necesario) para construir un mejor porvenir? Dos han sido las esenciales, una educativa y otra social. 1º Anticipar la responsabilidad y la aportación de los más jóvenes, evitando el retardo en la asunción de su compromiso con los demás. Porque estamos cerrando cauces por los que se contribuía desde la más tierna infancia en el apoyo en la misma familia y con otros condiscípulos y otras personas. Y para ello hay que crear cauces de participación, y reclamar esfuerzo y cooperación en tareas comunes, contribuyendo tempranamente en el auxilio a quienes tenemos cerca ( en las tareas domésticas, ayudando a condiscípulos de la misma o menor edad,...). 2º Abrir la participación al conjunto de la ciudadanía en las decisiones comunes, mejorando todas las fórmulas de escucha activa de los poderes públicos, descentralizando y abriendo a toda la sociedad hacia una política lírica o políRica.

¿Cuál considera que es el mejor indicador de consecución de un futuro despejado? Quizá es difícil señalar un único referente que si pudiésemos vigilar nos indicase si caminamos en una buena dirección. La cuestión la han formulado como si tuviésemos una bola de cristal que nos pudiese servir de guía. Puede resultar simplista, como en el caso que hemos mencionado de la prueba más rápida (ver en este post), pero nos decantaríamos por un medidor de mera demografía (pronto escribiremos sobre 150 años de censo universal), antes que indicadores de Ingreso per cápita, Éxito escolar,... Porque la economía no mide el grado de cohesión social, ni el grado de equidad,... pero sí demuestra que se vive en un lugar que muchos eligen para ser felices. No existe mejor prueba de bienestar y de confianza en el futuro que si la gente escoge, desde la educación y la responsabilidad, generar prole en la seguridad de que vienen a un mundo mejor.

También hemos desgranado ideas que merecen ser debidamente expuestas sobre "malls" educativos, esos gigantescos y futuros centros comerciales educativos donde pasamos las horas libres consumiendo... formación, porque tras los productos y los servicios, los seres humanos disfrutamos -sobre todo- del aprendizaje cultivado, voluntario y seleccionado. Pronto el ocio de mayor calidad será aprender con un menú inconmensurable en opciones, niveles,... Este tipo de nuevas estructuras habrán de ser ágiles, flexibles, accesibles, opcionales,... Algo así como los "McDonald's del saber",... Seguiremos ampliando estos conceptos...

Laptop Bat Ikasle Bakoitzeko (LBIB-OLPC)

En la actualidad, hay situaciones (y no son pocas) donde la sociedad va por delante de la administración. Esto también sucedía en el pasado, pero la diferencia ventajosa de este momento reside en que la web 2.0 nos permite constituir grupos de opinión que pueden influir decisivamente (o tratar de hacerlo) para resolver estos desfases históricos.
Un caso patente es la creciente digitalización de la sociedad, o de buena parte de ella, y la tardía incorporación de estos potentes recursos del conocimiento en la realidad educativa. Nuestras escuelas y nuestras universidades apenas explotan todo el potencial tecnológico posible por múltiples razones de dotación no universal (ni para el profesorado, ni para el alumnado), notable falta de conectividad y estrechez de banda, estándares no fijados, escasez de recursos curriculares (especialmente en euskara), bajísima o nula explotación formativa de las redes sociales,...
Para coadyuvar a la desaparición de esta inmensa brecha digital de la educación, que debería ser el sector prioritario de implantación, proponemos desde aquí la creación de un grupo específico de Aprendices (especialmente de Ikasbloggers) que denominaremos Proyecto LBIB,, siglas que corresponden a Laptop Bat Ikasle Bakoitzeko, por semejanza con el reconocido proyecto OLPC de Nicholas Negroponte (a quien vimos en Bilbao según la foto anexa). El OLPC tuvo un éxito inesperado como idea recogida por la industria con los ultraportátiles tipo Asus EeePc, pero fue un sonoro fracaso en su implantación efectiva. Aprovechando el recorrido del proyecto de y otras experiencias similares, trataríamos de redactar unas conclusiones adaptadas a nuestra realidad socioeducativa contemporánea.
Este grupo LBIB abordaría un primer informe actualizado para definir requerimientos del hardware, software, fórmulas de adquisición, difusión y mantenimiento, fórmulas de formación de profesorado, familias y alumnado, posibles colaboraciones y patrocinios (tecnológicos y educativos), redes físicas y de contenidos, en los distintos niveles educativos desde la educación infantil a la universitaria, pasando por la formación profesional y enseñanza de personas adultas. Cada apartado sería coordinado por un subgrupo especializado que actualizaría y contextualizaría a nuestra realidad social esta ambiciosa propuesta.
Algunas de las primeras premisas básicas del Proyecto LBIB serían:
  • Uno equipo por escolar, aspirando a uno por ciudadano (siempre que no disponga ya de otro equipamiento).
  • Garantizar la máxima conectividad con amplio caudal y cobertura generalizada (escuelas, bibliotecas, plazas y zonas comunales y gradualmente todos los hogares).
  • Todo el alumnado podría utilizar este equipo conectado en cualquier situación de aprendizaje, todo el tiempo y en todas las clases.
Necesitamos voluntarios especialistas para colaborar en este Proyecto LBIB, que abarcaría una primera aproximación con plena actualidad a todas las facetas pedagógicas, académicas, sociales, organizativas, tecnológicas, inversiones económicas y de financiación sostenible, potenciales alianzas, colaboración interinstitucional,...
Foto superior del segundo diseño del OLPC. Technorati tags: | | | | .

Niveles educativos mínimos

Al fijarse los niveles mínimos, los típicos rígidos imponen dígitos cínicos, y los míticos líricos preferimos límites nítidos, lícitos y cívicos.

El establecimiento de niveles académicos mínimos y de pruebas diagnósticas generalizadas y periódicas efectuadas por evaluadores internos y externos ha demostrado una eficacia indiscutible en todos los sistemas de enseñanza. En nuestro caso, desde la desaparición en 1970 de las pruebas de Ingreso al Bachillerato y de sus correspondientes reválidas en 4º y 6º, sólo disponemos de la Selectividad como prueba común.

Sus efectos son sumamente positivos en los dos cursos actuales de la enseñanza secundaria post-obligatoria, apremiada por la medición individual y colegial que supone. Ello, a pesar de algunas deficiencias quizás no tanto basadas en el hecho de que su corrección sea competencia exclusiva de profesorado público, sino en no asegurarse rigurosamente el anonimato del alumnado y del centro de origen, ni una doble corrección independiente y contrastada.

En este momento, el sistema educativo vasco se encuentra ante una encrucijada, donde han de reconsiderarse y resolverse dos elementos centrales de la enseñanza: el currículum escolar y los modelos lingüísticos. Las comisiones técnicas que han analizado ambos aspectos llevan muchos meses de trabajo preparatorio para la elaboración de sus opciones, y ahora serán los políticos quienes hayan de convenir las propuestas definitivas.

El nuevo Currículum Vasco es un tema de una complejidad que excede la extensión de este artículo. En lo referido a los niveles mínimos para la universalidad discente, únicamente hemos de señalar el potencial riesgo que supone la construcción parcelada por áreas temáticas, introduciéndose por separado pero aditivamente y con el doble enfoque de competencias y contenidos mínimos. La suma de todos ellos, con el doble origen de un 55% marcado por la LOE y el 45% definido desde la Comunidad Autónoma de Euskadi, podría resultar excesiva para una minoría significativa del alumnado. Especialmente si apostamos por una educación que no favorezca el fracaso, que no deje atrás a nadie, como preconizan y logran las sociedades más comprometidas y solidarias.

La revisión de los Modelos Lingüísticos puede significar, igualmente, un latente peligro si se confundiesen objetivos y/o plazos en lo relativo a los niveles mínimos exigibles. El incumplimiento de la Ley de Normalización del Euskera, de 1982, deriva –en parte- de su desmesurada meta en el Artículo 17: “El Gobierno adoptará aquellas medidas encaminadas a garantizar al alumnado la posibilidad real, en igualdad de condiciones, de poseer un conocimiento práctico suficiente de ambas lenguas oficiales al finalizar los estudios de enseñanza obligatoria”… (finalización que entonces, antes del BUP, sucedía a los 14 años).

Veinticinco años después de la Ley 10/1982, las evaluaciones del ISEI-IVEI concluyen que si se establece el nivel B2 como terminal en la actual ESO, sólo el 47,3% de nuestro alumnado de 16 años supera este nivel (el porcentaje sube al 53,7% incluyendo la expresión oral), repartido según los actuales modelos en 57,2% del D, el 27,5% del B y siendo inapreciable el porcentaje en modelo A.

Reglar el nivel B2 como mínimo en un plazo programable (planificado a 6-10 años) resulta inverosímil de alcanzar, ni siquiera para el 80% del alumnado, a pesar del éxito reconocido internacionalmente que ha significado la euskaldunización del profesorado y de las familias, y el avance sociolingüístico de nuestro entorno formativo, mediático y social. Bastaría considerar el mapa donde se concentra la tarea pendiente, áreas metropolitanas del Gran Bilbao y Vitoria-Gasteiz, para comprender que el nivel B1 universal al acabar la ESO es un reto considerable, si se desea alcanzarlo realmente y no como una declaración de principios generacional, que se logrará… pero un plazo mayor.

Concluiríamos que los niveles educativos deben escalonarse en su currículum debidamente con tres referencias: niveles mínimos exigibles, niveles recomendables medios y máximos niveles de excelencia, que serán los que se definan desde la autonomía de las redes y centros escolares, muchos de los cuales aseguran para su alumnado cotas muy altas en resultados lingüísticos y curriculares. Los niveles mínimos deben atender a una premisa de equidad que no instituya un fracaso insuperable, mientras que los niveles recomendables nos sitúen en convergencia con los países más avanzados educativamente y el porcentaje de quienes alcanzan los niveles máximos establezcan la calidad del sistema que, entre todos, hemos de apoyar e impulsar.

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Summerhill: Escuela de felicidad


Explicar la utopía escolar de Summerhill es un serio reto para un educador. Sintetizar lo mejor de su proyecto es más factible.

Imagínese una escuela donde se cultiva la felicidad,… donde los alumnos son libres de ser ellos mismos, donde el éxito no es definido por los resultados académicos, donde quién eres importa más que lo que sabes, donde alumnos y maestros aprenden juntos, donde todo se organiza de forma democrática, donde cada persona tiene el mismo derecho de hablar y ser escuchada, donde la creatividad y la expresión propia no son reprimidas,…

La Escuela Summerhill (Colina de Verano) fue fundada en 1921 por Alexander Sutherland Neill. La descripción pedagógica y organizativa de tan compleja experiencia didáctica, e incluso la biografía de su fundador Neill, forman parte del currículo formativo de cualquier profesor contemporáneo. Resumirlas en unas líneas sería irreverente, por lo que como primera aproximación al pensamiento de Neill cabe citar los ilustrativos títulos de sus principales libros, donde difunde su proyecto y que marcan los grandes temas de la educación moderna.

A.S. Neill, que había actuado como periodista en diferentes medios editoriales, publicó durante todo su periplo docente numerosos textos, cuyos epígrafes marcan los hitos de su progreso profesoral a lo largo de su vida que transcurre entre 1883 y 1973. Sus primeros libros son “A Dominie´s Log” (Diario de un profesor rural) y ”A Dominie´s Dismisset” (Un profesor acomodado), entre 1916 y 1917. Se muestra como un iconoclasta, que narra humorísticamente su profesión. Extendiendo que sus reflexiones eran tomadas en broma, editó “The booming of Bunkie” (El crecimiento de Bunkie) en 1919 y ”A Dominie in Doubt” (Un profesor en dudas) en 1921.

En 1920 fue elegido como co-editor de la revista “Educación para una Nueva Era”. Las siguientes obras fueron en 1924 “A Dominie´s Five”, que protagonizan sus alumnos, y en 1926 “The Problem Child” (El alumno problemático), donde enuncia su axioma de la libertad “neilliana”. Continúa en 1932 con “The Problem Parent” (El padre problemático), donde presenta la dialéctica familia-profesorado. Sigue una trilogía: En 1934, “The Modern School Handbook” (Manual de la Escuela Moderna); en 1936 “Is Scotland Educated?” (¿Está educada Escocia?), y 1937 “That Dreadful School” (Esa Escuela Terrible).

En 1938 publicó “The Last Man Alive. A Story from the age of Seven to Seventy” (El último superviviente, una narración para niños de 7 a 70 años). En 1939 escribió “The Problem Teacher” (El profesor problemático) y en el año 1945 “Hearts not Heads in the School” (Corazones, no sólo cabezas en la Escuela). En 1949, editó “The Problem Family” (La familia problemática); y en 1953, “The Free Child” (El niño libre).

El 7 de Noviembre de 1960, coincidiendo con la semana en la que John F. Kennedy fue elegido Presidente, publicó su libro ”Summerhill”, de considerable éxito. Fue prontamente incluido en las listas de obras recomendadas en más de 600 universidades. Sus dos últimas obras fueron “Talking of Summerhill” (Hablando de Summerhill) en 1967 y en el año de su muerte, 1973, aparecía su obra autobiográfica “Neill! Neill! Orange peel” (Neill, Neill, Piel de naranja, como le llamaba irrespetuosa pero cariñosamente uno de sus alumnos, equivalente a “maestro ciruela”).

A.S. Neill creyó que en Summerhill se alumbraba una nueva civilización. En todo caso, aquélla fue y seguirá siendo una escuela referencial donde reinaba la vida, la alegría y el entusiasmo. Desde el paradigma de la libertad en este mundo enloquecido, contribuyó decididamente a revivir la única gran esperanza: la Educación universal de calidad y en equidad.

La barbarie interna

¿Arde Paris? El deseo de Hitler lo consuman quienes no son chusma, sino la prueba de que la injusticia y la xenofobia latentes finalmente explotan.

Frente a las manifiestas insuficiencias demostradas en los Estados Unidos con ocasión del huracán Katrina, que destapó la discriminación de la población negra abandonada en Nueva Orleáns, algunos [incluidos relevantes medios de comunicación] europeos parecían congratularse de la teórica superioridad en materias de educación, orden público y de respuesta institucional en nuestro continente. Los disturbios inacabados, aunque confiemos que no inacabables, en toda Francia, un supuesto modelo de la “fraternité” y la “égalité”, nos demuestran la auténtica “réalité” que urge a mejorar hondamente nuestros sistemas sociales de cohesión, asistencia y enseñanza para ofrecer oportunidades reales a toda la ciudadanía, inclusive a la que nació pobre en cualquier lugar del mundo.

La juventud postrada de los suburbios franceses, que no conoció la miseria de sus abuelos, ya no acepta las migajas de un sistema estratificado cuando sólo vislumbra la penumbra de un futuro sombrío. Poco tiene que perder, porque no quedan esperanzas. El desánimo es mal consejero y la política exclusiva de “mano dura” represiva sólo logran lo que ha conseguido Sarkozy: extender las revueltas de quienes pueden comportarse como les han definido: como escoria.

Estos altercados ponen de manifiesto la profunda fractura cívica francesa, europea y planetaria, de complejas raíces interculturales, plurilingüísticas, interreligiosas y socioeconómicas. Un problema, todavía acotado a determinadas franjas de edad y en las zonas más desfavorecidas, exige inteligencia y globalidad en sus soluciones para evitar la potencial ramificación de la intolerancia. La peor componenda sería que torpemente se magnifiquen y reorienten estos disturbios con etiquetas de terrorismo o islamismo radical. Sería un craso error de incalculables consecuencias atribuir todo a redes criminales de naturaleza étnica o religiosa, cuando un movimiento de esta dimensión social podría acumular “masa crítica” hasta una escala difícil de desactivar.

Frente a quienes queman escuelas y guarderías calcinando con ello aún más su propio porvenir han de desplegarse toda una batería de medidas, donde destaquen las de naturaleza educativa, desde las más tempranas edades, para producir un rescate social que exige el esfuerzo de toda la comunidad. Junto a disposiciones de mejora de la asistencia social y de los servicios públicos, se precisa un extenso plan integral contra el fracaso escolar y laboral.

No existe otra salvaguarda contra el determinismo de la pobreza transmitida de padres a hijos que una eficaz y dotada escuela inclusiva, que concluya con opciones profesionales verosímiles. Sólo la integración escolar ofrece una igualdad de oportunidades para impedir la perpetuación y degradación en los guetos, que también existen en Europa. Únicamente se contendrá la explosión social mediante fórmulas de escolarización que positivamente ofrezcan una incorporación laboral generalizada con posibilidad de promoción para quienes nacieron predestinados a la marginación.

Cuando las barbas del vecino nos apunta una emergencia de semejante calibre, sería un despropósito ignorar la amenaza. Existe demasiado autocomplacencia y triunfalismo en materia socio-educativa, donde hemos generado una difusa red de resignadas excusas mientras no se palian injusticias seculares. Creamos y creemos la demanda de una educación integral que garantice, no ya la escolarización obligatoria (que tampoco se logra por el alto absentismo y la deserción de algunos colectivos discentes), sino el aseguramiento del éxito escolar y de la inserción laboral universal. Organicemos una escuela de vida que sea rampa de despegue hacia el bienestar y la convivencia armónica, atendiendo al desarrollo individual y colectivo. Sólo así se combate las diferencias sociales a fin de caminar juntos hacia una sociedad solidaria y en paz, basada en la justicia y donde todos tengamos cabida, construyéndonos un aceptable presente y un futuro despejado.

Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2005/barbarie.htm