Mostrando las entradas para la consulta Doisneau ordenadas por relevancia. Ordenar por fecha Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas para la consulta Doisneau ordenadas por relevancia. Ordenar por fecha Mostrar todas las entradas

Robert Doisneau: El fotógrafo que inmortalizó la magia de París

Robert Doisneau (1912-1994) fue un reconocido fotógrafo francés, célebre por sus imágenes en blanco y negro que capturan la vida cotidiana de París con un estilo espontáneo y poético. Nació el 14 de abril de 1912 en Gentilly, Francia, y desde joven mostró interés por la fotografía. Durante la Segunda Guerra Mundial trabajó en la resistencia francesa y documentó la ocupación nazi.

Su obra es considerada parte fundamental de la fotografía humanista, ya que retrata la sencillez y la belleza de la vida diaria con sensibilidad y humor. Fue un maestro en capturar escenas espontáneas que transmiten emociones genuinas.

Falleció Robert Doisneau (ver en otros postsel 1 de abril de 1994, dejando un legado visual que sigue inspirando a generaciones de fotógrafos. Algunas de sus fotografías más icónicas:

📸 "El beso del Hôtel de Ville" (1950) – Una de las imágenes más famosas de la historia, donde una pareja se besa apasionadamente en las calles de París.

📸 "El infante de la boulangerie" (1953) – Un niño con una enorme baguette, capturando la simplicidad y alegría de la infancia.

📸 "Los colegiales de la rue Damesme" (1956) – Un grupo de niños caminando por la ciudad, reflejando la inocencia y el dinamismo de la juventud.

📸 "Mademoiselle Anita" (1951) – Un retrato elegante de una joven parisina que captura la moda y la actitud de la época.

📸 "Banlieue de Paris" (1949) – Serie de fotografías sobre los suburbios parisinos que documentan la vida fuera del centro urbano.

La obra de Robert Doisneau, pura poesía de la vida cotidiana en blanco y negro, sigue siendo un símbolo de la nostalgia y la belleza de la vida cotidiana, con una mirada única y profundamente humana.

Beso reimpreso

Más besos...
El beso es una forma romántica de diálogo, que se firma con los labios.

En 1950, Francoise Bornet y Jacques Carteaud se besaron ante el fotógrafo Robert Doisneau que se apostaba en la terraza de un 'bistrot' parisino. La imagen de un muchacho de pelo alborotado besando apasionadamente a una estilizada chica se convirtió en un símbolo internacional del amor cuando se difundieron millares de copias en forma de póster en la década de los años ochenta, siendo récord de ventas en 1992.

Le Baiser se consideró una estampa tomada espontáneamente hasta que otra pareja, formada por Jean y Dense Lavergne, aseguró al periódico L’Express que eran ellos los actores involuntarios, exigiendo una compensación. Doisneau fue obligado a revelar que la fotografía era un posado: había visto a una joven pareja besarse vehementemente, y éstos aceptaron repetir la escena ante la cámara. Tanto la señora Bornet como la señora Lavergne demandaron a Doisneau, asegurando ambas ser la mujer retratada y exigiendo recibir un porcentaje de las ganancias obtenidas con la instantánea en todo el mundo. Un tribunal francés desestimó ambos casos en 1993, alegando prosaicamente que “un beso no es más que un beso”, y que 40 años más tarde la foto “no ofrecía prueba alguna de identificación”. Esta semana un coleccionista suizo que prefiere el anonimato ha adquirido por 155.000 euros el original que poseía la modelo genuina, Francoise, que hoy es una bella mujer de 75 años.

Una vez más, una imagen vale por mil palabras. Nos refresca toda la poesía escrita sobre besos. Todo aquello de que no olvidemos que el primer beso no se da con la boca, sino con los ojos. Pero también que nunca besemos con los ojos abiertos, porque es la forma más ciega de besar. Lo cierto es que se recuerdan los besos prometidos y se olvidan los besos recibidos. No en vano los besos son como las cerezas: uno lleva a otro. Aunque Dino Segre, Pitigrilli ya reconocía que la secuencia suele ser: “Un beso, dos besos, tres besos, cuatro besos, cinco besos, cuatro besos, tres besos, dos besos, un beso”.

El suceso confeso del beso impreso, ya sea travieso o ex profeso, es un exceso que no deja ileso, sino preso. Es un proceso de regreso y retroceso al fuego del acceso expreso del reingreso en el beso, que Alfred de Musset definió como “el contacto de dos epidermis y la fusión de dos fantasías”. El mismo temblor celestial que Gustavo Adolfo Bécquer declarara, “por una mirada, un mundo;/ por una sonrisa, un cielo;/ por un beso..., ¡yo no sé/ qué no diera por un beso!”, lo había predicho el gran Víctor Hugo cuando supuso que “es imposible que por encima de un beso inefable no haya un estremecimiento en el inmenso misterio de las estrellas”. Esa misma vibración la hemos sentido observando la sublime galería de besos con la que nos obsequió Robert Doisneau.

Artículo ilustrado en: http://mikel.agirregabiria.net/2005/besos.htm

Escribir es tratar de entender, según Clarice Lispector

Escribir un blog es contar diariamente lo que aprendes, lees, vives o presencias. Y el blog, ese diario, también te muestra lo que has compartido desde hace años. Y compruebo que nunca habíamos citado a Clarice Lispector. Algo imperdonable, que pasamos a corregir.


Clarice Lispector nació el 10 de diciembre de 1920 (coetánea de mi padre) en Chechelnyk, Ucrania, en el seno de una familia judía que huía de la persecución durante la guerra civil rusa. Poco después de su nacimiento, su familia emigró a Brasil, estableciéndose en Recife. Desde joven mostró una gran pasión por la literatura. Se trasladó a Río de Janeiro en su adolescencia, donde estudió Derecho en la Universidad Federal de Río de Janeiro. Sin embargo, su verdadera vocación era la escritura. 

En 1943, se casó con Maury Gurgel Valente, un diplomático brasileño, lo que la llevó a vivir en diversos países como Italia, Suiza y Estados Unidos. Durante este tiempo, siguió escribiendo, aunque sentía nostalgia por Brasil. En 1959, se separó y regresó definitivamente a Río de Janeiro con sus hijos. Lispector falleció el 9 de diciembre de 1977, un día antes de cumplir 57 años, a causa de un cáncer de ovario.

Clarice Lispector es una de las escritoras más importantes del siglo XX en Brasil y en la literatura universal. Su obra se caracteriza por un estilo introspectivo, filosófico y existencialista, con un lenguaje poético de no-estilo que explora la identidad, el autoconocimiento y la subjetividad.

 Principales novelas:

  • "Cerca del corazón salvaje" (1943) – Su primera novela, escrita cuando tenía 23 años. Ganó el premio Graça Aranha y fue comparada con Virginia Woolf y James Joyce por su estilo innovador.
  • "La hora de la estrella" (1977) – Su última novela y una de sus más conocidas, protagonizada por Macabéa, una joven nordestina que lucha con su invisibilidad en la sociedad.
  • "La pasión según G.H." (1964) – Relato existencialista que narra la transformación interna de una mujer tras un encuentro impactante con una cucaracha.
  • "Agua viva" (1973) – Un libro experimental, casi un monólogo poético, en el que la protagonista reflexiona sobre el arte y la existencia.

Cuentos y otros escritos: "Lazos de familia" (1960) – Una colección de cuentos sobre las complejas relaciones humanas. "Felicidad clandestina" (1971) – Relatos sobre la infancia y la juventud con un tono melancólico y reflexivo. "Dónde estuviste de noche" (1974) – Otra colección de cuentos con un enfoque experimental.

Además de novelas y cuentos, Clarice Lispector también escribió crónicas, artículos periodísticos y libros infantiles. Clarice Lispector revolucionó la literatura brasileña con su narrativa psicológica y filosófica. Sus libros siguen siendo ampliamente leídos y estudiados en todo el mundo. Es considerada una de las grandes voces de la literatura femenina y universal del siglo XX.

 
- "Escribir es una maldición que salva."
- "Libertad es poco. Lo que deseo aún no tiene nombre."
"Se gasta mucha energía en intentar ser como todo el mundo".
- "El amor es tan grande que hasta el dolor se vuelve una flor dentro de él."
- "No se equivoquen: la sencillez sólo se logra a través del trabajo duro." 
- "Elegir la propia máscara es el primer gesto voluntario humano. Y es solitario." 
- "Las palabras me preceden. No sé lo que quiero decir, y sin embargo ya lo estoy diciendo."
- "Si recibo un regalo dado con cariño por una persona que no me gusta, ¿Cómo se llama lo que siento?"
- "Es casi imposible evitar que el exceso de amor haga que uno actúe como tonto. Sólo el tonto puede amar demasiado." 
- "La vida es para ser vivida intensamente como el amor, que tiene que ser experimentado hasta la última gota sin ningún temor."
- "Siento una claridad tan grande que me anula como persona común y corriente. Es una lucidez vacía, ¿Cómo explicarlo?, algo así como un cálculo matemático perfecto que, sin embargo, no se necesita. Y no entiendo aquello que entiendo."
"Quería volver a ser una niña pequeña, porque las rodillas raspadas se curan mucho, mucho más rápido que los corazones rotos."
- "El futuro de la tecnología amenaza destruir todo lo que es humano en el hombre, pero la tecnología no alcanza a la locura, y en ella es donde lo humano del hombre se refugia."
- "Escribo porque me resulta un placer que no puedo traducir. No soy pretenciosa. Escribo para mí, para sentir mi alma hablando y cantando, a veces llorando…"
- "Al final, ¿Qué importa más: vivir o saber que se está viviendo?"
- "Un día será el mundo con su impersonalidad soberbia contra mi extrema individualidad de persona, pero seremos uno solo." 
- "Soy inquieta, inconstante, y hay en mí una altura inexplicable que me hace volar por los aires cuando menos lo espero."
- "Es necesario correr riesgos. Solo entendemos el milagro de la vida cuando dejamos que suceda lo inesperado."
- "La vida es igual en todas partes: lo que cambia es la manera de soportarla."
- "Escribo como si fuera a salvar la vida de alguien. Probablemente mi propia vida."
- "Hasta cortar los propios defectos puede ser peligroso. Nunca se sabe cuál es el defecto que sostiene nuestro edificio entero."