
- Olvida a quienes crispan la campaña con agresividad y creando división ciudadana. Verifica la credibilidad y la integridad de las candidaturas. Revisa su historial, su reputación y cualquier escándalo o acusación pasada. Evalúa si han cumplido con sus promesas anteriores y si se han comportado de manera ética y transparente en el pasado.
- Desconfía de quienes no hablan de problemas reales de tu entorno, y desvían la atención sobre otras cuestiones fuera de lugar o tiempo para lo que se debate (elecciones municipales, forales o autonómicas). Azuzar los miedos y el patrioterismo se usaba hace 25... siglos, como relató Pericles y ya lo contamos aquí hace 20 años.
- Rechaza a quienes proponen soluciones simples y mágicas para abordar necesidades complejas. Comprende los problemas y desafíos que han de superarse en tu municipio, comunidad o país como metodologías realistas, viables y coherentes.
- Fíate más de quienes hablan más de su programa y acciones, que de quienes vilipendian e insultan a sus adversarios, porque no tienen nada que ofrecer. Y no solamente de lo que prometen en campaña, sino de lo que suelen hacer cuando tocan poder,...
- Analiza las cuestiones clave, como son la educación, la salud, la protección de las personas vulnerables, la igualdad, la sostenibilidad o la economía, entre otros. Comprender los problemas te permitirá evaluar mejor las soluciones propuestas por los partidos.
- Valora lo que vota tu entorno familiar y social, pero decide con plena consciencia desde tu propia y singular identidad.