Jardinería urbanita

He aquí los primeros consejos para el osado principiante que en vacaciones cuida un pequeño jardín, de esos que parecen una maceta grande. El arte de la jardinería comienza por saber distinguir las plantas malas de las buenas: las primeras son las que crecen espontáneamente. Por tanto, tu inicial e interminable labor consistirá en extirpar los florecientes hierbajos y zarzas, mientras abonas el escuálido seto que no progresa. Cuando prolifere finalmente, y a diferencia del jardinero, crecerá en vertical pero no en horizontal, por lo que deberás podarlo hasta que aprenda. Pronto lograrás interpretar el sublime lenguaje del bosque e identificarás esos sutiles indicios, tales como comprender que el arbolito plantado hace meses y que muestra un aspecto alicaído en horizontal, con las raíces más altas que la copa, indica inequívocamente que ya está listo… como leña para la barbacoa. La más moderna Botánica ha descubierto que las únicas especies florales perennes y resistentes, aptas para cualquier sustrato, son las de plástico.

Una buena instalación de riego automático te funcionará perfectamente, si lo supervisas diaria y manualmente. En cualquier caso comprobarás que es compatible que las plantas se sequen mientras el murete se agrieta por exceso de agua. El abono artificial que venden debe ser magnífico, porque se lo comerán los gorriones antes que la tierra lo absorba. El instrumental conviene que sea abundante, pero siempre necesitarás pedir prestada la última herramienta que era exactamente la que precisabas este año. El tamaño de los aperos nunca será el apropiado, o bien son demasiado pequeños o excesivamente grandes. Asegúrate de prever un almacén de utillaje que duplique al jardín, para no quedarte sin espacio.

Recuerda que la flora siempre viene acompañada de fauna, y que los insecticidas demuestran una alta cualidad como herbicidas, mientras que los herbicidas son manjar exquisito para esos seres animados que científicamente se denominan "bichos". La fumigación sólo conseguirá eliminar las escasas hojas sanas, mientras se duplican los gorgojos. Acéptalos como demostración de la biodiversidad de tu ecosistema, y hazte amigo de ellos. Cualquier intento de exterminarlos sólo provocará su hostilidad, profusión y engorde.

Definitivamente las posibilidades de que un ciudadano urbanita controle un jardín son inferiores a las de un aldeano dirigiendo la Gran Manzana de New York. El mítico jardín del Edén estaba supervisado por Dios, y Caín sólo acertó a crear la primera ciudad. Aunque compartas nuestra creencia de que la felicidad consiste en una casa llena de libros y un jardín lleno de flores, pronto deducirás que es preferible que el vergel sea competencia municipal.

¿Caluroso o bochornoso?

España va tan bien, que miente en lo más obvio: Ha dejado de estar situada entre Francia y Portugal, y además este verano no está siendo tórrido, aunque usted no pueda dormir de calor. Las funerarias francesas y portuguesas estiman en más de 10.000 y 1.300 las muertes ya producidas por las altas temperaturas, mientras el Gobierno español limita a menos de 100 las muertes atribuibles a las altas temperaturas. Como única medida urgente se ha apresurado a declarar que son parecidas a las producidas en 1995 cuando gobernaban "otros".

Las pompas fúnebres españolas, al servicio de los más "vivos", no facilitan datos que podrían desorientar a los siempre bien informados ciudadanos. Los periódicos se aprestan a investigar, pero no encuentran nada que rebase el ámbito de lo local. Por no hallar, ni dan con la ministra de turno, que afortunadamente parece que no ha sufrido ni un golpe de calor ni siquiera un ataque de vergüenza. No ha dimitido ningún Director General de Salud, por tres razones: no se han percatado que pase nada fuera de lo habitual; nadie dimite nunca; y jamás es cesado alguien nombrado por tan sublime gobierno. Cierto es que todavía no se han apuntado el tanto de la menor mortalidad por la eficacia del sistema…, pero todo se andará.

¡Ah, tampoco ha habido incendios (eran barbacoas lo que vio por ahí), ni sequías, ni restricciones! Todo esto ha afectado a Alaska que se derrite o a una desorganizada Europa, pero no a la bien gestionada España. Tampoco persiste el chapapote, ni nada que lo que desean los malvados que pretenden empañar la perfecta gestión del PP… en la mayoría de los medios de comunicación.

Verano veterano

Está siendo un caluroso verano. Incómodo para todos; mortal para algunos. El calor veraniego nos demuestra, una vez más, quiénes son los más débiles de nuestra sociedad, y cuán desprotegidos les hemos dejado. Los miles de fallecimientos de ancianos, ¡miles de muertes anticipadas!, dejan al descubierto la insolidaridad de todos nosotros hacia personas que están muy cerca, o incluso son de nuestra propia familia.

Un caso que hemos vivido demuestra la gravedad y precariedad de la vida de muchas personas de edad avanzada. En esta misma zona de playa viven muchos extranjeros jubilados, que eligieron residir aquí fundamentalmente porque "así sobreviven a sus compatriotas que quedaron en su tierra", como ellos mismos declaran. Están bien organizados generalmente, y aunque les cuesta aprender el idioma local se defienden con un inglés que conocen aceptablemente. Hace una semana, unos amigos pidieron a mi hija que les ayudase a entenderse con su vecina noruega, octogenaria cuyo comportamiento se había vuelto extraño, dejando abierta la puerta de su apartamento incluso de noche, y apareciéndoseles a gritos por el balcón contiguo la noche anterior. Mi hija habló con esta demacrada anciana, quien le explicó en un idioma debilitado por las circunstancias que su mejor amiga había viajado por una semana a Suecia, y que se encontraba sin ese apoyo esencial. Ella cada día, a primera hora para evitar el bochorno, se acercaba al lejano supermercado, pero le costaba transportar la pesada agua mineral, necesaria aquí donde la dureza del agua suministrada a las viviendas no permite su consumo. Esta mujer se había encontrada tan débil y deshidratada los dos días anteriores, que sólo acertó a abrir su puerta para esperar ayuda y gritar desde el balcón. Tras esta simple conversación, rápidamente la ayudaron con provisiones de agua y le acompañaron al consultorio médico, comprobando cómo recobraba su vitalidad y aspecto de distinguida dama con tan minúscula atención.

Hemos de asumir todas las responsabilidades, institucionales y familiares, con nuestros mayores. A ellos les debemos todo, comenzando por la vida. Seamos sinceros: No mata el calor: extermina la desatención sanitaria, geriátrica y asistencial (en Francia donde se reconocen 5.000 muertes, su insuficiente asistencia domiciliaria triplica a la nuestra), la pasividad de una administración que se ralentiza o paraliza por vacaciones, y el abandono familiar que debiera apoyarse con financiación colectiva para facilitar la excedencia temporal por cuidado de familiares. En definitiva, mata el egoísmo de quienes disfrutamos el verano ignorando los derechos de nuestros abuelos. Maldita será la familia o la sociedad que se olvide de sus ancianos, que les relegue u olvide, que no reconozca su inmensa aportación y que no les cuide y proteja hasta el final de sus días.

Don Tancredo Zapatero

Zapatero decidió salir del huerto… donde le había llevado con engaños y presiones mediáticas Aznar. Alguno de la ejecutiva, quizás un barón socialista poco alabado por el PP, le había susurrado al oído: "La vida es demasiado corta. No pierdas tu tiempo pactando”. Era una reconocida y cargante manía del Secretario General aquella de firmar innumerables pactos con el doberman popular que le recompensaba con abrazos de oso.

La ciudadanía quería ver al maestro Zapatero torear y doblegar al bruto animal con alguna suerte de arte lidiador, pero el novillero parecía arredrado por un apoderado traidor que, además de robarle los cuartos, le desanimaba con excesivas precauciones: atención al pitón izquierdo, nada por el norte, evita la muleta en corto, cuidado con las declaraciones a la prensa,… Zapatero decidió que sólo le quedaba hacerse el don Tancredo. Se subió al pedestal urdido con las pancartas, y se quedó quieto tras haberse presentado en el paseíllo como un esperado matador, el relevo natural del gran Felipe y el Guerra. La sosería insípida de no mover un músculo se le daba bien, y el toro le respetaba sin cornadas, pero el paso del tiempo comenzaba a ensombrecer el traje de luces, inapropiado para tal función. Había dejado pasar demasiados tranvías de decretazos, Perejiles, chapapotes y guerras, impávido en la parada, en pose inmóvil (nunca se sabrá si por estrategia o de purito pánico) ante el rugiente bovino que salía en estampida cada día al ruedo de la opinión pública. Su lema parecía ser "pasá desapercibio pa que no te den la corná". Pero el respetable no se contentaba con el leve cambio que supuso pasar del compadreo, esperando ser recibido en La Moncloa para sentarse en el sofá del Presidente, al tancredismo de aquí te espero hasta que te vayas con tus pitones a otra parte.

¡Zapatero a tus zapatos! Si quieres pasar a la historia como algo diferente a un maniquí político despierta ya aunque sea verano y otros estén vacacionando. Las estatuas no merecen períodos de asueto.

Dinero: Sal de mi vida


Hace poco alguien me preguntó directamente cuánto dinero ganaba en mi profesión de educador, con intención de apartarme de mi vocación al proponerme un empleo mejor retribuido. Sólo acerté a responderle que ganaba… lo suficiente y rechacé una oportunidad laboral que me hubiese permitido ciertos lujos que jamás obtendré. Días después, se me ocurrió una respuesta preferible que le hago llegar a través de estas líneas, en la confianza de que las leerá mi interlocutor, que era de ese tipo de personas inteligentes pero despistadas, que se pasan la vida haciendo cosas que detestan para conseguir dinero que no necesitan y comprar cosas que no quieren para impresionar a gente a la que odian.

Al principio me quedó la duda de si había sido justo con mi familia, negándoles algunas oportunidades al optar por permanecer en mi campo profesional, que nunca ha estado bien retribuido en comparación con otras actividades. A lo largo de mi vida sólo he descubierto un modo cierto de conseguir dinero: trabajando, con el único inconveniente de que es cansado. Y cuando has elegido una carrera que te apasiona, ya no es fácil dar saltos profesionales sólo para ganar más dinero.

La misma palabra dinero proviene del ´denario´ romano, al igual que salario procede de la sal, sustancia escasa que desde la edad del hierro se usaba como valor de pago, porque servía tanto para condimentar como para curar heridas y conservar la carne o el pescado. A aquel empresario que creía que el dinero es la lámpara de Aladino, le debía haber repreguntado cuánta sal tenía en su casa. Se hubiese sorprendido, al igual que lo hice yo con pregunta tan absurda, para terminarme respondiendo lo mismo: Suficiente. El dinero debe ser como la sal, o el azúcar… Debes preocuparte si te falta el necesario para vivir, pero obsesionarse con acumular más de la cuenta sólo conduce a la arteriosclerosis o a la diabetes. El dinero es como el tiempo: si no lo pierdes, tienes bastante. Muchos preferimos contar los recuerdos y las gratificaciones que nos aporta nuestro oficio elegido, como si fuera el mejor dinero contante y sonante.

Desdichados divorciados

Otro día hablaremos de las divorciadas, lo que compensará sobradamente a las y los feministas, pero hoy comencemos con sus ex maridos. En tono de humor, pero verídico como la vida misma, relatemos un caso muy próximo. Se trató de una separación amistosa, tras muchos años de matrimonio en común. El reparto de bienes fue simple, pues poseían dos viviendas y dos coches. Para no discutir innecesariamente sobre para quién sería el piso más grande o el mejor coche, ella se quedó con todo. El contenido de los inmuebles se repartió más equilibradamente, él se quedó con todo lo que estaba fuera y ella con todo lo de dentro, incluidos los dos ordenadores porque estaban en red y los dos móviles para que todos supiésemos quién iba a contestar cuando llamásemos. Para compensar un poco, ella retuvo así mismo la descendencia, si bien él debía pasarle una jugosa pensión y ocuparse de su cuidado cuando a ella le conviniese.

Obviamente, hay que considerar las circunstancias concretas. Ella fue la que le sorprendió diciéndole que quería una familia más numerosa, a lo que él se opuso,… cuando se enteró que se refería a nuevos maridos. Quizá ella no le pidió divorciarse en el mejor momento, cuando sólo trabajaba ella y él estaba en el paro. También es cierto que ella fue quien le propuso hacerse novios y casarse, si bien entonces sólo él disponía de un buen empleo que le permitió acumular el patrimonio que luego se repartieron tan equitativamente. El lazo del divorcio es el más indisoluble…

El sino fatídico de los divorciados no acaba ahí. Están destinados vagar hasta emparejarse o reincidir con divorciadas, para terminar educando hijos ajenos mientras pierden los propios, quienes se convierten en huérfanos de padres vivos. Existe una depresión psicológica padecida por los padres divorciados por no disfrutar de la cotidianeidad de la vida paterno-filial que ha sido denominada "Síndrome de Ausencia Involuntaria de los Hijos". Según los sondeos bianuales del Eurobarómetro, entre los que no viven en pareja, los divorciados son estadísticamente los más infelices, seguidos por viudas y viudos, siendo los que nunca se han casado son los más dichosos de esta categoría, aunque claramente menos felices que los emparejados. ¿La solución al divorcio? Hasta el momento, sólo se han descubierto medidas preventivas, como casarse adecuadamente con la persona idónea… en el primer matrimonio.

¡Viva el Tío Gilito!

El Pato Donald fue un personaje de personalidad cambiante a lo largo de su existencia. Apareció como un individuo familiarizado con la derrota y el fracaso, pero su artífice, el dibujante Carl Barks de los estudios Walt Disney, le acentuó sus malas pulgas y le convirtió en un gruñón, capaz de obrar absurdamente con tal de lograr una victoria. En sus peripecias siempre le acompañaba la coqueta e inseparable Daisy, conocida por su afán de querer figurar. Al final surgieron los tres temibles sobrinos del pato, Juanito, Jorgito y Jaimito. Pero, sin duda, la mayor aportación de Barks al cómic fue el Tío Gilito, inspirado en la obra "Cuentos de Navidad" de Charles Dickens. Este personaje llegó a tener tanta fama que, cinco años después de su creación, acabó protagonizando su propia serie.

En Marbella el Gil auténtico ha relevado al Gil heredado en la concejalía de Urbanismo (el resto poco importa). Pero la legitimidad y limpieza democráticas, cuyas ausencias tanto añoramos en las tramas económicas, se ha cobrado una dimisión… en Madrid. Al menos el secretario general del Partido Popular, Romero de Tejada, ha presentado su renuncia… como fotocopiador en esa oscura empresa MIC Servicios de Copias y otras entretelas, a la que sus competidores denuncian por trato de favor desde el Gobierno, y donde en "unas horillas" cumplía la "jornada a tiempo completo" (¡éste sí que sabe de orillas y de hornada a tiempo completo!). Mientras y nada extrañamente, el gasto de las familias en la vivienda creció desmesuradamente según un estudio de Caixa Catalunya, que destaca a Madrid como la región donde las familias dedican a las viviendas una mayor proporción de su presupuesto, hasta el 35% total en 2000 frente al 26% en 1990.

Los personajes de la vida política comienzan a presentar una alarmante similitud con las rancias caricaturas de los dibujos animados. Quizá sólo sea un nocivo efecto televisivo de aparición retardada. Las actitudes, caracteres y diálogos de los políticos parecen más propias de tiras cómicas que del mundo real, en el que nos movemos la ciudadanía de a pie. Díganme si no reconocen a un malhumorado y graznante presidente Donald, a una encopetada concejala Daisy, a los alborotados sobrinos sucesores (sólo Jaimito coincide en nombre), y a los múltiples tíos Gilitos que aparecen por doquier en Marbella, Madrid,… Todos creados por la misma mano que bosquejó al Patoso Donald. A propósito, ¿dónde están Mickey Mouse, Goofy, Pluto, Bambi,...? ¡Viva Disney, viva Dickens, pero que Dios nos asista!

Del "todavía no ha venido" al "ya se ha ido"

"Se ruega a los señores redactores que tengan la amabilidad de no marcharse antes de llegar".

Georges Clemenceau (1841-1929), durante su etapa como director del periódico Justice. Preocupado por la corta presencia de los redactores colocó este cartel. Es aplicable a determinados funcionarios y políticos...