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Índice y trayectoria del Testigo de la Educación Vasca

Una trayectoria discente y docente de medio siglo de un individuo concreto supone una perspectiva panorámica variada y testimonial de la que se pueden extraer conclusiones actuales.

Curso académico 58-59: Alumno de Párvulos A y B en el Colegio Calasancio de Bilbao.
Curso académico 59-60: Alumno de Párvulos C en el Colegio Calasancio de Bilbao.
Curso académico 60-61: Alumno de Elemental en el Colegio Calasancio de Bilbao.
Curso académico 61-62: Alumno de Medio en el Colegio Calasancio de Bilbao.
Curso académico 62-63: Alumno de Ingreso en el Colegio Calasancio de Bilbao.
Curso académico 63-64: Alumno de 1º de Bachillerato en el Colegio Calasancio de Bilbao.
Curso académico 64-65: Alumno de 2º de Bachillerato en el Colegio Calasancio de Bilbao.
Curso académico 65-66: Alumno de 3º de Bachillerato en el Colegio Calasancio de Bilbao.
Curso académico 66-67: Alumno de 4º de Bachillerato y Reválida Elemental en el Colegio Calasancio de Bilbao. Profesor de clases particulares en Ubidea.
Curso académico 67-68: Alumno de 5º de Bachillerato en el Colegio Calasancio de Bilbao. Profesor de clases particulares en Bilbao.
Curso académico 68-69: Alumno de 6º de Bachillerato y Reválida Superior en el Colegio Calasancio de Bilbao. Profesor de clases particulares en Bilbao.
Curso académico 69-70: Alumno de Preuniversitario en el Colegio Calasancio de Bilbao. Examen de Madurez. Profesor de clases particulares en Bilbao.

Curso académico 70-71: Alumno de 1º Selectivo de Ciencias en la Universidad de Bilbao, en Botica Vieja.
Curso académico 71-72: Alumno de 2º de Ciencias Físicas en la Universidad de Bilbao, en Leioa.
Curso académico 72-73: Alumno de 3º de Ciencias Físicas en la Universidad de Bilbao, en Leioa. Profesor de verano en el Colegio Calasancio de Bilbao.
Curso académico 73-74: Alumno de 4º de Ciencias Físicas, especialidad teórica de Física del Estado Sólido, en la Universidad de Bilbao, en Leioa. Profesor de verano en el Colegio Calasancio de Bilbao.
Curso académico 74-75: Alumno de 5º de Ciencias Físicas, especialidad teórica de Física del Estado Sólido,en la Universidad de Bilbao, en Leioa. Profesor de academias (Atenea,…) en Bilbao.
Curso académico 75-76: Profesor No Numerario (PNN) de Matemáticas en la Escuela Universitaria de Formación del Profesorado en la Universidad de Bilbao, en Deusto (c/ Ramón y Cajal). Profesor de Matemáticas de COU en la Academia Ízaro de Bilbao.
Curso académico 76-77: Profesor de reclutas durante el servicio militar obligatorio en el CIR nº 11 de Araca-Gamarra en Vitoria.
Curso académico 77-78: Profesor No Numerario (PNN) de Matemáticas en 1º de la Escuela Universitaria de Formación del Profesorado en la Universidad de Bilbao, antecesora de la Universidad del País Vasco (UPV-EHU), en Deusto. Profesor-tutor de un grupo de 6º de EGB y profesor de Bachillerato (EATP y Física) en el Colegio Azkorri de Getxo.
Curso académico 78-79: Profesor No Numerario (PNN) de Matemáticas en 1º de la Escuela Universitaria de Formación del Profesorado en la Universidad de Bilbao, en Deusto. Profesor-tutor de un grupo de 7º de EGB y profesor de Bachillerato (EATP y Física) en el Colegio Azkorri de Getxo.
Curso académico 79-80: Profesor No Numerario (PNN) de Matemáticas en la Escuela Universitaria de Formación del Profesorado en la Universidad de Bilbao, en Deusto. Profesor-tutor de un grupo de 8º de EGB y profesor de Bachillerato (EATP y Física) en el Colegio Azkorri de Getxo. Alumno de 2º (Selectivo) de Ingeniería Industrial en Electrónica y Automática en la UNED, centro asociado de Vitoria-Gasteiz.
Curso académico 80-81: Profesor No Numerario (PNN) de Matemáticas en la Escuela Universitaria de Formación del Profesorado en la Universidad del País Vasco (UPV-EHU), en Deusto. Profesor de Bachillerato (EATP y Física) en el Colegio Azkorri de Getxo. Alumno de 3º de Ingeniería Industrial en Electrónica y Automática en la UNED, centro asociado de Vitoria-Gasteiz.
Curso académico 81-82: Profesor No Numerario (PNN) de Matemáticas en la Escuela Universitaria de Formación del Profesorado en la Universidad del País Vasco (UPV-EHU), en Deusto. Profesor de Bachillerato (EATP y Física) en el Colegio Azkorri de Getxo. Alumno de 4º de Ingeniería Industrial en Electrónica y Automática en la UNED, centro asociado de Vitoria-Gasteiz, con prácticas en la Universidad Politécnica de Madrid.
Curso académico 82-83: Profesor Agregado de Física y Química (Numerario)en la Escuela Universitaria de Formación del Profesorado en la Universidad del País Vasco (UPV-EHU), en Deusto. Profesor de Bachillerato (Informática, EATP y Física) en el Colegio Azkorri de Getxo. Alumno de 5º de Ingeniería Industrial en Electrónica y Automática en la UNED, centro asociado de Vitoria-Gasteiz, con prácticas en la Universidad Politécnica de Madrid..
Curso académico 83-84: Profesor Agregado de Física y Química (Numerario) de Física y Didáctica de las Ciencias en la Escuela Universitaria de Formación del Profesorado en la Universidad del País Vasco (UPV-EHU), en Deusto.
Curso académico 84-85: Profesor Agregado de Física y Química (Numerario) de Física y Didáctica de las Ciencias en la Escuela Universitaria de Formación del Profesorado en la Universidad del País Vasco (UPV-EHU), en Deusto. Responsable del ‘Proyecto Bizkaia’ de Informática Educativa en colaboración con elPrograma IMI (Introducción de la Microelectrónica en la Industria) con equipos Acorn BBC.
Tecnología y Educación

Curso académico 85-86: Jefe de Servicio de Tecnología y Educación en el Departamento de Educación, Universidades e Investigación del Gobierno Vasco. Responsable técnico del Plan Vasco de Informática Educativa. Padre de una escolar.
Curso académico 86-87: Jefe de Servicio de Tecnología y Educación en el Departamento de Educación, Universidades e Investigación del Gobierno Vasco. Responsable técnico del Plan Vasco de Informática Educativa. Padre de una escolar.
Curso académico 87-88: Jefe de Servicio de Tecnología y Educación en el Departamento de Educación, Universidades e Investigación del Gobierno Vasco. Responsable técnico del Plan Vasco de Informática Educativa. Padre de una escolar.
Curso académico 88-89: Jefe de Servicio de Tecnología y Educación en el Departamento de Educación, Universidades e Investigación del Gobierno Vasco. Responsable técnico del Plan Vasco de Informática Educativa (PVIE). Padre de dos alumnos.
Curso académico 89-90: Asesor de Ciencia, Tecnología e Informática en el Departamento de Cultura y Turismo del Gobierno Vasco. Alumno de 1º del Master de Museología (UPV-EHU en Vitoria-Gasteiz). Padre de dos alumnos.
Curso académico 90-91: Asesor de Ciencia, Tecnología e Informática en el Departamento de Cultura y Turismo del Gobierno Vasco. Técnico responsable de documentación en la Secretaría para la Prevención de Drogodependencias, en el Departamento de Presidencia (Lehendakaritza) del Gobierno Vasco. Alumno de 2º del Master de Museología (UPV-EHU en Vitoria-Gasteiz). Padre de dos alumnos.
Curso académico 91-92: Director de Formación de EITB (Euskal Irrati Telebista - Radio Televisión Vasca). Testigo del Pacto Escolar. Padre de dos alumnos.
Curso académico 92-93: Director de Formación de EITB (Euskal Irrati Telebista - Radio Televisión Vasca). Testigo del Pacto Escolar. Padre de dos alumnos.
Curso académico 93-94: Director de Formación de EITB (Euskal Irrati Telebista - Radio Televisión Vasca). Creador del proyecto kIDEAk. Padre de dos alumnos.
Curso académico 94-95: Director de Formación de EITB (Euskal Irrati Telebista - Radio Televisión Vasca). Preparación del proyecto kIDEAk. Padre de dos alumnos.
Curso académico 95-96: Director de Formación de EITB (Euskal Irrati Telebista - Radio Televisión Vasca). Promotor de la Academia kIDEAk. Padre de dos alumnos.
Curso académico 96-97: Director de Formación de EITB (Euskal Irrati Telebista - Radio Televisión Vasca). Promotor de la Academia kIDEAk. Padre de dos alumnos.
Curso académico 97-98: Director de Formación de EITB (Euskal Irrati Telebista - Radio Televisión Vasca). Promotor de la Academia kIDEAk. Padre de dos alumnos.
Curso académico 98-99: Director de Formación de EITB (Euskal Irrati Telebista - Radio Televisión Vasca). Promotor de la Academia kIDEAk. Padre de dos alumnos.
Curso académico 99-00: Jefe de Servicio de Renovación Pedagógica de Bizkaia en el Departamento de Educación, Universidades e Investigación del Gobierno Vasco. Promotor de la Academia kIDEAk. Padre de dos alumnos.
Curso académico 00-01: Jefe de Servicio de Renovación Pedagógica de Bizkaia en el Departamento de Educación, Universidades e Investigación del Gobierno Vasco. Padre de dos alumnos.
Curso académico 01-02: Responsable técnico de Euskadi en la Sociedad de la Información, en el Departamento de Industria, Comercio y Consumo del Gobierno Vasco. Padre de dos alumnos.
Curso académico 02-03: Responsable técnico de Euskadi en la Sociedad de la Información, en el Departamento de Industria, Comercio y Consumo del Gobierno Vasco. Padre de dos alumnos.
Curso académico 03-04: Responsable técnico de Euskadi en la Sociedad de la Información, en el Departamento de Industria, Comercio y Consumo del Gobierno Vasco. Padre de dos alumnos.
Curso académico 04-05: Responsable técnico de Euskadi en la Sociedad de la Información, en el Departamento de Industria, Comercio y Consumo del Gobierno Vasco. Padre de dos alumnos, universitarios ambos (Universidad de Deusto y Universidad de Navarra).
Curso académico 05-06: Jefe de Servicio de Renovación Pedagógica de Bizkaia en el Departamento de Educación, Universidades e Investigación del Gobierno Vasco. Padre de dos alumnos, universitarios ambos, estudiando lejos (Universidad de Cork y Universidad de Navarra).
Curso académico 06-07: Jefe de Servicio de Renovación Pedagógica de Bizkaia en el Departamento de Educación, Universidades e Investigación del Gobierno Vasco. Padre de dos alumnos, universitarios ambos.

Triple personalidad

Todos nacemos príncipes y princesas”
Eric Berne (1910-1970) fue un psiquiatra de reconocido prestigio que desarrolló una teoría de la personalidad, conocida mundialmente como Análisis Transaccional (A.T.), basada en los Estados del Yo, las transacciones humanas, los juegos psicológicos y los guiones vitales. De amplia aplicación ulterior, sus técnicas resultan muy valiosas para el crecimiento y la mejora personal y grupal. Presentaremos un compendio de sus fundamentos, que podrán sernos provechosos para comprender mejor la naturaleza de las relaciones humanas. La filosofía subyacente en el A.T. parte de la premisa de que “todos nacemos bien”, como sugiere el subtítulo que Berne acostumbraba a repetir. Todos disponemos de un incalculable potencial humano que podemos desarrollar, y cada uno es principal responsable de su propia vida, decidiendo, para bien o para mal, lo que hace con ella. Podemos progresar si empleamos debidamente los recursos personales y colectivos que están a nuestro alcance.

Para el desarrollo de habilidades sociales en la comunicación, el A.T. sugiere una estructura de personalidad P.A.N (Padre-Adulto-Niño), en tres instancias o triple Estado del Yo: el Padre, el Adulto y el Niño. Son patrones diferenciados de sentimientos, pensamientos y comportamientos de diverso origen biológico e histórico y de distinta vivencia interior. Este esquema es la base de toda la doctrina de la personalidad inacabada y en proceso de desarrollo, que mostrará los modelos de comunicación y el tipo de transacciones entre estos tres personajes internos que todos llevamos dentro.

El “Yo Padre” es ese personaje que aparece cuando hablamos como creemos que lo harían nuestros padres. Es la pauta que nos asemeja a la figura parental, que grabamos de pasada experiencia familiar. Adopta dos instancias, la del Padre Influyente o Normativo que dirige y es firme en sus preceptos, o la del Padre Generoso, que ayuda, aconseja y tranquiliza, incluso en exceso con paternalismo. Las manifestaciones del Padre son frases estereotipadas, refranes, órdenes, adjetivos calificativos, juicios de valor,... como "Eso no se hace", "Porque lo digo yo", "Eso es ridículo", "No haces nunca nada bien", "Hazlo así",… con tonos de voz fuertes, como puntualizando (o bien envolvente en el Padre Acogedor). Los gestos son apuntar con el índice, desaprobar negando con la cabeza o aprobar asintiendo con la cabeza, dar una palmada en la espalda,... Las actitudes corporales son de manos sobre las caderas, mirar de arriba a bajo, cruzar los brazos sobre el pecho, meter la barbilla entre la mano, o extender los brazos para abrazar,... con expresiones faciales de fruncir las cejas, expresión de altivez o simpatía, apretar los labios, elevar las cejas, elevar los brazos al cielo... y miradas intensas, dan miedo o envuelven, culpabilizan o apoyan.

El “Yo Adulto” es el modo autónomo y pertinente de comportarse ante la realidad de cada momento. Sus manifestaciones están regidas por los estímulos y relaciones de la situación presente, con frases que expresan hechos o preguntas y respuestas con intención directa y clara: ¿Quién, qué, dónde, cuándo, cómo, por qué, para qué?", "¿Has tomado una decisión?", "¿Qué esperas de mí?", "No estoy de acuerdo", "Ésta es mi opinión, pero no es más que mi opinión", "Éstas son las ventajas y los inconvenientes", "Me siento triste cuando dices eso"... Las actitudes corporales son relajadas pero atentas, cabeza derecha, mirada discreta, voz calmada,...

El “Yo Niño” es la reliquia arcaica de nuestra propia infancia: aquel niño que fuimos. La edad típica de nuestro Niño depende de nuestra historia personal y es diferente aún entre hermanos que comparten el “Yo Padre”. Existen tres subniveles: el Niño Adaptado, que rehuye las dificultades y busca la aprobación; el “Pequeño Profesor”, creativo e intuitivo que presiente las situaciones, aunque puede equivocarse; y el “Niño Libre” que representa la creatividad y la naturalidad, que puede ser egocéntrico. Expresiones características del Estado Niño son “¿Vale...?”, “¡Qué rollo...!”, “¡Qué bien!”, “La he fastidiado”, “No sé qué más decir”,… Los tonos de voz son oscilantes, retraídos y débiles o brillantes y excitados, con gestos como bufar, hacer burla, gesticular, retorcerse las manos, rascarse, mover la punta del pie, repiquetear en la mesa, manosear un lápiz, dibujar durante una reunión,... Las sensaciones son de nerviosismo o bienestar, risas, sonrojo o palidez repentina,... con actitudes corporales como las piernas recogidas bajo la silla, los pies en la mesa, desplomado, agitado, gracioso, deprimido,... con miradas cómplices, suplicantes o sonrientes, moviendo los ojos a derecha o a izquierda, o avergonzado con los ojos bajados,...

¿Hemos reconocido a nuestros tres Yos? ¿Cuál predomina? ¡Que no falte ninguno! Lástima no poder seguir, contando qué pasa cuando nuestro Niño habla con el Padre/Adulto/Niño de nuestra Pareja (- Lo siento pero me parece que otra vez he perdido las llaves. – Siempre eres un descuidado/ ¿Has mirado en la entrada?/ Pues te fastidias), o cuando a una pregunta del Adulto de nuestro interlocutor le responde nuestro Padre/Adulto o Niño (-¿Dónde está el periódico? – Nunca sabes dónde dejas las cosas/ Creo que en la sala/ Yo no lo he perdido). Quizá continuemos otro día, pero las posibilidades de interpretación de la comunicación que ofrece el A.T. esperemos que hayan quedado expuestas.

Herencia paterna

Unos heredan una casa o unas tierras, otros un negocio familiar, algunos incluso un reinado, pero nuestro padre nos dejó el mejor legado.

Supongo que nuestro padre, alguna vez, quiso ser próspero. Sus diversos oficios, algunos proyectos de negocio, así lo acreditan. Pero siempre tuvo una endiablada capacidad para eludir la fortuna, a pesar de su demostrado y denodado esfuerzo. La prematura muerte de nuestra madre, tras una larga enfermedad, tampoco ayudó. Nuestro padre supo entonces, con un magistral criterio probablemente surgido de sus convicciones religiosas, otorgarnos la mejor de las herencias a todos y cada uno de sus hijos. Ahora, con la perspectiva que nos dan los diez años transcurridos desde su muerte, podemos reconocer fielmente el regalo de su legado.

En nuestra infancia nos preparó para ser jóvenes, y en nuestra adolescencia nos mostró el camino para ser adultos. Nuestro padre nos enseñó a enfrentarnos con el mundo existente, a afrontar la vida real con su ineludible tributo de dolor, pero con su dosis de gozo y esperanza. Nuestro padre supo hacernos ricos, pero no por darnos todo, sino por enseñarnos a necesitar lo menos posible. Nuestro padre nos convirtió en triunfadores, pero no por asegurarnos el éxito, sino por mostrarnos cómo se aprende de cada fracaso.

Nuestro padre logró que entendiéramos desde muy pequeños que nuestro futuro dependía esencialmente de cada uno de nosotros, de nuestro esfuerzo individual y del apoyo que pudiéramos prestarnos en el seno familiar. Gracias a ello crecimos imbuidos en un fuerte espíritu de firme respaldo encontrado en todos nuestros parientes. También supo inculcarnos el amor a los libros, primera y decisivamente a los libros de texto. Luego a los libros infantiles (Julio Verne, Enid Blyton,…), luego a los libros condensados y de divulgación, a las novelas, y a toda la literatura finalmente.

Pero lo mejor fue su ejemplo de bondad natural, que nos mostró cómo ser feliz viviendo con sencillez y siendo generoso con todos. Su habilidad para educar hijos no me ha sido traspasada. Reconozco que he malcriado y consentido en exceso a mis propios hijos. No supe contagiarles tan espontáneamente esa voluntad de trabajo que nuestro padre supo infundirnos con su ejemplo vital. Afortunadamente en ellos reside mucho de la energía de sus abuelos y de la inteligencia de sus abuelas. A pesar de las indulgentes y laxas enseñanzas con las que mi esposa y lo les hemos mimado, parece que han sabido encontrar ese motor vital que distingue a quienes saben conducir, construir y compartir su vida con valores trascendentes.

Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2005/paterna.htm

Reflexiones educativas de Massimo Recalcati

Recogemos algunas ideas desgranadas en esta entrevista a Massimo Recalcati, que recomendamos leer en su integridad. Sólo para despertar el interés, anexamos algunas de las reflexiones del psicoanalista Massimo Recalcati:
  • Ya no son los estudiantes los que esperan en fila a ser triturados por el sistema (véase en el vídeo adjuntado), como contaba The Wall de Pink Floyd. ¡Ahora son los profesores los que son consumidos por el dispositivo escolástico! La única forma de resistir es no perder el deseo por lo que se enseña. Y hacer equipo con otros profesores, para sentirse menos solo.
  • El hecho novedoso es que se ha roto el pacto generacional y esto ha incidido en el discurso educativo. Los padres y los profesores ya no trabajan juntos en la educación de los jóvenes. Los padres más bien son los aliados de los hijos contra los profesores. Es un cambio inaudito: los padres, en vez de apoyar el trabajo de los profesores, se han convertido en sindicalistas de sus propios hijos. Para Freud existía un vínculo espiritual entre padres y docentes. Hoy, este vínculo se ha deshecho.
  • Yo, Recalcati, pensaba, cuando era joven e indisciplinado, que aprender de memoria no servía para nada. En cambio, Daniel Pennac subraya un aspecto de la memorización que yo había descuidado. Se trata de sumergir a nuestros hijos en el gran río del lenguaje. Es una experiencia de recuperación de nuestra procedencia. Por eso siempre escucho, con una mezcla de envidia y admiración, a amigos que en nuestras fiestas recitan poesías que aprendieron de memoria siendo niños...
Noticia original de El Mundo.

Otro reportaje con Massimo Recalcati sobre el ocaso irreversible del padre.

Con perlas como esta que sigue: ...Telémaco espera a la orilla del mar el regreso del padre. «Pero esta espera no es una parálisis melancólica», asegura Recalcati. «En el complejo de Telémaco no está en juego la exigencia de restaurar la soberanía perdida del padre-jefe. La pregunta por el padre que arraiga en el malestar de la juventud de hoy no se refiere a la fuerza y la disciplina, sino al testimonio. Hoy hacen falta padres-testigo». Pensándolo bien, ser padres-testigo no es un factor meramente biológico. No se es padre por una cuestión sanguínea sino por un gesto de adopción. El verdadero estatuto de paternidad lo constituyen los padres adoptivos. El ejemplo por excelencia es San José. «Ser padres adoptivos», explica Recalcati, «significa mirar al hijo sin tener proyectos sobre él. Sin poseerlos. Significa dejarlos ir»...

En esta segunda entrevista (leedla completa) interviene un gran cómico, Giacomo Poretti que apunta: "...¿Quién es entonces el padre? Aquel que te testimonia una vida. «Mi ejemplo de padre es San José». «Su fe es un ejemplo. Nosotros no nos hemos creado solos, tampoco hemos creado a nuestros hijos. Ellos, los hijos, son un regalo y nosotros no somos más que los intermediarios de un gran amor»". Ved cómo enlaza con un viaje post nuestro de 2002: "Querubines extraterrestres".

Actualización a 10-1-17 de secuelas: Padres sindicalistas. Con párrafos como este: "La escuela no le gusta a la mayoría de los chicos porque les obliga. La escuela no le gusta a la mayoría de los padres y a las madres porque les pone en evidencia. La escuela no le gusta a la mayoría de los profesores porque les desautoriza. Y la escuela, finalmente, tampoco le gusta a la propia Administración, que, en su intento de contentar a los cuatro actores anteriores -chicos, padres, madres y profesores-, acaba por no contentar a ninguno".

Kontu zaharrak (Cuentos antiguos), Joxe Arratibel, 1995

“Érase una vez una bella casa donde vivían un padre con sus tres hijas. El padre era viudo. Poseían muchas tierras y también abundantes viñedos y criados. Las tres hijas vivían placenteramente, sin necesidad de trabajar. Cosías, bordaban y, muchas veces, pasaban el tiempo viendo sus tierras.

Las tres hijas discutían frecuentemente entre sí y, a veces, el padre también tomaba parte en dichas disputas.

Una vez, mientras comían, se produjo una gran discusión acerca de la necesidad o no de la sal. Como en todas las disputas, el padre y las dos hijas mayores se ponían de una parte y la más joven (Marixor, la cenicienta vasca) de otra. Discutieron sobre el padre o la sal, cuál de estos dos era más necesario en nuestro mundo.

-El padre es muy necesario -decía la hija más joven- pero, en mi opinión, la sal lo es más. En este mundo se puede vivir sin padre, pero no sin sal.” [Escuchado a Xabier Etxaniz Erle, en una charla sobre Literatura Infantily Juvenil, 25-4-2007. Vídeo de Nako Cadierno (ACEX).] Una foto de la presentación del evento presentado p0r Paco Palacios.

Programa Foral de Intervención Familiar Especializada en Violencia Filio-Parental

Programa Foral de Intervención Familiar Especializada en Violencia Filio-parental

 Presentación del programa

El programa se ofrece desde el Servicio de Mujer e Intervención Familiar de la Diputación Foral de Bizkaia, y se propone abordar la violencia de los y las adolescentes y jóvenes que agreden a sus madres y/o padres u otros familiares convivientes.
Se dirige aquellas familias en cuyo seno se produzca violencia filio-parental, entendiendo por tal, cualquier acto perjudicial por parte de un hijo o hija, con el fin de ganar poder y control sobre su madre y/o padre u otros familiares. El abuso puede ser físico, psicológico o económico:
Abuso físico:
golpes, empujones, arrojar objetos, etc.
Abuso psicológico:
insultos, amenazas, humillaciones, fugas, amenazas de hacer daño a su madre, padre o a ellos mismos. etc.
Abuso económico:
robar o coger cosas sin permiso, daños en el hogar o en posesiones de la madre o el padre y demandar cosas que la madre o el padre no pueden afrontar.

 ¿Qué se ofrece?

El programa se propone abordar estas situaciones desde una intervención integral con la familia, con el objetivo de transformar el modelo relacional instaurado en la dinámica familiar y el aprendizaje de un modelo más sano y satisfactorio de relación, con el objetivo último de que desaparezca la violencia en las relaciones familiares.
Se ofrece para ello atención a la familia, realizando una valoración general de su dinámica familiar y de la situación de cada uno de los miembros, para llevar a cabo una intervención global, tanto a nivel individual como familiar. Esto se realiza de forma estructurada, en coordinación con otros agentes sociales y mediante una intervención tanto educativa como psicoterapeútica. Dentro de esta intervención, se abordará también la perspectiva de género que subyace a la problemática.

 Personas destinatarias

Serán destinatarias del Programa las familias residentes en el Territorio Histórico de Bizkaia, cuyos hijos o hijas, con edades comprendidas entre los 10 y 21 añosejerzan la violencia contra su madre o su padre, o contra cualquier otro miembro del núcleo familiar como hermanos/as, pareja de la madre o padre, abuelos/as,…
El programa atenderá tanto a familias donde el niño, niña o adolescente viva con su familia de origen, como casos en los que se encuentre separado de su familia de forma temporal o permanente ya sea como medida judicial, como medida de protección (en centro o familia de acogida) o conviviendo con otras personas o familiares por decisión familiar.
Pueden ser también personas beneficiarias las madres y/o padres o tutores de menores que estén sufriendo agresión por parte de sus hijos o hijas, aunque no vengan acompañados de el o la menor.

 ¿Cómo acceder al programa?

Se atenderá a los casos derivados desde el Servicio de Infancia de la Diputación Foral de Bizkaia, desde las Entidades Judiciales, desde los Servicios Sociales y desde otras entidades o instituciones (módulos psicosociales, centros de salud, SAV, etc), además de aquellos otros casos que sean determinados desde el Servicio de Mujer e Intervención Familiar de la Diputación Foral de Bizkaia.
Las solicitudes para acceder al Programa se presentarán bien directamente ante el Servicio de Mujer e Intervención Familiar del Departamento de Empleo, Inclusión Social e Igualdad de la Diputación Foral de Bizkaia o bien indirectamente a través de los Servicios Sociales o entidades derivantes que a su vez deberán emitir un informe de derivación que motive la adecuación del acceso de la familia solicitante al programa.
Para acceder al programa, la entidad derivante tramitará la solicitud que se podrá presentar en cualquiera de los Registros del Departamento de Empleo Inclusión Social e Igualdad; asimismo, podrá cursarse a través de cualquiera de las formas previstas en el artículo 16 de la Ley 39/2015, de 1 de octubre del Procedimiento Administrativo Común de las Administraciones Públicas.

 Documentación a presentar:

  • Solicitud firmada por la/las persona/s interesada/s.
  • Fotocopia del DNI, pasaporte, tarjeta de residencia, o, en su caso, de cualquier otro documento acreditativo de la identidad de la/las persona/s solicitante/s.
  • Certificado de empadronamiento.
  • Fotocopia del libro de familia correspondiente y/o, en su caso, de los pertinentes documentos que acrediten la patria potestad, la guarda y custodia, tutela ordinaria, etc.
  • En el supuesto de que concurra una Orden de Protección u otra resolución judicial al efecto, se deberá adjuntar copia de la misma.
  • Informe de derivación emitido por la entidad correspondiente, que motive la solicitud. Dicho informe deberá recoger:
    • Información completa acerca de la situación familiar.
    • Información sobre las intervenciones realizadas en atención al caso.
  • Cualquier otro documento que en su caso se considere necesario.

 Más información

En el Servicio de Mujer e Intervención Familiar del Departamento de Empleo, Inclusión Social e Igualdad de la Diputación Foral de Bizkaia.
Teléfonos: 94.608.3581- 94.406.6272 - 94.406.6266

 Legislación

 Enlaces de interés sobre el tema

Viejo chiste de los 'problemas familiares"

Dos amigos se encuentran y comienzan esta conversación.
-"Estoy afligido, tengo problemas familiares",... El otro le responde:
- "¿Tú crees que tienes problema familiares? Escucha mi situación. Hace unos años conocí a una viuda con una hija y me casé con la madre. Poco después mi padre se casó con mi hijastra. Eso hizo que mi hijastra se convirtiera en mi madrastra y mi padre en mi hijastro. También mi esposa se convirtió en suegra de su suegro. Entonces la hija de mi esposa, mi madrastra, tuvo un hijo. Este chico es mi medio hermano, porque es el hijo de mi padre, pero al ser el hijo de la hija de mi esposa, es el nieto de mi esposa. Esto me hace el abuelo de mi medio hermano. Esto no fue nada hasta que mi esposa tuvo un hijo. Ahora la hermana de mi hijo, mi madrastra, es también su abuela. Así, mi padre es cuñado de mi hijo, cuya cuñada es la esposa de mi padre. Soy el hermano político de mi madrastra, mi esposa es la propia hija de la tía, mi hijo es el sobrino de mi padre y yo soy mi propio abuelo. ¿Y tú piensas que tienes problemas familiares?".

Hoy, 27-12-2020, nuestro padre Juan Agirregabiria hubiera cumplido 100 años

Nuestro padre, Juan Agirregabiria Etxebarria, con sus padres
De recién nacido, una de sus primeras fotos que conservamos. Hacia 1921 Familia Agirregabiria Etxebarria
Los cinco hermanos Agirregabiria con sus padres, Ezequiel y Leonor
Nuestro padre, Juan Agirregabiria, el tío Jose, un amigo y el tío Jesús
Tres hermanos en Ubidea
Boda de nuestros padres: Marta Agirre, Juan Agirregabiria, Leonor y como padrino de mamá el tío Felipe
Boda de nuestros padres
Desconocida, Marta, Mikel, JuanMa y nuestro padre Juan Agirregabiria
En una iglesia con sus dos hijos mayores
Juan Agirregabiria Etxebarria
Álbum de imágenes.

Más entradas sobre nuestro padre Juan, que los primeros y últimos años de su vida solamente se expresada en bizkaiera, el dialecto del euskera de Bizkaia.

Anagnórisis y peripeteia, desde Ulises a Luke Skywalker


La anagnórisis (del griego antiguo ἀναγνώρισις, «reconocimiento») o agnición es un recurso narrativo que consiste en el descubrimiento por parte de un personaje de datos esenciales sobre su identidad, sus seres queridos o su entorno, ocultos para él hasta ese momento. La revelación altera la conducta del personaje y lo obliga a hacerse una idea más exacta de sí mismo y de lo que le rodea. 

También se produce anagnórisis cuando un personaje principal revela su identidad hasta entonces oculta o velada a otros personajes secundarios cambiando así la relación, normalmente de un nexo débil o inexistente (un mendigo o simple huésped) hacia un nexo fuerte (el hijo de un enemigo que clama venganza, el retorno de un rey por largo tiempo ausente,...), produciendo un punto de giro en la historia que la hace avanzar hacia su desenlace.

Al regresar a Ítaca Ulises se presenta o revela hasta en diez ocasiones su identidad a sus seres queridos, puesto que sus rasgos físicos han sido cambiados por los dioses y el tiempo y no siempre le reconocen. El término fue utilizado por primera vez por Aristóteles en su Poética. Aunque la anagnórisis es un recurso frecuente en muchos géneros, Aristóteles la describió en relación con la tragedia clásica griega, con la que está asociada de modo especial.

De acuerdo con Aristóteles, el momento ideal para la anagnórisis trágica es la peripecia (giro de la fortuna): en un momento crucial, todo se le revela y hace claro al protagonista, con efectos casi siempre demoledores. Por ejemplo, el descubrimiento por parte del héroe trágico de alguna verdad sobre sí mismo, otras personas, o de algunas acciones que significan que, ahora que las sabe, toda la trama cambia de dirección como resultado de su reacción a las noticias. La revelación de esta verdad (que ya era un hecho, pero el protagonista ignoraba) cambia la perspectiva y la reacción del héroe, que se adapta y se acomoda aceptando su destino y en consecuencia ayudando a que este ocurra.
Ejemplos: Edipo, rey de Tebas descubre que el verdadero origen de las plagas que asuelan su polis son causadas por él mismo al cumplir sin saberlo con el oráculo de Delfos: "Matarás a tu padre y te casarás con tu madre", con quien ha tenido cuatro hijos. Un ejemplo clásico de anagnórisis en la tragedia griega se halla en el «Edipo Rey» de Sófocles, cuando Edipo se entera de que la persona que había matado era su padre y que su esposa es su madre. Otro caso especialmente emotivo es el de Ágave al final de «Las bacantes» de Eurípides, que llega a Tebas con lo que cree la cabeza de una fiera en su mano. A medida que el dios Dioniso se va retirando de su ser, comprende que se trata de su propio hijo, Penteo, al que ella y las demás bacantes han despedazado en una orgía de sangre.

En la comedia griega, la anagnórisis es también un recurso frecuente: en las obras de Menandro y sus imitadores latinos, abundan los personajes que han sido abandonados de pequeños y criados como miembros de una clase social inferior. Al entablar una relación con un personaje noble, su extracción humilde supone un estorbo; al final de la obra, se descubre por algún indicio (una marca de nacimiento, un objeto personal que la madre dejó junto al bebé) su verdadera identidad, y la pareja puede unirse felizmente en matrimonio.

En la épica griega tenemos un buen ejemplo de anagnórisis en los últimos cantos de la «Odisea», cuando Ulises vuelve a Ítaca, su patria, y varios personajes lo van reconociendo (su viejo perro Argos, su nodriza Euriclea, su hijo Telémaco, su padre Laertes,...), en una gradación que termina cuando su esposa Penélope, la más reacia a aceptar la revelación, lo somete a una última prueba para confirmar su identidad.

En la literatura española, la anagnórisis es moneda corriente en las novelas de caballerías, el teatro barroco (p. ej. «La dama duende», de Pedro Calderón de la Barca) y el drama romántico. Y también está presente en La gitanilla y en varias de las novelas ejemplares de Miguel de Cervantes. En la literatura inglesa renacentista, William Shakespeare también utiliza las características asociadas a este término en sus obras dramáticas, específicamente en sus tragedias. A pesar del momento de anagnórisis, de reconocimiento, todo acaba mal por el hecho de la inclusión del fatalismo, propio de las obras trágicas.

En la literatura prehispánica, específicamente en el drama Ollantay encontramos una hermosa anagnórisis cuando el inca Túpac Yupanqui encuentra a Cusi Coyllur, prisionera, y reconoce que ella es su hermana.

El ejemplo más moderno sería en el episodio V de la Saga cinematográfica de Star Wars: Cuando Darth Vader revela a Luke Skywalker que él es su padre, la trama pasa de ser una batalla entre el bien contra el mal a ser un conflicto existencial del protagonista entre su deber de luchar contra el mal o redimir a su padre caído.
La peripeteia (en griego antiguo, περιπέτεια) o peripecia es el acontecimiento de una trama que supone un punto de inflexión, un giro en la suerte de los personajes. Este término especialmente se aplica a las obras dramáticas. Dicha historia se presenta como una adversa y repentina que sucede accidentalmente y sin previo aviso, lo cual provoca un cambio en la situación actual que se vive en lo relatado.

En las tragedias supone el punto en el que la trama toma el cariz propiamente trágico, es decir, el punto de inflexión en el que la suerte del héroe protagonista se trunca y comienzan las desgracias que le llevarán inevitablemente a un final desdichado.

Aristóteles define la Peripeteia como «un cambio por el cual la acción gira hacia su opuesto, sujeto siempre a nuestra regla de probabilidad o necesidad». Según Aristóteles, la peripecia, junto con el descubrimiento, es la más efectiva cuando se trata de drama, particularmente tragedia: «la mejor forma de Descubrimiento es aquella que asiste a Peripeteia, como la que conduce al Descubrimiento a Edipo».

La peripeteia incluye cambios en el personaje, además de cambios externos. Por ejemplo, si un personaje pobre y oscuro se ha vuelto rico y famoso, ha sufrido una peripeteia, incluso si su personaje sigue siendo el mismo. La peripeteia o peripecia se distingue de la anagnorisis o agnición, cuando un personaje descubre una información que previamente ignoraba. Esta distinción proviene de la Poética, que consideró que la anagnórisis, que lleva a la peripeteia, un aspecto superior de la tragedia. 

Dos de estas obras son Edipo Rey, donde la información proporcionada por el oráculo de Delfos (que Edipo mató a su padre y se casó con su madre) provocó la muerte de su madre, Yocasta y su propia ceguera y exilio, e Ifigenia entre los tauros, donde Ifigenia se da cuenta de que los extraños que ella debe sacrificar son su hermano y su amigo, lo que resultó en que los tres escaparan de Tauris. Consideró estas tramas complejas y superiores a las simples sin anagnórisis ni peripeteia, como cuando Medea decide matar a sus hijos sabiendo que lo son y aun así lo hace. Aristóteles identificó a Edipo Rey como la principal obra para ejemplificar la peripecia.
Otro recurso literario citado en este vídeo es el Arma de Chéjov: "Elimina todo lo que no tenga relevancia en la historia. Si dijiste en el primer capítulo que había un rifle colgado en la pared, en el segundo o tercero este debe ser descolgado inevitablemente. Si no va a ser disparado, no debería haber sido puesto ahí", indicó Antón Chéjov.

William James Sidis según James Thurber en The New Yorker

¿Dónde están ahora? ¡Día de los inocentes! por James Thurber. The New Yorker, sábado 14 de agosto de 1937, 22-26.

Una tarde nevada de enero de 1910, alrededor de cien profesores y estudiantes avanzados de matemáticas de la Universidad de Harvard se reunieron en una sala de conferencias en Cambridge, Massachusetts, para escuchar a un orador llamado William James Sidis. Nunca antes se había dirigido a una audiencia y al principio se sintió avergonzado y un poco incómodo. Sus oyentes tenían que prestarle mucha atención, porque hablaba con una vocecita que no se escuchaba bien y puntuaba su charla con risas nerviosas y estridentes. Un mechón de cabello rubio le caía sobre la frente y unos penetrantes ojos azules se asomaban desde lo que uno de los presentes describió más tarde como un rostro "parecido a un duendecillo". El orador vestía medias de terciopelo negro. Tenía once años.

A medida que el niño se familiarizó con el tema, su timidez se derritió y llegaron a los oídos de sus oyentes las palabras más notables que jamás habían escuchado de labios de un niño. William James Sidis había elegido como tema de su conferencia "Cuerpos de cuatro dimensiones". Incluso en este selecto grupo de caballeros eruditos, hubo quienes fueron incapaces de seguir todos los procesos del pensamiento del niño. Para los legos que estaban presentes, la cuarta dimensión, como se demostró esa noche, debía de haber encajado perfectamente en su definición coloquial: "un reino especulativo de relaciones incomprensiblemente involucradas". Cuando todo terminó, el distinguido profesor Daniel F. Comstock del Instituto Tecnológico de Massachusetts se sintió impulsado a predecir a los periodistas, que habían escuchado con profundo desconcierto, que el joven Sidis crecería hasta convertirse en un gran matemático, un líder famoso en el mundo. de Ciencia.

William James Sidis, que a la edad de once años apareció en las portadas de los periódicos de todo el país, era un estudiante de Harvard en ese momento. Para explicar cómo llegó allí, debemos mirar a su padre, el fallecido Boris Sidis. Nacido en Kiev en 1868, el padre Sidis llegó a este país, aprendió inglés y fue a Harvard, donde se graduó en 1894. Su especialidad era la rama de la psicoterapia que se ocupa de aliviar las enfermedades nerviosas y los desajustes mediante sugestión mental. Escribió un libro titulado "La psicología de la sugestión" y estaba muy interesado en los experimentos para transmitir la sugestión mediante el estado hipnótico. Creía que en los primeros años el cerebro es mucho más susceptible a las impresiones que en la vejez. Cuando nació su hijo en 1898, nació, por así decirlo, en un laboratorio. Boris Sidis dirigía entonces un instituto psicoterapéutico en Brookline, Massachusetts. Era un admirador y amigo del fallecido William James, y le puso a su hijo el nombre de ese gran psicólogo.

Boris Sidis comenzó sus experimentos con su hijo cuando el pequeño William tenía dos años. Parece que indujo una especie de estado hipnoidal mediante el uso de bloques alfabéticos. Los rápidos resultados que obtuvo deleitaron su mente científica. El niño aprendió a deletrear y leer en unos meses. Al cabo de un año podía escribir tanto en inglés como en francés en la máquina de escribir. A los cinco años había compuesto un tratado de anatomía y había ideado un método para calcular la fecha en que había caído cualquier día de la semana durante los últimos diez mil años. Boris Sidis publicó varios artículos en revistas científicas describiendo los logros de su bebé. A los seis años, el niño fue enviado a una escuela pública de Brookline, donde sorprendió a sus maestros y alarmó a los demás niños al superar siete años de escolarización en seis meses. Cuando tenía ocho años, William propuso una nueva tabla de logaritmos, empleando 12 en lugar del habitual 10 como base. Boris Sidis publicó un libro sobre su increíble hijo, llamado "Filisteo y genio", y entró en Quién es quién en Estados Unidos .

El niño maravilloso tenía nueve años cuando su padre intentó matricularlo en Harvard. Podría haber aprobado los exámenes de ingreso con facilidad, pero las autoridades universitarias, sorprendidas y avergonzadas, no le permitieron realizarlos. Continuó realizando sus maravillas en casa y comenzó a estudiar latín y griego. No le interesaban los juguetes ni ninguno de los placeres normales de los niños pequeños. Los perros le aterrorizaban. "Si veo un perro", le dijo William a alguien en ese momento, "debo huir. Debo esconderme. Me gusta el gato. No puedo jugar, porque mi madre tendría que estar allí todo el tiempo, porque de la posibilidad de que pueda ver un perro." Su principal recreación parece haber sido viajar en tranvía con sus padres. El mayor Sidis le explicó los traslados y le interesó por los nombres de calles y lugares. Incluso antes de cumplir cinco años, William había aprendido a recitar todas las horas y estaciones de un complejo horario ferroviario. De vez en cuando recitaba horarios para los invitados mientras otros niños recitaban rimas de Mamá Ganso o cantaban pequeñas canciones. Quienes lo recuerdan en aquellos años dicen que tenía algo de la intensidad de un adulto neurótico.

En 1908, a la edad de diez años, a William James Sidis se le permitió matricularse en Tufts College, en Medford. Viajaba diariamente desde Brookline con su madre, quien estaba tan interesada en su fenomenal desarrollo mental como su padre. Siempre iban y venían de la universidad en tranvía. El joven asistió a Tufts durante un año y finalmente, en 1909, cuando tenía once años, Harvard le permitió matricularse allí como estudiante especial. Se matriculó como estudiante de primer año al año siguiente, y así se convirtió en miembro de la promoción de 1914. Cotton Mather, en 1674, se había convertido en estudiante de primer año de Harvard a la edad de doce años, y probablemente debido a este distinguido precedente, William Sidis se le permitió matricularse a esa misma edad. Era una fuente de asombro para sus compañeros de estudios y para el profesorado; algunos de los periódicos asignaron periodistas para cubrir "el caso Sidis".

Se pierde en el registro cómo se convenció a William para hablar ante los eruditos eruditos en enero de su primer año en Harvard, pero se sabe que mostró un gran interés en escuchar las conferencias de otros y se unió fácilmente a las discusiones grupales sobre metafísica. En su tiempo libre empezó a componer dos gramáticas, una latina y otra griega. Sin embargo, la presión de sus estudios y su repentina fama comenzaron a hacerle efecto, y no pasó mucho tiempo después de su notable discurso cuando sufrió un colapso general. 

Su padre dirigía un sanatorio en Portsmouth, New Hampshire, en ese momento, y William fue trasladado allí de urgencia. Cuando finalmente regresó a Harvard, estaba retraído y tímido; no se le pudo persuadir para que volviera a dar una conferencia; Comenzó a mostrar una marcada desconfianza hacia la gente, miedo a la responsabilidad y una inadaptación general a su vida anormal. No se relacionaba mucho con los estudiantes y huía de los periodistas, pero estos lo arrinconaron, por supuesto, el día de su graduación como Licenciado en Artes en 1914. Tenía dieciséis años. Entonces vestía pantalones largos y se enfrentaba a los periodistas que bajaban al Yard con menos sensación de vergüenza que cuando era un niño con bragas. Pero en él se habían desarrollado claras fobias. "Quiero vivir la vida perfecta", dijo William a los periodistas. "La única manera de vivir la vida perfecta es vivirla en reclusión. Siempre he odiado las multitudes". Por "multitudes" no fue difícil leer "gente". Entre los que se graduaron con William James Sidis ese día se encontraban Julius Spencer Morgan; Gilbert Seldes; y Vinton Freedley y Laurence Schwab, los productores de la comedia musical. Los periodistas no les prestaron atención.

A los dieciséis años, William James Sidis era un chico grande y, cuando ingresó en la Facultad de Derecho de Harvard, ya no era la figura incongruente que había sido. Los periódicos tenían poco interés en sus idas y venidas. Asistió discretamente a la facultad de derecho durante tres años y aparentemente fue un estudiante brillante, pero su principal interés eran las matemáticas, y en 1918 aceptó un puesto de profesor en una universidad de Texas. Su fama le precedió, pero incluso si no lo hubiera sido, la extrema juventud de este profesor de matemáticas habría sido suficiente para convertirlo en una curiosidad. Se encontró en el centro de un interés que le molestaba y le consternaba. De repente renunció a su puesto y regresó amarga y silenciosamente a Boston, donde vivió en la oscuridad durante algunos meses.

Fue el 1 de mayo de 1919 cuando el nombre del joven Sidis volvió a ocupar las primeras planas de los periódicos. Con una veintena de jóvenes más, participó en una manifestación comunista en Roxbury y fue llevado ante el tribunal municipal como uno de los cabecillas del grupo y, de hecho, el mismo individuo que había portado la horrible bandera roja en su desfile. En el estrado de los testigos, Sidis demostró ser más franco y sincero que discreto. Anunció ante un tribunal estupefacto que para él no había más dios que la evolución; Cuando se le preguntó si creía en lo que representa la bandera estadounidense, dijo que sólo hasta cierto punto. En un momento dado, para instrucciones del magistrado, se lanzó a explicar la forma de gobierno soviética. Su inclinación marxista se había desarrollado durante un período de varios años. Cuando los Estados Unidos entraron en la guerra, se declaró objetor de conciencia y en varias ocasiones expresó la opinión de que los problemas del mundo eran causados ​​por el capitalismo. Un policía que había ayudado a disolver el desfile de los radicales identificó a Sidis como el hombre que llevaba la bandera roja. El oficial dijo que le había preguntado a Sidis por qué no llevaba la bandera estadounidense, y que Sidis respondió: "¡Al diablo con la bandera estadounidense!". Al regresar al estrado, el famoso prodigio negó vehementemente haber hablado alguna vez con el testigo y haber dicho alguna vez a nadie: "¡Al diablo con la bandera estadounidense!" Repitió que se oponía a la guerra y que creía en una forma de gobierno socializada. Después de una pausa, anunció que, en realidad, había llevado una bandera estadounidense, tras lo cual, ante el asombro de la sala del tribunal, sacó una bandera estadounidense en miniatura de su bolsillo. Fue condenado a dieciocho meses de cárcel por incitación a disturbios y agresión. Apeló y, mientras estaba en libertad bajo fianza de 5.000 dólares, desapareció del estado en el que había sorprendido a profesores eruditos y a policías patrióticos. Marcó el comienzo de un nuevo y curioso modo de vida para el joven.

Durante los cinco años siguientes, William James Sidis parece haber logrado la "vida perfecta" de la que había hablado el día de su graduación: la vida de reclusión. Aparentemente vagaba de ciudad en ciudad, trabajando como empleado, o en alguna otra función menor, por un salario que sólo le permitía subsistir. En 1924 volvió a aparecer en las noticias cuando un periodista lo encontró trabajando en una oficina en Wall Street, por veintitrés dólares a la semana. Estaba consternado al ser descubierto. Dijo que todo lo que quería era ganar lo suficiente para vivir y trabajar en algo que requiriera un mínimo de esfuerzo mental. Los últimos periodistas que bajaron a su oficina para entrevistarlo no lograron verlo. Había dejado su trabajo y había vuelto a desaparecer.

Dos años más tarde, en 1926, Dorrance & Company, una editorial de Filadelfia que imprime libros "vanidosos", es decir, libros publicados a expensas de los autores, publicó un volumen llamado " Notas sobre la colección de transferencias". Fue escrito por un tal Frank Folupa. Frank Folupa, según descubrió un periodista despiadadamente ingenioso, no era otro que William James Sidis. Nuevamente lo atropellaron y lo entrevistaron. Anunció que durante mucho tiempo había sido un "peridromófilo", es decir, un coleccionista de transferencias de tranvía. Él mismo había acuñado la palabra. Su libro (ahora agotado) tenía trescientas páginas y era un tratado erudito y laborioso sobre el origen, la naturaleza y la clasificación de nada más y nada menos que los trozos de papel que los conductores de tranvía entregan a los pasajeros cuando solicitan transbordos. Muchos psicólogos y analistas deben haber estado interesados ​​al leer en los artículos que el genio del niño precoz que había asombrado al mundo académico dieciséis años antes había florecido de esta manera extraña. El libro es digno de examen. Sidis escribió un prefacio al volumen, que comenzaba así: "Este libro es una descripción de lo que es, hasta donde sabe el autor, un nuevo tipo de pasatiempo, pero que a primera vista parece tan razonable como , tan interesante y tan instructivo como cualquier otro tipo de colección de moda. Esta es la colección de transferencias de tranvías y formas afines. El propio autor ya ha recopilado más de 1600 formas de este tipo." El prefacio revela, en otro lugar, que el autor no carecía de cierto humor. "Podemos mencionar", decía, "el interés geográfico y topográfico, tanto en la exploración como en el análisis de las transferencias mismas. También están las interesantes luces que una colección de este tipo arroja sobre la política en la que necesariamente están involucradas las empresas de tránsito". ; aunque difícilmente recomendamos que este interés político se lleve lo suficientemente lejos como para inducir al coleccionista a tomar partido en tales disputas. Y nuevamente: "Uno puede encontrar mucha diversión con las transferencias: se dice que un estudiante de la Universidad de Harvard se encontró en una calle coche y, deseando un viaje extra, le pidió al revisor un transbordo. Cuando se le preguntó "¿A dónde?" "En cualquier lugar", dijo. El conductor le guiñó un ojo y dijo: "Está bien". Te transferiré a Waverly. Posteriormente se rieron del estudiante cuando contó la historia y se le informó que el asilo para débiles mentales estaba ubicado en Waverly ". Sidis también incluyó en su prefacio algunos versos que había escrito cuando tenía catorce años. Comienzan:

Desde los trenes subterráneos en Central, se toma un transbordo y se va a Allston o Brighton o a Somerville, ya sabes; En los automóviles desde Brighton, haga transbordo al metro de Cambridge este y tome un tren hasta Park Street o Kendall Square, al menos.

"Conocemos", concluye el autor, "a alguien a quien realmente le ayudó a tomar el camino correcto al recordar un fragmento de uno de estos versos". El libro analiza todo tipo de transferencias: tipos estándar, tipo Ham, tipo Pope, tipo Smith, tipo Moran, transferencias Franklin Rapid, transferencias Stedman. De este último (para darle una idea), el Sr. Sidis escribió: "Transferencias Stedman: esta clasificación se refiere a un tipo peculiar elaborado por cierta imprenta de transferencias en Rochester, Nueva York. Las peculiaridades de la transferencia Stedman típica son el límite de tiempo tabular. ocupando todo el extremo derecho de la transferencia (ver Diagrama en la Sección 47) y la combinación de fila y columna de ruta de recepción (u otras condiciones de recepción) con el medio día que ya hemos discutido en detalle".

Un año después de la publicación de su libro (al parecer sólo se vendió a unos pocos peridromófilos más), Sidis regresó a la ciudad de Nueva York y volvió a conseguir un trabajo como empleado en una empresa comercial. A su habilidad y experiencia en el trabajo de oficina en general, el genio matemático había añadido ahora, irónicamente, la capacidad de operar una máquina sumadora con gran velocidad y precisión, y le gustaba alardear de este logro. Vivía en 112 West 119th Street, donde se hizo amigo de Harry Freedman, el propietario, y su hermana, la señora Schlectien. Sidis ya no está con ellos y no te dirán adónde ha ido, pero te reenviarán cualquier correo que llegue por él. Aprecian al joven y aprecian su deseo de evitar la publicidad. "Tenía una especie de amargura crónica, como mucha gente que ves viviendo en habitaciones amuebladas", dijo recientemente Freedman a un investigador de la curiosa historia de William James Sidis. Sidis solía sentarse en un viejo sofá en la sala de estar de Freedman y hablar con él y su hermana. Sidis les dijo que odiaba Harvard y que cualquiera que enviara a su hijo a la universidad es un tonto: un niño puede aprender más en una biblioteca pública. Con frecuencia hablaba de su pasión por coleccionar transfers. "Él puede decirle cómo llegar a cualquier calle de cualquier ciudad de los Estados Unidos con un solo billete de tranvía", dijo el Sr. Freedman con asombro y admiración. Parece que Sidis mantiene correspondencia con peridromófilos en varias otras ciudades y de esta manera se mantiene al día con la situación del tranvía y los transbordos. Una vez, el joven bajó de su habitación un manuscrito en el que estaba trabajando y le pidió a la señora Schlectien si podía leerle "algunos capítulos". Dijo que resultó ser un libro del tipo "Buck Rogers", sobre aventuras en un mundo futuro de maravillosos inventos. Ella dijo que estaba genial.

William James Sidis vive hoy, a la edad de treinta y nueve años, en un dormitorio del destartalado extremo sur de Boston. Por una fotografía de él y de sus actividades, este disco está en deuda con una joven que recientemente logró entrevistarlo allí. Lo encontró en una pequeña habitación empapelada con el diseño de enormes flores rosadas, considerablemente descoloridas. Había una cama grande y desordenada y un enorme baúl medio abierto. En una pared colgaba un mapa de Estados Unidos. Sobre una mesa junto a la puerta había un paquete de transferencias de tranvía cuidadosamente unidas con un elástico. Sobre una cómoda había dos fotografías, una (sorprendentemente) de Sidis como el niño genio, la otra una chica de rostro dulce con gafas con montura de concha y un elaborado saludo de Marcel. También había un escritorio con una pequeña y antigua máquina de escribir, un Almanaque Mundial , un diccionario, algunos libros de referencia y un libro de la biblioteca que el visitante del joven recogió en un momento dado. "Oh, vaya", dijo Sidis, "esa es sólo una de esas historias de delincuentes". Dirigió su atención hacia la pequeña máquina de escribir. "Puedes cogerlo con un dedo", dijo, y así lo hizo.

William Sidis, de treinta y nueve años, es un hombre corpulento y corpulento, con una mandíbula prominente, un cuello grueso y un bigote rojizo. Su cabello claro cae sobre su frente como lo hizo la noche que dio una conferencia a los profesores en Cambridge. Sus ojos tienen una expresión que varía desde la ingeniosa hasta la cautelosa. Cuando es cauteloso, tiene una especie de dignidad incongruente que de repente se rompe en el alegre abandono de un niño de vacaciones. Parece tener dificultades para encontrar las palabras adecuadas para expresarse, pero cuando lo hace, habla rápidamente, asiente bruscamente con la cabeza para enfatizar sus puntos, hace gestos con la mano izquierda y, de vez en cuando, emite una risa curiosa y jadeante. Parece disfrutar mucho e irónicamente de llevar una vida de irresponsabilidad errante después de una infancia de escrupulosa reglamentación. Su visitante encontró en él cierto encanto infantil.

Sidis trabaja ahora, como de costumbre, como empleado en una casa comercial. Dijo que nunca permanece mucho tiempo en una oficina porque sus empleadores y compañeros de trabajo pronto descubren que él es el famoso niño prodigio y que no puede tolerar un puesto después de eso. "La sola visión de una fórmula matemática me enferma físicamente", dijo. "Todo lo que quiero hacer es ejecutar una máquina sumadora, pero no me dejan en paz". Resultó que una vez le ofrecieron un trabajo en la Eastern Massachusetts Street Railway Company. Parece que los funcionarios creían con cariño que el joven mago de alguna manera sería capaz de resolver todos sus problemas técnicos. Cuando se presentó a trabajar, le presentaron un montón de planos, gráficos y documentos llenos de estadísticas. Uno de los funcionarios lo encontró una hora después llorando en medio de todo. Sidis le dijo al hombre que no podía soportar responsabilidades, ni pensamientos complejos, ni cálculos, excepto en una máquina de sumar. Tomó su sombrero y se fue.

Sidis tiene un nuevo interés que le absorbe actualmente más que los traslados en tranvía. Se trata del estudio de ciertos aspectos de la historia de los indios americanos. Da clases a media docena de estudiantes interesados ​​una vez cada dos semanas. Se reúnen en su dormitorio y se acomodan en la cama y en el suelo para escuchar el intenso pero vacilante discurso del otrora prodigio. A Sidis le preocupa principalmente la tribu Okamakammessett, a la que describe como una especie de federación proletaria. Ha escrito algunos folletos sobre la tradición y la historia de Okamakammessett y, si se le solicita adecuadamente, recitará poesía de Okamakammessett e incluso cantará canciones de Okamakammessett. Admitió que su estudio de los Okamakammessetts fue una consecuencia de su interés por el socialismo. Cuando la joven mencionó la manifestación del Primero de Mayo de 1919, miró el retrato de la niña en su cómoda y dijo: "Ella estaba en ella. Era una de las fuerzas rebeldes". Él asintió vigorosamente con la cabeza, como complacido con esa frase: "Yo era el abanderado", prosiguió. "¿Y sabes qué era la bandera? Sólo un trozo de seda roja". Él soltó su risa curiosa. "Seda roja", repitió. No hizo ninguna referencia a la imagen que tenía de sí mismo en los días de su gran fama, pero su entrevistador supo más tarde que en una ocasión, cuando un alumno suyo le preguntó a quemarropa sobre su precocidad infantil e insistió en una demostración de sus habilidades matemáticas. Sidis logró con dificultad expulsarlo de la habitación.

Sidis reveló a su entrevistador que tiene otro trabajo en marcha: un tratado sobre las inundaciones. Le mostró la primera frase: "California ha adquirido considerable fama gracias a su supuesto clima". Parece que estuvo en California hace unos diez años durante sus andanzas. Su visitante se animó, por fin, a mencionar la predicción, hecha por el profesor Comstock del Instituto Tecnológico de Massachusetts allá por 1910, de que el niño que ese año daba una conferencia sobre la cuarta dimensión a una reunión de eruditos crecería hasta Sé un gran matemático, un líder famoso en el mundo de la ciencia. "Es extraño", dijo William James Sidis, con una sonrisa, "pero, ya sabes, nací el Día de los Inocentes".

―Jared L. Manley (James Thurber) 1

1 En Los años con Ross Thurber escribió: "Era uno de los '¿Dónde están ahora?' serie, para la cual hice la reescritura (Grossett & Dunlap, 1957, p. 210)". Pero Jared Manley era el seudónimo de Thurber. "Bernstein escribe: 'A principios de 1936, Thurber comenzó a escribir (en realidad a reescribir, ya que algunos de los mejores reporteros de The New Yorker, como Eugene Kinkead, estaban haciendo la investigación) una serie de perfiles breves y retrospectivos. Bernstein también revela que Jared L. Manley fue un nombre que Thurber improvisó cuando escribió su primer artículo sobre un viejo boxeador basado en las iniciales del boxeador John L. Sullivan y Manley basado en "el arte varonil de la autodefensa".'" — Privacidad, Información y Tecnología.

2 Norbert Weiner, que estaba en la reunión del club de matemáticas, escribió: "El joven Sidis, que entonces tenía once años, era obviamente un niño brillante e interesante. Su interés estaba principalmente en las matemáticas. Recuerdo bien el día en el Club de Matemáticas de Harvard en el que GC Evans, ahora jefe retirado del departamento de matemáticas de la Universidad de California y amigo de toda la vida de Sidis, patrocinó al niño en una charla sobre las figuras regulares de cuatro dimensiones. La charla habría dado crédito a un alumno de primera o segunda dimensión. estudiante de posgrado de cualquier edad, aunque todo el material que contenía era conocido en otros lugares y estaba disponible en la literatura. El tema me lo había hecho familiar EQ Adams, un compañero de mis días en Tufts. Estoy convencido de que Sidis no tenía acceso según las fuentes existentes, y que la charla representó el triunfo de los esfuerzos sin ayuda de un niño muy brillante ( Ex-Prodigy , Simon & Schuster, p. 131 - 132)".


4 Cfr. Siete mitos del fracaso por Dan Mahony: "Las investigaciones muestran que la mayoría de los niños prodigio llevan vidas productivas. Al igual que Sidis".

PDF  Mecanografiando por Bill Paton.