Se acercan las elecciones municipales y forales... Y los partidos se reservan sus campañas para última hora, aunque ya proliferan los carteles de los más pudientes... que no evalúan el efecto negativo de mostrar tanto dispendio (¡vaya usted a saber cómo financiado!) en cartelería de las calles y faldones en prensa escrita.
La ciudadanía resignada sabe lo que le espera. Más del viejo politiqueo de "... y tú (robas) más". Como de costumbre, la analogía perfecta de las urnas es preguntarnos sobre la salsa con la que queremos ser cocinados, porque está fuera de cuestión que nos meterán en la cazuela y se servirán nuestras carnes.
Algo habrá que hacer, al menos en las cartas al director, la blogosfera o en las redes sociales. Destaquemos a quienes sugieran medidas reales y efectivas, como reducir cargos políticos y chiringuitos para sus afines. ¿Habrá, al fin, algún partido del siglo XXI que predique una reducción de municipios (mancomunando como mínimo a 100.000 habitantes), evitar redundancias administrativas, suprimir los privilegios para políticos, eliminar todos los "asesores" (rentistas políticos que abundan por doquier) puestos a dedo,...?
¿Algún partido nos preguntará si hacen falta más de 8.000 alcaldes y más de 70.000 concejales, aparte diputaciones (forales o no), gobiernos autonómicos, central,...? ¿Se propondrán procesos de simplificación de administraciones, en la era de fusiones de bancos, cajas, empresas,...? ¿La reducción de gasto público podría comenzar por los políticos escondidos en instancias opacas? ¿Se publicarán los gastos de personal diferenciando a los políticos de los funcionarios en todas las administraciones, empresas y entidades públicas?
En Euskadi, con una historia distinta y una Ley de Territorios Históricos (LTH) de 1983, también convendría el análisis abierto y ciudadano. ¿Podrá algún día ser debatida y escucharemos propuestas de los diferentes partidos para mejorar el entramado spaghetti que nos regula, con absurdas compartimentadas multiplicidades (por ejemplo en materias como transporte, cultura,...) y sin ninguna coordinación efectiva?
La ciudadanía resignada sabe lo que le espera. Más del viejo politiqueo de "... y tú (robas) más". Como de costumbre, la analogía perfecta de las urnas es preguntarnos sobre la salsa con la que queremos ser cocinados, porque está fuera de cuestión que nos meterán en la cazuela y se servirán nuestras carnes.
Algo habrá que hacer, al menos en las cartas al director, la blogosfera o en las redes sociales. Destaquemos a quienes sugieran medidas reales y efectivas, como reducir cargos políticos y chiringuitos para sus afines. ¿Habrá, al fin, algún partido del siglo XXI que predique una reducción de municipios (mancomunando como mínimo a 100.000 habitantes), evitar redundancias administrativas, suprimir los privilegios para políticos, eliminar todos los "asesores" (rentistas políticos que abundan por doquier) puestos a dedo,...?
¿Algún partido nos preguntará si hacen falta más de 8.000 alcaldes y más de 70.000 concejales, aparte diputaciones (forales o no), gobiernos autonómicos, central,...? ¿Se propondrán procesos de simplificación de administraciones, en la era de fusiones de bancos, cajas, empresas,...? ¿La reducción de gasto público podría comenzar por los políticos escondidos en instancias opacas? ¿Se publicarán los gastos de personal diferenciando a los políticos de los funcionarios en todas las administraciones, empresas y entidades públicas?
En Euskadi, con una historia distinta y una Ley de Territorios Históricos (LTH) de 1983, también convendría el análisis abierto y ciudadano. ¿Podrá algún día ser debatida y escucharemos propuestas de los diferentes partidos para mejorar el entramado spaghetti que nos regula, con absurdas compartimentadas multiplicidades (por ejemplo en materias como transporte, cultura,...) y sin ninguna coordinación efectiva?
[Post en estado de borrador varios meses y publicada finalmente]