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Hidroaviones militares amerizados en Lekeitio

Hidroaviones errantes en Lekeitio en las dos guerras mundiales (PDF)

Quien haya visitado las fiestas de Lekeitio o cualquier txoko del País Vasco probablemente conozca o haya tarareado sus versos: "Aeroplano bi pasa-ta, bat itsasora jausi" (Dos aeroplanos han pasado, uno ha caído al mar). Es una de esas canciones que parecen haber existido siempre, parte del folclore inmemorial. Sin embargo, esta melodía no es una leyenda anónima; es la crónica musical de un suceso muy real, documentado y extraordinario que convirtió un pequeño puerto pesquero en el escenario de un incidente diplomático en plena Primera Guerra Mundial.

En las brumosas costas del Cantábrico, donde el mar se funde con el cielo vasco, un episodio singular irrumpió en la neutralidad española durante la Gran Guerra. El 2 de julio de 1917, en plena efervescencia del conflicto mundial, un hidroavión francés descendió bruscamente sobre las olas, a unas cuatro millas náuticas de Lekeitio (Bizkaia). No era un combate heroico ni un bombardeo audaz, sino un drama mecánico que unió, por unas horas, la tecnología bélica con la solidaridad pescadora. Este suceso, narrado en crónicas locales como las de El Correo y El Pueblo Vasco, revela no sólo la fragilidad de la aviación incipiente, sino también las tensiones diplomáticas en un país que, bajo el gobierno de Eduardo Dato, se esforzaba por mantener su neutralidad ante las potencias en guerra.

Para entender este interludio, debemos retroceder al contexto de la Primera Guerra Mundial. En 1917, el frente occidental se estancaba en trincheras sangrientas, mientras el Atlántico se convertía en un tablero letal para la guerra submarina alemana. Francia, aliada de los Ententes, impulsaba su aviación naval como escudo contra los U-Boote que acechaban los convoyes mercantes. La Aéronautique Maritime, fundada en 1912, contaba ya con más de 200 aparatos y bases en puertos como Brest y Cherburgo. Los hidroaviones, pioneros en patrullas antisubmarinas, eran esenciales: despegaban de aguas protegidas, vigilaban horizontes amplios y lanzaban bombas rudimentarias sobre sumergibles enemigos. Según historiadores como aquellos de Naval Encyclopedia, Francia produjo miles de estas máquinas entre 1914 y 1918, transformando la guerra en tres dimensiones.

El protagonista de nuestra historia era un Donnet-Denhaut DD, un biplano de patrulla marítima diseñado por los ingenieros Jérôme Donnet y Louis Denhaut en 1915. Este modelo, apodado "flying boat" por su fuselaje flotante, representaba el pináculo de la innovación aeronáutica gala. Con una envergadura de 16,28 metros, longitud de 10,80 metros y propulsado por un motor Lorraine-Dijon de 160 caballos, alcanzaba velocidades de 130 km/h y una autonomía de unos 500 kilómetros. Armado modestamente con dos bombas de 52 kg y ametralladoras Lewis, el DD se destinaba a misiones de reconnaissance y caza de submarinos. Producido en serie desde 1916, más de 400 unidades sirvieron en la Escadre de Chasse francesa, hundiendo o ahuyentando decenas de U-Boote. El nuestro, marcado con "445 D.D." y las tricolores en la cola, despegaba probablemente de Biarritz o Bayona, en una ruta rutinaria de vigilancia costera.

Aquel 2 de julio, el sol del estío teñía el horizonte cuando dos hidroaviones franceses surcaban el cielo desde Bayona hacia el cabo Matxitxako. Eran las cinco de la tarde. A las seis, viraron rumbo de regreso, pero a las seis y media, el DD 445 comenzó a toser: un fallo en el motor, quizá un sobrecalentamiento o avería en el carburador —defectos comunes en estos aparatos expuestos a la salitre marina—. El piloto, un teniente de la Armada francesa cuya identidad se perdió en las crónicas (posiblemente un oficial de la base de Saint-Trojan), no tuvo opción: amerizó bruscamente a unas seis millas de Lekeitio. Su mecánico, compañero anónimo en esta odisea, lo secundó en la maniobra. El compañero aéreo orbitó dos o tres veces, evaluando el drama, antes de huir hacia Francia. Para alertar a la base, soltaron dos palomas mensajeras —un anacronismo poético en la era de la radio incipiente— y, más tarde, arrojaron las bombas al mar para aligerar la carga.

La costa vizcaína, ajena al fragor bélico pero sensible a sus ecos, respondió con prontitud. El farero Francisco de Etxebarria avistó la humareda de socorro y encendió la baliza. Pescadores locales, curtidos en tormentas atlánticas, zarparon en sus traineras. La Miren Begoña, capitaneada por Severiano de Mendiola —un patrón legendario en las sagas marineras de Lekeitio—, llegó primera. Con pericia marinera, amarraron el aparato con chicotes resistentes y lo remolcaron hacia el puerto. Dieciséis lanchas se unieron en procesión improvisada, como una flota de guardianes del mar. A las ocho y media de la tarde, el hidroavión "pescado" —así lo bautizaron los diarios— atracaba en el muelle, ante una multitud eufórica que obstruyó las calles. El teniente y su mecánico, ilesos pero exhaustos, declararon ante el comandante naval español antes de reposar en la fonda local.

El epílogo se tiñó de intriga diplomática. Al día siguiente, 3 de julio, el puerto bullía: curiosos de Bilbao, Gernika y más allá llegaban en automóviles y bicicletas, convirtiendo Lekeitio en un improvisado museo aéreo. Dos lanchas pesqueras armadas francesas —posiblemente de la armada auxiliar— aparecieron para remolcar el DD mar adentro, pero la Armada española, celosa de la soberanía, lo impidió. El 4 de julio, el piloto regresó de madrugada con un vicecónsul galo, negociando en susurros. Finalmente, el 5 de julio, un buque de guerra francés obtuvo permiso oficial y zarpó con el tesoro recuperado: aparato y tripulación intactos rumbo a casa.

Este incidente, aparentemente menor, agitó las aguas políticas españolas. Periódicos como El Nervión y El Pueblo Vasco denunciaron la intrusión aérea francesa como violación del espacio neutral, temiendo un precedente para alemanes o británicos. Gregorio Balparda, en un artículo mordaz, criticó al gabinete Dato por su "minimización e inacción", advirtiendo de escaladas si el cielo vasco se convertía en ruta bélica. España, exportadora de wolframio y tungsteno a ambos bandos, navegaba en frágil equilibrio; este "pescado" aéreo recordaba que la neutralidad era un hilo tenso.

Hoy, un siglo después, el DD 445 evoca la audacia de la aviación naciente: máquinas de madera y lona que desafiaron océanos y guerras. En Lekeitio, donde cuatro hidroaviones han amerizado en un siglo:

 - El citado y bien documentado hidroplano del  2 de julio de 1917.

Otro hidroavión francés rescatado en 1917 por el "Nueva Magdalena" y llevado a Pasaia. Este evento pudo originar otros versos de la canción sobre el reparto de la recompensa ("dieciocho duros partilla") y una cena de celebración en el Hotel Beitia

-Un tercero francés accidentado en 1920.

- El cuarto, un hidroavión alemán el 24 de septiembre de 1943 (noticia)—, el "Reina de los Ángeles n°2" remolcó a puerto un hidroavión alemán de la Luftwaffe. Persiste el eco de Mendiola y su Miren Begoña, símbolo de hospitalidad transfronteriza. Esta historia nos invita a reflexionar: en tiempos de conflicto global, ¿qué une más, las fronteras o las manos extendidas sobre las olas?

Visita al Concorde del Museo Intrepid en NYC (USA)

Concorde, junto al Museo del portaviones Intrepid en NYC.
En nuestro viaje a New York Center hemos podido entrar y ver un Concorde, concretamente la unidad 210 que ostenta dos récords: Haber cruzado el Atlántico en menos de 2h 53' (algo aún no superado) y ser el Concorde con más horas de vuelo (23.397h). Se fabricaron un total de 20 aviones Concorde. 

De estos, quitando los dos prototipos, dos preproducción y dos de desarrollo,  14 entraron en servicio comercial 7 con Air France y otros 7 con British Airways (ver aquí su destino actual). Actualmente, 18 de ellos se conservan en museos, mientras que los otros 2 fueron destruidos: uno en un accidente y otro desguazado. El Concorde no solo fue una maravilla de la ingeniería, sino también un símbolo de lujo y velocidad en la aviación comercial.
El Concorde fue un avión supersónico de pasajeros con un diseño revolucionario y distintivo que lo hizo destacar en la historia de la aviación. Algunos aspectos clave de su diseño único: 
  • Velocidad Supersónica: El Concorde podía volar a una velocidad de Mach 2.04 (foto), lo que equivale a más del doble de la velocidad del sonido, o 2.500 km/h. Esto le permitía reducir significativamente el tiempo de vuelo en rutas transatlánticas. 
  • Diseño Aerodinámico: Su forma delgada y alargada, junto con sus alas en delta, le permitían alcanzar y mantener velocidades supersónicas. Este diseño también ayudaba a reducir la resistencia del aire. 
  • Nariz Móvil: Una de las características más distintivas del Concorde era su nariz móvil. Durante el despegue y el aterrizaje, la nariz se inclinaba hacia abajo para mejorar la visibilidad de los pilotos. En vuelo, la nariz se alineaba con el fuselaje para optimizar la aerodinámica. 
  • Materiales Avanzados: El Concorde estaba construido con materiales capaces de soportar las altas temperaturas generadas por el vuelo supersónico. El aluminio, por ejemplo, era uno de los materiales principales utilizados en su construcción. 
  • Cabina de Lujo: A pesar de su capacidad limitada de pasajeros (alrededor de 100), el Concorde ofrecía una experiencia de vuelo lujosa y cómoda, con asientos de cuero y un servicio de alta calidad. 
Concorde, el avión comercial más rápido y bello de la historia
Habíamos programado un viaje a Toulouse para ver dos unidades, pero el Intrepid Sea-Air-Space Museum de New York City (post previo) nos ofreció una oportunidad única, con el mejor de los Concorde que aún pueden visitarse. Los aviones Concorde que aún existen están repartidos en varios museos y aeropuertos alrededor del mundo. 

Estos son algunos lugares destacados donde puede verse algún Concorde
  • Museo del Aire y del Espacio de Le Bourget (París, Francia): Aquí se encuentran dos Concorde, incluyendo el prototipo 0011. 
  • Aeroport Charles de Gaulle (París, Francia): Un Concorde de Air France está expuesto como monumento. 
  • Fleet Air Museum (Reino Unido): Alberga el prototipo 0021. Museo de la Ciencia de Manchester (Reino Unido): Aquí se encuentra otro Concorde. 
  • Museo de Aviación de Seattle (Estados Unidos): Este museo también tiene un Concorde en exhibición. 
  • Museo Intrepid del Mar, Aire y Espacio (Nueva York, Estados Unidos): Otro lugar donde puedes ver un Concorde. 
  • Museo de Aviación de Barbados (Barbados): Este museo alberga un Concorde que solía volar para British Airways. 
Récord aún no superado de cruzar el Atlántico,...
Más posts sobre el Concorde.
Concorde, el avión comercial más rápido y bello de la historia
Álbum de imágenes.

Mirando al cielo, siempre, para ver aves y aeronaves

Otras imágenes de paravelismo, una actividad deportiva, también conocida como parascending, paraskiing, parakiting,... Tomadas en Torrevieja (Alicante).
Paravelismo, una actividad deportiva, también conocida como parascending, paraskiing, parakiting,...
Algunas recientes tomadas en La Zenia Boulevard (Alicante).
  Helicóptero Chinook desde La Zenia Boulevard
Más imágenes nuestras del helicóptero Boeing CH-47 Chinook,... Por último un Autogiro de ELA Aviación grabado en el Festival Aéreo de San Javier (post anterior), grababas desde Las Salinas de San Pedro del Pinatar (Murcia).
@agirregabiria

Autogiro ELA Aviación en el Festival Aéreo de San Javier 2024

♬ suono originale - sophia ★
Y que no falten las aves, desde los modestos gorriones omnipresentes,... Gorrión en el CC Dos Mares (San Javier, Murcia)

Festival Aéreo San Javier 2024

Asistiremos al Festival Aéreo San Javier 2024 en Murcia, desde la cercanía de Pilar de la Horadada (Alicante). Ya hemos iniciado un álbum con imágenes desde los entrenamientos desde días antes, que irá creciendo en las próximas horas.      Festival Aéreo San Javier 2024 
Todo en la web oficial en www.festivalaereosanjavier.com  Festival Aéreo San Javier 2024
Otros muchos posts nuestros sobre aviación.
Actualización: Muere el campeón de España de vuelo acrobático Olivier Masurel al impactar un buitre contra su avión. Ha sucedido cuando el piloto regresaba a su aeródromo situado en Matilla de los Caños, Valladolid, después de participar en una exhibición.

Museo Aeronáutico de Málaga (AeroMuseo)

Maqueta 1/3 del Flyer I (35 kilos de peso, un motor de 12 caballos y Orville Wright a bordo) que el 17 de diciembre de 1903 fue lanzado con una catapulta y mantenido durante 12 segundos cubriendo 36 metros sobre la bahía de Kitty Hawk en Ohio. 
Listado de vídeos de la visita al Museo Aeronáutico de Málaga, también conocido como Museo de Aeropuertos, Navegación, y Transporte Aéreo de Málaga o Aeromuseo, está ubicado en la terminal de pasajeros original del Aeropuerto de Málaga-Costa del Sol, junto a la terminal de Aviación General. 

Museo Aeronáutico de Málaga (AeroMuseo)
Álbum de imágenes.

Post a completar la próxima semana.

Homenaje a Joseph Kittinger, el primer hombre en el espacio en 1960


El 9 de diciembre de 2022 la Asociación de Paracaidistas de los Estados Unidos ha anunciado la muerte del piloto estadounidense Joseph Kittinger. Fue el primer hombre en el espacio, cuando el 16 de agosto de 1960, en un tercer intento y después de tres horas de ascenso en un globo aerostático Excelsior III que le saca de la Tierra, salta en paracaídas desde una altura de 31 kilómetros, en la frontera del espacio exterior. 

Joseph Kittinger se lanza al vacío y cae durante cuatro minutos y medio a una velocidad de 990 km/h, convirtiéndose en el primer hombre en el espacio. "Es un silencio terrorífico – explicó Kittinger – La Tierra, el cielo y el globo dan vueltas a mi alrededor, como si yo fuera el centro del universo".

El 12 de abril de 1961, a las 6:07 a. m. UTC se lanzó la nave espacial Vostok 3KA-3 (Vostok 1) desde el Cosmódromo de Baikonur con Yuri Gagarin a bordo, el primer humano en viajar al espacio orbitando el planeta Tierra. El vuelo de Gagarin consistió en una órbita a la Tierra a una altitud de 315 km. La carga de la nave incluía equipamiento de soporte vital, radio y televisión para monitorizar las condiciones del cosmonauta.
Para el Proyecto Excelsior, como parte de la investigación de saltos a grandes altitudes, realizó una serie de tres saltos en paracaídas, llevando un traje presurizado, desde un globo de helio con una góndola abierta. El primer salto se realizó en noviembre de 1959 desde 23.287 m. El salto casi acaba en tragedia debido a fallos en el equipo, lo que le causó la pérdida de la consciencia, pero el paracaídas automático lo salvó. Tres semanas más tarde saltó de nuevo desde 22.769 m. 

El 16 de agosto de 1960, Kittinger su último salto desde el Excelsior III a 31.333 m. Durante una caída libre de 4 minutos y 36 segundos alcanzó una velocidad máxima de 988 km/h antes de abrir su paracaídas a 5.500 m de altitud. 
Kittinger consiguió y mantuvo los récords de mayor ascenso en globo, salto en paracaídas de mayor altitud, caída libre más larga y mayor velocidad de un hombre en la atmósfera ​hasta el 14 de octubre de 2012 cuando sus marcas, excepto la de caída más larga, fueron superadas por el paracaidista austríaco Felix Baumgartner que saltó desde los 39.068 metros de altura y alcanzó una velocidad de 1.342,8 km/h convirtiéndose en el primer hombre en romper la barrera del sonido sin ayuda mecánica. 
Récord que luego rompió el vicepresidente de Google, Alan Eustace, de 57 años, el 24 de octubre de 2014 alcanzando una altura de 41.150 metros y se lanzó en caída libre. En el trayecto alcanzó una velocidad máxima de 1.322 kilómetros por hora rompiendo la barrera del sonido. Con esto superó la velocidad que estableció el austriaco dos años antes.

Formación en Drones de AESA, Agencia Estatal de Seguridad Aérea

Registro de Mikel Agirregabiria como Operador UAS de AESA
Ya disponemos de este título de Piloto de Dron. Más exactamente de Operador de UAS (Unmanned Aircraft Systems) por AESA.       

Formación en Drones de AESA by Mikel Agirregabiria on Scribd


Material para preparar el curso de Piloto de Drones de AESA (Agencia Estatal de Seguridad Aérea).
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Web para elegir dónde volar legalmente un drone: drones.enaire.es
Web para asegurar tu drone: https://www.coverdrone.com/eu/
APP para mirar condiciones de vuelo según viento: AUV Forecast
Un vídeo de la Web recomendada: www.droneguru.es

Vuelos atrevidos, como pasar por debajo de la Torre Eiffel

Vuelos atrevidos, como pasar por debajo de la Torre Eiffel
Avioneta Beechcraft Bonanza volando bajo la Torre Eiffel.

Para quienes tuvimos vocación (frustrada) de piloto desde niños, todo lo relacionado con aviones o el espacio siempre ha sido motivo de interés e inspiración. La mañana del sábado 31 de marzo de 1984 el piloto norteamericano Robert J. Moriarty y su compañero Richard Fenwic se inscribieron en una carrera aérea que uniría las ciudades de París y Libreville (Gabón)

Moriarty era un piloto con una dilatada experiencia lo que hacía que partiesen como uno de los equipos favoritos a la victoria. Sin embargo la mala suerte se cruzó en su camino y cuando sobrevolaban Portugal un inesperado fallo en el motor de su aeronave les obligó a realizar un aterrizaje de emergencia en Faro. Ya sin posibilidades de victoria decidieron abandonar la competición. Después de reparar el avión, y de vuelta en París mientras disfrutaban de una buena cena, se les ocurrió una idea que les haría famosos. 

Moriarty presentó un plan para volar desde el parisino aeropuerto de Le Bourget a Shannon, Irlanda. Despegó del aeropuerto de Paris a los mandos de su Beechcraft Bonanza y se dirigió al norte para que el control del tráfico aéreo local no sospechase de sus intenciones. Luego viró su rumbo para dirigirse directamente a la Torre Eiffel. Volando bajo y lento se acercó al icono francés. Llegado el momento se alineó con la cara sur de la torre, sobrevoló el kilómetro de longitud de los jardines del Campo de Marte ante la atónita mirada de parisinos y turistas, y atravesó el arco de la torre a escasos metros del suelo.

Previamente Moriarty y Fenwic habían contado sus planes a una agencia gráfica francesa para que tomase fotografías desde el suelo, pero estos fueron más allá y le propusieron llevar un cámara en el aeroplano (con la que se grabó el siguiente vídeo).
Tras cruzar la torre Eiffel volaron varios kilómetros en dirección norte, aterrizaron y dejaron bajar al cámara. El suceso pasó desapercibido para la opinión pública durante diez días hasta que la revista People lo publicó en abril. Posteriormente Moriarty diría que las autoridades francesas fueron bastante razonables acerca de todo el asunto. Llegaron a un acuerdo que simplemente me prohibía pisar suelo francés durante varios años. Posteriormente comentaría que solo se arrepintió de una cosa, haberlo hecho un 31 de Marzo y no esperar al día siguiente (1 de abril, el día de las bromas o inocentes). 

Este hecho, entre travesura temeraria e inusual hazaña, con su alta precisión en la ejecución de la maniobra no ha sido única. Tres años después del vuelo de Moriarty otra avioneta haría lo mismo. Las autoridades francesas se pusieron en contacto con Robert Moriarty para preguntarle si había vuelto a ser él. Contestó que, para él, con una vez era suficiente. 

Robert Moriarty fue un gran piloto, desde que debutó jovencísimo con 20 años como el aviador naval más joven de la historia en la guerra de Vietnam, luego obtuvo hasta 14 récords variados hasta un final menos glorioso, siempre a bordo de aviones. 

Aquel incidente no era la primera vez que se volaba por debajo de la Torre Eiffel. En otoño de 1945 el piloto Robert Fullerton a los mandos de un de Havilland Mosquito de la Royal Canadian Air Force perteneciente al escuadrón 409 también voló bajo el símbolo francés. Aunque la imagen siguiente posiblemente sea un montaje, parece ser que la fotografía original existe y se conserva en el museo de la Fuerza Aérea de Canadá en Comox, Columbia Británica.
Vuelos atrevidos, como pasar por debajo de la Torre Eiffel
París también había sido previamente el inmejorable escenario de otro vuelo aún más dificultoso, pasando una avión bajo el Arco de Triunfo, si bien a velocidades más manejables. Para recuperar el deshonor de no haber podido volar sobre las tropas en el Desfile de la Victoria el 14 de julio de 1919, menos de un año después de la Primera Guerra Mundial, un grupo de avezados pilotos franceses decidieron hacer esa proeza.

El elegido fue Jean Navarre, apodado "El centinela de Verdún", un popular as del aire con 12 victorias confirmadas y 15 no confirmadas. Navarra comenzó a practicar las técnicas de bajo vuelo en Villacoublay campo de aviación, pero desafortunadamente murió el 10 julio, mientras que su avión se estrelló durante uno de los vuelos de entrenamiento. Charles Godefroy, un instructor de vuelo con más de 500 horas de vuelo, se ofreció inmediatamente como voluntario para reemplazar a Navarre. Lamentablemente, era demasiado tarde para volar bajo el Arco el día del desfile. Godefroy también necesitaba algo de entrenamiento y el vuelo tuvo que posponerse. 

El espacio libre apenas es de 14,50 metros, por lo que Godefroy decidió volar bajo el Arco con el Nieuport 11 Bébé, un pequeño caza biplano introducido en 1916. Con su envergadura de 7,52 metros debería tener suficiente espacio para actuar. este vuelo de aventuras. Como el vuelo estaba ahora programado para agosto, sin una multitud de testigos en el desfile, se pidió al periodista francés Jacques Mortane que filmara todo el evento. 
El 7 ° de agosto de 1919, Godefroy despegó de Villacoublay y se dirigió hacia París. Al principio, rodeó el Arco dos veces y luego de repente lo atravesó en un vuelo de muy bajo nivel. Su Nieuport casi choca con el tranvía que pasaba y los pasajeros se tiran al suelo presas del pánico. Al día siguiente, todos los periódicos informaron del hecho, sin embargo, el público desconocía el nombre del valiente piloto. Desafortunadamente, la película de Mortane fue prohibida casi de inmediato por la policía, y pocos días después, la siguiente investigación reveló el nombre del piloto. Sin embargo, Charles Godefroy escapó solo con una advertencia, probablemente porque este era su último vuelo. Tomando en consideración a su familia, asustado por su truco, Godefroy prometió dejar de volar y se convirtió en comerciante de vinos.
Vuelos atrevidos, como pasar por debajo de la Torre Eiffel
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