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"La muerte de la muerte" de José Luis Cordeiro y David Wood

El libro "La muerte de la muerte" (2017) es un ensayo futurista y provocador que plantea que el envejecimiento y la muerte serán problemas solucionables gracias a los avances tecnológicos y científicos. Los autores, José Luis Cordeiro y David Wood, presentan una visión optimista del futuro en el que la humanidad podría alcanzar la inmortalidad biológica en este siglo. Sus ideas principales son:

  1. El envejecimiento como una enfermedad curable: Según los autores, el envejecimiento no es un proceso inevitable, sino una enfermedad que puede ser tratada. Con los avances en biotecnología, genética e inteligencia artificial, será posible detener e incluso revertir el envejecimiento.

  2. La inmortalidad biológica: Cordeiro y Wood sostienen que en el futuro cercano se logrará la inmortalidad biológica, es decir, un estado en el que los humanos ya no envejezcan ni mueran por causas naturales, aunque puedan seguir siendo vulnerables a accidentes o enfermedades graves.

  3. Tecnologías clave para derrotar el envejecimiento:

    • Edición genética: Herramientas como CRISPR permitirán modificar genes asociados al envejecimiento.
    • Regeneración celular: Terapias con células madre regenerarán órganos y tejidos dañados.
    • Nanotecnología: Microrrobots repararán daños celulares desde dentro del cuerpo.
    • Inteligencia artificial: Ayudará a identificar patrones y soluciones para optimizar la salud y longevidad.
  4. Impacto económico y social: La inmortalidad tendrá profundas implicaciones sociales, éticas y económicas. Los autores argumentan que los costos iniciales serán altos, pero con el tiempo, las terapias antienvejecimiento se democratizarán y estarán disponibles para todos. Este avance permitirá que las personas sean más productivas y creativas durante más tiempo.

  5. El futuro de la humanidad: Los autores visualizan un futuro donde las personas podrán decidir cuánto tiempo quieren vivir y en qué condiciones. También creen que la muerte dejará de ser un problema central para los seres humanos y permitirá explorar otros retos existenciales, como la colonización del espacio.

José Luis Cordeiro, con nosotros en el Grupo Vasco del Club de Roma

Perspectiva ética y filosófica

  • Críticas éticas: Algunas de las principales preocupaciones éticas son las desigualdades de acceso a estas tecnologías, el impacto en la superpoblación y el sentido de la vida sin la presencia de la muerte.
  • Respuesta de los autores: Argumentan que los beneficios de extender la vida humana superarán los retos, y confían en que la humanidad encontrará soluciones a problemas como el reparto de recursos o la organización social (¿con algún camino como QuantHumanity (otros posts)?

La muerte de la muerte es un manifiesto optimista que invita a la humanidad a soñar con un futuro donde la muerte por envejecimiento sea un recuerdo del pasado. Para Cordeiro y Wood, la inmortalidad biológica será el próximo gran logro científico, con el potencial de cambiar la forma en que vivimos, trabajamos y nos relacionamos con el mundo.

Es posible frenar el envejecimiento, según Peter Walker

Peter Walter, biólogo, declara: «Por fin podemos decir que es posible frenar el envejecimiento» «Dudo de que el planeta esté preparado para que la mayoría de los humanos vivamos 100 años o más», afirma el reconocido biólogo. Recogemos de El Correo esta entrevista de Fermín Apezteguia.

Peter Walter es el biólogo que ha descubierto la manera en que las proteínas colaboran con la vida y el envejecimiento humano, que forma parte de ella. Cuenta que se pliegan y de sus pliegues brotan la salud y la enfermedad. Investigador emérito de la Universidad de California (EEUU), la Fundación BBVA le ha concedido en Bilbao este año el Premio Fronteras del Conocimiento en Biología y Biomedicina por la trascendencia de sus hallazgos. Asegura que en el mundo occidental, todos podremos vivir 100 años...

– ¿Qué es todo esto del pliegue de las proteínas? 
– Las proteínas son la máquina molecular que hace que todo ocurra en nuestras células. Todo proceso metabólico depende de ellas, hasta la contracción de los músculos. Son como bloques de construcción, pero con la flexibilidad de los espaguetis. Es así, porque tienen que plegarse en formas tridimensionales para poder construir unidades funcionales.

– Y ese proceso puede ir mal... 
– Exacto, puede ir mal, pero para que vaya bien tenemos unas proteínas específicas llamadas chaperonas, que ayudan a que el plegado sea correcto y eficiente.

– ¿En esas rugosidades encontraremos las respuestas que necesitamos contra el cáncer? 
– Sí. Los cánceres son genómicamente inestables. Cometen muchos fallos; y las proteínas que no se pliegan adecuadamente van acumulándose y provocan que todo se vuelva un lío en la célula. Cuando hay demasiada proteína mal plegada, la célula se elimina a sí misma, es decir, muere.

– ¿Eso puede evitarse? 
– Si logramos que esa respuesta sea más efectiva, más precisa, podríamos eliminar esos problemas en esas células cancerígenas y desarrollar nuevas quimioterapias, menos tóxicas y aplicables a todas las células.

– Pero, ¿es posible diseñar un fármaco que lo consiga o es algo como Venus, que está ahí, pero todavía no podemos llegar? 
– Nos estamos acercando. Sabemos mucho sobre algunas, menos sobre otras y aún quedan muchos misterios por resolver.

– ¿Las placas y ovillos neuronales que se acumulan en el cerebro con el alzhéimer tienen que ver con el proceso que describe? 
– Claro. En el alzhéimer, sabemos cuál es el estado de desplegado, sabemos que tenemos filamentos en el cerebro. Pero tenemos que aprender cómo matan a las células del cerebro y cómo eliminar sus efectos tóxicos.

– Conocerlo mejor, ¿nos permitiría vivir más y mejor? 
– Ése es el objetivo. No queremos alargar la vida innecesariamente, sino vivir de una forma más saludable durante más años.

– ¿Llegaremos la mayoría a los 100 años o el planeta se cobrará lo que le estamos haciendo? 
– Dudo de que el planeta está preparado para que vivamos mucho más tiempo. Hay muchas cuestiones sociales que tienen que ver con todo esto. Pero bueno, yo mismo he pasado por un cáncer y estoy aquí.

– ¿Y qué tal está? 
– Estoy muy bien. Puedo hablar del cáncer en pasado.

– ¿Cuándo cree que todos estos hallazgos llegarán al hospital? 
– Está empezando. Estamos desarrollando quimioterapia, nuevos fármacos, en colaboración con distintas empresas de biotecnología. Tenemos ya una pequeña medicina que se está desarrollando para la ELA, para la neurodegeneración. Veremos qué pasa.

–Entonces, es posible frenar el envejecimiento y las enfermedades ligadas a él. 
– Definitivamente sí, una a una, esa es la esperanza. Podemos decir que por fin es posible frenar el envejecimiento. Si podemos mantener sanas las células que forman nuestro cuerpo, cambiaremos incluso los sistemas de salud. Ahora vamos al médico cuando estamos enfermos. Tenemos un sistema de cura de la enfermedad, pero buscamos uno de mantenimiento de la salud.

– ¿Un poco utópico, quizás? 
– Es una utopía que ya ocurre. Mucha gente toma estatinas para mantener bajo control sus niveles de colesterol. Sería lo mismo.

– ¿Nos miraremos al espejo y ya no tendremos arrugas?
– ¡Ja, ja, ja, ja! Quizás, ya veremos.

– Conozco un farmacéutico que dice que la medicina no ha avanzado tanto como la cosmética. Tenemos la piel de la cara más lisa, pero las enfermedades nos siguen llegando a la misma edad. 
– A la gente le gusta verse bien. Muchos de esos cosméticos muchas veces no funcionan tan bien como se anuncian.

– A principios de siglo se creyó que la terapia celular lo iba a cambiar todo. ¿Dónde ha quedado tanta esperanza? 
– Bueno, está ahí. Esa esperanza se sigue desarrollando, pero lleva muchísimo tiempo y es muy complicado, mucho más incluso que desarrollar un fármaco.

– Nos quedamos sin oveja Dolly (el primer mamífero clonado por terapia celular), pero también sin órganos para trasplantes, como se prometía. 
– Ocurrirá, le aseguro que va a ser una realidad. En el futuro, no sé cuándo, pero va a ocurrir, de verdad. Lo importante es que los gobiernos entiendan que todos estos procesos son muy prometedores. Necesitamos una legislación que nos proporcione la financiación adecuada para que la investigación continúe a lo largo de los años. Si el dinero que se destina a otros gastos, fuera a la ciencia, llegaríamos mucho más rápido.

– Desde el cambio de milenio vivimos en una crisis permanente y, salvo en tiempos de pandemia, no hay dinero para ciencia. 
– Desgraciadamente es así. Pero la siguiente pandemia llegará. Deberíamos anticiparnos a ella.

– ¿La inteligencia artificial nos librará de todos los males o nos traerá más? 
– Depende de quien la programe. Como herramienta puede ser algo muy útil, porque podremos hacer con ella trabajos como revisiones de datos que para la mente humana resultan imposibles.

– O se deja en manos de científicos buenos desde el punto de vista humano o me temo lo peor. 
– Eso suena muy inteligente, muy sabio.