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La siesta, el invento romano de la hora sexta


La palabra siesta proviene de la hora sexta romana, que designa la hora solar sexta, correspondiente a las 12 del mediodía. Con respecto al tiempo, esta puede variar desde 20 minutos a 4 horas, o sea, alrededor de las 12 h., momento en el cual se hacía una pausa de las labores cotidianas para descansar y reponer fuerzas. Esto en parte responde, a que entre las 12 h. y las 16 h. en muchas regiones templadas y subtropicales hace demasiado calor para el trabajo en el campo a pleno sol, razón por la cual los campesinos trabajaban a primeras horas de la mañana y a última de las tardes cuando el sol no es tan intenso.

El origen de la siesta se remonta al Imperio Romano. La palabra “siesta” proviene del latín “sexta”, que hace referencia a la sexta hora del día. Los romanos dividían el día en periodos de luz de 12 horas, y la sexta hora del día corresponde al comprendido entre la 1 de la tarde del invierno y las 3 de la tarde del verano. En ese momento, se hacía una pausa de las labores cotidianas para descansar y reponer fuerzas.

En España, la siesta comenzó a ser común después de la Guerra Civil. En este período, era habitual que un trabajador tuviese más de un empleo para mantener a su familia y recurriese al mediodía para comer y descansar, y de esta forma poder rendir lo suficiente en el trabajo de tarde. Además, la siesta tiene una explicación biológica. Es una consecuencia natural del descenso de la sangre después de la comida desde el sistema nervioso al sistema digestivo, lo que provocaba una consiguiente somnolencia. Por ello, después de comer, el cuerpo puede pedirte un descanso, sentarse, echar la siesta. Es importante mencionar que, aunque la siesta es muy conocida en España, datos de la BBC desmontan el mito: casi el 60% de los españoles nunca duermen una siesta, mientras que sólo el 18% toma algunas veces una siesta de mediodía. 
Algo impagable para una siesta, o para vivir: El #silencio,… Que solamente pueda ser roto por las aves autóctonas,…
¿Sabías que dormirse en el trabajo está bien visto en Japón? La palabra ‘’Inemuri’’ hace referencia a ‘’dormir despierto’’, o lo que es lo mismo: una forma de ser productivo y recuperar energías en el trabajo. Dormirse en otros lugares, como el transporte público, también está bien visto, pues demuestra que no has descansado por ejercer tu trabajo de la mejor manera posible. ¿Te imaginas poder dormirte en cualquier sitio y que no te miren mal?

Posturas para dormir bien

Hay muchas maneras de colocarse durante el sueño (casi tantas como personas en el mundo), aunque las más comunes son boca arriba (decúbito supino), boca abajo (decúbito prono) y de lado (decúbito lateral). Cada una de ellas tiene sus ventajas e inconvenientes. 

De costado (preferiblemente del lado izquierdo) se considera la mejor forma de dormir. "Se mantiene en todo momento la columna vertebral totalmente alineada y en una posición neutral". Incluso se aconseja utilizar una almohada entre los muslos y otra en la región costal para mantener una postura aún más correcta y destacan que es importante que el brazo que queda debajo salga por fuera del cuerpo. 

Dormir boca arriba es una de las posiciones más neutrales, ya que la columna descansa recta", aunque se trata de la peor posición para la apnea y puede empeorar el dolor de espalda. Es bueno para las cervicales, favorece la respiración y mejora las arrugas, ya que la piel de la cara no entra en contacto con los textiles de la cama. No obstante, ya hemos señalado que es la peor postura para la apnea y que puede empeorar el dolor de espalda. 

Dormir boca abajo resulta la posición menos recomendable. Al dormir boca abajo, la columna queda suspendida en el aire y la caja torácica no se expande bien. La columna queda suspendida en el aire y la caja torácica no se expande bien. Esto da lugar a que a veces falte el aire y tenemos la necesidad de rotar el cuello hacia un lado para poder respirar, lo que tensiona la columna cervical. Al dormir boca arriba la espalda suele quedar ligeramente arqueada, provocando esos dolores a los que hacíamos referencia, aunque se pueden aliviar colocando un cojín bajo las rodillas para aplanar la columna lumbar. También es la peor posición para la apena y agrava el reflujo ácido. Otro de los inconvenientes de esta postura es que estrecha las vías respiratorias, lo que, sumado a la relajación de la boca, provoca que los que roncan lo hagan aún más. Tampoco es recomendable para mujeres embarazadas o personas con problemas de obesidad. 

Según los expertos, la mejor postura para dormir es hacerlo sobre el lado izquierdo, en posición fetal. Está demostrado que la calidad del sueño y el descanso aumentan, pues se garantiza que la columna vertebral está alineada. Además, evita los dolores de espalda, mejora la respiración y disminuye los ronquidos. La almohada o cojín entre tus muslos evita que las rodillas choquen entre sí. 

Dormir es la base de la longevidad


Si existen seis pilares de la longevidad (que hemos ordenado como GRECIA), la base o cimiento de dichas columnas es el sueño o dormir convenientemente. Envejecimiento y sueño están correlacionados: La acumulación de daños en los genes de nuestro ADN es una de las principales causas del envejecimiento. Dormir bien puede ralentizar el envejecimiento a nivel celular, permitiendo que el cuerpo y la mente se recarguen. 

Por tanto, dormir lo suficiente es esencial para una buena salud y puede contribuir a una vida más larga y saludable. Siempre es importante escuchar a tu propio cuerpo y ajustar tus hábitos de sueño según tus necesidades individuales. 

El insomnio es un trastorno del sueño en el que la persona tiene dificultad para conciliar el sueño, mantenerlo o experimenta un sueño de mala calidad. Puede ser agudo (de corta duración) o crónico (persistente durante más de un mes). 
Las causas del insomnio pueden variar, desde el estrés hasta ciertas enfermedades o efectos secundarios de medicamentos. Ahora bien, ¿cómo afecta el insomnio a la longevidad? Aquí hay algunas consideraciones: 
  • Impacto en la salud general: El insomnio prolongado puede afectar negativamente la salud física y mental. La falta de sueño adecuado puede disminuir la función inmunológica, aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares y afectar el sistema nervioso. Las personas con insomnio crónico pueden experimentar somnolencia diurna, bajo rendimiento laboral o escolar, y desequilibrio emocional (estrés, ansiedad, depresión). 
  • Relación con enfermedades crónicas: El insomnio se ha asociado con un mayor riesgo de obesidad, diabetes tipo 2, síndrome metabólico e hipertensión arterial. Las personas que duermen menos de cinco horas por noche tienen más probabilidades de desarrollar diabetes y sufrir ataques cardíacos. 
  • Nutrición y sueño: La alimentación también puede influir en el insomnio. Por ejemplo, ciertos alimentos ricos en triptófano (un aminoácido) pueden ayudar a inducir el sueño. La melatonina, una hormona relacionada con el sueño, también puede verse afectada por la dieta. 
En resumen, el insomnio puede afectar negativamente la longevidad al debilitar el sistema inmunológico y aumentar el riesgo de enfermedades crónicas. Mantener hábitos de sueño saludables y prestar atención a la nutrición pueden contribuir a una vida más larga y saludable.