Mostrando las entradas para la consulta Albert Camus ordenadas por relevancia. Ordenar por fecha Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas para la consulta Albert Camus ordenadas por relevancia. Ordenar por fecha Mostrar todas las entradas

El primer hombre de Albert Camus

Una reciente Conferencia de Joaquín García Roca nos alertó sobre esta obra, "El primer hombre", obra inconclusa y póstuma de Albert Camus que llevaba en el coche donde murió en accidente a los 47 años. Su narración nos hizo un nudo en la garganta a todo el auditorio. Cuenta cómo Camus rompió el destino de exclusión al que estaba -aparentemente- predestinado y condenado.
Sin padre ni hermanos mayores, Albert Camus fue "el primer hombre" en su propia travesía que le llevó al Premio Nobel de Literatura. Pero no estuvo solo. Hubo dos grandes maestros (Louis Germain en primaria y posteriormente Jean Grenie) que guiaron su destino. Camus nació en un paupérrimo barrio de Argelia, huérfano de padre (muerto en la Primera Guerra Mundial). De su progenitor, Albert, sólo una fotografía y una significativa anécdota: su señalada repugnancia ante el espectáculo de una ejecución capital. Creció con una madre analfabeta y casi totalmente sorda, y con una abuela tiránica. Apasionado del fútbol, jugaba de portero porque en esa posición se gastan menos los zapatos. Sólo al ingresar en el Liceo supo que había... ricos. Camus describió aquella etapa infantil, donde la precariedad fue absoluta: "La infancia... ese secreto de luz, de cálida pobreza".
Camus realiza allí sus estudios, alentado por sus profesores, especialmente Louis Germain en la escuela primaria, a quien guardará total gratitud, hasta el punto de dedicarle su discurso del Premio Nobel. Al recibirlo menciona a Germain, su primer maestro: "Sin usted, sin la mano afectuosa que le tendió al niño pobre que era yo, sin su enseñanza y su ejemplo, no hubiese sucedido nada de todo esto".
Cuando
Camus era niño en Argel, por un momento, y... en la escuela, "sintió que existía y era objeto de la máxima consideración". De aquel maestro reconoce que "recibí el único gesto paternal meditado y racional que viví de niño" (su padre había muerto en la guerra). Sigue Camus: "Y en clase, al menos, la escuela alimentaba el hambre de dignidad".
En 1924, Louis Germain juzgó que el niño al que daba clases gratuitas estaba listo para presentarse a examen y recibir una beca para seguir estudiando. Se calzó las polainas de las grandes ocasiones y lo llevó al Liceo. Antes de la prueba, le regaló un croissant. Fue el primero en enterarse de los resultados. Cuando vio a su alumno Camus de 9 años, soltó una frase que cifraría un destino: "Bravo, mosquito". Albert Camus había aprobado. Al despedirse de aquel maestro, camino del Liceo en París, Camus supo que "nunca encontraría mejor ni más sabio profesor que aquel cuyo corazón lo sabía todo"...
El primer hombre (descargar íntegramente en PDF) de Albert Camus puede leerse abajo (mejor a pantalla completa con FullScreen). El relato sobre "La escuela" ocupa el capítulo 6bis, desde la página 58 hasta la 74.
CamusAlbert-Elprimerhombre

Releyendo “El extranjero” de Albert Camus

Estamos releyendo “El extranjero” de Albert Camus, coincidiendo con la lectura de un ahijado (anietado, mejor), Sergio. Es una novela publicada en 1942 que se centra en la vida de Meursault, un hombre franco-argelino que vive en Argel. 

La historia se divide en dos partes principales: 
  • Primera parte: el delito. Meursault recibe la noticia de la muerte de su madre, pero muestra una indiferencia notable ante el hecho. Durante el funeral, su actitud desapegada sorprende a todos. De vuelta en Argel, Meursault se encuentra con su vecina Marie y comienzan una relación. También conoce a su vecino Raymond, quien le pide ayuda para escribir una carta a su amante. Un día, Meursault, Raymond y Marie van a la playa, donde se encuentran con el hermano de la amante de Raymond. Tras un altercado, Meursault mata al hombre con un revólver. 
  • Segunda parte: la sentencia de muerte. Meursault es arrestado y llevado a juicio. Su falta de remordimiento y su indiferencia ante la muerte de su madre juegan en su contra. A pesar de los esfuerzos de su abogado, Meursault es condenado a muerte. Durante su tiempo en prisión, reflexiona sobre la vida y la indiferencia del universo. Finalmente, acepta su destino y encuentra una especie de paz en su situación. La novela explora temas como la indiferencia, la falta de sentido y la filosofía del absurdo, y es considerada una de las obras más importantes de la literatura existencialista.
El título “El extranjero” de Albert Camus tiene varios significados y capas de interpretación: 
  • Aislamiento y Desconexión: El protagonista, Meursault, se siente como un extranjero en su propia vida y sociedad. Su indiferencia hacia los eventos importantes, como la muerte de su madre y su propio juicio, lo hace parecer desconectado y ajeno a las normas sociales. 
  • Filosofía del Absurdo: La novela está enmarcada en la filosofía del absurdo de Camus, que explora la idea de que la vida carece de sentido inherente. Meursault es un extranjero en un mundo que no comprende y que no tiene sentido para él. 
  • Crítica SocialAlbert Camus utiliza a Meursault para criticar una sociedad que juzga y condena a las personas basándose en su conformidad con las normas sociales. Meursault es un extranjero porque no se ajusta a las expectativas de la sociedad. 
En resumen, el título refleja la alienación y el sentimiento de ser un extraño en un mundo que no tiene sentido ni lógica para el protagonista.
Obra completa en PDF, donde también puede escucharse.

Aprendizaje conversacional

Hoy ha sido un día gozoso de encuentro, de amistad, de redescubrimiento de personas y de certidumbres. Aunque merecerán extensas e individualizadas crónicas a publicar este fin de semana, avanzamos una simple referencia con lo más significativo del día. Hemos comenzado el día con una conmovedora conferencia de Joaquín García Roca, foto superior, con un testimonio de "un superviviente de la educación" que emana bondad y un profundo conocimiento de la educación con las personas más desfavorecidas. Su relato final sobre "El primer hombre", obra inconclusa y póstuma de Albert Camus, ha hecho enmudecer a un auditorio con gentes avezadas en la educación de alumnado en grave riesgo de desescolarización. Arriba, un breve vídeo de su intervención inicial con las tres certezas. de Fernando Pessoa: “De todo me quedaron tres cosas: la certeza de que estaba siempre comenzando, la certeza de que había que seguir y la certeza de que sería interrumpido antes de terminar”. Bajo estas líneas algunas fotos de la primera parte del encuentro. Dos posts posteriores ampliados sobre la Conferencia de Joaquín García Roca y El primer hombre de Albert Camus.

A mediodía hemos acudido a la 1ª Comida Feisbukera Bilbao con 43 personas inscritas. Un encuentro de amistad, de intercambio de noticias, de búsqueda de apoyos para proyectos conjuntos, de humor y de carga de baterías con gentes activas, dinámicas, con inmenso potencial de intervención social. Adelantamos nuestras fotos bajo esta línea. Posterior entrada extensa sobre la 1ª Comida Feisbukera de Bilbao.

Por la tarde hemos celebrado la V Tertulia Bilbaina con Juan Ignacio Pérez Iglesias con la misma sensación interna de estar conversando con una persona perspicaz, en un entorno de sinceridad absoluta, con verdades que nos permiten seguir madurando a quienes hemos debatido en una encuentro muy rico en perspectivas y en matices. Por destacar uno de los puntos más reconfortantes destacaríamos que nos ha sorprendido la alta valoración del invitado central sobre la blogosfera. El ex-Rector de la UPV/EHU considera a la web 2.0 como generadora de opinión, resaltando su efecto difuso pero de vanguardia y multiplicador que acaba generando cultura en todos los ámbitos de lo colectivo (abajo, algunas fotos con los participantes). Posterior Crónica de la V Tertulia Bilbaina con Juan Ignacio Pérez Iglesias.

Habiéndose solapado el final de la con la última conferencia de otro ex-Rector, en este caso de la Universidad de Navarra, Alejandro Llano Cifuentes, no hemos podido acercarnos a esta última convocatoria, lo que lamentamos.
Si hubiese que condensar en una frase lo aprendido en el día podría decirse que nos hemos emocionado con la bondad, el tesón y la búsqueda de justicia, nos ha fortalecido el encuentro con tanta gente inspirada y decidida y nos ha cautivado la racionalidad, la inteligencia aplicada y la decisión de construir. Brevemente, el mejor aprendizaje es conversacional, bidireccional y basado en el ejemplo vivido y en el respeto entre quienes enseñan y aprenden a un mismo tiempo. Aún más sintéticamente, la inteligencia suprema siempre es bondadosa... y la bondad en cualquiera de sus manifestaciones la forma más perfecta de inteligencia.
Seguirán relatos extensos de los tres eventos de los que hemos sido testigos en esta jornada.
IMG_6798

Conferencia de Joaquín García Roca

IMG_6696
Con la presencia de Ibone Bengoetxea del Ayuntamiento de Bilbao (en representación de la Asociación de Municipios Vascos, EUDEL), de Jon Etxebarria de la Diputación Foral de Bizkaia (Departamento de Acción Social), y de Ana Valenciaga del Departamento de Educación, Universidades e Investigación (Delegación Territorial de Bizkaia), presentados por Iñaki Iglesias (foto superior), se ha celebrado el encuentro anual sobre el “Programa para garantizar el derecho a la educación: erradicación de la desescolarización y del absentismo escolar en el Territorio de Bizkaia” del último curso académico.

La conferencia inaugural ha sido a cargo del profesor Joaquín García Roca (foto), presentado por Mikel Ubillos (ver extracto de vídeo arriba), acerca del trabajo en red de las diferentes instituciones para la superación de la marginación y del absentismo escolar. También se expuso al final (no pudimos quedarnos, pero es un documento público) el Informe correspondiente al curso 2008-2009, elaborado por la Comisión de Seguimiento.
Joaquín (Chimo) García Roca nos ofreció una lección derivada no sólo de su bondad e inteligencia, sino ante todo de su ejemplo. Recordó que el absentismo, o el fracaso escolar, son síntomas provocados por causas más profundas que son las que hemos de abordar en red social. Las personas que fracasan han acumulado, incluso antes de ir a la escuela, muchas sensaciones de marginación, de ser ignoradas por todos,... Nuestro objetivo debe ser superar, no únicamente compensar, las desigualdades.
Y nos habló de las redes que hemos de tender, y que se entienden de forman complementaria según las diferentes culturas. Redes de circo, que a un mismo tiempo nos protege y nos permite volar por las alturas, en esa doble demanda de seguridad y libertad que nos ha de otorgar la familia y la sociedad desde niños. Es una red que debe pasar desapercibida, pero que es indispensable para vivir como seres humanos, ligeros en movimientos y grandes en aspiraciones. Redes de pescar, que sugieren la idea de eficacia y la necesidad de que todos los hilos estén bien trenzados, que todos los nudos resistan,... Redes de telaraña, donde se denota la fortaleza de interdependencia a pesar de la debilidad de cada elemento. Redes de andamios, de puentes, de altura y de mediación. Redes sociales, donde resalta el valor de la comunicación, de superación de tiempos y de distancias,... Todo ello anuncia un futuro en red, donde sólo juntos podemos avanzar.
Joaquín García Roca nos habló de superar la sensación de impotencia que,a veces, puede sentirse ante problemas difíciles de erradicar. Compartió con nosotros algunas convicciones, ordenándolas como brújulas y cartas de navegación para viajar por el proceloso océano de la educación. Aseguró el absoluto fracaso de todo lo único, incluso la racionalidad única ha dado paso a una ecología de racionalidades. Ya no hay ni un tiempo único, y esto es evidente con el alumnado, cuyo tiempo propio avanza a ritmos muy personalizados.
Tres claves, tres dimensiones de todo educador o educadora, inclusode toda persona diríamos :
Se puede vencer el destino de la exclusión, al que parecen abocados algunos menores. Para ello, deben encontrarse con personas a quienes les importe y que le transmitan ese mensaje: "Tú me importas, tú vales, me alegro de verte en clase, te estábamos esperando, cómo estás, te hemos echado de menos,"... Así se construye la identidad del alumnado, cuando siente que el profesorado le mira, le pregunta, se preocupa por su presente y su futuro,... Un educador, en definitivo, no es sino un productor de identidad... propia, feliz,...
No hay nadie sin alguna capacidad sobresaliente. Sobre el falso supuesto de la carencia, nada puede construirse. Joaquín (Chimo) trabajaba y educaba en matemáticas desde el canto gitano, desde el reconocimiento al otro, al discente, de su superioridad en algunos ámbitos. Siempre hay algo que aprender, en ambas sentidos de toda relación. Un educador, en definitiva, es un descubridor de capacidades en su alumnado. Nos emocionó su historia de cuando le llevaron a identificar a un hombre joven, moribundo, que agonizaba sin comunicarse con nadie. Joaquín (Chimo) llegó, le llamó por su nombre y le abrazó. El poder del nombre propio le hizo despertar, porque el resto de conversaciones sobre lo poco que le quedaba de vida no le interesaba. Por señas, el enfermo pidió escribir y expresó su postrer deseo: Ver a "Alex". Cuando Joaquín (Chimo) descubrió preguntando a sus allegados quién podía ser Alex, supo que era un niño, el hijo pequeño del desahuciado. Cuando se lo llevaron, se levantó y quiso jugar con su hijo. Y sobrevivió dos años más. Cuando creemos que nada queda, sigue habiendo mucha vida por descubrir... si se sabe conectar.
Todo en la vida... es comunicación, y hay que escuchar lo que no es obvio. Cuando se falta a clase, cuando se arma un altercado,... se está "diciendo algo", se está usando un "altavoz" para contar lo que sucede por dentro. Y lo importante es el mensaje, no siempre explícito, y no el volumen o el ruido con el que se grita. Un educador es un descifrador, un decodificador... de gestos, de actitudes.
Con un relato de Gabriel García Márquez, que cuenta en el siguiente vídeo donde nos sugiere trucos para proseguir siempre en nuestra labor social y educativa, combinando la utopía y el desencanto, la inmediatez y el largo plazo. Y nos explica cómo no naufragar nunca...

Ha seguido una exhortación al trabajo conjunto: "Nos tenemos que mover todos juntos". El abordaje interinstitucional, contando hasta donde sea posible con la familias, el vecindario, sabiendo que existen tramas y marañas sociales con las que han que contar. Hemos de poner a toda la comunidad en estado de emergencia, porque si no asistiremos a un desbordamiento y el colapso de los subsistemas educativos, asistenciales,... El obsoleto paradigma de la Ilustración de educar aislando de las familias, de la calle,... se derrumbó hace tiempo. Hoy educa lo formal y lo no formal, la calle, la televisión e Internet, las amistades, el vecindario,... son agentes conjuntos que están fuertemente imbricados.
Otra brújula para navegar en la metáfora señala: "Educar es ofrecer sentido a nuestras vivas". Ya no basta saber, hemos de aprender colectivamente a convivir, ayudarnos a proporcionarnos una existencia buena y feliz entre todos. La gran patología histórica de la vieja enseñanza fue la relación de dominio de lo docente sobre lo discente. Hoy sabemos que no hay nadie tan rico ni tan sabio que no pueda recibir o aprender algo más, y sobre todo que no hay nadie tan pobre o tan necio que no pueda regalar o enseñar algo.
Ha concluido, antes del debate, con un relato final sobre "El primer hombre", obra inconclusa y póstuma de Albert Camus. Su narración nos ha hecho un nudo en la garganta a todo el auditorio. El Premio Nobel de Literatura cuenta cómo fue alentado por su primer maestro Louis Germain en la escuela primaria, a quien guardó total gratitud, hasta el punto de dedicarle su discurso del Premio Nobel. Así Camus rompió el destino de exclusión al que estaba condenado. Cuando Camus era niño en Argel, por un momento, y... en la escuela, "sintió que existía y era objeto de la máxima consideración". De aquel maestro reconoce que "recibí el único gesto paternal meditado y racional que viví de niño" (su padre había muerto en la guerra). Sigue Camus: "Y en clase, al menos, la escuela alimentaba el hambre de dignidad". Al despedirse de aquel maestro, camino del Liceo en París, Camus supo que "nunca encontraría mejor ni más sabio profesor que aquel cuyo corazón lo sabía todo"... El cuidado y la afectividad son atributos esenciales de la intervención educativa o social. Con el alumnado más desprotegido no cabe aquello de que en un cumpleaños el educador no estaba... porque era su día libre. En la educación, o en la familia, se está de guardia las 24 horas de los 365 días del año...
También cada minuto del coloquio tuvo una intensidad y validez educativa difícil de igualar. Ante la primera cuestión sobre casos donde se aprecia "dejación familiar", Joaquín (Chimo) supo ser comprensivo. Indicó que también las familias están sobrecargadas en ocasiones, porque se remite a ellas desde hospitales, casos de dependencia,... y ello conlleva situaciones de stress familiar. Todo lo que sirva de apoyatura mutua es válido, como escuelas de madres y padres a fin de extender el desarrollo comunitaria a la socialización de las familias. Nos recordó como el propio concepto y rol actual de la infancia y la juventud son frutos del mercado que les ha atribuido papeles que no existían previamente, como personas "ocupadas" en sus quehaceres, "reyes de la casa", consumidores compulsivos, seres sobreprotegidos que recitan papeles de lo que creen es su función en la casa, en la calle, en la escuela,...
La segunda pregunta sobre la responsabilidad de las familias ante el absentismo en Primaria, con su debate sobre obligaciones y renta básica fue interesante en su respuesta. Nos recordó el ponente el derecho a una inserción real, lo que -además de poder subsistir- incluye la oportunidad de participar en la comunidad. Citó la queja de los suburbios de París en las revueltas pasadas, donde la segunda generación se lamentaba así: "A nuestros padres les humillasteis, y a nosotros nos cerráis la puerta".
Concluyó y cerró la tercer pregunta con un alegato que nos humedeció los ojos. Nos encomendó no hablar si no es para crear esperanza. Nos devolvió a nuestra tarea educadora animándonos a ser mariposas y ruiseñores, amadores, ilusos, soñadores,... Y citó a Gioconda Belli en el inicio y el final de su poesía Los portadores de sueños sobre los utópicos que alegran el mundo: "En todas las profecías está escrita la destrucción del mundo. Todas las profecías cuentan que el hombre creará su propia destrucción..... Nosotros sólo sabemos que los hemos visto, sabemos que la vida los engendró para protegerse de la muerte que anuncian las profecías”.
Crónicas de anteriores encuentros sobre absentismo escolar en años precedentes: 2009, 2008,... Fotos del evento (que se pueden ver en el centro del post) y tres vídeos breves (, y ).

El arte de pensar en equilibrio, entre dudas y certezas

A propósito de las elecciones norteamericanas, donde los votantes de Trump parecen tan seguros mientras que los de Harris dudan, ha surgido este post. La historia del pensamiento humano ha estado marcada por una tensión constante entre la duda y la certeza. Estas dos fuerzas, aparentemente opuestas, son también las que impulsan el desarrollo de la inteligencia. La duda cuestiona y deconstruye, mientras que la certeza, al menos temporalmente, estabiliza y orienta. Pero, ¿cómo se entrelazan estos conceptos en el proceso de pensar? ¿Es posible alcanzar una inteligencia plena sin oscilar entre ambos?

La duda como motor del conocimiento

La duda ha sido una de las herramientas más poderosas de la humanidad para descubrir nuevas verdades. Descartes, el filósofo racionalista, afirmó: "Dudo, luego existo", en su famosa Meditación metafísica. Para él, el acto de dudar no solo probaba la existencia del yo pensante, sino que abría la puerta a una búsqueda de verdades más sólidas. Esta postura resalta que la duda, lejos de ser un obstáculo, es el primer paso hacia el conocimiento.

Sin embargo, la duda no es solo un método filosófico, sino una experiencia humana fundamental. Nos enfrenta con la incertidumbre del mundo y con nuestras propias limitaciones. La duda nos impulsa a cuestionar nuestras creencias, nuestras certezas y, en última instancia, nuestra comprensión del mundo. Tal como lo expresó Voltaire, el célebre filósofo de la Ilustración: "Quien es incapaz de dudar es incapaz de aprender".

En este sentido, la inteligencia no es simplemente una capacidad para acumular datos o resolver problemas, sino también la habilidad de mantener un equilibrio entre la duda y la certeza. Un individuo verdaderamente inteligente reconoce que muchas verdades son temporales, sujetas a revisión, y que el escepticismo razonable es una condición necesaria para el progreso del conocimiento.

Las certezas que construyen sentido

Por otro lado, las certezas son indispensables para navegar en la vida cotidiana. Sin ellas, estaríamos constantemente paralizados por la indecisión. Ciertamente, la duda puede estimular la curiosidad y la investigación, pero en algún momento necesitamos puntos de anclaje: certezas que nos permitan actuar y tomar decisiones. El filósofo Ludwig Wittgenstein, en su obra Sobre la certeza, nos recuerda que hay conocimientos que aceptamos sin cuestionar, sobre los cuales se construyen todas nuestras creencias y acciones. Estas certezas son como el suelo bajo nuestros pies, el punto de partida para toda reflexión posterior.

La certeza no es siempre sinónimo de rigidez. Muchas veces, las certezas que adoptamos son flexibles y pueden adaptarse a nueva información. Las teorías científicas, por ejemplo, son "verdades" aceptadas hasta que se encuentren nuevas evidencias que las cuestionen. El físico Albert Einstein revolucionó el mundo de la ciencia al demostrar que muchas de las "verdades" de la física newtoniana no se sostenían en contextos de velocidades cercanas a la luz o en campos gravitacionales intensos. Aun así, los principios de la mecánica clásica siguen siendo "ciertos" dentro de sus límites.

Esto nos lleva a una reflexión clave: nuestras certezas no tienen que ser absolutas para sernos útiles. Incluso las verdades parciales o contextuales nos ofrecen la estabilidad que necesitamos para avanzar.

La inteligencia: Entre la duda y la certeza

La inteligencia, en este marco, no es la posesión de un conjunto de respuestas correctas, sino la capacidad para moverse entre la duda y la certeza con agilidad. Un individuo inteligente sabe cuándo dudar y cuándo aferrarse a una convicción. Sabe que algunas preguntas no tienen respuestas definitivas, y aun así, sigue explorando.

El escritor y filósofo Albert Camus, en su obra El mito de Sísifo, plantea que la vida misma es un acto de balance entre la certeza y la duda. En su análisis del absurdo, Camus describe a Sísifo, el hombre condenado a empujar una roca montaña arriba solo para verla caer una y otra vez. Este mito es una metáfora de la vida humana: la inteligencia consiste en aceptar la falta de respuestas absolutas sin caer en la desesperación. Es en la búsqueda, no en la resolución definitiva, donde radica la verdadera riqueza del pensamiento.

Otro gran exponente de esta tensión fue el poeta y pensador alemán Johann Wolfgang von Goethe, quien expresó en Fausto: "Quien duda de todo se pierde, y quien no duda sobre nada es un insensato". Goethe nos invita a encontrar el equilibrio, a no ser presa de la duda paralizante ni de la certeza ciega. Solo entonces podemos alcanzar una inteligencia más plena, consciente tanto de los límites de nuestra comprensión como de su potencial.

La duda y la certeza en el conocimiento científico

El progreso científico es un claro ejemplo de cómo la duda y la certeza coexisten en el avance de la inteligencia humana. Cada descubrimiento se basa en el cuestionamiento de lo que se sabía hasta entonces. La ciencia es, en esencia, un proceso de poner a prueba nuestras certezas.

El biólogo Charles Darwin, al desarrollar su teoría de la evolución por selección natural, dudó de las explicaciones teológicas predominantes de su tiempo sobre el origen de las especies. Su capacidad para cuestionar estas ideas le permitió formular una de las teorías más influyentes en la historia de la ciencia. Sin embargo, también necesitaba certezas: datos empíricos, observaciones meticulosas, para construir su teoría.

Este ciclo de duda y certeza, retroalimentándose, es fundamental para el desarrollo del conocimiento. Incluso los científicos más brillantes reconocen que sus teorías están sujetas a revisión. Como dijo el físico Richard Feynman: "El conocimiento científico es una estructura de preguntas más que de respuestas".

Las sombras de la certeza: El peligro del dogmatismo

A pesar de la importancia de la certeza en nuestras vidas, también debemos ser conscientes de sus peligros. Cuando la certeza se convierte en dogmatismo, se cierra la puerta a nuevas ideas y a la posibilidad de cuestionar. Como advertía el filósofo Bertrand Russell: "Lo más dañino en la vida no es la ignorancia, sino las certezas absolutas". Las certezas inamovibles nos conducen al estancamiento del pensamiento y al rechazo de lo diferente, lo nuevo o lo incómodo.

El dogmatismo puede tomar muchas formas, desde las ideologías políticas hasta las creencias religiosas, pero en todas ellas se observa una característica común: la incapacidad para admitir la posibilidad de error. La inteligencia, por el contrario, está intrínsecamente relacionada con la apertura a la posibilidad de estar equivocado.

Conclusión: El equilibrio como forma de sabiduría

La vida humana es un viaje entre la duda y la certeza. Ninguna de las dos puede dominar completamente sin que algo se pierda en el proceso. La inteligencia reside en la habilidad de mantenernos en ese espacio intermedio, donde la duda nos permite explorar nuevas ideas y la certeza nos proporciona estabilidad para actuar.

Como bien lo resumió el poeta T. S. Eliot: "¿Dónde está la sabiduría que hemos perdido en el conocimiento? ¿Dónde está el conocimiento que hemos perdido en la información?". La sabiduría es más que conocimiento acumulado, es la capacidad de navegar con gracia entre lo que sabemos y lo que no sabemos, entre las certezas que nos guían y las dudas que nos impulsan a seguir buscando.

La duda puede ser un signo de inteligencia porque implica la disposición a cuestionar, reflexionar y buscar más información antes de llegar a una conclusión. Las personas que dudan no aceptan fácilmente lo que se les presenta como verdad; en lugar de eso, buscan entender, explorar diferentes perspectivas y examinar las evidencias. Esto fomenta un pensamiento crítico y evita caer en dogmatismos o suposiciones infundadas. 

Algunas citas que relacionan la duda con la inteligencia: 
  • “Duda de todo. Encuentra tu propia luz”. – Buda. 
  • La duda es el principio de la sabiduría”. – Aristóteles. 
  • “Quien nunca duda, nunca ha aprendido”. – Charles Darwin.
  • “El ignorante afirma, el sabio duda y reflexiona”. – Aristóteles.
  • "La duda es el segundo nombre de la inteligencia". –  J. L. Borges.
  • "La duda es una condición incómoda, pero la certeza es ridícula". – Voltaire.  
  • "Si comienza uno con certezas, terminará con dudas; más si se acepta empezar con dudas, llegará a terminar con certezas".  – Francis Bacon.
  • El problema del mundo es que la gente inteligente está llena de dudas, mientras que los estúpidos están llenos de confianza”. – Charles Bukowski.

Atención estimulada

"La capacidad de atención del hombre es limitada y debe ser constantemente espoleada por la provocación".
Albert Camus.

Kyiv, no Kiev, o la importancia del lenguaje

Kyiv, no Kiev, o la importancia del lenguaje
Existe una corriente en redes sociales y periódicos avanzados de ayudar con el lenguaje a detener esta salvaje invasión de Ucrania por parte de la Rusia de Putin. Los libros de estilo de la prensa reconocen que es difícil cambiar el nombre de una ciudad cuando su uso está anclado. Sin embargo, a pesar de los hábitos de los lectores, prevalece la razón ética y política: La capital de Ucrania debe escribirse en ucraniano como Kyiv” y nunca más como Kiev” que proviene del ruso.

"Nombrar mal un objeto es aumentar la desgracia de este mundo", apuntó 
Albert Camus. El escritor la utilizó en un estudio titulado "Sobre una filosofía de la expresión", publicado en la revista Poésie, atribuyendo la paternidad de la idea a su amigo el filósofo Brice Parain. Por tanto, ¿cómo hablar de la capital ucraniana sin aumentar su desgracia? ¿Cómo nombrarlo?

El movimiento para evitar referirse a la capital ucraniana como Kiev, llamándola en su lugar Kyiv, ha cobrado fuerza a la luz de la invasión rusa de Ucrania. 
Kyiv se adoptó oficialmente en 1995, pero Kiev se sigue utilizando comúnmente a nivel internacional. La campaña “KyivNotKiev” fue lanzada por el Ministerio de Asuntos Exteriores ucraniano tras la anexión rusa de Crimea; la idea era distinguir la capital de su pasado soviético. Han pasado años desde aquel 2018, apoyándose una realidad vigente desde 1995 en el país, y reconocida en 2012 por la ONU.

Con la invasión desde febrero de 2022 de la capital ucraniana por parte del presidente ruso Vladimir Putin, es más importante que quienes reporten o hagan referencia a la guerra en las redes sociales utilicen la ortografía adecuada de la ciudad. El gobierno ucraniano también promueve el uso de la ortografía ucraniana para sus otras ciudades, incluyendo Kharkov, que debería ser Kharkiv, mientras que Odessa debería ser Odesa y Lvov debería cambiarse por Lviv
Kyiv, no Kiev, o la importancia del lenguaje
Al principio, algunos se mostraron reticentes a adoptar el cambio de nombre de Kyiv, por considerarlo un movimiento político o excesivamente nacionalista, parecido al por qué no llamamos a Moscú “Moskvá”. Por el contrario, algunos cambios de nombre postcoloniales han sido ampliamente aceptados, como el de Bombay a Mumbai o el de Ceilán a Sri Lanka. A la luz del reciente conflicto entre Rusia y Ucrania, el cambio de nombre refleja un fuerte sesgo político.

La BBC desde el 29 de enero de 2022 ha sistematizado Kyiv, y la mayoría de los principales medios anglosajones están haciendo lo mismo. O Liberation desde el 1 de marzo de este año.
Hashtags: #KyivNotKiev #Kyiv #Peace #Ucrania
Actualizaciones: El 4 de marzo la Vanguardia da el primer paso y cambia el nombre,...

Frases filosóficas

La vida no examinada no merece la pena ser vivida”. Sócrates (470-399 AC). “Los entes no deben multiplicarse innecesariamente”. William de Ockham (1285 - 1349?). “Pienso, luego existo”. René Descartes (1596 – 1650). “Para ser hay que ser percibido” o “Si un árbol cae en el bosque y no hay nadie para escucharlo, ¿hace ruido al caer?” Bishop George Berkeley (1685 – 1753). “Vivimos en el mejor mundo posible”. Gottfried Wilhelm Leibniz (1646 – 1716). “El búho de Minerva abre sus alas al atardecer”. G.W.F. Hegel (1770 – 1831). “Hay solamente un problema filosófico verdaderamente serio, y ése es suicidio”. Albert Camus (1913 – 1960). Uno no puede bañarse dos veces en el mismo río”. Heráclito (540 – ca. 480 AC). Vía: Fresqui.

Analepsis, prolepsis y elipsis, recursos narrativos mágicos


Existen tres tipos de anacroníasanalepsis, prolepsiselipsis. Analepsis: hacer un salto narrativo al pasado. Prolepsis: hacer un salto narrativo al futuro. Elipsis: omitir momentos siguiendo la línea de tiempo.

La analepsis, también conocida como flashback, es una técnica narrativa en la que se produce una interrupción en la secuencia cronológica de los eventos para narrar hechos ocurridos en un momento anterior al tiempo en el que transcurre la historia principal. Se utiliza para dar contexto, explicar antecedentes de los personajes o situaciones y profundizar en la trama, permitiendo que el lector o espectador entienda mejor el presente de la historia. La analepsis es común en la literatura, el cine y la televisión. 
Se suele distinguir entre flashback, término tomado del teatro donde se da un breve "salto atrás", y el racconto, de mayor extensión. Narra acontecimientos anteriores al presente de la acción e incluso anteriores al inicio de la creación. 

Un ejemplo clásico de 
analepsis se encuentra en la novela Cien años de soledad de Gabriel García Márquez. En esta obra, se utiliza el recurso de flashback para narrar eventos pasados de la familia Buendía, permitiendo comprender el presente de los personajes y la historia de Macondo. Otro ejemplo es en Forrest Gump, donde el personaje principal recuerda varios momentos de su vida mientras cuenta su historia a distintas personas en una parada de autobús. Estos saltos al pasado dan contexto a su vida y explican cómo llegó a la situación actual.

Un caso de prolepsis, o flashforward, aparece en Crónica de una muerte anunciada de Gabriel García Márquez. Desde el comienzo de la novela, el lector sabe que Santiago Nasar va a morir, y a lo largo de la historia se anticipa repetidamente su muerte inminente. Este recurso intensifica la tensión narrativa, ya que se exploran los eventos y decisiones que llevan a ese desenlace anunciado. Otro ejemplo es en la serie de televisión Breaking Bad, donde varios episodios inician con escenas en el futuro que muestran consecuencias catastróficas o misteriosas, antes de volver al presente para contar cómo los personajes llegan a esa situación.

Un ejemplo de elipsis ocurre en El extranjero de Albert Camus (varios posts). En esta novela, la muerte de la madre del protagonista, Meursault, no es detallada; simplemente se menciona que ha fallecido. La narrativa omite cualquier descripción del evento en sí, y en cambio se centra en las reacciones de Meursault y su indiferencia ante el hecho. Esta elipsis refleja la apatía del personaje y enfatiza la distancia emocional que lo caracteriza. Otro ejemplo se da en Don Quijote de la Mancha (varios posts) de Miguel de Cervantes, donde la historia omite detalles de la recuperación de Don Quijote después de sus derrotas. Simplemente se menciona que volvió a casa o que pasó un tiempo sin aventuras. Esto permite avanzar rápidamente en la trama sin detenerse en eventos que no son esenciales para el desarrollo principal.

El demócrata escucha, dialoga y respeta

"Demócrata, en definitiva, es aquel que admite que el adversario puede tener razón, que le permite, por consiguiente, expresarse y acepta reflexionar sobre sus argumentos".
Albert Camus

Justicia y libertad

"Si alguien fracasa en conciliar la justicia y la libertad, fracasa en todo". Albert Camus (1913-1960)

Si en educación fracasamos en conciliar calidad y equidad, fracasaremos en todo.

Sobre la verdadera Justicia

No lo digo yo, sino sus célebres autores. No sea que me suceda como a Pablo Muñoz, director del “Diario de Noticias”.

Ocasiones hay en que la justicia misma produce entuertos (Sófocles). En la justicia siempre hay peligro: o por parte de la ley, o por parte de los jueces (Henri Bordeaux). El deber de un juez es administrar la justicia, pero su costumbre es dirigirla (Jean de la Bruyère). Si reconocemos que errar es propio del hombre, ¿no constituye una crueldad sobrehumana la administración de justicia? (Luigi Pirandello). No existe peor tiranía que la que se ejerce a la sombra de las leyes y con los colores de la justicia (Montesquieu). La Justicia depende de la imparcialidad, y sólo pueden ser imparciales los extraños (Bernard Shaw).

Mucha tiene que ser la legislación donde es poca la Justicia (Platón). Ya que no bastaba la justicia para arruinar a la gente, se le ha añadido el procedimiento (Antoine Tournier). Cuando se posee la fuerza, se deja de invocar a la justicia (Gustavo Le Bon). Yo declaro que la justicia no es otra cosa que la conveniencia del más fuerte (Platón). El derecho es la más bella invención de los hombres contra la Justicia (Casimir Delavigne). La Justicia sin fuerza y la fuerza sin Justicia son dos grandes desgracias (Joseph Joubert). La Justicia sin la fuerza es impotente, y la fuerza sin la Justicia es tiránica (Blaise Pascal).

Donde reina la Justicia, obedecer es ser libre (James Montgomery). La estabilidad de un pueblo reside en la Justicia (Proverbio árabe). Más que la civilización, la Justicia es la necesidad del pueblo (Pietro Colletta). Un pueblo puede vivir con leyes injustas, pero es imposible que viva con tribunales que no administren bien y pronto la justicia (Gumersindo de Azcárate).

Buena es la Justicia, si no la doblara la malicia (Proverbio castellano). El dinero obceca la justicia (Proverbio véneto). La ciencia que se aparta de la Justicia, más que ciencia debería llamarse astucia (Cicerón). La Justicia es como el reino de Dios, no existe como un hecho sin nosotros; está más bien dentro de nosotros como un anhelo (George Eliot).

La virtud propia de las almas excelsas es la Justicia (August Graf). En un mundo injusto, el que clama por la Justicia es tomado por loco (León Felipe). En el silencio navega la Justicia (Miguel Ángel Jubera). Si el hombre fracasa en conciliar la Justicia y la Libertad, fracasa en todo (Albert Camus).
Versión .DOC para imprimir
Versión final en: mikel.agirregabiria.net/2006/justicia.htm

Comprender la compasión

Susan Sontag, icono intelectual del siglo XX, nos enseñó que la compasión debe ser aprendida y ejercida con pasión.

El pasado martes, 28 de diciembre de 2004, falleció en Nueva York la influyente escritora, intelectual y activista estadounidense Susan Sontag, tras una larga y titánica lucha contra el cáncer al que venció en varias ocasiones. Su polifacética personalidad creativa le había permitido cultivar con gran éxito el ensayo, la novela, el teatro y el cine. Su obra -traducida a 32 idiomas- cuenta con libros de ensayo reflexivo como "Contra la interpretación" o "La enfermedad como metáfora", o de narrativa como "El benefactor" y "Yo, etcétera".

Su personalidad trascendió el mundo literario, participando con un dinámico activismo en favor de los Derechos Humanos, destacando su compromiso crítico contra la política norteamericana e incluso contra la generalizada pasividad de mundo occidental. La voz firme de Sontag criticó todo lo que juzgó ignominioso desde la guerra del Vietnam, cuando publicó que "la raza blanca es el cáncer de la historia humana''. Ante el escándalo de las torturas en la prisión iraquí de Abu Ghraib no dudó en apuntar que "En Estados Unidos evitamos la palabra tortura, decimos abusos, humillaciones, pero la palabra justa, es tortura".

Sus invectivas alcanzaron a Fidel Castro o Sadam Hussein, y se alzó nítidamente en el conflicto de Irak, declarando una y otra vez su "desprecio" hacia el belicoso George W. Bush, al que había recriminado su política de aplicación de la pena de muerte, apodándole "asesino en serie de Texas". Proclamó que Bush "es muy estúpido, pero él no es la persona que hace la política, tiene gente que le rodea que es muy inteligente y que sabe exactamente lo que hace”. En cada rueda de prensa reiteraba: "¿Os dais cuenta de que Estados Unidos no quiere firmar acuerdos internacionales, ni medioambientales ni de nada, para no limitar su libertad?".

Su irreprochable postura ética de “compañera compasiva” le valió furiosas críticas de la prensa gubernamental en su país, pero ella siempre supo pagar el precio de la honestidad, como cuando arriesgó su vida viviendo casi tres años en la martirizada Sarajevo, donde puso en escena la hermética obra de Samuel BeckettEsperando a Godot”, apoyando desde su condición de judía newyorkina la causa bosnia en medio del trágico conflicto centroeuropeo.

Quizá sea su libro 'Ante el dolor de los demás' (publicado en Alfaguara) el título que mejor refleja el posicionamiento de Sontag ante la vida y la realidad. Describe cómo se siente la ciudadanía acomodada de Europa y Norteamérica al presenciar por televisión el sufrimiento de los dos tercios de la Humanidad pobre y apartada, mediante lo que denominó "compasión mediática del sufrimiento visto desde la comodidad". Corroboraba que una de las cosas que necesitan ser excesivas para ser apenas suficientes es la compasión. Seguramente la edad nos ayudará a comprender a quienes no poseemos la inteligencia culta de Sontag, lo que Albert Camus señaló: “envejecer es pasar de la pasión a la compasión”.

El poeta australiano Adam Lindsay Gordon dictó una de las citas más contundentes de la poesía del siglo XIX: “La vida es, en su mayor parte, espuma y pompas de jabón; pero existen dos cosas que son sólidas como el mármol: la compasión ante la desgracia ajena y el valor ante la desgracia propia”. Quizá incluso se podría permutar el orden de ambos elementos. La compasión ha sido un tema eterno de la literatura moderna, desde León Tolstoi la definiera como una de las más hermosas facultades del alma humana, hasta Constancio C. Vigil que citaba cuatro son los caminos para llegar a Dios: la sabiduría, la justicia, la belleza y, el más seguro de todos, la compasión. En la actualidad se reivindica la empatía como su­peradora de la compa­sión y la solidaridad, con la premisa de que es mejor para todos contar con los demás. La empatía se fundamenta en una lógica de la abundancia y refuta la idea de que al re­partir perdamos algo de lo nuestro; por el contra­rio, expresa que lo compartido se incrementa y que sólo coope­rando podremos lograr nuestros objetivos más per­sonales.

Susan Sontag supo transmitirnos lo que sienten las víctimas de la guerra, así como lo que podemos experimentar desde la distancia, tanto física como metafísica, cuando vemos las imágenes del sufrimiento ajeno en medio de este naciente siglo XXI que no abraza la paz. Sontag, con su medio siglo de firme insubordinación, concluyó que la compasión debe ser activa para generar rebeldía ante el militarismo, repudio de la anacrónica fuerza y fomento de la justicia humana desde la insoslayable responsabilidad individual de cada uno de nosotros.

Necesitar, desear, intentar, obtener y merecer

Quizá no deseemos, ni hayamos obtenido, una gran verdad que necesitamos y merecemos: Lo que obtenemos, pocas veces es lo que necesitamos y casi nunca lo que deseamos, pero probablemente es lo que merecemos.

La secuencia lógica, pocas veces entendida, de consecución de objetivos es la siguiente: necesitar, desear, intentar - pedir o exigir (en su caso), obtener y merecer. Pero frecuentemente violamos esta cadena. No deseamos lo que necesitamos, no intentamos lo que deseamos, no obtenemos lo que intentamos, y claro finalmente no merecemos lo que obtenemos.

Tampoco recorremos la escalera correctamente en sentido contrario: Deseamos lo que no necesitamos; obtenemos lo que no deseamos y merecemos lo que no obtenemos. Conviene no saltarse ningún escalón, sobre todo el primero, porque la felicidad de la vida reside en comprender esta sucesión de cruciales verbos.

Antes de empezar a esforzarnos es clave determinar verdaderamente qué necesitamos, porque éste es el punto crítico donde arranca la mayoría de nuestros problemas. La mayoría de los fracasos comienzan en una mala detección de necesidades que confundimos con deseos. Por ejemplo, deseamos un amorío cuando lo que necesitamos es amor; o ansiamos el éxito cuando lo que precisamos es merecer el triunfo.

Necesitar es un gran verbo. Aprendamos a necesitar y a declarar nuestra necesidad. Así como necesitamos a personas que nos ayudaron a nacer, necesitamos que nos ayuden a vivir. Necesitar es vivir, es la primera y la última de las vivencias. Todos necesitamos mucho, es natural y generalizado necesitar de los demás. ¡Ah, y cómo amamos a las personas que necesitamos y a quienes nos necesitan! Quizá lo que más necesitamos en esta vida es que haya quien nos obligue a hacer todo lo que podemos hacer.

Desear o querer. Tal vez fuese mejor “querer" que "desear", porque en el deseo se expresa la impotencia, y en el querer, la fuerza. Por eso, amar no es desear sino querer. En todo caso, antes de desear algo ardientemente conviene comprobar la felicidad que le alcanza a quien ya lo posee. Hay deseos que es mejor echar de menos y que nunca se cumplan. El deseo debe ser medido por la necesidad, y quien obtiene lo que le es suficiente no debe desear más.

Intentar es trabajar. No basta desear aquello por lo que jamás nos esforzaremos en alcanzar. A la laboriosidad no le hace falta desear, porque está dispuesta a pagar el precio debido por la meta ansiada. Quizá no se pueda conseguir todo, mas se puede intentar todo. Para que pueda surgir lo posible, es preciso intentar una y otra vez lo imposible. Intentar algo denodadamente ya es merecerlo, aunque jamás se logre. Que jamás no venza el miedo a… intentarlo.

Obtener o conseguir. Una premisa necesaria para conseguir mucho es creer que el trabajo constante, firme e infatigable puede obtenerlo casi todo y asegura no merecer nunca el fracaso. Un buen consejo de William Shakespeare sugiere que “es más fácil obtener lo que se desea con una sonrisa que con la punta de la espada”. Trabajo y buenas formas son guías para conseguir lo que es justo y necesario.

Merecer: el gran verbo más difícil. Una cosa es alcanzar, y otra cosa merecer. Albert Camus decía “El éxito es fácil de obtener; lo difícil es merecerlo”. Notoriamente el éxito no es fácil, pero el éxito merecido es aún menos frecuente. Lo que es más fácil, con las reglas anteriores, es no merecer el fracaso, aunque no se alcance todo el éxito. La mayor desgracia, quizá la única desgracia, es merecer la desgracia. Una divisa para la gloria: Lo que merece ser hecho, merece que se haga bien.

Conclusión: Quien no ama la vida, no se la merece. En la fortuna y en la desgracia, en la gloria o en la amargura, mantengamos la esperanza pensando que luchando el fracaso será inmerecido en todo caso. Si faltaren las fuerzas, la sola audacia merecerá alabanza; en las grandes empresas, el intentarlas basta. La vida nos ha sido dada, pero sólo se merece dándola por algo más grande que nosotros.

La vida no se nos ha dado para ser felices, sino para merecer serlo. No está en manos de nosotros los mortales mandar en el éxito; pero podemos hacer mucho más que lograrlo: merecerlo.

Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2006/merecer.htm
Pide un deseo... / Make a wish...