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Personajes del Año 2025 en AI, la nueva electricidad

En este blog tratamos de conectar la tecnología con el humanismo. Para ello, iniciamos la designación de dos personajes del año 2025, que publicaremos en estos dos últimos meses antes de pasar a 2026. Deberán ser personas, un hombre y una mujer, que no sólo innovan, sino que fundamentalmente moldean la dirección de esa innovación. Porque más que meros inventores, necesitamos arquitectos éticos y educadores visionarios.

Basado en la prominencia y el impacto demostrado a lo largo de este año 2025, nuestras dos sugerencias se centran en las dos caras de la misma moneda: la visión académica (guiar el pensamiento) y la ejecución industrial (construir con responsabilidad).

1ª La Visionaria: Dra. Fei-Fei Li - Pionera en visión computacional e impulsora de la "IA centrada en el humano". Su trabajo actual en Stanford sobre IA para la salud y su defensa por una IA más diversa e inclusiva la hacen relevante para la dimensión educativa y social.

Por qué ella: Es la encarnación perfecta de la transición de crear la tecnología a guiarla éticamente. "La madrina de la IA que ahora pastorea su conciencia". Ella representa la sabiduría de la academia y la urgencia de educar a la próxima generación de ingenieros y legisladores. Su perfil para el blog:

  • El pilar de la "IA Centrada en el Ser Humano": Como codirectora del Instituto de Inteligencia Artificial Centrada en el Ser Humano de Stanford (Stanford HAI), la Dra. Li ha sido la voz académica más influyente de 2025. Su trabajo, incluyendo el influyente "AI Index Report 2025" de su instituto, ha definido los términos del debate global.

  • De la técnica a la ética: Su trayectoria es clave. Es famosa por crear ImageNet, el conjunto de datos que (en 2012) desató la revolución de la IA moderna. Sin embargo, ha dedicado la última década a asegurarse de que la tecnología que ayudó a nacer sirva a la humanidad.

  • Foco en Educación y Política: Ha sido una defensora incansable de la alfabetización en IA y ha testificado ante legisladores, argumentando que la política de IA debe basarse en "la ciencia, no en la ciencia ficción", humanizando el debate en los centros de poder.

2ª El Arquitecto: Dario Amodei - CEO de Anthropic y visionario de la IA segura. Su enfoque en "Constitutional AI" y los modelos Claude están marcando un camino alternativo en el desarrollo de IA, priorizando la seguridad y la alineación con valores humanos. Perfecto si quieres ángulo ético-tecnológico. 

Por qué él: Es la prueba viviente de que la ética y la seguridad pueden ser un modelo de negocio viable y competitivo en el corazón de Silicon Valley. "El ingeniero que antepuso la seguridad a la velocidad". Él representa la nueva ola de liderazgo tecnológico que entiende que la confianza y la humanización no son características opcionales, sino la base del producto. Su perfil para el blog:

  • El constructor "Safety-First": Como CEO y cofundador de Anthropic, Amodei ha posicionado a su compañía (creadora del modelo Claude) como la principal alternativa "consciente" a sus rivales. Dejó OpenAI precisamente por diferencias sobre la velocidad del desarrollo frente a los riesgos de seguridad.

  • La "IA Constitucional": Su contribución técnica más importante de 2025 no es solo un modelo más potente, sino un método. La "IA Constitucional" de Anthropic es un enfoque tangible para alinear la IA con valores humanos (como la Declaración Universal de los Derechos Humanos), integrando la ética directamente en la arquitectura del modelo, en lugar de añadirla como un parche.

  • Liderazgo en la Regulación: Durante 2025, Amodei ha sido una figura central en las discusiones regulatorias en Washington y Bruselas, demostrando que la industria puede (y debe) liderar la petición de barreras de seguridad, en lugar de luchar contra ellas.

Por qué funcionan juntos

Juntos, Li y Amodei cubren el espectro completo de este nuestro / vuestro blog:

  • Fei-Fei Li (Academia y Educación): Establece la visión, la investigación y el marco educativo.

  • Dario Amodei (Industria y Tecnología): Demuestra cómo implementar esa visión en un producto que compite al más alto nivel.

Ambos humanizan la IA: ella desde la perspectiva de su impacto social y cognitivo, y él desde la arquitectura interna de la propia máquina. Había otras dos segundas candidaturas adicionales —una mujer y un hombre— que también hubieran podido encajar como “Personajes del Año 2025” para este blog de educación, ciencia, tecnología e inteligencia artificial.

Mujer Finalista: Irene Solaiman. Investigadora en inteligencia artificial y política pública. Actualmente es Chief Policy Officer en Hugging Face (desde 2025) y anteriormente fue Head of Global Policy allí. Antes de ello trabajó en OpenAI donde fue pionera en el análisis de sesgos de modelos de lenguaje y en integrar lenguas y culturas menos representadas.

Aborda el cruce entre IA, sociedad, ética y educación: perfecto para un blog que no sólo quiera la “tecnología” sino también su impacto educativo y científico. Su labor de política, sesgos y equidad resulta relevante para pensar “¿cómo enseñamos IA?” o “¿cómo formamos alumnos para el mundo de la IA responsable?”. Desde un ángulo más humano y social que puramente técnico, lo cual aporta diversidad de enfoque al blog.

“Irene Solaiman: poner en el centro los valores humanos de la IA en 2025”. Explorar cómo su trabajo nos obliga a replantear la educación en IA, los currículos escolares y la alfabetización digital.

Hombre Finalista: Alexandr Wang. Es empresario e investigador en inteligencia artificial. Cofundador de Scale AI (2016) y en 2025 nombrado Chief AI Officer en Meta Platforms tras un acuerdo de inversión que valoró Scale AI en decenas de miles de millones de dólares. Además se le ve muy activo en la esfera de política, seguridad e implicaciones globales de la IA. 

Representa el componente “tecnología disruptiva + escala global” de la IA: desde infraestructura, datos, modelos, hasta implicaciones geopolíticas. Su figura permite abrir reflexiones en el blog sobre “¿qué rol jugarán los datos en educación?” o “¿cómo la IA a gran escala impacta la ciencia y la enseñanza en 2025-2030?”. Su perfil empresarial y estratégico le da también un enfoque “innovación tecnológica” que complementa al más humanista de Irene Solaiman.

“Alexandr Wang: arquitectura de la IA de fondo y su implicación para la educación en 2025”. Puedes tratar cómo la infraestructura de IA cambia las posibilidades para la ciencia, la tecnología y la educación, y qué pueden hacer docentes, escolares y materiales para adaptarse.

Finalmente, dos terceras y últimas candidaturas adicionales, una de cada género. Ambos complementan perfectamente: Karpathy como el optimista educador, Gebru como la guardiana ética.

Candidatura Timnit Gebru. Fundadora del Distributed AI Research Institute (DAIR) y etíope pionera en ética de IA:

  • Voz crítica esencial: Investiga sesgos algorítmicos y justicia en sistemas de IA
  • Valentía intelectual: Enfrentó a Google sobre transparencia en investigación de IA
  • Liderazgo comunitario: Creó un instituto independiente para investigación ética en IA
  • Interseccionalidad: Conecta tecnología con justicia social y equidad
  • Impacto en políticas: Su trabajo influye en regulaciones de IA globalmente

Representa la conciencia crítica que necesita el desarrollo tecnológico.

Candidatura Andrej KarpathyEx-Director de IA en Tesla y OpenAI, ahora educador independiente. Es el candidato perfecto para un blog educativo porque:

  • Democratizador del conocimiento: Sus cursos gratuitos sobre IA (como "Neural Networks: Zero to Hero") han educado a millones
  • Comunicador excepcional: Traduce conceptos complejos de deep learning a lenguaje accesible
  • Puente generacional: Conecta la investigación académica con aplicaciones prácticas
  • Visión pedagógica: Defiende que "enseñar IA" es tan importante como desarrollarla
  • Activo en redes sociales compartiendo conocimiento sin barreras

Representa la IA como herramienta de empoderamiento educativo. Vídeo final en español, resulta imprescindible para entender la Inteligencia Artificial como la nueva "electricidad". Así lo apuntó Andrew Ng, otro personaje esencial.

Tu rostro leído por la IA predice tu salud futura y longevidad

¿Tu cara revela la edad biológica? Nueva frontera de la longevidad

La promesa de la longevidad ha acompañado a la humanidad desde los alquimistas medievales hasta los laboratorios biotecnológicos del siglo XXI. Pero hoy, un nuevo actor ha entrado en escena: la inteligencia artificial. En laboratorios europeos, desde Berlín hasta Copenhague, los algoritmos ya no se limitan a procesar datos médicos: observan, aprenden y “leen” nuestros rostros para estimar cuánto ha envejecido realmente nuestro cuerpo, más allá de los años que marca el calendario.

El proyecto FAHR-Face, desarrollado por un consorcio europeo de investigadores, ha analizado más de 40 millones de imágenes faciales para construir un modelo de edad biológica visual. Según sus resultados preliminares, la IA puede predecir la edad real de nuestros tejidos y órganos con una precisión notable, incluso anticipando riesgos de salud y mortalidad. No se trata, por tanto, de un simple espejo digital, sino de un nuevo “reloj de arena” biométrico, que calcula no cuánto tiempo hemos vivido, sino cómo lo hemos hecho.

La cara como espejo del cuerpo (y del tiempo)

La idea es tan poética como perturbadora: el rostro como mapa del envejecimientoLa IA no mira arrugas o canas, sino patrones complejos —tensión cutánea, microtexturas, coloraciones imperceptibles— que correlacionan con procesos internos como el estrés oxidativo, la inflamación o el metabolismo celular. En estudios paralelos de la revista Aging-US, se ha comprobado que ciertos algoritmos predicen incluso la “resiliencia biológica”: la capacidad del organismo para recuperarse del estrés o de una enfermedad.

Esta tecnología, nacida en un contexto clínico, pronto podría extenderse a revisiones médicas rutinarias o programas personalizados de salud. Pero también abre una serie de preguntas incómodas: ¿Queremos que un algoritmo nos diga si envejecemos “bien”? ¿Qué hará una aseguradora con ese dato? ¿Y cómo afecta psicológicamente saber que, según tu cara, tu cuerpo tiene diez años más de los que creías?

Del laboratorio a la ética pública

Europa, cuna de la bioética moderna, se enfrenta ahora a un nuevo desafío moral¿Hasta dónde debe llegar la cuantificación de la vida? Proyectos como FAHR-Face o el Longevity AI Consortium de Oxford y Heidelberg buscan establecer marcos transparentes, garantizando que los datos biométricos sean tratados con la misma dignidad que los datos genéticos. Porque si el rostro es la parte más visible de nuestra identidad, convertirlo en un indicador de salud puede rozar la frontera de la privacidad existencial.

Las instituciones educativas y sanitarias tienen aquí un papel crucial. La alfabetización digital no consiste solo en aprender a usar dispositivos, sino en entender qué significan los datos que nos devuelven. Enseñar a interpretar nuestra edad biológica requerirá la misma sensibilidad que enseñar a leer poesía: leer entre líneas, distinguir lo humano de lo mecánico, lo probable de lo esencial.

Europa ante la biotecnología del envejecimiento

Mientras Silicon Valley y Shenzhen invierten miles de millones en la “inmortalidad tecnológica”, la respuesta europea es más mesurada, filosófica y comunitaria. Frente al discurso de la “eterna juventud”, los proyectos europeos de longevidad se centran en la “vida buena” y la “edad saludable”El envejecimiento se concibe como una etapa de aprendizaje, no una enfermedad a erradicar. La IA, bien orientada, puede ayudar a prolongar la autonomía, prevenir patologías y diseñar entornos educativos y sociales adaptados al envejecimiento activo.

De hecho, varias universidades —como la de Aarhus o la de Roma La Sapienza— están incorporando módulos sobre longevidad digital y ética del envejecimiento en programas de medicina, educación y filosofíaEl futuro de la salud no solo pasa por los hospitales, sino por aulas donde se enseñe a vivir (y envejecer) con inteligencia artificial.

Hacia una pedagogía de la edad

En última instancia, la IA aplicada a la longevidad no nos invita a escapar del tiempo, sino a reconciliarnos con élQuizás la enseñanza más profunda del proyecto FAHR-Face no sea médica, sino educativa: aprender a leer nuestro propio rostro como texto vital, como biografía que la tecnología puede ayudarnos a comprender, pero no a sustituir.

Y aunque el algoritmo vea un número, somos nosotros quienes damos sentido a los añosLa longevidad no será una cifra, sino una nueva forma de cultura: la de quienes saben vivir más y mejor, con consciencia y con límite.