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'La Vuelta al Mundo en 80 días', obra maestra de Julio Verne


'La Vuelta al Mundo en 80 días', es la obra maestra de Julio Verne en  1873, en su época de madurez, con héroes mejor perfilados y más humanos con Miguel Strogoff, Olivier Sinclair (una transposición de identidades autor-personaje) y el propio Phileas Fogg. Fue su mayor éxito literario con una novela llena de vida como es La vuelta al mundo en 80 días

Allá por el año 1872 el perfeccionista señor Phileas Fogg, un misterioso y solitario caballero inglés, abandonará su vida disciplinada para cumplir una apuesta con los miembros del Reform Club (un club real que aún pervive), en la que arriesgará una parte de su fortuna comprometiéndose a dar la vuelta al mundo en ochenta días utilizando los medios disponibles en la época. 

Lo acompañará su recién contratado criado, Jean Passepartout (Picaporte, a veces traducido), y se verán obligados a lidiar con los retrasos en los medios de transporte, así como con la pertinaz persecución del Detective Fix, quien se enrola en la aventura a la espera de una orden de arresto por parte de la Corona inglesa, que considera que, antes de partir, Fogg ha robado el Banco de Inglaterra. 

Phileas Fogg y Passepartout viajan a través de los bosques de la India a lomos de elefante, descienden por el Ganges, cruzan el Mar de la China meridional en paquebote sorteando un espectacular temporal, y cruzan las llanuras nevadas del salvaje Oeste americano. El inquisitivo Passepartout no cesa de meterse en problemas de todo tipo, mientras que Fogg, ante todo un caballero, no duda en salvar la vida de una joven viuda, lo que le podría haber costado su fortuna. Un trío que acaba utilizando todo su ingenio para volver a Londres. ¿Llegarán a tiempo?

Este es el cálculo de la ruta establecido por el "MorningChronicle", con paquebotes, trenes, trineos o incluso elefantes, pero sin globos aerostáticos:
  • De Londres a Suez por el Monte Cenis y Brindisi, ferrocarril y vapores 7 días; 
  • De Suez a Bombay, vapores 13 días;
  • De Bombay a Calcuta, ferrocarril 3 días;
  • De Calcuta a Hong—Kong (China), vapores 13 días; 
  • De Hong—Kong a Yokohama (Japón), vapor 6 días; 
  • De Yokohama a San Francisco, vapor 22 días; 
  • De San Francisco a Nueva York, ferrocarril 7 días; y
  • De Nueva York a Londres, vapor y ferrocarril 9 días; 
  • TOTAL: 80 días
Jules Gabriel Verne, conocido en los países hispanohablantes como Julio Verne (Nantes, 8 de febrero de 1828 – Amiens, 24 de marzo de 1905), fue un escritor, poeta y dramaturgo francés célebre por sus novelas de aventuras y por su profunda influencia en el género literario de la ciencia ficción.

Nacido en el seno de una familia burguesa en la ciudad portuaria de Nantes, Julio Verne estudió para continuar los pasos de su padre como abogado, pero muy joven decidió abandonar ese camino para dedicarse a escribir. Su colaboración con el editor Pierre-Jules Hetzel dio como fruto la creación de Viajes extraordinarios, una popular serie de novelas de aventuras escrupulosamente documentadas y visionarias entre las que se incluían las famosas Viaje al centro de la Tierra (1864), Veinte mil leguas de viaje submarino (1870) y La vuelta al mundo en ochenta días.

Julio Verne es uno de los escritores más importantes de Francia y de toda Europa gracias a la evidente influencia de sus libros en la literatura vanguardista y el surrealismo, y desde 1979 es el segundo autor más traducido en el mundo, después de Agatha Christie. Es considerado, junto con H. G. Wells, el «padre de la ciencia ficción». Fue condecorado con la Legión de Honor por sus aportes a la educación y a la ciencia

Muchos más posts sobre 'La Vuelta al Mundo en 80 días'.
El mejor portal sobre Julio Verne en español.
La vuelta al mundo en 80 días, en PDF.
Audiolibro completo: Parte I / Parte II.
Otras entradas sobre Julio Verne,

Vuelta al mundo en 80 días y coche eléctrico 80eDays

Vuelta al mundo en 80 días y coche eléctrico 80eDays 
 Álbum de fotos.

Hoy nos hemos reunido en Getxo con Rafael de Mestre, @Chargelocator, el organizador de la Vuelta al mundo en 80 días y coche eléctrico, 80eDays.com. Además del promotor, hemos participado (ver imagen) Koldo Duarte (AUVE), Natalia Zapatero (Enertrip), Javier Gómez Zueco (quien ha sido el anfitrión al citarnos en ItsasAmezten), Jon Ruigomez (Itsasmuseum) y quien suscribe. Además vía telefónica hemos conversado con Aitor Arzuaga (IBIL).

Ha sido una prometedora convocatoria preliminar, con el objetivo de buscar apoyo institucional y patrocinios para que en la tercera edición 2020 Bilbao sea no solamente una etapa del viaje planetario, sino el punto de salida y llegada. 

En 2012 Rafael de Mestre tardó 127 días en dar la vuelta al mundo en solitario con su Tesla Roadster. Una época donde moverse en un coche eléctrico nada tenía que ver con lo que es hoy. En 2016 fueron 12 los equipos Tesla los que se han embarcaron en esta aventura del 80eDays. A pesar de algunos contratiempos, todos completaron los más de 27.000 kilómetros del recorrido y marcaron un nuevo récord mundial. Los simbólicos 80 días que necesitó Phileas Fogg, el personaje de Julio Verne que dio la vuelta al mundo en la segunda mitad del siglo XIX, ya tiene un hito paralelo en movilidad eléctrica propia del siglo XXI.

Ahora prepara la edición tercera para verano de 2020. Además de Teslas habrá otros vehículos eléctricos a batería BEV, incluso motocicletas y otras marcas aparte de Tesla, que podrán lograr esta gesta sin huella ecológico.
Grabación en el interior del Model 3 de Rafael de Mestre con 400.000 km.

Ayer Rafael de Mestre estuvo acompañado de Javier, @itsasamezten,  en "En la casa de la palabra" con Roge Blasco. La entrevista corta, otra se emitirá posteriormente, se puede escuchar en este podcast.

Seguiremos informando de esta aventura 80eDays, ver detalles en la web oficial, donde la participación es posible en tres dimensiones: recorrido mundial, solamente europeo o algunas etapas consecutivas.                                        
Hashtag: #80eDays

Cuento eterno para nietos

Inspirado en "Dos años de vacaciones" de Julio Verne, un relato basado en una historia con 730 (365*2) días o episodios nos ha servido para describir el mundo a nuestros hijos y, ahora nietos.

Es el cuento que sirve lo mismo para que los más pequeños se duerman en una siesta o acepten que la noche ha llegado. En la narración, siempre adaptada según quienes sean los protagonistas, se va desgranando cómo un grupo escolar de niños y niñas pasa dos años en una isla y deben resolver con su iniciativa y creatividad infantil los problemas que van surgiendo.

Cada día, o cada episodio, se destina a una pequeña aventura, un descubrimiento o una lección según la edad de los oyentes. Por ejemplo, hay días en los que el "capitán" o "capitana" deben usar botellas con mensajes, recoger agua de lluvia, diseñar artilugios de pescar, poner relojes de sol, construir una cabaña y acabar haciendo una escuela, cazar tortugas, avisar con reflejos a aviones,...

Esta fórmula de cuento permite reconstruir un sociograma de la clase o de las amistades de cada niño, dado que el verdadero autor es el destinatario y conductor del relato y de sus actores dado que explicita a quién encomienda ser vigía, o responsable de la cocina, pesca,... 
La película, basada en la obra, no debe ser vista hasta que la imaginación haya concluido su labor de crear un inconsciente personal de quien escucha y recrea la historia.

El texto original en PDF. Más sobre "Dos años de vacaciones".
Otros posts sobre cuentos.

El segundo gran Julio,... el de los viajes de ensueño

Nació en Nantes, a orillas del río Loira, el 8 de febrero de 1828. Según la leyenda tejida sobre su vida, se escapó de su casa a la edad de 11 años para ser grumete en un barco que se dirigía a las Indias. 

Prontamente atrapado y recuperado por sus padres, fue llevado de nuevo al hogar paterno en el que, en un furioso ataque de vergüenza por lo breve y efímero de su aventura, juró solemnemente (para fortuna de la humanidad lectora) no volver a viajar más que en su imaginación y a través de la fantasía...



Otras entradas sobre Julio Verne,

El mejor libro de la Historia

Diez imprescindibles libros que todos deberíamos haber releído varias veces, y que pueden descargarse gratuitamente desde Internet.

Muchos críticos consideran que el mejor libro de la historia de la literatura universal es “El Ingenioso Hidalgo Don Qujote de la Mancha”, escrito por Miguel de Cervantes a principios del siglo XVII. Otros creen que también podrían optar al primer puesto “La Divina Comedia” de Dante Alighieri, “Madame Bovary” de Gustave Flaubert, u obras de William Shakespeare como ”Hamlet”, “Otelo” o el “Rey Lear”.

Entre los más clásicos más modernos, en la cumbre siempre han figurado títulos tan variados como “Los hermanos Karamazov” de Dostoievski (o “Crimen y castigo” del mismo autor que fue mi primer gran libro), “Guerra y paz” de Tolstói, “La montaña mágica” de Thomas Mann o el más reciente “Ficciones”, un texto de Jorge Luis Borges del año 1944.

Muchos creen que el libro principal es alguno de carácter sagrado: la “Biblia”, el “Corán”, o el “Talmud”,… Todos de innegable valor literario e indudable trascendencia histórica. Otras obras de reconocimiento universal, como el "Ulises” de James Joyce, se excluyen porque nunca facilitaron su lectura.

Cada persona mantiene sus propias preferencias. Por su valor educativo para quienes se inician en la lectura, quizá algunos profesores nos decantaríamos por “El Principito” de Antoine de Saint-Exupéry, “Moby Dick” de Herman Melville, “Las aventuras de Tom Sawyer” de Mark Twain, o “La vuelta al mundo en 80 días” de Julio Verne,… Como lema final, se podría apuntar que en todo tiempo y lugar el mejor libro fue y será el que a más personas y en más lenguas, con menos páginas y requisitos previos, enseña más, alegra más, libera más y aviva más.

Querida imaginación

En la lucha contra la realidad, la humanidad sólo tiene un arma: la imaginación. Llevemos la imaginación al poder.

Julio Verne sentenció que “Todo lo que una persona puede imaginar, otra podrá hacerlo realidad”. Somos lo que somos, porque primero lo hemos imaginado. Imaginar es elegir. Imaginar es construir. La imaginación produce fuerza. La imaginación gobierna. El poder creador de la imaginación ha inspirado, sin excepción, todo el progreso de la historia. Si lo creemos, creamos un nuevo mundo.

Sentido común lo puede tener cualquiera; lo que falta es imaginación. En todo, pero más en el amor, la imaginación traspasa los límites de la realidad. Lo de menos es ver las personas o las cosas fuera de nosotros; lo importante es sentirlas en nosotros. Lo que se ve puede perderse de vista; lo que se imagina, vive siempre por toda la eternidad. Entusiasmo es el estado de ánimo en el cual la imaginación ha triunfado sobre el raciocinio. El mismo Einstein creía que “La imaginación es más importante que el conocimiento”.

El imaginativo,… ¡con qué facilidad saca de la nada un mundo! En el punto donde se detiene la realidad, comienza la imaginación. El uso creativo de la imaginación no es sólo la fuente del arte, sino también de la ciencia, porque la imaginación suministra el impulso inicial en todo progreso social. Había tanta imaginación en la mente de Arquímedes como en la de Homero.

André Bretón sugirió el mejor efecto de imaginar. “Querida imaginación: Lo que amo sobre todo en ti es que no perdonas”. La imaginación es el “gran estímulo”, el volcán de deseos, la madre de las utopías,... convertidas en realidad. Pero para evitar que la imaginación se desmorone en fantasías es preciso constancia, esfuerzo y sabiduría. La imaginación sin erudición es como tener alas y carecer de pies. Para volar es preciso saber despegar… y aterrizar. Toda imaginación procede del corazón y de la voluntad; no confundirla con el espejismo, piedra angular de la insensatez.

La imaginación es activa, animosa, fecunda y desprendida; la reflexión calculando se hace cobarde y cicatera. La imaginación nos consuela de lo que no podemos ser; y el humor, de lo que somos. Pero la imaginación nos encamina y guía hacia un futuro mejor. Imaginemos que cada día es el último que brilla para nosotros, y así aceptaremos agradecidos un día que no esperábamos vivir ya, una jornada donde podremos ayudar en algo.

Nosotros, las personas reales, estamos repletos de seres imaginarios. Con razón se ha dicho: “Dejemos las mujeres bonitas para los hombres sin imaginación” o “El viaje sólo es necesario para las imaginaciones menguadas”. La imaginación es el ojo del alma. La imaginación es un corcel sobre el que galopar, aguijoneados por la espuela de la curiosidad que nos arrastra hacia los proyectos más difíciles pero necesarios: la justicia, la igualdad, la solidaridad, la paz, la libertad, la educación,...
Versión .DOC para imprimir

Versión final en: mikel.agirregabiria.net/2006/imagina.htm

Herencia paterna

Unos heredan una casa o unas tierras, otros un negocio familiar, algunos incluso un reinado, pero nuestro padre nos dejó el mejor legado.

Supongo que nuestro padre, alguna vez, quiso ser próspero. Sus diversos oficios, algunos proyectos de negocio, así lo acreditan. Pero siempre tuvo una endiablada capacidad para eludir la fortuna, a pesar de su demostrado y denodado esfuerzo. La prematura muerte de nuestra madre, tras una larga enfermedad, tampoco ayudó. Nuestro padre supo entonces, con un magistral criterio probablemente surgido de sus convicciones religiosas, otorgarnos la mejor de las herencias a todos y cada uno de sus hijos. Ahora, con la perspectiva que nos dan los diez años transcurridos desde su muerte, podemos reconocer fielmente el regalo de su legado.

En nuestra infancia nos preparó para ser jóvenes, y en nuestra adolescencia nos mostró el camino para ser adultos. Nuestro padre nos enseñó a enfrentarnos con el mundo existente, a afrontar la vida real con su ineludible tributo de dolor, pero con su dosis de gozo y esperanza. Nuestro padre supo hacernos ricos, pero no por darnos todo, sino por enseñarnos a necesitar lo menos posible. Nuestro padre nos convirtió en triunfadores, pero no por asegurarnos el éxito, sino por mostrarnos cómo se aprende de cada fracaso.

Nuestro padre logró que entendiéramos desde muy pequeños que nuestro futuro dependía esencialmente de cada uno de nosotros, de nuestro esfuerzo individual y del apoyo que pudiéramos prestarnos en el seno familiar. Gracias a ello crecimos imbuidos en un fuerte espíritu de firme respaldo encontrado en todos nuestros parientes. También supo inculcarnos el amor a los libros, primera y decisivamente a los libros de texto. Luego a los libros infantiles (Julio Verne, Enid Blyton,…), luego a los libros condensados y de divulgación, a las novelas, y a toda la literatura finalmente.

Pero lo mejor fue su ejemplo de bondad natural, que nos mostró cómo ser feliz viviendo con sencillez y siendo generoso con todos. Su habilidad para educar hijos no me ha sido traspasada. Reconozco que he malcriado y consentido en exceso a mis propios hijos. No supe contagiarles tan espontáneamente esa voluntad de trabajo que nuestro padre supo infundirnos con su ejemplo vital. Afortunadamente en ellos reside mucho de la energía de sus abuelos y de la inteligencia de sus abuelas. A pesar de las indulgentes y laxas enseñanzas con las que mi esposa y lo les hemos mimado, parece que han sabido encontrar ese motor vital que distingue a quienes saben conducir, construir y compartir su vida con valores trascendentes.

Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2005/paterna.htm

Nuestro cuento predilecto: La mujer del saco

La mujer del saco: Un cuento inventado hace 20 años que mis hijos siempre prefirieron antes de dormir.

- Éste es uno de los muchos cuentos que hace casi dos décadas inventamos Carmen y yo para nuestros hijos, Leire y Aitor. No fue el cuento más largo, hubo alguno que duró dos años, con semejanzas con “Dos años de vacaciones” de Julio Verne (puede descargarse gratuitamente en “El Aleph”). Tampoco el más imaginativo, como los de ciencia-ficción que pedían cuando fueron algo mayores; ni el de más personajes, pues hubo alguno en el que intervenía casi toda la amplia familia y algunas amistades transportados a la selva africana; ni quizá el de más miedo, como los que aseguraban emoción y sorpresa con un grito garantizado cada minuto.

Algunas pautas comunes de todas los historias solían ser que los personajes centrales, ¿por casualidad?, siempre eran una niña y un niño de las edades de nuestros hijos; pasaban aventuras arriesgadas, acababan triunfantes con un final feliz y aprendían alguna moraleja. La versión final de los cuentas fue refinada por las preferencias de sus oyentes, que insistían en los detalles minuciosos que alargaban el relato tanto como fuera necesario. La fábula que a continuación se condensa fue descrita –en muchas ocasiones- en narraciones que se extendían por más de una hora, con descripciones completas e historias colaterales. Pasemos a oír el cuento favorito de Leire y Aitor.

Había llegado la navidad y los pequeños habían esperado con ansiedad la visita de los abuelos, pero aquel año no vendrían porque la abuela estaba enferma. Los hermanos se entristecieron porque querían ver a sus abuelos y pasar la nochevieja con ellos. Tanta fue su insistencia, que los padres, que no podían viajar por razones de trabajo, decidieron que los niños tomarían un tren e irían solos en un viaje de una jornada. Les dieron mil consejos de no hablar con extraños, les prepararon la comida y la merienda, y les sentaron juntos en un compartimiento del tren junto con una señora muy guapa y amable que aseguró que les cuidaría durante parte del viaje.

El primer trayecto lo pasaron muy bien y comieron los bocadillos observando y comentando los paisajes. La señora conversó con ellos y antes de bajar en su estación, les recomendó nuevamente que no hablasen con extraños y que se abrigasen bien porque había empezado a nevar y el frío de la tarde se notaba a través de las ventanas del tren. Cuando la señora se fue, los niños se miraron con un poco de miedo al quedarse solos. Cuando vieron que la puerta del camarote se abrió y vieron entrar a una anciana completamente tapada y cubierta de nieve, se alegraron porque les haría compañía. Dejó un pesado saco que traía con ella en el asiento, junto a ella, y se quitó el gorro y la bufanda que traía empapados de aguanieve. Al ver su cara descubierta, los dos hermanitos de 8 y 5 años se asustaron. Parecía una bruja con el pelo blanco y un grano muy grande en la punta de la nariz. Les habló con una voz ronca que también les atemorizó.
- ¡Hola! ¿Dónde vais? ¿Viajáis solitos los dos?
- Nos esperan nuestros abuelos en la última estación, pudo responder la niña, que era la mayor, con un hilo de voz.
- No creo que el tren llegue hasta allí esta noche, porque la nevada es muy fuerte y la vía estará cerrada.

El niño miraba fijamente el saco, que era muy pesado y estaba lleno con algo que parecía agitarse. Al oído se lo contó a su hermana, quien también quedó petrificada. Dentro del sucio saco, atado con una soga, había algo o alguien que trataba de salir.

- ¿Qué lleva en el saco?, se atrevió a preguntar el niño al final.
- Son sólo varios kilos de patatas que he comprado en el mercado, mintió la vieja dama.
Ellos no la creyeron y se apretaron más fuertemente la mano. Cuando apareció el revisor a pedir el billete a la viajera, les dijo que tenían un aviso de que un alud impedía el viaje y que tendrían que pernoctar en la siguiente parada. Preguntó a la anciana:
- ¿Los niños pueden pasar la noche en su casa? Tráigalos mañana a las nueve para que reanudemos el viaje.
- No queremos ir con esta señora, protestaron al unísono ambos niños, pero nadie les hizo caso.
La anciana les llevó a su casa y preparó una copiosa cena. Toda la comida estaba deliciosa, y aunque al principio los hermanos no querían probar nada, ni la leche, por temor a ser envenenados, finalmente cenaron de todo y repitieron cada plato y hasta el postre. Cuando se quedaron solos y se acostaron en el cuarto que la anciana les había preparado, comenzaron a hablar y volvieron a preocuparse.

- Nos ha querido engordar como a los pavos de navidad porque nos quiere comer esta bruja, dijo el niño.
- Vamos a estar despiertos toda la noche, dijo la niña, para que no pueda atacarnos cuando estemos desprevenidos.
- Tengo mucho miedo, dijo Aitor.
- Tengo mucho sueño, respondió Leire. Se dieron la mano y aunque quisieron mantenerse en vela, el cansancio y el ajetreo del día pudo con ellos y pronto se durmieron plácidamente.

Al despertarse, la vela se había apagado y ambos sintieron que no podían mover los pies. Parecía que alguien les hubiera atrapado y no podían levantarse a abrir la ventana. De pronto, entró la extraña matrona y les gritó:
- ¡Despertaros, o perderéis el tren!
Con la luz vieron que un gato negro, muy gordo, estaba dormido y tumbado encima de la cama justo sobre sus pies. La anciana les dijo:
- No os asustéis del gato Micifuz que compré ayer en el pueblo. Venía metido en el saco porque el revisor no deja transportar animales en los vagones de pasajeros.

Así quedó aclarado el misterio y comprendieron todo. Tras desayunar con gran apetito y antes de subir al tren, dieron un abrazo y un beso muy fuerte a aquella cariñosa anciana que les había cuidado tan bien. Aprendieron que son las obras y no las apariencias las que diferencia a las personas, y que hay mucha gente bondadosa aunque tengan muchas arrugas o un grano feo en la cara. Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
18-5-24: Imágenes por AI gracias a Aitor añadidas 20 años después.

Almas de Distracción Pasiva

Razones por las que desaparecieron las “Armas de Destrucción Masiva”.

Según el azorado “Trío de Las Azores”, el arsenal secreto de Saddam Hussein existir existió, pero no aparece porque…

1. Se halla en la Atlántida comprada por Al Qaeda, y ahora el problema es localizar el recóndito continente clandestino.
2. Fue llevado en aquellos aviones sin piloto -que tampoco se descubren- al Polo Norte y dejado en la cueva de la kriptonita de Superman, según Papá Noel.
3. El mago Panorámix lo convirtió en una poción mágica para sus amigos Astérix y Óbelix, todos ellos sospechosos galos.
4. Está enterrado en el centro de la Tierra en una expedición similar a la descrita por Julio Verne.
5. Las Brujas de Salem lo han escondieron con un hechizo para vengarse del gobierno sucesor del que las ejecutó en el siglo XVII en la colonia de Nueva Inglaterra.
6. Un OVNI marciano lo recogió de Bagdad, y por ello la búsqueda se ha extendido al planeta Marte donde actúan dos agentes robot.
7. El Principito de Saint-Exupéry (no el de Letizia) lo llevó a su asteroide B612 del que provenía, con la sana intención de evitar una guerra, lo que no pudo ser.
8. La máquina del tiempo de H.G. Wells lo transportó al siglo 30 antes de Jesucristo, lo que explica el prodigioso imperio sumerio en Babilonia.
9. Lo más probable, según Aznar, es que esté oculto en un set del “Un, dos, tres” no escogido aún y aparecerá próximamente si siguen atentos a su televisor.

Esperemos que estos embustes no sean creídos por “Almas de Distracción Pasiva”, que volverían a elegir a los mismos farsantes si continúan entendiendo que votar es como la quiniela: tratar de acertar al ganador que pronostica la “tele”. Ojalá aprendamos que no todos los políticos son iguales: hay unos peores que otros.