Catorce miembros del prestigioso The London Detection Club, entre ellos autores de la talla de Agatha Christie, Dorothy L. Sayers, G. K. Chesterton o Ronald A. Knox (teólogo y escritor que redactó el célebre decálogo de las novelas negras, que merece un post por sí solo), recibieron la propuesta de escribir una obra colectiva partiendo del planteamiento inicial de un caso criminal. Cada colaborador se enfrentó al misterio sin saber qué solución tenían en mente los autores precedentes y entregaron en un sobre cerrado su particular solución al crimen.
Por primera vez en la historia, los creadores de Hercules Poirot, la Srta. Marple, lord Peter Wimsey y el padre Brown aplicaban conjuntamente su pericia al mismo caso. Así nació "El almirante flotante", considerada como una de las novelas clásicas del género policiaco.
Este magnífico grupo de autores y pioneros del club se inventaron un admirable juego: catorce de sus miembros escribirían una historia que «se aproximara lo máximo posible a un problema de investigación detectivesca real» y cada escritor iría añadiendo un capítulo a la novela desarrollando así la historia. La solución al caso ideada por cada uno de ellos, sería entregada en un sobre sellado y Chesterton sería el encargado de redactar el prólogo. Anthony Berkeley cerraría todos los cabos sueltos. "El almirante flotante" fue publicado en el año 1931.
Un breve resumen de presentación podría ser el siguiente: Un suboficial retirado de la Marina Real y aficionado a la pesca, en el momento en que está recogiendo los sedales lanzados el día anterior y se prepara para iniciar su nueva jornada de captura en el río Whyn y cercano a su casa, en la localidad de Lingham, verá como una pequeña barca sin remos y a la deriva, es arrastrada por la corriente. Pronto comprobará que la barca pertenece al párroco de la localidad y que dentro de la barca hay el cadáver de un hombre tumbado en el fondo. Recuperada la barca y poniendo sobre aviso a la policía, se constata que el fallecido es el almirante Penistone. Éste mostrará una herida profunda al haber sido apuñalado en el corazón.
El almirante flotante es un libro divertido e inteligente donde cada autor pondrá su imaginación en cada apartado y lo convertirá en una novela de enigma muy aguda. Aunque los capítulos son algo irregulares en calidad como puede suceder por ejemplo en un libro de relatos de varios autores, aquel lector amante de las novelas detectivescas y de los escritores de la Golden Age, deberá competir con catorce genios para intentar averiguar la solución al caso además de poder comprobar cuál es el estilo de redacción de cada uno.
Los autores por orden de capítulos son: Victor L. Whitechurch, G. D. H y M. Cole, Henry Wade, Agatha Christie, John Rhode, Milward Kennedy, Dorothy L. Sayers, Ronald A. Knox, Wills Crofts, Edgar Jepson, y Clemence Dane. Además, tendremos el prólogo de G. K. Chesterton y un capítulo final llamado “Aclarando el embrollo” de Anthony Berkeley.
La mera participación de la gran traductora y escritora Dorothy L. Sayers hace impagable este libro. También hay que leer con detenimiento su capítulo así como la solución de la autora sobre El almirante flotante, una de las más extensas y, en mi opinión, tanto la introducción, como su capítulo y la solución, lo mejor de todo este singular libro. Un juego de unos autores que podemos tener la suerte de conocer y de leer en una novela única.
El almirante flotante, obra completa en PDF para leer o descargar.