Un problema es un problema porque contiene una paradoja.
El gran pedagogo John Dewey, creador del “método del problema”, consideraba que "se aprende resolviendo problemas". Con suerte, incluso habremos conocido algún profesor (de matemáticas en mi caso, como el Sr. Ayuso, de Escolapios de Bilbao a finales de los años ‘60) que nos adiestró a resolver problemas sucesivos y de dificultad creciente. Se trata del mejor entrenamiento para la vida: Cada vez que resolvemos un problema, allí está el profesor para proporcionarnos el siguiente.
Los problemas son nuestros mejores amigos. Todo problema trae consigo un germen de solución. La vida sólo nos presenta problemas que podemos resolver o en cuya solución podemos colaborar. Un problema dejaría de serlo,… si no tuviese solución. Un problema sin solución sólo sería un problema mal planteado. Claro que un problema es difícil, si no nunca sería un verdadero problema. Soluciones rápidas no resuelven problemas, ni fórmulas sencillas zanjaron nunca problemas complejos.
Los problemas no se olvidan,... se resuelven. La mejor forma de librarse de un problema es solventarlo. La mayoría de las veces empleamos más tiempo en hablar de los problemas que en afrontarlos. Muchos de nuestros problemas duran demasiado o quedan pendientes porque tememos a sus soluciones. A menudo lo que no aceptamos no son los problemas, sino la solución que piden.
Con demasiada frecuencia damos a los alumnos soluciones que recordar, en vez de problemas que resolver. Quienes prefieren enfrentarse y no rehuir a los problemas pronto aprenden algunas claves. 1º Se da con frecuencia la paradoja de que sólo podemos resolver los problemas cuando pensamos que no son tales problemas. 2º Acotar el problema es la única manera de resolverlo. 3º Muchas veces es más importante encontrar la causa de un problema que su solución. 4º El problema más grande del mundo se podía haber solucionado cuando todavía era pequeño.
Los problemas son excusas para los derrotados y desafíos para los trabajadores. Un problema es un reto del que siempre podemos salir exitosos,… o habiendo aprendido algo. El miedo es siempre un problema, el esfuerzo siempre es una solución. En esta vida seamos solución, y no problema.
Versión final en: mikel.agirregabiria.net/2006/problemas.htm
Un día perdido
Veloz el tiempo corre y queda sólo el pesar de haberlo mal perdido.
Un día perdido es un día irrecuperable. De todo lo que hemos perdido, lo que más añoramos es el tiempo perdido. Napoleón creía que “Podemos recuperar el terreno perdido. El tiempo perdido, no”. Otros matizan más: Dinero perdido, nada perdido; tiempo perdido, algo perdido; corazón perdido, todo perdido.
Un día perdido es un día sin pasear, sin jugar, sin pintar, sin estudiar, sin aprender, sin leer, sin escribir,… pero sobre todo es un día sin amar. El día más irremediablemente perdido es aquel en que no nos hemos reído, o ni siquiera sonreído. Peor aún es el día que no hemos logrado que otros sonrían, o rían, o lean, o aprendan,… con nosotros.
Esos son los días más perdidos. Aquéllos en que no hemos amado o ayudado a nadie. Cayo Suetonio atribuyó al Emperador Tito la siguiente frase: “¡Amigos, he aquí un día perdido para mí!”. Palabras pronunciadas cierta noche, cuando advirtió que no había realizado ninguna buena obra. Lo no hecho cada día, es lo irremisiblemente perdido. También lo diferido, es medio perdido.
Hemos perdido demasiado tiempo, pero no sabemos cuál exactamente. La sabiduría considera que no es tiempo perdido el dedicado al trabajo, aunque éste parezca modesto e intrascendente. Tampoco es tiempo perdido el empleado en escuchar con humildad. Menos perdido aún es el día en el que hayamos fallado; al contrario, es enriquecedor pues el fracaso siempre acaece preñado de enseñanza.
Los verdaderos paraísos son los que hemos perdido, y esos paraísos perdidos sólo están en nosotros mismos. Luego están a nuestro alcance los paraísos genuinos. Recuperemos el tiempo perdido. Que no sea hoy un día perdido. Todavía estamos a tiempo de sonreír y de lograr que otros sonrían.
Versión final en: mikel.agirregabiria.net/2006/perdido.htm
Un día perdido es un día irrecuperable. De todo lo que hemos perdido, lo que más añoramos es el tiempo perdido. Napoleón creía que “Podemos recuperar el terreno perdido. El tiempo perdido, no”. Otros matizan más: Dinero perdido, nada perdido; tiempo perdido, algo perdido; corazón perdido, todo perdido.
Un día perdido es un día sin pasear, sin jugar, sin pintar, sin estudiar, sin aprender, sin leer, sin escribir,… pero sobre todo es un día sin amar. El día más irremediablemente perdido es aquel en que no nos hemos reído, o ni siquiera sonreído. Peor aún es el día que no hemos logrado que otros sonrían, o rían, o lean, o aprendan,… con nosotros.
Esos son los días más perdidos. Aquéllos en que no hemos amado o ayudado a nadie. Cayo Suetonio atribuyó al Emperador Tito la siguiente frase: “¡Amigos, he aquí un día perdido para mí!”. Palabras pronunciadas cierta noche, cuando advirtió que no había realizado ninguna buena obra. Lo no hecho cada día, es lo irremisiblemente perdido. También lo diferido, es medio perdido.
Hemos perdido demasiado tiempo, pero no sabemos cuál exactamente. La sabiduría considera que no es tiempo perdido el dedicado al trabajo, aunque éste parezca modesto e intrascendente. Tampoco es tiempo perdido el empleado en escuchar con humildad. Menos perdido aún es el día en el que hayamos fallado; al contrario, es enriquecedor pues el fracaso siempre acaece preñado de enseñanza.
Los verdaderos paraísos son los que hemos perdido, y esos paraísos perdidos sólo están en nosotros mismos. Luego están a nuestro alcance los paraísos genuinos. Recuperemos el tiempo perdido. Que no sea hoy un día perdido. Todavía estamos a tiempo de sonreír y de lograr que otros sonrían.
Versión final en: mikel.agirregabiria.net/2006/perdido.htm
Fugacidad: Aforismo hipocrático
Educación para la libertad
A final de curso procede compartir algunas vivencias y lecciones educativas.
Todos los educadores añoramos los finales de curso, donde se combinan agridulces las tristes despedidas de los grupos de alumnos y la expectativa de unas merecidas vacaciones. En estos días se están produciendo por doquier estos adioses, aparentemente felices por darse un recíproco descanso entre docentes y discentes, pero que entrañan un sentimiento de pérdida por alejamiento, quizá sentido inmediatamente por el profesorado y pasados días o años por el alumnado.
Entre las numerosas fiestas de finalización del curso académico hay una que muchos valoramos de modo singular: la que premia al alumnado vasco gitano que logra su graduación en las diferentes etapas educativas. En Bizkaia, la asociación Kale dor Kayikó (“Gitanos del mañana”) ha celebrado su 7ª convocatoria del Premio “Oprè Rromà” (Ánimo, gitan@) en el auditórium de la Universidad de Deusto. Fue especialmente meritoria la concurrencia de muchas madres y padres en pleno horario laboral, reconociendo la trascendencia y la prioridad que otorgan a la educación de sus hijos e hijas.
En tan solemne escenario se escucharon admirables palabras por parte de las autoridades institucionales y académicas presentes, encabezadas por el Consejero de Educación Tontxu Campos. Destacó la emotiva y directa alocución (véase el VÍDEO) que el patriarca “Tío Manuel” (Vizarraga) dirigió a todos los asistentes, alumnos, familias y profesores.
Pero el silencio retumbó por un segundo cuando un veinteañero profesional diplomado en Formación Profesional animó a los más jóvenes a estudiar. Les dio una convincente razón, el argumento máximo, válido para cualquier persona en formación: La educación os dará la libertad, la emancipación personal a cada uno de nosotros y la libertad colectiva para nuestro pueblo. Nada que añadir a este mensaje que sonó verosímil y categórico desde su ejemplo.
Versión final: mikel.agirregabiria.net/2006/libertad.htm
Todos los educadores añoramos los finales de curso, donde se combinan agridulces las tristes despedidas de los grupos de alumnos y la expectativa de unas merecidas vacaciones. En estos días se están produciendo por doquier estos adioses, aparentemente felices por darse un recíproco descanso entre docentes y discentes, pero que entrañan un sentimiento de pérdida por alejamiento, quizá sentido inmediatamente por el profesorado y pasados días o años por el alumnado.
Entre las numerosas fiestas de finalización del curso académico hay una que muchos valoramos de modo singular: la que premia al alumnado vasco gitano que logra su graduación en las diferentes etapas educativas. En Bizkaia, la asociación Kale dor Kayikó (“Gitanos del mañana”) ha celebrado su 7ª convocatoria del Premio “Oprè Rromà” (Ánimo, gitan@) en el auditórium de la Universidad de Deusto. Fue especialmente meritoria la concurrencia de muchas madres y padres en pleno horario laboral, reconociendo la trascendencia y la prioridad que otorgan a la educación de sus hijos e hijas.
En tan solemne escenario se escucharon admirables palabras por parte de las autoridades institucionales y académicas presentes, encabezadas por el Consejero de Educación Tontxu Campos. Destacó la emotiva y directa alocución (véase el VÍDEO) que el patriarca “Tío Manuel” (Vizarraga) dirigió a todos los asistentes, alumnos, familias y profesores.
Pero el silencio retumbó por un segundo cuando un veinteañero profesional diplomado en Formación Profesional animó a los más jóvenes a estudiar. Les dio una convincente razón, el argumento máximo, válido para cualquier persona en formación: La educación os dará la libertad, la emancipación personal a cada uno de nosotros y la libertad colectiva para nuestro pueblo. Nada que añadir a este mensaje que sonó verosímil y categórico desde su ejemplo.
Versión final: mikel.agirregabiria.net/2006/libertad.htm
Frase del día
Cada día, al menos, una cita destacada,...
"No hay espectáculo más hermoso que la mirada de un niño que lee".
Günter Grass, Premio Nobel de Literatura 1999.
Mosaico Recurrente de Fotos
Sorpendente web donde cada foto está compuesta por otras fotos, que se pueden ampliar haciendo zoom. A su vez, estas mismas fotos están compuestas por el mismo conjunto de fotos. Difícil de explicar, pero fácil de explorar y de quedar atrapados con la aplicación. Que lo disfrutéis.
Véase en este LINK.
Elogio de la humildad
Seamos humildes. No con simulada sencillez, ni falsa modestia, que equivaldrían a rebuscada soberbia, sino con genuina humanidad.
La humildad es una escasa virtud al alcance de todos. Es virtud sublime que se predica, pero no se practica. La humildad es hermana de la verdad, porque la verdad se busca con humildad. Para llegar al conocimiento sólo hay el camino de la humildad. Pero cuidado, no hay peor soberbia que pretender ser tenido por humilde. El auténtico humilde no sabe que lo es.
Mientras el orgullo nos separa a las personas, la humildad nos une. Es fácil sentirnos humildes: basta levantar la vista hacia la bóveda celeste cualquier noche estrellada. Así es inmediato deducir: De Dios hablemos con fe; del prójimo, con caridad; y de nosotros, con humildad. Nunca nadie parece tan grande como cuando confiesa su pequeñez, ni para nada se necesita más fuerza que para ser humilde.
Humildad y paciencia, ambas van por la misma senda. La humildad conduce a la grandeza. Cuanto más humildes nos sentimos, tanto más cerca percibimos la grandeza. La humildad es ese tenue hilo con el que nos encadena la gloria. El acto de más insigne humildad es trabajar en la rutina de nuestra existencia. Tratando las cuestiones corrientes con sencillez, las materias humildes con delicadeza y las cosas importantes con solemnidad.
Humildad no significa desvalorización. Tomar conciencia de las capacidades propias es compatible con la humildad. La persona humilde sabe que nunca ha hecho lo suficiente y siente la responsabilidad de hacer más, y por ende de superarse. Manteniendo una saludable autoestima no se necesita la alabanza ajena. La vanidad es un desesperado intento de escapar de una percepción de inferioridad o de vacuidad.
Quien aprende a ser humilde, logra una vida feliz. Con humildad se desarrolla la capacidad de admitir los errores, y la crítica se entiende como un cauce de crecimiento. Con humildad es fácil perdonar y apreciar lo que tenemos, tomando conciencia de que todo es un regalo. El poeta León Felipe lo describió: “Así es mi vida, piedra, como tú; como tú, piedra pequeña; como tú, piedra ligera; como tú, canto que ruedas, por las calzadas, y por las veredas; como tú, guijarro humilde de las carreteras;...”.
La vida es una larga lección de humildad,… que nos hace invulnerables, que nace de la confianza en los demás. La verdadera humildad consiste en estar satisfecho. Sentir que la más humilde jornada que pasa por nuestra vida es la confluencia de dos eternidades: Las formadas por rumbos que arrancan de un pasado remoto y que corren hacia un futuro recóndito. No hay destino, por modesto que sea, donde no logre el ánimo humilde fundar una escuela de heroísmo en la bondad.
Versión final en: mikel.agirregabiria.net/2006/humildad.htm
La humildad es una escasa virtud al alcance de todos. Es virtud sublime que se predica, pero no se practica. La humildad es hermana de la verdad, porque la verdad se busca con humildad. Para llegar al conocimiento sólo hay el camino de la humildad. Pero cuidado, no hay peor soberbia que pretender ser tenido por humilde. El auténtico humilde no sabe que lo es.
Mientras el orgullo nos separa a las personas, la humildad nos une. Es fácil sentirnos humildes: basta levantar la vista hacia la bóveda celeste cualquier noche estrellada. Así es inmediato deducir: De Dios hablemos con fe; del prójimo, con caridad; y de nosotros, con humildad. Nunca nadie parece tan grande como cuando confiesa su pequeñez, ni para nada se necesita más fuerza que para ser humilde.
Humildad y paciencia, ambas van por la misma senda. La humildad conduce a la grandeza. Cuanto más humildes nos sentimos, tanto más cerca percibimos la grandeza. La humildad es ese tenue hilo con el que nos encadena la gloria. El acto de más insigne humildad es trabajar en la rutina de nuestra existencia. Tratando las cuestiones corrientes con sencillez, las materias humildes con delicadeza y las cosas importantes con solemnidad.
Humildad no significa desvalorización. Tomar conciencia de las capacidades propias es compatible con la humildad. La persona humilde sabe que nunca ha hecho lo suficiente y siente la responsabilidad de hacer más, y por ende de superarse. Manteniendo una saludable autoestima no se necesita la alabanza ajena. La vanidad es un desesperado intento de escapar de una percepción de inferioridad o de vacuidad.
Quien aprende a ser humilde, logra una vida feliz. Con humildad se desarrolla la capacidad de admitir los errores, y la crítica se entiende como un cauce de crecimiento. Con humildad es fácil perdonar y apreciar lo que tenemos, tomando conciencia de que todo es un regalo. El poeta León Felipe lo describió: “Así es mi vida, piedra, como tú; como tú, piedra pequeña; como tú, piedra ligera; como tú, canto que ruedas, por las calzadas, y por las veredas; como tú, guijarro humilde de las carreteras;...”.
La vida es una larga lección de humildad,… que nos hace invulnerables, que nace de la confianza en los demás. La verdadera humildad consiste en estar satisfecho. Sentir que la más humilde jornada que pasa por nuestra vida es la confluencia de dos eternidades: Las formadas por rumbos que arrancan de un pasado remoto y que corren hacia un futuro recóndito. No hay destino, por modesto que sea, donde no logre el ánimo humilde fundar una escuela de heroísmo en la bondad.
Versión final en: mikel.agirregabiria.net/2006/humildad.htm
Usa el cinturón de seguridad
Cinco vídeos (y podrían ser muchos más) para un único consejo: Abróchate siempre el cinturón de seguridad cuando vayas en coche, delante o detrás.
Otros vídeos: El mejor Salvavidas, Recreación, Piénsatelo, Si le amas, En ciudad también, Demostración práctica, Explicado a los niños, Explicado por adolescentes, Aprendiendo la canción, ¿Olvidas algo?,... Enviado a MENEAME.NET para su máxima difusión...
Déjate de excusas...
Puedes matar a los demás...
Alegoría.
Realidad a baja velocidad.
Tragedia filmada.
Otros vídeos: El mejor Salvavidas, Recreación, Piénsatelo, Si le amas, En ciudad también, Demostración práctica, Explicado a los niños, Explicado por adolescentes, Aprendiendo la canción, ¿Olvidas algo?,... Enviado a MENEAME.NET para su máxima difusión...
Camera Café
Lo reconozco: todavía veo la televisión. Muy poco. Sólo Camera Café. Ahora me paso a su blog y me libero de horarios con los episodios en YouTube.
Algunos de los mejores capítulos son: El look Zombie Curso de seducción Café Americano Café Transgénico Baños Turcos El cuidador Piojos Poesía Posición Incómoda Vade Retro Teléfono Erótico El cinéfilo Manifestación Domingo Laborable El accidente El Orgasmo Mercado Internacional Sinceridad Enfermo Karaoke La grapadora Marcapasos Tarjeta Roja Macho Preparación psicológica Súper Bonoloto El Circo La Cartera Se busca El Premio La Cremallera Test Sexy El Hamster Viaje a Londres Cuenta de gastos Robo por correspondencia Foto de Empresa Un hombre perfecto Pensión de invalidez Sushi para todos Un asunto sucio Resfriado de caballo Balance de bolsillo El juego de la moneda La dama de hierro El tesoro de Jesús El cumpleaños de bernardo El lenguaje de la venta Esclavo de las hormonas La cita de Marimar La vespa de Julián Las fotos de la fiesta La dictadura de Benito La madre de Lorenzo Soldados Rusos La más guapa de la oficina El look Locos el volante Misión imposible La fiesta de despido Los extraterrestres El amigo inglés Anónimo Pedalear El Fan Desmitificación El retro El amigo Michael Jackson El padre de Bernardo Traje acrílico
Algunos de los mejores capítulos son: El look Zombie Curso de seducción Café Americano Café Transgénico Baños Turcos El cuidador Piojos Poesía Posición Incómoda Vade Retro Teléfono Erótico El cinéfilo Manifestación Domingo Laborable El accidente El Orgasmo Mercado Internacional Sinceridad Enfermo Karaoke La grapadora Marcapasos Tarjeta Roja Macho Preparación psicológica Súper Bonoloto El Circo La Cartera Se busca El Premio La Cremallera Test Sexy El Hamster Viaje a Londres Cuenta de gastos Robo por correspondencia Foto de Empresa Un hombre perfecto Pensión de invalidez Sushi para todos Un asunto sucio Resfriado de caballo Balance de bolsillo El juego de la moneda La dama de hierro El tesoro de Jesús El cumpleaños de bernardo El lenguaje de la venta Esclavo de las hormonas La cita de Marimar La vespa de Julián Las fotos de la fiesta La dictadura de Benito La madre de Lorenzo Soldados Rusos La más guapa de la oficina El look Locos el volante Misión imposible La fiesta de despido Los extraterrestres El amigo inglés Anónimo Pedalear El Fan Desmitificación El retro El amigo Michael Jackson El padre de Bernardo Traje acrílico
Un episodio...
¿En qué se parecen?
Los políticos, los médicos, los profesores,... ¿en qué se parecen?
Todos ellos hablan demasiado y no escuchan lo suficiente. Su profesión les condiciona a dedicar casi todo el tiempo a explicar y exponer sus creencias y opiniones. Casi siempre sin haberse interesado por los demás convenientemente. Y ello a pesar de que antes de ser políticos fueron administrados; antes de médicos, pacientes, y antes de profesores, alumnos. Pero luego creen que no necesitan comprender lo que desean y necesitan aquellos a quienes pretenden ayudar compartiendo su experiencia y sus conocimientos. Se olvidan de escuchar, concentrándose sólo en hablar.
Por eso, en general, cuando les corresponde un cambio de rol… los políticos son malos súbditos (de otros gobernantes), los médicos son malos pacientes (de otros galenos), y los profesores son malos alumnos (de otros enseñantes).
La calidad de los políticos, médicos y profesores se mide por el tiempo que descuentan de largar sus rollos para medir mejor su consejo y su ejemplo,… atendiendo y auscultando a quienes quieren servir (que no mandar). Por todo ello, los grandes políticos saben estar en la oposición, los mejores médicos saben ser curados, y los magistrales profesores saben ser aprendices toda la vida.
Versión final en: mikel.agirregabiria.net/2006/parecen.htm
Desarrolla tu mente
El primer y el último oficio
¿Qué primer trabajo ejercimos? ¿Y cuál será nuestra última función?
El pasado 10 de junio se celebró en El Regato (Barakaldo) un emotivo homenaje dedicado a Julián Larrea. Es un personaje singular, polifacético y autodidacta, que desde su nacimiento en Trapagaran en 1929 ha ejercido numerosas profesiones y aficiones. En su juventud fue remero de trainera, y con 45 años (“cuando otros lo dejan”, según relata) se presentó con su hijo Amando a una competición como trontzalari (cortador de troncos con sierra). Ganó 11 campeonatos, actuando también como destacado aizkolari (con hacha). Su talento le permitió en 1969 ser el primer campeón de caza menor con perro, así como en otras 3 ocasiones.
Julián sobresale en agricultura, ganadería, caza, apicultura (aunque él prefiere llamarse médico de sus abejas que le pagan en miel), artesanía (talla de madera) o coleccionismo. Su espectacular baserri Monto en Gorostiza (un museo más que un caserío) reúne miles de piezas únicas en todos estos oficios y deportes autóctonos. Los anales recuerdan gestas antiguas y recientes, como el récord de cortar un tronco de 2,5 metros de desarrollo en 27 minutos… a los 75 años de edad. Pero muchos le reconocemos una proeza mayor: haber expuesto desinteresadamente todo su saber a 5.000 escolares que han pasado por su baserri en los últimos diez años con el programa “Ezagutu Barakaldo”.
Julián apenas pudo ir tres años a la escuela. Su recorrido vital y profesional nos recuerda los primeros oficios de la humanidad (agricultura, ganadería,…). Aprendiendo por sí mismo, forjado por el duro trabajo desde los 12 años, ha llegado a ser un consumado deportista, artista y museólogo. Pero su loable esfuerzo final está vinculado con la mejor clase de educación, la que nace desde la experiencia y la bondad con espíritu de seguir aprendiendo.
En el siglo XXI la primera labor que encomendamos a los más pequeños es el estudio y el aprendizaje. En consecuencia, la última función que todos podríamos desarrollar sería la enseñanza, con independencia de la trayectoria profesional que hayamos desempeñado. Primer y último oficio, único y para todos, también ejercido a tiempo parcial durante las etapas intermedias (como padres o como adultos): formarnos y educarnos colectivamente a lo largo de toda la vida.
Versión final: http://mikel.agirregabiria.net/2006/oficio.htm
El pasado 10 de junio se celebró en El Regato (Barakaldo) un emotivo homenaje dedicado a Julián Larrea. Es un personaje singular, polifacético y autodidacta, que desde su nacimiento en Trapagaran en 1929 ha ejercido numerosas profesiones y aficiones. En su juventud fue remero de trainera, y con 45 años (“cuando otros lo dejan”, según relata) se presentó con su hijo Amando a una competición como trontzalari (cortador de troncos con sierra). Ganó 11 campeonatos, actuando también como destacado aizkolari (con hacha). Su talento le permitió en 1969 ser el primer campeón de caza menor con perro, así como en otras 3 ocasiones.
Julián sobresale en agricultura, ganadería, caza, apicultura (aunque él prefiere llamarse médico de sus abejas que le pagan en miel), artesanía (talla de madera) o coleccionismo. Su espectacular baserri Monto en Gorostiza (un museo más que un caserío) reúne miles de piezas únicas en todos estos oficios y deportes autóctonos. Los anales recuerdan gestas antiguas y recientes, como el récord de cortar un tronco de 2,5 metros de desarrollo en 27 minutos… a los 75 años de edad. Pero muchos le reconocemos una proeza mayor: haber expuesto desinteresadamente todo su saber a 5.000 escolares que han pasado por su baserri en los últimos diez años con el programa “Ezagutu Barakaldo”.
Julián apenas pudo ir tres años a la escuela. Su recorrido vital y profesional nos recuerda los primeros oficios de la humanidad (agricultura, ganadería,…). Aprendiendo por sí mismo, forjado por el duro trabajo desde los 12 años, ha llegado a ser un consumado deportista, artista y museólogo. Pero su loable esfuerzo final está vinculado con la mejor clase de educación, la que nace desde la experiencia y la bondad con espíritu de seguir aprendiendo.
En el siglo XXI la primera labor que encomendamos a los más pequeños es el estudio y el aprendizaje. En consecuencia, la última función que todos podríamos desarrollar sería la enseñanza, con independencia de la trayectoria profesional que hayamos desempeñado. Primer y último oficio, único y para todos, también ejercido a tiempo parcial durante las etapas intermedias (como padres o como adultos): formarnos y educarnos colectivamente a lo largo de toda la vida.
Versión final: http://mikel.agirregabiria.net/2006/oficio.htm
Fiesta de la cereza
Epopeyas modernas
Las grandes conquistas requieren planificación y audacia. Aquí se aconseja sobre una de las mayores proezas contemporáneas.
El pasado sábado me levanté lleno de vitalidad, infundido de un inhabitual ánimo (que no de animosidad como recalca un locutor más madrugador que culto). Decidí que debía alcanzar alguna gesta especial, irrepetible, de aquéllas propias de edades pretéritas. Dudé por un momento entre revivir la conquista del monte Gorbea (1.481 metros de altitud) o ir de compras con Carmen. Opté por la alternativa más heroica: Ser arrastrado por toda la peregrinación de Ikea.
La hazaña fue conseguida, no sin toda suerte de percances y en un tiempo lejos del récord (6 horas y media, el doble de subir hasta la Cruz del Gorbea). Gracias a mi adiestramiento de 29 años de casado, puedo contarlo para prevenir a los amateurs más inexpertos. Éste es un aviso a navegantes para que no se precipiten, sin el debido entrenamiento, en aventuras tan aparentemente inocuas como potencialmente temerarias.
Ikea muestra un engañoso aspecto, como un supuesto pabellón industrial de dimensiones mucho menores que una montaña emblemática. Sin embargo, su interior contiene un alambicado laberinto con recorridos equiparables al ascenso de las grandes cumbres (tipo sietemil). Para dar una pista, Ikea contiene aproximadamente el mismo número de cocinas equipadas que una ciudad media y más camas que las hoteleras de su entorno en 40 kilómetros a la redonda.
Ikea no mantiene vías de escape, por lo que necesariamente debe ser conquistada por su pendiente de acceso y descendida por su vertiente de salida. Estando plagada de expediciones familiares que acampan en cualquier rincón, es muy elevado el riesgo de aludes humanos que podrían resultar catastróficos. En Ikea no funciona la brújula, ni el GPS, por lo que la única referencia es la maldita flecha del suelo que guía nuestros pasos con la precisión de una veleta alocada.
Lo mejor de Ikea es que dispone de numerosos puntos de avituallamiento, para evitar una mortandad que desanimaría a los más osados. Sus menús permiten reponer fuerzas y se distribuyen por todas sus plantas. Ya resulta sospechosa la invitación a una comida barata y nutritiva desde el umbral de la entrada, lo que es un indicio imperceptible de la dureza del desafío.
¿Alguien se imagina la energía consumida en intentar visitar en una tarde todas las habitaciones de todos los domicilios de nuestro barrio? Pues eso es Ikea. Conclusión: No lo intente sin una cordada especializada en largos recorridos y con sherpas profesionales en cargar grandes pesos. Después de encontrar, estibar, transportar y montar mi librería Billy (incluyo foto acreditativa), me he propuesto descansar otras dos décadas. Ratifico mi firme criterio de que ningún mueble es tan fascinante como los libros, incluso para quienes nunca los abren.
Versión final: mikel.agirregabiria.net/2006/epopeyas.htm
El pasado sábado me levanté lleno de vitalidad, infundido de un inhabitual ánimo (que no de animosidad como recalca un locutor más madrugador que culto). Decidí que debía alcanzar alguna gesta especial, irrepetible, de aquéllas propias de edades pretéritas. Dudé por un momento entre revivir la conquista del monte Gorbea (1.481 metros de altitud) o ir de compras con Carmen. Opté por la alternativa más heroica: Ser arrastrado por toda la peregrinación de Ikea.
La hazaña fue conseguida, no sin toda suerte de percances y en un tiempo lejos del récord (6 horas y media, el doble de subir hasta la Cruz del Gorbea). Gracias a mi adiestramiento de 29 años de casado, puedo contarlo para prevenir a los amateurs más inexpertos. Éste es un aviso a navegantes para que no se precipiten, sin el debido entrenamiento, en aventuras tan aparentemente inocuas como potencialmente temerarias.
Ikea muestra un engañoso aspecto, como un supuesto pabellón industrial de dimensiones mucho menores que una montaña emblemática. Sin embargo, su interior contiene un alambicado laberinto con recorridos equiparables al ascenso de las grandes cumbres (tipo sietemil). Para dar una pista, Ikea contiene aproximadamente el mismo número de cocinas equipadas que una ciudad media y más camas que las hoteleras de su entorno en 40 kilómetros a la redonda.
Ikea no mantiene vías de escape, por lo que necesariamente debe ser conquistada por su pendiente de acceso y descendida por su vertiente de salida. Estando plagada de expediciones familiares que acampan en cualquier rincón, es muy elevado el riesgo de aludes humanos que podrían resultar catastróficos. En Ikea no funciona la brújula, ni el GPS, por lo que la única referencia es la maldita flecha del suelo que guía nuestros pasos con la precisión de una veleta alocada.
Lo mejor de Ikea es que dispone de numerosos puntos de avituallamiento, para evitar una mortandad que desanimaría a los más osados. Sus menús permiten reponer fuerzas y se distribuyen por todas sus plantas. Ya resulta sospechosa la invitación a una comida barata y nutritiva desde el umbral de la entrada, lo que es un indicio imperceptible de la dureza del desafío.
¿Alguien se imagina la energía consumida en intentar visitar en una tarde todas las habitaciones de todos los domicilios de nuestro barrio? Pues eso es Ikea. Conclusión: No lo intente sin una cordada especializada en largos recorridos y con sherpas profesionales en cargar grandes pesos. Después de encontrar, estibar, transportar y montar mi librería Billy (incluyo foto acreditativa), me he propuesto descansar otras dos décadas. Ratifico mi firme criterio de que ningún mueble es tan fascinante como los libros, incluso para quienes nunca los abren.
Versión final: mikel.agirregabiria.net/2006/epopeyas.htm
Ante la muerte
Quienes hemos sido zarandeados por la pérdida de un familiar cercano, queremos compartir algunas emociones que nos han conmovido.
La muerte es una vieja historia y, sin embargo, siempre resulta nueva para algunos de nosotros. Los últimos días han representado un aluvión de sensaciones entremezcladas, algunas revividas y otras inéditas para los más jóvenes de nuestras familias afectadas. El fallecimiento de un ser querido siempre desencadena un cóctel de reflexiones y sentimientos que marca un hito en el curso de nuestras vidas. Todavía bajo el shock de la desgracia, queremos comunicar algunas de las enseñanzas de tan amargo trance.
Trascendencia. Frente al dolor añadido que a muchos enfermos graves de la misma dolencia, como en nuestro caso, les ha producido la frivolidad y el exceso de algunos medios de comunicación por la agonía y defunción de una popular cantante, queremos reivindicar una llamada al rigor y al respeto hacia quienes se enfrentan a una lucha postrera entre la vida y la muerte. ¡Adónde hemos llegado si convertimos en espectáculo frívolo incluso la antesala cruel de la hora suprema!
Agradecimiento. Hacia todas las personas que han atendido y ayudado a morir con dignidad a nuestro familiar. Especialmente merece todo nuestro reconocimiento y gratitud el servicio de oncología del Hospital de Cruces (Barakaldo), que personifican ejemplarmente facultativos con grandeza de alma como la joven doctora de nombre Aitziber.
Serenidad. La vorágine de tareas a desempeñar tras una muerte actúa como un eficaz letargo que espacia la intensa pena. En esa maraña de trámites hemos de reconocer el consuelo que ha significado la profesionalidad y la alta calidad humana de quienes actúan en tan luctuosas circunstancias. En particular, nos ha supuesto una sorpresa y un alivio el calmado pero diáfano sosiego (y felicidad interna) que reporta todo el personal de la funeraria, con trato diario con la muerte, en medio de un mundo desquiciado donde todos corremos acelerados e insatisfechos en pos de no sabemos muy bien qué. Hoy, algunos tenemos más claro que nunca que la muerte no termina todo.
Versión final en: mikel.agirregabiria.net/2006/muerte.htm
La muerte es una vieja historia y, sin embargo, siempre resulta nueva para algunos de nosotros. Los últimos días han representado un aluvión de sensaciones entremezcladas, algunas revividas y otras inéditas para los más jóvenes de nuestras familias afectadas. El fallecimiento de un ser querido siempre desencadena un cóctel de reflexiones y sentimientos que marca un hito en el curso de nuestras vidas. Todavía bajo el shock de la desgracia, queremos comunicar algunas de las enseñanzas de tan amargo trance.
Trascendencia. Frente al dolor añadido que a muchos enfermos graves de la misma dolencia, como en nuestro caso, les ha producido la frivolidad y el exceso de algunos medios de comunicación por la agonía y defunción de una popular cantante, queremos reivindicar una llamada al rigor y al respeto hacia quienes se enfrentan a una lucha postrera entre la vida y la muerte. ¡Adónde hemos llegado si convertimos en espectáculo frívolo incluso la antesala cruel de la hora suprema!
Agradecimiento. Hacia todas las personas que han atendido y ayudado a morir con dignidad a nuestro familiar. Especialmente merece todo nuestro reconocimiento y gratitud el servicio de oncología del Hospital de Cruces (Barakaldo), que personifican ejemplarmente facultativos con grandeza de alma como la joven doctora de nombre Aitziber.
Serenidad. La vorágine de tareas a desempeñar tras una muerte actúa como un eficaz letargo que espacia la intensa pena. En esa maraña de trámites hemos de reconocer el consuelo que ha significado la profesionalidad y la alta calidad humana de quienes actúan en tan luctuosas circunstancias. En particular, nos ha supuesto una sorpresa y un alivio el calmado pero diáfano sosiego (y felicidad interna) que reporta todo el personal de la funeraria, con trato diario con la muerte, en medio de un mundo desquiciado donde todos corremos acelerados e insatisfechos en pos de no sabemos muy bien qué. Hoy, algunos tenemos más claro que nunca que la muerte no termina todo.
Versión final en: mikel.agirregabiria.net/2006/muerte.htm
La vida en un momento
Hay bajo el cielo un momento para todo.
"Esencia de Mujer" es una película desigual, aunque cuenta con algunos parajes memorables. Al Pacino interpreta a Frank Slade, un retirado militar ciego y amargado que, antes de suicidarse, emprende un breve viaje final. En una inolvidable escena, Frank invita a bailar a una bella joven. Ésta se excusa: “No puedo, porque mi novio llegará en un momento”. Él responde: “En un momento, ¡se vive una vida!”, al tiempo que la conduce a bailar un tango.
En el diálogo, el protagonista comenta: "En el tango uno no se equivoca. No es como en la vida. Si uno se equivoca o se enreda, sigue bailando". Podríamos corregirle: la vida es como el tango. Acertando, equivocándose o, lo más frecuente, enredándose, hemos de seguir viviendo la vida y aprovechando al máximo cada instante.
Vivamos el presente, el regalo de cada día. Que cada momento sea eterno. Sintamos la vida y el amor en cada segundo. Que cada segundo sea profundo. Después de todo, vale la pena vivir la vida. Para bailar un tango, para vivir un amor, para descubrir lo que nos depara cada momento futuro. Quizá ya habremos vivido grandes momentos, pero seguro que nos quedan aún momentos gloriosos.
"Esencia de Mujer" es una película desigual, aunque cuenta con algunos parajes memorables. Al Pacino interpreta a Frank Slade, un retirado militar ciego y amargado que, antes de suicidarse, emprende un breve viaje final. En una inolvidable escena, Frank invita a bailar a una bella joven. Ésta se excusa: “No puedo, porque mi novio llegará en un momento”. Él responde: “En un momento, ¡se vive una vida!”, al tiempo que la conduce a bailar un tango.
En el diálogo, el protagonista comenta: "En el tango uno no se equivoca. No es como en la vida. Si uno se equivoca o se enreda, sigue bailando". Podríamos corregirle: la vida es como el tango. Acertando, equivocándose o, lo más frecuente, enredándose, hemos de seguir viviendo la vida y aprovechando al máximo cada instante.
Vivamos el presente, el regalo de cada día. Que cada momento sea eterno. Sintamos la vida y el amor en cada segundo. Que cada segundo sea profundo. Después de todo, vale la pena vivir la vida. Para bailar un tango, para vivir un amor, para descubrir lo que nos depara cada momento futuro. Quizá ya habremos vivido grandes momentos, pero seguro que nos quedan aún momentos gloriosos.
Versión final: mikel.agirregabiria.net/2006/momento.htm
Sergio Dalma: Bailar Pegados...
Padre e hijo
Un video sobrecogedor, que explica lo que es el poder del valor, de la familia, del vínculo paterno-filial. Es el viaje de un padre y de su hijo, no un simple triatlón. El viaje de una vida,.. juntos, formando un equipo… admirable. La música, "I Can Only Imagine" de Mercy Me, colabora a meterse en la historia.
La pesadilla de Bush
¿Los extranjeros superarán a los nativos? ¿Se puede evitar un proceso histórico?
Quizá sólo fue un mal sueño, tras una jornada en la que Bush animó al Senado a extender los muros existentes en la zona de Tijuana y California a lo largo de los 3.200 kilómetros de la frontera que comparten Estados Unidos y México. El río Bravo era un coladero de “espaldas mojadas”. Había que hacer algo. América estaba amenazada.
Incluso peligraba el idioma inglés con la llegada masiva de inmigrantes, con una prolífica natalidad que superaba a la autóctona. Había que hacer cerrar las fronteras, y combatir a los forasteros que provenían de todas partes. La frontera con México siempre había sido el punto débil para la invasión de los “sin papeles”. Claro que tampoco había que descuidar las costas. Las pateras y los cayucos no llegaban hasta América, pero en algo parecido a una gran piragua había arribado el primer extranjero, nacido en no se sabe muy bien dónde, un tal… Cristóbal Colón. Después se extendió el “efecto llamada” y comenzaron a llegar de todas partes, superando y desplazando a los propios del lugar.
¿Qué misión me encomienda el Gran Manitú para mi tribu? ¿Qué será de nosotros, los “pieles rojas”? Sobresaltado y empapado en sudor, Bush despertó. Dudó por un momento pensó: ¿Soy un indio o un WASP (blanco, anglo-sajón y protestante)? Incluso se preguntó: ¿Soy yo o mi doble cómico? Paulatinamente comprendió que lamentablemente él era… él.
Versión final en: mikel.agirregabiria.net/2006/pesadilla.htm
Quizá sólo fue un mal sueño, tras una jornada en la que Bush animó al Senado a extender los muros existentes en la zona de Tijuana y California a lo largo de los 3.200 kilómetros de la frontera que comparten Estados Unidos y México. El río Bravo era un coladero de “espaldas mojadas”. Había que hacer algo. América estaba amenazada.
Incluso peligraba el idioma inglés con la llegada masiva de inmigrantes, con una prolífica natalidad que superaba a la autóctona. Había que hacer cerrar las fronteras, y combatir a los forasteros que provenían de todas partes. La frontera con México siempre había sido el punto débil para la invasión de los “sin papeles”. Claro que tampoco había que descuidar las costas. Las pateras y los cayucos no llegaban hasta América, pero en algo parecido a una gran piragua había arribado el primer extranjero, nacido en no se sabe muy bien dónde, un tal… Cristóbal Colón. Después se extendió el “efecto llamada” y comenzaron a llegar de todas partes, superando y desplazando a los propios del lugar.
¿Qué misión me encomienda el Gran Manitú para mi tribu? ¿Qué será de nosotros, los “pieles rojas”? Sobresaltado y empapado en sudor, Bush despertó. Dudó por un momento pensó: ¿Soy un indio o un WASP (blanco, anglo-sajón y protestante)? Incluso se preguntó: ¿Soy yo o mi doble cómico? Paulatinamente comprendió que lamentablemente él era… él.
Versión final en: mikel.agirregabiria.net/2006/pesadilla.htm
Su último homicidio
Un cuento minimalista sobre un crimen que finalizaba una serie de asesinatos dejando impune al culpable, aunque era obvia su identidad.
Su último muerto estaba allí. Rodeado de testigos, alertados por el mismo asesino que les llamó poco antes de consumar su tremebundo crimen. Aquel programado envenenamiento, apuñalamiento y ahorcamiento era un sadismo inusual, incluso para un asesino en serie al que se perseguía infructuosamente desde hacía años. Nunca se había ensañado tanto, si bien estos medios de ejecución estaban entre sus preferidos en los crímenes precedentes.
Un nuevo caso difícil, pensaron ante la escena del crimen. Una habitación cerrada por dentro, sin más enseres que la soga de la que pendía el cadáver con un puñal clavado en el vientre, la silla volcada, el veneno derramado y un móvil sin huellas. Apenas entraba la luz por una mínima ventana abierta por donde quizá pudo escapar el escurridizo autor del más despiadado parricidio.
Incluso los expertos más experimentados estaban desconcertados, hasta que llegó un líder que merecía su puesto. Sus palabras fueron reveladoras para quienes le escucharon sin interrumpirle, comprendiendo a un ritmo marcado por las respectivas inteligencias.
“Creo que no cabe duda. Otra vez, la víctima y el verdugo se conocían. En este caso, demasiado. Seguramente pasaron de ser los mejores amigos, a convertirse en los peores enemigos. Todo ello ha conducido a esta conclusión”. Sólo con esto, alguno de la concurrencia ya lo entendió.
“Imagino que a nuestro criminal, cada vez más acorralado, se le ocurrió que no podía haber otra escapatoria, trágica pero que le permitía eludir el castigo”. Otros lo comprendieron todo.
“Definitivamente no volveremos a tener noticias de este criminal, porque esta violencia terminal deshace las pistas que conducían a su detención”. Muchos asintieron, al descubrirlo todo.
“Imposible será castigar a este asesino cansado de sus propias fechorías. Aquí ha terminado su cadena de crueldades, amenazando hasta el final”. Casi todos adivinaron la trama.
“Opino que hemos dedicado demasiados esfuerzos a este caso. Es tiempo de pasar página, porque esto ya sólo asusta a quienes nunca entendieron nada”. [Si eres de éstos, lee la palabra escondida en las iniciales de los párrafos]. Todavía alguien preguntó: ¿Su homicidio último? Él respondió: “Sí, su homicidio ultimó”.
Versión final: mikel.agirregabiria.net/2006/suhomicidio.htm
Su último muerto estaba allí. Rodeado de testigos, alertados por el mismo asesino que les llamó poco antes de consumar su tremebundo crimen. Aquel programado envenenamiento, apuñalamiento y ahorcamiento era un sadismo inusual, incluso para un asesino en serie al que se perseguía infructuosamente desde hacía años. Nunca se había ensañado tanto, si bien estos medios de ejecución estaban entre sus preferidos en los crímenes precedentes.
Un nuevo caso difícil, pensaron ante la escena del crimen. Una habitación cerrada por dentro, sin más enseres que la soga de la que pendía el cadáver con un puñal clavado en el vientre, la silla volcada, el veneno derramado y un móvil sin huellas. Apenas entraba la luz por una mínima ventana abierta por donde quizá pudo escapar el escurridizo autor del más despiadado parricidio.
Incluso los expertos más experimentados estaban desconcertados, hasta que llegó un líder que merecía su puesto. Sus palabras fueron reveladoras para quienes le escucharon sin interrumpirle, comprendiendo a un ritmo marcado por las respectivas inteligencias.
“Creo que no cabe duda. Otra vez, la víctima y el verdugo se conocían. En este caso, demasiado. Seguramente pasaron de ser los mejores amigos, a convertirse en los peores enemigos. Todo ello ha conducido a esta conclusión”. Sólo con esto, alguno de la concurrencia ya lo entendió.
“Imagino que a nuestro criminal, cada vez más acorralado, se le ocurrió que no podía haber otra escapatoria, trágica pero que le permitía eludir el castigo”. Otros lo comprendieron todo.
“Definitivamente no volveremos a tener noticias de este criminal, porque esta violencia terminal deshace las pistas que conducían a su detención”. Muchos asintieron, al descubrirlo todo.
“Imposible será castigar a este asesino cansado de sus propias fechorías. Aquí ha terminado su cadena de crueldades, amenazando hasta el final”. Casi todos adivinaron la trama.
“Opino que hemos dedicado demasiados esfuerzos a este caso. Es tiempo de pasar página, porque esto ya sólo asusta a quienes nunca entendieron nada”. [Si eres de éstos, lee la palabra escondida en las iniciales de los párrafos]. Todavía alguien preguntó: ¿Su homicidio último? Él respondió: “Sí, su homicidio ultimó”.
Versión final: mikel.agirregabiria.net/2006/suhomicidio.htm
Campanas de Gauss
¿Somos de los buenos, de los regulares o de los malos? Todo depende de con quiénes nos comparemos.
Según refiere la wikipedia, en matemáticas la campana de Gauss es la representación gráfica de una distribución normal, donde un grupo aleatorio de datos se reparte entre valores bajos, medianos y altos, con mayor frecuencia de los valores intermedios. Recibe su nombre en función de su forma acampanada y en honor a su descubridor, Carl Friedrich Gauss.
Esta campana está muy presente en el conjunto de la realidad social. En multitud de escalas, algunas más explícitas como riqueza y otras menos visibles como el esfuerzo, todos conocemos casos de personas muy ricas y muy pobres, si bien la mayoría oscilan entre valores intermedios. Más difícil resulta estimar el ánimo, la voluntad, o la constancia,… aunque tampoco todos estamos igualmente dotados en estas u otras cualidades.
En el panorama educativo, en las aulas conviven alumnos y alumnas de diferentes capacidades y actitudes, factores ambos que se retroalimentan recíprocamente. Lo más duro resulta para aquellos estudiantes que crónicamente ocupan los puestos de cola, al apilar ciclos de peores condiciones de partida, pequeños reveses y desalientos acumulados. Si no superan esta posición de “hundidos”, a medida que crecen en edad acumulan frustración, rechazo y agresividad hacia el entorno (y no sólo el escolar). A pesar de los refuerzos docentes, y de programas específicos de intervención o de diversificación curricular, en muchos casos están predestinados al “fracaso escolar”.
Recuperar social y académicamente a estos “desertores educativos” es un objetivo de primer orden. Los Centros de Iniciación Profesional son una acertada opción, que facilita su inserción laboral al tiempo que prosigue su maduración personal, y con ella su posible reenganche en una sociedad que exige formación continua. Entre estos no-graduados también se aprecia estadísticamente una campana de Gauss. En su tramo inferior quedan los más marginados tras su proceso de escolarización, con un largo expediente de “naufragio escolar”. Son aquéllos a quienes siempre les ha resultado difícil estudiar, leer, entender,… Se ven a sí mismos como los “últimos de la fila”, con el consiguiente riesgo de que tiren la toalla respecto a su futuro.
Afortunadamente nos quedan fórmulas válidas en los programas complementarios de escolarización. Visitando uno de nuestros centros de referencia, dirigido por la Fundación Peñascal y sostenido con financiación pública, su director comentaba una de las bases para la recuperación de este alumnado: el agrupamiento donde conocen a otros compañeros parecidos que han superado las mismas desgracias. Juan Bedialauneta apunta que “aquí les cambiamos la campana de Gauss, y la mayoría por primera vez se reasienta en zonas medias o altas de un grupo, viéndose como buenos alumnos y potenciales ganadores en el proceso de integración social”.
Hay muchas campanas de Gauss, en cualquier medición que hagamos. Es el eterno dilema de oscilar entre cabeza de ratón o cola de león. Y todos estamos en posiciones distintas según el grupo con el cual nos comparemos. La postura negativa sólo envidia a los más afortunados y se lamenta de su peor condición. Resulta más constructivo saber todos estamos en valores altos de algunas escalas, y desde la confianza en nuestras capacidades avanzar hacia nuestros objetivos con decisión, trabajo y convicción.
Versión final en: mikel.agirregabiria.net/2006/gauss.htm
Según refiere la wikipedia, en matemáticas la campana de Gauss es la representación gráfica de una distribución normal, donde un grupo aleatorio de datos se reparte entre valores bajos, medianos y altos, con mayor frecuencia de los valores intermedios. Recibe su nombre en función de su forma acampanada y en honor a su descubridor, Carl Friedrich Gauss.
Esta campana está muy presente en el conjunto de la realidad social. En multitud de escalas, algunas más explícitas como riqueza y otras menos visibles como el esfuerzo, todos conocemos casos de personas muy ricas y muy pobres, si bien la mayoría oscilan entre valores intermedios. Más difícil resulta estimar el ánimo, la voluntad, o la constancia,… aunque tampoco todos estamos igualmente dotados en estas u otras cualidades.
En el panorama educativo, en las aulas conviven alumnos y alumnas de diferentes capacidades y actitudes, factores ambos que se retroalimentan recíprocamente. Lo más duro resulta para aquellos estudiantes que crónicamente ocupan los puestos de cola, al apilar ciclos de peores condiciones de partida, pequeños reveses y desalientos acumulados. Si no superan esta posición de “hundidos”, a medida que crecen en edad acumulan frustración, rechazo y agresividad hacia el entorno (y no sólo el escolar). A pesar de los refuerzos docentes, y de programas específicos de intervención o de diversificación curricular, en muchos casos están predestinados al “fracaso escolar”.
Recuperar social y académicamente a estos “desertores educativos” es un objetivo de primer orden. Los Centros de Iniciación Profesional son una acertada opción, que facilita su inserción laboral al tiempo que prosigue su maduración personal, y con ella su posible reenganche en una sociedad que exige formación continua. Entre estos no-graduados también se aprecia estadísticamente una campana de Gauss. En su tramo inferior quedan los más marginados tras su proceso de escolarización, con un largo expediente de “naufragio escolar”. Son aquéllos a quienes siempre les ha resultado difícil estudiar, leer, entender,… Se ven a sí mismos como los “últimos de la fila”, con el consiguiente riesgo de que tiren la toalla respecto a su futuro.
Afortunadamente nos quedan fórmulas válidas en los programas complementarios de escolarización. Visitando uno de nuestros centros de referencia, dirigido por la Fundación Peñascal y sostenido con financiación pública, su director comentaba una de las bases para la recuperación de este alumnado: el agrupamiento donde conocen a otros compañeros parecidos que han superado las mismas desgracias. Juan Bedialauneta apunta que “aquí les cambiamos la campana de Gauss, y la mayoría por primera vez se reasienta en zonas medias o altas de un grupo, viéndose como buenos alumnos y potenciales ganadores en el proceso de integración social”.
Hay muchas campanas de Gauss, en cualquier medición que hagamos. Es el eterno dilema de oscilar entre cabeza de ratón o cola de león. Y todos estamos en posiciones distintas según el grupo con el cual nos comparemos. La postura negativa sólo envidia a los más afortunados y se lamenta de su peor condición. Resulta más constructivo saber todos estamos en valores altos de algunas escalas, y desde la confianza en nuestras capacidades avanzar hacia nuestros objetivos con decisión, trabajo y convicción.
Versión final en: mikel.agirregabiria.net/2006/gauss.htm
¡Oh, Mamá!
Sanando la educación
Una alegoría entre dos servicios esenciales que evidencia la necesidad de remodelar algunas fórmulas de gestión presupuestaria.
Imaginemos un país donde los hospitales, ya fuesen especializados en resfriados o en oncología, recibiesen los mismos recursos médicos y asistenciales. Supongamos que las autoridades sanitarias acudiesen frecuentemente a felicitar a los considerados equipos médicos de los centros con menor mortandad, que obviamente serían los que atienden a los enfermos menos graves. Sólo esos centros recibirían certificaciones de calidad que exhibirían en sus vitrinas, mientras los sanatorios de desahuciados jamás podrían igualar ni de lejos sus porcentajes de curación.
Este sistema sanitario estaría plena y uniformemente financiado con fondos públicos, subvencionando con conciertos a los centros privados. Si además las clínicas de los indispuestos leves contasen con grandes instalaciones deportivas y de recreo en el centro de las ciudades, mientras que los lazaretos de los agonizantes se ubicasen en las afueras, la opción preferencial de la gente con una dolencia media resultaría obvia. Contar con compañeros de pabellón casi sanos o muy enfermos es algo decisivo para superar un período crítico.
Todavía sería más injusto que se reconociese más la vocación y la profesionalidad de los médicos que, en óptimas condiciones, atendiesen los casos menos difíciles, frente a sus olvidados colegas desbordados en pésimas condiciones. Cuando se convirtieran en noticia algunos conflictos previsibles y fracasos difícilmente evitables, nuevamente se trasladaría a la opinión pública la dicotomía maniquea de los buenos y los malos galenos.
También cuando en el ranking de calidad de algunos medios de comunicación sólo apareciesen las clínicas que curan molestias insignificantes, que prácticamente no requieren intervención alguna. En los más olvidados hospitales de barriada, con enfermos crónicos de afectados por todo tipo de complicaciones combinadas sus especializados y esforzados médicos nunca sabrían lo que es una Q de plata, entre otras razones porque no aplicarían su ajustada economía a tal fin.
Exactamente esto es lo que sucede… en nuestra educación. La maravillosa tarea de educar, muy parecida a la de curar el futuro de las personas, se ejerce en condiciones muy variables. Merece nuestro máximo reconocimiento y dedicación ya sea con alumnado de altas capacidades y altas expectativas, que también lo merece, o con el alumnado más desfavorecido, que lo merece igualmente pero lo necesita incomparablemente más, porque es su primera y única oportunidad de rescate social.
Por ello hemos de volcar el grueso del esfuerzo docente y presupuestario en los centros y las aulas que reúnen los mayores porcentajes de alumnado inmigrante, de necesidades especiales o becario, que apenas cuenta con el determinante y decisivo apoyo familiar. No es razonable que una plaza escolar se subvencione por igual a un alumno autóctono de clase socio-económica-cultural alta que a una alumna rumana de etnia gitana sin escolarizar nunca y recién llegada que vive en una furgoneta.
Sean estas palabras un modesto agradecimiento al personal de nuestros centros escolares más meritorios, que logra el mayor progreso y avance de las capacidades y competencias del alumnado desde que ingresa hasta que egresa de sus aulas. Estos colegios, muchos públicos y algunos concertados religiosos, de zonas marginadas y profesorado demasiado flotante, son nuestro mayor orgullo escolar y el supremo exponente del grado de calidad de todo el sistema educativo.
Versión final: mikel.agirregabiria.net/2006/sanando.htm
Imaginemos un país donde los hospitales, ya fuesen especializados en resfriados o en oncología, recibiesen los mismos recursos médicos y asistenciales. Supongamos que las autoridades sanitarias acudiesen frecuentemente a felicitar a los considerados equipos médicos de los centros con menor mortandad, que obviamente serían los que atienden a los enfermos menos graves. Sólo esos centros recibirían certificaciones de calidad que exhibirían en sus vitrinas, mientras los sanatorios de desahuciados jamás podrían igualar ni de lejos sus porcentajes de curación.
Este sistema sanitario estaría plena y uniformemente financiado con fondos públicos, subvencionando con conciertos a los centros privados. Si además las clínicas de los indispuestos leves contasen con grandes instalaciones deportivas y de recreo en el centro de las ciudades, mientras que los lazaretos de los agonizantes se ubicasen en las afueras, la opción preferencial de la gente con una dolencia media resultaría obvia. Contar con compañeros de pabellón casi sanos o muy enfermos es algo decisivo para superar un período crítico.
Todavía sería más injusto que se reconociese más la vocación y la profesionalidad de los médicos que, en óptimas condiciones, atendiesen los casos menos difíciles, frente a sus olvidados colegas desbordados en pésimas condiciones. Cuando se convirtieran en noticia algunos conflictos previsibles y fracasos difícilmente evitables, nuevamente se trasladaría a la opinión pública la dicotomía maniquea de los buenos y los malos galenos.
También cuando en el ranking de calidad de algunos medios de comunicación sólo apareciesen las clínicas que curan molestias insignificantes, que prácticamente no requieren intervención alguna. En los más olvidados hospitales de barriada, con enfermos crónicos de afectados por todo tipo de complicaciones combinadas sus especializados y esforzados médicos nunca sabrían lo que es una Q de plata, entre otras razones porque no aplicarían su ajustada economía a tal fin.
Exactamente esto es lo que sucede… en nuestra educación. La maravillosa tarea de educar, muy parecida a la de curar el futuro de las personas, se ejerce en condiciones muy variables. Merece nuestro máximo reconocimiento y dedicación ya sea con alumnado de altas capacidades y altas expectativas, que también lo merece, o con el alumnado más desfavorecido, que lo merece igualmente pero lo necesita incomparablemente más, porque es su primera y única oportunidad de rescate social.
Por ello hemos de volcar el grueso del esfuerzo docente y presupuestario en los centros y las aulas que reúnen los mayores porcentajes de alumnado inmigrante, de necesidades especiales o becario, que apenas cuenta con el determinante y decisivo apoyo familiar. No es razonable que una plaza escolar se subvencione por igual a un alumno autóctono de clase socio-económica-cultural alta que a una alumna rumana de etnia gitana sin escolarizar nunca y recién llegada que vive en una furgoneta.
Sean estas palabras un modesto agradecimiento al personal de nuestros centros escolares más meritorios, que logra el mayor progreso y avance de las capacidades y competencias del alumnado desde que ingresa hasta que egresa de sus aulas. Estos colegios, muchos públicos y algunos concertados religiosos, de zonas marginadas y profesorado demasiado flotante, son nuestro mayor orgullo escolar y el supremo exponente del grado de calidad de todo el sistema educativo.
Versión final: mikel.agirregabiria.net/2006/sanando.htm
El tesoro escondido
Una historia real para contar a los más pequeños de la casa, porque trae poder, riqueza y felicidad.
Esta semana he asistido a una fiesta escolar, en una jornada de puertas abiertas de un colegio de enseñanza primaria (CEP Ruperto Medina de Portugalete). Allí, en el salón de actos, hubimos de decir unas palabras algunos representantes del ayuntamiento y de la administración educativa. Tras el oportuno y alentador discurso del alcalde, dirigido principalmente a los familiares del alumnado, me correspondió a mí improvisar una breve alocución.
Al ver a los niños y niñas más pequeños en las primeras filas, no pude resistirme a relatar mi cuento preferido. Bajando la voz hasta convertirla en un susurro para despertar su atención, les conté una versión actual, verídica y adaptada de la “Isla del Tesoro”. Tuve intención de agacharme y acercarme a los alumnos más pequeños que se apoyaban en el escenario, pero el protocolo y el sentido del ridículo me lo impidieron. Ahora lo lamento. En fin, esto fue, más o menos, lo que les conté…
“Con permiso de las autoridades, de los padres, madres, abuelos y abuelas aquí reunidos, voy a dirigirme directamente a los alumnos y alumnas. Niños y niñas: Quiero contaros un secreto. Sabéis que esta semana el colegio está de fiesta, y se han organizado muchos actos especiales. Además de todo lo que ya conocéis (exposiciones, disfraces, festejos,…), hay algo más. En este centro hay escondido un gran tesoro: un regalo que dará sabiduría, fortuna y bienestar a quien lo encuentre.
Esperad antes de comenzar a buscarlo: Os daré algunas pistas para que lo localicéis. El tesoro puede estar aquí, en la biblioteca, en el laboratorio, entre los ordenadores o en vuestra aula. Se halla muy oculto, pero dentro del colegio y será divertido buscarlo. Es mejor buscarlo en grupo, porque así resulta más fácil y ameno. Sabemos que lo encontraréis todos aquellos de entre vosotros que lo busquéis con ahínco, con fe y sin abandonar nunca, aunque tarde en aparecer.
Para encontrar este tesoro, que contiene lo mejor que podáis imaginar, hay que explorar indicios en todas partes. Especialmente hay que leer muchos libros, sin dejar de analizar todas y cada una de sus palabras. También todo lo que diga vuestro profesorado será muy importante. Hay que escucharles atentamente, desde la primera hasta la última hora. Así mismo, vuestros familiares también os darán interesantes consejos que conviene seguir, porque os conducirán hacia este tesoro.
Puede que tardéis un poco en descubrir el tesoro, pero si lo buscáis es seguro que lo encontraréis… en este colegio. Aquí lo hemos dejado los mayores, hecho con mucho cuidado y mimo para vosotros. Nos ha costado mucho crearlo y guardarlo por aquí. Ahora os toca a vosotros descubrirlo, abrirlo y disfrutarlo. Algunas sendas decisivas del tesoro son la lectura, el estudio, la formación, la cultura, la educación a lo largo de la vida,… ¡Suerte en vuestra búsqueda del gran tesoro!”.
Versión final en: mikel.agirregabiria.net/2006/tesoro.htm
Esta semana he asistido a una fiesta escolar, en una jornada de puertas abiertas de un colegio de enseñanza primaria (CEP Ruperto Medina de Portugalete). Allí, en el salón de actos, hubimos de decir unas palabras algunos representantes del ayuntamiento y de la administración educativa. Tras el oportuno y alentador discurso del alcalde, dirigido principalmente a los familiares del alumnado, me correspondió a mí improvisar una breve alocución.
Al ver a los niños y niñas más pequeños en las primeras filas, no pude resistirme a relatar mi cuento preferido. Bajando la voz hasta convertirla en un susurro para despertar su atención, les conté una versión actual, verídica y adaptada de la “Isla del Tesoro”. Tuve intención de agacharme y acercarme a los alumnos más pequeños que se apoyaban en el escenario, pero el protocolo y el sentido del ridículo me lo impidieron. Ahora lo lamento. En fin, esto fue, más o menos, lo que les conté…
“Con permiso de las autoridades, de los padres, madres, abuelos y abuelas aquí reunidos, voy a dirigirme directamente a los alumnos y alumnas. Niños y niñas: Quiero contaros un secreto. Sabéis que esta semana el colegio está de fiesta, y se han organizado muchos actos especiales. Además de todo lo que ya conocéis (exposiciones, disfraces, festejos,…), hay algo más. En este centro hay escondido un gran tesoro: un regalo que dará sabiduría, fortuna y bienestar a quien lo encuentre.
Esperad antes de comenzar a buscarlo: Os daré algunas pistas para que lo localicéis. El tesoro puede estar aquí, en la biblioteca, en el laboratorio, entre los ordenadores o en vuestra aula. Se halla muy oculto, pero dentro del colegio y será divertido buscarlo. Es mejor buscarlo en grupo, porque así resulta más fácil y ameno. Sabemos que lo encontraréis todos aquellos de entre vosotros que lo busquéis con ahínco, con fe y sin abandonar nunca, aunque tarde en aparecer.
Para encontrar este tesoro, que contiene lo mejor que podáis imaginar, hay que explorar indicios en todas partes. Especialmente hay que leer muchos libros, sin dejar de analizar todas y cada una de sus palabras. También todo lo que diga vuestro profesorado será muy importante. Hay que escucharles atentamente, desde la primera hasta la última hora. Así mismo, vuestros familiares también os darán interesantes consejos que conviene seguir, porque os conducirán hacia este tesoro.
Puede que tardéis un poco en descubrir el tesoro, pero si lo buscáis es seguro que lo encontraréis… en este colegio. Aquí lo hemos dejado los mayores, hecho con mucho cuidado y mimo para vosotros. Nos ha costado mucho crearlo y guardarlo por aquí. Ahora os toca a vosotros descubrirlo, abrirlo y disfrutarlo. Algunas sendas decisivas del tesoro son la lectura, el estudio, la formación, la cultura, la educación a lo largo de la vida,… ¡Suerte en vuestra búsqueda del gran tesoro!”.
Versión final en: mikel.agirregabiria.net/2006/tesoro.htm
Máximas del “pequeño Buda
- Vive todos y cada uno de los días como si fuera el último de tu vida. Un día tú acertarás.
- Niños en el asiento delantero pueden causar accidentes. Accidentes en el asiento trasero pueden causar niños.
- Si no puedes ayudar, molesta. Lo importante es participar.
- Si crees que el mejor camino para llegar al corazón de un hombre es por el estómago, es mejor que sepas que estás apuntando muy alto.
- Si eres capaz de sonreír cuando todo está errado, es porque ya descubriste en quien poner toda la culpa.
- Quien da importancia a pequeñas cosas es esposa de japonés.
- Mujeres son como piscinas: sus costos de mantenimiento son muy elevados comparados con el tiempo que pasamos dentro de ellas.
- Nunca, nunca bebas cuando conduzcas. Puedes derramar la cerveza.
- Por mayor que sea el agujero donde caigas, sonríe. Todavía no hay tierra encima.
- Algunos jefes son como las nubes. Cuando desaparecen el día se vuelve maravilloso.
- Errar es humano. Colocar la culpa en otro es estratégico.
- Los hombres mentirían mucho menos si las mujeres no preguntaran tanto.
- La mujer se casa pensando que él un día cambiará. El hombre se casa pensando que ella nunca cambiará. Ambos se equivocan.
- Todo tu futuro depende de tus sueños. ¡No pierdas tiempo, vete a dormir!
- Las personas inteligentes están siempre llenas de dudas… (¿Será verdad?)
- Si todo lo que es bueno y delicioso dura poco, yo ya debería estar muerto hace mucho tiempo…
(Humor, un poco basto, recibido por e-mail masivo)
El mejor sermón (o alocación)
Educalandia
Cada noche sueño con la misma utopía y ucronía: un paraíso donde la educación sea el centro de todo. Luego me despierto y veo la realidad.
En Educalandia las necesidades materiales estarán cubiertas, y la primera educación con el ejemplo de la gente guiará a todos, desde pequeños, a no ambicionar más casas, coches y cosas. La aspiración universal será saber más, sentir más, ser más, ayudar más, compartir más.
Las familias no consumirán su tiempo libre comprando cacharros o aderezos innecesarios. Los centros comerciales ya no venderán objetos, sino que se transformarán en universidades populares donde se intercambiarán conocimientos, sensaciones y sentimientos. Las plantas ya no estarán dedicadas a ropas, electrodomésticos o muebles, sino al infinito número de posibilidades de las ciencias, las humanidades, las artes, la cultura o la educación. Habrá ofertas para todos, de primer aprendizaje o de perfeccionamiento, que nos permita a todos desarrollar toda la variedad de nuestras capacidades intelectuales, sensoriales, profesionales, vocacionales, morales,…
Este país o esta época aún no existen. Todavía no ha encontrado una comunidad madura donde asentarse, pero pronto encontrará comunidades que lo crean, que lo creen y que lo críen. Será una verdad para vivir despiertos, un sueño donde vivir el cielo en la tierra.
Un inmemorial proverbio africano dice: “Hace falta todo un pueblo para educar a un niño”. Esta sentencia puede reordenarse para ofrecer nuevas verdades. Dado que “Todo un pueblo se beneficia de educar a cada persona de su comunidad”, ojalá comprendamos que “Para educar a un pueblo hace falta todo un niño [creativo o muchos idealistas que imaginen y construyan Educalandia]”.
Versión para imprimir: mikel.agirregabiria.net/2006/educalandia.htm
En Educalandia las necesidades materiales estarán cubiertas, y la primera educación con el ejemplo de la gente guiará a todos, desde pequeños, a no ambicionar más casas, coches y cosas. La aspiración universal será saber más, sentir más, ser más, ayudar más, compartir más.
Las familias no consumirán su tiempo libre comprando cacharros o aderezos innecesarios. Los centros comerciales ya no venderán objetos, sino que se transformarán en universidades populares donde se intercambiarán conocimientos, sensaciones y sentimientos. Las plantas ya no estarán dedicadas a ropas, electrodomésticos o muebles, sino al infinito número de posibilidades de las ciencias, las humanidades, las artes, la cultura o la educación. Habrá ofertas para todos, de primer aprendizaje o de perfeccionamiento, que nos permita a todos desarrollar toda la variedad de nuestras capacidades intelectuales, sensoriales, profesionales, vocacionales, morales,…
Este país o esta época aún no existen. Todavía no ha encontrado una comunidad madura donde asentarse, pero pronto encontrará comunidades que lo crean, que lo creen y que lo críen. Será una verdad para vivir despiertos, un sueño donde vivir el cielo en la tierra.
Un inmemorial proverbio africano dice: “Hace falta todo un pueblo para educar a un niño”. Esta sentencia puede reordenarse para ofrecer nuevas verdades. Dado que “Todo un pueblo se beneficia de educar a cada persona de su comunidad”, ojalá comprendamos que “Para educar a un pueblo hace falta todo un niño [creativo o muchos idealistas que imaginen y construyan Educalandia]”.
Versión para imprimir: mikel.agirregabiria.net/2006/educalandia.htm
Teoría para ganar la lotería
Un método infalible para ganar cada día con las quinielas, bonolotos, casinos, apuestas y otros juegos de azar.
Gane dinero como yo lo hago. He decidido compartir mi sistema, del que llevo años beneficiándome. No es justo que sólo algunos nos enriquezcamos con las loterías, mientras que muchos pierden semana a semana sus ahorros e ilusiones. No pido dinero por contarles mi truco; al contrario, les garantizo que si no funciona yo mismo les reembolsaré las ganancias que prometo.
No hay trampa alguna para obtener un sueldo extra asegurado, pero la fórmula debe ser aplicada constantemente y sin variaciones. Su secreto radica en cómo se reparte la recaudación de los sorteos. Entre un 30% y un 50% de los ingresos se destina como tributo a la hacienda pública, mientras el resto se dedica a gastos de gestión (vendedores, administradores, máquinas, papelería y publicidad), y lo que queda a premios. Además los pocos afortunados a quienes les toca algo vuelven a pagar altos impuestos tras recibir su pago, de modo que muchos premios finales quedan reducidos a la mitad.
Así que la forma más inteligente de jugar, el único modo seguro de ganar es… no jugar, pero animando a que los demás lo hagan. Así paguen ingentes impuestos que luego nos financian a todos la educación, la sanidad, las pensiones y otras necesidades sociales.
La lotería es un impuesto voluntario que nos sufraga a todos, y sin costo para quienes nunca jugamos. Hemos de agradecer a esa mucha gente altruista y entusiasta que cada semana corre a pagar esta contribución querida por ellos. Algunos opinan que es un mal social que a muchos pobres les hace más pobres sólo para que nazca un nuevo rico. Lo cierto es que este impuesto voluntario nos alivia económicamente a quienes sabemos cómo ganar con las loterías. Ojalá hubiese más formas de impuestos voluntarios con tantos adictos ingenuos y generosos.
¡Ah, tampoco es verosímil ese bulo de que hemos de comprar un boleto por si el destino quiere que ganemos el gordo! Si Dios quisiera nos encontraríamos un billete junto a una lotería donde se expusiese en grande el número premiado,… En todo caso, gracias a todos esos habituales consumidores de loterías por su denodado y caritativo esfuerzo en financiar gran parte de nuestros gastos sociales.
Versión final: mikel.agirregabiria.net/2006/loteria.htm
Gane dinero como yo lo hago. He decidido compartir mi sistema, del que llevo años beneficiándome. No es justo que sólo algunos nos enriquezcamos con las loterías, mientras que muchos pierden semana a semana sus ahorros e ilusiones. No pido dinero por contarles mi truco; al contrario, les garantizo que si no funciona yo mismo les reembolsaré las ganancias que prometo.
No hay trampa alguna para obtener un sueldo extra asegurado, pero la fórmula debe ser aplicada constantemente y sin variaciones. Su secreto radica en cómo se reparte la recaudación de los sorteos. Entre un 30% y un 50% de los ingresos se destina como tributo a la hacienda pública, mientras el resto se dedica a gastos de gestión (vendedores, administradores, máquinas, papelería y publicidad), y lo que queda a premios. Además los pocos afortunados a quienes les toca algo vuelven a pagar altos impuestos tras recibir su pago, de modo que muchos premios finales quedan reducidos a la mitad.
Así que la forma más inteligente de jugar, el único modo seguro de ganar es… no jugar, pero animando a que los demás lo hagan. Así paguen ingentes impuestos que luego nos financian a todos la educación, la sanidad, las pensiones y otras necesidades sociales.
La lotería es un impuesto voluntario que nos sufraga a todos, y sin costo para quienes nunca jugamos. Hemos de agradecer a esa mucha gente altruista y entusiasta que cada semana corre a pagar esta contribución querida por ellos. Algunos opinan que es un mal social que a muchos pobres les hace más pobres sólo para que nazca un nuevo rico. Lo cierto es que este impuesto voluntario nos alivia económicamente a quienes sabemos cómo ganar con las loterías. Ojalá hubiese más formas de impuestos voluntarios con tantos adictos ingenuos y generosos.
¡Ah, tampoco es verosímil ese bulo de que hemos de comprar un boleto por si el destino quiere que ganemos el gordo! Si Dios quisiera nos encontraríamos un billete junto a una lotería donde se expusiese en grande el número premiado,… En todo caso, gracias a todos esos habituales consumidores de loterías por su denodado y caritativo esfuerzo en financiar gran parte de nuestros gastos sociales.
Versión final: mikel.agirregabiria.net/2006/loteria.htm
Representatividad y responsabilidad en política
Los partidos suelen contener dos o más “almas” políticas; las personas sólo hemos de mantener un alma, que ojalá sea totalmente libre y responsable.
La realidad política vasca (u otras) merece ser analizada desde dos criterios básicos, de representatividad social y de responsabilidad histórica. Más aún en esta coyuntura histórica en la que la violencia puede desaparecer de un escenario distorsionado por su crónica influencia.
La representatividad política debe derivarse, exclusiva e inequívocamente, de la única fuente de legitimidad democrática: las urnas. Sólo los votos contados escrupulosa y puntualmente otorgan representación, sin más consideraciones que las del respeto a la igualdad de oportunidades en las convocatorias electorales. Quizá el panorama vasco se ha visto afectado por la aberración de la violencia, en múltiples sentidos que convendría superar lo más urgentemente posible. Por supuesto, sólo los votos válidos y positivos confieren representación, porque los votos blancos, nulos o la abstención expresan opciones legítimas,… pero no computables en la imagen global de delegación política.
La representación efectiva de las distintas formaciones políticas vascas se ha deformado por factores que merecen ser enumerados, y cuya cuantificación sería de cálculo polémico. Por un lado, están algunos agentes habituales en cualquier sociedad contemporánea, como son los medios de comunicación que prestan especial atención a determinados partidos en función de sus intereses corporativos (eufemísticamente coincidencia ideológica) o de la capacidad de los partidos para “generar noticias” (generalmente por su facultad de convocatoria de sucesos inusuales). Por otro lado, el poder provee siempre más tribunas: poderes públicos (incluido el judicial que también conforma proselitismo), poderes mediáticos (ya citados y multiplicadores) y los poderes económicos (subyacentes dado que son origen y destino de la influencia política).
Lo cierto es que aunque un partido (como el PSOE o el PP) hable desde las macrocorporaciones de prensa, desde la (ex)presidencia de gobierno, desde la judicatura, desde la patronal empresarial o desde el defensor del pueblo, sus votos son sus votos en cada marco administrativo. Análogamente, que la autodenominada izquierda abertzale hable desde Batasuna y desde EHAK incluso mientras ETA aprende a balbucear sin disparar, no triplica sus votos, por más que semana tras semana sus simpatizantes desfilen en las distintas capitales vascas con un empeño digno de la mejor causa.
Los ciudadanos sólo ejercemos nuestra decisión política una vez, al votar, sin que podamos añadir peso al voto individual por más que pertenezcamos a un sindicato, a una iglesia, a dos asociaciones profesionales, a tres sociedades deportivas o a siete plataformas sociales. Por salir a la calle con una pancarta cada fin de semana no aumenta nuestro valor político, aunque sí la pretendida visibilidad social.
La responsabilidad política deriva, a escala individual o colectiva, de la libertad. Somos responsables, en tanto que somos libres. Esto vale para las personas, a título individual, para los partidos políticos o para el conjunto de la sociedad. Y la responsabilidad es acumulativa, no desaparece cuando cambia una legislatura, ni siquiera cuando cesa la violencia política.
Los partidos, ya estén en el gobierno o en la oposición, son responsables de sus anteriores actuaciones parlamentarias, sociales y, en su caso, gubernamentales a escala municipal, territorial o nacional. Igualmente, las personas que han ejercido su libertad de actuación, deben responsabilizarse de sus actos. Incluso la sociedad como conjunto debe ser coherente y asumir su responsabilidad histórica, especialmente ante quienes fueron víctimas de lo que colectivamente no se quiso, supo o pudo impedir. Todos, sociedad, partidos y personas, hemos de responder de nuestras obras, de nuestras palabras,… y de nuestras silencios.
Como en cualquier país del mundo, en la sociedad vasca coexisten partidos políticos con muy variable grado entre el prosaico pragmatismo y la entelequia sublime. Y, al igual que sucede por doquier, el grado de realismo se adquiere desde las posiciones de gobierno ejercido, mientras que la oposición pertinaz suele derivar hacia la quimera. Sólo así entendería un ajeno a la política vasca que una entidad como Batasuna reitere hasta la saciedad su petición de un marco de referencia (el conjunto de Euskal Herria) donde sus posiciones políticas (independentismo albanés) y sociales (confuso marxismo) se hacen aún más minoritarias que en la Comunidad Autónoma Vasca.
Muchos vascos deseamos superar un pasado político desfigurado por demasiada violencia, y donde las voces (cuando no gritos) no se distribuyen en función de los votos. Ansiamos y merecemos una paz serena que nos permita mostrar una panorámica despejada de la representación política del pueblo vasco, en la Comunidad Autónoma, en la Comunidad Foral y en Iparralde. Quizá reduciendo la dispersión de voto entre tan numerosas opciones partidistas, donde los micropartidos habrán de fusionarse o desaparecer, para sobrepasar un porvenir de algarabía con diez o doce partidos (PNV, PSOE, Batasuna –con sus innumerables denominaciones-, PP, UPN, CDN, EB, IU, EA, Aralar, y los vascofranceses), con el resultado de gobiernos multipartitos de gestión inconexa en minoría parlamentaria. Entonces habrá que asumir, sin lastres, sin vetos, sin tutelas, sin miedos, toda nuestra responsabilidad a la hora de votar y todo el valor de la representación política que resulte. Con naturalidad y madurez ejerceremos una democracia que nos permita ser más responsables, más tolerantes, más solidarios y, seguramente, más felices.
Versión final en: mikel.agirregabiria.net/2006/rere.htm
La realidad política vasca (u otras) merece ser analizada desde dos criterios básicos, de representatividad social y de responsabilidad histórica. Más aún en esta coyuntura histórica en la que la violencia puede desaparecer de un escenario distorsionado por su crónica influencia.
La representatividad política debe derivarse, exclusiva e inequívocamente, de la única fuente de legitimidad democrática: las urnas. Sólo los votos contados escrupulosa y puntualmente otorgan representación, sin más consideraciones que las del respeto a la igualdad de oportunidades en las convocatorias electorales. Quizá el panorama vasco se ha visto afectado por la aberración de la violencia, en múltiples sentidos que convendría superar lo más urgentemente posible. Por supuesto, sólo los votos válidos y positivos confieren representación, porque los votos blancos, nulos o la abstención expresan opciones legítimas,… pero no computables en la imagen global de delegación política.
La representación efectiva de las distintas formaciones políticas vascas se ha deformado por factores que merecen ser enumerados, y cuya cuantificación sería de cálculo polémico. Por un lado, están algunos agentes habituales en cualquier sociedad contemporánea, como son los medios de comunicación que prestan especial atención a determinados partidos en función de sus intereses corporativos (eufemísticamente coincidencia ideológica) o de la capacidad de los partidos para “generar noticias” (generalmente por su facultad de convocatoria de sucesos inusuales). Por otro lado, el poder provee siempre más tribunas: poderes públicos (incluido el judicial que también conforma proselitismo), poderes mediáticos (ya citados y multiplicadores) y los poderes económicos (subyacentes dado que son origen y destino de la influencia política).
Lo cierto es que aunque un partido (como el PSOE o el PP) hable desde las macrocorporaciones de prensa, desde la (ex)presidencia de gobierno, desde la judicatura, desde la patronal empresarial o desde el defensor del pueblo, sus votos son sus votos en cada marco administrativo. Análogamente, que la autodenominada izquierda abertzale hable desde Batasuna y desde EHAK incluso mientras ETA aprende a balbucear sin disparar, no triplica sus votos, por más que semana tras semana sus simpatizantes desfilen en las distintas capitales vascas con un empeño digno de la mejor causa.
Los ciudadanos sólo ejercemos nuestra decisión política una vez, al votar, sin que podamos añadir peso al voto individual por más que pertenezcamos a un sindicato, a una iglesia, a dos asociaciones profesionales, a tres sociedades deportivas o a siete plataformas sociales. Por salir a la calle con una pancarta cada fin de semana no aumenta nuestro valor político, aunque sí la pretendida visibilidad social.
La responsabilidad política deriva, a escala individual o colectiva, de la libertad. Somos responsables, en tanto que somos libres. Esto vale para las personas, a título individual, para los partidos políticos o para el conjunto de la sociedad. Y la responsabilidad es acumulativa, no desaparece cuando cambia una legislatura, ni siquiera cuando cesa la violencia política.
Los partidos, ya estén en el gobierno o en la oposición, son responsables de sus anteriores actuaciones parlamentarias, sociales y, en su caso, gubernamentales a escala municipal, territorial o nacional. Igualmente, las personas que han ejercido su libertad de actuación, deben responsabilizarse de sus actos. Incluso la sociedad como conjunto debe ser coherente y asumir su responsabilidad histórica, especialmente ante quienes fueron víctimas de lo que colectivamente no se quiso, supo o pudo impedir. Todos, sociedad, partidos y personas, hemos de responder de nuestras obras, de nuestras palabras,… y de nuestras silencios.
Como en cualquier país del mundo, en la sociedad vasca coexisten partidos políticos con muy variable grado entre el prosaico pragmatismo y la entelequia sublime. Y, al igual que sucede por doquier, el grado de realismo se adquiere desde las posiciones de gobierno ejercido, mientras que la oposición pertinaz suele derivar hacia la quimera. Sólo así entendería un ajeno a la política vasca que una entidad como Batasuna reitere hasta la saciedad su petición de un marco de referencia (el conjunto de Euskal Herria) donde sus posiciones políticas (independentismo albanés) y sociales (confuso marxismo) se hacen aún más minoritarias que en la Comunidad Autónoma Vasca.
Muchos vascos deseamos superar un pasado político desfigurado por demasiada violencia, y donde las voces (cuando no gritos) no se distribuyen en función de los votos. Ansiamos y merecemos una paz serena que nos permita mostrar una panorámica despejada de la representación política del pueblo vasco, en la Comunidad Autónoma, en la Comunidad Foral y en Iparralde. Quizá reduciendo la dispersión de voto entre tan numerosas opciones partidistas, donde los micropartidos habrán de fusionarse o desaparecer, para sobrepasar un porvenir de algarabía con diez o doce partidos (PNV, PSOE, Batasuna –con sus innumerables denominaciones-, PP, UPN, CDN, EB, IU, EA, Aralar, y los vascofranceses), con el resultado de gobiernos multipartitos de gestión inconexa en minoría parlamentaria. Entonces habrá que asumir, sin lastres, sin vetos, sin tutelas, sin miedos, toda nuestra responsabilidad a la hora de votar y todo el valor de la representación política que resulte. Con naturalidad y madurez ejerceremos una democracia que nos permita ser más responsables, más tolerantes, más solidarios y, seguramente, más felices.
Versión final en: mikel.agirregabiria.net/2006/rere.htm
Suscribirse a:
Entradas (Atom)