Hoy, 1 de abril de 2009, se ha cumplido un mes exacto desde las Elecciones Autonómicas Vascas. El resultado lo conocemos, el previsible Lehendakari y el gobierno parece fuera de quinielas, pero todo esto quizá nos haga olvidar lo esencial de una democracia moderna y participativa. Algunas cuestiones que se encendieron en la precampaña electoral y que brillaron durante las dos semanas de campaña, no se han apagado por más que los interesados (partidos, periódicos,...) se ocupen ahora de otros temas. Muchos seguimos preguntándonos:
- ¿Qué fue de los blogs y las webs donde se animaba a opinar y a sugerir nuevas propuestas para ampliar los ámbitos de decisión y para que la clase política compartiese el poder?
- Tras el reparto de puestos parlamentarios, ¿queda algún partido con interés por aceptar ideas sobre cómo debería gobernarse tras interpretar lo dicho por las urnas y en una etapa como la actual?
- ¿Las listas cerradas que los distintos partidos tejieron desde los aparatos, aún en el caso de quienes han sido elegidos por el electorado, son quienes mejor pueden representar a la formación correspondiente en el papel atribuido (gobierno, apoyo al gobierno, oposición,...)?
- Los foros de interlocución y de apoyo a las distintas candidaturas, ¿han terminado su función al haber recogido votos y escaños, y ya se pueden ir olvidando hasta dentro de cuatro años?
- ¿Todas aquellas redes ciudadanas que buscaban lo mejor de lo común de nuestra sociedad y una nueva forma más constructiva y lírica de hacer política eran sólo un bluf propagandístico?
- ¿Quedan aún personas animosas y con una pizca de políRica que busquen analizar ahora más que nunca cómo se está desarrollando esta fase de constitución de un nuevo gobierno o sobre el papel de la oposición?
- ¿Seguimos haciendo política entre todos o nos desentendemos? ¿Les seguimos dejando que hagan lo que quieran los políticos y luego les echamos la culpa de todo lo que salga mal?