Lo anormal fue el período de euforia anterior, un mero espejismo provocado por especuladores que nos encandiló… porque parecía la utopía. Pero era ilógico suponer que la economía crecería ilimitadamente, sin apenas empeño de nadie. Fue quimérico que una vivienda duplicase su precio en pocos años. Era absurdo que se diesen créditos por encima del valor de lo hipotecado. Fue delirante presumir que la mayoría de los oficios ingratos sólo debían ser desempeñados por inmigrantes.
Fueron demasiados errores en los que incurrimos como sociedad. Y el batacazo de volver a donde estábamos nos ha sorprendido. Desvariamos colectivamente sin invertir en investigación y educación, sin perseverar en el estudio y en el esfuerzo. Lo peor es que nos quieren mantener confundidos con “la salida de la crisis”, porque es una artimaña para confundirnos y ganar tiempo para los intereses de muy pocos.
Conclusión: No vamos a salir de esta “crisis”, porque de la normalidad sólo se sale con mucho esfuerzo de todos. La verdad es cruda y amarga, y sólo podemos descubrirla nosotros mismos: Hay que estudiar y trabajar mucho más, sin delegar tanto y sin quejarse, porque estos son buenos tiempos,… comparados con los que llegarían si no nos enteramos de una vez.
Fueron demasiados errores en los que incurrimos como sociedad. Y el batacazo de volver a donde estábamos nos ha sorprendido. Desvariamos colectivamente sin invertir en investigación y educación, sin perseverar en el estudio y en el esfuerzo. Lo peor es que nos quieren mantener confundidos con “la salida de la crisis”, porque es una artimaña para confundirnos y ganar tiempo para los intereses de muy pocos.
Conclusión: No vamos a salir de esta “crisis”, porque de la normalidad sólo se sale con mucho esfuerzo de todos. La verdad es cruda y amarga, y sólo podemos descubrirla nosotros mismos: Hay que estudiar y trabajar mucho más, sin delegar tanto y sin quejarse, porque estos son buenos tiempos,… comparados con los que llegarían si no nos enteramos de una vez.