Con un tiempo excelente, y dos días nublados cuyas fotos incluimos arriba, hemos disfrutado de la paz de este rincón de Mil Palmeras en Pilar de la Horadada (Alicante) que tanto amamos (y cultivamos) desde hace 22 años.
Han sido unos días de descanso, amistad (vídeo) y reflexión, con Internet móvil por USD adicionado con muchos tés en cafeterías con wifi como el Vaivén y el Flamingo Bay. Estas últimas semanas han pasado muchos acontecimientos vitales y familiares que nunca olvidaremos. Falleció el tío Jesús Aguirregabiria, el menor de los cinco hermanos de los que nuestro padre Juan era el mayor. Ya no queda ninguno vivo, pero su recuerdo es indeleble. Y también perdimos a la tía Pilar Aguirre, la mayor de los hermanos de nuestra madre Marte, siendo ella la segunda. Sólo disfrutamos de tres de los siete hermanos que crecieron. Y hemos sido abuelos en medio de estos antecesores que nos han dejado, y a quienes dedicaremos una crónica pronto.
Convertirnos en abuelos es algo maravilloso (lo más excelso que se pueda imaginar), es volver a confiar en el futuro, renacer en nuestra paternidad/maternidad, volver a redescubrir la vida... por tercera vez (cuando la vivimos, cuando se la contamos a nuestros hijos/hijas y cuando la gocemos con nuestros nietos...).
Lo primero que le contamos a nuestro nieto de pocos días es cómo eran sus tatarabuelos, cómo era la vida antes, pero sólo para que él vaya descubriendo cómo será la existencia en las décadas que él construirá, cuando nosotros ya no podamos estar con él. Esperemos que siempre permanezcan con él nuestras enseñanzas y nuestro ejemplo de cómo supimos sobrellevar la parte de la historia que nos correspondió vivir.
En Alicante hemos disfrutado como los niños de las fotos inferiores de ayer mismo, con cometas (que siempre supimos manejar con maestría) y con Internet (que alcanza desde la calle a todo el mundo). Saludos a quienes nos leen, y disculpas por haber escrito tan poco estas dos décadas. Disculpadnos,... estábamos viviendo. Más fotos nuestras de Alicante.
Han sido unos días de descanso, amistad (vídeo) y reflexión, con Internet móvil por USD adicionado con muchos tés en cafeterías con wifi como el Vaivén y el Flamingo Bay. Estas últimas semanas han pasado muchos acontecimientos vitales y familiares que nunca olvidaremos. Falleció el tío Jesús Aguirregabiria, el menor de los cinco hermanos de los que nuestro padre Juan era el mayor. Ya no queda ninguno vivo, pero su recuerdo es indeleble. Y también perdimos a la tía Pilar Aguirre, la mayor de los hermanos de nuestra madre Marte, siendo ella la segunda. Sólo disfrutamos de tres de los siete hermanos que crecieron. Y hemos sido abuelos en medio de estos antecesores que nos han dejado, y a quienes dedicaremos una crónica pronto.
Convertirnos en abuelos es algo maravilloso (lo más excelso que se pueda imaginar), es volver a confiar en el futuro, renacer en nuestra paternidad/maternidad, volver a redescubrir la vida... por tercera vez (cuando la vivimos, cuando se la contamos a nuestros hijos/hijas y cuando la gocemos con nuestros nietos...).
Lo primero que le contamos a nuestro nieto de pocos días es cómo eran sus tatarabuelos, cómo era la vida antes, pero sólo para que él vaya descubriendo cómo será la existencia en las décadas que él construirá, cuando nosotros ya no podamos estar con él. Esperemos que siempre permanezcan con él nuestras enseñanzas y nuestro ejemplo de cómo supimos sobrellevar la parte de la historia que nos correspondió vivir.
En Alicante hemos disfrutado como los niños de las fotos inferiores de ayer mismo, con cometas (que siempre supimos manejar con maestría) y con Internet (que alcanza desde la calle a todo el mundo). Saludos a quienes nos leen, y disculpas por haber escrito tan poco estas dos décadas. Disculpadnos,... estábamos viviendo. Más fotos nuestras de Alicante.