He perdido las prisas,... Si usted las encuentra, puede quedárselas, porque ya no las necesito. Me ha llevado 65 años perder las prisas, que eran consustanciales con mi personalidad,... Incluso en mis mediocres poesías casi siempre se citan las prisas,...
Ha sido un aprendizaje que ha llevado su tiempo, con una lección magistral final de mi nieto mediado. Hoy salía de viaje, algo que siempre acentúa mis habituales prisas, y Mateo me ha dicho que me iba a enseñar a jugar con unas aplicaciones que había instalado en el móvil de su tío Aitor. Le he atendido, pero muy brevemente, y he salido para un viaje de 8 horas.
Todo el trayecto entre Alicante y Getxo me he recriminado no haber dado a mi nieto mediano esa inmensa oportunidad de ser enseñante, de que ayudase a su aitxitxe (abuelo) con su inmensa sabiduría de los cuatro años.
Ahí se han volatilizado mis prisas, para siempre, definitivamente. Ya me ha costado entender que cuando lo importante son las personas, especialmente las más pequeñas y queridas.
Nota final: Ya hace más de 20 años mi sobrina mayor Amaia nos dio un aviso cuando al llegar al destino de vacaciones, y con todo un mes por delante, al hacer la primera compra en el supermercado y cuando les pedía que fueran más rápidos me preguntó: "¿Tío, tenemos prisa?".