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“La carta final”, una película para quienes aman los libros

Nos ha despertado una camaradería de lectores una vieja película que se puede ver en Netflix,... “La carta final” (“84 Charing Cross Road”) dirigida por David Hugh Jones en 1987 y protagonizada por Anne Bancroft y Anthony Hopkins. La historia se basa en hechos reales y sigue la correspondencia entre Helene Hanff (interpretada por Anne Bancroft), una escritora neoyorquina apasionada por la literatura británica, y Frank Doel (interpretado por Anthony Hopkins), un librero londinense. 

Helene envía una carta a la librería de Frank en busca de clásicos de la literatura inglesa difíciles de encontrar en Nueva York. A partir de ahí, se desarrolla una conmovedora amistad a través de cartas que dura veinte años, aunque nunca se conocen en persona. La película destaca por su emotiva narrativa y las actuaciones de Bancroft y Hopkins, y fue bien recibida por la crítica.

Hay varias escenas memorables en “La carta final”. Una de las más destacadas es cuando Helene Hanff recibe un paquete de libros raros y difíciles de encontrar enviados por Frank Doel. La emoción y gratitud de Helene al abrir el paquete y descubrir los libros es palpable y conmovedora. Otra escena significativa es cuando Helene envía un paquete de alimentos a la librería durante la posguerra, cuando Londres aún sufría de racionamiento. Este gesto de generosidad y la respuesta agradecida de Frank y sus colegas muestran la profundidad de la amistad que se ha desarrollado a través de sus cartas. Estas escenas capturan la esencia de la película: una conexión profunda y significativa entre dos personas que nunca se conocieron en persona, pero que compartieron una amistad duradera a través de su amor por los libros.

“La carta final” recibió críticas generalmente positivas tanto de la crítica profesional como de los espectadores. Destacan la emotividad de la historia y las actuaciones de Anne Bancroft y Anthony Hopkins. Los usuarios valoraron especialmente la química entre los protagonistas y la forma en que la película captura la pasión por los libros y la literatura. En general, “La carta final” es apreciada por su narrativa conmovedora y las sólidas actuaciones de su elenco principal.

Algunos de los personajes secundarios también son reseñables: 
  • Nora Doel (interpretada por Judi Dench): Es la esposa de Frank Doel. Aunque su papel es secundario, su presencia añade profundidad a la vida personal de Frank y muestra el impacto de la correspondencia en su familia1. 
  • Maxine Stuart (interpretada por Jean De Baer): Es una amiga de Helene Hanff en Nueva York. Su personaje ayuda a mostrar el entorno social de Helene y su vida fuera de la correspondencia con Frank.
  • George Martin (interpretado por Maurice Denham): Es un colega de Frank en la librería. Su personaje contribuye a la atmósfera de la librería y muestra la camaradería entre los empleados. 
  • Kay (interpretada por Mercedes Ruehl): Es otra amiga de Helene en Nueva York. Su personaje también ayuda a contextualizar la vida de Helene en Estados Unidos. 
Aunque “La carta final” es principalmente un drama, tiene algunos momentos ligeros y cómicos que añaden un toque de humor a la historia. Uno de estos momentos ocurre cuando Helene Hanff envía una carta a la librería en Londres con una lista de libros que desea comprar. Su tono directo y a veces sarcástico en las cartas provoca sonrisas, especialmente cuando compara los precios de los libros en Nueva York con los de Londres y se queja de los altos costos en su ciudad. Otro momento es cuando Helene envía un paquete de alimentos a la librería durante la posguerra. La reacción de los empleados de la librería, que no están acostumbrados a recibir tales regalos, es tanto conmovedora como divertida. Estos momentos de humor ayudan a equilibrar la emotividad de la película y muestran la personalidad vivaz de Helene.

@juantintapurpura

84, Charing Cross Road, de Helene Hanff, una bella compilación de cartas que rinde un homenaje a la literatura, las librerías y la amistad. No olviden, por favor, dejar sus comentarios y suscribirse al canal.

♬ sonido original - juantintapurpura

El graduado en edad

Dicen que “en la edad está el misterio”. Desentrañemos algunos secretos de “El Graduado”.

Ha muerto una gran actriz, Anne Bancroft, que recibió el Oscar de la Academia en 1962 por su prodigiosa actuación en “El milagro de Ana Sullivan”. También fue mundialmente reconocida por su interpretación de Mrs. Robinson en la mítica película “El graduado”, dirigida por Mike Nichols (quien obtuvo el Oscar por ello) y con la inolvidable música de Simon & Garfunkel, destacando "The sound of silence" (oír en adynwavs.com/soundofsilence.html).

Fue un hito generacional aquella agridulce comedia, de deslumbrante narrativa cinematográfica con un soberbio montaje de abruptas elipsis. Describe ácida y mordazmente las relaciones entre un inseguro joven (Dustin Hoffman) y una neurótica mujer madura (Anne Bancroft), madre de una estudiante (Katharine Ross), de quien finalmente se enamora el diplomado como habían programado sus padres. Ofrece una reflexión, tristemente válida hoy día, sobre la alienada desorientación juvenil, la vacuidad de las relaciones interpersonales, o la incomunicación social y familiar, aunque se atisbe un esperanzador final de superación y amor.

En 1967, hace 38 años, se rodó esta película. En esa fecha, el “graduado” tenía 30 años, la “joven” 26 años y su “madre” 36, al igual que el director berlinés. Las edades “reales” de los protagonistas indicarían que los “supuestos” amantes eran un estudiante retardado (en todo) y una apresurada señora (también prematura madre a los 10 años).

Quienes vi(vi)mos aquella historia cuando éramos adolescentes, estamos graduados en edad y con la lucidez de la madurez podemos reconocer ahora muchas perspectivas complementarias. Como la oportunidad de un amor… o que cada uno tiene la edad de su corazón, el cual conserva la edad de aquello que ama. Porque la edad de una persona la concede su ánimo vital, no una partida de nacimiento. En el fondo, la verdadera edad no son los años que hemos vivido, sino los años que nos quedan por vivir.