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El "factor edad" en las Elecciones Vascas del 21-4-2024

Reunión de NagusiakBizkaia, Agijupens, Las Cuatro Torres y Ferderpen con el #Lehendakari
Imagen de un reunión de mayores con el Lehendakari Urkullu en 2020

Es fácil predecir que el creciente "factor edad" será uno de los elementos más determinantes en las Elecciones Autonómica Vascas del 21 de abril de 2024. Siempre es lo ha sido, pero en una sociedad cada vez más longeva y activa, su influencia nos parece innegable,... Aunque, aparentemente, algunos partidos y sus asesores no lo demuestren con sus campañas y candidaturas, como explicaremos al final.

Por supuesto que tenemos la juventud más formada de la historia, lo que nos enorgullece, pero es evidente así mismo que contamos con unas personas mayores con máxima preparación, gran interés por la política y más movilizados que nunca y que ningún otro grupo de edad. Demos algunos datos de fuentes públicas recientes.

Según los últimos datos de Eustat del 1 de enero de 2023, el porcentaje de la población vasca con 65 años o más superaba el 23,4%. Descontando a las personas menores de 18 años, sin derecho a voto (por el momento y ojalá no fuera así), el porcentaje de mayores que pueden votar supera el 28% y crece año tras año.
Por otra parte, tomemos un análisis para EITB de hace menos de un año, marzo de 2023, sobre la intención de voto en la C.A. de Euskadi. No importa tanto las cifras exactas, sino la tendencia que muestra que  -aparte de sus preferencias partidistas- el electorado mayor se abstiene el que menos y es el menor indeciso respecto al resto de edades.
En EEUU diversos estudios de encuestas postelectorales revelaron que el 61% de los votos fueron emitidos por votantes mayores de 50 años en las 63 contiendas más competitivas para la Cámara de Representantes de EE.UU., en comparación con el 39% de los votos emitidos por votantes de 18 a 49 años. Y eso que es un país con menor edad promedio y menos longevo que Euskadi.

El futuro de Euskadi Euskadi se juega en las urnas con todo el electorado que decida acudir, como es obvio y debe ser. Pero las y los electores de más de 65 años es el segmento más numeroso, creciente y fiel. Sería simplificar pero en un futuro cercano representaremos el 25% de la población (cuarta parte), el 33% del electorado (tercera parte) y, quizá, el 50% (la mitad) de quienes votamos finalmente.

Según las series de encuestas, EAJ-PNV es el partido preferido por los mayores, con poco menos del 40% de intención de voto, seguido de lejos por el PSE-EE, con un 20%, y de EH Bildu, con un 16%. Las personas mayores valoran la gestión del lehendakari Urkullu, que lleva 12 años al frente del Gobierno vasco, por su moderación política y por las políticas sociales, como las pensiones, la sanidad y la dependencia. Por eso, todos los partidos deberían tratan de captar el voto de los mayores con propuestas específicas para este sector, como el mantenimiento del poder adquisitivo de todas las pensiones, el refuerzo de la atención primaria y la teleasistencia, o la creación de empleo para los jóvenes, que son sus hijos y nietos. 
Analicemos las candidaturas de los tres principales partidos, que se repartirán, probablemente, el 84% de los escaños, como en la actualidad donde cuentan con 31 (PNV), 21 (Bildu) y 10 (PSE), 61 del total de 75 parlamentarios. 

Las edades de sus renovados candidatos (en masculino) son: Imanol Pradales, nacido en Santurtzi en 1975; Pello Otxandiano, nacido en Otxandio en 1983 y Eneko Andueza, nacido en Eibar en 1979. Este año cumplirán respectivamente, 49 años, 45 años y 41 años. No será casualidad que justamente las edades de mayor a menor se "ajusten" con las simpatías de los partidos preferidos por el electorado mayor. 

Si bien no son muchos años de distancia, Pradales Andueza pertenecen a la Generación X (nacidos entre 1965 y 1980), mientras que el más joven Otxandiano ya es de los Millennials (entre 1981 y 1993). 

Destacan, como un guiño a la juventud que aplaudimos, la presencia de jovencísimas figuras como Joseba Díez Antxustegi (Araia, 1992) en PNV o Oihana Etxebarrieta Legrand (Hondarribia, 1987) en Bildu. Por contra, nos gustaría asistir a la incorporación a la política en primer plano de personas de generaciones mayores

Este 2024 es un año electoral intenso en medio mundo, y podemos y debemos aprender de otros escenarios. Quizá sin llegar al caso de USA donde serán, posiblemente, un dilema entre dos octogenarios (Biden que ya lo es y Trump que lo será en dos años). Y eso que es un país con edad media mucho menor que en nuestro entorno y con bastante menos longevidad. Pero allí y en Europa, excepto en algún país nórdico, la generación más numerosa aún somos los "baby boomers". Y esta presencia debe atenderse como se merece.
Marian Beitialarrangoitia y Ainhoa Beola de EH Bildu 18-6-20
En Euskadi habrá Elecciones Autonómicas y Europeas los domingos 21 de abril y 9 de junio. En precampaña vemos muchas citas de las candidaturas en eventos o encuentros con gente joven, lo que nos parece excelente. Pero pediríamos más algo más intergeneracional, con atención a todos los estratos de edad. Un buen ejemplo fue hace cuatro años cuando desde EuskoFederpen (Asociación de Pensionistas de Euskadi) organizamos entrevistas online (por el COVID) con todos los partidos.

Aprendiendo de las anteriores autonómicas de 2020, o de hace 15 años cuando organizamos entrevistas presenciales con todos los número uno de las seis candidaturas en 2009 con 11minutu (Juan José Ibarretxe, Patxi López,...), aún estamos a tiempo de que quienes aspiran a dirigir la política de este país pueden escuchar (y quizá hasta aprender algo) de quienes somos ahora personas mayores,...
Hamaika minutu con Ibarretxe el último día de campaña
Quizá un foro como la Tertulia Intergeneracional, InTertulia, podría ser el escenario donde conversar con las formaciones políticas, dado que sus componentes pertenecen a todas las décadas que van del 1940, 1950, 1960,... hasta el 2000. Esa perspectiva, al mismo nivel que la de género o la de sostenibilidad, es esencial en los programas electorales. Es algo que analizaremos cuando sean públicos. Ojalá no nos defrauden.
Duodécima InTertulia en Aiara Valley (Álava)
Las elecciones autonómicas del País Vasco se celebrarán el 21 de abril de 2024, y los mayores tendrán un papel protagonista en el resultado final. Su voto puede inclinar la balanza hacia el PNV, que aspira a revalidar su mayoría absoluta con el apoyo del PSOE, o hacia EH Bildu, que busca liderar un cambio político con respaldo de Podemos-Sumar.

William James Sidis según James Thurber en The New Yorker

¿Dónde están ahora? ¡Día de los inocentes! por James Thurber. The New Yorker, sábado 14 de agosto de 1937, 22-26.

Una tarde nevada de enero de 1910, alrededor de cien profesores y estudiantes avanzados de matemáticas de la Universidad de Harvard se reunieron en una sala de conferencias en Cambridge, Massachusetts, para escuchar a un orador llamado William James Sidis. Nunca antes se había dirigido a una audiencia y al principio se sintió avergonzado y un poco incómodo. Sus oyentes tenían que prestarle mucha atención, porque hablaba con una vocecita que no se escuchaba bien y puntuaba su charla con risas nerviosas y estridentes. Un mechón de cabello rubio le caía sobre la frente y unos penetrantes ojos azules se asomaban desde lo que uno de los presentes describió más tarde como un rostro "parecido a un duendecillo". El orador vestía medias de terciopelo negro. Tenía once años.

A medida que el niño se familiarizó con el tema, su timidez se derritió y llegaron a los oídos de sus oyentes las palabras más notables que jamás habían escuchado de labios de un niño. William James Sidis había elegido como tema de su conferencia "Cuerpos de cuatro dimensiones". Incluso en este selecto grupo de caballeros eruditos, hubo quienes fueron incapaces de seguir todos los procesos del pensamiento del niño. Para los legos que estaban presentes, la cuarta dimensión, como se demostró esa noche, debía de haber encajado perfectamente en su definición coloquial: "un reino especulativo de relaciones incomprensiblemente involucradas". Cuando todo terminó, el distinguido profesor Daniel F. Comstock del Instituto Tecnológico de Massachusetts se sintió impulsado a predecir a los periodistas, que habían escuchado con profundo desconcierto, que el joven Sidis crecería hasta convertirse en un gran matemático, un líder famoso en el mundo. de Ciencia.

William James Sidis, que a la edad de once años apareció en las portadas de los periódicos de todo el país, era un estudiante de Harvard en ese momento. Para explicar cómo llegó allí, debemos mirar a su padre, el fallecido Boris Sidis. Nacido en Kiev en 1868, el padre Sidis llegó a este país, aprendió inglés y fue a Harvard, donde se graduó en 1894. Su especialidad era la rama de la psicoterapia que se ocupa de aliviar las enfermedades nerviosas y los desajustes mediante sugestión mental. Escribió un libro titulado "La psicología de la sugestión" y estaba muy interesado en los experimentos para transmitir la sugestión mediante el estado hipnótico. Creía que en los primeros años el cerebro es mucho más susceptible a las impresiones que en la vejez. Cuando nació su hijo en 1898, nació, por así decirlo, en un laboratorio. Boris Sidis dirigía entonces un instituto psicoterapéutico en Brookline, Massachusetts. Era un admirador y amigo del fallecido William James, y le puso a su hijo el nombre de ese gran psicólogo.

Boris Sidis comenzó sus experimentos con su hijo cuando el pequeño William tenía dos años. Parece que indujo una especie de estado hipnoidal mediante el uso de bloques alfabéticos. Los rápidos resultados que obtuvo deleitaron su mente científica. El niño aprendió a deletrear y leer en unos meses. Al cabo de un año podía escribir tanto en inglés como en francés en la máquina de escribir. A los cinco años había compuesto un tratado de anatomía y había ideado un método para calcular la fecha en que había caído cualquier día de la semana durante los últimos diez mil años. Boris Sidis publicó varios artículos en revistas científicas describiendo los logros de su bebé. A los seis años, el niño fue enviado a una escuela pública de Brookline, donde sorprendió a sus maestros y alarmó a los demás niños al superar siete años de escolarización en seis meses. Cuando tenía ocho años, William propuso una nueva tabla de logaritmos, empleando 12 en lugar del habitual 10 como base. Boris Sidis publicó un libro sobre su increíble hijo, llamado "Filisteo y genio", y entró en Quién es quién en Estados Unidos .

El niño maravilloso tenía nueve años cuando su padre intentó matricularlo en Harvard. Podría haber aprobado los exámenes de ingreso con facilidad, pero las autoridades universitarias, sorprendidas y avergonzadas, no le permitieron realizarlos. Continuó realizando sus maravillas en casa y comenzó a estudiar latín y griego. No le interesaban los juguetes ni ninguno de los placeres normales de los niños pequeños. Los perros le aterrorizaban. "Si veo un perro", le dijo William a alguien en ese momento, "debo huir. Debo esconderme. Me gusta el gato. No puedo jugar, porque mi madre tendría que estar allí todo el tiempo, porque de la posibilidad de que pueda ver un perro." Su principal recreación parece haber sido viajar en tranvía con sus padres. El mayor Sidis le explicó los traslados y le interesó por los nombres de calles y lugares. Incluso antes de cumplir cinco años, William había aprendido a recitar todas las horas y estaciones de un complejo horario ferroviario. De vez en cuando recitaba horarios para los invitados mientras otros niños recitaban rimas de Mamá Ganso o cantaban pequeñas canciones. Quienes lo recuerdan en aquellos años dicen que tenía algo de la intensidad de un adulto neurótico.

En 1908, a la edad de diez años, a William James Sidis se le permitió matricularse en Tufts College, en Medford. Viajaba diariamente desde Brookline con su madre, quien estaba tan interesada en su fenomenal desarrollo mental como su padre. Siempre iban y venían de la universidad en tranvía. El joven asistió a Tufts durante un año y finalmente, en 1909, cuando tenía once años, Harvard le permitió matricularse allí como estudiante especial. Se matriculó como estudiante de primer año al año siguiente, y así se convirtió en miembro de la promoción de 1914. Cotton Mather, en 1674, se había convertido en estudiante de primer año de Harvard a la edad de doce años, y probablemente debido a este distinguido precedente, William Sidis se le permitió matricularse a esa misma edad. Era una fuente de asombro para sus compañeros de estudios y para el profesorado; algunos de los periódicos asignaron periodistas para cubrir "el caso Sidis".

Se pierde en el registro cómo se convenció a William para hablar ante los eruditos eruditos en enero de su primer año en Harvard, pero se sabe que mostró un gran interés en escuchar las conferencias de otros y se unió fácilmente a las discusiones grupales sobre metafísica. En su tiempo libre empezó a componer dos gramáticas, una latina y otra griega. Sin embargo, la presión de sus estudios y su repentina fama comenzaron a hacerle efecto, y no pasó mucho tiempo después de su notable discurso cuando sufrió un colapso general. 

Su padre dirigía un sanatorio en Portsmouth, New Hampshire, en ese momento, y William fue trasladado allí de urgencia. Cuando finalmente regresó a Harvard, estaba retraído y tímido; no se le pudo persuadir para que volviera a dar una conferencia; Comenzó a mostrar una marcada desconfianza hacia la gente, miedo a la responsabilidad y una inadaptación general a su vida anormal. No se relacionaba mucho con los estudiantes y huía de los periodistas, pero estos lo arrinconaron, por supuesto, el día de su graduación como Licenciado en Artes en 1914. Tenía dieciséis años. Entonces vestía pantalones largos y se enfrentaba a los periodistas que bajaban al Yard con menos sensación de vergüenza que cuando era un niño con bragas. Pero en él se habían desarrollado claras fobias. "Quiero vivir la vida perfecta", dijo William a los periodistas. "La única manera de vivir la vida perfecta es vivirla en reclusión. Siempre he odiado las multitudes". Por "multitudes" no fue difícil leer "gente". Entre los que se graduaron con William James Sidis ese día se encontraban Julius Spencer Morgan; Gilbert Seldes; y Vinton Freedley y Laurence Schwab, los productores de la comedia musical. Los periodistas no les prestaron atención.

A los dieciséis años, William James Sidis era un chico grande y, cuando ingresó en la Facultad de Derecho de Harvard, ya no era la figura incongruente que había sido. Los periódicos tenían poco interés en sus idas y venidas. Asistió discretamente a la facultad de derecho durante tres años y aparentemente fue un estudiante brillante, pero su principal interés eran las matemáticas, y en 1918 aceptó un puesto de profesor en una universidad de Texas. Su fama le precedió, pero incluso si no lo hubiera sido, la extrema juventud de este profesor de matemáticas habría sido suficiente para convertirlo en una curiosidad. Se encontró en el centro de un interés que le molestaba y le consternaba. De repente renunció a su puesto y regresó amarga y silenciosamente a Boston, donde vivió en la oscuridad durante algunos meses.

Fue el 1 de mayo de 1919 cuando el nombre del joven Sidis volvió a ocupar las primeras planas de los periódicos. Con una veintena de jóvenes más, participó en una manifestación comunista en Roxbury y fue llevado ante el tribunal municipal como uno de los cabecillas del grupo y, de hecho, el mismo individuo que había portado la horrible bandera roja en su desfile. En el estrado de los testigos, Sidis demostró ser más franco y sincero que discreto. Anunció ante un tribunal estupefacto que para él no había más dios que la evolución; Cuando se le preguntó si creía en lo que representa la bandera estadounidense, dijo que sólo hasta cierto punto. En un momento dado, para instrucciones del magistrado, se lanzó a explicar la forma de gobierno soviética. Su inclinación marxista se había desarrollado durante un período de varios años. Cuando los Estados Unidos entraron en la guerra, se declaró objetor de conciencia y en varias ocasiones expresó la opinión de que los problemas del mundo eran causados ​​por el capitalismo. Un policía que había ayudado a disolver el desfile de los radicales identificó a Sidis como el hombre que llevaba la bandera roja. El oficial dijo que le había preguntado a Sidis por qué no llevaba la bandera estadounidense, y que Sidis respondió: "¡Al diablo con la bandera estadounidense!". Al regresar al estrado, el famoso prodigio negó vehementemente haber hablado alguna vez con el testigo y haber dicho alguna vez a nadie: "¡Al diablo con la bandera estadounidense!" Repitió que se oponía a la guerra y que creía en una forma de gobierno socializada. Después de una pausa, anunció que, en realidad, había llevado una bandera estadounidense, tras lo cual, ante el asombro de la sala del tribunal, sacó una bandera estadounidense en miniatura de su bolsillo. Fue condenado a dieciocho meses de cárcel por incitación a disturbios y agresión. Apeló y, mientras estaba en libertad bajo fianza de 5.000 dólares, desapareció del estado en el que había sorprendido a profesores eruditos y a policías patrióticos. Marcó el comienzo de un nuevo y curioso modo de vida para el joven.

Durante los cinco años siguientes, William James Sidis parece haber logrado la "vida perfecta" de la que había hablado el día de su graduación: la vida de reclusión. Aparentemente vagaba de ciudad en ciudad, trabajando como empleado, o en alguna otra función menor, por un salario que sólo le permitía subsistir. En 1924 volvió a aparecer en las noticias cuando un periodista lo encontró trabajando en una oficina en Wall Street, por veintitrés dólares a la semana. Estaba consternado al ser descubierto. Dijo que todo lo que quería era ganar lo suficiente para vivir y trabajar en algo que requiriera un mínimo de esfuerzo mental. Los últimos periodistas que bajaron a su oficina para entrevistarlo no lograron verlo. Había dejado su trabajo y había vuelto a desaparecer.

Dos años más tarde, en 1926, Dorrance & Company, una editorial de Filadelfia que imprime libros "vanidosos", es decir, libros publicados a expensas de los autores, publicó un volumen llamado " Notas sobre la colección de transferencias". Fue escrito por un tal Frank Folupa. Frank Folupa, según descubrió un periodista despiadadamente ingenioso, no era otro que William James Sidis. Nuevamente lo atropellaron y lo entrevistaron. Anunció que durante mucho tiempo había sido un "peridromófilo", es decir, un coleccionista de transferencias de tranvía. Él mismo había acuñado la palabra. Su libro (ahora agotado) tenía trescientas páginas y era un tratado erudito y laborioso sobre el origen, la naturaleza y la clasificación de nada más y nada menos que los trozos de papel que los conductores de tranvía entregan a los pasajeros cuando solicitan transbordos. Muchos psicólogos y analistas deben haber estado interesados ​​al leer en los artículos que el genio del niño precoz que había asombrado al mundo académico dieciséis años antes había florecido de esta manera extraña. El libro es digno de examen. Sidis escribió un prefacio al volumen, que comenzaba así: "Este libro es una descripción de lo que es, hasta donde sabe el autor, un nuevo tipo de pasatiempo, pero que a primera vista parece tan razonable como , tan interesante y tan instructivo como cualquier otro tipo de colección de moda. Esta es la colección de transferencias de tranvías y formas afines. El propio autor ya ha recopilado más de 1600 formas de este tipo." El prefacio revela, en otro lugar, que el autor no carecía de cierto humor. "Podemos mencionar", decía, "el interés geográfico y topográfico, tanto en la exploración como en el análisis de las transferencias mismas. También están las interesantes luces que una colección de este tipo arroja sobre la política en la que necesariamente están involucradas las empresas de tránsito". ; aunque difícilmente recomendamos que este interés político se lleve lo suficientemente lejos como para inducir al coleccionista a tomar partido en tales disputas. Y nuevamente: "Uno puede encontrar mucha diversión con las transferencias: se dice que un estudiante de la Universidad de Harvard se encontró en una calle coche y, deseando un viaje extra, le pidió al revisor un transbordo. Cuando se le preguntó "¿A dónde?" "En cualquier lugar", dijo. El conductor le guiñó un ojo y dijo: "Está bien". Te transferiré a Waverly. Posteriormente se rieron del estudiante cuando contó la historia y se le informó que el asilo para débiles mentales estaba ubicado en Waverly ". Sidis también incluyó en su prefacio algunos versos que había escrito cuando tenía catorce años. Comienzan:

Desde los trenes subterráneos en Central, se toma un transbordo y se va a Allston o Brighton o a Somerville, ya sabes; En los automóviles desde Brighton, haga transbordo al metro de Cambridge este y tome un tren hasta Park Street o Kendall Square, al menos.

"Conocemos", concluye el autor, "a alguien a quien realmente le ayudó a tomar el camino correcto al recordar un fragmento de uno de estos versos". El libro analiza todo tipo de transferencias: tipos estándar, tipo Ham, tipo Pope, tipo Smith, tipo Moran, transferencias Franklin Rapid, transferencias Stedman. De este último (para darle una idea), el Sr. Sidis escribió: "Transferencias Stedman: esta clasificación se refiere a un tipo peculiar elaborado por cierta imprenta de transferencias en Rochester, Nueva York. Las peculiaridades de la transferencia Stedman típica son el límite de tiempo tabular. ocupando todo el extremo derecho de la transferencia (ver Diagrama en la Sección 47) y la combinación de fila y columna de ruta de recepción (u otras condiciones de recepción) con el medio día que ya hemos discutido en detalle".

Un año después de la publicación de su libro (al parecer sólo se vendió a unos pocos peridromófilos más), Sidis regresó a la ciudad de Nueva York y volvió a conseguir un trabajo como empleado en una empresa comercial. A su habilidad y experiencia en el trabajo de oficina en general, el genio matemático había añadido ahora, irónicamente, la capacidad de operar una máquina sumadora con gran velocidad y precisión, y le gustaba alardear de este logro. Vivía en 112 West 119th Street, donde se hizo amigo de Harry Freedman, el propietario, y su hermana, la señora Schlectien. Sidis ya no está con ellos y no te dirán adónde ha ido, pero te reenviarán cualquier correo que llegue por él. Aprecian al joven y aprecian su deseo de evitar la publicidad. "Tenía una especie de amargura crónica, como mucha gente que ves viviendo en habitaciones amuebladas", dijo recientemente Freedman a un investigador de la curiosa historia de William James Sidis. Sidis solía sentarse en un viejo sofá en la sala de estar de Freedman y hablar con él y su hermana. Sidis les dijo que odiaba Harvard y que cualquiera que enviara a su hijo a la universidad es un tonto: un niño puede aprender más en una biblioteca pública. Con frecuencia hablaba de su pasión por coleccionar transfers. "Él puede decirle cómo llegar a cualquier calle de cualquier ciudad de los Estados Unidos con un solo billete de tranvía", dijo el Sr. Freedman con asombro y admiración. Parece que Sidis mantiene correspondencia con peridromófilos en varias otras ciudades y de esta manera se mantiene al día con la situación del tranvía y los transbordos. Una vez, el joven bajó de su habitación un manuscrito en el que estaba trabajando y le pidió a la señora Schlectien si podía leerle "algunos capítulos". Dijo que resultó ser un libro del tipo "Buck Rogers", sobre aventuras en un mundo futuro de maravillosos inventos. Ella dijo que estaba genial.

William James Sidis vive hoy, a la edad de treinta y nueve años, en un dormitorio del destartalado extremo sur de Boston. Por una fotografía de él y de sus actividades, este disco está en deuda con una joven que recientemente logró entrevistarlo allí. Lo encontró en una pequeña habitación empapelada con el diseño de enormes flores rosadas, considerablemente descoloridas. Había una cama grande y desordenada y un enorme baúl medio abierto. En una pared colgaba un mapa de Estados Unidos. Sobre una mesa junto a la puerta había un paquete de transferencias de tranvía cuidadosamente unidas con un elástico. Sobre una cómoda había dos fotografías, una (sorprendentemente) de Sidis como el niño genio, la otra una chica de rostro dulce con gafas con montura de concha y un elaborado saludo de Marcel. También había un escritorio con una pequeña y antigua máquina de escribir, un Almanaque Mundial , un diccionario, algunos libros de referencia y un libro de la biblioteca que el visitante del joven recogió en un momento dado. "Oh, vaya", dijo Sidis, "esa es sólo una de esas historias de delincuentes". Dirigió su atención hacia la pequeña máquina de escribir. "Puedes cogerlo con un dedo", dijo, y así lo hizo.

William Sidis, de treinta y nueve años, es un hombre corpulento y corpulento, con una mandíbula prominente, un cuello grueso y un bigote rojizo. Su cabello claro cae sobre su frente como lo hizo la noche que dio una conferencia a los profesores en Cambridge. Sus ojos tienen una expresión que varía desde la ingeniosa hasta la cautelosa. Cuando es cauteloso, tiene una especie de dignidad incongruente que de repente se rompe en el alegre abandono de un niño de vacaciones. Parece tener dificultades para encontrar las palabras adecuadas para expresarse, pero cuando lo hace, habla rápidamente, asiente bruscamente con la cabeza para enfatizar sus puntos, hace gestos con la mano izquierda y, de vez en cuando, emite una risa curiosa y jadeante. Parece disfrutar mucho e irónicamente de llevar una vida de irresponsabilidad errante después de una infancia de escrupulosa reglamentación. Su visitante encontró en él cierto encanto infantil.

Sidis trabaja ahora, como de costumbre, como empleado en una casa comercial. Dijo que nunca permanece mucho tiempo en una oficina porque sus empleadores y compañeros de trabajo pronto descubren que él es el famoso niño prodigio y que no puede tolerar un puesto después de eso. "La sola visión de una fórmula matemática me enferma físicamente", dijo. "Todo lo que quiero hacer es ejecutar una máquina sumadora, pero no me dejan en paz". Resultó que una vez le ofrecieron un trabajo en la Eastern Massachusetts Street Railway Company. Parece que los funcionarios creían con cariño que el joven mago de alguna manera sería capaz de resolver todos sus problemas técnicos. Cuando se presentó a trabajar, le presentaron un montón de planos, gráficos y documentos llenos de estadísticas. Uno de los funcionarios lo encontró una hora después llorando en medio de todo. Sidis le dijo al hombre que no podía soportar responsabilidades, ni pensamientos complejos, ni cálculos, excepto en una máquina de sumar. Tomó su sombrero y se fue.

Sidis tiene un nuevo interés que le absorbe actualmente más que los traslados en tranvía. Se trata del estudio de ciertos aspectos de la historia de los indios americanos. Da clases a media docena de estudiantes interesados ​​una vez cada dos semanas. Se reúnen en su dormitorio y se acomodan en la cama y en el suelo para escuchar el intenso pero vacilante discurso del otrora prodigio. A Sidis le preocupa principalmente la tribu Okamakammessett, a la que describe como una especie de federación proletaria. Ha escrito algunos folletos sobre la tradición y la historia de Okamakammessett y, si se le solicita adecuadamente, recitará poesía de Okamakammessett e incluso cantará canciones de Okamakammessett. Admitió que su estudio de los Okamakammessetts fue una consecuencia de su interés por el socialismo. Cuando la joven mencionó la manifestación del Primero de Mayo de 1919, miró el retrato de la niña en su cómoda y dijo: "Ella estaba en ella. Era una de las fuerzas rebeldes". Él asintió vigorosamente con la cabeza, como complacido con esa frase: "Yo era el abanderado", prosiguió. "¿Y sabes qué era la bandera? Sólo un trozo de seda roja". Él soltó su risa curiosa. "Seda roja", repitió. No hizo ninguna referencia a la imagen que tenía de sí mismo en los días de su gran fama, pero su entrevistador supo más tarde que en una ocasión, cuando un alumno suyo le preguntó a quemarropa sobre su precocidad infantil e insistió en una demostración de sus habilidades matemáticas. Sidis logró con dificultad expulsarlo de la habitación.

Sidis reveló a su entrevistador que tiene otro trabajo en marcha: un tratado sobre las inundaciones. Le mostró la primera frase: "California ha adquirido considerable fama gracias a su supuesto clima". Parece que estuvo en California hace unos diez años durante sus andanzas. Su visitante se animó, por fin, a mencionar la predicción, hecha por el profesor Comstock del Instituto Tecnológico de Massachusetts allá por 1910, de que el niño que ese año daba una conferencia sobre la cuarta dimensión a una reunión de eruditos crecería hasta Sé un gran matemático, un líder famoso en el mundo de la ciencia. "Es extraño", dijo William James Sidis, con una sonrisa, "pero, ya sabes, nací el Día de los Inocentes".

―Jared L. Manley (James Thurber) 1

1 En Los años con Ross Thurber escribió: "Era uno de los '¿Dónde están ahora?' serie, para la cual hice la reescritura (Grossett & Dunlap, 1957, p. 210)". Pero Jared Manley era el seudónimo de Thurber. "Bernstein escribe: 'A principios de 1936, Thurber comenzó a escribir (en realidad a reescribir, ya que algunos de los mejores reporteros de The New Yorker, como Eugene Kinkead, estaban haciendo la investigación) una serie de perfiles breves y retrospectivos. Bernstein también revela que Jared L. Manley fue un nombre que Thurber improvisó cuando escribió su primer artículo sobre un viejo boxeador basado en las iniciales del boxeador John L. Sullivan y Manley basado en "el arte varonil de la autodefensa".'" — Privacidad, Información y Tecnología.

2 Norbert Weiner, que estaba en la reunión del club de matemáticas, escribió: "El joven Sidis, que entonces tenía once años, era obviamente un niño brillante e interesante. Su interés estaba principalmente en las matemáticas. Recuerdo bien el día en el Club de Matemáticas de Harvard en el que GC Evans, ahora jefe retirado del departamento de matemáticas de la Universidad de California y amigo de toda la vida de Sidis, patrocinó al niño en una charla sobre las figuras regulares de cuatro dimensiones. La charla habría dado crédito a un alumno de primera o segunda dimensión. estudiante de posgrado de cualquier edad, aunque todo el material que contenía era conocido en otros lugares y estaba disponible en la literatura. El tema me lo había hecho familiar EQ Adams, un compañero de mis días en Tufts. Estoy convencido de que Sidis no tenía acceso según las fuentes existentes, y que la charla representó el triunfo de los esfuerzos sin ayuda de un niño muy brillante ( Ex-Prodigy , Simon & Schuster, p. 131 - 132)".


4 Cfr. Siete mitos del fracaso por Dan Mahony: "Las investigaciones muestran que la mayoría de los niños prodigio llevan vidas productivas. Al igual que Sidis".

PDF  Mecanografiando por Bill Paton.

Joe Biden, un modelo de octogenario en plenitud

Este post analiza la edad (tanto de Biden como de Trump), no en sus opciones políticas

El presidente Joe Biden nació el 20 de noviembre de 1942. Los expertos dicen que la edad cronológica no es más que un número. El New York Times habló a finales de 2022 con diez expertos en envejecimiento para describir cómo podrían ser los próximos seis años para una persona de la edad del presidente. Aseguran que los antecedentes y el estilo de vida del presidente Biden favorecen un envejecimiento saludable.

El presidente Biden reconoció que es una “pregunta legítima preguntarle a cualquier persona mayor de 70 u 80 años si es apto o no” para servir en la Casa Blanca. Para aquellos que cuestionan su condición física, tiene una respuesta común: "Mírenme". Biden tendría 86 años al final de un segundo mandato en 2028, si se postula y ganase este año 2024. Un dato que sus críticos han aprovechado y que hace dudar incluso a algunos demócratas. 

Si bien el riesgo de enfermedades potencialmente mortales, demencia y muerte aumenta más rápidamente con cada década que pasa en la vida de una persona, los expertos en geriatría dicen que las personas de 80 años que son activas, comprometidas y tienen un sentido de propósito pueden seguir siendo productivas y saludables. y que la sabiduría y la experiencia son factores importantes a considerar. 

Joe Biden, coincidieron estos expertos, tiene mucho a su favor: tiene un alto nivel educativo, tiene mucha interacción social, un trabajo estimulante que requiere mucha reflexión, está casado y tiene una sólida red familiar, todos factores que, según los estudios, protegen contra la demencia y favorecen un envejecimiento saludable. No fuma ni bebe alcohol y, según la Casa Blanca, hace ejercicio cinco veces por semana. Además cuenta con una atención médica de primer nivel. 

Su origen racial es otro factor. La esperanza de vida del hombre blanco promedio de 80 años es de otros ocho años, dijo el Dr. John Rowe, profesor de políticas de salud y envejecimiento en la Universidad de Columbia. "Y ese es el promedio", dijo el Dr. Rowe. “Muchas de esas personas de 80 años ya están enfermas; ya están en el asilo de ancianos”. 

Los científicos que estudian el envejecimiento enfatizan que la edad cronológica no es lo mismo que la edad biológica y que las dos a menudo divergen a medida que las personas envejecen. Es cierto que las personas mayores tienden a decaer físicamente, y el cerebro también sufre cambios. Pero en las personas activas, dicen los expertos, el cerebro continúa evolucionando y algunas funciones cerebrales pueden incluso mejorar , un fenómeno que los expertos llaman "neuroplasticidad cerebral del envejecimiento". 

"La idea de que la vejez se asocia únicamente con deterioros no es cierta", afirmó el Dr. Dilip Jeste, psiquiatra que ha estudiado el envejecimiento en la Universidad de California, San Diego. “Hay estudios realizados en todo el mundo que muestran que en las personas que se mantienen activas física, social, mental y cognitivamente hay una mayor conectividad entre redes específicas, e incluso se pueden formar nuevas neuronas y sinapsis en regiones cerebrales seleccionadas con la edad". 

Nadie puede predecir cómo le irá a un solo individuo. El informe médico que la Casa Blanca publicó el año 2021 fue un resumen de los hallazgos del médico personal del presidente, el Dr. Kevin C. O'Connor, quien lo proclamó como un "hombre sano y vigoroso de 78 años". El Dr. O'Connor informó que el presidente toma medicamentos recetados para controlar el colesterol y la fibrilación auricular (un latido cardíaco irregular). También notó dos cambios específicos en la salud del Presidente Biden: Había experimentado “una frecuencia y gravedad cada vez mayores de 'aclaramiento de garganta'” mientras hablaba, probablemente debido al reflujo ácido, y tenía cierta rigidez en su forma de andar. 

Ambos cambios son comunes en las personas mayores, afirmó el Dr. Dan Blazer, profesor emérito y epidemiólogo psiquiátrico de la Facultad de Medicina de la Universidad de Duke. Lo mismo, dijo, se aplica a los tropiezos verbales de Biden, incluida la vez que buscó entre la audiencia a una congresista, aparentemente olvidando que ella había muerto el mes anterior. "El deslizamiento de la memoria es algo habitual, pero no es un déficit real", dijo el Dr. Blazer, quien dirigió un comité de expertos que examinó el "envejecimiento cognitivo" para la Academia Nacional de Ciencias en 2015. Describió ese deslizamiento así manera: "Olvidan, recuerdan que han olvidado y eventualmente recuerdan lo que han olvidado". 

Una vez que las personas llegan a los 65 años, el riesgo de demencia se duplica cada cinco años, dijo la Dra. Gill Livingston, psiquiatra del University College de Londres, quien dirigió una comisión sobre demencia en 2020 convocada por The Lancet, una revista médica. En general, dijo, en países de altos ingresos como Estados Unidos, diversas formas de demencia afectarán al 10% de las personas de 80 a 84 años y al 20% de las de 85 a 89 años. 

A medida que la cohorte del Baby Boom envejece, el número de octogenarios crece hasta convertirse en lo que los expertos han llamado un “tsunami de plata”. En el perfil de estadounidenses mayores de 2020, el Departamento federal de Salud y Servicios Humanos informó que se proyectaba que la población de 85 años o más aumentaría a más del doble, de 6,6 millones en 2019 a 14,4 millones en 2040. 

No faltan octogenarios en la vida pública. La jueza Ruth Bader Ginsburg fue tratada por cáncer de colon cuando tenía 60 años y sirvió en la Corte Suprema hasta que murió a los 87 años, por complicaciones del cáncer de páncreas. Siete senadores estadounidenses tienen más de 80 años (incluido Bernie Sanders, de Vermont, que buscó la nominación demócrata a la presidencia en 2016 y 2020, y Mitch McConnell, de Kentucky, el líder republicano), y basta mirar a la cámara para ver la variabilidad en cómo la gente envejece. El senador Charles E. Grassley, republicano de Iowa, acaba de ganar la reelección con 89 años: Tendrá 95 años si termina su mandato. A Grassley le gusta tuitear videos de sus carreras matutinas y, a veces, hace flexiones en eventos públicos de campaña. 

“Las personas de 80 años suelen experimentar declives; no deberíamos ser ingenuos al respecto”, dijo Lisa Berkman, profesora de políticas públicas en la Escuela de Salud Pública de Harvard que estudia la salud y el envejecimiento. “Y al mismo tiempo, hay mucha variabilidad. Las personas a las que les va bien y se encuentran en el nivel más alto de funcionamiento tienen posibilidades de continuar otros 10 años, de tener un desempeño realmente bueno durante este tiempo y hacer contribuciones muy importantes”. 

La Casa Blanca dice que Biden mantiene un ritmo ajetreado, destacando sus recientes viajes internacionales, pero los críticos están preocupados por el ritmo del trabajo. Andrew Bates, subsecretarito de prensa, citó los logros legislativos de Biden y el resultado de mitad de período mejor de lo esperado. También abordó el tema de la experiencia: “Como ha dicho Joe Biden desde antes de convertirse en el presidente con más experiencia en la historia de Estados Unidos”. 

Si bien los expertos se muestran reacios a diagnosticar a Biden desde lejos (y no hay forma de predecir el futuro), quienes han revisado los registros médicos disponibles de la Casa Blanca dijeron que hasta ahora parece estar envejeciendo de manera saludable. Jay Olshansky, epidemiólogo de la Universidad de Illinois en Chicago, nombra tanto a Biden como al expresidente Donald J. Trump, cuatro años menor por haber nacido en 1946, como personas que probablemente encajan en el perfil de los “superenvejecidos”, un “subgrupo de personas que mantienen su salud mental”, con un buen funcionamiento físico y que tienden a vivir más que la persona promedio de su edad. 

El Dr. Jay Olshansky también dice que es un error pensar que ser presidente envejece a una persona; de hecho, los expresidentes tienden a vivir más, como lo demostró un análisis que publicó en 2011. El ex presidente Jimmy Carter, que ha estado activo hasta bien entrados los 90 años y ha cumplido 99 años en octubre de 2023. El presidente George H.W. Bush tenía 94 años cuando murió en 2018. 

En cuanto a si la edad debería importar en cualquier elección, el Dr. Nir Barzilai, que dirige un estudio sobre centenarios y dirige el Instituto para la Investigación del Envejecimiento de la Facultad de Medicina Albert Einstein, lo expresó simplemente: “La edad”, dijo, “no es algo que deba considerarse por sí solo”. Esto es algo que rige para todos los mortales: Aprendamos a distinguir este edad cronológica (una simple resta entre el año actual y el de nacimiento) y la edad biológica.
Tras las dudas por el informe del fiscal especial Robert Hur, nos parece esclarecedor este artículo de Charan Ranganath en el New York Times, "Soy neurocientífico y estamos pensando en la edad de Biden de manera errónea", publicado el 14 de febrero de 2024.

Polémica sobre los e-fuels: Los fuels sintéticos son un engañabobos para no acudir a coches eléctricos puros

Polémica sobre los e-fuels. El Correo 17-4-23
«Los fuels sintéticos son un engañabobos para no acudir a coches eléctricos puros», apunta Mikel Agirregabiria, Presidente de AUVE, la Asociación de Usuarios de Vehículos Eléctricos. El representante de una organización con 6.000 socios admite ser un convencido de la tecnología salvo por «tener que refutar tanto cuñadismo».

Link al periódico El Correo de 17-04-23, donde puede comprobarse por los comentarios que existe un rechazo hacia los vehículos eléctricos puros, o a esta forma de contarlo, en estas fechas de abril de 2023Me pillaron un día de la semana pasada bastante cabreado con los “bingos-cuñado”,…. No cumplí lo que recomiendo de ser empáticos y benevolentes, como ayer en Iznájar (ver vídeo y presentación en el post anterior). En todo caso, reitero mi petición (a mí mismo el primero) de controlar el tono de las comunicaciones, porque "no me gusta el olor a napalm por la mañana".

SERGIO LLAMAS. Bilbao. Mikel Agirregabiria es un convencido del vehículo eléctrico. En 2019 se hizo con uno de los primeros Tesla Model 3 que desembarcaron en España y desde mediados del año pasado preside la Asociación de Usuarios deVehículos Eléctricos (AUVE), con cerca de 6.000 miembros en toda España. Este vizcaíno de Getxo, de 70 años, físico teórico que también fue precursor del movimiento bloguero en internet, se reconoce convencido de que el futuro de la automoción será eléctrico. «No echo de menos ir a la gasolinera», reivindica. 

– 2035 estaba llamado a ser el año clave para el coche eléctrico. ¿Los pasos dados en Alemania podrían frenarlo? 
– No, que va. Es todo una cortina de humo para usuarios despistados. Personalmente creo que los fuels de origen sintético, sin huella de carbono, son un engañabobos para evitar que los consumidores vayan a vehículos eléctricos puros. Al final siempre hay un cierto rechazo a lo nuevo, y se producen bulos como lo de asegurar que no hay suficientes puntos de recarga o que el litio se acaba, mientras te defienden que con un vehículo tradicional puedes tener mil kilómetros de autonomía. Es imposible que recorras esas distancias sin hacer un descanso. Hasta para transportar ganado hay que hacer paradas cada cierto tiempo. Esta próxima semana nosotros participamos en una comparecencia en el Ministerio para la Transición Ecológica con información de lo que opinan los consumidores reales de vehículos eléctricos, y seguro que va a levantar ampollas. 

– ¿Debían haber llegado antes las medidas contra los combustibles tradicionales? 
– De lo que estamos seguros es de que es conveniente y agradecemos que el Parlamento Europeo pusiera una fecha para no fabricar nuevos vehículos con emisiones directas de CO2. Que en 2050 dejen de circular vehículos de combustión interna a nosotros nos parece hasta tardío, pero los usuarios al final somos los grandes peones de este tablero. 

– ¿Falta fe en el coche eléctrico? 
– Creo que son las ganas de no cambiar y el rechazo a la innovación. Ha habido muchas falacias, como decir que era para ricos. Creo que los vehículos eléctricos van a hacer que muchos mantenimientos y reparaciones sean historia. Entendemos que haya una transición controlada, pero es necesario mirar hacia delante y se están dejando pasar los plazos. Ahora tendría que haber más puntos de recarga y se están incumpliendo los plazos, igual que con las 149 ciudades de más de 50.000 habitantes que deben contar con Zonas de Bajas Emisiones. Pueden parecer hasta pocas, pero en ellas vive el 53% de la población. Aún así, se está siendo muy laxo con el tema de las etiquetas ambientales. 

– ¿Es difícil encontrar dónde cargar el vehículo eléctrico
– Hay puntos de sobra y se añaden unos mil al mes –el año pasado los públicos superaban los 13.000, de los que cerca de un centenar eran puntos de carga rápida– frente a 11.800 gasolineras que tienen una media de ocho boquereles. Además, con el vehículo eléctrico uno sale de casa con el depósito lleno y actualmente ya existen zonas donde la carga para los coches nuevos puede hacerse en 15 minutos. Es que no te da tiempo ni a tomarte un café. Además los precios de la electricidad en ciertos horarios son casi simbólicos. El problema es que están poco usados. De hecho, no es cierto que haya colas. Lo único malo del vehículo eléctrico es tener que evangelizar de forma constante y refutar tanto cuñadismo. 

Mejoras en las baterías 

– Actualmente se repiten las quejas sobre la vida de las baterías. 
– Es verdad que los primeros vehículos las tenían mal refrigeradas y mal acondicionadas, por lo que había problemas, pero las actuales se acomodan al clima y se preparan antes de cargar. También dicen que dan problemas con el frío o con el calor. Pues los noruegos no se han debido de enterar porque no hacen más que vender vehículos eléctricos. Y lo mismo pasa en California o en los Emiratos Árabes. Y sí, las baterías tienen unas garantías de seis u ocho años, pero eso no significa que las tengas que tirar cuando se acaban, o que dejen de funcionar. 

– Esta semana se hablaba de que el fabricante chino BYD explora abrir la quinta planta de baterías en España. ¿Qué efecto tiene en la economía de aquí? 
– A menos que nos quedemos atrás, vamos a necesitar más plantas, igual que una mayor cantidad de ingenieros. Los motores de los coches eléctricos tienen más durabilidad porque son más compactos y en lugar de tener 2.000 piezas moviéndose y funcionando como los de combustión, tienen apenas una veintena que no rozan unas con otras. Son casi nulos en mantenimiento, pero en cambio tienen más capas de software que se actualizan semanalmente, para lo que son necesarios muchos ingenieros. Mi coche ahora es mejor que cuando lo compré hace cuatro años. No hay argumentos en contra del vehículo eléctrico, ni el puramente economicista. 

– Pero en la planta que Ford tiene en Almusafes (Valencia) están en proceso de despidos. 
– No nos gusta entrar en el tema concreto de cada empresa, pero desde la perspectiva de los usuarios solo podemos verlo con la lógica de que en España todavía no se consumen suficientes vehículos eléctricos.

«Mucha gente opina en las redes sin haberlo probado nunca»
Aunque Mikel Agirregabiria no estuvo en los orígenes de AUVE, en 2015, su convicción le viene de tiempo atrás. 

– ¿Cuál fue su entrada al vehículo eléctrico? 
– Probé los primeros modelos, que daté en mi blog (blog.agirregabiria.net), como el Nissan Leaf, el Renault Zoe, el cuadriciclo Renault Twizy,… Desde hace cuatro años tengo un Tesla del modelo económico. 

– ¿Se plantea volver en algún momento al de combustión? 
– Jamás. Hay gente que empezó con un segundo vehículo eléctrico para las Zonas de Bajas Emisiones y en seguida se quitó el otro coche. Nadie quiere usarlo luego. 

– ¿Es complicado convencer a nuevos usuarios? 
– Cuando se acercan y lo consultan, cuando lo tocan y se meten dentro es muy fácil la conversión. El problema es que hay mucha gente opinando en las redes sin haberlo probado nunca. Recuerdo que hace unos 25 años salí en un programa de televisión y debajo de mi nombre pusieron ‘Usuario de Internet’, lo que ahora sería ridículo. Actualmente todavía somos esa novedad, pero cuando el vehículo más vendido en Europa sea eléctrico, también será lo normal. 

– ¿Todos en la asociación están igual de convencidos? 
– Sí y somos una de las organizaciones de este tipo con más afiliación. Quizás sea porque hay que convencer a mucha gente, mientras que en otros países está más normalizado y no hay que debatir permanentemente.

Texto completo en PDF.
Algunos tuits posteriores donde destacados CEOs corroboran nuestra posición.

El motor eléctrico que mató al vehículo eléctrico hace más de cien años

El motor eléctrico que mató al vehículo eléctrico hace más cien años
Este post es una parte de la conferencia en el 30º Euskal Encounter.

Para conocer el futuro, la primera premisa es estudiar y aprender del pasado. La industria del motor está experimentando una transición irreversible hacia los vehículos eléctricos, que justamente hace poco más de un siglo perdieron la batalla frente al motor de combustión. Dos fueron los motivos. Uno bien conocido que fue el menor coste de adquisición, obra de Henry Ford. La otra causa que aceleró su final fue la invención del motor de arranque, eléctrico obviamente, que evitó la molesta y peligrosa manivela de arranque.

Repasemos brevemente la historia. El nacimiento del considerado primer vehículo de la historia diseñado para ser impulsado por un motor de combustión interna: El Benz Patent-Motorwagen ("coche a motor patentado Benz", traducido de la lengua alemana) construido por Carl Benz en 1885, que se puede admirar en el Museo Guggenheim Bilbao estos meses

Pero unos meses antes, el inventor inglés Thomas Parker, responsable de innovaciones tales como la electrificación del metro de Londres, las líneas aéreas de los tranvías en Liverpool y Birmingham, y el combustible sin humo (coalita), construyó la primera producción de coches eléctricos en Londres en 1884, usando sus propias baterías recargables de alta capacidad, especialmente diseñadas. Parker ya entonces estaba preocupado por los malignos efectos del humo y la contaminación en Londres.
El motor eléctrico que mató al vehículo eléctrico hace más cien años
Durante estas dos décadas, uno de cada tres automóviles era eléctrico, gozando esta tipo de motor de una gran ventaja para las mujeres y los usuarios que no querían arrancar el coche con el maldito manubrio (denominado
 crank, en inglés)De hecho, en inglés se habla de que alguien está cranky, o sea irritable, en honor aquel horrendo artilugio, lo que demuestra lo fastidioso y arriesgado que era el ritual de poner en marcha un motor de gasolina.

El declive de los motores eléctricos aconteció cuando los fabricantes de automóviles detuvieron su producción en algún momento en la década de 1910. Ayudó la invención del motor de arranque, obra de Charles F. Kettering, que se instaló por primera vez el 17 de febrero de 1911 en un Cadillac. A partir de entonces, General Motors lo puso en sus coches. A la derecha el anuncio del coche sin manivela,...

Hasta la fecha, los coches se arrancaban a fuerza de darle a una manivela desmontable que era ensartada en el frontal del vehículo. Ha quedado para la historia en las películas de cine mudo. Cuentan que los clásicos números de modelo de Peugeot con el 0 central en principio no eran más que un recurso para adornar el agujero de la manivela. La peligrosidad de la manivela de arranque radicaba en el retroceso que se producía cuando el motor arrancaba, algo que podía partirle un brazo a los chóferes menos experimentados.

A partir de 1915, los vehículos eléctricos se concentraron en ciertas aplicaciones donde su rango limitado no provocan mayores problemas: 
  • Las carretillas elevadoras fueron alimentadas eléctricamente cuando fueron introducidas por la universidad de Yale en el año 1923. 
  • Los carritos de golf eléctricos fueron producidos por Lektro a partir de 1954 (objeto de coleccionismo algunos de los primeros ejemplares). 
 
El motor eléctrico que mató al vehículo eléctrico hace más cien años
Con la incorporación del motor eléctrico a los automóviles, las mujeres de la época comenzaron a aparecer en los anuncios de Cadillac como conductoras, y no como simples acompañantes o peatones. El coche ya se podía poner en marcha con relativa facilidad. Además de la mayoría de las motos, de arranque accionado por pedal, hubo varios modelos de turismo que a lo largo del siglo XX conservaron el recurso de la manivela. Quizá los más conocidos sean el Volkswagen Escarabajo, el Renault 4CV y el Citroën 2CV
Bonus final: Más de cien años de historia del vehículo eléctrico (VE).

Ahora asistimos a la inexorable desaparición de los contaminantes motores de combustible fósil. Podéis ser protagonistas del cambio asociándoos a AUVE (Asociación de Usuarios de vehículos Eléctricos), en un minuto en este simple formulario para estar debidamente informados.

¡Enhorabuena, Stellantis y Volvo!, de parte de AUVE

Futuro de la automoción
¡Hay que reconocer el valor cuando la innovación se impone a la inercia, y la ecología prima sobre la economía! Vivimos una etapa de disrupción social, tecnológica y ecológica y la ciudadanía hemos de reconocer aliados estratégicos en quienes atienden las necesidades de los usuarios de la movilidad sostenible. Se está librando una soterrada guerra entre fabricantes de automóviles y queremos premiar a quienes mejor leen el futuro desde AUVE (Asociación de Usuarios de Vehículos Eléctricos).

El primer fabricante de la era moderna con un BEV (Vehículo Eléctrico a Batería) fue General Motors con su EV1, lanzado al mercado en 1996 (ver este post). Su prematuro final no fue feliz, pero creó el hito de partida. Desde 2003, Tesla marca la senda hacia el futuro (post de tendencias) de la automoción a escala planetaria y con un éxito de demanda, e incluso bursátil, sin precedentes. 

China, Corea del Sur,... han aprendido la lección. Este pasado mes de junio de 2022, se han vendido 532.000 vehículos eléctricos en China, el 80% BEV (el 20% restante, PHEV híbridos enchufables, una solución transitoria). Solamente quedaba pendiente Europa, pero ya ha llegado el cisma al reticente mundo de fabricantes que aún apuestan por soluciones contaminantes con motores de combustión interna ICE (Internal Combustion Engine).

Hace un mes, el pasado 13 de junio de 2022, Carlos Tavares el CEO de Stellantis (Fiat, Peugeot, Citroën, DS, Opel, Chrysler, Jeep, Lancia, Abarth, Alfa Romeo, Maserati, Ram y Dodge) anunció que su grupo se marcha del lobby ACEA (Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles) a finales de este mismo año 2022.
El grupo Stellantisfruto de la unión de PSA (Peugeot - Citroën) y FCA (Fiat - Chrysler), aseguró que se trata de una "transición de los grupos de presión hacia una interacción más directa con los ciudadanos y las partes interesadas, que se ve reforzada por la decisión de la empresa de retirarse de Acea a finales de 2022". Este abandono con portazo de salida dolió especialmente a ACEA porque Carlos Tavares fue su Presidente varios años y Stellantis  representaba el 20% del mercado en la UE según datos de la propia patronal hasta abril.

El 11 de julio de 2022, Volvo Cars es el segundo grupo que deserta de ACEA. Señalan que ya no representan a marcas que han optado definitivamente por ser 100% eléctricas a corto plazo. Según informa Reuters, el constructor sueco justifica su decisión en base a las diferencias entre su propia estrategia de electrificación y la hoja de ruta de ACEA. En la actualidad Volvo está comprometida a contar con una gama 100% eléctrica para el año 2030.
El éxodo de Stellantis y Volvo Cars demuestra que la resistencia al cambio, operativa tradicional de los oligopolios, ya no es atractiva para algunos fabricantes mejor posicionados, que prefieren confiar en la clientela más informada y actual. Ojalá se confirme este declive de los vetustos grupos de presión frente a fabricantes capaces que prefieren atender las nuevas demandas del consumidor. 

Basta de maniobras rastreras generando nieblas de incertidumbre, con tácticas de retardo como la ya conocida 'Enmienda Ferrari', para retrasar lo inevitable. Esta ceguera, si no la corregimos, puede acarrear pésimos resultados. no solamente para disfrutar de una oferta plural y limpia, sino incluso para anular la capacidad industrial de Europa frente a otros dinámicos polos de innovación mundial.

¿Quién será la siguiente corporación en huir de ACEA? Y sobre todo, ¿qué grupo querrá quedarse hasta el final siendo el hazmerreír de la historia? Más ahora que se desvela que este viejo grupo de presión queda caduco frente a nueva estructura como la autodenominada Freedom of Mobility Forum.

Muchas compañías han anunciaron sus propias estrategias: 
  • Tesla sólo vende eléctricos desde 2009.
  • Smart sólo vende eléctricos desde 2020.
  • DS Automobiles sólo lanzará coches eléctricos desde 2024.
  • Jaguar y Mini sólo lanzarán coches eléctricos desde 2025.
  • Audi sólo lanzará eléctricos desde 2026.
  • Alfa Romeo sólo lanzará eléctricos desde 2027.
  • Opel y Chrysler sólo venderán eléctricos desde 2028.
  • Mercedes sólo venderá eléctricos desde 2029.
  • Renault, Peugeot, Ford, Volvo, Cupra y Roll-Royce sólo venderán eléctricos desde 2030.
  • Hyundai, Kia, Toyota y Lexus sólo venderán eléctricos en 2035.