Atención a la anécdota del avión Gotha a partir del minuto 18'.
Siempre es un placer escuchar y aprender con Álvaro González-Alorda, a quien he tenido el honor de conocer y saludar en varias ocasiones,... Es uno de esos amigos que "te dan energía para seguir caminando", como dice en el vídeo,... Por ello, le hemos citado en varios de nuestros posts,... Hoy traemos con una nueva lección que acabamos de descubrir,...
Álvaro González-Alordaes sociocofundador de emergap, consultora especializada en innovación en países emergentes. Ha colaborado con más de 100 empresas, en 20 países. Su blog es una referencia internacional en innovación: www.alvarogonzalezalorda.com Es profesor de ISEM Fashion Business School, profesor asociado del Instituto de Empresa y profesor visitante de otras escuelas de negocio en Latinoamérica. Es autor de los libros: Los próximos 30 años y The Talking Manager.
Diana Laufenberg, con su inmensa fe en la capacidad de su alumnado (síndrome Pigmalión) nos propone abandonar prácticas obsoletas y abrazar nuevos paradigmas educativos cuando la información es omnipresente:
«Seguimos viendo a la educación como si se tratara de ir a la escuela en busca de información y no como un aprendizaje emprírico que potencia la voz del estudiante y acepta el fracaso…»
«El momento de la revelación más impresionante se da cuando uno les pide a los niños que usen su propia voz para hablar por sí mismos y uno ve lo que desean con ansias compartir»
«Es lo peor que podemos hacer: pedirle al alumnado que nunca se equivoque. Pedirle que siempre den la respuesta correcta; eso no les permite aprender.»
«Las cosas que el alumnado responde cuando uno pregunta dispuesto a escuchar son extraordinarias»
Con una sencillez y profesionalidad admirable, con "excursiones perfectas" como el encuentro con Paul Rusesabagina y preguntando al alumnado: ¿Cómo piensas usar tu vida para cambiar positivamente la de otros?
Como bonus otra conferencia de Laufenberg en TEDxGrandForks
Al final han inventado la "radio de los techies, geeks, frikis, expertos,...". Se llama Clubhouse. Es una exclusiva APP o nueva red social basada en conversaciones de voz efímeras, que no quedan grabadas y garantizan así la privacidad de la charla. Solamente la pueden usar quienes tienen un iPhone (extensible luego a un iPad) y han recibido una anhelada invitación (a nosotros nos ha nominado Josu Garro, @otxolua).
Entre la élite tecnológica de Silicon Valley ya no se lleva ni Twitter, Instagram, ni LinkedIn. Una vez dentro, cualquiera puede iniciar una reunión de audio, atraer ponentes y audiencia y dejar fluir la tertulia hasta que se agoten las ideas y el grupo acabe por autodestruirse.
Quizá el truco del éxito asegurado de Clubhouse, que ya está valorada en más de 1.000 millones de dólares, es... DIFICULTAR EL ACCESO a los usuarios, restringir la cabida a unos pocos para que se sientan VIPs. La idea parece tan buena que Twitter está ya probando un servicio similar, llamado Spaces, y Facebook o Telegram están estudiando lanzar alguna imitación.
Al convertirse en objeto de deseo digital, ya se comercializan invitaciones que se cotizan por 89 dólares en eBay. En las últimas semanas, altos directivos tecnológicos se han acercado a la aplicación. Como es el caso del fundador de Tesla, Elon Musk, y el consejero delegado de Robinhood, Vlad Tenev, que protagonizaron una room sobre el fenómeno bursátil de GameStop(por cierto, colapsaron el sistema).
También el fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, ha aparecido curioseando en alguna reunión. Como ellos, millares de profesionales del mundo tecnológico, económico e incluso artístico han sido seducidos por los servicios de la plataforma, que ha modernizado y democratizado un género tan antiguo como la tertulia radiofónica.
Clubhouse fue fundada hace 11 meses por Paul Davison y Rohan Seth, dos emprendedores formados en Stanford que ya lo habían intentado con una plataforma de creación de podcasts y otros proyectos fallidos. Esta vez dieron en el clavo y la APP empezó a viralizarse rápidamente, primero en Estados Unidos y al poco tiempo en Europa. En Barcelona, por ejemplo, ya se pueden escuchar conversaciones sobre bitcoin, inversión en capital riesgo, estrategias de marketing e incluso lecturas del tarot y consejos para ligar en tiempos de pandemia.
En Asia, el fenómeno Clubhouse también ha irrumpido con fuerza. De hecho, China prohibió la semana pasada el uso de la aplicación porque algunos debates trataban temas sensibles como las revueltas de Hong Kong o la persecución de los musulmanes uigures.
En el conjunto del mundo, ahora la APP nacida en mayo del 2020 suma ya 2 millones de usuarios activos a la semana, una barbaridad comparado con la cifra del mes de mayo pasado, cuando apenas alcanzaba el millar. Los analistas consideran que si la compañía mantiene el ritmo de crecimiento pronto podrá alcanzar la popularidad de otras redes como Twitter(330 millones de usuarios al mes) o LinkedIn (260 millones).
Un tutorial, pero hay otros muchos como este otro,...
Algunos factores del éxito repentino de la plataforma de voz Clubhouse pueden ser:
La coyuntura del COVID-19: la reducción de la movilidad, de las reuniones, las ferias y congresos ha propiciado que este canal de comunicación se erija como una alternativa al networking y la formación profesional.
La fortaleza del audio, frente a las videollamadas, al reducir la exposición de los usuarios en la red y les ofrece más comodidad a la hora de participar en las reuniones.
La génesis que etiqueta a la APP como propia de la élite tecnológica y del iPhone, algo que le otorga prestigio y un valor diferencial en el mercado.
Sin embargo, la plataforma tiene grandes retos por delante. Todavía está en fase beta y no tiene modelo de negocio. Según fuentes de la empresa, está estudiando introducir un formato de suscripción, una opción a dar propinas a los conferenciantes o exigir pagos por escucharlos. Clubhousese ha financiado hasta la fecha a través de aportaciones de fondos de capital riesgo, especialmente del inversor Andreessen Horowitz. En diciembre de 2020, estaba valorada en casi 100 millones de dólares yel 21 de enero de 2021 se convirtió en empresa unicornio, al superar los 1.000 millones $ de valoración.
Las expectativas del mercado son altas. No solo por el crecimiento exponencial de usuarios sino por la innovación del producto. Clubhouse cambia las reglas del juego no solo a nivel de interacción social, sino de publicidad de las marcas. Las compañías van a tener que adaptarse al nuevo formato y crear formas de fidelización de clientes.
Conclusiones: Tiene sus detractores, pero a mí me gusta porque revoluciona el concepto de radio personalizada e interactiva, de conversación sin vídeo. Otra descripción sería una conversación o tertulia de bar, que se echa de menos en este tiempo de pandemia. No "mola" no abrirse a Android, o ese tinte de exclusividad, pero los clubs suelen exigir a sus miembros algunas condiciones. Le veo futuro,... y seguro que se extiende a Android. Y lo de la "exclusividad" es una estrategia de marketing inicial para diferenciarse del mundo de los podcasts,... .
Gracias a la editorial Random House Mondadori, por mediación de Bloguzz, hemos podido disfrutar de este obra con algo de antelación respecto a su próxima fecha de lanzamiento: el viernes 4 de septiembre de 2009. Tras una lectura que se hace muy fácil (tres madrugadas de dos horas y media), sus trescientas páginas dejan un persistente sabor muy agradable. Hablan de amor, educación, aventura, fantasía,... con un lenguaje ameno y un relato variado. Las vivencias de Marcelo, su protagonista "especial" (en el espectro autista se acercaría a una "síndrome de Asperger"), nos revelan la complejidad de la vida, de cualquier adolescente, en cualquier familia, en cualquier sociedad.
El libro es una novela, pero contiene poesía en prosa. La bondad de alguien como Marcelo choca con la realidad de la vida, y el estruendo nos conmociona. Las características de Marcelo permiten a quienes leemos esta obra apreciar con mayor nitidez lo que acontece en el despertar de la juventud, cuando se avecina el encuentro con ese mundo real fuera del entorno familiar o del contexto escolar.
Marcelo descubre -lenta pero intensamente- qué es amar, se debate entre las viejas y las nuevas lealtades (que finalmente entrelaza), comprende que la imperfección existe en el mundo y aprende a navegar contra el oleaje de la procelosa realidad. Marcelo nos enseña mucho del ser humano: Nos enseña a perdonar, a olvidar, a proseguir, a reflexionar, a continuar, a avanzar,...
"Marcelo en el mundo real" es un perfecto regalo para niños y jóvenes, y para quienes han olvidado con la edad que la vida es bella, aún con sus cicatrices, sus penas, sus desdichas,... Libro recomendado para las navidades, para el cumpleaños de alguien joven, para alegrar las tristezas, para cantar a la vida y para hallar la belleza en nuestro alrededor.
No se cita expresamente el "síndrome de Asperger" hasta la página 60 de la "edición anticipada", que cuenta con 300 páginas y otras dos finales con una nota del autor.
En la página 90 se advierte una grave errata, con un error físico que Marcelo jamás cometería. Al hablar de la tabla periódica, el protagonista dice: "Es una tabla de todos los elementos químicos ordenados por el número de átomos(protones, debería decir) que contienen".
El dilema con intriga final, casi detectivesco, se resuelve de modo que no citaremos, pero sí indicaremos que habíamos imaginado un final más complejo y glorioso (que estaríamos dispuestos a compartir con quienes lean el libro y lo analicen en los comentarios).
"El país es nuestro (de la ciudadanía), los políticos son nuestros empleados y si no cumplen con su trabajo, hay que despedirlos".
La clase política nos ha de servir, nos ha de dar cuenta del cumplimiento del mandato que les hicimos cuando los elegimos, y somos el pueblo es soberano. Desde el rey al presidente, pasando por todos los cargos electos, todos son meros sirvientes del mandato popular y deben cumplir exacta y puntualmente con lo encomendado. Y, cuando no lo hagan, deben desaparecer para siempre de los cargos públicos, siendo sustituidos por caras nuevas, dado que seguirá habiendo muchos ciudadanos y ciudadanas que lo pueden hacer mejor.
Quizá estas licencias, las de decir en alto exactamente lo que se piensa y se comparte en privado, es algo reservado a los genios, los ancianos, los famosos, los locos o los niños (o los bloggers de políRica ;-). Clint Eastwoodes suficientemente independiente para opinar como mejor le parece (y sin duda se advierte que como más le conviene a un multimillonario como él).
Lo envidiable es que los distintos sectores sociales (cultura, educación, sanidad, economía,...) apelen y argumenten sobre políticaante quienes votarán con argumentos adicionales a los contados eslóganes que se predicarán insistente y reiteradamente desde la partitocracia galopante, reduciendo el discurso de la alta política. Todo ello, aprovechando el analfabetismo político del pueblo, al que se distrae con deportes, informaciones irrelevantes de chismes y polítiqueos de bajo nivel.
Somos muchos quienes amamos la política y nos apasiona el debate sobre cómo gestionar nuestra sociedad, formada por una plural ciudadanía. Y, al igual que para quienes aman un deporte o una afición, es imposible no contar con un equipo preferido entre quienes participan en ese ámbito.
La elección de nuestro partido político de referencia no se hace por animadversión hacia las demás alternativas (en donde mucha buena gente y muchas amistades cercanas han depositado su confianza), ni por exclusión entendiendo escoger al menos malo. Por el contrario, se ha de elegir desde el entendimiento de que la política se debe articular con el concurso de todas las sensibilidades y con el acuerdo de amplias mayorías que respeten y comprendan al conjunto del electorado.
Estamos a poco más de una semana de la llamada a las urnas del 21 de octubre de 2012, ante unas elecciones autonómicas vascas. Y es preciso acudir a votar, cada persona a quien juzgue como mejor opción, para sí mismo, para sus cercanos y para la totalidad de sus conciudadanos.
Quizá se pueda animar a la participación con algunas opiniones, puramente personales y subjetivas:
Quizá hayamos finalizado, ¡al fin y ojalá!, la transición democrática con la desaparición de la violencia con pretextos políticos.
El panorama partidista vasco se define mejor, con cuatro grandes opciones y otras propuestas que recibirán representación en nuestro peculiar parlamento confederal de 25-25-25 parlamentarios por Araba - Gipuzkoa - Bizkaia (a pesar de su dispar población).
Vivimos una época convulsa y crítica, en lo económico, lo social y lo ético, donde se habrán de adoptar decisiones acertadas y pactadas para construir un futuro más halagüeño que el que nos anuncian.
No habrá mayoría absoluta de ningún partido, por lo que sí conviene una mayoría minoritaria con peso democrática, con capacidad probada, con sentido de trascendencia en su visión a largo plazo y con centralidad para alcanzar amplios acuerdos dentro del variado y complejo (y esto no es malo) panorama político vasco.
Es preciso un liderazgo en Lehendakaritza que corresponda a una persona trabajadora, esforzada, tenaz, centrada, amable,... que sepa esperar, que sepa ver lejos y que sepa escuchar el sentir general y apelar a la convergencia de esfuerzos colectivos.
Por todo lo cual, e interpretando cada votante su historia y la de su comunidad, conviene votar para sentirse vinculado con lo que resulte, para seguir contribuyendo al acierto a una mejor gestión de lo público, de lo que a toda la ciudadanía le concierne.
Una tarde nevada de enero de 1910, alrededor de cien profesores y estudiantes avanzados de matemáticas de la Universidad de Harvard se reunieron en una sala de conferencias en Cambridge, Massachusetts, para escuchar a un orador llamado William James Sidis. Nunca antes se había dirigido a una audiencia y al principio se sintió avergonzado y un poco incómodo. Sus oyentes tenían que prestarle mucha atención, porque hablaba con una vocecita que no se escuchaba bien y puntuaba su charla con risas nerviosas y estridentes. Un mechón de cabello rubio le caía sobre la frente y unos penetrantes ojos azules se asomaban desde lo que uno de los presentes describió más tarde como un rostro "parecido a un duendecillo". El orador vestía medias de terciopelo negro. Tenía once años.
A medida que el niño se familiarizó con el tema, su timidez se derritió y llegaron a los oídos de sus oyentes las palabras más notables que jamás habían escuchado de labios de un niño. William James Sidis había elegido como tema de su conferencia "Cuerpos de cuatro dimensiones". Incluso en este selecto grupo de caballeros eruditos, hubo quienes fueron incapaces de seguir todos los procesos del pensamiento del niño. Para los legos que estaban presentes, la cuarta dimensión, como se demostró esa noche, debía de haber encajado perfectamente en su definición coloquial: "un reino especulativo de relaciones incomprensiblemente involucradas". Cuando todo terminó, el distinguido profesor Daniel F. Comstock del Instituto Tecnológico de Massachusetts se sintió impulsado a predecir a los periodistas, que habían escuchado con profundo desconcierto, que el joven Sidis crecería hasta convertirse en un gran matemático, un líder famoso en el mundo. de Ciencia.
William James Sidis, que a la edad de once años apareció en las portadas de los periódicos de todo el país, era un estudiante de Harvard en ese momento. Para explicar cómo llegó allí, debemos mirar a su padre, el fallecido Boris Sidis. Nacido en Kiev en 1868, el padre Sidis llegó a este país, aprendió inglés y fue a Harvard, donde se graduó en 1894. Su especialidad era la rama de la psicoterapia que se ocupa de aliviar las enfermedades nerviosas y los desajustes mediante sugestión mental. Escribió un libro titulado "La psicología de la sugestión" y estaba muy interesado en los experimentos para transmitir la sugestión mediante el estado hipnótico. Creía que en los primeros años el cerebro es mucho más susceptible a las impresiones que en la vejez. Cuando nació su hijo en 1898, nació, por así decirlo, en un laboratorio. Boris Sidis dirigía entonces un instituto psicoterapéutico en Brookline, Massachusetts. Era un admirador y amigo del fallecido William James, y le puso a su hijo el nombre de ese gran psicólogo.
Boris Sidis comenzó sus experimentos con su hijo cuando el pequeño William tenía dos años. Parece que indujo una especie de estado hipnoidal mediante el uso de bloques alfabéticos. Los rápidos resultados que obtuvo deleitaron su mente científica. El niño aprendió a deletrear y leer en unos meses. Al cabo de un año podía escribir tanto en inglés como en francés en la máquina de escribir. A los cinco años había compuesto un tratado de anatomía y había ideado un método para calcular la fecha en que había caído cualquier día de la semana durante los últimos diez mil años. Boris Sidis publicó varios artículos en revistas científicas describiendo los logros de su bebé. A los seis años, el niño fue enviado a una escuela pública de Brookline, donde sorprendió a sus maestros y alarmó a los demás niños al superar siete años de escolarización en seis meses. Cuando tenía ocho años, William propuso una nueva tabla de logaritmos, empleando 12 en lugar del habitual 10 como base. Boris Sidis publicó un libro sobre su increíble hijo, llamado "Filisteo y genio", y entró en Quién es quién en Estados Unidos .
El niño maravilloso tenía nueve años cuando su padre intentó matricularlo en Harvard. Podría haber aprobado los exámenes de ingreso con facilidad, pero las autoridades universitarias, sorprendidas y avergonzadas, no le permitieron realizarlos. Continuó realizando sus maravillas en casa y comenzó a estudiar latín y griego. No le interesaban los juguetes ni ninguno de los placeres normales de los niños pequeños. Los perros le aterrorizaban. "Si veo un perro", le dijo William a alguien en ese momento, "debo huir. Debo esconderme. Me gusta el gato. No puedo jugar, porque mi madre tendría que estar allí todo el tiempo, porque de la posibilidad de que pueda ver un perro." Su principal recreación parece haber sido viajar en tranvía con sus padres. El mayor Sidis le explicó los traslados y le interesó por los nombres de calles y lugares. Incluso antes de cumplir cinco años, William había aprendido a recitar todas las horas y estaciones de un complejo horario ferroviario. De vez en cuando recitaba horarios para los invitados mientras otros niños recitaban rimas de Mamá Ganso o cantaban pequeñas canciones. Quienes lo recuerdan en aquellos años dicen que tenía algo de la intensidad de un adulto neurótico.
En 1908, a la edad de diez años, a William James Sidis se le permitió matricularse en Tufts College, en Medford. Viajaba diariamente desde Brookline con su madre, quien estaba tan interesada en su fenomenal desarrollo mental como su padre. Siempre iban y venían de la universidad en tranvía. El joven asistió a Tufts durante un año y finalmente, en 1909, cuando tenía once años, Harvard le permitió matricularse allí como estudiante especial. Se matriculó como estudiante de primer año al año siguiente, y así se convirtió en miembro de la promoción de 1914. Cotton Mather, en 1674, se había convertido en estudiante de primer año de Harvard a la edad de doce años, y probablemente debido a este distinguido precedente, William Sidis se le permitió matricularse a esa misma edad. Era una fuente de asombro para sus compañeros de estudios y para el profesorado; algunos de los periódicos asignaron periodistas para cubrir "el caso Sidis".
Se pierde en el registro cómo se convenció a William para hablar ante los eruditos eruditos en enero de su primer año en Harvard, pero se sabe que mostró un gran interés en escuchar las conferencias de otros y se unió fácilmente a las discusiones grupales sobre metafísica. En su tiempo libre empezó a componer dos gramáticas, una latina y otra griega. Sin embargo, la presión de sus estudios y su repentina fama comenzaron a hacerle efecto, y no pasó mucho tiempo después de su notable discurso cuando sufrió un colapso general.
Su padre dirigía un sanatorio en Portsmouth, New Hampshire, en ese momento, y William fue trasladado allí de urgencia. Cuando finalmente regresó a Harvard, estaba retraído y tímido; no se le pudo persuadir para que volviera a dar una conferencia; Comenzó a mostrar una marcada desconfianza hacia la gente, miedo a la responsabilidad y una inadaptación general a su vida anormal. No se relacionaba mucho con los estudiantes y huía de los periodistas, pero estos lo arrinconaron, por supuesto, el día de su graduación como Licenciado en Artes en 1914. Tenía dieciséis años. Entonces vestía pantalones largos y se enfrentaba a los periodistas que bajaban al Yard con menos sensación de vergüenza que cuando era un niño con bragas. Pero en él se habían desarrollado claras fobias. "Quiero vivir la vida perfecta", dijo William a los periodistas. "La única manera de vivir la vida perfecta es vivirla en reclusión. Siempre he odiado las multitudes". Por "multitudes" no fue difícil leer "gente". Entre los que se graduaron con William James Sidis ese día se encontraban Julius Spencer Morgan; Gilbert Seldes; y Vinton Freedley y Laurence Schwab, los productores de la comedia musical. Los periodistas no les prestaron atención.
A los dieciséis años, William James Sidis era un chico grande y, cuando ingresó en la Facultad de Derecho de Harvard, ya no era la figura incongruente que había sido. Los periódicos tenían poco interés en sus idas y venidas. Asistió discretamente a la facultad de derecho durante tres años y aparentemente fue un estudiante brillante, pero su principal interés eran las matemáticas, y en 1918 aceptó un puesto de profesor en una universidad de Texas. Su fama le precedió, pero incluso si no lo hubiera sido, la extrema juventud de este profesor de matemáticas habría sido suficiente para convertirlo en una curiosidad. Se encontró en el centro de un interés que le molestaba y le consternaba. De repente renunció a su puesto y regresó amarga y silenciosamente a Boston, donde vivió en la oscuridad durante algunos meses.
Fue el 1 de mayo de 1919 cuando el nombre del joven Sidis volvió a ocupar las primeras planas de los periódicos. Con una veintena de jóvenes más, participó en una manifestación comunista en Roxbury y fue llevado ante el tribunal municipal como uno de los cabecillas del grupo y, de hecho, el mismo individuo que había portado la horrible bandera roja en su desfile. En el estrado de los testigos, Sidis demostró ser más franco y sincero que discreto. Anunció ante un tribunal estupefacto que para él no había más dios que la evolución; Cuando se le preguntó si creía en lo que representa la bandera estadounidense, dijo que sólo hasta cierto punto. En un momento dado, para instrucciones del magistrado, se lanzó a explicar la forma de gobierno soviética. Su inclinación marxista se había desarrollado durante un período de varios años. Cuando los Estados Unidos entraron en la guerra, se declaró objetor de conciencia y en varias ocasiones expresó la opinión de que los problemas del mundo eran causados por el capitalismo.
Un policía que había ayudado a disolver el desfile de los radicales identificó a Sidis como el hombre que llevaba la bandera roja. El oficial dijo que le había preguntado a Sidis por qué no llevaba la bandera estadounidense, y que Sidis respondió: "¡Al diablo con la bandera estadounidense!". Al regresar al estrado, el famoso prodigio negó vehementemente haber hablado alguna vez con el testigo y haber dicho alguna vez a nadie: "¡Al diablo con la bandera estadounidense!" Repitió que se oponía a la guerra y que creía en una forma de gobierno socializada. Después de una pausa, anunció que, en realidad, había llevado una bandera estadounidense, tras lo cual, ante el asombro de la sala del tribunal, sacó una bandera estadounidense en miniatura de su bolsillo. Fue condenado a dieciocho meses de cárcel por incitación a disturbios y agresión. Apeló y, mientras estaba en libertad bajo fianza de 5.000 dólares, desapareció del estado en el que había sorprendido a profesores eruditos y a policías patrióticos. Marcó el comienzo de un nuevo y curioso modo de vida para el joven.
Durante los cinco años siguientes, William James Sidis parece haber logrado la "vida perfecta" de la que había hablado el día de su graduación: la vida de reclusión. Aparentemente vagaba de ciudad en ciudad, trabajando como empleado, o en alguna otra función menor, por un salario que sólo le permitía subsistir. En 1924 volvió a aparecer en las noticias cuando un periodista lo encontró trabajando en una oficina en Wall Street, por veintitrés dólares a la semana. Estaba consternado al ser descubierto. Dijo que todo lo que quería era ganar lo suficiente para vivir y trabajar en algo que requiriera un mínimo de esfuerzo mental. Los últimos periodistas que bajaron a su oficina para entrevistarlo no lograron verlo. Había dejado su trabajo y había vuelto a desaparecer.
Dos años más tarde, en 1926, Dorrance & Company, una editorial de Filadelfia que imprime libros "vanidosos", es decir, libros publicados a expensas de los autores, publicó un volumen llamado " Notas sobre la colección de transferencias". Fue escrito por un tal Frank Folupa. Frank Folupa, según descubrió un periodista despiadadamente ingenioso, no era otro que William James Sidis. Nuevamente lo atropellaron y lo entrevistaron. Anunció que durante mucho tiempo había sido un "peridromófilo", es decir, un coleccionista de transferencias de tranvía. Él mismo había acuñado la palabra. Su libro (ahora agotado) tenía trescientas páginas y era un tratado erudito y laborioso sobre el origen, la naturaleza y la clasificación de nada más y nada menos que los trozos de papel que los conductores de tranvía entregan a los pasajeros cuando solicitan transbordos. Muchos psicólogos y analistas deben haber estado interesados al leer en los artículos que el genio del niño precoz que había asombrado al mundo académico dieciséis años antes había florecido de esta manera extraña. El libro es digno de examen. Sidis escribió un prefacio al volumen, que comenzaba así: "Este libro es una descripción de lo que es, hasta donde sabe el autor, un nuevo tipo de pasatiempo, pero que a primera vista parece tan razonable como , tan interesante y tan instructivo como cualquier otro tipo de colección de moda. Esta es la colección de transferencias de tranvías y formas afines. El propio autor ya ha recopilado más de 1600 formas de este tipo." El prefacio revela, en otro lugar, que el autor no carecía de cierto humor. "Podemos mencionar", decía, "el interés geográfico y topográfico, tanto en la exploración como en el análisis de las transferencias mismas. También están las interesantes luces que una colección de este tipo arroja sobre la política en la que necesariamente están involucradas las empresas de tránsito". ; aunque difícilmente recomendamos que este interés político se lleve lo suficientemente lejos como para inducir al coleccionista a tomar partido en tales disputas. Y nuevamente: "Uno puede encontrar mucha diversión con las transferencias: se dice que un estudiante de la Universidad de Harvard se encontró en una calle coche y, deseando un viaje extra, le pidió al revisor un transbordo. Cuando se le preguntó "¿A dónde?" "En cualquier lugar", dijo. El conductor le guiñó un ojo y dijo: "Está bien". Te transferiré a Waverly. Posteriormente se rieron del estudiante cuando contó la historia y se le informó que el asilo para débiles mentales estaba ubicado en Waverly ". Sidis también incluyó en su prefacio algunos versos que había escrito cuando tenía catorce años. Comienzan:
Desde los trenes subterráneos en Central,
se toma un transbordo y se va
a Allston o Brighton o
a Somerville, ya sabes;
En los automóviles desde Brighton, haga transbordo
al metro de Cambridge este
y tome un tren hasta Park Street
o Kendall Square, al menos.
"Conocemos", concluye el autor, "a alguien a quien realmente le ayudó a tomar el camino correcto al recordar un fragmento de uno de estos versos". El libro analiza todo tipo de transferencias: tipos estándar, tipo Ham, tipo Pope, tipo Smith, tipo Moran, transferencias Franklin Rapid, transferencias Stedman. De este último (para darle una idea), el Sr. Sidis escribió: "Transferencias Stedman: esta clasificación se refiere a un tipo peculiar elaborado por cierta imprenta de transferencias en Rochester, Nueva York. Las peculiaridades de la transferencia Stedman típica son el límite de tiempo tabular. ocupando todo el extremo derecho de la transferencia (ver Diagrama en la Sección 47) y la combinación de fila y columna de ruta de recepción (u otras condiciones de recepción) con el medio día que ya hemos discutido en detalle".
Un año después de la publicación de su libro (al parecer sólo se vendió a unos pocos peridromófilos más), Sidis regresó a la ciudad de Nueva York y volvió a conseguir un trabajo como empleado en una empresa comercial. A su habilidad y experiencia en el trabajo de oficina en general, el genio matemático había añadido ahora, irónicamente, la capacidad de operar una máquina sumadora con gran velocidad y precisión, y le gustaba alardear de este logro. Vivía en 112 West 119th Street, donde se hizo amigo de Harry Freedman, el propietario, y su hermana, la señora Schlectien. Sidis ya no está con ellos y no te dirán adónde ha ido, pero te reenviarán cualquier correo que llegue por él. Aprecian al joven y aprecian su deseo de evitar la publicidad. "Tenía una especie de amargura crónica, como mucha gente que ves viviendo en habitaciones amuebladas", dijo recientemente Freedman a un investigador de la curiosa historia de William James Sidis. Sidis solía sentarse en un viejo sofá en la sala de estar de Freedman y hablar con él y su hermana. Sidis les dijo que odiaba Harvard y que cualquiera que enviara a su hijo a la universidad es un tonto: un niño puede aprender más en una biblioteca pública. Con frecuencia hablaba de su pasión por coleccionar transfers. "Él puede decirle cómo llegar a cualquier calle de cualquier ciudad de los Estados Unidos con un solo billete de tranvía", dijo el Sr. Freedman con asombro y admiración. Parece que Sidis mantiene correspondencia con peridromófilos en varias otras ciudades y de esta manera se mantiene al día con la situación del tranvía y los transbordos. Una vez, el joven bajó de su habitación un manuscrito en el que estaba trabajando y le pidió a la señora Schlectien si podía leerle "algunos capítulos". Dijo que resultó ser un libro del tipo "Buck Rogers", sobre aventuras en un mundo futuro de maravillosos inventos. Ella dijo que estaba genial.
William James Sidis vive hoy, a la edad de treinta y nueve años, en un dormitorio del destartalado extremo sur de Boston. Por una fotografía de él y de sus actividades, este disco está en deuda con una joven que recientemente logró entrevistarlo allí. Lo encontró en una pequeña habitación empapelada con el diseño de enormes flores rosadas, considerablemente descoloridas. Había una cama grande y desordenada y un enorme baúl medio abierto. En una pared colgaba un mapa de Estados Unidos. Sobre una mesa junto a la puerta había un paquete de transferencias de tranvía cuidadosamente unidas con un elástico. Sobre una cómoda había dos fotografías, una (sorprendentemente) de Sidis como el niño genio, la otra una chica de rostro dulce con gafas con montura de concha y un elaborado saludo de Marcel. También había un escritorio con una pequeña y antigua máquina de escribir, un Almanaque Mundial , un diccionario, algunos libros de referencia y un libro de la biblioteca que el visitante del joven recogió en un momento dado. "Oh, vaya", dijo Sidis, "esa es sólo una de esas historias de delincuentes". Dirigió su atención hacia la pequeña máquina de escribir. "Puedes cogerlo con un dedo", dijo, y así lo hizo.
William Sidis, de treinta y nueve años, es un hombre corpulento y corpulento, con una mandíbula prominente, un cuello grueso y un bigote rojizo. Su cabello claro cae sobre su frente como lo hizo la noche que dio una conferencia a los profesores en Cambridge. Sus ojos tienen una expresión que varía desde la ingeniosa hasta la cautelosa. Cuando es cauteloso, tiene una especie de dignidad incongruente que de repente se rompe en el alegre abandono de un niño de vacaciones. Parece tener dificultades para encontrar las palabras adecuadas para expresarse, pero cuando lo hace, habla rápidamente, asiente bruscamente con la cabeza para enfatizar sus puntos, hace gestos con la mano izquierda y, de vez en cuando, emite una risa curiosa y jadeante. Parece disfrutar mucho e irónicamente de llevar una vida de irresponsabilidad errante después de una infancia de escrupulosa reglamentación. Su visitante encontró en él cierto encanto infantil.
Sidis trabaja ahora, como de costumbre, como empleado en una casa comercial. Dijo que nunca permanece mucho tiempo en una oficina porque sus empleadores y compañeros de trabajo pronto descubren que él es el famoso niño prodigio y que no puede tolerar un puesto después de eso. "La sola visión de una fórmula matemática me enferma físicamente", dijo. "Todo lo que quiero hacer es ejecutar una máquina sumadora, pero no me dejan en paz". Resultó que una vez le ofrecieron un trabajo en la Eastern Massachusetts Street Railway Company. Parece que los funcionarios creían con cariño que el joven mago de alguna manera sería capaz de resolver todos sus problemas técnicos. Cuando se presentó a trabajar, le presentaron un montón de planos, gráficos y documentos llenos de estadísticas. Uno de los funcionarios lo encontró una hora después llorando en medio de todo. Sidis le dijo al hombre que no podía soportar responsabilidades, ni pensamientos complejos, ni cálculos, excepto en una máquina de sumar. Tomó su sombrero y se fue.
Sidis tiene un nuevo interés que le absorbe actualmente más que los traslados en tranvía. Se trata del estudio de ciertos aspectos de la historia de los indios americanos. Da clases a media docena de estudiantes interesados una vez cada dos semanas. Se reúnen en su dormitorio y se acomodan en la cama y en el suelo para escuchar el intenso pero vacilante discurso del otrora prodigio. A Sidis le preocupa principalmente la tribu Okamakammessett, a la que describe como una especie de federación proletaria. Ha escrito algunos folletos sobre la tradición y la historia de Okamakammessett y, si se le solicita adecuadamente, recitará poesía de Okamakammessett e incluso cantará canciones de Okamakammessett. Admitió que su estudio de los Okamakammessetts fue una consecuencia de su interés por el socialismo. Cuando la joven mencionó la manifestación del Primero de Mayo de 1919, miró el retrato de la niña en su cómoda y dijo: "Ella estaba en ella. Era una de las fuerzas rebeldes". Él asintió vigorosamente con la cabeza, como complacido con esa frase: "Yo era el abanderado", prosiguió. "¿Y sabes qué era la bandera? Sólo un trozo de seda roja". Él soltó su risa curiosa. "Seda roja", repitió. No hizo ninguna referencia a la imagen que tenía de sí mismo en los días de su gran fama, pero su entrevistador supo más tarde que en una ocasión, cuando un alumno suyo le preguntó a quemarropa sobre su precocidad infantil e insistió en una demostración de sus habilidades matemáticas. Sidis logró con dificultad expulsarlo de la habitación.
Sidis reveló a su entrevistador que tiene otro trabajo en marcha: un tratado sobre las inundaciones. Le mostró la primera frase: "California ha adquirido considerable fama gracias a su supuesto clima". Parece que estuvo en California hace unos diez años durante sus andanzas. Su visitante se animó, por fin, a mencionar la predicción, hecha por el profesor Comstock del Instituto Tecnológico de Massachusetts allá por 1910, de que el niño que ese año daba una conferencia sobre la cuarta dimensión a una reunión de eruditos crecería hasta Sé un gran matemático, un líder famoso en el mundo de la ciencia. "Es extraño", dijo William James Sidis, con una sonrisa, "pero, ya sabes, nací el Día de los Inocentes".
―Jared L. Manley (James Thurber) 1
1 En Los años con Ross Thurber escribió: "Era uno de los '¿Dónde están ahora?' serie, para la cual hice la reescritura (Grossett & Dunlap, 1957, p. 210)". Pero Jared Manley era el seudónimo de Thurber. "Bernstein escribe: 'A principios de 1936, Thurber comenzó a escribir (en realidad a reescribir, ya que algunos de los mejores reporteros de The New Yorker, como Eugene Kinkead, estaban haciendo la investigación) una serie de perfiles breves y retrospectivos. Bernstein también revela que Jared L. Manley fue un nombre que Thurber improvisó cuando escribió su primer artículo sobre un viejo boxeador basado en las iniciales del boxeador John L. Sullivan y Manley basado en "el arte varonil de la autodefensa".'" — Privacidad, Información y Tecnología.
2 Norbert Weiner, que estaba en la reunión del club de matemáticas, escribió: "El joven Sidis, que entonces tenía once años, era obviamente un niño brillante e interesante. Su interés estaba principalmente en las matemáticas. Recuerdo bien el día en el Club de Matemáticas de Harvard en el que GC Evans, ahora jefe retirado del departamento de matemáticas de la Universidad de California y amigo de toda la vida de Sidis, patrocinó al niño en una charla sobre las figuras regulares de cuatro dimensiones. La charla habría dado crédito a un alumno de primera o segunda dimensión. estudiante de posgrado de cualquier edad, aunque todo el material que contenía era conocido en otros lugares y estaba disponible en la literatura. El tema me lo había hecho familiar EQ Adams, un compañero de mis días en Tufts. Estoy convencido de que Sidis no tenía acceso según las fuentes existentes, y que la charla representó el triunfo de los esfuerzos sin ayuda de un niño muy brillante ( Ex-Prodigy , Simon & Schuster, p. 131 - 132)".
4 Cfr. Siete mitos del fracaso por Dan Mahony: "Las investigaciones muestran que la mayoría de los niños prodigio llevan vidas productivas. Al igual que Sidis".
Vale la pena dedicar casi dos horas para escuchar a Nuccio Ordine.
En este vídeo el profesor de literatura italiana Nuccio Ordine, reivindica la construcción de una sociedad mejor a través de valores humanistas. Sostiene que “disciplinas como la música, la literatura, el arte, hoy en día se consideran inútiles porque no producen ganancias, y son el conocimiento que más necesitamos, porque pueden hacer a la humanidad más humana”. Su mensaje transgresor es que la educación debe formar herejes en su sentido etimológico (proviene del latín haeretĭcus, que a su vez procede del griego αἱρετικός -hairetikós-, que significa 'libre de elegir', de modo que un hereje es una persona que asume la posibilidad de elegir libremente seguir un dogma diferente del que le es impuesto).
Ordine reflexiona sobre las grandes transformaciones de la escuela, de la investigación científica y de la sociedad. Considera que la enseñanza y la educación “constituyen una forma de resistencia a las leyes del mercado, a la mercantilización de nuestras vidas y al temible pensamiento único”. El escritor italiano nos invita a hacer un viaje a los problemas del presente a través de la literatura clásica.
Nuccio Ordine es profesor en la Universidad de Calabria. Este escritor, filósofo y humanista es uno de los mayores expertos en el Renacimiento y en el pensamiento de Giordano Bruno y cree que los clásicos son la mejor escuela para la vida. Su libro superventas “La utilidad de lo inútil”, es un manifiesto humanista que ha sido traducido a más de veinte idiomas y obtuvo la consideración de Mejor Libro Humanista del año 2017.
Aquí discrepo algo en no valorar debidamente lo virtual.
“Ninguna plataforma digital puede cambiar la vida de un estudiante, solo los buenos profesores pueden hacerlo”, sostiene el filósofo Nuccio Ordineen este segundo vídeo. Para el humanista italiano, es fundamental no perder de vista la importancia de las relaciones humanas en este contexto, y saber distinguir la emergencia de la normalidad: “¿Cómo podré leer un texto clásico sin mirar a los ojos a mis estudiantes, sin reconocer en sus rostros los gestos de desaprobación o de complicidad?” Y añade: “Estamos olvidando que sin la vida comunitaria, sin los rituales que regulan los encuentros entre profesores y alumnos en las aulas no puede haber ni transmisión del saber, ni formación auténtica”.
Nuccio Ordine reivindica la construcción de una sociedad mejor a través de valores humanistas. Cuando era niño, en su pueblo no había escuela y en su casa no había libros. Sus padres no llegaron al instituto, pero él ha logrado convertirse en un referente mundial sobre literatura clásica.
Acudiremos a la Conferencia de Mario Iceta, Obispo Auxiliar de Bilbao en el Fórum Europa, Tribuna Euskadi en el Hotel Ercilla de Bilbao.
Miércoles 13 de mayo de 2009
Participaremos en la jornada central del programa de Actividades Extraescolares y Complementarias de Bizkaia organizado para su Semana Cultural de ACEX en el centro baracaldés Clara Campoamor, que se iniciará el lunes 11 de Mayo, finalizando el sábado 16.
Jueves 14 de mayo de 2009
Estaremos en la segunda jornada de la VIII Edición de GetxoLinguae 2009 en el Hotel Igeretxe de Getxo, que arranca el 13 de mayo y concluye este jueves, con el objetivo de servir de foro de encuentro para la reflexión y el debate del profesorado. Se trata de una iniciativa que organiza el Berritzegune de Getxo, y que este año lleva como lema "Escuchar, hablar y conversar".
La Fundación Sabino Arana ha acogido este sábado, dentro de los actos del Think Gaur Euskadi 2020, a un selecto panel de expertos. Destacan todos sus componentes, comenzando por el Dr. Soumitra Dutta (Presidente de "Europa Innova", dependiente de la Comisión Europea) y el también indio Ranga Rao, director de la Indian School of Business, y completándose con dos figuras locales, Jon Azua (Presidente de e-novating) y Olga Rivera (Catedrática de Organización y Política de empresa de la Universidad de Deusto), moderados por Alfonso Martínez Cearra (Bilbao Metrópoli 30). La síntesis final ha sido a cargo de Xabier Lapitz (Radio Euskadi), y los anfitriones del evento Iñigo Urkullu y Estibaliz Hernaez (coordinadora del área). Ha tenido lugar en la sala Multibox de EITB (Camino de Capuchinos de Basurto, 2. Bilbao). Primera mini-crónica: Ha sido una mañana deliciosa, degustando grandes e ilusionantes ideas políticas y, simultáneamente, unas creaciones gastronómicas de Josean Martínez Alija, Jefe de Cocina del Restaurante Guggenheim Bilbao. Hoy hemos escuchado y participado en un diálogo abierto en un marco de gran política, de futuro, de integración, de esperanza, apostando por las personas, con la educación como único camino para la innovación. Lo sintetizaría con esa palabra, que no se ha citado aún, de perfecta "polírica". Ha sido un avance de lo que puede ser la "Politika 2.0" porque el mismo anfitrión, Iñigo Urkullu, ha señalado que "escuchar" es la palabra clave para innovar en la política". Entre el selectopúblico, con figuras de la talla de Josu Jon Imaz, estaba la Presidenta del Parlamento Vasco, Izaskun Bilbao. Ella ha mencionado sucintamente el esfuerzo de innovación para avanzar hacia una democracia más participativa (y no solamente representativa), en ese apasionante reto que debe ser Parlamento 2.0. Hemos twitteado la primera parte, entre foto y foto desde las 10:00 con el iPod touch (lo que no es muy cómodo, pero sí había Internet con la misma clave que la pasada semana con Heziberri, en el mismo escenario pero diferente atrezzo). El resto de intervenciones, de gran interés y proyección será relatado más adelante. Post en elaboración: Continuará editándose.
En apenas una mañana se han vertido centenares de ideas, conceptos, pistas, sugerencias,... desde el estrado y desde las butacas de alrededor. Resulta casi imposible atribuir su autoría en el río de citas y propuestas. Con permiso de sus autores, citemos algunas propuestas, en desorden pero en completa sintonía:
Conviene reforzar una identidad propia con un aumento de la diversidad. y no sólo en procedencia geográfica sino en género, edad, origen académico y profesional, niveles laborales en la empresa,... Genial, integrador, solidario, inteligente,... Como nuestras escuelas primarias donde el alumnado recién llegado nos aporta, más riqueza y también más identidad, paradójicamente.
Hemos de superar “la esquizofrenia de competir y cooperar al mismo tiempo”. Como lo hemos hecho en el pasado, demostrando que somos capaces de lograrlo. Un ejemplo: El Museo Guggenheim de nombre extranjero que ha reforzado la identidad vasca. El nuevo proyecto Guggenheim en Urdaibai es otra oportunidad de dimensiones múltiples, creando más que un centro: un experimento vivo de sostenibilidad,...
La web 2.0 y el "caso Obama" demuestran que nos podemos saltar a los “guardianes del standard comunicativo”, abriendo el debate social mucho más que hasta ahora.En ello ha insistido el profesor Soumitra Dutta.
Se ha insistido en que no hay una China, sino muchas Chinas, muchas Indias,... Pero, y contra lo que pudiera parecer en rapidez, la democracia de India favorece la innovación más que en "continentes" como China. Lo político, lo económico, están más unidos de que que, a veces, se piensa.
Del mismo modo, las universidades de prestigio, las "escuelas de negocios", han de servir no (sólo) a la élite mundial de la economía, sino a la misma sociedad en la que se asientan. Es preciso reordenar valores de solidaridad, con una innovadora "economía de servicio", y quizá una profunda crisis como la actual sirva para ello.
El clave decisiva tratar de ser "los mejores", sin conformarse con estar en valores altos y cómodos. Aplicable a todo, pero especialmente a la educación, donde la equidad debe acompañarse de calidad.
La innovación es, en muchos y nuevos casos, un concepto mucho más ligado al “cambio” que al “status”. Citado por Ranga Rao poniendo como ejemplo al exitoso "cochecito" eléctrico Reva, es muy sugerente en otras áreas como la educativa.
El propio chef Josean Mártinez Alija, ver en la parte final del primer vídeo adjunto, compartía una lección de innovación desde la gastronomía. Ha señalado que hace años la alta cocina manejaba productos elitistas, sofisticados y escasos (bogavante, trufa, caviar,...), y cómo ahora se valoran los productos cercanos y saludables (patata, vaina, berenjena,...). Hoy, la creatividad es poner alma y pasión en lo que todos hacemos día a día en nuestra labor,... Este mismo criterio, la innovación generalizada de toda la sociedad, ha sido aludido por muchos de los presentes.
La innovación no se impone, se genera. Generalmente, en dos direcciones. Si es tecnológica, suele ser de arriba hacia abajo; si es social, en sentido ascendente. ¿Y si es política? ¿Debería lograrse la Política 2.0 más desde la ciudadanía, sin esperar la decisión de compartir poder de los dirigentes?
La educación, especialmente la universitaria, ha estado en primera línea. La búsqueda de excelencia es algo que se debe inculcar desde la edad más temprana. Se han citado modelos de concursos de "jóvenes científicos" para aprender a degustar la emoción de descubrir, de investigar, de aplicar. Sugerencia para la Semana de la Ciencia que acabamos de celebrar, y que no logra captar suficientes vocaciones en esta área crítica para cualquier sociedad contemporánea.
La educación, en todas las etapas educativas, debe buscar, medir y alcanzar subir la media general,... y también los niveles de excelencia máximos. Lo hemos repetido muchas veces, "calidad sin equidad, o equidad sin calidad, sería un fracaso".
El reto de la innovación, su trascendencia para todos, es algo que debe comunicarse y socializarse debidamente, a fin de solicitar el esfuerzo de todos. Esa apuesta y el correspondiente compromiso debe apreciarse especialmente entre quienes lo pregonan y entre quienes lideran los planes de I +D +i.