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¡Vuelven los de la ESO!

El verano es ese caluroso periodo en el que alumnos y profesores descansan unos de otros, mientras padres e hijos se sobrellevan mutuamente a jornada completa. Aquellos matrimonios con hijos en los que ambos cónyuges son docentes constituyen los parias de la sociedad: nunca disponen de vacaciones plenas. A medida que los hijos crecen en años, la amenaza del “descanso” estival en familia alcanza dimensiones pavorosas, llegando a todo su apogeo con la adolescencia de los retoños. Ésas son nuestras penosas circunstancias actuales.

Cuando los nenes eran pequeños, el veraneo era una rutina fatigosa pero llevadera, fichando las ocho horas reglamentarias en la playa, tras cargar todos los bártulos como porteadores sherpas y recorrer bajo un sol de justicia los sólo varios kilómetros que te separaban de la mayor aglomeración humana que imaginar se pueda. Esos arenales donde los niños aprenden lo grande y poblado que está el mundo, con toda la diversa humanidad que se puede hacinar en tan poco espacio. Al nene le comprabas un completo juego de obrero de la construcción con pala, cubo y rastrillo, a la nena otro con figuritas y gafas de sol, y tras excavar varias toneladas de arena y transportar hectolitros de agua salada, podías confiar en que necesitaran simultáneamente una siesta. Incluso te quedaban fuerzas al anochecer para repasar, por aquello de que “los críos vayan adelantados”, algunos de esos piadosos cuadernos de vacaciones, con el que las editoriales cubrían su estación negra. Según los niños ganaban en autonomía locomotora y digestiva, se llegaba a poder viajar sin baca king size y tras el regreso, en sólo once meses te recuperabas plenamente para afrontar el siguiente verano.

Pero llega el fatídico día en el que tus obedientes y enmadrados hijos son abducidos hacia un extraño estado denominado adolescencia, mientras sus padres deambulan hacia otra estación llamada desesperación. La pubertad comienza cuando se encierran en su cuarto con un portazo para escuchar música y salen transformados en miembros de una tribu en la que rigen unas vestimentas estrambóticas y unas normas grotescas. Estos especímenes púberes comparten características comunes de la juventud de todos los tiempos, aunque han desarrollado mutaciones propias.

Con pantalones hipercantinflados, pendientes de filibustero y pelambreras paleolíticas, en definitiva pura moda lumpen, se permiten llamarte antiguo por tu forma de vestir. Ocultan a sus padres ante sus amigos, como si éstos no tuvieran sus propios padres y hubiesen surgido como berzas o por generación espontánea. Esta generación PlayStation son la prole Nescafé, que reclaman el éxito instantáneo. Primero exigen el premio, y luego ya se lo merecerán. Se creen todos que son hijos únicos, incluso en familias numerosas: demandan toda la atención sólo para cada uno de ellos.

Esta estirpe la forman aquellos niños del llavín en el cuello, que cuando volvían del colegio abrían la puerta de casa, donde sus padres no habían llegado todavía. No saben qué fue la Guerra Fría, ni recuerdan cuando la Unión Soviética se desintegró, y solamente han conocido una Alemania, un único Papa,… Creen que el sida y ETA han existido toda la vida, como el CD, el Walkman, el ordenador y casi el teléfono móvil.

Tratados como principitos en casa y en Primaria, se transforman en déspotas domésticos y demonios escolares en Secundaria. Frecuentemente desmotivados para todo lo que sea el deber, se oponen sistemáticamente a recibir órdenes e incluso ­en casos minoritarios­ adoptan actitudes violentas.

Los padres nos plegamos a su dictadura consumista, en la que les embarcamos por ser demasiado complacientes y por ofrecerles todo lo que creímos no haber tenido. Y luego con fatalismo nos asombramos por la adopción fervorosa que hacen de marcas y modas. Perplejos, atribulados y desorientados, los padres, a veces, quisiéramos presentar la dimisión. Hemos pecado de exceso de permisividad y empleado exclusivamente estímulos positivos (demasiados premios). A la hora de exigir hemos sido cada vez menos exigentes: Sólo, y a veces ni eso, se les requiere el aprobado en los estudios.

Los profesores luchamos a brazo partido. El resultado es esperable si consideramos que la ESO reúne turbas de adolescentes asilvestrados e insoportables, a menudo incluso para ellos mismos por la insatisfacción con la que viven su transformación, por otro lado completamente necesaria para alcanzar su madurez. Los tutores, como los padres, debemos brindarles un apoyo incondicional y, desde la afectividad no exenta de autoridad, evitar que cometan errores irreversibles como elegir caminos de droga o violencia, o frustrar sus mejores opciones de futuro personal y profesional.

La sociedad, en su conjunto, y las instituciones, los medios de comunicación, los hábitos sociales no ayudan demasiado. Una ciudadanía “adolescéntrica”, que elige a prescriptores adolescentes como modelos de pensamiento y actuación, que idolatra a cantantes o deportistas de éxito temprano con mínimo esfuerzo, y que parece proclamar no ya que el modelo ideal es la juventud, sino que erige a la irresponsabilidad como pauta de actuación. Prima la cultura “teenager”, el País de Nunca Jamás donde todos seamos “Peter Pan” para divertirnos y ser felices.

Los adolescentes se enrocan y eligen convertirse en adultos cada vez más lentamente. La adolescencia se extiende, adelantándose y prorrogándose, incluso se transmuta: ya no es una estación de paso, sino un destino terminal. Parecemos una sociedad de “adultescentes”, y la mejor prueba son esos parques acuáticos o temáticos, donde los padres barrigones se convierten en “gamberros” con una felicidad vergonzosa para los pocos lúcidos.

¿Y cómo hemos llegado hasta aquí? Reconozcámoslo: Si los jóvenes y adolescentes han tomado el poder, es porque los adultos se lo hemos cedido, más que porque ellos lo desearan poseer. Del pater familias, se pasó a una equilibrada división de la autoridad entre padre y madre, que consultaba y escuchaba la opinión de los hijos. El autoritarismo de las aulas y los “educastradores” fueron completamente repudiados, por la insufrible experiencia vivida en el pasado. Pero el péndulo no quedó ahí.

Fuimos olvidando la “educación” y pasamos a la “seducción”. Teníamos que convencerles, cuando todavía apenas podían discernir, y creímos que nuestro error era no motivarles, cuando se trataba de enseñarles a asumir sus responsabilidades. Incluso los padres y madres tratamos de ganarnos el cariño de los hijos, aspirando a convertirnos en sus amigos o colegas más que el embrollo de ser sus padres. De la equilibrada igualdad entre padre y madre, y entre hijo e hija, pasamos al erróneo igualitarismo de padres e hijos. Perdimos la autoridad que nos correspondía, y no llegamos a ser la referencia que ellos necesitaban, aunque no la pidieran expresamente. Toleramos sus caprichos, y por negociar y evitar el conflicto, cedimos a sus demandas primarias que condujeron a la “cultura de la litrona”, llegando a un momento donde el peligro de drogas y el riesgo de suicidios es mayor que nunca.

El sistema social y el subsistema educativo se organizan democráticamente por estamentos. Pero ni la relación paterno-filial, ni docente-discente deben ser “democráticas”, porque las funciones de padres y profesores no son equiparables a las de hijos y alumnos. La ausencia de autoridad paternal y docente no libera al adolescente, por el contrario le sume en una tiranía más despiadada. Ellos consideran, mayoritariamente, que sus padres y profesores son poco severos, y ­en el fondo­ aprecian y respetan más a los más exigentes. A menudo ­con su comportamiento inaceptable­ sólo están demandando el cariño y la atención que los adultos dejamos de prestarles. Los jóvenes, realmente, esperan que nosotros, los adultos, les guiemos, y en caso extremo repudian más la indiferencia y el “laissez faire” que el rigor.

El diálogo se complementa con la disciplina, la libertad con la autoridad, y las madres y los padres, que estamos cada día más comprometidos con la educación de nuestros hijos e hijas, debemos prescribir y sancionar, positiva y negativamente. Nuestros hijos nos escuchan más de lo que creemos, y nos quieren tanto como nosotros a ellos.

¡Ah, pero el verano siempre es adolescente! Y es legítimo añorar la juventud, y recordar la sentencia de Horacio, válida para cualquier edad, Carpe Diem! (¡Vive intensamente cada instante!). Y como decían en el “Club de los Poetas Muertos”: “Examínate de la asignatura fundamental: el Amor. Para que un día no lamentes haber malgastado tu capacidad de amar y dar vida”.

Versión original: mikel.agirregabiria.net/2002/elpais8.htm

Versión en PDF: mikel.agirregabiria.net/2002/vuelveeso.pdf

Reflexiones educativas de Massimo Recalcati

Recogemos algunas ideas desgranadas en esta entrevista a Massimo Recalcati, que recomendamos leer en su integridad. Sólo para despertar el interés, anexamos algunas de las reflexiones del psicoanalista Massimo Recalcati:
  • Ya no son los estudiantes los que esperan en fila a ser triturados por el sistema (véase en el vídeo adjuntado), como contaba The Wall de Pink Floyd. ¡Ahora son los profesores los que son consumidos por el dispositivo escolástico! La única forma de resistir es no perder el deseo por lo que se enseña. Y hacer equipo con otros profesores, para sentirse menos solo.
  • El hecho novedoso es que se ha roto el pacto generacional y esto ha incidido en el discurso educativo. Los padres y los profesores ya no trabajan juntos en la educación de los jóvenes. Los padres más bien son los aliados de los hijos contra los profesores. Es un cambio inaudito: los padres, en vez de apoyar el trabajo de los profesores, se han convertido en sindicalistas de sus propios hijos. Para Freud existía un vínculo espiritual entre padres y docentes. Hoy, este vínculo se ha deshecho.
  • Yo, Recalcati, pensaba, cuando era joven e indisciplinado, que aprender de memoria no servía para nada. En cambio, Daniel Pennac subraya un aspecto de la memorización que yo había descuidado. Se trata de sumergir a nuestros hijos en el gran río del lenguaje. Es una experiencia de recuperación de nuestra procedencia. Por eso siempre escucho, con una mezcla de envidia y admiración, a amigos que en nuestras fiestas recitan poesías que aprendieron de memoria siendo niños...
Noticia original de El Mundo.

Otro reportaje con Massimo Recalcati sobre el ocaso irreversible del padre.

Con perlas como esta que sigue: ...Telémaco espera a la orilla del mar el regreso del padre. «Pero esta espera no es una parálisis melancólica», asegura Recalcati. «En el complejo de Telémaco no está en juego la exigencia de restaurar la soberanía perdida del padre-jefe. La pregunta por el padre que arraiga en el malestar de la juventud de hoy no se refiere a la fuerza y la disciplina, sino al testimonio. Hoy hacen falta padres-testigo». Pensándolo bien, ser padres-testigo no es un factor meramente biológico. No se es padre por una cuestión sanguínea sino por un gesto de adopción. El verdadero estatuto de paternidad lo constituyen los padres adoptivos. El ejemplo por excelencia es San José. «Ser padres adoptivos», explica Recalcati, «significa mirar al hijo sin tener proyectos sobre él. Sin poseerlos. Significa dejarlos ir»...

En esta segunda entrevista (leedla completa) interviene un gran cómico, Giacomo Poretti que apunta: "...¿Quién es entonces el padre? Aquel que te testimonia una vida. «Mi ejemplo de padre es San José». «Su fe es un ejemplo. Nosotros no nos hemos creado solos, tampoco hemos creado a nuestros hijos. Ellos, los hijos, son un regalo y nosotros no somos más que los intermediarios de un gran amor»". Ved cómo enlaza con un viaje post nuestro de 2002: "Querubines extraterrestres".

Actualización a 10-1-17 de secuelas: Padres sindicalistas. Con párrafos como este: "La escuela no le gusta a la mayoría de los chicos porque les obliga. La escuela no le gusta a la mayoría de los padres y a las madres porque les pone en evidencia. La escuela no le gusta a la mayoría de los profesores porque les desautoriza. Y la escuela, finalmente, tampoco le gusta a la propia Administración, que, en su intento de contentar a los cuatro actores anteriores -chicos, padres, madres y profesores-, acaba por no contentar a ninguno".

Cuando los padres quedamos huérfanos de nuestros hijos

Cuando los padres quedamos huérfanos de nuestros hijos
Poema, que algunos atribuyen a Gabriel García Márquez, aunque todo parece apuntar a que pertenece a un autor desconocido, que expresa a la perfección toda esa nostalgia y esa melancolía de ver el paso de los niños a adultos, de observar cómo se van haciendo grandes ante la atenta mirada de unos padres que solo quieren lo mejor para ellos. Cómo hay una etapa en la que los padres quedan huérfanos de sus hijos, pero con un mensaje claro: hay que disfrutar cada instante de los hijos, hay que vivir cada etapa de su desarrollo porque todas pueden ser maravillosas. Y apunta algo más: la segunda oportunidad que dan los nietos. Un poema lleno de sentimiento, nostalgia y emoción. Aquí dejamos el texto completo:

Hay un período / cuando los padres / quedamos huérfanos / de nuestros hijos.

Es que los niños crecen independientemente de nosotros, / como árboles murmurantes / y pájaros imprudentes.

Crecen / sin pedir permiso a la vida. / Crecen / con una estridencia alegre / y, a veces, / con alardeada arrogancia. / Pero / no crecen todos los días, / crecen de repente.

Un día se sientan cerca de ti / y con una naturalidad increíble / te dicen cualquier cosa / que te indica que / esa criatura de pañales, / ¡ya creció!

¿Cuándo creció / que no lo percibiste?

¿Dónde quedaron / las fiestas infantiles, / el juego en la arena, / los cumpleaños con payasos?

El niño crece / en un ritual de / obediencia orgánica / y desobediencia civil.

Ahora estás allí, / en la puerta / de la discoteca / esperando no sólo que no crezca, / sino que aparezca.

Allí están / muchos padres al volante / esperando que salgan.

Y allí están / nuestros hijos, / entre hamburguesas y gaseosas.

Con el uniforme / de su generación / y sus incómodas / y pesadas mochilas / en los hombros.

Allá estamos nosotros, / con los cabellos canos.

Y esos son / nuestros hijos, / los que amamos / a pesar / de los golpes de los vientos, / de las escasas cosechas de paz, / de las malas noticias / y la dictadura de las horas.

Ellos crecieron amaestrados, / observando y aprendiendo / con nuestros errores / y nuestros aciertos.

Principalmente / con los errores / que esperamos no se repitan.

Hay un periodo / en que los padres / vamos quedando / huérfanos de los hijos.

Ya no los buscaremos más / en las puertas de las discotecas / y del cine.

Pasó el tiempo del piano, / el fútbol, / el ballet, / la natación.

Salieron del asiento de atrás / y pasaron / al volante de sus propias vidas.

Deberíamos haber ido más / junto a su cama, / al anochecer, / para oír su alma respirando / conversaciones y confidencias / entre las sábanas de la infancia, y a los adolescentes,  cubrecamas de aquellas piezas / con calcomanías, / afiches, agendas coloridas y discos ensordecedores.

Pero crecieron sin que agotáramos con ellos todo nuestro afecto.

Al principio fueron al campo, la playa, navidades, pascuas, piscinas y amigos.

Sí, había peleas en el auto por la ventana, los pedidos de la música de moda.

Después llegó el tiempo en que viajar con los padres comenzó a ser un esfuerzo, un sufrimiento, no podían dejar a sus amigos y primeros enamorados.

Quedamos los padres exiliados de los hijos.

Teníamos la soledad que siempre deseamos, y nos llegó el momento en que sólo miramos de lejos, oramos mucho (en ese momento se nos había olvidado) para que escojan bien en la búsqueda de la felicidad / conquisten el mundo del modo menos complejo posible.

Nieto y abuelo, Julen y su aitxitxe

El secreto es esperar. / En cualquier momento nos darán nietos.

El nieto es la hora del cariño ocioso y la picardía no ejercida en los propios hijos.

Por eso, los abuelos son tan desmesurados y distribuyen tan incontrolable cariño.

Los nietos son la última oportunidad de reeditar nuestro afecto. / Así es.

Los seres humanos sólo aprendemos a ser hijos después de ser padres; sólo aprendemos
a ser padres después de ser abuelos.

En fin, pareciera que sólo aprendemos a vivir después de que la vida se nos va pasando.

Los hijos, como los buques

Familias centrifugadas

¿Qué está pasando con la familia actual? Parece que aceptamos todos como inevitable que la familia de hoy se encuentre lo más dispersa posible por supuestas ventajas de la modernidad. Muchos conocidos te cuentan la misma historia: El niño estudiando inglés en un remoto campamento, la chica en el extranjero, el hijo mayor de veraneo con los abuelos por la cuadrilla, la madre de vacaciones adelantadas, el padre trabajando,… y el perro en un hotel de animales abandonados.

El mismo espacio del hogar se ha desperdigado. Antes estudiábamos con los libros sobre una simple tabla de madera, puesta entre los brazos de un sillón, o todos los hermanos en la misma mesa de la cocina, oyendo la misma emisora y con máximo provecho. Hoy día, cada nene o nena necesita “su” cuarto, con un equipamiento integral de oficina: dos mesas, una para el ordenador con red e Internet, sillón giratorio, sofá, biblioteca personal, equipo de música, televisión y vídeo, cama propia y supletoria para invitar a los amigos,… y todo para encerrarse y no estudiar casi nada. Los críticos días previos a los exámenes deben acudir a una biblioteca pública, con los amigos, para concentrarse. Las luces de lectura en la cabecera les sirven para estudiar a fondo… los catálogos de motos o la convocatoria del siguiente festejo. El equipo informática adquirido para conectase a la “sociedad de la información” se limita a consola de juego o de chateo, y para “bajar” música estruendosa, que constantemente atruena por los auriculares soldados a las orejas que les aísla del ruido familiar. Incluso se organizan los turnos de comida y cena, para no encontrarse y poder elegir cada miembro familiar su programa televisivo favorito.

Toda esta anorexia familiar surge y proviene de múltiples frentes públicos y privados, pero solamente como personas conscientes podremos superar esta grave anemia hogareña. No se sabe si fue antes la gallina o el huevo, la “sociedad desfamiliarizada” o la “familia desintegrada” que estamos aceptando y construyendo. Exigimos más plazas de guardería y más extensos programas escolares, para que los niños desde un mes de edad estén poco en casa; más mediatecas y cibertecas públicas para que los jóvenes se larguen de casa; ayudas para las mujeres trabajadoras para que las madres no aparezcan por casa; más plazas para jubilados en residencias o centros de día para que los jubilados no molesten en casa; más empleo juvenil para que los jóvenes escapen de casa; y más policía para vigilar las casas vacías. Si es así, ¿para qué pedimos nuevos pisos? ¿Moradas que son hogares sin fuego, ni hijos, ni padres, ni abuelos? ¿Viviendas sin vida?

La responsabilidad recae en nosotros los adultos, los padres y madres que podemos decidir el modelo de familia. Como se dice y es obvio, no hay niños ilegítimos; sólo padres ilegítimos. La tarea de elegir el modelo familiar no corresponde ni a los hijos, que sólo conocen el patrón que se les presenta, ni a los abuelos, que vivieron otros tipos de familias. ¿Conocen esos globos-salchicha de moda con los que juegan los niños, que se inflan, se sueltan y viajan por el cielo un buen rato hasta caer al suelo tras agotar su aire contenido? Parecen una imagen de algunas familias recientes. El crío juega con el globo-familia, que le entretiene fugazmente, y luego le defrauda. Esperemos que quizá, mientras sube y vuela, el globo-familia también llore al ver que se le escapa el niño. Otro día hablaremos de los padres descarriados, que sufren el “estrés de la paternidad”, y que demuestran realmente que sólo algunos progenitores dominan el arte de educar mal a los hijos. Basta del cinismo imperante que afirma que “la más feliz vida de familia es la de un viudo sin hijos” y de quienes defienden “las familias numerosas, en las que toda mujer debería tener al menos tres maridos”.

El Talmud dice que “la sociedad y la familia se parecen al arco de un palacio: quitas una piedra y todo se derrumba”, y para Baudelaire "la patria es la infancia". Hemos de recuperar una familia que siga siendo el deux ex machina de la humanidad, con formatos renovados sí, pero más familia que nunca. Los padres hemos de seguir contando nuestros sueños a los hijos, que son esponjas inagotables de tiempo paterno. La más antigua de todas las sociedades y la única natural es la familia. Sólo los padres auténticos saben lanzar a sus hijos al aire y recogerlos luego. Ésta es la mejor prueba de la paternidad. Un hijo genuino es el que puede presumir: “¡Nosotros también tenemos padre! ¿Qué creías, que éramos pobres?” Recordemos que con el dinero se puede edificar una mansión espléndida, pero nunca fundar una familia dichosa.

El mejor don de los progenitores...

Los padres pueden regalar muchas cosas a sus hijos. Gustan de donarles todo lo que tienen, todo lo que pueden. A veces, se esfuerzan en lograr lo que no les alcanza, sólo para entregárselo a su prole. En esa búsqueda, a veces se olvidan que lo que todos los niños quieren es... tiempo paterno, de estar con ellos, de escucharles, de hablarles,.. En la bella y emotiva película autobiográfica "La pesadilla de Susi" (An American rhapsody), basada en la historia real de su directora Éva Gárdos. En la Hungría de la posguerra, unos padres deben escapar de su patria, y en la huida no logran reunirse con su hija pequeña. Ella queda al cuidado de un matrimonio de labriegos que la cuidan durante seis años como si fuese su hija, y le dedican toda su existencia. Finalmente, los padres logran reunir en Estados Unidos a toda la familia, ofreciendo a Susi (Scarlett Johansson) un futuro mucho mejor. Aunque padres biológicos y adoptivos conocen su papel y valoran la labor mutua, la niña nunca olvidará haber sido la estrella en su modesta y feliz infancia rural, en torno de la cual vivieron y se volcaron sus primeros padres, unos pobres campesinos que la hicieron ser como luego pudo ser con el apoyo de ambas familias.

Necesario debate sobre la Huelga de Deberes #HuelgaDeDeberes

Noviembre 2016: Fines de semana sin deberes
Nos alegra mucho (y, en parte, nos entristece) el debate sobre la Huelga de Deberes #HuelgaDeDeberes promovida con la campaña #NOaLosDeberes (www.educacionsindeberes.org) de la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres del Alumnado (CEAPA) de los centros públicos españoles (donde EHIGE, la red pública vasca, no participa... pero ¿qué opina al respecto?).

Recomendamos en primer lugar releer el argumentario de CEAPA que reúne cinco propuestas y tras planes de acción, para no quedarnos solamente con el simplismo de que se trata de que estos fines de semana tengan más tiempo libre... los padres y madres.

Coincidimos y discrepamos con este comunicado de la CEAPA. Por ejemplo: Muy Cierto que los deberes generan e incluso amplifican situaciones de desigualdad entre el alumnado según su situación familiar (culta o no, responsable o no,...), pero Craso Error que eliminar el aprendizaje fuera del escaso tiempo lectivo (entre 850 y 1.050 horas anuales según CC.AA. o niveles, en apenas 175 días, la mitad de los de un año), cuando un año no bisiesto dispone de 8.760 horas. Recomendamos lectura de este Informe de la OCDE sobre si perpetúan los deberes las desigualdades en educación.

Otro caso: Es exacto que existe alumnado con 60 horas semanales de actividades escolares y complementarias, pero para la generalidad del inaceptable porcentaje de alumnado con quien fracasa el sistema educativo es determinante el factor de no dedicar ningún tiempo a los deberes por falta de apoyo familiar.

Como hay muchas más razones por las que creemos que es una NOTICIA POSITIVA, comencemos primero y brevemente con los motivos para sentir vergüenza ajena sobre algunos de los planteamientos y argumentos esgrimidos argumentando por a favor o en contra de esta medida concreta.

Vídeo de la campaña
Cinco aspectos negativos de la discusión:
  1. La simplificación de una cuestión que, si bien parece puntual, es un síntoma clave de la calidad del proceso de aprendizaje-enseñanza (sí en ese orden, realzando el aprendizaje) y de la crucial colaboración entre alumnado-familias-profesorado-administración educativa. Aquí defenderemos los "deberes" no sólo del alumnado, sino también de sus familias y del profesorado en el tiempo no lectivo (y no sólo "corrigiendo deberes").
  2. La falsa interpretación de que este es un choque de autoridad entre familia y profesorado, y no como una gran oportunidad de entendimiento social para quienes (familia y profesorado) deben servir y educar al protagonista de todo el proceso: el alumnado. Otra fallida versión es el choque de derechos entre libertad de cátedra y patria potestad, ambos perfectamente compatibles porque el deber de la educación de los menores corresponde a sus progenitores, que delegan parte de la instrucción en la docencia.
  3. La toma de posiciones atrincherada del boicot ofrece una imagen radicalizada de algunas organizaciones representativas de padres-madres o sindicales, como entre la pública CEAPA y CONCAPA concertada religiosa o contra sindicatos estatales como ANPESUATEA,...
  4. El dislate del enfrentamiento entre las propias Federaciones de AMPAS y el aparente desencuentro familia-profesorado es el peor servicio que se muestra ante la consciencia discente infanto-juvenil de quienes deben aprender guiados armónicamente por sus máximos,  cercanos y más significativos referentes con quienes conviven en el hogar, en la escuela,...
  5. Aprendemos de MODELOS HUMANOS, no de instrucciones o contenidos emanados de Boletines Oficiales, que recomiendan esfuerzo y dedicación. Por el contrario, madres y padres que desacreditan al profesorado, o viceversa, se desprestigian a sí mismos y pierden toda la ingente autoridad que por naturaleza o vocación les corresponden.
The Homework Challenge: How to Help your Young Scholar Be Successful from ChildrensHealthCouncil
Estrategias, recursos y pautas para acertar con el aprendizaje en casa, qué, quién, cómo, dónde,,...
Diez razones positivas del debate:
  1. Bienvenida una respuesta organizada de las familias con eco mediático sobre toda reflexión social abierta sobre la educación, sus pedagogías y fórmulas de organización, algo excelente para la vitalidad y futuro de la comunidad humana donde surja. Demasiado se ignora el aprendizaje a lo largo de la vida, algo a lo que toda sociedad que desee pervivir dedica una ingente e imprescindible inversión humana, económica,... Bien hallada la voz de padres y madres, pero ojalá afinasen más objetivos y acciones,...
  2. El recuerdo tan necesario de los Derechos del Niño (mejor de la Infancia) no sólo para reconocer el derecho al descanso y el esparcimiento, al juego y a las actividades recreativas propias de su edad, sino para que ser consultados sobre todo lo que les afecta,... como Francesco Tonucci nos reclama. 
  3. Sugerentes y perfectas las recomendaciones para hacer estos (y todos los) fines de semana de este mes, que se citan en la imagen, abarcando desde preparar una cena conjuntamente en familia y conversar sobre algún tema de actualidad (proponemos el alcohol como elefante en la sala que no queremos ver y que mata a niñas de 12 años), hasta hacer una ruta en transporte público.
  4. Resulta muy acertado el enfoque sobre la obsolescencia de la vieja instrucción asentada en la memorización y repetición de contenidos caducos. Aunque serían preferibles unas proposiciones más asertivas y no de prohibición, como recomendaciones de Aprendizaje Basado en Proyectos, con soluciones que conecten trabajos escolares en cibercomunidades de distintos centros,... incluso países y con aportaciones a problemas reales de la humanidad (ver ideas como Sargoi,...).
  5. Aprender jugando, desde jugar es el trabajo de la infancia hasta las estrategias de "serious games" son troncales en la reformulación del aprendizaje contemporáneo. Tonucci sugiere al alumnado en su tiempo de deberes: «Por favor, debéis jugar para poder traer mañana experiencias».
  6. Una de las metodologías más innovadoras de la pedagogía del conectivismo, Flipped Classroom o la clase invertida, exploran y explotan el tiempo al que se refieren los "antiguos deberes", convirtiendo en tiempo de información el doméstico previo al propio de aprendizaje apoyado en clase por docentes. Ya no se trata de repasar lo aprendido en clase, sino de investigar antes del proyecto guiado en las aulas. 
  7. Los mal denominados "deberes" si lo transformamos en aprendizaje en todo tiempo y lugar, bajo la dirección de un magisterio contemporáneo, es la  clave o dovela central del arco de la nueva educación en red, permanentemente conectados. 
  8. La realidad digital y el hecho probado de que las competencias se adquieren más fuera de la escuela que dentro nos obligan a enriquecer el entorno extraescolar del alumnado más desfavorecido como hacemos con Hauspoa, ACEX, Hamaika Esku (11 manos o muchos recursos) o Bidelaguna (Ayuda en el camino, acompañamiento y refuerzo) en la CAPV,...
  9. Necesitamos que los progenitores con su perspectiva más responsable y en unión a los claustros docentes exijan que TODO el alumnado pueda seguir aprendiendo fuera de las horas lectivas, en sus hogares, en sus barrios,... conectando mejor la telaraña familiar-docente con recursos y metodologías digitales como las que proyecta Sare_Hezkuntza (educación en red), asegurando que TODO el alumnado cuente con dispositivos unipersonales en centros avanzados que aprovechan esos fructíferos tiempos de aprendizaje.
  10. Necesitamos una innovación disruptiva sobre el concepto de "deberes", una revolución más cualitativa que cuantitativa. Alumnado que prosiga en casa, o en el barrio, en conexión y guiado, su propio talento y las actividades que les apasionan y que les hace únicos ni estarán perdiendo tiempo libre ni se agobiarán por las horas destinadas a lo que les hace felices.
Hahstags: #NOaLosDeberes / #HuelgaDeDeberes / #HuelgaDeberes.
Post publicado en el primer fin de semana, pero que iremos ampliando.

Prisa adolescente

Ha sido noticia recientemente que un niño de 13 años, José Francisco M. B., se escapó de su casa de Alhaurín de la Torre (Málaga) y 18 días después fue encontrado sano y salvo en Móstoles (Madrid), tras haber viajado y sobrevivido sin problemas después de llevarse 400 euros de su hogar. No se ha indicado cuánto dinero le quedaba cuando fue hallado tras su fuga. Este chaval ha elevado la categoría de “hacer novillos” hasta el nivel de “hacer turismo”, en toda regla aunque prematuramente. Ni las familias ni el profesorado entendemos esta contemporánea aceleración infantil y juvenil por querer llegar al estatus de adultos, con lo bien que se puede subsistir en las primeras etapas vitales, como tardíamente ellos también descubrirán.

Como padres o educadores, muchos conocemos algo de la premura por vivir y por crecer de los hijos o alumnos adolescentes. “Son” magníficos hijos y alumnos, pero “están” en una fase que domina su existencia, intentando adivinar quién es cada uno de ellos. Ese “estado” transitorio no debe confundirse con su “esencia”. Los jóvenes exhiben todo tipo de peculiaridades propias de la pubertad: son más listos que nadie, o al menos eso se creen ellos, y aman la libertad, entendida como hacer lo que les dé la gana. Ciertamente son muy capaces, activos, dispuestos, despiertos, creativos, y… apresurados. Porque si algo caracteriza a la adolescencia es la prisa, junto al aburrimiento del que hablaremos en otra ocasión. Mientras aún (aunque no lo reconozcan) añoran las certidumbres de la infancia, demuestran gran prisa por llegar a mayores, por ser independientes y por… aprender cometiendo sus propios errores. Desde su perspectiva como protagonistas, los adolescentes definen la pubertad como “la etapa de la vida en la que te acuerdas todo el rato de la infancia, mientras tus padres viven una época de crisis porque nos hacemos mayores”.
¡Aprisa, deprisa! Prisa o brisa adolescente. Que nos contagien su entusiasmo y no su prisa. Con el paso de los años, los jóvenes aprenden aquello de Vicente Aleixandre: “Aquí tú y yo sentado, alma, vamos a jugarnos la existencia sin prisa”, y que incluso por economía de tiempo la calma es más expeditiva, como decía Stravinsky: “¿Prisa? Nunca tengo prisa, no tengo tiempo”. O como canta Renato Teixeira: “Ando despacio porque ya tuve prisa”. Algún día comprenderán que el secreto de la longevidad consiste en no darse prisa.

En el fondo, los adolescentes son una fuente inagotable de alegrías para sus padres, siempre que sepamos interpretar sus actuaciones. Por ejemplo, sus tranquilizadoras notas acreditan que no han copiado en el examen, o sus interminables horas de farra cada fin de semana prueban que no están débiles como nos pensamos cuando el lunes no conseguimos despertarlos. Diariamente comprobamos que saben discutir con propiedad, aunque no dispongan ni por asomo de argumento válido alguno, pudiendo ser perseverantes y tenaces en sus objetivos… pidiendo algún tipo de vehículo. Ni por un momento los progenitores debemos pensar que nos ha tocado un hijo difícil: ellos mismos enumerarán innumerables amigos de su misma cuadrilla que desobedecen o trasnochan muchísimo más, según ellos.

No existen manuales, que funcionen, para combatir el estrés de padres desesperados con hijos adolescentes…. Sólo podemos recomendar remedios paliativos como grandes dosis de paciencia, en definitiva “agua y resina”, aguantarse y resignarse. Ya sabemos que dar la vida por los hijos sería mucho más fácil que el cotidiano hecho de compartir el cuarto de baño con un o una adolescente. Seamos positivos: Los problemas para la adolescencia de los 16 años se curan, de golpe, el día de su siguiente cumpleaños, cuando empiezan las dificultades de la adolescencia de los 17 años. Y así hasta los 20, 25, 30, o… Dios sabe cuántos años. Es sólo cuestión de lustros…

En todo caso, conviene evitar errores graves como pretender ser amigo de los hijos. Los hijos nos quieren, y nos necesitan, como padres y no como amigos. Hace muchos años, un día de verano en que me tocaba cargar con una enorme balsa y todos los trastos camino de la playa se me ocurrió decirle a mi hijo que parecíamos dos buenos amigos. Él, con esa inteligencia de los 7 años, me pidió, sin darle demasiada importancia: “Aita (papá): ya tengo muchos amigos, ¿te importa ser sólo mi aita?

Consejo y ejemplo

El camino del consejo es largo y lento; el del ejemplo, breve y serio. Las palabras son enanas; los modelos, gigantescos.

El mejor modo de predicar, el más eficaz, es el buen ejemplo. El ejemplo es la principal escuela de la Humanidad, porque procura una lección que todos aprendemos. Pero los buenos modelos no son famosos, no son noticia y no aparecen en las portadas de prensa o en los informativos de televisión, que prefieren destacar lo problemático y lo negativo.

Nos queda proteger el entorno doméstico y escolar. Según un reciente estudio de 'Aldeas Infantiles', el 80% de los niños consideran a sus padres como ejemplos de superación, y modelos a seguir. El informe revela que 7 de cada 10 hijos creen que son sus padres quienes más les animan a que se esfuercen por alcanzar sus objetivos, que son el colegio (59%) y portarse bien (20%).

Un destacado libro de actualidad, Freakonomics, analiza qué aspectos familiares influyen en los resultados académicos. Por ejemplo, compara si es más decisivo “tener muchos libros en casa” o que “los padres lean para sus hijos casi a diario”. Paradójicamente, el primer factor está correlacionado con las notas mientras que no existe correspondencia con la segunda acción, a pesar de acreditar interés y actitud. Concluye que lo que importa es lo que los padres son, no lo que dicen, ni siquiera lo hacen ocasionalmente.

La vida de los padres es el libro de ejemplos de los hijos. El principio de la educación, en el hogar o en la escuela, es predicar con el ejemplo. Lo peor es la contradicción de buenos consejos acompañados de malos ejemplos. El ejemplo debe culminar lo que el precepto comienza. Nada se aprende o se enseña bien, sino desde el ejemplo. No hay más que una educación, y es el ejemplo.
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Versión final en: mikel.agirregabiria.net/2006/ejemplo.htm

Familias ricas

©Mikel AgirregabiriaUna desapercibida noticia, transmitida sólo como curiosidad, ratifica la grandeza que atesora una familia unida.

Nuestro hijo pequeño, Aitor, cuando era pequeño y jugaba con su hermana Leire en la plaza de Santa Ana (Getxo) le replicó a otro niño que estaba acompañado de sus padres, mientras a ellos sólo les cuidaba mi esposa Carmen, por estar yo trabajando lejos: “¡Nosotros también tenemos padre! ¿Qué te creías, que éramos pobres?”

Quizá eso mismo piensan los 150 hijos, todos adoptados excepto tres naturales, de Luiz y Clorinda Bertoline, quienes mantuvieron una inacabada "ciudadela de niños", que nunca fue un impersonal orfanato, en la ciudad brasileña de Araras, en Estado de Sao Paulo. Al fallecer el memorable patriarca el pasado día 14-9-2005, a la edad de 75 años y habiendo quedado viudo desde el pasado diciembre, su inmensa familia (reconocida oficialmente como la más numerosa de todo Brasil) finalmente ha quedado huérfana y en situación precaria, sin ayudas oficiales y sólo apoyada con algunas donaciones.

Este singular matrimonio nunca desistió de su sueño de "criar a todos sus hijos y mantenerlos siempre juntos". Por su hogar, una pequeña propiedad rural, pasaron más de 400 menores abandonados, muchos de los cuales adoptaron personalmente. La numerosa prole Bertoline no ha quedado en la indigencia por el compromiso de los hermanos mayores. Una vez más se comprueba que la virtud de los padres es la mejor dote y su vida, el libro de ejemplos heredado por los descendientes.

Lo cierto es que no hay peor forma de pobreza que la orfandad, ni mejor forma de riqueza que una familia querida. El amor de madres y padres nunca vacila, sino que permanece incondicional y constante. Los progenitores, para ser felices, han de entregarse y prodigarse con sus hijos e hijas. Igualmente, el afecto hacia los padres es el fundamento de toda virtud. Giuseppe Mazzini señaló que “los únicos goces puros que pueden disfrutarse sobre la tierra, son los goces de la familia”.

En una familia unida, se dispone de todo lo esencial. No existe ningún niño o adulto enteramente pobre si cuenta con el amor de sus padres. Al igual que no existe ningún padre o madre completamente pobre, si sus hijos esperan anhelantes su llegada a casa mirando por la ventana. Todo lo cual no aminora la exigencia de justicia y solidaridad para todos los seres humanos y todas las familias hasta que “la pobreza sea historia”.

Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2005/familias.htm

Padres de hijos digitales, conferencia de Ramón Salaverría

La Asociación de Telespectadores de Euskadi, ATELEUS, convoca a progenitores y formadores a la conferencia coloquio que tendrá lugar el próximo jueves 11 de junio a las 19.30 h en los salones del Hotel Carlton de Bilbao (Plaza Federico Moyúa, 2 -ver mapa-) bajo el título Cómo ser padres de hijos digitales: Oportunidades y riesgos de las redes sociales”.

El ponente es D. Ramón Salaverría, Profesor de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra, Vice-chair de la “Journalism Studies Section” dentro de la ECREA, la mayor organización europea de investigaciones en comunicación y autor de numerosos libros y publicaciones sobre Internet. Salaverría ha sido incluido en 2007, 2008 y 2009 en el ranking de Los 500 españoles más influyentes, en concreto, en el Top 25 de la categoría de Internet por su dilatada experiencia en el medio.

ATELEUS con esta conferencia pretende aportar a los padres/madres y formadores de los distintos centros educativos de Bizkaia un conocimiento exhaustivo de las oportunidades y los riesgos que conllevan las redes sociales. De esta forma se apuesta por aminorar la brecha digital existente entre padres e hijos que hace difícil la educación de estos últimos en un uso razonable de las nuevas tecnologías. En ese sentido, y consciente de la competencia desleal que realiza día a día, entre los jóvenes, la “escuela paralela” más insistente y omnipresente, la televisión, ATELEUS ha puesto en marcha un programa piloto de Educación Audiovisual que ofrece a las instituciones educativas instrumentos para: enseñar a ver la televisión con espíritu crítico, seleccionar las películas de cine con criterio, utilizar internet con aprovechamiento y escoger videojuegos adecuados para cada edad.

Abajo un vídeo alusivo al tema, sobre la grandeza y trascendencia de la maternidad / paternidad. Vía. Prometemos crónica del evento.

El mejor legado: la pobreza

Desde el minuto 2:22.

Agradezco a mis padres por su mayor regalo, que fue la pobreza”, dijo Roberto Benigni cuando recogió su Óscar en 1999 por su actuación en "La vida es bella"

Hablaba en serio. No fue una broma. Lo explicó así: "Tengo dos hermanas, solo teníamos una cama y dormíamos todos en ella. Mis padres, mis hermanas y yo. Los mejores momentos de mi vida pertenecen a mi infancia. Mis padres me enseñaron mucho, aunque no sabían leer ni escribir.

En nuestra pobreza, éramos príncipes, aristócratas. Éramos los dueños del mundo y era hermoso. Es la pobreza la que te hace rico. Cuando perteneces al mundo, el mundo te pertenece".

Es un ejemplo maravilloso de resiliencia y de amor filial. Muchos otros posts sobre la resiliencia.
“Agradezco a mis padres por su mayor regalo, que fue la #pobreza”. Roberto #Benigni. En nuestra pobreza, éramos príncipes, aristócratas. Éramos los dueños del mundo y era hermoso. Es la pobreza la que te hace rico.

JORNADA #BIZKAIRED "Nuevas tecnologías al servicio de la Educación"

JORNADA BIZKAIRED - UNIVERSIDAD DEUSTO: "Nuevas tecnologías al servicio de la Educación"
JORNADA BIZKAIRED - UNIVERSIDAD DEUSTO: "Nuevas tecnologías al servicio de la Educación" 18:30h miércoles 13 de abril de 2016 Universidad Deusto Bilbao IMT Cloud,  - PROYECTO EMPRENDEUS

Estimados Asociados y Asociadas,

Por la presente os informamos de la jornada que Bizkaired en colaboración con la Universidad de Deusto, organiza el próximo miércoles 13 a las 18:30h en la propia Universidad: "Nuevas tecnologías al servicio de la Educación"

Pretende ser un acto de divulgación para educadores y familias sobre el uso que actualmente se da a la tecnología dentro de los centros educativos para los menores.

Se van a exponer las preocupaciones que actualmente existen por parte tanto de padres como de profesores. Se realizará la presentación del proyecto IMTLazarus, una experiencia piloto que nace de la demanda de asociaciones de padres, centros de educación y docentes. Este proyecto surgió desde la preocupación que existe en el uso de la tecnología por parte de los menores y las implicaciones que supone.

Tenemos prevista la asistencia de diferentes sectores dentro de la educación:

Centros educativos interesados en la aplicación de las tecnologías Centros que ya las tienen implantadas. Federación vasca de Ikastolas. Representantes del obispado. Asociaciones de padres. Organizaciones educativas tanto laicas como religiosas.

ORDEN DEL DÍA:

18:30h – 18:45h Recepción de Asistentes

18:45h – 18:50h APERTURA ACTO: Mª Luz Guenaga - 
Directora grupo de investigación Deusto Learning

18:50h – 19:30h LAZARUS – Nueva tecnología para el control sobre dispositivos móviles para la EDUCACIÓN: Daniel Martinez – Socio Fundador y Director General de IMT Cloud y Lazarus

- Facilita el control de la navegación de los menores por parte de los padres. 
- Facilita el control de los dispositivos móviles por parte de los centros escolares 
- Controla el cuándo y por dónde se puede navegar en cada momento.

19:30h – 20:30h COLOQUIO - DEBATE 
 Moderador: Txema Villate – Director General de Innobasque.                             Participantes: Mª Luz Guenaga - Directora grupo de investigación Deusto Learning Daniel Fernández – Educador Grupo Educativo Coas Víctor Petuya – Presidente de FAPAE-EIGEF (Federación de AMPAs Euskadi) Daniel Martinez – Socio Fundador y Director General de IMT Cloud y Lazarus.

Hashtag: #BizkaiRed

Diez medidas educativas en manos de las familias

Continuando con las 100 Ideas para la Educación, en Twitter #100i4e, abrimos un debate sobre propuestas específicas para orientar y promover la máxima participación de las familias responsables y comprometidas que apuesten decididamente por la educación de sus hijos e hijas. Sabemos que, posiblemente, algunas de estas medidas pueden contrariar a "determinadas familias", pero es preciso poner en valor el inmenso aporte familiar decisivo para una educación de calidad y en equidad. Anteriormente hubo 10 medidas generales, 10 sugerencias disruptivas, 10 medidas educativas desde la política y 10 medidas educativas en pro del alumnado). 

1. Descontando la propia actitud y voluntad de cada miembro del alumnado (factor más decisivo de su éxito escolar personal como ya indicamos), la denominada "mochila familiar" (contexto sociocultural de la familia) es clave en el crecimiento de la infancia y la juventud, y en el desarrollo de competencias que la educación busca desplegar. Las familias, desde los abuelos y los hermanos o hermanas de cada alumno, son catalizadores del aprendizaje y garantes del éxito escolar de cada miembro del alumnado.

2. Sin aceptar ningún "determinismo social", la familia ofrece una doble dotación a cada alumno o alumna: una dotación genética y una dotación cultural, aún más relevante, derivada del entorno socio-económico-cultural donde puede alimentarse de modo muy diferente las capacidades innatas de cada ser humano. Más que la herencia genética, e incluso que el nivel económico familiar, es el reconocimiento del aprendizaje y del valor de la educación lo que puede impeler al máximo las potencialidades de cada ser humano en sus primeras etapas.

3. El modelo de autoridad y de confianza que rige en cada hogar es decisivo para orientar la actitud en el entorno escolar de cada alumno o alumna. Reclamar a los agentes docentes un formato de educación que no se vive en casa resulta improcedente e ineficaz, además de contradictorio. El respeto y el reconocimiento que dentro de la familia se reconozca a la escuela será el que recoja el alumnado y que trasladará a las aulas.

4. Las familias agrupadas por la elección del centro escolar habrán de coordinarse en su actuación ante los Consejos Escolares. Progenitores, docentes, administración y alumnado deben ser las columnas de la comunidad escolar. Frecuentemente, por exceso en la delegación de sus responsabilidades, son madres y padres quienes menos conjuntamente actúan en las decisiones escolares. Esto debe corregirse.

5. La trascendencia que en cada hogar se atribuye a la lectura, al estudio y al aprendizaje, incluidas las tareas escolares a realizar en casa, se ha demostrado con un indicador preciso del éxito académico, personal y profesional de las personas. Países punteros como Finlandia acreditan una alta atención de madres (principalemente) y padres en el acompañamiento de sus hijas e hijos en la lectura y en "los deberes para casa".

6. Confiad y aplicad el "efecto Pigmalión", especialmente desde las familias, si bien también el profesorado, la administración y la política deben creer en las inmensas posibilidades de la infancia y la juventud. Padres y madres deben ser exquisitamente cuidados en la atención diferenciada a cada hija e hijo, sin menoscabar ni en un ápice las facultades potenciales de cada persona. Cuando se cree se crea, y hay que esperar hasta lo imposible para alcanzar el máximo en cada vástago, dentro de la singularidad de cada ser humano.

7. Las familias deben intervenir con peso en todas las decisiones educativas y escolares, con la única y lógica reserva de que no son -necesariamente o en su totalidad- expertos en las metodologías didácticas. Las familias son los primeros educadores de sus hijos e hijas, especialmente en los decisivos primeros años, y deben seguir ejerciendo este papel dentro y fuera del hogar, interviniendo con el resto de agentes en la gestión integral de los centros escolares. 

8. La elección de centro, en cada curso escolar y en cada etapa educativa, y la libertad de promover y crear nuevos centros educativos con gestión cooperativa u otro modelo, son derechos básicos de las familias que deben ser ejercitados. Quizá no siempre sea posible crear nuevos centros escolares, pero siempre es posible dar un nuevo giro al centro escolar elegido durante el devenir de su existencia.

9. Hemos de recrear y reestructurar las Escuelas de madres y padres,... Es preciso aplicar nuevos conceptos pedagógicos como el "aprender juntos", para descubrir hasta qué punto nos interesa que las y los condiscípulos de nuestros hijos e hijas compartan visiones del rol familiar y el educativo, por la inmensa influencia que alcanzarán en su crecimiento conjunto.

10. La implicación de las familias y la apuesta e inversión que otorgan a la educación de su prole es algo percibido por el alumnado, que identifica y asume como propio, promoviendo una dedicación y un esfuerzo en correspondencia al que sus parientes dedican a su formación. Cuando se conjuntan en un contexto coherente esa consciencia y esa colaboración continuada, el camino está bien trazada y alcanzar metas lejanas es algo que transcurre como algo gratificante y de segura consecución.

Hoy, 27-12-2020, nuestro padre Juan Agirregabiria hubiera cumplido 100 años

Nuestro padre, Juan Agirregabiria Etxebarria, con sus padres
De recién nacido, una de sus primeras fotos que conservamos. Hacia 1921 Familia Agirregabiria Etxebarria
Los cinco hermanos Agirregabiria con sus padres, Ezequiel y Leonor
Nuestro padre, Juan Agirregabiria, el tío Jose, un amigo y el tío Jesús
Tres hermanos en Ubidea
Boda de nuestros padres: Marta Agirre, Juan Agirregabiria, Leonor y como padrino de mamá el tío Felipe
Boda de nuestros padres
Desconocida, Marta, Mikel, JuanMa y nuestro padre Juan Agirregabiria
En una iglesia con sus dos hijos mayores
Juan Agirregabiria Etxebarria
Álbum de imágenes.

Más entradas sobre nuestro padre Juan, que los primeros y últimos años de su vida solamente se expresada en bizkaiera, el dialecto del euskera de Bizkaia.

Hijos, futuros padres

Ser padre es sentirse transformado por el poder de los hijos.

No es padre ni madre quien no ha sufrido lo indecible por los hijos en su difícil crecimiento, cuando los padres nos sentimos como los huesos con los que nuestros hijos afilan sus dientes. No conoce la paternidad ni la maternidad quien no se ha sentido frecuentemente convertido en alguno de los mil oficios del sector servicios: cocinero, camarero, criado, taxista, telefonista, casero, vigilante,… Más aún, no es progenitor quien no se ha visto transmutado, por la varita mágica de estos inteligentes y exigentes magos tipo Harry Potter, en un autómata en forma de lavadora, plancha o mero cajero automático.

Pero llega un día, de ésos en los que el más pequeño de los hijos es mayor de edad, y de pronto adviertes tímidas señales de que tus hijos están madurando. En pleno veraneo, una de esas noches de cena y velada prolongadas, hacia las tres de la madrugada todavía estás recogiendo la mesa cuando escuchas que pasa tu hijo con su ‘tribu’ por los alrededores de la casa y se oye la voz de tu benjamín reclamando imperativamente a sus amigos: "¡Ahora callaros!... que mis padres estarán durmiendo".

La primera impresión es de soltar una carcajada por la sorpresa de que ocurra tan inesperado suceso, pero te contienes prudentemente y pronto te envuelve una satisfacción inigualable al comprender que los hijos también nos quieren, aunque lo disimulen estupendamente a ciertas edades difíciles para todos. El considerado mejor escritor sueco de todos los tiempos, August Strindberg, nos sugirió una magnífica clave educativa: "Los hijos no deben educarse como si fuesen a ser hijos toda la vida, sino pensando que se convertirán en padres".

Escuela y familia

Ésta es una anécdota verídica sucedida recientemente en el Instituto Ibarrekolanda de Bilbao. Al inicio de la clase de informática, los estudiantes se organizan ante sus ordenadores. Uno de ellos, de 2º de la ESO, se desubica para comentar algo con un compañero. La profesora, en medio de su exposición, le reprende con un mandato improvisado: “¡Fulano, vete a tu… cuarto!”. El alumno, sorprendido, responde automáticamente, antes de volver a su pupitre: “¡Sí, mamá!”. El grupo enmudece durante un segundo, antes de la risa colectiva y contagiosa que inicia la educadora. Los rostros perduran risueños hasta el final de la hora.

El hogar y el aula son los dos principales entornos donde viven y se educan nuestra infancia y juventud. Esta accidental transposición quizá demuestre, una vez más, que los ambientes colegiales y familiares son vasos comunicantes y que sólo se logrará el éxito escolar mediante una estrecha actuación conjuntada y planificada por toda la comunidad educativa, compuesta por familias, alumnado y profesorado.

Según datos del INCE (Instituto Nacional de Calidad y Evaluación educativas), la participación de los progenitores en las actividades del centro es alrededor de un 12%. Sólo un 5% dice desconocer la existencia de las Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos (AMPAs), pero el 35% declara no participar en ellas, el 52% sólo paga las cuotas y el únicamente 14% afirma participar activamente.

Así pues, las AMPAs tienen presencia institucional, pero la participación y el compromiso de los padres son mejorables. Sobre el Consejo Escolar, el 58% desconoce su funcionamiento e incluso un 40% ni sabe que existe.

El 82% manifiesta que su relación más directa y participativa con el centro es a través de la relación directa y personal con el tutor: relación que valoran como muy efectiva. Por otra parte, la información emitida por los centros educativos en un 74% la evalúan muy satisfactoria o suficiente, frente a un 26% que la estima escasa.

Preguntas finales para padres y profesores: ¿Estamos favoreciendo al máximo la comunicación mutua? ¿Nos facilitamos el sentirnos cómodos en nuestros encuentros? ¿Cuántas veces nos reunimos las familias con el profesorado, o el claustro y la asociación de madres y padres?

Versión en PDF de "El País": mikel.agirregabiria.net/2003/esc-fam.pdf