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AUVE, miembro de Global EV Alliance (GEVA)

Cuando la Junta Directiva actual de AUVE asumió el 9-6-22 la responsabilidad de dirigir la Asociación de Usuarios de Vehículos Eléctricos de España, una de sus primeras decisiones fue estrechar lazos internacionales con otras organizaciones que comparten su objetivo de una movilidad sostenible. 

Lo primero fue tramitar nuestra incorporación como miembro con voto en la Global EV Alliance (GEVA). Una alianza planetaria que, en la actualidad, reúne a 59 asociaciones, con 220.000 personas asociadas en 34 países de los cinco continentes.

AUVE, miembro de Global EV Alliance (GEVA)
La incorporación ha sido un proceso lento, que aún debe perfeccionar su presentación con nuestro logotipo, pero el avance de las últimas semanas es muy prometedor para formar parte e, incluso, coliderar en Europa este grupo mundial. 

Hemos creado una Comisión Internacional de AUVE, que coordina Néstor Lázaro (a la derecha) junto a Miguel Zarzuela, Vocal de Legislación de la Junta Directiva. También existen una relación previa especial con UVE de Portugal por parte del Vicepresidente, Juan Manuel Moya, y con FFAUVE de Francia por parte de Albert Sagarra, Vocal de Eventos.

Entre los siguientes pasos figuran una programación conjunta de acciones con la Asociación UVE de Portugal y la Federación FFAUVE de Francia, así como una colaboración con Atlante France para colaborar en el desarrollo de una aplicación interoperabilidad en los países del sur de Europa.

Otras posibles actuaciones conjuntas se orientan hacia Tours o Rutas de Vehículos Eléctricos, con recorridos internacionales.

Celeste Caeiro, protagonista de la Revolución de los Claveles

Celeste Caeiro, protagonista de la Revolución de los Claveles
Han pasado 48 años. Privilegio de ser mayor es recordar aquellos días con nitidez, con envidia, mientras nosotros vivíamos en una dictadura que se prolongaría dos años y medio más. Portugal era nuestra esperanza de cómo, casi de golpe, la democracia podría llegar. Pero no todo fue tan limpio, silencioso y efectivo. Y entre aquellos vecinos de península, una protagonista modesta, pero inspiradora.

La mañana del 25 de abril de 1974, cuando Celeste Caeiro despertó, nada le hacía presagiar que Portugal, su país, no solo estaba a punto de cerrar un capítulo de su historia, sino que, sin querer, acabaría formando parte de ella. Fruto de la casualidad tuvo un gesto, el de ofrecer una flor, que sin pretenderlo dio nombre al levantamiento militar que puso fin al régimen dictatorial en Portugal: la Revolución de los Claveles.

La revolución comenzó a las 22:55 horas del 24 de abril, con la conocida canción E depois do Adeus de Paulo de Carvalho, que había representado a Portugal en el Festival de Eurovisión unos días atrás, transmitida por el periodista João Paulo Diniz de la Rádio Emissores Associados de Lisboa, que era el primer aviso para que las tropas se prepararan en sus puestos y sincronizaran relojes. 


A las 00:25 horas del 25 de abril de 1974 la canción «Grândola, Vila Morena», fue retransmitida en la Rádio Renascença, la emisora católica portuguesa, como señal para la confirmación del inicio de la revolución. Era una canción revolucionaria de José Afonso, prohibida por el régimen. Era la segunda señal pactada por el Movimiento de las Fuerzas Armadas (MFA) para ocupar los puntos estratégicos del país, mediante una serie de coordinaciones fijadas por un puesto de mando establecido por el mayor Otelo Saraiva de Carvalho en el cuartel de la Pontinha en Lisboa. En las horas siguientes, el régimen dictatorial de António de Oliveira Salazar se derrumbó.


Años más tarde, Celeste Caeiro, hoy una anciana de aspecto frágil y humilde, no consigue contener las lágrimas cuando recuerda el momento: “El soldado me pidió un cigarro y no tenía. Me dio pena y le di un clavel pensando que no iba a aceptarlo, y lo puso en el cañón de la escopeta”.
Grândola, Vila Morena  hace referencia a la fraternidad entre las personas de Grândola, en el Alentejo, y había sido prohibida por el régimen salazarista como una música del partido comunista de Moscú. Esta canción se convirtió en un símbolo de la revolución y de la democracia en Portugal.

De todo quedaron tres cosas, poema de Fernando Pessoa

De todo quedaron tres cosas:
la certeza de que estaba siempre comenzando,
la certeza de que había que seguir
y la certeza de que sería interrumpido antes de terminar.

Hacer de la interrupción un camino nuevo,
hacer de la caída, un paso de danza,
del miedo, una escalera,
del sueño, un puente,
de la búsqueda,…un encuentro. De todo quedaron tres cosas, poema de Fernado Pessoa
Poesía recordada con ocasión de la jubilación de Maite Martí.