Enamorados: En amor a dos
El día de los enamorados conmemora a San Valentín, obispo que defendió el matrimonio cuando Claudio II lo prohibió a los soldados profesionales al peligrar el Imperio Romano. San Valentín siguió bendiciendo las uniones en secreto, hasta ser encarcelado. Uno de sus carceleros, reconociendo su bondad, le pidió que educara a su hija ciega. Ella recobró la vista y se enamoró del Santo, quien envió una nota de adiós a su discípula antes de ser ejecutado el 14 de Febrero de 269.
Las actuales tarjetas también expresan un amor incondicional. Amor, amor con mayúscula, esa clase de pasión que ningún otro afecto puede superar. Por ello, se habla de estar enamorado como un loco, y se quiere decir como un… tonto. Así el primer deber de los enamorados es ponerse en ridículo, al pretender ser más amables de lo que es posible. Pero los enamorados se olvidan de que el mundo los observa (con envidia), dado que ambos enamorados no ven -de todo el entorno- sino a sí mismos.
El genial Shakespeare supuso que “el amor es ciego y los enamorados no pueden ver las graciosas locuras que cometen”. Por eso, se dice que los enamorados no ven, que la pasión les ofusca; pero muchos creemos que son los demás quienes no comprenden nada porque les apaga la indiferencia. Los seres humanos, cuando amamos, ponemos en el amor algo divino. Y ese amor se reduplica, se propaga y alcanza a quienes están cerca de cualquier enamorado, que son la más sólida alegría.
Para escribir una tarjeta de San Valentín no es suficiente, ni necesario, ser poeta: Es mucho más exigente, hay que estar enamorado. Y enamorarse es, por lo pronto, sentirse encantado por alguien, y alguien sólo puede hechizar si es o parece ser la perfección. Pero una persona enamorada no necesita ser rapsoda, ni perfecta: Logra ambas cualidades, a un tiempo, y sin perseguirlo.
Cuidado con lo que escribes. Nunca hables de ti, ni siquiera de ella. Habla de nosotros, y de un futuro con estrellas. En un amor vivo, todo es signo; el más nimio detalle anuncia difusas dichas o desdichas. Un amor a toda prueba se demuestra, cuando cada amante se enamora de la otra persona en cada aliento, percibiendo que su amada es única. Para un enamorado amar demasiado,… es no amar lo suficiente. Pero no desesperes; día a día aprende, hora a hora… ¡enamórate y enamora!
Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2006/enamorados.htm
Releyendo el Ulises de James Joyce
- Ulises es la novela moderna por excelencia.
- Su aparición en 1922 fue un escándalo: las acusaciones de pornografía y blasfemia llevaron a censurar o prohibir el libro en varios países.
- Ulises describe un día (16 de junio de 1904, véase post específico de 2017) en la vida del vendedor de Dublín Leopold Bloom, festejado por los fanáticos de Joyce como el “día de Bloom”.
- Otro personaje importante es Stephen Dedalus: el profesor insatisfecho con su vida deambula todo el día por Dublín y, finalmente, se encuentra con Leopold Bloom.
- Bloom es un humillado doble: su origen judío húngaro provoca hostilidad antisemita y su esposa Molly lo engaña.
- Durante una visita a un burdel, hieren a Dedalus; Bloom lo protege y lo lleva a casa.
- La novela termina con el famosos monólogo interior de Molly Bloom: 40 páginas de flujo de pensamientos sin puntos ni comas.
- La descripción de la ciudad y su gente ocupa una gran parte de la novela.
- El libro sigue la estructura de la Odisea de Homero: Bloom es un Odiseo moderno.
- En cada capítulo Joyce utiliza una técnica narrativa diferente, que va desde la narración tradicional pasando por el monólogo interior hasta los juegos de preguntas y respuestas.
- James Joyce perfecciona la técnica de la corriente de conciencia: los pensamientos y asociaciones de los personajes se reproducen de manera desordenada y directa.
- La diversidad de los recursos estilísticos literarios y el complejo entrelazamiento de temas y motivos destacan a la novela como una obra maestra de la modernidad; sin embargo, muchos lectores no están a su altura.
"He puesto tantos enigmas y acertijos que la novela mantendrá ocupados a los profesores durante siglos, discutiendo acerca de lo que quise decir. Esa es la única forma de asegurarse la inmortalidad”
— literland (@literlandweb1) January 13, 2023
(James Joyce en referencia a su obra "Ulises") pic.twitter.com/LBr1jI7FDR
Se dice que James Joyce murió atormentado por la falta de comprensión de su estilo. "¿De verdad no se entiende", pronunció antes de morir. “Es el trabajo de un estudiante con náuseas rascándose las espinillas”. Así definió "Ulises" Virginia Woolf. pic.twitter.com/35PmGoUexF
— literland (@literlandweb1) February 2, 2023
"Caminamos a través de nosotros mismos, encontrando ladrones, fantasmas, gigantes, ancianos, jóvenes, esposas, viudas, hermanos enamorados. Pero siempre encontrándonos a nosotros mismos".
— literland (@literlandweb1) August 20, 2023
"Ulises", James Joyce
📷Alfred Stieglitz pic.twitter.com/vUPOq5Rs6a
Cuando los padres quedamos huérfanos de nuestros hijos
Hay un período / cuando los padres / quedamos huérfanos / de nuestros hijos.
Es que los niños crecen independientemente de nosotros, / como árboles murmurantes / y pájaros imprudentes.
Crecen / sin pedir permiso a la vida. / Crecen / con una estridencia alegre / y, a veces, / con alardeada arrogancia. / Pero / no crecen todos los días, / crecen de repente.
Un día se sientan cerca de ti / y con una naturalidad increíble / te dicen cualquier cosa / que te indica que / esa criatura de pañales, / ¡ya creció!
¿Cuándo creció / que no lo percibiste?
¿Dónde quedaron / las fiestas infantiles, / el juego en la arena, / los cumpleaños con payasos?
El niño crece / en un ritual de / obediencia orgánica / y desobediencia civil.
Ahora estás allí, / en la puerta / de la discoteca / esperando no sólo que no crezca, / sino que aparezca.
Allí están / muchos padres al volante / esperando que salgan.
Y allí están / nuestros hijos, / entre hamburguesas y gaseosas.
Con el uniforme / de su generación / y sus incómodas / y pesadas mochilas / en los hombros.
Allá estamos nosotros, / con los cabellos canos.
Y esos son / nuestros hijos, / los que amamos / a pesar / de los golpes de los vientos, / de las escasas cosechas de paz, / de las malas noticias / y la dictadura de las horas.
Ellos crecieron amaestrados, / observando y aprendiendo / con nuestros errores / y nuestros aciertos.
Principalmente / con los errores / que esperamos no se repitan.
Hay un periodo / en que los padres / vamos quedando / huérfanos de los hijos.
Ya no los buscaremos más / en las puertas de las discotecas / y del cine.
Pasó el tiempo del piano, / el fútbol, / el ballet, / la natación.
Salieron del asiento de atrás / y pasaron / al volante de sus propias vidas.
El secreto es esperar. / En cualquier momento / nos darán nietos.
Enamorados o evaporados
Dicen que “hay un solo placer, el de estar vivos, y todo lo demás es miseria”. Dicen que una persona enamorada renace por segunda vez. Dicen que es poco ser poeta: hay que estar enamorado. Dicen que el primer deber de un enamorado es ponerse en ridículo. El amor es ciego y los enamorados no pueden ver las graciosas locuras que cometen. Los enamorados no advierten en todo el mundo más que a sí mismos; se olvidan de que el mundo les ve. ¡Espectáculo digno de dioses, la vista de dos enamorados!
Taine insinuó que “Hay en el mundo cuatro tipos de gentes: los enamorados, los ambiciosos, los observadores y los imbéciles. Los más felices son los imbéciles”. Pero sólo hay dos clases de vida: Estando enamorado o estando evaporado. Y sólo pueden ser dichosas las almas enamoradas. Rebélate y revélate: Ama como nunca has querido. Aprecia la amistad de tus amigos. Vive los días con fe, amor y paz. Trabaja como si necesitases el dinero. Y baila como si nadie te viera. Quizá adivines algún día, que la vida no exigía de ti tanto sacrificio, tal vez solamente te pedía ser feliz. Quizá ese día descubras que tu andar causó pocas sonrisas, demasiado esfuerzo para tan poca alegría y tan poco amor. Quizá comprendas que no es difícil decir “Me equivoqué” y “Te amo”, y corras a decírselo a los que te queden vivos. La solución es enamorarse. Aprende del proverbio alemán: “los enamorados y los contrabandistas conocen los atajos”.
Enamorarse es cuando siempre sonríes, aunque estés cansado. Enamorarse es cuando intuyes que la otra persona es única. Nadie sabe qué es una mujer, si no ha visto una mujer enamorada. Sólo estás enamorado cuando te enamoras a cada instante. Enamorarse es cuando dos se hacen uno, de un tu yo y un mi tú surge un definitivo nosotros. Enamorarse es cuando se funden la beldad y la bondad en un vendad con piedad, unidad, verdad y deidad. Quevedo en sus versos sobre el amor constante más allá de la muerte, aquellos de “Cerrar podrá mis ojos la postrera sombra, que me llevare el blanco día…”, finaliza con “Serán ceniza, mas tendrá sentido; polvo serán, mas polvo enamorado”.
Cambiar de aires
Un proverbio medieval aseguraba que “el aire de la ciudad hace a los hombres libres”, por aquello del fuero que allí regía. Otro antiguo proverbio médico señalaba que “el aire natal es una medicina universal”. Pero en los veranos actuales cambiamos de aires y es cuando mejor sentimos la existencia y el significado de vivir libres al aire libre.
El aire es ese fluido transparente que forma la atmósfera de la Tierra, una mezcla gaseosa sin olor ni sabor que llena todo el espacio terrestre considerado como vacío. Inhalamos unos 14.000 litros de aire por día, y su pureza determina nuestra salud y, en definitiva, la duración y calidad de nuestra vida. Se dice que los cinco mejores médicos son los doctores Sol, Agua, Aire, Ejercicio y Dieta. Napoleón decía que las principales medicinas de su farmacopea eran Aire puro, Agua clara y Limpieza. Hasta los médicos recomiendan que cambiemos de aires cuando no saben qué hacer con nosotros.
En verano parece que, al mudar de aires, podamos vivir del aire, alimentamos del aire, aunque la cuenta bancaria luego nos demuestra que damos aire al dinero y que no nos sustentamos del aire, ni en Buenos Aires, ni en el Zaire. Allá donde descansemos, olvidamos los aires de grandeza, incluso los aires de suficiencia, lo que es más fácil cuando vivimos con la tripa al aire que con aire acondicionado.
Cuando el problema mundial es evitar que saltemos por los aires, muy en serio pero con un aire de fiesta digamos: ¡Aire a las preocupaciones y a las noticias! ¡Aire a quienes disparan, aunque sea al aire y a los ejércitos incluidos los del aire! Demasiado azotamos el aire durante el resto del año, para estar de mal aire en agosto. Vamos a tomar el aire por la playa. Olvidemos, por su tufillo machista, la idea de echar una canita al aire y los affaires. Es tiempo de beber los aires por la pareja, por tu partenaire, por los seres queridos, por quienes tienen un aire de parecido, ese aire de familia.
De aire no se vive, y quizá sólo los mendigos viven a su aire. Pero en vacaciones somos vagabundos enamorados que, como Bécquer, sabemos que los suspiros son aire y van al aire. Esta noche no importa que al estirarnos más de lo que da de sí la sábana, queden los pies al aire. Creamos, como Montesquieu, que para prosperar en este mundo lo mejor es tener un aire de tonto… sin serlo.
Si no nos da un aire, en cuanto amanezca inflemos con aire las bicicletas, y vayamos con las colchonetas de aire a la playa. No construiremos castillos de arena, y sí castillos en el aire. El aire, como el océano, todavía es patrimonio común de la Humanidad. Sintamos esa querida hermandad de todos los seres humanos que compartimos la trinidad de la Tierra, el Mar y el Aire.
Mikel Agirregabiria Agirre. Getxo
http://mikel.agirregabiria.net
Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2005/aires.htm
Cien razones para la alegría
El rapto recíproco
Las personas maduras e inteligentes, mujeres y hombres enamorados, saben que el noviazgo es una etapa destinada a conocer lo que es vivir con (y en) pareja. Es una etapa de prueba que concluye con un compromiso mayor o con la separación de los dos implicados en el proceso. Durante esta fase ambos aprenden a mutuamente conocerse mejor. Para ello, cada uno debe observar cómo responde ante un reto que exige superar el individualismo y que requiere entrega para ceder ante la otra persona en todo aquello, y será mucho, sobre lo que no opinen exactamente igual. En un amor verdadero nunca hay una persona que manda y otra que acata; son dos seres humanos que obedecen y siguen las mismas pautas que dicta una única pasión.
Hay algunas razones de peso para disolver una relación de noviazgo, si parece que no va bien. Si alguien no se separa de la persona equivocada, nunca tendrá la oportunidad de conocer a quien sí le podrá hacer feliz. Aparte de los motivos obvios (signos por ínfimos que sean de violencia, tendencia a la infidelidad,…), dos son los casos de alejamiento inmediato: Una insalvable diferencia de visión sobre el futuro a compartir; o la inmadurez de quien no sabe “lo que quiere”, porque nunca merecerá lo que tenga. Cuando no hay sintonía, la peor solución es confiar en que la otra persona cambiará: Primero, porque es más probable que le toque la lotería; segundo, porque si cambia, lo más previsible es que sea ella quien cambie de pareja; y tercero, porque cuando hay cambios del noviazgo al matrimonio, predominan los cambios… a peor.
En definitiva, si una relación no hace crecer a ambos, si no les hace mucho más dichosos, si no les hace superarse, mejorarse y quererse cada día más,… es absurdo aferrarse al dolor de un error de consecuencias crecientes. Por último, dejarlo no indica que ninguna de las personas sean inadecuadas para la vida en pareja; solamente lo son con ese partenaire. Sólo cuando una persona escoge reiteradamente parejas desacertadas, debe plantearse qué y cómo busca para dar de continuo con quienes resultan inapropiados.
También son muchas e importantes las razones para luchar por una relación, pero sólo si existe un amor mutuo capaz de superar cualquier otra dificultad desde el respeto para el encaje y la complementación. Las ventajas de amar son infinitas y nos descubren qué amor es verdadero: Sólo aquél que simplifica, alegra y estimula la vida, deshaciendo problemas y generando oportunidades. Son falsos amores los destructivos. Un genuino cariño crea, ilusiona y facilita su impagable desarrollo.
Buen indicador de estabilidad y acierto suele ser el dinamismo de un proceso de secuestro bilateral, nunca inmediato ni instantáneo, que no deja resquicios a la duda sobre el acierto. Las palabras “Te quiero” surgen con certidumbre de los labios de una pareja con la que comprometerse de por vida. Al principio con timidez; luego cada día, cada encuentro, cada mañana, cada tarde, cada noche,…
Versión final en: mikel.agirregabiria.net/2006/seguimos.htm
Especie enamoradiza
Nos hallamos en una sociedad y en un tiempo que dan facilidades crecientes para hacer el amor, pero no para vivir enamorarnos. Pudiera parecer que sólo en la época de Goethe cupo aquello de “¡Espectáculo digno de los dioses, la vista de dos enamorados!”, o que apenas Schiller pudo apreciar que “En la más angosta cabaña hay espacio para una pareja feliz y enamorada”.
Ahora el enamoramiento es asunto de “El Corte Inglés”, pero no perdamos la esperanza. Hay algo genético en el alma humana que busca el amor en toda edad y lugar. Santiago Ramón y Cajal se pronunció sobre la festividad de San Valentín, señalando que “Aún en el día del amor, representamos meras delegaciones de la especie, que es, en fin de cuentas, la gran enamorada”. El científico navarro también recomendaba que “El arte de vivir mucho es resignarse a vivir poco a poco”, pero jamás renunciemos a la capacidad de enamorarnos.
Dicen que nadie sabe qué es una mujer, si no ha visto una mujer enamorada. Eso reza para cualquier persona, hombre o mujer. Oigamos la sabiduría de los proverbios populares: Nunca desesperes, mientras puedas enamorarte, porque sólo pueden ser dichosas las almas enamoradas. Recordemos que al enamorarnos renacemos otra vez.