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Amor correspondido


El amor no correspondido es el más extendido y duradero, pero es superable, olvidable y sustituible por un amor recíproco.

Todo el secreto de la felicidad se basa en la elección justa de los amores, soslayando los no correspondidos y apostando fuerte por los amores que funcionan, en la pareja, en la amistad, en la profesión, en la vocación, en la vida,... El amor, en su mayor parte y en su fase preliminar, es amor no correspondido: Amor hacia una persona que no nos recompensa, amor hacia una labor no agradecida, amor hacia una afición que no progresa, amor hacia un destino que no avanza,…


Comprendamos que es el amor, o el odio, lo que mueve el mundo. Elijamos el amor, el amor correspondido, consumado y fructífero. Según Erich Fromm, hay varias formas de amor: maternal, fraternal, erótico, el amor a sí mismo y el amor a Dios. Los dos primeros penden de la suerte familiar de cada uno de nosotros; que los demás sean correspondidos depende de nosotros mismos.

Porque el amor no es esencialmente una relación con una persona específica, sino una actitud de quien ama, de quien por sí mismo dispone y ejerce la fabulosa capacidad de amar. Amar no es establecer una correspondencia bidireccional, sino proyectar el amor hacia alguien (o algo). La persona amada, o el objetivo del amor, puede responder o no. Si algo no funciona del todo, no esperemos que el tiempo lo cure porque la vida es breve. Tampoco caigamos en un enamoramiento pleno con quien no esté igualmente embelesado.

Pero el desamor no siempre debe ser devuelto, aunque quizá sea mejor así con respecto a una persona que definitivamente rechaza nuestro ofrecimiento de amor. Cuando no hay solución, recordemos la vieja técnica del OSO Necio: Obtener; si falla Sustituir; y en caso negativo Olvidar, sino queremos actuar como Necios. Otros afanes, casi todos como los profesionales o las amistades, pueden ser vencidos con tesón y coraje cuando lo deseado merece el empeño.

El esplendor del amor se alcanza con un amor correspondido, que siempre es posible. Para volar alto se necesita un corazón entero – respirando sincronizado con otro corazón- y dos alas, la del amor ofrecido y la del amor recibido. Por eso, cuando el amor nos responde y corresponde, sólo hay que reactivarlo y revivirlo día a día con pasión consciente y sentida. No dejemos apagar nunca un amor recíproco, porque el amor siempre puede crecer, un poco más, mucho más, hasta el infinito y aún más. Se puede estar eternamente enamorado… y correspondido.

Amor se escribe siempre con mayúscula

No lo llames Amor, si no lo puedes escribir con mayúscula.

Amor se escribe con mayúsculas porque no hay amores pequeños; toda clase de amor verdadero es grandioso e imperecedero. La vida mancha, pero el Amor salva. El Amor es una caja de herramientas que puede transformar el universo. El Amor es un caballo de Troya que desde dentro abrirá las puertas de la ciudadela y nos salvará del odio.

Amor se escribe con A de almas anidadas, de aventura y de altruismo, de audacia y de aceptación, de arrebato y de alegría, de amistad y de ayuda, de afirmación y de agradecimiento, de atención y de apoyo, de ánimo y de acompañamiento. Amor se escribe con M de mocedad y de madurez, de mesura y de modales, de maestría y de modestia, de melancolía y de magia de misterio musical. Amor se escribe con O de optimismo y de oportunidad, de originalidad y de observación, de obstinación y orgullo. Amor se escribe con R de rebeldía y rigor, de recato y reflexión, de respeto y de rectitud. Amor se escribe sin E de egoísmo, sin I de ingratitud y sin U de urgente. Amor, a veces, se escribe con H de humor, con una H superflua, porque lo nimio y el detalle son importantes en el Amor.

Hay muchas clases de Amor: a la pareja, a los padres, a los hijos, a Dios, a los hermanos, a la familia, a los amigos, a los necesitados, a la Humanidad, a un oficio, a una dedicación,… Pero todo Amor se escribe con letras de oro, porque el Amor es lo mejor de la vida. Todo lo que vale la pena es, al fin y al cabo, Amor. Al final, sólo perduran los frutos del Amor. El recuerdo y las obras de quienes amamos o nos han amado.

La vocación de vivir no es sino la profesión de amar. Los niños, y en toda casa debiera haber un niño, nos enseñan que vivir es tan sencillo como amar y ser amado. En la sociedad de adultos adustos, donde sólo la maldad es noticia y donde la ternura viaja en trenes rigurosamente vigilados, el puzzle de almas difícilmente encaja. Convirtámonos en ciudadanos del Amor proclamando: "Mi patria es el Amor". El Amor es contagioso, al igual que la falta de Amor. ¡Amémonos! ¡Sólo por hoy! ¡Sólo por ti, Amor! ¡Cuánto te quiero, Amor!

Amor y tiempo dedicado: Una relación proporcional y recíproca

Suelo decir que gracias a Amazon Photos ya podemos medir con exactitud a quienes queremos más,... y quienes nos quieren más. Porque con el reconocimiento de rostros, esta aplicación te ordena las personas que has fotografiado o cuyas imágenes guardas en tu móvil. Y vienen estrictamente secuenciadas por cantidad de apariciones,... Cuantas más imágenes, más veces has coincidido, con tanto valor que habéis decidido inmortalizar el encuentro,... En definitiva, a las que más quieres y añoras cuando no las puedes ver,...

El amor y el tiempo están intrínsecamente relacionados, ya que el tiempo que dedicamos a alguien o algo es una de las manifestaciones más poderosas del amor. Implica que nos importa profundamente aquello en lo que invertimos nuestra vida. Al dedicar el limitado tiempo de una vida, demostramos que estamos presentes, que elegimos voluntariamente involucrarnos y nutrir esa relación, ya sea con una persona, una pasión o una causa. Esto es fundamental porque, como bien dijo Antoine de Saint-Exupéry en "El Principito", "Es el tiempo que pasaste con tu rosa lo que la hizo tan importante". Este acto de dedicación y atención mide el aprecio y es lo que realmente da valor a lo que amamos.

El tiempo que se dedica a alguien o algo permite que el amor evolucione y se profundice. Las relaciones, sean de pareja, amistad o familiares, requieren de un cultivo constante. El amor no es una emoción estática, sino que se construye y refuerza a través de la experiencia compartida. Esta idea está presente en la obra de Gabriel García Márquez, donde en su novela "El amor en los tiempos del cólera", el autor describe cómo Florentino Ariza esperó a Fermina Daza durante más de 50 años, sin dejar que el paso del tiempo apagase su amor. Márquez señala que "el amor se hace más grande y noble en la calamidad", mostrando que es la persistencia y el tiempo dedicado lo que le da profundidad y durabilidad.

Dedicarse a alguien o a algo también implica sacrificio, y este sacrificio es una prueba tangible del amor. Elegir pasar tiempo con una persona en lugar de dedicarse a otras actividades es una forma de priorizar, de decir sin palabras que esa persona o actividad es importante para nosotros. Erich Fromm, en su ensayo "El arte de amar", escribe: "No es suficiente sentir amor, es necesario también actuar con amor. El amor es una actividad, no un afecto pasivo". Aquí, Fromm resalta que el verdadero amor no es solo una emoción pasajera, sino una elección constante que requiere esfuerzo y dedicación.

Por otro lado, la falta de tiempo o la negligencia puede erosionar el amor. Si no dedicamos tiempo a aquello que decimos amar, esa relación o proyecto comienza a deteriorarse. Es lo que refleja la frase popular "lo que no se cuida, se pierde". Incluso William Shakespeare, en "Romeo y Julieta", destaca cómo la urgencia del tiempo en las relaciones puede marcar su intensidad y, a veces, su tragedia. Romeo dice: "El amor es una llama que arde con más fuerza cuanto más rápido quiere apagarse", sugiriendo que cuando no se cultiva adecuadamente, el amor puede quemarse de manera fugaz y efímera.

El amor se mide, en gran parte, por el tiempo que estamos dispuestos a dedicar. Este tiempo representa la energía y el compromiso que invertimos en algo o alguien, y sin él, el amor difícilmente puede florecer o sostenerse. Todo lo contrario es eso de "darse un tiempo", expresión popular que significa lo contrario de lo literal: "Quedarse el tiempo uno mismo y dejar de darlo a la pareja".

La relación entre el amor y el tiempo dedicado a una persona o a una labor es profunda y bidireccional. El amor, en sus diversas formas (romántico, familiar, por una vocación o por una actividad), suele medirse en parte por la disposición de invertir tiempo y energía en esa persona o tarea. 
Dedicar tiempo es una forma tangible de expresar interés, cuidado y compromiso. Veamos algunos argumentos:

1. Calidad vs cantidad: Aunque el tiempo dedicado es importante, la calidad de ese tiempo también cuenta. No siempre es necesario estar en contacto constante; lo esencial es que el tiempo invertido sea significativo y que fomente el crecimiento de la relación o el desarrollo en la actividad. La atención plena, la escucha activa y el apoyo emocional tienen un peso crucial. 
2. Construcción de confianza y conexión: En las relaciones humanas, el tiempo compartido permite construir una conexión más sólida. El compartir experiencias y enfrentar juntos los desafíos fortalece los lazos y crea una base de confianza. Del mismo modo, dedicar tiempo a una labor permite un crecimiento en la habilidad y un vínculo más profundo con lo que se hace. 
3. El sacrificio y las prioridades: El tiempo es un recurso limitado, por lo que dedicarlo a alguien o algo también implica sacrificios. El hecho de elegir pasar tiempo con una persona o en una labor a menudo refleja la prioridad que ocupa en nuestra vida. En este sentido, el tiempo dedicado puede ser un reflejo del amor que sentimos, ya que implica renunciar a otras actividades o personas. 
4. Crecimiento y reciprocidad: Tanto en relaciones como en actividades, el tiempo invertido tiende a producir resultados. En las relaciones, el amor puede profundizarse y fortalecerse con el tiempo, siempre y cuando sea recíproco. En una actividad o labor, el esfuerzo constante también lleva a un desarrollo de habilidades y un sentido más profundo de satisfacción y pertenencia.

En resumen, el amor y el tiempo están estrechamente conectados. El tiempo dedicado es tanto una expresión de amor como un medio para fortalecerlo y desarrollarlo, tanto en relaciones como en actividades personales o profesionales.

Cuando el amor os llame, seguidle

Sobre el amor. EL PROFETA. Kahlil Gibran
"When love beckons to you, follow him, Though his ways are hard and steep,...


Entonces dijo Almitra: Háblanos del Amor,
Y él alzó la cabeza y miró a la multitud, y un silenció cayó sobre todos, y con fuerte voz dijo él:
Cuando el amor os llame, seguidle,
aunque sus caminos sean duros y escarpados.
Y cuando sus alas os envuelvan, ceded a él,
aunque la espada oculta en su plumaje pueda heridos.
Y cuando os hable, creed en él,
aunque su voz pueda desbaratar vuestros sueños como
el viento del norte asola vuestros jardines.
Porque así como el amor os corona, debe crucificaros.
Así como os agranda, también os poda.
Así como se eleva hasta vuestras copas y acaricia
vuestras más frágiles ramas que tiemblan al sol, también
penetrará hasta vuestras raíces y las sacudirá de su arraigo a la tierra.
Como gavillas de trigo, se os lleva.
Os apalea para desnudaros.
Os trilla para libraros de vuestra paja.
Os muele hasta dejaros blancos.
Os amasa hasta que seáis ágiles,
y luego os entrega a su fuego sagrado, y os transforma
en pan sagrado para el festín de Dios.
Todas estas cosas hará el amor por vosotros para que
podáis conocer los secretos de vuestro corazón, y con
este conocimiento os convirtáis en un fragmento del corazón de la Vida.

Pero si en vuestro temor sólo buscáis la paz del amor
y el placer del amor,
Entonces más vale que cubráis vuestra desnudez y
salgáis de la la era del amor,
Para que entréis en el mundo sin estaciones, donde
reiréis, pero no todas vuestras risas, y lloraréis, pero no
todas vuestras lágrimas.

El amor sólo da de sí y nada recibe sino de sí mismo.
El amor no posee, y no quiere ser poseído.
Porque al amor le basta con el amor.
Cuando améis no debéis decir "Dios está en mi corazón",
sino más bien "estoy en el corazón de Dios".
Y no penséis que podéis dirigir el curso del amor,
porque el amor, si os halla dignos, dirigirá él vuestros corazones.
El amor no tiene más deseo que el de alcanzar su plenitud.
Pero si amáis y habéis de tener deseos, que sean estos:
- De diluiros en el amor y ser como un arroyo que
canta su melodía a la noche.
- De conocer el dolor de sentir demasiada ternura.
- De ser herido por la comprensión que se tiene del amor.
- De sangrar de buena gana y alegremente.
- De despertarse al alba con un corazón alado y dar
gracias por otra jornada de amor;
- De descansar al mediodía y meditar sobre el éxtasis del amor;
- De volver a casa al crepúsculo con gratitud,
Y luego dormirse con una plegaria en el corazón para
el bien amado, y con un canto de alabanza en los labios.
Cuando el amor os llame, seguidle

Salud, dinero y amor

La canción decía “Tres cosas hay en la vida: Salud, dinero y amor. Y el que tenga estas tres cosas, que le dé gracias a Dios”.

Tras la lotería de navidad que nunca toca, se declara el día de la salud: “Mientras haya salud…”. Y ello recuerda la terna clásica de la felicidad: Salud, dinero y amor. Dos de estos elementos también aparecen entre las tres vivencias que nunca se olvidan: el primer amor, el primer dinero ganado y el pueblo donde se nació. E igualmente, amor y dinero se repiten entre las tres cosas que no pueden ocultarse: el humo, el amor y el dinero.

Muchos consideramos que el orden convencional de estos tres pilares del bienestar no es el correcto: Mejor sería primero el amor, luego la salud y finalmente el dinero. Paul Giraldy señalaba una diferencia: “El joven desea: amor, dinero y salud. Cuando llega a viejo desea: salud, dinero y amor”. Probablemente la salud no preocupa en la juventud y sí en la madurez, pero la primacía del amor y la relatividad del dinero debieran ser constantes en todas las etapas vitales.

El amor es la materia básica de la que está hecha la vida, porque la ciencia de vivir es el arte de amar. El vals de Rodolfo Sciammarella, que se remonta a 1939, insistía: “El que tenga un amor, que lo cuide, que lo cuide”. El amor además da trascendencia a la vida, con sus múltiples formas y dimensiones: amor de pareja, familiar, amistad, solidaridad,… Maurice Blondel señaló “El amor es, ante todo, lo que hace ser”.

La salud ha demostrado ser la mayor preocupación de la población según todas las encuestas, donde entre las circunstancias que más nos inquietan aparecen en los primeros puestos el fallecimiento, una larga o grave enfermedad o la invalidez, mucho antes que el desempleo o el divorcio. Con razón Emerson apuntaba que “la primera riqueza es la salud”.

El dinero es un buen sirviente, pero un mal amo; por ello, hemos de convertir al dinero en el más poderoso de nuestros esclavos. De ese modo, el dinero es algo maravilloso. Puede ser descrito como la energía de la Humanidad en forma portátil. Dispone de poderes que su amo no posee: puede acudir donde su propietario no llega, hablar idiomas que su poseedor desconoce y salvar vidas de quienes su dueño no sabe el nombre. Así mientras trabajamos en nuestra oficina, con un poco de fraternidad podemos estar colaborando mediante ONGs en escuelas, hospitales o asilos de lejanos países.

Lo cierto es que amor, salud y dinero son esenciales porque cuando nos falta alguno de estos factores no podemos pensar en otros objetivos; sólo si los hemos conseguido –en algún grado- podremos plantearnos nuevas metas. ¡Que el año 2005 nos traiga mucho amor, salud y dinero! Por si acaso no vienen por sí mismos, sería aconsejable ponerse a trabajar duramente para descubrirlos allá donde se encuentren.

Ella debió elegir

Un relato de ficción que realmente sucedió. El drama no fue elegir entre el bien y el mal; ni entre dos males; sino el mejor pretendiente entre todos.

Ella apareció. Cuando nosotros pensábamos que el amor era una entelequia romántica, ella surgió en medio del grupo. Todos entendimos que ella era la mejor demostración de que el amor existe, porque toda ella era amor.

Ella nos enamoró a todos, hasta el delirio. Perdida, irremediable, absolutamente. Poco a poco comprendimos que el hechizo era fatídico, porque sólo uno podía ser el elegido. Y cada uno sabía que, seguramente, otro la haría más feliz. Así que tan pronto como la conocimos, la desesperación acompañó a la pasión. Supimos que nuestro gran amor jamás sería nuestro.

Ella se quiso ir, sin elegir. Porque también ella vio nuestro amor y nuestro dolor. Prefirió no acrecentar aquella insoportable desazón, prefiriendo a uno sobre los demás. Pero no lo aceptamos, tal era nuestro amor. Sólo escogiendo a uno de nosotros, los restantes podríamos superar la pérdida.

Ella aceptó que había de elegir. Y quería escoger, mas sin ofender a los no elegidos. Ella nos amaba a todos,… como amigos. Pero su corazón ya había decidido. Nosotros no lo entendíamos, y aún hoy seguimos sin comprender cómo elige una mujer.

Ella eligió por nosotros. No cabía otra fórmula. La disputa entre nosotros sería baldía, si ella no lo resolvía. Sólo ella podía resolver aquel enigma, aquella intriga que el alma nos deshacía.

Ella eligió. Por descarte, nos pareció, erróneamente. Ella habló, por separado, con cada uno de nosotros. Cuando llamaba y pedía conversar a solas, sabíamos que habíamos sido desechados. Sólo nos quedaba estar con ella, aquellos minutos finales, mientras se desvanecía para siempre la esperanza de ser el elegido y caíamos al abismo.

Ella no eligió a quien más admiraba. Porque la admiración está reñida con el amor, porque es amor congelado. El carisma es un sentimiento que abruma, pero no enternece. La admiración alaba, pero el amor es mudo. Así se lo comunicó ella al más venerado. Él lo aceptó.

Ella no eligió por su bien. Porque el interés sólo degrada el amor. El amor nace de dentro, nunca del cálculo o de la conveniencia. Así se lo declaró ella al más poderoso. Él lo aceptó.

Ella no eligió por vocación, como se elige la profesión, pero no el amor de nuestra vida. Así se lo declaró ella al más amigo, al más semejante, al que parecía su hermano. Él lo aceptó.

Ella no eligió por compasión. Porque por piedad se miente, pero no se quiere con la efusión de un gran amor. Así se lo declaró ella al más necesitado. Él lo aceptó.

Ella descartó igualmente al más fuerte, y al más alto, y al más popular, y al más guapo, y al más joven, y al más experto, y al más alegre, y al más simpático, y al más ocurrente, y al más preparado. Los grandes candidatos, los perfectos, sorprendentemente quedaron apartados.

Ella eligió al fin. Ella eligió vivir. Ella eligió así. Ella eligió al más enamorado, al más entregado, al más fiel, al más atento, porque era el más indicado. Elegir es imaginar. El gran amor de ella proyectó cómo sería la convivencia, fraguó cómo sería el futuro conjunto, y cómo sería nuestra descendencia. Versión .DOC para imprimir



Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2006/ella.htm

Beldad, verdad, bondad


La vida suele ser una sucesión de tres etapas: Primero la época de la belleza, seguida del tiempo de la verdad y concluye con la era de la bondad.

Cuando ya son demasiados los objetivos perseguidos y no conseguidos, cuando los fracasos multiplican los éxitos, cuando la fecha de caducidad propia se atisba por el horizonte,… llega la edad de la bondad. Algunos, quizá, hemos descubierto esta secuencia con demasiado retraso. Si quien lea estas palabras descubre esta paradójica trinidad y la asume con juventud de espíritu, se le puede augurar una vida provechosa y feliz. Existen verdades tan grandes que tardan en entrar en algunas mentes, porque las verdades más elevadas y puras no se adquieren mediante la reflexión y la inteligencia, sino por el sentimiento, según Anatole France.

La Belleza: Es aquello que es inteligible sin reflexión y que, según Stendhal, no es más que la promesa de la dicha. La belleza es ese misterio hermoso e indescifrable. La belleza del cuerpo suele ser indicio de la del alma, y casi siempre la belleza de las cosas reside en el espíritu de quien las contempla. Y de la belleza se pasa a la verdad, porque la belleza siempre tiene razón. Según Keats, la belleza es verdad, y la verdad belleza; esto es todo lo que acá abajo sabemos, y necesitamos saber.

La Verdad: Es un alimento como el trigo, es una antorcha que luce entre las tinieblas. Es como el sol, lo hace ver todo y no se deja mirar. La verdad es como la luz: una y diversa; es como la naturaleza: una y fecunda; es como Dios: uno e inmenso. La verdad es grande y prevalece, porque es hija del tiempo, no de la autoridad. La verdad padece, pero no perece. La verdad existe; sólo se inventa la mentira. Y, de nuevo según Víctor Hugo, la verdad está dentro de nosotros, no surge de las cosas de fuera, porque es fundamento de la virtud más sublime,…

La Bondad: Es la flor de la fuerza. La bondad vence a la maldad como el agua al fuego. La bondad, más que cualquier otra cosa, desarma a todos. Pero la bondad si no está en la conducta, sobra en las opiniones. Una prueba no pequeña de la propia bondad, reside en confiar en la bondad de los demás. El círculo de unidad se cierra: beldad, verdad y bondad. La bondad es la belleza del alma, y esta verdad está en marcha y nada puede pararla.

La insignificancia de un ser vivo se alza con la piedad hacia el infinito de la deidad, incluso en la Tierra, ciudad de maldad. Aprendamos a mirar,… a los que tienen menos. En una pared de la impresionante Capilla del Hombre puede leerse: “Yo lloré porque no tenía zapatos,… hasta que vi un niño que no tenía pies”.

La común esencia de belleza, verdad y bondad se llama AMOR, esa sustancia divina a la que esta noche, a lo lejos, alguien canta,... Son los versos más tristes y bellos que pueda imaginarse y que han inspirado este texto. Se oye in crescendo a Yolandita Monge, en http://www.goear.com/listen.php?v=c242fce. Todo lo que dice del amor vale para la vida, porque una vida sin amor no es vida, porque la belleza es la expresión estética del amor. Eso es todo. Escucha y estremécete, si no estás muerto,… ¡Es fabuloso saber que existen personas como tú,…, efímeros supervivientes que han comprendido algunas claves antes del final anunciado!

El amor es un rayo de luz indirecta, / una gota de paz, una fe que despierta, / un zumbido en el aire, un punto en la niebla, / un perfil, una sombra, una pausa, una espera,... / El amor es un suave rumor, que se acerca, / un timbre a lo lejos, una brisa ligera, / una voz en la calma, un aroma de menta, / un después, un quizá, una vez, una meta. / El amor va brotando, entre el aire y el suelo, / y se palpa y se siente y hay quien puede verlo, / y hace que te despiertes y pienses en él, / y te llama despacio, rozando tu piel.

El amor te hipnotiza, te hace soñar, / y sueñas y cedes y te dejas llevar, / y te mueve por dentro y te hace ser más, / y te empuja y te puede y te lleva detrás,…/ Y de pronto te alza, te lanza, te quema, / hace luz en tu alma, hace fuego en tus venas, / y te hace gritar al sentir que te quemas / te disuelve, te evapora, te destruye, te crea,... / Y te hace viajar, en el filo del tiempo, / remontando los ríos de mil universos, / y te lleva a la gloria y te entrega a la tierra / y te mira,... y te ve,... y piensa,... y piensa,...

Y de pronto el amor, es la luz de una llama, / que se empieza a apagar,... y se va,... y se apaga, / es la isla pequeña perdida en la niebla, / una gota, un no sé, una mancha, una mueca. El amor es la hoja caída en la tierra, / un punto en el mar, una bruma que espesa, / un peso en el alma, un sol que se vela, / un porqué, un según, un ya sé, una queja.

El amor va bajando, peldaño a peldaño, / con las manos cerradas y el paso cansado, / te pregunta quién eres, para hacerte saber, / que apenas te conoce, que qué quieres de él,... El amor te hace burla, se ríe de ti, / mientras tú sigues quieto, sin saber qué decir, / y deseas seguirle y decirle que no, / que se quede, que vuelva, que comete un error.

Y el amor desbarata tus grandes ideas, / te destroza, te rompe, te parte, te quiebra, / y te hace ser ese, que tú no quisieras,/ y te empuja a ser malo / y te deja hecho mi**da / Y te arroja de bruces, al último infierno, / arrancándote el alma, pisándote el cuerpo, / y te ahogas de ansia, de volver a la nada, / y de pronto,... se para,... y te ve,... y se apiada,...

#AcciónPoética, pintando amor, futuro y esperanza

Acción Poética, #AcciónPoética, es un fenómeno mural-literario que comenzó en Monterrey, México, en 1996. El movimiento lo inició el poeta mexicano Armando Alanís Pulido y consiste en pintar e intervenir poética y anónimamente muros de las ciudades con frases estimulantes. Nos encanta y somos fieles admiradores de este maravilloso movimiento. 
Las 125 mejores citas, lemas o frases de Acción Poética:
  1. Seré breve: Ven.
  2. ¿Y si fuera amor?
  3. El cielo a tus pies.
  4. Vos sos mi utopía.
  5. Mírame. Alcanzará.
  6. Suéltame el corazón.
  7. Faltas y todo me sobra.
  8. Te vi y dije: De aquí soy.
  9. Lo que sea, pero contigo.
  10. Bésame, luego te explico.
  11. Sin poesía no hay ciudad.
  12. Existo cuando pienso en ti.
  13. Mi color preferido es verte.
  14. La piel es de quien la eriza.
  15. Hasta olvidarte sería injusto.
  16. Eres tú: ¿Cómo no quererte?
  17. Ámame porque sí y sin peros.
  18. A besos entiendo, a veces no.
  19. Y soñar, verte los ojos y volar.
  20. Todo contigo o nada con nadie.
  21. Hazme el amor, pero de tu vida.
  22. Contigo hasta el último suspiro.
  23. No respires amor sin respirarme.
  24. Porque el beso define la historia.
  25. Háblame, solo para hacerme real.
  26. Yo me fui, pero mi amor insiste,...
  27. Eres un lento asesinato de ternura.
  28. Nunca se llega tarde al gran amor.
  29. Antes de rendirnos fuimos eternos.
  30. Dime dónde y nos perdemos juntos.
  31. La sonrisa es mía, el motivo eres tú.
  32. Yo sí creo en el amor a primera risa.
  33. El mundo se detiene cuando te beso.
  34. Sí puedo vivir sin ti, pero no quiero.
  35. Guardo en mis ojos tu última mirada.
  36. Es tan lindo saber que usted existe,...
  37. Piérdete en mí, y quizá te encuentres.
  38. Un amor conocerte, placer de mi vida.
  39. Todo lo que quiero en una palabra: Tú.
  40. No me desees buenas noches, dámelas.
  41. Decir tu nombre es deletrear mi destino.
  42. ¡Qué bonito detalle tuyo, ese de existir!
  43. Eres la casualidad más linda de mi vida.
  44. Díganle que me enamora cuando sonríe.
  45. No estamos distantes, estamos distintos.
  46. Que el amor valga la alegría, no la pena.
  47. Ojalá que tu adiós esté lleno de regresos.
  48. ¿Habrá algo más lindo que verte sonreír? 
  49. Si no tardas mucho te espero toda la vida.
  50. Tu recuerdo es el pasaporte de mis viajes.
  51. No te quedes con ganas, quédate conmigo.
  52. Lo bonito no son los ojos, son las miradas.
  53. Acepta el milagro de habernos encontrado.
  54. Vámonos lejos, perdamos nuestros miedos.
  55. A pesar de los pronósticos de olvido,... estás.
  56. Mi fantasía textual es que me comas y punto.
  57. Nunca fuimos nada, pero siempre hubo algo.
  58. Adoro todo lo que no es mío: tú por ejemplo.
  59. Ten un buen día, tú, que leíste esto sin querer.
  60. Se acercan tiempos difíciles: Amar es urgente.
  61. Pudo haber sido lindo, pero lo hiciste perfecto.
  62. Quiero ser en tu vida algo más que un instante.
  63. Me senté a esperar por ti, pero llegaron por mí.
  64. Es en tus labios donde desembocan mis sueños.
  65. Te amo, pero no es para tanto,... Es para siempre.
  66. Habernos encontrado,... Ahora a corregir el destino.
  67. Fuiste, eres y siempre serás mi más bonita casualidad.
  68. Tal vez sólo fue un capítulo del libro que pudimos ser.
  69. Toda gran historia de amor comienza con una sonrisa.
  70. Iba a decir que me gustas,... y se me adelantó una sonrisa.
  71. Me dijiste "haz lo que quieras". Y aquí estoy, queriéndote.
  72. Si para el mundo no eres nadie, para mí eres todo el mundo.
  73. Si te volviera a conocer, volverías a gustarme indudablemente.
  74. Nunca fui tan millonario como cuando te tuve entre mis brazos.
  75. Sigues siendo lo primero que pienso cuando me piden un deseo.
  76. Mientras podamos ver la misma luna, nunca vamos a estar separados.
  77. Hay muchas formas de ser feliz. A mí la que más me gusta es estar contigo.
  78. Andábamos sin buscarnos, pero sabiendo que andábamos para encontrarnos.
  79. Nadie es tan rico que no necesita una sonrisa, ni nadie es tan pobre para no darla.
  80. No sé ni cómo, ni cuándo, pero si va ser será... en su momento. Y será.
  81. Si piensas que la aventura es peligrosa, prueba con la rutina: Es mortal.
  82. Gracias por los amores vividos, perdidos, soñados, amados,...
  83. No se puede ser fuerte con alguien que es tu debilidad.
  84. Yo hago lo imposible,... Lo posible lo hace cualquiera.
  85. Hay una cosa tan inevitable como la muerte: la vida.
  86. Yo tampoco sé como vivir,... Estoy improvisando.
  87. Si no te gusta el mundo al derecho, ponte ɐl ɹәʌәs.
  88. Cuidado con los miedos, les encanta robar sueños.
  89. A puntadas de dolor cosí la pena de estos versos.
  90. Ya comprendo la verdad, ahora a buscar la vida.
  91. Si me emociona pensarlo, imagínate hacerlo,...
  92. No cuentes tus días. Haz que tus días cuenten.
  93. Con los ojos cerrados y los sueños despiertos.
  94. Te amaré hasta que π se quede sin decimales.
  95. Fuimos un cuento breve que leeré mil veces.
  96. La poesía no necesita adeptos, sino amantes.
  97. Cuántas cosas perdemos por miedo a perder.
  98. Condenados a amar lo que otros ojos aman.
  99. Dormir temprano para soñarte más tiempo.
  100. Escribo esta pared. Es mi forma de tocarte.
  101. No mires hacia atrás. Suele bastar con eso.
  102. No sabía qué ponerme,... Y me puse feliz.
  103. Es la hora perfecta para comenzar a soñar.
  104. Equivoquémonos,... el desamor no existe.
  105. Somos una casualidad llena de intención.
  106. Solo está derrotado quien deja de soñar.
  107. Me encontré con tu recuerdo. No dolió.
  108. Naciste para ser real, no perfecta.
  109. Que el amor nos salve de la vida.
  110. ¿Por qué callar si nací gritando?
  111. No vales la pena. Lo vales todo.
  112. ¡Solos,... al fin! Al fin, somos.
  113. Estamos a nada de serlo todo.
  114. ¿Qué eramos antes del amor?
  115. Te invito a sonreír. Yo pago.
  116. Ten el valor de equivocarte.
  117. El arte nace con tu mirada.
  118. Ayúdame a no pedir ayuda.
  119. Queda mucho por sentir.
  120. Dios está en los detalles.
  121. Tú existes, pero ¿vives?
  122. Salir ilesos del amor.
  123. Duerme, sueña, haz.
  124. Hoy llueve poesía.
  125. Sucederás, lo sé.

Siempre con amor

"Ama y haz lo que quieras, pero siempre con amor: Si callas, callarás con amor; si gritas, gritarás con amor; si corriges, corregirás con amor; si perdonas, perdonarás con amor. Si tienes el amor arraigado en ti, ninguna otra cosa sino amor serán tus frutos."
Dicen, por ahí, no sé quién, pero CON AMOR...

Enamorados: En amor a dos

Las personas enamoradas nacen por segunda vez. Quizá por ello, sólo las almas enamoradas son dichosas.

El día de los enamorados conmemora a San Valentín, obispo que defendió el matrimonio cuando Claudio II lo prohibió a los soldados profesionales al peligrar el Imperio Romano. San Valentín siguió bendiciendo las uniones en secreto, hasta ser encarcelado. Uno de sus carceleros, reconociendo su bondad, le pidió que educara a su hija ciega. Ella recobró la vista y se enamoró del Santo, quien envió una nota de adiós a su discípula antes de ser ejecutado el 14 de Febrero de 269.

Las actuales tarjetas también expresan un amor incondicional. Amor, amor con mayúscula, esa clase de pasión que ningún otro afecto puede superar. Por ello, se habla de estar enamorado como un loco, y se quiere decir como un… tonto. Así el primer deber de los enamorados es ponerse en ridículo, al pretender ser más amables de lo que es posible. Pero los enamorados se olvidan de que el mundo los observa (con envidia), dado que ambos enamorados no ven -de todo el entorno- sino a sí mismos.

El genial Shakespeare supuso que “el amor es ciego y los enamorados no pueden ver las graciosas locuras que cometen”. Por eso, se dice que los enamorados no ven, que la pasión les ofusca; pero muchos creemos que son los demás quienes no comprenden nada porque les apaga la indiferencia. Los seres humanos, cuando amamos, ponemos en el amor algo divino. Y ese amor se reduplica, se propaga y alcanza a quienes están cerca de cualquier enamorado, que son la más sólida alegría.

Para escribir una tarjeta de San Valentín no es suficiente, ni necesario, ser poeta: Es mucho más exigente, hay que estar enamorado. Y enamorarse es, por lo pronto, sentirse encantado por alguien, y alguien sólo puede hechizar si es o parece ser la perfección. Pero una persona enamorada no necesita ser rapsoda, ni perfecta: Logra ambas cualidades, a un tiempo, y sin perseguirlo.

Cuidado con lo que escribes. Nunca hables de ti, ni siquiera de ella. Habla de nosotros, y de un futuro con estrellas. En un amor vivo, todo es signo; el más nimio detalle anuncia difusas dichas o desdichas. Un amor a toda prueba se demuestra, cuando cada amante se enamora de la otra persona en cada aliento, percibiendo que su amada es única. Para un enamorado amar demasiado,… es no amar lo suficiente. Pero no desesperes; día a día aprende, hora a hora… ¡enamórate y enamora!

Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2006/enamorados.htm

Proyecto Amor

©Mikel AgirregabiriaEl revolucionario “Proyecto Amor” consiste en que cada uno se diga: Yo “proyecto amor”.

PROYECTO: ¿Por qué en una tan corta vida gestamos tantos proyectos? Por la noche y al amanecer, creamos proyectos; luego, a lo largo de la jornada, no realizamos sino rutina y tontería. Los proyectos que necesitan de mucho tiempo o muchos recursos para ser ejecutados no tienen éxito casi nunca. La vida en sí debe ser un proyecto factible, lo que ocurre es que no somos sus únicos arquitectos,... pero sí sus principales artífices.

Los perezosos, especialmente, solemos ser grandes proyectistas. Algunos vamos camino de la jubilación y, todavía, forjamos grandes proyectos. Nos decimos: “Voy a hacer esto, lo otro y lo de más allá. Y, en efecto, muy pronto iremos a parar al ‘Más allá’”. Pero antes de que eso ocurra, aún estamos a tiempo de programarnos un proyecto alcanzable, grandioso y gratificante.

AMOR: ¿Qué cuarto, qué casa, qué barrio, qué pueblo preferimos entre los millones que existen? ¿Por qué apreciamos a nuestras amistades por encima de todas las demás? ¿Por qué incluso llegamos a amar tanto esos pequeños objetos que atesoramos? ¿Qué tiene de especial esa concha marina que conservamos desde la niñez?

Nos sucede a todos. Extrañamente preferimos unos viejos zapatos, una prenda desgastada, nuestro humilde bonsái o el habitual paseo cotidiano frente a cualquier otra alternativa. A mí que no me quiten mi quebrantado sillón que tantas horas y veladas me ha soportado por otro más moderno. Sé que algún día me lo sustituirá mi esposa Carmen, pero será en mi ausencia y sin mi aquiescencia.

En cada persona, e incluso en cada objeto, amamos, en suma, lo que nosotros ponemos en él. Admiramos casi siempre por razones fundadas, pero generalmente amamos sin motivos inteligibles. Cuando amamos, el corazón es el que juzga principalmente. Sólo amamos de verdad, cuando aceptamos por lo que es a quien o a lo que amamos. Así se puede adorar una desvaída fotografía de nuestra madre, más que cualquier cuadro famoso y costoso.

PROYECTO AMOR: La polisemia de “proyecto”, nos ofrece una solución vital asequible y valiosa. Sumémonos al proyecto de decir “proyecto amor”. León Tolstoi dijo que “El único refugio contra la desesperación es proyectar el propio yo dentro del mundo”. Quizá así emulamos la descripción bíblica de que la Divinidad proyectó a la Humanidad como un remoto reflejo de su esencia.

Sólo odiamos, lo mismo que sólo amamos, lo que en algo, de algún modo, se nos parece; lo absolutamente contrario no nos merece ni amor ni odio, sólo indiferencia. El mundo se proyecta en nuestro yo, pero aún más el yo se proyecta hacia el mundo. La vida se vuelve gris sin amor. Jacques Brel cantaba que “Hay palabras negras y palabras blancas, y otras que vivimos cuando amamos o cuando sufrimos y que se vuelven de colores”.

Es fácil comprobar que todo funciona bien en la vida cuando realmente nos amamos, es decir, cuando nos aprobamos exactamente tal como somos. Aceptémonos a nosotros mismos y a los demás, tal como somos, lo que incluye una insaciable voluntad de mejora perpetua. Sólo vivimos en este mundo cuando lo amamos, aún en sus detalles más minúsculos. Únicamente es eternidad el tiempo en que perfeccionamos y amamos a quienes y a lo que tenemos cerca.

Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2005/amor.htm

Hamor: Suma de humor y amor

Siempre hemos defendido el amor y el humor. Y más aún si se funden en un modelo de vida, de familia, de convivencia,... Amor si se escribe con h de humor, resulta "hamor".Enlace
El amor es de difícil definición, aunque hoy destacaremos una perspectiva... La teoría triangular del amor (ver en la wikipedia) del psicólogo estadounidense Robert Sternberg caracteriza el amor en una relación interpersonal según tres componentes diferentes: intimidad, pasión y compromiso. Nos gustó esta presentación sencilla, que pertenece a un trabajo escolar recogido en este blog Psiché, del Colegio de Escolapios de Bilbao.

El valor de esta tarea radica en que facilita al alumnado juvenil una teoría sobre el amor, una competencia que académicamente no ha merecido todo el interés que requiere para conducirse hacia una vida feliz y responsable.

Como plus un vídeo y una imagen.Post preparado inicialmente en 2009.
Muchos más posts de amor y de humor.

Síndrome de Simón (3/4 Peter Pan, Wendy y Laura)

Síndrome de SIMON (3/4 Peter Pan, Wendy y Laura)
El Síndrome de Simón, una variante del Síndrome de Peter Pan – del cual ya hablamos- se refiere a hombres (menos frecuente en mujeres) de 25 a 40 años aproximadamente, solteros o separados que pasan por solteros; extremadamente individualistas, inmaduros sentimentalmente – ya que solo quieren divertirse y jugar como un donjuán- que salen y entran. En realidad, no busca una mujer, sino que se busca a sí mismo

Un Síndrome SIMON, a menudo en su infancia, ha sido un Síndrome Emperador (véase el post anterior sobre niños caprichosos y hasta autoritarios con sus padres). Está obsesionado con el éxito –quiere triunfar, alcanzar una cota profesional lo más alta posible y es capaz de sacrificarlo casi todo y a casi todos por esta subida de peldaños en su trabajo. Y, por último, es un gran narcisista que se mira continuamente en el espejo. A estas alturas, todas las lectoras ya se estarán diciendo ¡qué casualidad, creo que conozco a Simón yo también! ¿cómo puede ser? Los “SIMON” es un acrónimo con cinco patrones de conducta.
Soltero. Para muchos la soltería es algo que a medida que pasa el tiempo, se revaloriza con lo cual comienza a tomar un valor erróneo de libertad y se quiere mantener a toda costa, cuando realmente es más libre aquella persona que tiene la capacidad de comprometerse. Perder la soltería por un amor fuerte, sólido, atrayente, sugestivo, indica vida, fuerza y capacidad de arriesgarse. Pero un SIMON demuestra incluso con pánico al compromiso

Inmaduro. Los sentimientos son estados de ánimo positivos o negativos, de los cuales nace la afectividad. Uno de los principales sentimientos es el amor, con todo sus matices: amar, desear, querer, sentirse atraído, tener en la cabeza, necesitar, estar todo el día pensando en alguien,… Tener madurez sentimental significa ser capaz de dar y recibir amor, la posibilidad de descubrir a otra persona a la que darse por entero y elaborar un proyecto común. Para enamorarse hay que tener admiración y sentir una fuerte atracción por el otro, no entender tu vida sin esa persona como parte fundamental de tu proyecto vital. Sin embargo, en el Síndrome de Simón nos encontramos con una persona que puede tener una adecuada madurez profesional ya que ama su trabajo pero carece de madurez afectiva porque: no sabe expresar sentimientos, ni que el amor es un trabajo de labrárselo diariamente, desconoce que los sentimientos hay que tratarlos con delicadeza, porque si no se pueden volatilizar. El inmaduro no sabe dar ni recibir amor pero, especialmente, no sabe cómo mantenerlo. Y, debajo de todo ello, subyace el terror al compromiso con otra persona.

Materialista. La sociedad actual ha ido fabricando cada vez más hombres inmaduros –pero no mujeres–, viven centrados en sus trabajos, sus amigos, diversiones, algo de cultura y poco más. La mujer busca un amor, al contrario,verdadero, auténtico, pero se ha producido en los últimos años un aumento de la inmadurez sentimental en el hombre, divertida, juguetona, banal,… Busca el mejor coche, el mejor móvil,... y lo mismo en sus parejas temporales.

Obsesionado con el poder, el éxito. Su prioridad consiste en encontrar una posición económica adecuada. Y sacrificarlo todo por ello. Hay otro factor escondido tras esto, que es el culto al cuerpo. Es algo que provoca en muchos casos una cierta dismorfofobia. En este caso, sin embargo, el hecho de gozar de un cierto nivel económico hace que estos “defectos corporales”- reales o percibidos- pasen de forma habitual por intervenciones quirúrgicas, muchas de las cuales son innecesarias. 

Narcisista. El narciso es una planta exótica que crece en la cercanía de los lagos y se inclina como si se mirara en el espejo que el agua ofrece. Plotino habló del mito del narciso: cuidar tanto la fachada, la portada o la apariencia lleva a producir una idolatría de lo exterior El mito griego dice que Narciso era un joven tan bello que se ahogó intentando capturar su propio reflejo, y los dioses lo convirtieron en flor. Del mismo modo, los hombres que padecen el Síndrome de Simón tienen una autoestima tan grande que asfixian a cualquier persona de su entorno. Les encanta que los adulen, escucharse a sí mismos y ser el centro de atención. Necesitan dar siempre una buena impresión y por ello el culto al cuerpo es una de sus prioridades; para tener un mayor reconocimiento por parte de su entorno Tienen un gran complejo de superioridad que los hacen arrogantes con los demás. 
Síndrome de SIMON (3/4 Peter Pan, Wendy y Laura)
Si empieza a desencantarse de encontrar a un hombre que no sea un Simon, no tema; aún nos faltan un par de preguntas. ¿Un Simón nace o se hace? Las causas suelen ser debidas a que en su infancia nunca fueron corregidos por sus padre sino que, por el contrario, fueron mimados. Pero toda esta fachada lo que nos demuestra es un hombre , en el interior, indefenso ante los sentimientos que no comprende y que se busca a sí mismo sin llegar a encontrarse, porque le faltan herramientas.

¿Hay mujeres que puedan tener el Síndrome de Simón? En principio, no es frecuente. Eso sí, cada vez más parece ser que por cada Simón aparece una Síndrome de Laura (Liberada, Autonóma, Universitaria, que Racionaliza el Amor -POST SIGUIENTE-). Pero, visto todo lo anterior, ser una Laura no es tan divertido como ser un Simón, aunque emocionalmente mucho más sano.
Otros síndromes: Síndrome de Peter PanSíndrome de WendySíndrome de SimónSíndrome de Laura, Síndrome de CenicientaSíndrome del ImpostorSíndrome de Laura Pausini (SLP)Síndrome de la AsimetríaSíndrome de Capgras o de familiaridad falsa o Ilusión de Sosias,...

Poesía y literatura en Twitter

Potente metáfora sacada de la cotidianeidad, para aprovechar cada día y cada minuto. Carpe diem,... La vida no es "para llevar", sino para "comer aquí" y con todo. Tres tuits de @Literland, una imprescindible dieta de aprendizaje y literatura para alegra cada día,... La literatura es el modo más elegante de ignorar la vida. Y el amor, siempre el amor como el secreto de la felicidad, la esencia de la vida,... La felicidad es amor, no otra cosa. Quien sabe amar. es feliz. Por último: el amor no necesita ser perfecto; basta que sea verdadero.

Amores humanos

¿Cuántas clases de amor hay?

Antes de morir, por una vez al menos, hemos de declarar nuestros amores. En público, ante el ágora de nuestro entorno, sin reparos ni escrúpulos. Lo más íntimo es para ser vivido y lo vivido sólo adquiere sentido si es compartido. El amor es como el fuego, que si no se comunica se apaga.

Los amores son algo personal, muy de cada uno, pero pueden clasificarse en dos categorías básicas. Hay amores humanos y querencias espirituales. Seguramente los deseos idealistas son superiores a las pasiones humanas, pero éstas son más universales y la base de otros anhelos más sutiles. La aspiración de inmortalidad, la fe en Dios, la admiración por la Bondad, la esperanza en la Humanidad, la propensión hacia la Verdad, el éxtasis con la Ciencia o la complacencia con el Arte,… son amores de los humanos, pero no dirigidos hacia otros humanos, sino a entes o conceptos que trascienden.

Entre los amores de humanos hacia humanos existen tres clases, muy diferentes pero no preferenciales. Se distinguen por el parámetro más dimensional de la existencia: el tiempo. Muy pronto todos seremos polvo de estrellas, pero antes en este breve lapso de vida terrenal, la edad es nuestro reloj implacable.

Los primeros amores son los más decisivos, propios de todas las personas que alcanzan la consciencia. Son el amor hacia nuestros padres, a nuestros abuelos y a nuestros familiares mayores, a quienes nos cuidan y a quienes nos enseñan. Este querer siempre lo llevaremos con nosotros, aún alcanzando las puertas de la muerte, allí nos acompañarán nuestros antecesores. Son los amores más hondos, más arraigados, más instintivos, más entrañables, más determinantes, los más sagrados.

Los segundos amores son a nuestros coetáneos, a nuestros hermanos, a nuestros primos, a nuestros amigos y, muy especialmente en el caso de personas emparejadas, a nuestros cónyuges. Estos amores son los más presentes, los más envolventes, los más elegidos, los más trabajados, los más forjados, los más recreados y reconstruidos.

Los terceros amores son hacia nuestros sucesores directos en la familia o en nuestro legado. Destacan, en el caso de personas con descendencia, el cariño de padres y abuelos hacia sus descendientes, pero este cariño también es vivificante con los sobrinos, con quienes nos relevan, con quienes han aprendido con nosotros (alumnos, lectores,…) o simplemente con quienes nos recordarán. Son los amores más alentadores, más gratificantes, más culminantes, los más esperanzadores.

Sólo hay vida donde hay amor. Quienes viven de amor viven de eternidad. El sentido de la vida radica en el amor, que sostiene el Mundo y mueve el Universo. Amar es el principio, amar es la fuerza, amar es el método, amar es el fin.

¿Qué haría Jesucristo?

La campaña electoral norteamericana desata, por razones sectarias, una pregunta postergada.

Ambos contendientes Bush y Kerry han recurrido, para la movilización del electorado indeciso, a la búsqueda de todo tipo de aliados y simpatizantes, incluso en las instancias religiosas. Numerosas jerarquías y representantes de los diferentes cultos y sectores estadounidenses se han pronunciado a favor de uno u otro candidato, en función de su posicionamiento político.

Francamente, no vale la pena recopilar las exhortaciones de algunos prelados sugiriendo un aval del Dios universal a un candidato y comparando a su adversario con el mismo demonio. En plena batalla electoral y cuando parece que todo vale para ganar a cualquier precio, se desentierran grupos que han actuado incluso con parafernalia paramilitar de brazaletes con las siglas "QHJ" (¿Qué haría Jesucristo?, en Florida incluso en castellano). Intempestivas y desafortunadas opiniones que interpretan en clave partidista y unívoca la respuesta que Jesucristo podría ofrecer a sus seguidores.

Desde una perspectiva europea, todo ello denota el trasunto de la extendida percepción estadounidense de pueblo elegido y tierra prometida, como hebreos del Antiguo Testamento. Incluso hay quién se cuestiona si Dios es norteamericano. En ocasiones, los conservadores en USA actúan como ungidos por la divinidad con la Verdad absoluta. El fundamentalismo que combaten (el islámico ahora, el comunismo antes), se efectúa con una visión igualmente intolerante y fanática por parte de algunos máximos dirigentes, que se consideran “cruzados” del Bien categórico contra el Mal absoluto.

Somos mayoría en el mundo quienes creemos que, en una verdadera democracia y con el pleno respeto a la libertad religiosa (de creer o no creer), solamente cabe proponer claves éticas para guiar los pasos de de la ciudadanía ante sus problemas cotidianos. Cada uno puede elegir en quién se inspira para tomar sus resoluciones. Para los creyentes cristianos, Jesucristo respeta el libre albedrío personal, al tiempo que nos ofrece criterios de ayuda en nuestras decisiones.

Jesucristo no es una mala opción, creemos muchos; mas es difícil discernir con certeza cómo obraría Jesús en cada ocasión. La suya fue una revolución salvadora basada en el amor y la esperanza. Su mensaje evangélico de amor fraterno es grandioso, pero persiste la incertidumbre de cómo acertar en cada caso.

En cada situación podríamos traducir el "¿Qué haría Jesucristo?" por el equivalente ¿Qué haría una persona que ama a todos?" Jesucristo nos instó a amar aun en difíciles circunstancias (Lucas 6:27-33). “El amor se sacrifica y no exige recompensa; sólo el amor trasciende y nos trae una paz verdadera”. La injusticia crea conflictos; pero también es cierto que toda contienda puede hallar una solución pacífica, no violenta, de restitución de la verdad y de la justicia política, económica y social.

No es verosímil que Dios apueste por soluciones bélicas, ni guerras santas. Las citas bíblicas que abogan por el entendimiento son innumerables: "Busquemos, pues, lo que contribuye a la paz y nos hace crecer juntos” (Romanos 14, 17-19). El amor es el punto de partida de todo, con un querer que no excluya a nadie. No basta amar a familiares y amigos, ni a los de nuestra religión, etnia o grupo social. Derribemos los muros de prejuicios que nos hacen indiferentes ante el dolor ajeno, porque la pasividad siempre será culpable. Si anhelamos la paz, debemos practicar el amor hacia todos como si fuesen hermanos nuestros. Eso haría Jesucristo. Y nosotros somos las manos de Dios en la Tierra.

Lo natural es amar

La naturaleza tiende al caos, pero la humanidad busca el bien

Cuando se ha tenido la dicha de haber nacido en una familia donde los padres se han amado hasta la muerte, donde los hermanos han crecido juntos, donde los abuelos, tíos y primos han compartido grandemente nuestra infancia, lo natural es desear construir un hogar y una familia semejantes, con amor eterno a la pareja y con hijos a quienes legar ese sentido de la vida y la identidad de apoyarse en una gran parentela.

Cuando se ha gozado el privilegio de ser educado en el cariño a los libros, al estudio y al esfuerzo para progresar en la vida, poco importan las penurias y la escasez económica. Cuando se ha podido apreciar el cariño y la entrega de algunos grandes docentes en la escuela, que transmiten con convicción el amor al conocimiento y con tenacidad el descubrimiento paulatino de la sabiduría, lo natural es engancharse al mejor y único camino de rescate que siempre fue y será la educación.

Cuando se reconoce en nuestros mayores el amor profundo a las lenguas propias y a las culturas de nuestros antepasados, a sus costumbres y tradiciones, a sus valores, anhelos y creencias, lo natural es abrazar su defensa, su cultivo, su aprendizaje y su enseñanza, su propagación y su reconocimiento universal.

Cuando se ha vivido en una ciudad, en una región, en una nación, donde se ha sido feliz en numerosas ocasiones, donde se han descubierto en alguna medida todas las satisfacciones que el amor puede proporcionar en la vida, lo natural es que se queden grabadas en el corazón para siempre, sobre todo aquellos paisajes y paisanajes donde transcurrieron la infancia y la juventud que marcaron decisivamente nuestro destino.

Cuando se comprende cuánto se ha recibido de la familia, de los amigos, de la sociedad en se nació, lo natural es agradecer y corresponder aportando todo el esfuerzo y trabajo al bienestar de los nuestros, los familiares, las amistades, los vecinos, los hermanos que son el resto de la humanidad.

Cuando se percibe el admirable milagro de la vida, cuando uno se asombra de la belleza y bondad que esconde la existencia, a veces y por desgracia ocultamente, lo natural es vislumbrar un espíritu sobrenatural, una esencia divina que todo lo creó, un Dios que todo lo hizo bien, incluso el regalarnos el mayor de los dones: la libertad personal, la prerrogativa de escoger el bien sobre el mal, el libre albedrío de amar u odiar, de querer o aborrecer, de construir o destruir, de ayudar o perjudicar.

¡Qué caro regalo fue la libertad! Provocó el artificioso odio y la concienzuda maldad, porque la grandeza de nuestro destino sólo había de conquistarse desde la soberana voluntad propia. Sólo así se alcanza la altura a la que está predestinado el sagrado ser humano: la vocación suprema de descubrir el amor y apostar por la vida. Mahatma Gandhi nos enseñó “Allí donde hay amor, hay vida”, y el evangelio de Lucas aún lo expresó más sintéticamente: “Ama y vivirás”. Nuestro sino grabado en el alma es amar y quienes tenemos una misión hemos de cumplirla.

Causas de vida

Cansados de leer sobre las principales “causas de muerte”, donde destaca el cáncer con sus 200 variantes, algunos preferimos pensar en las razones que nos llevan a vivir.©Mikel Agirregabiria

La primera razón de vivir radica en la familia. Nacemos porque tuvimos unos padres y unos abuelos. Quizá por ello, la mejor forma de morir es estando rodeados de hijos y nietos. La familia nos aseguró el nacimiento y los primeros años. Luego, la vida es cosa nuestra: para que alcance todo su sentido, hemos de completarla con razones y… corazones.

Vivimos por el amor de dos seres humanos, y en el amor encontramos el mejor de los motivos para una vida plena. Amor filial hacia nuestros padres, amor hacia todos nuestros familiares (hermanos, abuelos, tíos,…), amor conyugal hacia nuestra pareja y amor hacia nuestros hijos, nietos, sobrinos,…

Con la edad aprendemos que la vida es un misterioso regalo, un delicado y frágil equilibrio que se rompe fácilmente por accidente, enfermedad o ancianidad. Conviene que no precipitemos nuestro final con excesos (tales como conducir imprudentemente, beber o fumar), y que vayamos acumulando “causas de vida” para que, cuando la inevitable hora suprema nos llegue, hayamos creado motivos de alegría en quienes nos sobrevivan, en nuestros descendientes, familiares, amigos, colegas, vecinos y en todos a quienes tuvimos el gusto de conocer y poder ayudar.

A veces nos afanamos demasiado en metas banales. No vale la pena esforzarse tanto en asuntos materiales, porque las mejores vivencias espirituales suceden cuando menos nos las esperamos. Un objetivo saludable y alcanzable es dejar el mundo un poco mejor de lo que estaba cuando nacimos y procurar hacer feliz a la gente que tenemos cerca.

¡Hay tantas razones de vida! Estar vivo es ya el mejor motivo. Abrir la ventana y ver el mar (o el campo). Ver la luz de la mañana y las estrellas de la noche. Y mejor contemplarlas en compañía, oyendo una canción. Dejemos de buscar excusas para vivir, hallemos contundentes razones que invitan a subsistir. Un beso, un abrazo y cualquier vida queda justificada. El deseo de vivir lo encuentra,… quien lo busca. La vida siempre tiene (co)razón.

Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2005/causas.htm

"Tres Gymnopedias" de Fernando García Pañeda (III/III)

Ya hemos concluido la lectura de la tercer parte de la obra, dedicada a Julia, la hermana menor. Una historia del abordaje masculino a una bastilla femenina, donde el amor tenaz de un enamorado desarbola la resistencia de una mujer cuya conquista bien valía la pena. El formato de diálogo intercalado con la reflexión del pretendiente, presentando a Julia en tercera persona, en una sincronía desfasada que acaba para él (y para el lector) en el momento del arranque de ella. Incluso esta modalidad de relato confirma, en mi humilde opinión, la preferencia del autor por esta protagonista, aparentemente en la medianía... Porque, en la vida, todos somos tres personas: La que nos creemos (relato en primera persona), la objetiva (diálogos transcritos) y la que dejamos en el recuerdo de los demás. Y ésta, la persona proyectada en nuestros allegados es, seguramente, la más importante. Porque constituye nuestro legado definitivo, nuestra aportación perdurable,...
La obra completa resulta recomendable. Podría sintetizarse como una narración simple, personificada por tres hermanas y otros personajes secundarios, para destacar lo esencial de cualquier vida. Porque toda biografía, y quizá en el orden inverso a los tres subcontextos, consta de amor, vocación y familia; Emma, responsable y perseverante, relata el milagro de la maternidad (también vale para la paternidad); Celina, inteligente y retraída, el destino laboral y Julia, rebelde y postergada, el descubrimiento del amor. Poco importa la secuencia de amor-trabajo-familia, y menos aún las formas, amor tardío y dubitativo, trabajo mediante una ONG o maternidad por adopción. Las claves de una biografía feliz se desmenuzan magistralmente en este libro de Fernando García Pañeda. Todo el texto proyecta un mensaje de optimismo, y desde el fracaso se concibe y se construye con fe y esfuerzo un final esperanzador. [Abajo, un vídeo de la presentación de la obra, en la que no pudimos estar, pero sí otr@s buen@s amig@s de Aprendices] Web oficial de la obra. Technorati tag: .