Hemos hablado muchas veces de "Física Cuántica" en este blog. No es fácil explicar qué es, e incluso un socorrido chiste dice que si crees comprender la física cuántica... ¡entonces no la has entendido en absoluto! Porque como apuntó Niels Bohr, "Quien no esté impactado con la Física Cuántica es porque no la ha entendido".
Ayer nos reunimos en BAT Tower, representantes de distintas asociaciones ciudadanas altruistas (como Internet&Euskadi, Aprendices, GetxoBlog,...) que hemos estado más de dos décadas colaborando en la socialización de Internet, la Tecnología, la Ciencias,.. al conjunto de la sociedad. Y comenzamos a buscar caminos para proseguir en esta labor de aportación desde la Sociedad Civil. Debatiendo un rato, una posibilidad que encontramos fue transponer ideas de la Mecánica Cuántica.
El primer reto es buscar un nuevo nombre o eje conductor como lo fue el cisne negro de Internet o lo es la Inteligencia Artificial. Pensamos en ello dado que desde el 7 de junio de 2024, las Naciones Unidas proclamaron el 2025 como el Año Internacional de la Ciencia y la Tecnología Cuántica. Esta iniciativa mundial de un año de duración "se observará a través de iniciativas en todos los niveles destinadas a aumentar la conciencia pública sobre la importancia de la cuántica y sus aplicaciones".
Explicado para un profano, la Física o Mecánica Cuántica es una rama de la física que se ocupa de estudiar cómo funcionan las cosas a escalas muy pequeñas, como átomos y partículas subatómicas. Es diferente de la física clásica, que explica cómo funcionan las cosas grandes que vemos a diario, como coches, planetas o pelotas. A continuación, lo explicamos con conceptos sencillos, seguidos de su posible traslación a las ciencias humanas:
1. Todo lo real está formado por partículas pequeñas
En el nivel más básico, todo lo que existe (tú, el aire, los planetas) está compuesto por partículas diminutas como electrones, protones, neutrones y partículas subatómicas. La física cuántica estudia cómo se comportan estas partículas.
Las grandes corrientes mundiales, de economía, guerra y futuro, parecen en manos de muy pocas personas, élites o corporaciones, que quizá no sean ni siquiera conocidos. Pero cada persona y cada comunidad, en su realidad cotidiana, puede tomas decisiones que son determinantes, incluso a escala planetaria.
2. El comportamiento de las partículas es extraño
A diferencia de los objetos grandes, las partículas subatómicas no siguen las reglas "normales del mundo macroscópico". Por ejemplo:
- Están en varios lugares a la vez por el principio de superposición: Una partícula puede "existir" en más de un sitio al mismo tiempo, como si una pelota estuviera en dos habitaciones a la vez.
- Se comportan como partículas y ondas: Dependiendo de cómo las observes, pueden actuar como pequeñas bolitas o como ondas. Es como si un coche pudiera atravesar una pared porque se convierte en una ola.
Hemos de confiar en nosotros mismos, en el inmenso poder de la sociedad. “Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo”. La frase se atribuye a Eduardo Galeano, aunque algunos eruditos la trasladan hasta el siglo XVIII para poner términos parecidos en boca de San Juan Bautista de La Salle. Somos como "el gato de Schrödinger", que quizá hoy nos preguntaría: ¿Estáis vivos, sabéis hacia dónde vais o quién conduce este planeta? 3. El observador importa y todo está conectado
En el mundo cuántico, observar algo cambia cómo se comporta. Esto se llama el principio de incertidumbre. Por ejemplo, si intentas medir la posición exacta de una partícula, pierdes precisión sobre su velocidad, y viceversa.
A través del fenómeno llamado entrelazamiento cuántico, dos partículas-ondas pueden estar conectadas de tal forma que lo que le pase a una afecta instantáneamente a la otra, sin importar lo lejos que estén. Es como si giraras un dado en tu casa y automáticamente cambiara otro dado en otro país.
Algo parecido sucede y puede potenciarse en nuestras relaciones interpersonales y con la naturaleza, y hoy aún más y mejor con las posibilidades digitales. Las acciones, grandes o pequeñas, de aprendizaje, de colaboración, de solidaridad,... se expanden y propagan como ondas que generan avances en los entornos próximos y remotos, inspirando a otros seres humanos, iluminando un futuro de esperanza y apuntando hacia una utopía hacia la que avanzar.
Aunque suena extraño, la física cuántica no es solo teoría: ha llevado a inventos como los ordenadores, los láseres, los GPS e incluso tecnologías futuras como los ordenadores cuánticos. Es la base de cómo entendemos el universo en su nivel más fundamental.
Necesitamos una llamada a movilizarnos con una Cuántica Social o QuantHumanity para vislumbrar el futuro que merecemos y queremos construir junto con todas las generaciones presentes, mediante la acción urgente e inmediata desde una cultura de humanismo, de paz, de ética transhumanista con respeto a la naturaleza.
Partiremos de una visión a medio y largo plazo, con mirada autocrítica que reúna activismo ético ante una tecnosociedad que debe asegurar la pervivencia de los valores democráticos que defiendan el bien común de toda la sociedad. Apelamos a la educación, a la ciencia, al conocimiento como caminos por los que transitar buscando alianzas con la política de altura, la universidad comprometida, el periodismo riguroso, las organizaciones empresariales y sindicales, los movimientos sociales,...