La noche del jueves 11 de septiembre, en elRoyal Albert Hall, no terminó como una velada sinfónica más. Tras guiar a la BBC Scottish Symphony Orchestra en un programa de contrastes, Ilan Volkov —director israelí habitual de los Proms— pidió silencio y leyó un breve mensaje personal. Dijo amar Israel —“es mi casa”—, expresó su “gran dolor” por la guerra en Gazay reclamó al público “hacer cuanto esté en su mano para detener esta locura”. La sala respondió entre aplausos y abucheos antes de reabrirse el telón para los saludos finales.
La intervención coronó un concierto de arquitectura muy pensada. Volkov había encuadrado la severidad tardía de Igor Stravinski —Requiem Canticles— entre dos reelaboraciones orquestales de Bruno Maderna sobre Giovanni Gabrieli (In ecclesiis y Canzone a tre cori), para culminar con una lectura luminosa de la Sinfonía n.º 2 de Johannes Brahms. Participaron la National Youth Choir y los solistas Jess Dandy (contralto) y Ashley Riches (barítono), en una cita que la BBC Radio 3 programó como el Prom 70 de la temporada.
El gesto de Volkov no fue improvisado en su biografía: nacido en 1976, formado en Tel Aviv y Londres, y asociado durante años a la BBC SSO, el maestro ha cultivado un perfil de curiosidad radical por la música de los siglos XX y XXI. Pero el jueves decidió que, como israelí y como artista, no podía callar. En su mensaje calificó lo que ocurre en Gaza de “atroz y horrífico”, mencionó a los rehenes israelíes y a los palestinos desplazados y heridos, y terminó con una llamada explícita a actuar. “Esta guerra está ocurriendo en mi nombre”, afirmó en una entrevista posterior, donde anunció además que dejará de trabajar en Israel “por el momento”.
En mitad del silencio solemne de las BBC Proms, alguien rompió el guion. El director Ilan Volkov detuvo el concierto para denunciar el genocidio en Gaza. Porque cada escenario, cada segundo y cada silencio roto importa.
Retomamos un libro de memoria, amor y ética en la literatura, Nunca me abandones de Kazuo Ishiguro. En 2005, Kazuo Ishiguro publicó esta novela que con el tiempo se ha convertido en un referente de la literatura contemporánea. Nos enfrenta a una pregunta incómoda: ¿Qué nos hace verdaderamente humanos? Y quizás la respuesta, como sugiere Ishiguro, esté menos en el futuro de la biotecnología que en algo más simple y cercano: la manera en que recordamos, amamos y acompañamos a otros, incluso cuando sabemos que todo es finito.
A primera vista, se trata de una historia narrada con calma, casi íntima: Kathy H. recuerda su infancia en un internado inglés, sus amistades con Ruth y Tommy, los juegos, las clases y los primeros amores. Pero poco a poco, como capas que se descorren, aparece una verdad perturbadora: sus vidas están predestinadas para un fin que nunca eligieron.
La fuerza de esta obra no está solo en la revelación de su trasfondo distópico —la clonación y el destino de los estudiantes como donantes de órganos—, sino en la forma en que Ishiguro convierte una historia de ciencia ficción en una meditación sobre lo más humano: la amistad, el amor y el sentido de la memoria.
En la novela Nunca me abandones, los personajes saben que su tiempo es limitado, y sin embargo, luchan por encontrar sentido en los pequeños momentos: un paseo por el campo, una canción compartida, un gesto de ternura. Esa capacidad de lo cotidiano para volverse trascendente es una de las marcas de Ishiguro, también presente en su célebre Los restos del día.
La obra invita a debatirse en el hogar, el aula o en los clubes de lectura. Algunas preguntas que pueden guiar la reflexión son: ¿Qué nos dice la novela sobre la relación entre ciencia y ética? ¿Cómo cambia nuestra percepción de los personajes al descubrir su destino? ¿Por qué, incluso en la certeza de la pérdida, seguimos buscando amor y compañía?
En 2010, la historia dio el salto al cine con la película dirigida por Mark Romanek, con guion de Alex Garland y protagonizada por Carey Mulligan, Keira Knightley y Andrew Garfield. Aunque la adaptación mantiene la esencia, muchos lectores coinciden en que nada iguala la voz contenida y nostálgica de la narradora en el libro.
Nunca me abandones (título original en inglés Never Let Me Go) es una novela distópica y melancólica de Kazuo Ishiguro, publicada en 2005. La historia la narra Kathy H., que recuerda su infancia y juventud en un internado inglés llamado Hailsham.
A medida que recupera recuerdos, se revelan las terribles realidades que rodean a ella y a sus amigos Ruth y Tommy: su vida fue diseñada para un propósito oscuro vinculado a la clonación y la donación de órganos. El libro explora temas como la memoria, la identidad, la amistad, el amor y la ética de la ciencia, todo contado con un tono sereno y elegíaco que intensifica su efecto emocional.
Nunca me abandones. Un libro y una película distópica británica de 2010, bnovela de Kazuo Ishiguro de 2005, adaptada al cine y dirigida por Mark Romanek a partir de un guion de Alex Garland. pic.twitter.com/Jm0V5Rrl3b
Viaje de vuelta desde Pilar de la Horadada (Alicante) hasta Getxo (Bizkaia), pernoctando en un Hotel de Teruel. Salir cargados al 90% desde Casa2, parada en el SuperCharger de Torrent Norte 10 minutos. Tiempo total: Menos de 4 horas para unos 400 km.
Esto ha sido así en los últimos 7 veranos (desde 2019 a 2025, ambos inclusive). Todo ello demuestra la comodidad del Vehículo Eléctrico a Batería (BEV, siglas en inglés). En todos los Puntos de Recarga (PDR), incluido el de Torrent (que en otras ocasiones cambiamos por el SuC de Sagunto) había postes libres para otros coches eléctricos.
Joseph Campbell (1904-1987) fue un mitólogo, escritor y profesor estadounidense que dedicó su vida a estudiar cómo los mitos de culturas distantes y épocas distintas compartían una estructura común. Su obra más influyente, El héroe de las mil caras (1949), presentó la teoría del monomito o viaje del héroe, un patrón narrativo que describe el camino de transformación que siguen los héroes en mitos, leyendas y hasta en las historias modernas.
Campbell sostenía que, detrás de cada relato heroico, late una misma aventura humana: la de enfrentarse a lo desconocido, superar pruebas y regresar con un conocimiento transformador. Tal como escribió: “El héroe se aventura desde el mundo cotidiano hacia una región de maravillas sobrenaturales; se encuentran allí fuerzas fabulosas y se obtiene una victoria decisiva; el héroe regresa de esta misteriosa aventura con el poder de otorgar dones a sus semejantes.”
Su pensamiento influyó no solo en la literatura y la filosofía, sino también en el cine. George Lucas reconoció que Star Wars no habría existido sin las ideas de Campbell. La estructura de “partida, iniciación y retorno” sigue marcando guiones, novelas y hasta videojuegos. Campbell nos recuerda que estas historias no solo hablan de héroes míticos, sino de todos nosotros: “El privilegio de una vida es convertirse en quien eres realmente.
Más allá de las artes, Joseph Campbell invitaba a cada persona a reconocerse en ese viaje:
-“Debes abandonar la vida que habías planeado para poder vivir la vida que te espera.”
-“Sigue tu dicha, y el universo abrirá puertas donde antes solo había muros.”
-“El privilegio de una vida es convertirse en quien eres realmente.”
Hoy, leer a Campbell es mirarnos en el espejo de los mitos y descubrir que, detrás de cada relato épico, late la aventura universal de ser humano. Joseph Campbell explicó que todo héroe, incluso en la cultura o vida actual, atraviesa tres grandes etapas del periplo: partida, iniciación y retorno. Esta estructura, llamada monomito, se reconoce en incontables historias modernas.
1. La partida. El héroe recibe una llamada a la aventura y debe dejar atrás su mundo cotidiano. El Señor de los Anillos: Frodo debe abandonar la Comarca para llevar el Anillo al Monte del Destino. Harry Potter: Harry cruza literalmente un umbral al entrar en Hogwarts y descubrir que es un mago.
2. La iniciación. Enfrenta pruebas, enemigos y aliados que lo ayudan a crecer y transformarse. Star Wars: Luke Skywalker aprende a usar la Fuerza, guiado por Obi-Wan y Yoda. Los juegos del hambre: Katniss sobrevive en la arena enfrentando la violencia, la traición y su propia capacidad de liderazgo.
3. El retorno.El héroe regresa con un don, un saber o un poder que beneficia a los demás. La Odisea: Ulises vuelve a Ítaca con sabiduría tras años de pruebas. Matrix: Neo regresa al mundo real transformado, con la misión de liberar a la humanidad.
Conclusión: El mito, decía Joseph Campbell, no es un cuento del pasado, sino una guía para entender nuestro presente. El héroe de las mil caras no solo habla de dioses y guerreros, sino de la aventura de ser humanos: enfrentar lo desconocido, aprender de cada caída y regresar transformados para compartir lo aprendido.
Quizás por eso, cada vez que leemos una novela, vemos una película o atravesamos un reto personal, seguimos reconociendo en nosotros mismos el eco del héroe eterno que Campbell nos enseñó a descubrir.
Otra estructura clásica es el monomito (o viaje del héroe), descrito por Joseph Campbell en "El héroe de las mil caras" (1949).
Como recomendación para jóvenes, hoy nos centramos en el libro La ladrona de libros (2005) de Markus Zusak. La novela se ambienta en la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial y está narrada por la Muerte, que se convierte en una observadora omnipresente de los destinos humanos. El libro es profundamente emotivo y combina ternura, humor y dolor, con un final que deja una huella duradera en el lector.
La protagonista es Liesel Meminger, una niña de nueve años que llega a una familia adoptiva en un pequeño pueblo cerca de Múnich. Su madre comunista debe dejarla y su hermano pequeño muere en el viaje, lo que marcará profundamente a Liesel. En su nuevo hogar con Hans y Rosa Hubermann, Liesel descubre el poder de las palabras y los libros. Comienza a “robar” libros en distintos momentos: de un cementerio, de hogueras nazis y de bibliotecas. Con ellos aprende a leer y a comprender el mundo que la rodea.
La familia Hubermann acoge a Max Vandenburg, un joven judío que se esconde en su sótano. Liesel y Max desarrollan una amistad íntima basada en el intercambio de historias y palabras, mientras la amenaza del régimen se intensifica.
La obra muestra: 1) El poder sanador de la literatura frente a la barbarie. 2) La vida cotidiana bajo el nazismo, desde la perspectiva de los más humildes. 3) La inevitabilidad de la muerte, que se vuelve testigo compasiva de la tragedia.
Su autor, Markus Zusak (1975– ), nació en Sídney, Australia, en 1975, hijo de madre alemana y padre austríaco, inmigrantes tras la Segunda Guerra Mundial. Creció en un hogar marcado por las historias sobre el nazismo y la guerra, lo que influyó directamente en La ladrona de libros. Estudió en la Universidad de Nueva Gales del Sur, donde se formó en literatura y enseñanza.
Publicó sus primeras novelas a finales de los años noventa: The Underdog (1999), Fighting Ruben Wolfe (2000) y When Dogs Cry (2001), con reconocimiento en Australia. Su salto internacional llegó con La ladrona de libros (The Book Thief, 2005), traducida a más de 40 idiomas y adaptada al cine en 2013.
También escribió I Am the Messenger (2002) y, más tarde, Bridge of Clay (2018), obra en la que trabajó durante más de una década. Hoy es considerado uno de los narradores más influyentes de la literatura juvenil y contemporánea.
Aquí tienes un esquema comparativo entre la novela La ladrona de libros (2005) de Markus Zusak y su adaptación cinematográfica (2013, dirigida por Brian Percival). 📚 1 Novela vs 🎬 2 Película
1. Narrador. 📚 Novela: Narrada por la Muerte, con una voz muy literaria, irónica y poética. Sus reflexiones son clave para el tono de la historia. 🎬 Película: La Muerte aparece como narrador en off, pero con menos presencia e ironía; se suaviza su carácter filosófico.
2. Profundidad de personajes. 📚 La novela desarrolla ampliamente a Hans y Rosa Hubermann, mostrando la ternura oculta de Rosa y la bondad de Hans.🎬 En la película, los personajes secundarios están menos desarrollados, y Rosa aparece más dura sin tanto contraste humano.
3. Relación con Max. 📚 En el libro, la amistad entre Liesel y Max ocupa muchas páginas, con escenas de sueños compartidos y la creación de libros ilustrados que Max regala a Liesel. 🎬 La relación se presenta, pero con menos detalle; los libros de Max aparecen de forma más simbólica y breve.
4. Importancia de las palabras. 📚 El eje central: el poder de las palabras frente a la violencia. Liesel “roba” libros, lee en voz alta durante bombardeos y crea historias para sobrevivir. 🎬 El cine intenta mostrarlo, pero la fuerza literaria del lenguaje se pierde en la traducción audiovisual.
5. Tono y estilo. 📚 Alterna ternura, humor y tragedia con un estilo poético y reflexivo. 🎬 Tiende a un tono más dramático y sentimental, a veces más convencional.
6. Final. 📚 La novela es más desgarradora: la Muerte relata quién sobrevive y quién no, con un cierre muy íntimo. 🎬 Mantiene la esencia, pero con una resolución más visual y menos reflexiva.
7. Duración y ritmo. 📚 La trama se extiende durante años, mostrando la evolución de Liesel desde niña hasta adolescente. 🎬 El tiempo se condensa: algunos episodios y personajes se omiten o simplifican para ajustarse a las dos horas de metraje.
Conclusión comparativa: La novela ofrece un mundo rico en matices, con un narrador único y una reflexión sobre la memoria, la muerte y el poder de las palabras. La película es fiel en lo esencial, pero pierde profundidad literaria y filosófica, privilegiando la emoción visual y el ritmo narrativo.
El 21 de enero de 1980 Isaac Asimov publicó “A Cult of Ignorance”, en la Newsweek. Está disponible en recopilaciones de ensayos de Asimov y reproducido en múltiples sitios web de acceso libre. Conecta con ideas presentes en otros textos de Asimov sobre divulgación científica y educación, como en The Roving Mind (1983). Asimov se adelanto contra la posverdad, con este ensayo que anticipó las fake news
En A Cult of Ignorance, Asimov denuncia la creciente hostilidad hacia el conocimiento y la educación en la sociedad estadounidense. Sostiene que en EE. UU. existe una peligrosa tendencia a igualar todas las opiniones, sin importar si están fundamentadas en hechos o no, y a desconfiar de la figura del experto.
El tema central es la glorificación de la ignorancia frente a la valoración del saber. La crítica principal refuta la frase “Mi ignorancia es tan buena como tu conocimiento”, según resume esa actitud cultural. Frente a ello, queda la educación, que defiende la importancia de un sistema educativo sólido y del hábito de la lectura para mantener una democracia funcional. El peligro, décadas después aún mayor, es que si la sociedad ignora a la ciencia y al pensamiento crítico, se expone a caer en el creciente populismoy la galopante manipulación política.
- En el debate educativo: Se convirtió en una advertencia contra el antiintelectualismo. Es usado aún hoy en discusiones sobre la crisis educativa y la posverdad.
- En la política y sociedad: El ensayo anticipa la problemática contemporánea de las fake news, el negacionismo científico (cambio climático, vacunas) y el populismo mediático. Señala que la democracia solo funciona con ciudadanos informados, no con masas desinteresadas en la verdad.
- En la cultura popular: La frase “Mi ignorancia es tan buena como tu conocimiento” ha pasado a ser un lema para describir el antiintelectualismo moderno. Asimov es citado como visionario que advirtió la degradación del valor del conocimiento décadas antes del auge de las redes sociales.
Dedicaremos un post consecutivo y adicional a las tres figuras de la filosofía que hemos analizado este mes, Butler, Benhabib y Dussel, resaltando sus coincidencias y diferencias en torno a ética, política y justicia. La justicia no se piensa desde arriba, sino desde abajo: desde la fragilidad, el exilio y la opresión.
Coincidencias:
- Los tres cuestionan estructuras de poder que marginan (género, cultura, pobreza).
La filosofía no es un saber abstracto que se encierra en bibliotecas; también puede ser una herramienta para pensar las injusticias del presente. Tres voces contemporáneas —Judith Butler, Seyla Benhabib y Enrique Dussel— muestran cómo la reflexión filosófica puede abrir caminos hacia una política más justa e inclusiva.
Judith Butler: la vulnerabilidad compartida
La filósofa estadounidense Judith Butler (1956) se ha convertido en una referencia ineludible en feminismo y teoría queer. Su tesis más conocida es que el género no es algo fijo ni natural, sino una performatividad, una construcción que se repite en actos y normas sociales.
Pero su pensamiento va más allá de la identidad: Butler insiste en que toda vida es precaria y, por lo tanto, depende de redes de cuidado e interdependencia. Reconocer esa vulnerabilidad compartida es, para ella, la base de una ética de la no violencia y de la solidaridad.
Seyla Benhabib: ciudadanía en transformación
Nacida en Estambul en 1950 y formada en Estados Unidos, Seyla Benhabib ha sido una de las grandes teóricas de la democracia deliberativa. Inspirada en Habermas, pero también crítica con él, propone un universalismo interactivo: los derechos universales deben respetar las diferencias culturales y de género.
Sus estudios sobre migración y ciudadanía son especialmente actuales. Benhabib defiende que la ciudadanía no es un estatus fijo, sino una práctica en constante transformación. En un mundo de fronteras y desplazamientos, urge repensar quién tiene derecho a pertenecer y a participar en la vida pública.
Enrique Dussel: la filosofía desde el Sur
El filósofo argentino-mexicano Enrique Dussel (1934–2023) fue el gran fundador de la filosofía de la liberación en América Latina. Exiliado en México durante la dictadura argentina, desarrolló un pensamiento profundamente crítico con el eurocentrismo y el capitalismo global.
Para Dussel, la filosofía debía partir del grito del oprimido: el pobre, el excluido, el colonizado. Su ética de la liberación coloca en el centro la dignidad de las víctimas, mientras que su política de la liberación exige una democracia auténtica, construida desde los pueblos marginados.
Tres caminos hacia la justicia. Aunque parten de contextos distintos, Butler, Benhabib y Dusselcomparten una misma convicción: la filosofía debe escuchar a quienes han sido históricamente silenciados.
- Butler pone el acento en la vulnerabilidad de los cuerpos y en la lucha contra las normas que disciplinan el género.
- Dussel interpela desde el Sur global con una crítica radical a la colonialidad y al capitalismo, proponiendo la liberación como horizonte.
Los tres, desde perspectivas diversas, nos recuerdan que la justicia no puede pensarse desde arriba, sino desde abajo: desde la fragilidad, el exilio y la opresión.
Butler, Benhabib y Dussel son filósofos de la resistencia. Sus obras invitan a ampliar nuestra mirada, a preguntarnos quién queda fuera del “nosotros” y a imaginar formas de vida más inclusivas. En tiempos de crisis climática, migratoria y social, sus voces nos enseñan que la filosofía no está desconectada de la realidad: al contrario, puede ser brújula para orientarnos hacia un mundo donde nadie quede excluido.