Un redescubrimiento de la espiritualidad cristiana como camino para lograr la felicidad. Desde hace años se observa en la sociedad occidental un creciente anhelo de espiritualidad. Muchos tratan de cubrir esta necesidad espiritual recurriendo a prácticas que rozan el esoterismo o mirando a las religiones orientales, pero cada vez más personas acaban volviendo a sus raíces cristianas.
El monje y teólogo Anselm Grün, un maestro de la espiritualidad, en su libro "Espiritualidad" nos explica con un lenguaje ameno y sencillo, la utilidad de la meditación, de los ritos y de la liturgia en nuestro día a día, la importancia de la ascesis y de la mística, y sobre todo, nos recuerda que la espiritualidad no debe implicar en ningún caso encerrarse en uno mismo.
Sus palabras y sus obras llegan desde la propia experiencia de la meditación y también de ser un constante trabajador. Como benedictino, Anselm Grün vive en la abadía que él mismo dirige en Münsterschwarzach, Alemania, y se levanta diariamente a las 4.40 de la mañana para dedicarle a la oración las tres primeras horas del día.
El gran psicólogo Carl Jung también señala que “El sufrimiento y la muerte, como la mayor parte de los problemas importantes de la vida, son, fundamentalmente, insolubles. Estos no pueden nunca ser solucionados, solo ser trascendidos”. Trascender es “atravesar” y “ascender”, pasar a través del dolor y descubrir un nuevo nivel de conciencia de uno mismo que antes desconocía y que ahora, gracias a esa “génesis”, nace a una nueva visión de sí mismo y de la realidad
Cuando nos enfrentamos a un destino que no podemos cambiar, estamos llamados a dar lo mejor de nosotros mismos, elevándonos por encima de nosotros mismos y creciendo más allá de nosotros mismos; es decir, a través de la transformación de nosotros mismos, Esto apuntaba Viktor Frankl, en su obra "El hombre en busca del sentido último" (véase en un post nuestro de 2007). Esto es válido para el dolor, la culpa y la muerte.
Reflexión Viktor Frakl vía @FilosVita pic.twitter.com/tJhK3RWUqL
— Dr. Alberto Blázquez (@Dr_Blazquez) July 10, 2021
El filósofo humanista Erich Fromm definió así un modo de ese anhelo de espiritualidad: “Entiendo por religión un sistema de pensamiento y acción compartido por un grupo que le da al individuo un marco de orientación y un objeto de devoción”. Según Fromm todos los seres humanos tenemos la necesidad de sentir experiencias espirituales o religiosas.
"¿No es más probable que logremos nuestro objetivo si tenemos un objetivo?"
Siglos antes el gran Aristóteles lo resumió así: Somos como arqueros anhelando el blanco. Ese anhelo de excelencia, de búsqueda de felicidad, de belleza, de bondad, es lo que caracteriza a los seres humanos de todas las épocas y culturas.