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¿Quién soy yo? Hesse responde en Demian

Hoy retomamos uno de nuestros autores favoritos, Hermann Hesse, y en esta ocasión con su libro Demian (1919). Es una novela de aprendizaje o “bildungsroman. Se centra en el desarrollo psicológico y espiritual de un joven llamado Emil SinclairLa historia narra la lucha interna de Sinclair por encontrar su identidad. Vive inicialmente en un “mundo luminoso” de valores tradicionales y religiosos, pero pronto se siente atraído por un “mundo oscuro” de tentaciones, dudas y descubrimiento personal.

El personaje clave en esta transición es Max Demian, un joven misterioso e intelectualmente avanzado que empuja a Sinclair a cuestionar las normas sociales y religiosas. A través de él, Sinclair empieza a explorar ideas filosóficas, espirituales y simbólicas, como el concepto del dios Abraxas, que representa la unión de lo divino y lo demoníaco.

Los temas principales son la dualidad entre el bien y el mal, la búsqueda del yo auténtico, la influencia del inconsciente y los sueños, la rebelión contra los valores tradicionales y el despertar espiritual y la auto-comprensión. Sinclair termina por aceptar la necesidad de integrar todas las partes de su ser —luz y sombra— en su identidad. 

La novela culmina en un contexto bélico (la Primera Guerra Mundial), simbolizando la muerte del viejo mundo y el nacimiento de uno nuevo a través del sufrimiento y la transformación. Algunos de los titulares podrían ser Demian: El despertar del alma y la búsqueda del yo auténtico”, “Entre la luz y la sombra: el viaje iniciático de Emil Sinclair”, “Hermann Hesse y el nacimiento del hombre nuevo”, “Abraxas y la integración de los opuestos: claves simbólicas en Demian”, “Demian, o cómo escapar del mundo convencional para encontrarse a uno mismo", “La influencia de Jung en Hesse: psicología y misticismo en Demian” o Del colegio a la guerra: el rito de paso de Emil Sinclair”.

Demian  es un libro que marcó a generaciones de jóvenes inconformes, una novela que desafió la moral burguesa de su tiempo. Fue, y sigue siendo, una guía literaria para la autoexploración, y un grito silencioso contra la hipocresía social. Demian es una novela sobre el despertar espiritual e individual de Emil Sinclair. A lo largo de la obra, se enfrenta a la dualidad entre el bien y el mal, simbolizada por dos mundos: el “luminoso” (la moral tradicional) y el “oscuro” (los instintos, lo prohibido, lo verdadero). El mensaje de Hesse es que solo aceptando ambos polos se puede alcanzar la totalidad del ser.

El personaje de Demian representa la conciencia interior o guía espiritual, que impulsa a Sinclair a cuestionar las normas y a buscar su verdadero yo. El dios Abraxas, que une luz y sombra, simboliza esa integración necesaria de los opuestos. Otros símbolos importantes incluyen: La marca de Caín, como señal de autenticidad espiritual. Eva, la figura femenina sabia, que representa la parte intuitiva y completa del alma. La guerra, como metáfora de la transformación personal y colectiva. En resumen, Demian es una invitación a romper con las convenciones, a escuchar la voz interior y a emprender un camino profundo hacia la autenticidad y la plenitud del alma.

Hermann Hesse (ver en otros postsfue un escritor, poeta y pintor alemán-suizo, conocido por explorar en su obra temas como la espiritualidad, la identidad y el desarrollo interior. Hijo de misioneros protestantes, desde joven se sintió en conflicto con la religión institucional y con las estructuras sociales. 

En 1946, Hermann Hesse recibió el Premio Nobel de Literatura por su obra profundamente humanista y su impacto duradero en la literatura mundial. Su nombre completo era Hermann Karl Hesse, nacido el 2 de julio de 1877 en Calw, Alemania y fallecido el 9 de agosto de 1962 en Montagnola, Suiza.

Tras sufrir varias crisis personales, incluyendo depresiones, rupturas matrimoniales y conflictos durante la guerra, Hesse encontró consuelo en la filosofía oriental, la psicología junguiana y el arte. Sus obras más destacadas son Demian (1919), Siddhartha (1922, post)El lobo estepario (1927), Narciso y Goldmundo (1930) y El juego de los abalorios (1943).

¡Adiós, profe!

Acabó el curso, y ellos, los alumnos y las alumnas, se despiden con un alegre “¡Adiós, profe!”. Y los educadores nos vamos también de vacaciones, a descansar,… y a echarles de menos. Sobre todo, cuando les has visto crecer, madurar (hasta un cierto hervor no definitivo) y luego, romper amarras, y seguir el curso de cada una de sus vidas, tan frescas, tan centelleantes, tan por escribirse. Pasan los años, y te reencuentras con ellos, tan mayorcitos, tan formales, tan respetuosos… que añoras aquella insolencia fervorosa y obstinada que surgía, quiero pensarlo, de cuánto te apreciaban ocultamente y de cómo habían de negarte ante los demás por tu ascendencia sobre su vida, todavía antes necesitada de referencias.

Los profesores debemos invertir tiempo, mucho tiempo, hablando con los niños y con los jóvenes, con la excusa de nuestra asignatura o en las tutorías, animándoles a hablar de sus intereses y preocupaciones ante los demás y ante ese adulto representativo que significa cualquier profesor que ame la docencia.

Los estudiantes pueden llegar a descubrirse, a comentarte sus inseguridades. Se preguntan y les aterra ¿qué hacer con su vida? Lo viven con un problema insoluble, para el que no se sienten preparados. Y te escriben un e-mail, ya terminado el curso, con pocas frases pero mucha angustia. Y debes contestarles en unos minutos, porque ellos son los verdaderos “minute-(wo)men” surgidos del Messenger…

¡Ah, mi entrañable A. (nombre de pila), CoCo (su pseudónimo por ella elegido)!

Estaba a punto de cerrar el ordenador, y por pura rutina lanzo el Outlook. Et voilà! Un mensaje del más allá, nada rutinario, con una pregunta final como un piano. ¡Ah, c'est la vie! Faltan años para que sepáis cuánto recuerdo el foro que representaba tu grupo, pero tu vivificante cuestión es un bálsamo para mi nostalgia.

A. del alma, con tus “casi” dieciséis años preguntas nada menos que por la “inseguridad”. Si hubiese que elegir la gran pregunta en tu etapa vital, la atormentada adolescencia, ésa sería la incógnita clave. Debo meditar (diría que incluso rumiar una respuesta de la altura de tu pregunta), y que alcance todo el calado que encierra. Pero también debo contestarte con premura una primera aproximación. Y quiero señalarte, A. (prefiero tu nombre verdadero), que lo que quizás vivas como un problema (la inseguridad, en ti, en los demás, en lo que te rodea, en los apoyos que crees tener o no,...), todo eso, creo que es UNA GRAN VENTAJA, UNA GRAN OPORTUNIDAD, y te hablo desde la experiencia que dan los años, que no la sabiduría (que de ésa tú posees mucho más). Y te trataré de explicar por qué. La seguridad, que sí es completamente necesaria para una niña, porque debe sentirse arropada, incondicionalmente querida por ‘todo el mundo’, y que sólo en un contexto de cariño puede desplegarse plenamente, luego PUEDE SER UN LASTRE.

A. vas a cumplir 16 años la próxima semana. Tú estás comenzando a sentir, seguramente más precozmente que otros condiscípulos y amigos, que te estás enfrentado con otro concepto de peso, LA LIBERTAD. Estás sintiendo, interna y tal vez dolorosamente, que la emancipación puede asustar inicialmente. La libertad de quien es consciente, no es algo trivial, es algo desconcertante, que asusta o, al menos, despierta recelo. Tú lo estás percibiendo, y eso me demuestra que estás en el mejor camino, el de la madurez personal que no todos ni todas recorren con valentía.

Yo tengo la completa certeza de que tú, apreciada A., sabrás superar esta transición. Sólo te pido algo que quizá te resulte paradójico ahora: “NO PIERDAS NUNCA UNA DOSIS DE INSEGURIDAD”, o dicho sin tantas negaciones, “GUARDA SIEMPRE EN TU ALMA UNA PORCIÓN DE INCERTIDUMBRE”.

Para mañana igual se me ocurre algo más. Ahora sólo queda decirte desde la perspectiva de mi edad, parecida a la de tus padres, cómo se puede llegar a envidiar aquello (la inseguridad de la adolescencia) que se vivió con desasosiego en su momento.

(Y a la mañana siguiente, otro mensaje casi consecutivo, tras su segundo e-mail)

Mi inefable CoCo – A.:

Te debía una contestación al último emilio y ahora con tu segundo envío paso a dar cumplida respuesta a ambos, como se merece tu disciplinada pertinencia. Y debo aplicar un tono profesoral en la respuesta, aún a riesgo de requerir con ello que debas aplicarte a acudir al diccionario para mejor consulta de sus siempre rigurosas clarificaciones.

¡Ah! La hondura de sus acertadas interpelaciones, perennemente enmascaradas en formulaciones ilusoriamente simples por su palmaria apariencia, me supera y debo repensar con extrema circunspección la respuesta. Por otro lado, el mismo epígrafe de encabezamiento Mikel vs. Aristóteles sólo puede aturdirme ante la sola posibilidad de que tú, incluso como chanza, puedas enfrentarme a tamaño cíclope de la filosofía.

Pero... ¡acepto el envite! Y SÍ, tú tienes razón, si TÚ estás conmigo, ambos nos enfrentaremos al molino aristotélico para combatir contra tan insuperable adversario. Las disquisiciones metafísicas no son blancas o negras. La fijación de una meta puede conducir a la infelicidad, que no es sino la medida de la distancia entre lo anhelado y lo conquistado, pero los SERES HUMANOS, quienes como tú aspiran a VIVIR, no pueden triunfar en tal hazaña sin METAS, que son el alma, las entrañas de la vida. Sin objetivos, no se vive, se muere meramente.

Pero la fortaleza no reside en imponerse metas, sino en el firme propósito de superar los desmayos, los inevitables errores, las continuas caídas, los avatares de la vida. ¡Imponte metas, CoCo-A.! Puede que otros sean más infelices con ello, por no alcanzarlas plena y puntualmente. Pero tú estás llamada a proponértelas, seguro que a intentarlas porfiadamente y a conseguirlas. En ello consiste el reto y la consecución gradual que es la verdadera vida.

Tu profe, Mikel

Nota final: Si has llegado a leer hasta aquí sin dormirte, es que ya colmas todas mis esperanzas en ti depositadas, que no pueden ser mayores.

Hölderlin: el poeta que buscó a los dioses entre los hombres

Nos gustó una respuesta de humor a la avalancha de aranceles Trump de estos días, que sugería recomendarle leer a Friedrich Hölderlin. Entonces vimos que nunca lo habíamos citado en este blog. Había que corregirlo.

Friedrich Hölderlin fue uno de los poetas más profundos y visionarios del Romanticismo alemán. Su poesía une la pasión por la naturaleza, el ideal clásico griego y una espiritualidad intensa, atravesada por su búsqueda de armonía entre el hombre, la divinidad y el cosmos.

Aquí os dejamos un resumen de algunos de sus poemas esenciales, que representan bien su estilo y sus temas:

🏛️ "Hiperión" (que se puede leer en PDF como fragmentos poéticos de su novela epistolar). Tema: El dolor del desarraigo, el amor imposible, la nostalgia de la Grecia ideal. Estilo: Lírica pura, apasionada, de tono elegíaco. Frase clave: ¿Dónde está mi patria? Amigos, si tengo patria, es con vosotros.

🌊 "A la patria" (An die Heimat)Tema: Melancolía del exilio, amor por la tierra natal. Significado: Habla del alma dividida entre lo vivido y lo soñado. Estilo: Intenso y emotivo, con un tono confesional.

☀️"El Archipiélago". Tema: Admiración por la antigua Grecia y su equilibrio con la naturaleza. Visión: Muestra un mundo armonioso, idealizado y lleno de belleza. Estilo: Rico en imágenes naturales y símbolos clásicos.

"Pan y vino" (Brot und Wein). Tema: Reflexión sobre el sentido de lo sagrado en el mundo moderno. Pregunta central: ¿Dónde están los dioses? ¿Dónde el poeta? Estilo: Meditativo, simbólico y lleno de referencias mitológicas.

🔥"El Rin" (Der Rhein). Tema: El poder de la naturaleza y el alma alemana. Metáfora: El río como fuerza divina e histórica. Estilo: Grandioso y solemne.

🌌 "La muerte de Empédocles" (drama poético). Tema: El sacrificio del sabio, la fusión con la naturaleza. Reflejo del autor: Empédocles simboliza la figura del poeta como visionario incomprendido. Estilo: Profético, teatral y trágico.

✨ Rasgos clave de su poesía: Tono elevado y solemne. Referencia constante a la mitología griega y a la naturaleza. Búsqueda de lo divino y lo eterno. Tensión entre lo humano y lo absoluto.

Friedrich Hölderlin (1770–1843) fue un puente entre lo clásico y lo moderno. Su obra influyó profundamente en poetas como Rainer Maria Rilke, Paul Celan y filósofos como Heidegger, quien lo consideró “el poeta del ser”.

Queimada anual en "Casa Carlos"

Queimada en Casa Carlos
Como todos los años, hemos celebrado nuestra queimada de amistad.
Es un ritual que nos bebemos pasada la medianoche en un sobremesa tras la cena de la Virgen de la Paloma, en casa de Carlos y Gloria.
En gallego
Mouchos, coruxas, sapos e bruxas;
demos, trasnos e diaños;
espíritos das neboadas veigas,
corvos, pintegas e meigas;
rabo ergueito de gato negro
e todos os feitizos das menciñeiras...
Podres cañotas furadas,
fogar de vermes e alimañas,
lume da Santa Compaña,
mal de ollo, negros meigallos;
cheiro dos mortos, tronos e raios;
fuciño de sátiro e pé de coello;
ladrar de raposo, rabiño de martuxa,
oubeo de can, pregoeiro da morte...
Pecadora lingua de mala muller
casada cun home vello;
Averno de Satán e Belcebú,
lume de cadáveres ardentes,
lumes fatuos da noite de San Silvestre,
corpos mutilados dos indecentes,
e peidos dos infernais cus...
Bruar da mar embravecida,
agoiro de naufraxios,
barriga machorra de muller ceibe,
miañar de gatos que andan á xaneira,
guedella porca de cabra mal parida
e cornos retortos de castrón...
Con este cazo
levantarei as chamas deste lume
que se asemella ao do inferno
e as meigas ficarán purificadas
de tódalas súas maldades.
Algunhas fuxirán
a cabalo das súas escobas
para iren se asulagar
no mar de Fisterra.
Ouvide! Escoitade estos ruxidos...!
Son as bruxas que están a purificarse
nestas chamas espiritosas...
E cando este gorentoso brebaxe
baixe polas nosas gorxas,
tamen todos nós quedaremos libres
dos males da nosa alma
e de todo embruxamento.
Forzas do ar, terra, mar e lume!
a vós fago esta chamada:
se é verdade que tendes máis poder
ca humana xente,
limpade de maldades a nosa terra
e facede que aquí e agora
os espiritos dos amigos ausentes
compartan con nós esta queimada.
En castellano
Búhos, lechuzas, sapos y brujas;
Demonios, duendes y diablos;
espíritus de las vegas llenas de niebla,
cuervos, salamandras y hechiceras;
rabo erguido de gato negro
y todos los hechizos de las curanderas...
Podridos leños agujereados,
hogar de gusanos y alimañas,
fuego de la Santa Compaña,
mal de ojo, negros maleficios;
hedor de los muertos, truenos y rayos;
hocico de sátiro y pata de conejo;
ladrar de zorro, rabo de marta,
aullido de perro, pregonero de la muerte...
Pecadora lengua de mala mujer
casada con un hombre viejo;
Averno de Satán y Belcebú,
fuego de cadáveres ardientes,
fuegos fatuos de la noche de San Silvestre,
cuerpos mutilados de los indecentes,
y pedos de los infernales culos...
Rugir del mar embravecido,
presagio de naufragios,
vientre estéril de mujer soltera,
maullar de gatos en busca gatas en celo,
melena sucia de cabra mal parida
y cuernos retorcidos de castrón...
Con este cazo
elevaré las llamas de este fuego
similar al del Infierno
y las brujas quedarán purificadas
de todas sus maldades.
Algunas huirán
a caballo de sus escobas
para irse a sumergir
en el mar de Finisterre.
¡Escuchad! ¡Escuchad estos rugidos...!
Son las brujas que se están purificando
en estas llamas espirituales...
Y cuando este delicioso brebaje
baje por nuestras gargantas,
también todos nosotros quedaremos libres
de los males de nuestra alma
y de todo maleficio.
¡Fuerzas del aire, tierra, mar y fuego!
a vosotros hago esta llamada:
si es verdad que tenéis más poder
que los humanos,
limpiad de maldades nuestra tierra
y hacer que aquí y ahora
los espíritus de los amigos ausentes
compartan con nosotros esta queimada.
Textos recogidos de Wikipedia.
Imágenes adicionales de nuestras queimadas.

No te rindas: el poema que inspira a resistir siempre

 
El poema No te rindas, atribuido Mario Benedetti (más posts) pero parece obra de Guillermo Mayer, es un mensaje de esperanza, resistencia y renovación. Aunque no aparece en sus obras publicadas oficialmente, se ha popularizado como un himno motivacional. Es un poema que alienta a las personas a seguir luchando, a confiar en sí mismas y a no perder la fe en la vida, incluso en tiempos difíciles. Este es el texto: 

"No te rindas, aun estas a tiempo / de alcanzar y comenzar de nuevo,/  aceptar tus sombras, enterrar tus miedos, / liberar el lastre, retomar el vuelo. No te rindas que la vida es eso/  continuar el viaje, perseguir tus sueños, / destrabar el tiempo, / correr los escombros y destapar el cielo.

No te rindas, por favor no cedas, / aunque el frio queme, aunque el miedo muerda, / aunque el sol se esconda y se calle el viento, / aun hay fuego en tu alma, aun hay vida en tus sueños/ porque la vida es tuya y tuyo también el deseo, / porque lo has querido y porque te quiero.

Porque existe el vino y el amor, es cierto/ porque no hay heridas que no cure el tiempo, / abrir las puertas quitar los cerrojos, / abandonar las murallas que te protegieron.

Vivir la vida y aceptar el reto/ recuperar la risa, ensayar el canto, / bajar la guardia y extender las manos, / desplegar las alas e intentar de nuevo, / celebrar la vida y retomar los cielos.

No te rindas por favor no cedas, / aunque el frio queme, / aunque el miedo muerda, / aunque el sol se ponga y se calle el viento, / aun hay fuego en tu alma, / aun hay vida en tus sueños, / porque cada día es un comienzo/ porque esta es la hora y el mejor momento, / porque no estas sola, / porque yo te quiero".

Invita a seguir adelante a pesar de los obstáculos y los momentos difíciles. Habla de la importancia de no rendirse cuando la vida se torna complicada. Destaca que siempre es posible empezar de nuevo, sin importar cuántas veces se haya fallado. Sugiere que cada día trae consigo una nueva oportunidad para cambiar y mejorar. Evoca que el amor es una fuente de motivación y que los sueños son fundamentales para mantener la esperanza viva. Reconoce que hay heridas y momentos de sufrimiento, pero enfatiza que lo más importante es aprender de ellos y seguir avanzando con ilusión.

Ángela Figuera Aymerich, el alma herida de la poesía

Ángela Figuera Aymerich (Bilbao, 30 de octubre de 1902 – Madrid, 2 de abril de 1984) fue una destacada poeta española de la posguerra, reconocida por su compromiso social y su contribución a la poesía desarraigada de la primera generación de posguerra. 

Vida y trayectoriaNacida en una familia acomodada, Ángela fue la primogénita de Jesús Ángel Figuera y Amelia Aymerich. Tras completar el bachillerato en 1924, inició estudios de Filosofía y Letras en 1925, obteniendo su licenciatura en Madrid. En 1933, ganó la cátedra de Lengua y Literatura para Institutos de Segunda Enseñanza y contrajo matrimonio con el ingeniero Julio Figuera. Durante la Guerra Civil Española, su esposo se alistó en el ejército republicano, y la familia fue evacuada a Valencia y posteriormente a Murcia. Al finalizar la guerra, Ángela Figuera fue represaliada y se trasladó a Soria con su hijo. 

Obra literariaLa producción poética de Ángela Figuera Aymerich se caracteriza por una evolución desde un intimismo influenciado por Antonio Machado y Juan Ramón Jiménez hacia una poesía de fuerte contenido social. Junto a Gabriel Celaya y Blas de Otero, conformó el denominado “triunvirato vasco” de la poesía social de posguerra. Su lenguaje sencillo y directo buscaba transmitir mensajes de denuncia y solidaridad. Entre sus obras más destacadas se encuentran:

Mujer de barro (1948). Soria pura (1949), ilustrada con dibujos de su hermano Rafael Figuera. Vencida por el ángel (1951). El grito inútil (1952), galardonada con el premio Ifach. Los días duros (1953). Belleza cruel (1958), publicada en México con prólogo de León Felipe y premiada por la Unión de Intelectuales Españoles de México. Toco la tierra. Letanías (1962). Cuentos tontos para niños listos (1979), dirigida al público infantil. Otoño (1983). 

Trascendencia y legadoÁngela Figuera Aymerich dejó una huella indeleble en la literatura española, especialmente en el ámbito de la poesía social. Su obra refleja una profunda preocupación por las injusticias y las condiciones de vida de los más desfavorecidos, convirtiéndola en una voz esencial de su tiempo. Su legado perdura en la poesía contemporánea y en el reconocimiento de su labor en diversas instituciones y calles que llevan su nombre en ciudades como Bilbao, Vitoria, San Sebastián y Madrid. 

Últimas palabras famosas

CLIC para leer más...- Pardonnez-moi, monsieur. (Discúlpeme, señor) María Antonieta Cuando se aproximaba a la guillotina, condenada a ser decapitada por traición, tropezó accidentalmente con el pie del verdugo.

- Condenada a ser decapitada por presunto adulterio y alta traición, Ana Bolena fue llevada al cadalso, donde le dijo a su verdugo: “No le dará ningún trabajo: tengo el cuello muy fino".

- Napoleón: "France, armée (ejército), Joséphine", o, según la versión de las memorias de Santa Helena "...tête...armée...Mon Dieu !". Tenía entonces 52 años.

Lágrimas en el Metro

En el aséptico y modernista Metro de Bilbao he visto lágrimas en los ojos de algunas viajeras. A veces, sólo brillantes ojos lacrimosos mirando al vacío; otras, llanto silencioso que se derrama incontenible por las mejillas; ayer, una anciana que lloraba sin consuelo. Cada lágrima es un poema de ternura infinita. Y se te hace un nudo en la garganta. Y miras hipnotizado, con disimulo por el gentío, pero sin apartar la mirada de reojo, fingiendo… como los demás. Sabes bien que las lágrimas sólo se secan mezclándolas, y desearías acompañar su pena con tu llanto, porque dos personas que derraman lágrimas sobre una misma desventura ya nunca serán extrañas. ¡Ojalá que nunca se sequen nuestras lágrimas, porque se secarían los ríos del alma!

Dubitativo, decides llorar por dentro, porque no hay mayor causa de desconsuelo que el no poder condolerse. Y te bajas vacilante dos paradas más allá de tu estación, pensando cabizbajo. Hoy no me sacudáis demasiado: Estoy lleno de lágrimas.

Dicen, y con razón, que las lágrimas de una mujer hablan en silencio, y que el derecho de los pobres no es más que su llanto. Los dolores intensos son mudos; se expresan con lágrimas, que son sangre del alma. Mujer, con tu debilidad eres capaz de avasallarlo todo. Mujer, tú rodeas el corazón del mundo, como el mar a la tierra, con el abismo de tus lágrimas. Mujer, recuerda a Tagore: “Si lloras porque se ha puesto el sol, tus lágrimas te impedirán ver las estrellas”. ¡Ah, cómo se aflojaría el hilo de la vida si no estuviera mojado con tantas lágrimas!

¡Dios, Él es, Oíd!

Un remoto amigo, webmaster de publicaciones con difusión mundial por Internet, sugiere que hablemos de Dios. Esta petición es muy difícil, porque exige prudencia y cuidado en lo expuesto para lograr la exactitud y el rigor que la magnitud del tema exige. Pero, podemos convertirlo en algo fácil, si compartimos simplemente ideas muy sencillas, pero muy sentidas por cada uno de nosotros.

Hay muchas razones para creer en Dios, en mi opinión. Citaré solamente dos. Un argumento racional, definitivo a mi juicio, sería que los seres humanos, todos, tenemos una ansiedad de espiritualidad, de trascendencia, de inmortalidad. Este deseo es generalizado, y sólo caben dos posibilidades: O somos seres espirituales con una breve existencia humana, o sólo somos personas mortales con falsas pretensiones de eternidad. Lo segundo no somos, ¡no podemos ser!, sólo “entes engañados” por un afán inalcanzable de infinitud. Sólo podemos ser “realidades con alma imperecedera” que ahora vivimos una breve fase terrenal.

Una segunda demostración, más emocional e íntima, sería ese “hombrecillo” que llevamos dentro y que descubrimos con los años. El “hombrecillo” somos nosotros mismos, que miramos a través de unos ojos gastados la imagen reflejada en el espejo y que casi no nos reconocemos, porque nos empezamos a parecer no ya a nuestro padre, sino incluso a nuestro abuelo. Pero ese “personajillo” que transportamos en nuestro interior no cambia. Nos sentimos con 50 años como éramos con 30, con 15 o con 5 años. “Nosotros” somos el mismo, aunque nuestro aspecto haya envejecido. Los que vamos hacia la edad de ser abuelos, a menudo sentimos la urgencia de subir al camarote y montar el “corralito infantil” de nuestros hijos, para meternos dentro y volver a sentirnos bebés que quieren escapar de ese vallado para descubrir el mundo. Aquel niño que fuimos, desde donde recordamos, y el anciano que seremos son el mismo “ser”, que no siente el paso del tiempo. Con la edad vamos entendiendo que el “yo” no puede ser nuestro físico, que este “yo” de la madurez es exactamente el mismo “yo” que descubrió el amor filial y familiar con 3 años, el amor humano de una mujer con 18 años, la vocación profesional con 22 años, el amor paternal con 30,… Ese “yo” no puede ser mi cuerpo, ni mi cerebro, ni mi consciente,… Ese “yo” es mi alma.

¡Hoy creo en Dios!, como dijo Bécquer. Creer es muy fácil. Lo verdaderamente difícil es ser coherente con Dios, porque en ese compromiso no caben medias tintas. Éste es un mensaje de ida y vuelta, capicúa o palindrómico, como el título y la frase final: “Sólo Dios o ídolos”.

Tiempo de ser

¿Elegiremos ser personas o autómatas?

Corren tiempos extraños: Lo “políticamente correcto” es no ser demasiado radical, no ser demasiado religioso, no ser demasiado de izquierdas ni de derechas, no ser demasiado sindicalista ni empresarial, no ser demasiado defensor de ninguna cultura, de ninguna lengua,… En definitiva, se “lleva” no ser casi nada. Incluso los “sabios” reunidos por Chirac recomiendan no excesivas cruces, ni exagerados velos, ni innecesarios “kippa” (gorro judío).

Muchos no aceptamos nunca que se decrete la muerte de Dios y el fin de la Humanidad, marginando todas las creencias, todas las identidades en pro de una monótona uniformidad propia de autómatas clónicos. Nunca permutaremos las inmensas esencias y los plurales matices de cada ser humano por la neutral indiferencia y el “miedo al diferente” privativo de espectros hechos de etérea vacuidad.

Un individuo sólo es una persona integral si pertenece a una familia a la que engrandece; si demuestra poseer un alma que busca la trascendencia con su religión, un espíritu de defensa de su tierra y de sus lenguas con su cultivo, de la sociedad que le protegió con su trabajo; si escucha a su corazón para creer y practicar alguna fe; si encuentra energía para militar por alguna utopía política, solidaridad para asociarse sindicalmente y fraternidad para socorrer a los desheredados de la raza humana.

La alternativa actual no se establece entre laicismo o religiosidad, ni entre neutralidad o militancia, sino entre “hombres o robots”. Esta época también es tiempo de “seres humanos”, complejos, paradójicos, buscadores de ideales, desde la diversidad, desde la complementariedad, desde el esfuerzo por la convivencia con pleno respeto a la pluralidad. No pidiendo inadmisibles renuncias a los demás, sino desde la tolerancia máxima hacia todas las religiones (agnosticismo incluido), todas las ideologías, todas las culturas, tradiciones, símbolos o vestimentas. Cada persona es alguien irrepetible, que se auto-describe con esas visibles opciones religiosas, culturales, lingüísticas, políticas y sindicales.

Hagamos que sea realidad en cada uno de nosotros aquel desafío del poeta W. E. Henley: “Yo soy dueño de mi destino; yo soy el capitán de mi alma”. Apuraremos la vida terrenal con pacifismo militante, con defensa activa de los demás, desarrollando y transigiendo con todas las infinitas capacidades de los seres humanos.

Panorámica de campanario

Todos somos campanas, unos de bronce, otros de barro. A veces repicamos juntos, otras por separado. Nuestro tilín o tolón es tan variado...

Todos sonamos, pero no hay dos campanas que suenen igual. El refrán asegura que cada campana suena según el metal del que está hecha. Incluso la misma campana no suena igual todos los días. Algunos se creen campanarios de comarca; otros nos sabemos campanillas de hojalata. Todos sonamos distintos, pero todos somos campanas.

Somos sonajeros, cascabeles y cencerros. Sonidos que se entrecruzan, condescendientes con la diversidad de los tañidos. Si la campana de la intolerancia doblase por uno, doblaría por todos. Somos campanas que se suman, que se comprenden, que se aceptan, y que se necesitan. El poeta inglés John Donne apuntó: "Nadie es una isla; cada persona es una parte de la Tierra; la muerte de cualquiera me disminuye, porque estoy ligado a la Humanidad; y por consiguiente, nunca preguntes por quién doblan las campanas; doblan por ti."

Las campanas nos saludan al nacer, y nos acompañan al cementerio. Las campanas, al igual que los vinos añejos, se afinan al envejecer. Su canto se torna más amplio y más sutil; pierden sus sonidos agrios y sus tonos verdes. Cuanto más alto es el campanario, más puro es el sonido de la campana. Un alma se mide por las dimensiones de sus deseos, como se juzga una catedral por la altura de sus campanarios. Pongamos nuestra campana, grande o pequeña, en alto.

Todos somos campanas, a veces calladas, o cansadas, quizás calmadas, acaso paradas, tal vez cantadas, pero nunca calcadas. Todos oímos campanas y no sabemos de dónde provienen. Una procede de muy dentro, del recóndito interior de nuestra alma. Dejemos que resuene limpia, propia, firme y clara. Versión .DOC para imprimir


Versión final en: mikel.agirregabiria.net/2006/campanas.htm

Urgente: gente inocente

Aprendamos a descubrir y a reconocer a esas personas tiernas, intensas y emotivas, gigantes en inocencia, una cualidad en retroceso y en peligro de extinción.

La inocencia es algo más que sencillez, bastante más que ingenuidad y mucho más que puerilidad. La inocencia jamás es afectación, tampoco sensiblería, nunca debilidad. La inocencia no exige inteligencia, no requiere formación, no precisa recursos, no se expresa con palabras, no necesita explicaciones, porque nace de lo profundo de cada alma, donde anida desde que nacemos. La inocencia es más que una virtud, más que una condición, más que una vocación, más que una ilusión.

La inocencia es una trayectoria, un destino, una deontología, una potencialidad, una pasión, una ideología, una convicción, una conducta, una bendición. La inocencia es candor, naturalidad, espontaneidad y pureza, el primigenio estado óptimo del ser humano. La inocencia subyace innata en el fondo del corazón, y sobrevive si no se pervierte al velarse con la amarga realidad.

La inocencia es el juego de la existencia y un sinónimo de la gran libertad. La inocencia es la materia original de la que fuimos hechos. La inocencia es consubstancial a la más hermosa y suprema dignidad. La inocencia es la vida, es la verdad; la inocencia es la “verdad de la vida”. La inocencia es inherente a la naturaleza humana. La inocencia es el sustrato del que estamos hechos, nuestra original y primera piel. La inocencia es la superioridad del más débil. La inocencia es la primera forma de amor. La inocencia es belleza. La inocencia es, ante todo, felicidad.

La inocencia no es inconsciencia, ni ignorancia, sino ver, saber y comprender mucho mejor la vida. La inocencia es la huella más pura del conocimiento. La inocencia es la visión limpia y auténtica del mundo y de sus habitantes. La inocencia es amar a quienes tenemos cerca porque son necesarios, únicos y sagrados. La inocencia es un estado del alma limpia de culpa. A la inocencia la dicen locura, quienes perdieron su cordura, porque la inocencia es madre de la curiosidad, de la creatividad, de la solidaridad, de la alegría.

Es común la nostalgia de la inocencia, pero es mejor saber que la inocencia es recuperable. La infancia es la época de la inocencia, pero quieren acortarnos la niñez, y con ello la inocencia. La inocencia es la marca de los grandes, el atributo de los niños y de esas antorchas humanas que algunos toscamente designan como “Síndrome de Down”. Ellos fueron bautizados, mucho antes, por alguien muy superior, como los más nobles, perfectos e insuperables inocentes. Sólo ellos conocen las claves. Si comprendiéramos sus códigos de inocencia, hallaríamos el camino de vuelta al paraíso de la inocencia, del juego y del recreo.

La inocencia es un territorio a ocupar, a invadir de modo permanente. La inocencia es la utopía acurrucada entre nuestros brazos. La inocencia es un ideal factible, que podemos creer, crear y propagar. La inocencia es instinto transformador, poderoso, necesario, aplicable, oportuno. La inocencia ilumina, actúa sin calcular, sin esperar, sin desesperar, sin dejar de perdonar. La inocencia es empezar de nuevo. La inocencia es una irrenunciable actitud de esperanza, de reafirmación ante el mundo, de rebeldía ante la injusticia. Ojalá que en el futuro a nadie, jamás, le sea usurpada nuestra primera naturaleza: la inocencia.

La inocencia es un tesoro a preservar, porque se agotan sus reservas mundiales. La historia ha degollado a demasiados inocentes. Hay que hacer algo: Comprendamos que todos somos presuntos inocentes. Ha llegado la hora de declararnos culpables de inocencia. Recordemos que la fuerza más poderosa de todas es un corazón inocente. Ya nadie sufrirá el trágico fin de la inocencia, que es eludible. Sólo los dotados de un corazón inocente merecen habitar la tierra. Para la supervivencia es necesario que el universo se cubra, por fin, de inocentes.

VIII Cita GetxoBlog con Julen Iturbe-Ormaetxe

Julen Iturbe-Ormaetxe, "Consultoría Artesana en Red" en el 4º Encuentro GetxoBlog en BiscayTIK
Hemos convocado, como todas las actividades de GetxoBlog con entrada libre, la Octava Cita GetxoBlog con Julen Iturbe-Ormaetxe, el blogger de "Consultoría Artesana en Red". Será el sábado 26 de enero de 2013 de 17:00-19:00 en el Centro de Conocimiento de BiscayTIK, ubicado en la finca de  Bake Eder, c/ Zugazarte, 32, Getxo, cerca de Metro Areeta (acceso).

En la actualidad Julen Iturbe-Ormaetxe es consultor independiente, creador del proyecto Consultoría Artesana en Red. También es docente e investigador en Enpresagintza, Facultad de Empresariales de Mondragón Unibertsitatea y en MIK desde 2003.

Con el formato habitual de una exposición inicial seguida de un debate, Julen Iturbe-Ormaetxe nos propone como título "Conversaciones alrededor de un blog". Julen es el [alma] pater y primer miembro (honor irrepetible) del colectivo Aprendices, blogger de post diario tempranero y uno de los más reconocidos consultores de la blogosfera vasca. Célebre por sus presentaciones sobrias e impactantes, lo mismo se le encuentra de trabacaciones con su bicicleta TRW o con sus lecturas acompañado de otra reconocida blogger, su esposa Noemí Pastor (Boquitas pintadas).
IV Encuentro GetxoBlog por ALEX CERDEÑO
Imagen exterior de Bake Eder, BiscayTIK, en una de cuyas sus salas nos reuniremos.
Se puede ver LAS 10 IDEAS A COMPARTIR que nos avanza Julen Iturbe-Ormaetxe.

Formulario retirado, una vez finalizado el plazo de inscripción..

La atención es generosidad silenciosa en un mundo acelerado

Simone Weil, filósofa y mística, decía que “la atención es la forma más rara y pura de generosidad. Muy pocas mentes son capaces de descubrir que las cosas y los seres existen”. En un mundo saturado de estímulos en cada momento, detenerse a mirar, escuchar o sentir se ha convertido en un acto casi revolucionario. Prestar atención plena es regalar tiempo y cuidado sin esperar nada a cambio. Este simple acto es un modo de amar y de respetar profundamente al otro. Como apunta un análisis reciente, nuestra atención “da valor a las cosas; lo que atendemos se convierte en lo que importa” . Al dirigir nuestro foco con intención, otorgamos significado a lo cotidiano y hacemos sentir a los demás que existen en nuestra vida.

Atención en tiempos acelerados: La avalancha de mensajes y tareas diarias nos arrastra con facilidad. Simone Weil nos recuerda que al prestar atención elegimos qué lugar ocupan las personas y las cosas en nuestra existencia. En palabras de una experta, la atención es una energía sutil que da forma a nuestras vidas: “lo que miramos, lo que sentimos, lo que decidimos que importa… todo nace de nuestra capacidad de prestar atención” . En otras palabras, cada vez que atendemos a alguien o algo, lo validamos y lo hacemos crecer. Por eso la atención es un recurso tan valioso: convertir lo invisible en visible. En un mundo de prisas, la decisión de enfocarnos es un gesto de rebeldía contra la distracción generalizada. Es el hilo invisible que une lo que amamos y lo que soñamos, y lo transforma en algo real.

Atención: generosidad y amor. Prestar atención al otro es una forma de amor que humaniza la relación. No basta con dirigir la mirada; hay que detenerse, escuchar y hacer sentir al otro que tiene un lugar en nuestra vida . Cuando hablamos con alguien, renunciar al celular para mirarlo a los ojos es un regalo de respeto. Escuchar en silencio los miedos o alegrías de un amigo sin ofrecer consejos inmediatos es un acto de compasión. En ese gesto humilde reconocemos la dignidad ajena. 

Simone Weil sostenía que este tipo de atención desinteresada equivale a una oración laica, un modo de orientarnos hacia lo divino que todos llevamos dentro . Al eliminar el “yo” del centro, la atención pura crea espacio para la presencia del otro o incluso de algo superior. Tal como escribía Weil, cada ejercicio de concentración disciplinada –sea resolver un problema o leer un texto– “se convierte en oración” cuando lo practicamos con verdadero deseo de verdad . La atención así entendida es iluminación mutua: nos abre a la belleza del mundo y a la profundidad de las personas a nuestro alrededor.

La atención en la vida cotidiana tiene poder transformador en lo pequeño y lo rutinario. Ejemplos sencillos muestran su alcance:

  • Escuchar sin interrupciones a un familiar o colega cuando habla de su día. Un silencio atento puede ser la mejor medicina para quien necesita contarse.
  • Mirar a los ojos con interés durante una conversación. Con solo enfocar la mirada y asentar con la cabeza se puede entregar apoyo y cercanía.
  • Ayudar con plena presencia: acompañar a una persona enferma o compartir una comida sin apuros. Estar ahí, sin prisa, es a veces el mejor regalo.
  • Observar la naturaleza o el arte con calma. Ver el amanecer o leer un poema con atención nos reconecta con lo esencial y expande el corazón.
  • Cultivar la atención a uno mismo, descansando el cuerpo y la mente. Cerrar los ojos unos minutos, respirar conscientemente o meditar son prácticas de auto-regalo que luego multiplicamos hacia afuera.

Estos gestos cotidianos de atención son formas discretas de generosidad. No se trata de grandes sacrificios, sino de presencia: ofrecer un poco de nuestro tiempo y de nuestra escucha genuina. Así manifestamos amor, respeto y responsabilidad ética. En cada detalle la atención crea un puente entre las personas y revela que el otro importa.

Conclusión inspiradora: Entender la atención como un acto de amor y de autenticidad nos invita a un cambio profundo. Simone Weil nos desafía a ver la atención no como algo mundano, sino como un camino ético y espiritual. Cada instante que damos con plena conciencia es un regalo: a los demás, al mundo y a nosotros mismos. Cultivar la atención transforma nuestras relaciones y nutre el alma. Al final, lo que más regala la vida son momentos de verdadera conexión: un silencio compartido, una escucha atenta, una mirada compasiva. Practicar la atención nos recuerda que estamos juntos en este viaje y que amar, en definitiva, es prestar la mejor de nuestras presencias.

Sé tú quien aparta la piedra del camino,...

La primera cita: "El aprendizaje de un idioma fue siempre una aventura fascinante, el mejor de todos los viajes y el llamado más leve y más penetrante que hacemos a las puertas ajenas, en busca, no de mesa ni lecho, sino de coloquio, de diálogo entrañable".

Algunas citas de Gabriela Mistral (n Vicuña, 7 de abril de 1889 - m. Nueva York, 10 de enero de 1957) Fue poetisa, diplomática yprofesora chilena, cuyo verdadero nombre era Lucila de María del Perpetuo Socorro Godoy Alcayaga. Primera latinoamericana en ganar el Premio Nobel de Literatura, en 1945. Falleció en Estados Unidos a la edad de 67 años.

  • "Donde haya un árbol que plantar, plántalo tú. Donde haya un error que enmendar, enmiéndalo tú. Donde haya un esfuerzo que todos esquivan, hazlo tú. Sé tú el que aparta la piedra del camino." 
  • "El futuro de los niños es siempre hoy. Mañana será tarde."
  • "En vano se echa la red ante los ojos de los que tienen alas."
  • "Hay sonrisas que no son de felicidad, sino de un modo de llorar con bondad."
  • "La experiencia es como un billete de lotería comprado después del sorteo. No creo en ella."
  • "Lo que el alma hace por su cuerpo es lo que el artista hace por su pueblo."
  • "No digas lo que piensas, pero piensa lo que dices."
  • "Nosotros somos culpables de muchos errores y muchas faltas, pero nuestro peor crimen es el abandono de los niños negándoles la fuente de la vida. Muchas de las cosas que nosotros necesitamos pueden esperar, los niños no pueden, ahora es el momento, sus huesos están en formación, su sangre también lo está y sus sentidos se están desarrollando, a él nosotros no podemos contestarle mañana, su nombre es hoy."