Mostrando las entradas para la consulta Mario Benedetti ordenadas por relevancia. Ordenar por fecha Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas para la consulta Mario Benedetti ordenadas por relevancia. Ordenar por fecha Mostrar todas las entradas

Adiós a Mario Vargas Llosa, eterno contador de historias

Mario Vargas Llosa (ver en otros posts) ha sido uno de los escritores más importantes de la literatura hispanoamericana contemporánea. Hoy es el momento de rendir homenaje a sus libros, alguno de los cuales como "La ciudad y los perros" (léase en PDF) nos marcó la adolescencia. Trataremos que nuestros nietos leen esa primera novela del año 1963.

Su vida y obra han estado marcadas por una intensa actividad literaria, periodística y política (los tuits finales recogen algunas impresiones). También nos gusta recordar a Mario Benedetti (posts) cuando señaló: “A Vargas Llosa hay que leerlo, pero nunca escucharlo. 

Aquí presentamos un resumen de su vida y obra de Mario Vargas Llosa:

Nombre completo: Jorge Mario Pedro Vargas Llosa.

Nacimiento: 28 de marzo de 1936 en Arequipa, Perú.

Muerte: 13 de abril de 2025, Lima, Perú.

Infancia y juventud

Vargas Llosa pasó sus primeros años en Bolivia y luego en Piura y Lima, Perú. Estudió en colegios religiosos y militares, experiencias que luego marcarían muchas de sus novelas. Se formó en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (Lima), donde estudió Literatura y Derecho, y posteriormente obtuvo un doctorado en la Universidad Complutense de Madrid.

Carrera política

Aunque su carrera es predominantemente literaria, también incursionó en la política. En 1990 se presentó como candidato a la presidencia del Perú por el partido de derecha liberal Frente Democrático (FREDEMO), pero fue derrotado por Alberto Fujimori. Años más tarde, adoptó la nacionalidad española además de la peruana.

Obra literaria

Vargas Llosa es conocido por su estilo narrativo complejo, la experimentación formal y su crítica social y política. Su obra abarca novelas, ensayos, teatro y periodismo.

Etapas de su obra

  1. Primera etapa – Realismo crítico
    • La ciudad y los perros (1963): Su primera gran novela, crítica a la educación militarizada. Ganó el Premio Biblioteca Breve y el Premio de la Crítica.
    • La casa verde (1966): Estructura compleja, entrelaza varias historias, ambientadas en la selva y la costa norte del Perú.
    • Conversación en La Catedral (1969): Considerada una de sus obras maestras, refleja la corrupción y el autoritarismo en el Perú.
  2. Segunda etapa – Diversificación temática y formal
    • Pantaleón y las visitadoras (1973): Novela satírica basada en hechos reales.
    • La tía Julia y el escribidor (1977): Obra semi-autobiográfica, mezcla lo personal con lo fantástico.
    • La guerra del fin del mundo (1981): Ambientada en Brasil, es una de sus novelas más ambiciosas.
  3. Tercera etapa – Ficción histórica y política
    • El pez en el agua (1993): Autobiografía donde narra su campaña presidencial.
    • La fiesta del Chivo (2000): Retrato de la dictadura de Trujillo en República Dominicana.
    • El sueño del celta (2010): Basada en la vida de Roger Casement, activista contra el colonialismo.
  4. Obras más recientes
    • Cinco esquinas (2016): Mezcla política, prensa amarilla y escándalo en los años del fujimorismo.
    • Tiempos recios (2019): Aborda la intervención estadounidense en Guatemala.
    • Le dedico mi silencio (2023): Ambientada en el Perú, toca temas de identidad nacional y música criolla

Premios y reconocimientos: Premio Nobel de Literatura (2010): Por “su cartografía de las estructuras del poder y sus imágenes mordaces de la resistencia, la rebelión y la derrota del individuo”. Premio Príncipe de Asturias de las Letras (1986). Premio Cervantes (1994). Doctorados honoris causa por universidades de todo el mundo.

Homenaje a Mario Benedetti

Mario Benedetti se ha ido, pero su obra queda con nosotros. Y algunas de sus citas: "La poesía es el género de la sinceridad última e irreversible; La poesía muerde, por eso es problemática; No hay poeta que no modifique el mundo, y la poesía es reveladora y enriquece la vida aunque la ponga en duda; Por mucho que se fabule, uno acaba dándose a los demás en cada poema; Acá hay tres clases de gente: las que se matan trabajando, las que deberían trabajar y las que tendrían que matarse; ¡Si uno conociera lo que tiene con tanta claridad como conoce lo que le falta!; Los otros que invento son confidencias sobre aquello que desgraciadamente no me ocurre; Hay pocas cosas tan ensordecedoras como el silencio",...

Nunca es tarde para tener una infancia feliz

Nunca es demasiado tarde para tener una infancia feliz .-Tom Robbins. 
La infancia es un privilegio de la vejez. No sé por qué la recuerdo actualmente con más claridad que nunca. Mario Benedetti.

No te rindas: el poema que inspira a resistir siempre

 
El poema No te rindas, atribuido Mario Benedetti (más posts) pero parece obra de Guillermo Mayer, es un mensaje de esperanza, resistencia y renovación. Aunque no aparece en sus obras publicadas oficialmente, se ha popularizado como un himno motivacional. Es un poema que alienta a las personas a seguir luchando, a confiar en sí mismas y a no perder la fe en la vida, incluso en tiempos difíciles. Este es el texto: 

"No te rindas, aun estas a tiempo / de alcanzar y comenzar de nuevo,/  aceptar tus sombras, enterrar tus miedos, / liberar el lastre, retomar el vuelo. No te rindas que la vida es eso/  continuar el viaje, perseguir tus sueños, / destrabar el tiempo, / correr los escombros y destapar el cielo.

No te rindas, por favor no cedas, / aunque el frio queme, aunque el miedo muerda, / aunque el sol se esconda y se calle el viento, / aun hay fuego en tu alma, aun hay vida en tus sueños/ porque la vida es tuya y tuyo también el deseo, / porque lo has querido y porque te quiero.

Porque existe el vino y el amor, es cierto/ porque no hay heridas que no cure el tiempo, / abrir las puertas quitar los cerrojos, / abandonar las murallas que te protegieron.

Vivir la vida y aceptar el reto/ recuperar la risa, ensayar el canto, / bajar la guardia y extender las manos, / desplegar las alas e intentar de nuevo, / celebrar la vida y retomar los cielos.

No te rindas por favor no cedas, / aunque el frio queme, / aunque el miedo muerda, / aunque el sol se ponga y se calle el viento, / aun hay fuego en tu alma, / aun hay vida en tus sueños, / porque cada día es un comienzo/ porque esta es la hora y el mejor momento, / porque no estas sola, / porque yo te quiero".

Invita a seguir adelante a pesar de los obstáculos y los momentos difíciles. Habla de la importancia de no rendirse cuando la vida se torna complicada. Destaca que siempre es posible empezar de nuevo, sin importar cuántas veces se haya fallado. Sugiere que cada día trae consigo una nueva oportunidad para cambiar y mejorar. Evoca que el amor es una fuente de motivación y que los sueños son fundamentales para mantener la esperanza viva. Reconoce que hay heridas y momentos de sufrimiento, pero enfatiza que lo más importante es aprender de ellos y seguir avanzando con ilusión.

"Especial para mayores de 50 Primaveras”, de Harold Schlumberg

En la vida todos tenemos un secreto inconfesable, un arrepentimiento irreversible, un sueño inalcanzable y un amor inolvidable.
Las mujeres y hombres maduros de ahora hemos llegado a una edad maravillosa en la que emprendemos el camino del desaprendizaje.
Fuimos criados con la creencia de que debíamos ser los mejores en todo: mejores estudiantes, mejores esposas, mejores esposos, mejores profesionales, mejores madres y padres, etc.
Fuimos educados con la creencia de que TODO es pecado.
Ha llegado la hora del desaprendizaje. Ha llegado la hora de decir NO en muchas ocasiones, de mandar al carajo los compromisos y las obligaciones.
Pasó la hora de las responsabilidades desvelantes.
Ahora nos gusta estar solos, disfrutar buenas conversaciones con gente que no nos insulta y que cree lo mismo que nosotros o que no le importa que opinemos diferente.
Es la hora de hablar de todo sin necesidad de sostenerlo como medio de defensa.
Es hora de ver películas, de estar en una finca, de ir a pescar al río, durante la semana, de leer, de escuchar, de sonreír y de burlarse de la mayoría de los mortales que viven pendientes de las pendejadas.
Nosotros ya demostramos que las responsabilidades fueron bien atendidas por nosotros, que hicimos las cosas lo mejor posible, que dejamos huellas, que somos buenas personas.
Lo que nos queda de vida es para nosotros, para disfrutar, para cumplir el mandamiento divino de amarnos a nosotros mismos. Por eso vamos a hacer lo que nos da la gana.
Viajar al máximo, tomando café con amigas y amigos, conversando con todo el que nos encontremos.
Ya pasó la época de los roles. Lo que fuimos, fuimos; ahora somos para nosotros mismos sin tener que rendir cuentas a nadie.
Los demás seguirán su camino de responsabilidades y de afanes, de preocupaciones y nerviosismos. Nosotros ahora, estamos por encima del bien y del mal.
Vamos a museos, asistimos a conferencias y si no nos gusta nos salimos sin que nos importe, redescubrimos al Quijote.
Ahora asistimos con mayor frecuencia a entierros y nos damos cuenta de que se aproxima el nuestro, pero estamos preparados, pues al fin y al cabo vivir es mortal.
La vida es para nosotros una profunda experiencia interior, lejos de mitos, ritos, limosnas y pecados sin fin.
Es la hora de empezar a relajarnos y de conversar largas horas con uno mismo, que es el único que permanece siempre, ahora y después de que abandonemos la nave del cuerpo. Nos rodean pocos seres a quienes amamos profundamente y que seguirán viviendo sus propias experiencias, estemos nosotros o no.
Mandaremos para donde sabemos a la gente que nos molesta, la tóxica.
Quienes nos buscan sin egoísmos van a encontrar una sonrisa, una mirada tierna y comprensiva, un consejo acertado o no, afecto.
Somos, ahora sí, libres de ataduras, de prejuicios, de creencias.
Somos libres si no le tememos ni a la vida ni a la muerte…

"Especial para mayores de 50 ó 60 Primaveras”, de Harold Schlumberg, químico retirado

Ahora elige qué día quieres tener,... según indica Mario Benedetti.

Somos cuerdos y recuerdos somos

Parafraseando a Octavio PazNo somos lo que decimos, sino lo que recordamos, porque lo hicimos, lo hacemos y lo seguiremos haciendo”. Decía Jorge Luis Borges que somos nuestra memoria, ese quimérico museo de formas inconstantes. Y uno, con los años, se da cuenta de que tenía razón: la cordura se juega en esa delgada frontera entre lo que aún recordamos y lo que empezamos a olvidar.

Los mayores solemos ser sensatos, juiciosos, prudentes, sabios, serios, inteligentes, reflexivos, formales y cabales, incluso clarividentes. Porque sí, seguimos siendo cuerdos, aunque nos asalten las dudas al entrar en una habitación sin saber a qué fuimos, y somos sobre todo recuerdos, esos tesoros que guardamos como cartas viejas o canciones que se repiten solas en la cabeza. 

A veces, como escribió Mario Benedetti, el olvido está lleno de memoria, y en esa paradoja encontramos consuelo: no recordarlo todo es también una forma de vivir más ligero. Con todo hoy y ahora queremos reivindicar el infinito valor de la memoria de lo vivido, insuperable fuente de inspiración y perseverancia.

Miguel de Cervantes nos advertía que la memoria es tesoro y custodia de todas las cosas. Sin embargo, como todo tesoro, a veces se esconde bajo capas de polvo y nos obliga a ejercitar paciencia y sentido del humor. No hay peor enemigo de la cordura que la solemnidad excesiva. Reírnos de nuestros olvidos es, en cierto modo, la forma más cuerda de vivirlos.

A cierta edad, uno descubre que el presente es más corto que antes, y el pasado más largo. Los recuerdos se multiplican y se vuelven compañeros de viaje: algunos dulces, otros ásperos, pero todos forman parte de lo que somos. Como dijo Miguel de Unamuno, el hombre es hombre en cuanto es hijo del pasado. La cordura consiste, entonces, en no aferrarse demasiado ni al ayer ni al mañana, sino en habitar con serenidad el ahora.

Porque al final, la vida se parece a una novela coral: cada recuerdo es un capítulo, cada olvido un salto de página, y la cordura el hilo que mantiene la trama unida. Somos cuerdos en la medida en que reconocemos nuestra fragilidad, y somos recuerdos porque sin ellos seríamos apenas instantes dispersos.

La moraleja es sencilla y honda: vivir con cordura no es no olvidar, sino aceptar que somos tiempo hecho memoria. Y vivir con recuerdos no es añoranza, sino cultivar la gratitud por lo vivido. Quien logra reírse de sus olvidos y agradecer sus recuerdos ha encontrado la verdadera sabiduría.

Releamos el discurso de Alyosha en el último capítulo de "Los hermanos Karamazov" de Fiódor Dostoyevski: "Debes saber que no hay nada más alto y más fuerte y más sano y bueno para la vida en el futuro que algunos buenos recuerdos, especialmente un recuerdo de la infancia, de hogar. La gente te habla mucho de tu educación, pero un buen recuerdo sagrado, preservado desde la infancia, es quizás la mejor educación. Si un hombre lleva consigo muchos recuerdos de este tipo a la vida, está a salvo hasta el final de sus días, y si a uno sólo le queda un buen recuerdo en el corazón, incluso eso puede ser en algún momento el medio de salvarnos".

La cordura y la memoria son dos nombres del mismo tiempo. Lo que uno ama en la infancia se queda en el corazón para siempre.” señaló Jean-Jacques Rousseau. Para concluir: La filosofía es, en el fondo, el arte de aprender a morir… y a recordar” según Michel de Montaigne. Anotadlo en vuestras agendas este doble mandato encadenado: Recordar con humor es vivir con filosofíaEntre risas y memoria, a seguir construyendo lo que luego serán recuerdos.

Versos minimalistas para un largo año

Un haiku describe simplemente lo que sucede aquí y ahora.

Haiku es un poema breve japonés, formado por 17 sílabas divididas en tres versos de 5-7-5 sílabas. Estrofas sin rima, repletas de paradojas, suelen describir un instante, un momento irrepetible de la naturaleza o de la vida cotidiana, incluyendo con frecuencia una palabra que describa la estación: nieve, crisantemo, cerezo en flor,... El haiku trasciende el texto y en un instante alcanza la eternidad narrando un acontecimiento nimio, resaltando el cambio y la permanencia, la semejanza y el contraste. Busca insinuar lo casi inexpresable.

Tres ejemplos literarios: “La vieja mano / sigue trazando versos / para el olvido” de Jorge Luis Borges; “Los días lentos / se apilan, evocando / un viejo antaño”, de Busón; y “Todo arrabal / tiene lujos de pobre / miserias ricas” de Mario Benedetti. A mí sólo se me ocurre un haiku, en este preciso momento, tras oír la noticia de la última bomba en Barajas: “Fin de otro año,/ tantos sueños pospuestos, /la paz entre ellos”.

Versión para imprimir en: mikel.agirregabiria.net/2006/haikus.doc