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Homenaje a Mario Benedetti

Mario Benedetti se ha ido, pero su obra queda con nosotros. Y algunas de sus citas: "La poesía es el género de la sinceridad última e irreversible; La poesía muerde, por eso es problemática; No hay poeta que no modifique el mundo, y la poesía es reveladora y enriquece la vida aunque la ponga en duda; Por mucho que se fabule, uno acaba dándose a los demás en cada poema; Acá hay tres clases de gente: las que se matan trabajando, las que deberían trabajar y las que tendrían que matarse; ¡Si uno conociera lo que tiene con tanta claridad como conoce lo que le falta!; Los otros que invento son confidencias sobre aquello que desgraciadamente no me ocurre; Hay pocas cosas tan ensordecedoras como el silencio",...

Nunca es tarde para tener una infancia feliz

Nunca es demasiado tarde para tener una infancia feliz .-Tom Robbins. 
La infancia es un privilegio de la vejez. No sé por qué la recuerdo actualmente con más claridad que nunca. Mario Benedetti.

No te rindas: el poema que inspira a resistir siempre

 
El poema No te rindas, atribuido Mario Benedetti (más posts) pero parece obra de Guillermo Mayer, es un mensaje de esperanza, resistencia y renovación. Aunque no aparece en sus obras publicadas oficialmente, se ha popularizado como un himno motivacional. Es un poema que alienta a las personas a seguir luchando, a confiar en sí mismas y a no perder la fe en la vida, incluso en tiempos difíciles. Este es el texto: 

"No te rindas, aun estas a tiempo / de alcanzar y comenzar de nuevo,/  aceptar tus sombras, enterrar tus miedos, / liberar el lastre, retomar el vuelo. No te rindas que la vida es eso/  continuar el viaje, perseguir tus sueños, / destrabar el tiempo, / correr los escombros y destapar el cielo.

No te rindas, por favor no cedas, / aunque el frio queme, aunque el miedo muerda, / aunque el sol se esconda y se calle el viento, / aun hay fuego en tu alma, aun hay vida en tus sueños/ porque la vida es tuya y tuyo también el deseo, / porque lo has querido y porque te quiero.

Porque existe el vino y el amor, es cierto/ porque no hay heridas que no cure el tiempo, / abrir las puertas quitar los cerrojos, / abandonar las murallas que te protegieron.

Vivir la vida y aceptar el reto/ recuperar la risa, ensayar el canto, / bajar la guardia y extender las manos, / desplegar las alas e intentar de nuevo, / celebrar la vida y retomar los cielos.

No te rindas por favor no cedas, / aunque el frio queme, / aunque el miedo muerda, / aunque el sol se ponga y se calle el viento, / aun hay fuego en tu alma, / aun hay vida en tus sueños, / porque cada día es un comienzo/ porque esta es la hora y el mejor momento, / porque no estas sola, / porque yo te quiero".

Invita a seguir adelante a pesar de los obstáculos y los momentos difíciles. Habla de la importancia de no rendirse cuando la vida se torna complicada. Destaca que siempre es posible empezar de nuevo, sin importar cuántas veces se haya fallado. Sugiere que cada día trae consigo una nueva oportunidad para cambiar y mejorar. Evoca que el amor es una fuente de motivación y que los sueños son fundamentales para mantener la esperanza viva. Reconoce que hay heridas y momentos de sufrimiento, pero enfatiza que lo más importante es aprender de ellos y seguir avanzando con ilusión.

"Especial para mayores de 50 Primaveras”, de Harold Schlumberg

En la vida todos tenemos un secreto inconfesable, un arrepentimiento irreversible, un sueño inalcanzable y un amor inolvidable.
Las mujeres y hombres maduros de ahora hemos llegado a una edad maravillosa en la que emprendemos el camino del desaprendizaje.
Fuimos criados con la creencia de que debíamos ser los mejores en todo: mejores estudiantes, mejores esposas, mejores esposos, mejores profesionales, mejores madres y padres, etc.
Fuimos educados con la creencia de que TODO es pecado.
Ha llegado la hora del desaprendizaje. Ha llegado la hora de decir NO en muchas ocasiones, de mandar al carajo los compromisos y las obligaciones.
Pasó la hora de las responsabilidades desvelantes.
Ahora nos gusta estar solos, disfrutar buenas conversaciones con gente que no nos insulta y que cree lo mismo que nosotros o que no le importa que opinemos diferente.
Es la hora de hablar de todo sin necesidad de sostenerlo como medio de defensa.
Es hora de ver películas, de estar en una finca, de ir a pescar al río, durante la semana, de leer, de escuchar, de sonreír y de burlarse de la mayoría de los mortales que viven pendientes de las pendejadas.
Nosotros ya demostramos que las responsabilidades fueron bien atendidas por nosotros, que hicimos las cosas lo mejor posible, que dejamos huellas, que somos buenas personas.
Lo que nos queda de vida es para nosotros, para disfrutar, para cumplir el mandamiento divino de amarnos a nosotros mismos. Por eso vamos a hacer lo que nos da la gana.
Viajar al máximo, tomando café con amigas y amigos, conversando con todo el que nos encontremos.
Ya pasó la época de los roles. Lo que fuimos, fuimos; ahora somos para nosotros mismos sin tener que rendir cuentas a nadie.
Los demás seguirán su camino de responsabilidades y de afanes, de preocupaciones y nerviosismos. Nosotros ahora, estamos por encima del bien y del mal.
Vamos a museos, asistimos a conferencias y si no nos gusta nos salimos sin que nos importe, redescubrimos al Quijote.
Ahora asistimos con mayor frecuencia a entierros y nos damos cuenta de que se aproxima el nuestro, pero estamos preparados, pues al fin y al cabo vivir es mortal.
La vida es para nosotros una profunda experiencia interior, lejos de mitos, ritos, limosnas y pecados sin fin.
Es la hora de empezar a relajarnos y de conversar largas horas con uno mismo, que es el único que permanece siempre, ahora y después de que abandonemos la nave del cuerpo. Nos rodean pocos seres a quienes amamos profundamente y que seguirán viviendo sus propias experiencias, estemos nosotros o no.
Mandaremos para donde sabemos a la gente que nos molesta, la tóxica.
Quienes nos buscan sin egoísmos van a encontrar una sonrisa, una mirada tierna y comprensiva, un consejo acertado o no, afecto.
Somos, ahora sí, libres de ataduras, de prejuicios, de creencias.
Somos libres si no le tememos ni a la vida ni a la muerte…

"Especial para mayores de 50 ó 60 Primaveras”, de Harold Schlumberg, químico retirado

Ahora elige qué día quieres tener,... según indica Mario Benedetti.

Versos minimalistas para un largo año

Un haiku describe simplemente lo que sucede aquí y ahora.

Haiku es un poema breve japonés, formado por 17 sílabas divididas en tres versos de 5-7-5 sílabas. Estrofas sin rima, repletas de paradojas, suelen describir un instante, un momento irrepetible de la naturaleza o de la vida cotidiana, incluyendo con frecuencia una palabra que describa la estación: nieve, crisantemo, cerezo en flor,... El haiku trasciende el texto y en un instante alcanza la eternidad narrando un acontecimiento nimio, resaltando el cambio y la permanencia, la semejanza y el contraste. Busca insinuar lo casi inexpresable.

Tres ejemplos literarios: “La vieja mano / sigue trazando versos / para el olvido” de Jorge Luis Borges; “Los días lentos / se apilan, evocando / un viejo antaño”, de Busón; y “Todo arrabal / tiene lujos de pobre / miserias ricas” de Mario Benedetti. A mí sólo se me ocurre un haiku, en este preciso momento, tras oír la noticia de la última bomba en Barajas: “Fin de otro año,/ tantos sueños pospuestos, /la paz entre ellos”.

Versión para imprimir en: mikel.agirregabiria.net/2006/haikus.doc