Normalmente, en cada marca de Vehículos Eléctricos a Batería (BEV) coexisten modelos distintos. Este post se dedica a elegir preferentemente un modelo berlina o sedán (no SUV), con óptima aerodinámica propia de un deportivo y con mínima superficie frontal. Por razones de pura física como ya escribimos hace más de cuatro años en esta otra entrada que recomendamos leer: La fórmula maldita de la aerodinámica, de los Tesla y de todos los BEV,...
En primer lugar, y aunque estén -absurdamente- de moda, un SUV eléctrico es una contradicción máxima. Puede haber algunas razones legítimas para elegir un coche "alto" (mucha familia, mucha edad o muchos trastos), pero casi siempre se eligen con argumentos fallidos: falsa seguridad (post siguiente), falso uso TT,... Los SUV (acrónimo de "Sport Utility Vehicle"), en realidad, son la antítesis de "utilitarios" y "deportivos". Algunos países en vanguardia, como Francia, ya están anunciando un impuesto especial a estas carrocerías sobredimensionadas de los SUV.
La fórmula del rozamiento aerodinámico cuando se circula en el seno del aire es directamente proporcional a la superficie frontal proyectada, por lo que -incluso con el mismo coeficiente aerodinámico- un vehículo alto consume significativamente más que otro en formato sedán. Aquí, y es un ejemplo de las muchas comparativas, puede verse que, el Tesla Model 3 obtiene 44 km más de autonomía que el Model Y (14,4 kWh a los 100 km para el Tesla Model 3, y 15,6 kWh a los 100 km para el Tesla Model Y). Y eso que el Model Y es un SUV moderado, no como el Model X y otros de tantas y tantas marcas.
Desde el nacimiento moderno de los Vehículos Eléctricos a finales del siglo pasado, véase el EV1 de General Motors presentado en 1991, la aerodinámica es crítica cuando la eficiencia de los motores es sumamente alta. De ahí la configuración del modelo debe atender a este factor determinante. En un Tesla Model 3, unas llantas "pequeñas" de 18" con unos tapacubos Aero logran autonomías superiores a otras opciones de llantas mayores descubiertas, acaso más vistosas (pero la ineficiencia nunca es bella).
Cuando elegimos, a finales de 2018, nuestro Tesla Model 3 seguimos escrupulosamente esas indicaciones, lo que nos ha eximido de muchas preocupaciones por su menor consumo a través de detalles rigurosamente comprobados. La maldita fórmula de la aerodinámica también advierte de la dependencia del cuadrado de la velocidad, pero eso ya lo hemos tratado en múltiples ocasiones.
Al final, nuestro amigo Lars Hoffmann se pasa al Model 3 LR y lo explica.
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