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Bonjour Tristesse de Françoise Sagan

¡Buenos días, tristeza! es un libro de Françoise Sagan (1953) y una película de Otto Preminger (1958). Degustemos el primer párrafo del libro: "Sur ce sentiment inconnu dont l'ennui, la douceur m'obsèdent, j'hésite à apposer le nom, le beau nom grave de tristesse. C'est un sentiment si complet, si égoïste que j'en ai presque honte alors que la tristesse m'a toujours paru honorable. Je ne la connaissais pas, elle, mas l'ennui, le regret, plus rarement le remords. Aujourd'hui, quelque chose se replie sur moi comme une soie, énervante et douce, et me sépare des autres."

"A ese sentimiento desconocido cuyo tedio, cuya dulzura me obsesionan, dudo en darle el nombre, el hermoso y grave nombre de tristeza. Es un sentimiento tan total, tan egoísta, que casi me produce vergüenza, cuando la tristeza siempre me ha parecido honrosa. No la conocía, tan sólo el tedio, el pesar, más raramente el remordimiento. Hoy, algo me envuelve como una seda, inquietante y dulce, separándome de los demás."

Homenaje a Cormac McCarthy

Cormac McCarthy nació en 1933 en Rhode Island, aunque pasó la mayor parte de su niñez cerca de Knoxville, Tennessee, donde se desarrollan sus primeras cuatro novelas. En 1965 llamó la atención de la crítica internacional con su trabajo El guardián del vergel, que ganó el premio Faulkner a la primera novela. Más tarde aparecerían La oscuridad exterior, Hijo de Dios y Suttree, ambientadas en un Sur gótico y violento, y que han sido comparadas con la obra de William Faulkner y Flannery O'Connor. En 1981, Cormac McCarthy recibió el premio MacArthur Fellowship, el reputado Genius Grant, y escribió Meridiano de sangre

En 1992 publicó Todos los hermosos caballos, el primer volumen de su trilogía, que cosechó el aplauso de la crítica y un gran número de lectores. Finalmente, el libro fue galardonado con el premio literario más importante de Estados Unidos, el National Book Award. Completan la trilogía En la frontera y Ciudades de la llanura. En 2006 apareció No es país para viejos

Con La carretera ganó el premio Pulitzer en 2007. Cormac McCarthy es también autor de la obra de teatro El Sunset Limited y del guión El consejero. El pasajero / Stella Maris (2022) es su última novela. Falleció en su casa de Santa Fe, Nuevo México, el 13 de junio de 2023.

Se le compara frecuentemente a Cormac McCarthy con William Faulkner y ocasionalmente con Herman Melville, aunque por la importancia del viaje y del río en su obra también se le podría emparentar con Mark Twain, y por la causticidad y precisión de su prosa con Jim Thompson

Algunas citas de Cormac McCarthy:
  • Nunca sabes de qué suerte peor te ha salvado tu mala suerte
  • Si no cumples una promesa pequeña tampoco cumplirás una grande. 
  • Olvidas lo que quieres recordar y recuerdas lo que quieres olvidar
  • El dinero temeroso no puede ganar y un hombre preocupado no puede amar
  • En mi experiencia, las dificultades de la vida no hacen más caritativas a las personas.
  • Siempre se paga demasiado. Sobre todo por las promesas. No existe promesa que sea una ganga
  • Gobernar a los buenos cuesta muy poco. Poquísimo. Y a los malos no hay modo de gobernarlos. Al menos que yo sepa.
  • Él le cogió la mano y cruzaron la calle hasta el hotel. Intentó leerle el corazón en el apretón de su mano, pero no adivinó nada.
  • Me preguntaba de qué soy profesor. Bien, yo profeso la oscuridad. Esa noche disfrazada de día. Y ahora, le deseo lo mejor pero debo irme.
  • No estoy interesado en escribir historias cortas. Cualquier cosa que no gaste años de tu vida y te conduzca hacia el suicidio, difícilmente merecerá ser hecha.
  • Todo va a ir bien, ¿verdad, papá? Sí. Todo irá bien. Y no nos va a pasar nada malo. Desde luego que no. Porque nosotros llevamos el fuego. Así es. Porque llevamos el fuego.
  • Cuando sueñes con un mundo que nunca existió o con un mundo que no existirá y estés contento otra vez, entonces te habrás rendido. ¿Lo entiendes? Y no puedes rendirte. Yo no lo permitiré.
  • ¿Has pensado alguna vez en la muerte? Sí. A veces. ¿Y tú? Sí. A veces. ¿Crees que existe un cielo? Sí. ¿Tú no? No lo sé. Quizá sí. ¿Crees que puedes creer en el cielo si no crees en el infierno? Creo que puedes creer lo que quieras.
  • Cuando ella se volvió y le miró, él comprendió que le había visto desde la ventanilla del vagón. Mientras caminaba hacia él, su belleza se le antojó algo totalmente improbable. Una presencia inimaginable en este lugar o en cualquier otro. Se le acercó sonriendo tristemente, le rozó con los dedos la cicatriz de la mejilla, se estiró y la besó y él le dio un beso y le cogió la maleta. Estás tan delgado, dijo ella. Él miró aquellos ojos azules como un hombre que busca la visión del futuro aún no creado del universo. Apenas tenía aliento para hablar y le dijo que era muy hermosa y ella sonrió y en sus ojos había la tristeza que él vio por primera vez la noche que fue a su habitación y supo que, aunque estaba contenido en aquella tristeza, no constituía su totalidad.
No es la primera vez que citamos a Cormac MacCarthy.

Cartas de ánimo para pacientes aislados por coronavirus

Actualización, días después: El Hospital de Cruces (el mayor de Bizkaia) pide cartas en ApoyoHospitalCruces@gmail.com
Aprendamos de la infancia: Sonríe
Acabo de leer una iniciativa que nos propone una médico, Cristina Marín Campos (facilito su email para este proyecto), del Hospital de la Princesa (Madrid). En un emotivo audio (escuchad aquí o bajo este párrafo), ella cuenta cómo uno de los mayores problemas que tienen los pacientes ingresados con coronavirus es que están en un “aislamiento brutal, completamente solos, separados de sus familias, muchos de ellos saben que sus familiares también están en otras habitaciones solos, o intubados en la UCI o que incluso se están muriendo y tienen que hacer frente a esa soledad de que los médicos pasemos, porque es la norma, sólo una vez al día a verles”. Hace hincapié en el aislamiento, explicando que incluso los que se curan pasan por un “estrés postraumático por todo el aislamiento”.
Cristina Marín nos invita a que la gente escriba cartas anónimas que les harán llegar a estas personas enfermas, como forma de acompañarles. Los médicos se las entregarán en la única visita diaria que les realicen. Se propone identificarnos, con nuestro nombre de pila, hablándoles de nosotros, para que nos imaginen y contarles en mensajes de ánimo todo aquello que queramos. La idea es hacerles más llevadera su estancia en estas circunstancias.

Acepto el reto, muy fácil para quienes sólo hemos de cumplir con el #YoMeQuedoEnCasa, y con brevedad escribo una primera misiva que os comparto a continuación.

Estimada amiga o amigo:

Quiero escribirte, necesito trasladarte mis sentimientos, aunque no nos conozcamos aún. Me han asegurado que esta carta llegará a tus manos. 

Ante todo, ¿cómo estás, cómo te sientes, cómo llevas esa reclusión, que supongo es dolorosa y angustiante, aunque necesaria para tu curación y la de toda la sociedad a la que pertenecemos? 

Para entretenerte te contaré cómo imagino que estaría yo en tu situación,... A mí me atemorizan los hospitales, aunque en ellos nos curan tantos y tan excelentes profesionales que van desde quienes limpian el hall de entrada hasta quienes resuelven nuestras peores enfermedades. Lo sé, lo aprecio, lo admiro, lo aplaudo estos días, toda esa labor médica, pero a un hospital solamente me gusta acudir cuando ha nacido un hijo o hija, un nieto o nieta, como en la foto que te adjunto arriba.

Seguro que el proceso de tu enfermedad ha sido descorazonador, y quizá te haya conducido a la tristeza. Acepta, aceptemos que la tristeza nos arrastra a veces, pero apóyate en la mágica alegría. Recuerda los buenos momentos del pasado, evoca a las personas que has amado y que te han amado, piensa en ellas, y cree -porque es verdad- que la vida siempre nos depara alguna agradable sorpresa en el futuro.

Yo quiero ser tu amigo. Si salimos de esta crisis, que pasará como todo pasa, te invito a que nos reunamos tan pronto como sea posible. Pero para ello, hemos de superar este trance, tanto tú -de quien se están ocupando como te mereces- como yo mismo. Aunque, de momento parece que estoy bien, mi edad -casi 67 años en unos días- como las bronquitis que pasé en la niñez, no me auguran nada bueno,... Todos los seres humanos somos tan frágiles, tan vulnerables, incluso quienes no lo advierten,...

¡Maldito coronavirus! Nos atacas despiadadamente, pero nos está obligando a re-aprender a amarnos, a apoyarnos, a reconocernos como seres capaces de todo, grandiosos y generosos, sobre todo en los momentos críticos que ahora vivimos.

Como decía el Quijote, ... "Bien podrán los encantadores quitarme la ventura, pero el esfuerzo y el ánimo será imposible". Este virus es maligno y poderoso, pero a ti y a mí, a la buena gente y a los sanitarios, jamás nadie nos arrebatará la dignidad de combatirlo,... y de vencerlo.

Quedamos emplazados a encontrarnos, para abrazarnos y reírnos del COVID-19 cuando sea un mal recuerdo,... Recuperemos ese ánimo que ya demostramos en ocasiones anteriores, y si fuera posible, escríbeme tú también,... Estas circunstancias nos están conectando, a ti y a mí, a tu familia y a la mía, a toda la humanidad,... 

Me despido con un saludo cordial, de corazón. ¡Ya somos, tú y yo, dos hermanos!

Remitid otras cartas a cartas.venceremos.covid19@gmail.com / ApoyoHospitalCruces@gmail.com

Cuento cruento

Historia de un hombre tan invisible que nadie se percató de que existía.

Era un soñador utópico, que conocía amargamente el eterno ahora de la soledad. De esa soledad llena de distancias. La rutina de su vida le llevaba al exilio de la incomunicación. Incluso viajaba en el metro para apretar su soledad con otros cientos de soledades. Bien sabía que la soledad almuerza con la tristeza, come con el abatimiento y cena con la desesperación.

Necesitaba una dieta de cariño. Una amiga a quien contra sus soledades. Una mujer que le liberara de los monstruos que nos devoran en la soledad. Una compañera que le ayudase a romper la asimetría de su pequeñez frente al colosal mundo exterior. Intuía que era sólo un Adán que soñaba con el paraíso, pero que siempre despertaba con todas sus costillas intactas.

Se encerró en casa, resuelto a no regresar a las hostiles calles. Apagó para siempre la televisión, donde sólo monologan gentes sin escucharse. Cuando se le acabaron los víveres, decidió tirarse por la ventana de su cuarto piso. Llevaba tantos días sin hablar con nadie, ni oír las noticias, que no supo de la huelga de limpieza. Cayó sobre una montaña de bolsas de basura. En pijama repasó sus desperfectos. Comprendió que había sobrevivido sin daños; apenas una gota de sangre en una rozadura. Pero, quizá con el batacazo, su soledad se hizo añicos.

No tenía llaves para volver a su hogar. Pidió ayuda a unos transeúntes. Le socorrieron con amabilidad. Desde aquel incidente su soledad, que había crecido más y más como un cerdo obeso, fue consumiéndose. Eligió abandonar el elegido destino de una mezquina soledad. La tristeza desapareció cuando descubrió que nunca conviene llegar al fondo de la soledad. Quienes le rodeaban se alegraron de su vuelta, tras aquel destierro de soledad.

Almas cansadas

Hay días en los que el alma clama que está mala

En ocasiones la melancolía, que es la dicha de estar triste, nos envuelve y paraliza con su dulce sopor que nos aproxima al infinito. Hay ciclos de bajamar, y fases de pleamar. Días de llorar, y días de afirmar. El alma se ha humanizado tanto, se ha acoplado tanto al cuerpo, se ha somatizado tanto… que también jadea, también se cansa, también se agota, y también se harta.

¿Por qué? Ni el alma lo sabe. ¡Ah, si sólo fuera por causas como el mal de amor, contratiempo de salud, o problema económico! Pero, a veces, no es eso. Es simple fatiga de viaje, pereza de entraña gastada, falta de más mañanas, asma de alma postrada.

Y entonces, sólo vale la calma, dejar que la danza del alma salga de su arca, con su aria de arpa. Un remedio infalible es “compartir vivencias”, fórmula válida por dos ventajas: La primera cualidad que su verbo (compartir) invoca lo más humano del espíritu, y la segunda virtud que su sustantivo (vivencias) puede embaucar y llevar a la conclusión de que aún… respiramos.

Abracadabra… el alma se alza y anda. Y lanza una carta, una botella al océano de Internet. Un acta al agua, un alma de algas que se aúpa en su barca para buscar lectores al alba. En la farsa del habla vacua, qué carga y qué jaula, pacta una pausa larga. Santa magia. Estar triste es casi siempre… pensar en uno mismo. Hay espacios de tristeza, que sólo el amor llena, porque siendo de dos una tristeza, ya no es pena, es alegría.

¡Vivan los que estudian!


Redescubriendo una antigua canción de éxito con música siempre evocadora y una inolvidable letra revolucionaria.

Las coplas resonaron igual de sugestivas que hace tantos años… ¡Que crezca la única verdad, que florezca la fraternidad! ¡Muera la tristeza, mueran los que odian! ¡Subid al mundo de los cielos, descended a los infiernos! ¡Alegrémonos pues, mientras seamos jóvenes! ¡Viva nuestra sociedad! ¡Viva la Universidad! ¡Vivan los que estudian! Definitivamente, el retorno a los claustros universitarios, por razón de los estudios de nuestros hijos, nuevamente nos permite –junto a la condición de no haber olvidado el latín que aprendimos- seguir admirando el Gaudeamus Igitur.

Se trata de una canción estudiantil de autor anónimo que proviene de la Edad Media. En origen se titulaba De brevitate vitae ("Sobre la brevedad de la vida") y se coreó inicialmente en universidades alemanas a mediados del siglo XVIII. La letra pudiera ser del siglo XIII, según un manuscrito en latín fechado en 1287 y encontrado en la Biblioteca Nacional de París. Las palabras de algunos versos son idénticas, aunque no aparece la expresión inicial "Gaudeaumus Igitur". La música se atribuye a Johann Cristian Grüntaus y fue reescrita en 1781 por el teólogo evangelista Chétien Wilhelm Kindleben. Johannes Brahms, incluyó esta melodía en su obertura "Akademische Fest-Ouverture", compuesta en 1880 para agradecer su nombramiento como Doctor Honoris Causa por la Universidad de Breslau.

El pensador Paul Auguez señaló que “vivir, sufrir, morir son tres cosas que no se enseñan en nuestras universidades y que, sin embargo, encierran toda la sabiduría necesaria al hombre”. En las universidades se ofrecen muchas carreras, pero el aprendizaje del alumnado universitario se extiende también mediante otras actividades presentes en los campus, como las tunas en los actos solemnes. Escuchar recientemente el himno universitario de toda Europa, el "Alegrémonos pues", ha removido muchos recuerdos aportados por su melodía y su letra, que encierra grandes verdades.

Las estrofas son explícitas, con alguna como la quinta tan desenfadada que se suprime en las distintas versiones adoptadas por cada universidad. Sus enseñanzas bien merecerían ser reconocidas durante toda la vida, porque además de consejos para la juventud son reflexiones muy ilusionantes. Dicen sus versos traducidos a “romano paladín”: “¡Alegrémonos pues, mientras seamos jóvenes! Tras la divertida juventud, tras la incómoda vejez, nos recibirá la tierra. ¿Dónde están los que antes que nosotros pasaron por el mundo? Subid al mundo de los cielos, descended a los infiernos, donde ellos ya estuvieron. ¡Viva la Universidad, vivan los profesores. Vivan todos y cada uno de sus miembros, resplandezcan siempre! Nuestra vida es corta, en breve se acaba. Viene la muerte velozmente, nos arrastra cruelmente, no respeta a nadie. ¡Viva nuestra sociedad! ¡Vivan los que estudian! ¡Que crezca la única verdad, que florezca la fraternidad y la prosperidad de la patria! Viva también el Estado, y quien lo dirige. ¡Viva nuestra ciudad, y la generosidad de los mecenas que aquí nos acoge! ¡Muera la tristeza, mueran los que odian! ¡Muera el diablo, cualquier otro monstruo, y quienes se burlan! Florezca el Alma Mater que nos ha educado, y ha reunido a los queridos compañeros que por regiones alejadas estaban dispersos”. Maravillosas inspiraciones, para cualquier edad.

Pastillas de tristeza

Fue uno de esos extraños sueños cuyo sentido se adivinó al despertar súbitamente.

No sé muy bien cómo empezó todo. Alguien me contó que una joven, conocida mía, disponía de unas extrañas píldoras que provocaban un inmediato estado de tristeza profunda. Opiné que debía tratarse de un bulo, porque en caso de resultar la noticia verdadera sería la más estúpida invención posible. Días después, me volvió a llegar el rumor de que la susodicha vecina había traído tales comprimidos de un lejano viaje, y que se estaban vendiendo rápidamente con un promocional precio inicial. También supe que esta estudiante se estaba haciendo rica con su producto, habiendo abandonado la universidad para centrarse en aquella distribución en la que había invertido todos sus ahorros.

Me explicaron que existe mucha gente que, aún disponiendo de todo y siendo más o menos felices con sus vidas, decidían probar la nueva experiencia de entristecerse abismalmente, como último reto para combatir la posibilidad de una vida alegre y tranquila. Finalmente me propusieron probar una de las “pastillas tristes”, de bello color, con el módico precio de un euro.
Me aseguraron que descubriría una nueva dimensión de la aflicción y del dolor, como nunca antes hubiera podido imaginar. Garantizaron que la experiencia sería inolvidable y que desearía volver a vivirla, porque su recuerdo queda grabado para siempre. Tanto me tentaron que hube de tomar una determinación final.

Contesté con rotundidad: ¡NO! Que no me interesaba en absoluto saber de penas artificiales, de pesadumbres químicas, de muerte adelantada. Y entonces desperté. Comprendí que eso es la droga, que promete divertida felicidad, pero sólo aporta un seguro sufrimiento y una atormentada agonía.

Gatos parlantes y realidades paralelas: el universo de Murakami

Hoy nos centraremos en un autor esencial: Haruki MurakamiNacido en Kioto, Japón, en 1949, es uno de los autores contemporáneos más influyentes del mundo. Su estilo combina lo cotidiano con lo surrealista, fusionando influencias de la cultura japonesa con la literatura occidental, el jazz y la soledad moderna. 

Antes de dedicarse a escribir, Murakami dirigía un bar de jazz en Tokio, lo cual marcó profundamente su narrativa. Su obra ha sido traducida a más de 50 idiomas y ha sido galardonado con múltiples premios internacionales. 

Haruki Murakami ofrece la magia de lo cotidiano: así conquista lectores en todo el mundo. Del jazz al surrealismo: así escribe. Es el escritor que convirtió la introspección en bestseller¿Realidad o sueño? Ese es su estilo inconfundible, propio de un eterno candidato al Nobel que ya ganó a sus lectores

Veamos algunos de sus mejores libros (imperdibles):

- Tokio Blues (Norwegian Wood) – Un nostálgico viaje por la juventud, el amor y la pérdida. Fue la novela que lo catapultó al éxito internacional.

- Kafka en la orilla – Una historia onírica con gatos parlantes, lluvias de peces y adolescentes en busca de sí mismos.

- 1Q84 – Una ambiciosa trilogía que entrelaza realidades paralelas, amor, sectas y literatura, en un Tokio alternativo.

- Crónica del pájaro que da cuerda al mundo – Un misterio psicológico con elementos fantásticos y oscuros pasajes históricos.

🎷 Después del terremoto / Hombres sin mujeres – Recopilaciones de cuentos breves con temas como la soledad, la pérdida y la introspección.

Nos centraremos en Tokio Blues”, que es una novela íntima y melancólica sobre el paso a la adultez, el amor y la pérdida. La historia sigue a Tōru Watanabe, un estudiante universitario en el Tokio de los años 60, quien recuerda su juventud al escuchar la canción “Norwegian Wood” de los Beatles.

Tōru mantiene una relación complicada con Naoko, una chica emocionalmente frágil marcada por el suicidio de su novio y que lucha contra sus demonios internos. A lo largo del libro, aparece Midori, una joven vivaz y extrovertida que representa una alternativa más luminosa y libre a la tristeza que envuelve a Naoko.

La novela explora temas como la salud mental, la soledad, el duelo y las decisiones que marcan el rumbo de nuestras vidas. Con un tono nostálgico y profundo, Murakami crea una atmósfera poética y realista a la vez. 

Pensamos que Tokio Blues es su mejor libro porque combina emociones humanas universales con una escritura simple pero poderosa. Es el más accesible de sus libros, sin elementos fantásticos, y con una honestidad emocional que lo ha convertido en un fenómeno internacional.

Concluimos con una mini historia al estilo Murakami, con un toque onírico, melancólico y, por supuesto, un gato parlanteEl gato que sabía dónde estaban las cosas perdidas. 


Cuando terminé de desayunar, encontré una nota escrita con tinta azul sobre la mesa de la cocina. La letra era mía, sin duda, pero no recordaba haberla escrito. Decía: Ve al parque a las 11:46. Lleva una moneda de 100 yenes. Pregunta por Soseki.” No tenía ningún plan para ese día, y la hora escrita en la nota me parecía curiosamente precisa, como si alguien supiera que a las 11:46 exactas algo muy específico iba a suceder. Así que fui. El parque estaba vacío, salvo por un gato negro sentado en el banco de piedra bajo el árbol de ginkgo. Me acerqué con la moneda en el bolsillo, sintiéndome un poco ridículo.


¿Eres tú Soseki? —pregunté, intentando que mi voz sonara firme. El gato bostezó y me miró con unos ojos amarillos como faroles encendidos. —Depende —dijo—. ¿Trajiste la moneda?

Se la di sin decir nada. El gato la tomó con la garra como si fuera una antigüedad frágil. La inspeccionó, la olió, y luego la dejó caer en el suelo con un suave “clink”.

¿Qué has perdido? —preguntó. No supe qué decir. Pensé en mis llaves, mis gafas de sol, incluso una bufanda vieja que no encontraba desde el invierno pasado. Pero ninguna de esas cosas me parecía verdaderamente perdida.

No lo sé —contesté al fin—. Pero siento que me falta algoSoseki asintió con solemnidad. Es lo más común. La gente siempre pierde cosas que no sabe que ha perdido. Cosas que no tienen nombre. Un momento de claridad. Una posibilidad. Un recuerdo de cuando aún soñabas con ser otra cosa. Una canción que te hizo llorar sin saber por qué.

Me quedé en silencio, sintiendo que algo en mi interior se removía lentamente, como una hoja atrapada en la corriente de un río subterráneo. Ven mañana a la misma hora —dijo el gato—. Si tienes suerte, quizás te devuelva algo. Y se marchó caminando con elegancia, perdiéndose entre los árboles como si nunca hubiera estado allí.

Un tráiler de la película basada en este libro.

La parábola de las naranjas

La parábola de las naranjas es una metáfora clásica del sabio consejo de Pítaco de Mitilene, "Hagas lo que hagas, hazlo bien" ("Whatever you do, do it well").  Se puede escuchar en el vídeo superior, Un relato breve sería el siguiente.

Había un joven que tenía la aspiración de trabajar para una empresa porque pagaba muy bien y era muy prestigiosa. Preparó su Curriculum Vitae y tuvo varias entrevistas. Al final le dieron un puesto de inicio. Entonces su aspiración la convirtió en su siguiente meta—un puesto de supervisor que le daría aún mayor prestigio y salario. De manera que completó las tareas que le daban. Llegaba temprano algunas mañanas y se quedaba tarde, para que el jefe viera que trabajaba jornadas largas.

Después de cinco años, se abrió un puesto de supervisor; pero, para tristeza del joven, otro empleado, que llevaba trabajando para la empresa sólo seis meses, obtuvo el puesto. El joven estaba muy enojado y fue al jefe para exigirle una explicación. El sabio jefe le dijo: “Antes de responder a tus preguntas, ¿me podrías hacer un favor?” “Sí, claro”, dijo el empleado. “¿Puedes ir a la tienda a comprarme unas naranjas? Las necesita mi esposa”. El joven aceptó y fue a la tienda.
Naranjas cayendo
Cuando regresó, el jefe le preguntó: “¿Qué clase de naranjas compraste?” “No sé”, respondió el joven. “Usted sólo dijo que comprara naranjas; y éstas son naranjas. Aquí tiene”. “¿Cuánto cuestan?” preguntó el jefe. “Bueno, no estoy seguro”, fue la respuesta. “Usted me dio treinta dólares. Aquí está su recibo; y aquí tiene su cambio”. “Gracias”, dijo el jefe. “Ahora, por favor, toma asiento y presta mucha atención”.

Entonces el jefe llamó al empleado que había conseguido la promoción y le pidió el mismo favor. Aceptó sin reparos y fue a la tienda. Cuando regresó, el jefe le preguntó, “¿Qué clase de naranjas compraste?” “Bueno”, contestó, “la tienda tenía diferentes variedades—navelinas, Valencia, sanguinas, mandarinas y muchas más; y no sabía cuál de todas comprar; pero me acordé que dijo que su esposa necesitaba las naranjas, así que la llamé. Me dijo que iba a tener una fiesta y que iba a hacer jugo de naranja; por lo que le pregunté al señor de la tienda cuál de todas sería la mejor para hacer jugo. Me dijo que la naranja Valencia era muy jugosa y dulce, así que ésa es la que compre. Las dejé en su casa antes de volver a la oficina. Su esposa estaba muy contenta”.
La parábola de las naranjas
“¿Cuánto cuestan?” preguntó el jefe. “Bueno, ése fue otro problema. No sabía cuántas comprar, así que volví a llamar a su esposa y le pregunté a cuántas personas calculaba recibir. Dijo que 20. Así que le pregunté al de la tienda cuántas naranjas harían falta para hacer jugo para 20 personas; y eran muchas. Entonces le pregunté si me haría un descuento por cantidad, ¡y me lo hizo! Estas naranjas normalmente cuestan 75 centavos cada una, pero las pagué sólo a 50 centavos. Aquí tiene el cambio y el recibo”. El jefe sonrió y le dijo: “Gracias; ya se puede retirar”.

Miró al joven que había estado contemplando la conversación. El joven se levantó, bajó los hombros y dijo: “Entiendo lo que quiere decir”, mientras salía desanimado de la oficina.

Todavía hay otras parábolas de la naranjas, ni "Las naranjas no son la única fruta", como ésta del psicólogo Wayne Dyer.

Pepe Mujica: el presidente más pobre, pero rico en dignidad

Con profunda tristeza, el pueblo uruguayo y el mundo entero despiden a José “Pepe” Mujica, quien falleció ayer en Montevideo a los 89 años. Exguerrillero, senador, presidente y símbolo de la humildad en la política, Mujica deja un legado que trasciende fronteras y generaciones.

Nacido el 20 de mayo de 1935, Mujica fue una figura central en la historia reciente de Uruguay. En su juventud militó en el Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros, por lo que pasó más de una década preso durante la dictadura militar. Con la restauración de la democracia, se incorporó a la vida política formal, primero como diputado, luego como senador, y finalmente como presidente de la República Oriental del Uruguay entre 2010 y 2015.

Durante su mandato, José Mujica fue conocido mundialmente por su estilo austero: vivía en una modesta chacra, conducía su viejo Volkswagen Beetle y donaba gran parte de su sueldo presidencial. Bajo su liderazgo, Uruguay impulsó reformas progresistas como la legalización del matrimonio igualitario, la regulación del mercado del cannabis y la promoción de los derechos humanos.

Pero más allá de las leyes, Mujica será recordado por su forma de ver la vida. Su oratoria sencilla pero profunda, su sabiduría campesina y su incansable llamado a la sobriedad, la justicia y la solidaridad lo convirtieron en una figura admirada a nivel global.

Pobre no es el que tiene poco, sino el que necesita infinitamente más”, dijo alguna vez. Esa frase sintetiza su filosofía. José Mujica parte, pero deja sembradas sus ideas en quienes sueñan con una política más humana, más honesta y más comprometida con los valores esenciales de la vida. Le sobreviven su esposa, la exsenadora y ex primera dama Lucía Topolansky, sus compañeros de lucha, sus seguidores y millones de admiradores alrededor del mundo.

Las principales obras de José Mujica y algunas de sus citas más representativas, que capturan su pensamiento político, ético y humano: 

1º Legalización del matrimonio igualitario (2013): Uruguay se convirtió en uno de los primeros países de América Latina en reconocer el derecho al matrimonio entre personas del mismo sexo.

2º Regulación del mercado del cannabis (2013): Promovió la legalización y regulación estatal del cannabis, como una estrategia innovadora de salud pública y lucha contra el narcotráfico.

3º Reforma educativa y políticas sociales: Impulsó programas de acceso a la educación, la inclusión social y el apoyo a sectores vulnerables, especialmente a través del Plan Ceibal (una computadora por niño).

4º Estilo de vida austero: Donaba hasta el 90% de su salario presidencial a organizaciones benéficas y vivía en su chacra, lo cual lo convirtió en un símbolo mundial de humildad y coherencia.

5º Defensa del medioambiente y la vida sencilla: Mujica defendió la “sobriedad voluntaria” y criticó el consumismo, lo cual expresó con fuerza en foros internacionales como la ONU y la Cumbre de Río+20.

Algunas de las citas célebres de José Mujica:


“Venimos al mundo para ser felices, no para ser perfectos.” Una reflexión sobre la condición humana y la búsqueda de una vida con sentido.
“Cuando compras algo, no lo pagas con dinero; lo pagas con el tiempo de tu vida que tuviste que gastar para conseguir ese dinero.” Frase dicha en Río+20, que se volvió viral y ampliamente citada por su poder filosófico.
“La política es la lucha por la felicidad de todos.” Mujica veía la política como un acto de servicio, no de poder. 
“Si tuviera que definir la libertad, diría que es tener tiempo para gastarlo en lo que a uno le gusta.” Una visión humanista de la libertad, ligada al tiempo y no al dinero.

José Mujica no escribió libros en el sentido tradicional durante su presidencia, pero muchos discursos, entrevistas y conversaciones han sido recopilados en textos como: “Una oveja negra al poder” (de Andrés Danza y Ernesto Tulbovitz) – Biografía autorizada con muchas anécdotas y reflexiones. “Mujica por Pepe” (de Darío Klein) – Entrevistas y reflexiones en primera persona. “El poder de la palabra” – Compilación de sus discursos y frases más destacadas.

22 de diciembre: ¡Buenas noticias, como siempre!

Empiezan a alargarse los días... tras haber vivido ayer el día más corto (quienes habitamos el hemisferio norte del planeta).

Pasado el solsticio de invierno la duración de la luz solar comenzará a aumentar. Al principio, tímidamente; luego, más se notará un poco más hasta que con el inicio de la primavera, el día y la noche duren lo mismo.

¡Es festiva novedad la tendencia a más sol, viviendo las jornadas más oscuras del año! Aunque el alma tienda a sincronizarse con la luz, el corazón sigue un calendario distinto; lo largo y lo breve del día lo mide según su alegría o su tristeza.

El libro total, una biblioteca gratuita que ofrece 50 mil obras

El libro total, una biblioteca gratuita que ofrece 50 mil obras
El Libro Total es la biblioteca digital más grande de América. Comprende 50.000 libros diferentes,  que son audio-libros que pueden escucharse, muchos de ellos traducidos a 13 idiomas, donde el lector tiene a su alcance más de 50 diccionarios distintos para absolver sus inquietudes. 

Están categorizados por país de origen pero dentro de cada nivel pueden también buscarse por autor o por título. La biblioteca digital El Libro Total facilita el acceso a mucho material que está disponible, que se presenta bajo licencia Creative Commons, lo cual habilita la copia y distribución gratuita siempre que se mencionen las fuentes.
Conviene hacerse una cuenta personal en El Libro Total, siempre de modo gratuito, para ir seleccionando los libros preferidos, como en la imagen superior. Los libros son versiones de bolsillo, sintetizados y muy orientados a lectores infantiles o juveniles, o a quienes prefieren versiones condensadas.
El abuelo y el nieto, de los Hermanos Grimm
A modo de ejemplo, el cuento de Los Hermanos Grimm, titulado "El abuelo y el nieto"

Había una vez un pobre muy viejo que no veía apenas, tenía el oído muy torpe y le temblaban las rodillas. Cuando estaba a la mesa, apenas podía sostener su cuchara, dejaba caer la copa en el mantel, y aun algunas veces escapar la baba. La mujer de su hijo y su mismo hijo estaban muy disgustados con él, hasta que, por último, le dejaron en un rincón de un cuarto, donde le llevaban su escasa comida en un plato viejo de barro. El anciano lloraba con frecuencia y miraba con tristeza hacia la mesa. Un día se cayó al suelo, y se le rompió la escudilla que apenas podía sostener en sus temblorosas manos. Su nuera le llenó de improperios a que no se atrevió a responder, y bajó la cabeza suspirando. Compráronle por un cuarto una tarterilla de madera, en la que se le dio de comer de allí en adelante.

Algunos días después, su hijo y su nuera vieron a su niño, que tenía algunos años, muy ocupado en reunir algunos pedazos de madera que había en el suelo.

–¿Qué haces? preguntó su padre.

–Una tartera, contestó, para dar de comer a papá y a mamá cuando sean viejos.

El marido y la mujer se miraron por un momento sin decirse una palabra. Después se echaron a llorar, volvieron a poner al abuelo a la mesa; y comió siempre con ellos, siendo tratado con la mayor amabilidad.
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Amor y tristeza en una misma fotografía

Amor en el cementerio: La tumba de James John Regan
Mary McHugh llora la muerte de su prometido James Regan en el Cementerio Nacional de Arlington. Fotografía de John Moore, tomada el 27 de mayo de 2007. Getty Images
 
La mejor fotografía de John Moore en 2007 una mujer afligida hablando frente a una lápida en la Sección 60 del cementerio militar de Arlington. Hablaba en la lápida de mármol, como si quedara mucho por decir. Esta imagen caló profundamente entre los ciudadanos estadounidenses e hizo reflexionar sobre las consecuencias del despliegue de tropas en conflictos internacionales como el de Irak o Afganistán. Gracias a esta foto, Moore obtuvo dos premios, el "Photojournalist of the Year" de la NPPA y el "Magazine Photographer of the Year".

John Moore se encontró con Mary McHugh, sentada junto a una tumba de su prometido James Regan. A principios de 2007, cuando planeaban casarse, pisó una bomba al borde de la carretera en Irak y murió. Hablaron unos minutos porque John Moore había estado en esos mismos lugares de Irak. Un poco más tarde, volví a pasar por el mismo lugar y la encontré tumbada sobre la hierba a los pies de la tumba de su amado, acariciando el frío mármol. Hice unas cuantas tomas y seguí mi camino. Pensé que le gustaría tenerlos como recuerdo de su visita. 
Amor en el cementerio

Otra imagen impactante fotografía de John Moore, premiado con el World Press Photo del Año 2019. Publicada en Getty Images, se titula “Crying Girl on the Border” (“Niña llorando en la frontera”). Obtuvo no sólo el premio estrella del World Press Photo 2019, sino también el primer puesto en la categoría Spot News (Noticias de actualidad).
“Crying Girl on the Border” (“Niña llorando en la frontera”)
Antes de ser premiada, ejerció como símbolo del rechazo a la doctrina Trump de “tolerancia cero” con los migrantes. También sirvió de base a un controvertido fotomontaje (que enfrentaba los lloros de la niña con un Donald Trump displicente) en portada de la revista Time. Sigue una entrevista con John Moore donde explica este último foto-reportaje.

Gracias, Akira Toriyama, por el legado de Dragoi Bola

Con profunda tristeza, nos despedimos de Akira Toriyama, el reconocido dibujante japonés y creador de la icónica serie Dragon Ball. Toriyama falleció a los 68 años debido a una enfermedad cerebral. Nacido en 1955 en Nagoya, Japón, Toriyama se inició en el mundo del manga en 1978 con Wonder Island y alcanzó el éxito con obras como Dr. Slump y, sobre todo, Dragon BallSu legado en el manga y el anime cambió para siempre cuando Toriyama tomó el lápiz. 

Su serie de manga Dragon Ball ha vendido millones de copias y fue adaptada en programas de televisión animados muy populares, videojuegos y películas. Fue traducido a múltiples lenguas, En euskera acompañó a varias generaciones de infancia y a sus progenitores (como fue nuestro caso). 

La acertada elección de esta serie por la, por entones recién fundada, FORTA (Federación de Organismos de Radio y Televisión Autonómicos), ayudó de modo muy decisivo en el aprendizaje del euskara, catalán y gallego. Llegó a ETB 1 en 1990, siete años antes de que se emitiese a nivel nacional en Antena 3. El bertsolari y escritor Xabier Amuriza fue el encargado de traducir los primeros capítulos de la serie cuando trabajaba el estudio Edertrack (véase una joya de vídeo)

Inspirado por el revolucionario manga “Astro Boy”, Akira Toriyama aterrizó su primer manga publicado, “Wonder Island”, en “Weekly Shōnen Jump” en 1978. De todos los éxitos de Toriyama, ninguno fue tan grande como su creación de 1984, "Dragon Ball". Esta saga de alta energía y llena de acción, inspirada en el clásico chino del siglo XVI “Viaje al Oeste”, abarcó 11 años, 519 capítulos y 42 volúmenes publicados. 

La serie fue adaptada en dos series animadas populares: “Dragon Ball” y la titánica “Dragon Ball Z”, que es una de las series de anime más populares de todos los tiempos y duró casi 300 episodios. El trabajo de Toriyama fue publicado en docenas de países y lo llevó a diseñar personajes para videojuegos. Creó personajes para la serie “Dragon Quest”, el aclamado “Chrono Trigger”, “Blue Dragon” y muchos otros. 

A nivel mundial, el manga original “Dragon Ball” ha vendido más de 300 millones de copias. Su influencia en la cultura pop de las últimas décadas es incalculable y su legado perdurará en el corazón de los fans de todo el mundo. Descanse en paz, Akira Toriyama. Tu creatividad y pasión por el arte han dejado una huella indeleble en el mundo del manga y el anime. Te recordaremos siempre.