"A ese sentimiento desconocido cuyo tedio, cuya dulzura me obsesionan, dudo en darle el nombre, el hermoso y grave nombre de tristeza. Es un sentimiento tan total, tan egoísta, que casi me produce vergüenza, cuando la tristeza siempre me ha parecido honrosa. No la conocía, tan sólo el tedio, el pesar, más raramente el remordimiento. Hoy, algo me envuelve como una seda, inquietante y dulce, separándome de los demás."
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Bonjour Tristesse de Françoise Sagan
¡Buenos días, tristeza! es un libro de Françoise Sagan (1953) y una película de Otto Preminger (1958). Degustemos el primer párrafo del libro: "Sur ce sentiment inconnu dont l'ennui, la douceur m'obsèdent, j'hésite à apposer le nom, le beau nom grave de tristesse. C'est un sentiment si complet, si égoïste que j'en ai presque honte alors que la tristesse m'a toujours paru honorable. Je ne la connaissais pas, elle, mas l'ennui, le regret, plus rarement le remords. Aujourd'hui, quelque chose se replie sur moi comme une soie, énervante et douce, et me sépare des autres."
Homenaje a Cormac McCarthy
Cormac McCarthy nació en 1933 en Rhode Island, aunque pasó la mayor parte de su niñez cerca de Knoxville, Tennessee, donde se desarrollan sus primeras cuatro novelas. En 1965 llamó la atención de la crítica internacional con su trabajo El guardián del vergel, que ganó el premio Faulkner a la primera novela. Más tarde aparecerían La oscuridad exterior, Hijo de Dios y Suttree, ambientadas en un Sur gótico y violento, y que han sido comparadas con la obra de William Faulkner y Flannery O'Connor. En 1981, Cormac McCarthy recibió el premio MacArthur Fellowship, el reputado Genius Grant, y escribió Meridiano de sangre.
En 1992 publicó Todos los hermosos caballos, el primer volumen de su trilogía, que cosechó el aplauso de la crítica y un gran número de lectores. Finalmente, el libro fue galardonado con el premio literario más importante de Estados Unidos, el National Book Award. Completan la trilogía En la frontera y Ciudades de la llanura. En 2006 apareció No es país para viejos.
Con La carretera ganó el premio Pulitzer en 2007. Cormac McCarthy es también autor de la obra de teatro El Sunset Limited y del guión El consejero. El pasajero / Stella Maris (2022) es su última novela. Falleció en su casa de Santa Fe, Nuevo México, el 13 de junio de 2023.
Se le compara frecuentemente a Cormac McCarthy con William Faulkner y ocasionalmente con Herman Melville, aunque por la importancia del viaje y del río en su obra también se le podría emparentar con Mark Twain, y por la causticidad y precisión de su prosa con Jim Thompson.
- Nunca sabes de qué suerte peor te ha salvado tu mala suerte.
- Si no cumples una promesa pequeña tampoco cumplirás una grande.
- Olvidas lo que quieres recordar y recuerdas lo que quieres olvidar.
- El dinero temeroso no puede ganar y un hombre preocupado no puede amar.
- En mi experiencia, las dificultades de la vida no hacen más caritativas a las personas.
- Siempre se paga demasiado. Sobre todo por las promesas. No existe promesa que sea una ganga.
- Gobernar a los buenos cuesta muy poco. Poquísimo. Y a los malos no hay modo de gobernarlos. Al menos que yo sepa.
- Él le cogió la mano y cruzaron la calle hasta el hotel. Intentó leerle el corazón en el apretón de su mano, pero no adivinó nada.
- Me preguntaba de qué soy profesor. Bien, yo profeso la oscuridad. Esa noche disfrazada de día. Y ahora, le deseo lo mejor pero debo irme.
- No estoy interesado en escribir historias cortas. Cualquier cosa que no gaste años de tu vida y te conduzca hacia el suicidio, difícilmente merecerá ser hecha.
- Todo va a ir bien, ¿verdad, papá? Sí. Todo irá bien. Y no nos va a pasar nada malo. Desde luego que no. Porque nosotros llevamos el fuego. Así es. Porque llevamos el fuego.
- Cuando sueñes con un mundo que nunca existió o con un mundo que no existirá y estés contento otra vez, entonces te habrás rendido. ¿Lo entiendes? Y no puedes rendirte. Yo no lo permitiré.
- ¿Has pensado alguna vez en la muerte? Sí. A veces. ¿Y tú? Sí. A veces. ¿Crees que existe un cielo? Sí. ¿Tú no? No lo sé. Quizá sí. ¿Crees que puedes creer en el cielo si no crees en el infierno? Creo que puedes creer lo que quieras.
- Cuando ella se volvió y le miró, él comprendió que le había visto desde la ventanilla del vagón. Mientras caminaba hacia él, su belleza se le antojó algo totalmente improbable. Una presencia inimaginable en este lugar o en cualquier otro. Se le acercó sonriendo tristemente, le rozó con los dedos la cicatriz de la mejilla, se estiró y la besó y él le dio un beso y le cogió la maleta. Estás tan delgado, dijo ella. Él miró aquellos ojos azules como un hombre que busca la visión del futuro aún no creado del universo. Apenas tenía aliento para hablar y le dijo que era muy hermosa y ella sonrió y en sus ojos había la tristeza que él vio por primera vez la noche que fue a su habitación y supo que, aunque estaba contenido en aquella tristeza, no constituía su totalidad.
Cartas de ánimo para pacientes aislados por coronavirus
Cristina Marín, cirujana en el Hospital de La Princesa ha lanzado una iniciativa para animar y acompañar a los pacientes afectados por #coronavirus a través de cartas de todos los ciudadanos. Entre todos venceremos al virus❣️#QuedateEnCasa #Coronavirusmadrid #CoronavirusEspaña pic.twitter.com/VrAxQfXGvk— SaludMadrid (@SaludMadrid) March 18, 2020
Cuento cruento
Historia de un hombre tan invisible que nadie se percató de que existía.
Era un soñador utópico, que conocía amargamente el eterno ahora de la soledad. De esa soledad llena de distancias. La rutina de su vida le llevaba al exilio de la incomunicación. Incluso viajaba en el metro para apretar su soledad con otros cientos de soledades. Bien sabía que la soledad almuerza con la tristeza, come con el abatimiento y cena con la desesperación.
Necesitaba una dieta de cariño. Una amiga a quien contra sus soledades. Una mujer que le liberara de los monstruos que nos devoran en la soledad. Una compañera que le ayudase a romper la asimetría de su pequeñez frente al colosal mundo exterior. Intuía que era sólo un Adán que soñaba con el paraíso, pero que siempre despertaba con todas sus costillas intactas.
Se encerró en casa, resuelto a no regresar a las hostiles calles. Apagó para siempre la televisión, donde sólo monologan gentes sin escucharse. Cuando se le acabaron los víveres, decidió tirarse por la ventana de su cuarto piso. Llevaba tantos días sin hablar con nadie, ni oír las noticias, que no supo de la huelga de limpieza. Cayó sobre una montaña de bolsas de basura. En pijama repasó sus desperfectos. Comprendió que había sobrevivido sin daños; apenas una gota de sangre en una rozadura. Pero, quizá con el batacazo, su soledad se hizo añicos.
No tenía llaves para volver a su hogar. Pidió ayuda a unos transeúntes. Le socorrieron con amabilidad. Desde aquel incidente su soledad, que había crecido más y más como un cerdo obeso, fue consumiéndose. Eligió abandonar el elegido destino de una mezquina soledad. La tristeza desapareció cuando descubrió que nunca conviene llegar al fondo de la soledad. Quienes le rodeaban se alegraron de su vuelta, tras aquel destierro de soledad.
Era un soñador utópico, que conocía amargamente el eterno ahora de la soledad. De esa soledad llena de distancias. La rutina de su vida le llevaba al exilio de la incomunicación. Incluso viajaba en el metro para apretar su soledad con otros cientos de soledades. Bien sabía que la soledad almuerza con la tristeza, come con el abatimiento y cena con la desesperación.
Necesitaba una dieta de cariño. Una amiga a quien contra sus soledades. Una mujer que le liberara de los monstruos que nos devoran en la soledad. Una compañera que le ayudase a romper la asimetría de su pequeñez frente al colosal mundo exterior. Intuía que era sólo un Adán que soñaba con el paraíso, pero que siempre despertaba con todas sus costillas intactas.
Se encerró en casa, resuelto a no regresar a las hostiles calles. Apagó para siempre la televisión, donde sólo monologan gentes sin escucharse. Cuando se le acabaron los víveres, decidió tirarse por la ventana de su cuarto piso. Llevaba tantos días sin hablar con nadie, ni oír las noticias, que no supo de la huelga de limpieza. Cayó sobre una montaña de bolsas de basura. En pijama repasó sus desperfectos. Comprendió que había sobrevivido sin daños; apenas una gota de sangre en una rozadura. Pero, quizá con el batacazo, su soledad se hizo añicos.
No tenía llaves para volver a su hogar. Pidió ayuda a unos transeúntes. Le socorrieron con amabilidad. Desde aquel incidente su soledad, que había crecido más y más como un cerdo obeso, fue consumiéndose. Eligió abandonar el elegido destino de una mezquina soledad. La tristeza desapareció cuando descubrió que nunca conviene llegar al fondo de la soledad. Quienes le rodeaban se alegraron de su vuelta, tras aquel destierro de soledad.
Almas cansadas
Hay días en los que el alma clama que está mala
En ocasiones la melancolía, que es la dicha de estar triste, nos envuelve y paraliza con su dulce sopor que nos aproxima al infinito. Hay ciclos de bajamar, y fases de pleamar. Días de llorar, y días de afirmar. El alma se ha humanizado tanto, se ha acoplado tanto al cuerpo, se ha somatizado tanto… que también jadea, también se cansa, también se agota, y también se harta.
¿Por qué? Ni el alma lo sabe. ¡Ah, si sólo fuera por causas como el mal de amor, contratiempo de salud, o problema económico! Pero, a veces, no es eso. Es simple fatiga de viaje, pereza de entraña gastada, falta de más mañanas, asma de alma postrada.
Y entonces, sólo vale la calma, dejar que la danza del alma salga de su arca, con su aria de arpa. Un remedio infalible es “compartir vivencias”, fórmula válida por dos ventajas: La primera cualidad que su verbo (compartir) invoca lo más humano del espíritu, y la segunda virtud que su sustantivo (vivencias) puede embaucar y llevar a la conclusión de que aún… respiramos.
Abracadabra… el alma se alza y anda. Y lanza una carta, una botella al océano de Internet. Un acta al agua, un alma de algas que se aúpa en su barca para buscar lectores al alba. En la farsa del habla vacua, qué carga y qué jaula, pacta una pausa larga. Santa magia. Estar triste es casi siempre… pensar en uno mismo. Hay espacios de tristeza, que sólo el amor llena, porque siendo de dos una tristeza, ya no es pena, es alegría.
En ocasiones la melancolía, que es la dicha de estar triste, nos envuelve y paraliza con su dulce sopor que nos aproxima al infinito. Hay ciclos de bajamar, y fases de pleamar. Días de llorar, y días de afirmar. El alma se ha humanizado tanto, se ha acoplado tanto al cuerpo, se ha somatizado tanto… que también jadea, también se cansa, también se agota, y también se harta.
¿Por qué? Ni el alma lo sabe. ¡Ah, si sólo fuera por causas como el mal de amor, contratiempo de salud, o problema económico! Pero, a veces, no es eso. Es simple fatiga de viaje, pereza de entraña gastada, falta de más mañanas, asma de alma postrada.
Y entonces, sólo vale la calma, dejar que la danza del alma salga de su arca, con su aria de arpa. Un remedio infalible es “compartir vivencias”, fórmula válida por dos ventajas: La primera cualidad que su verbo (compartir) invoca lo más humano del espíritu, y la segunda virtud que su sustantivo (vivencias) puede embaucar y llevar a la conclusión de que aún… respiramos.
Abracadabra… el alma se alza y anda. Y lanza una carta, una botella al océano de Internet. Un acta al agua, un alma de algas que se aúpa en su barca para buscar lectores al alba. En la farsa del habla vacua, qué carga y qué jaula, pacta una pausa larga. Santa magia. Estar triste es casi siempre… pensar en uno mismo. Hay espacios de tristeza, que sólo el amor llena, porque siendo de dos una tristeza, ya no es pena, es alegría.
¡Vivan los que estudian!
Redescubriendo una antigua canción de éxito con música siempre evocadora y una inolvidable letra revolucionaria.
Las coplas resonaron igual de sugestivas que hace tantos años… ¡Que crezca la única verdad, que florezca la fraternidad! ¡Muera la tristeza, mueran los que odian! ¡Subid al mundo de los cielos, descended a los infiernos! ¡Alegrémonos pues, mientras seamos jóvenes! ¡Viva nuestra sociedad! ¡Viva la Universidad! ¡Vivan los que estudian! Definitivamente, el retorno a los claustros universitarios, por razón de los estudios de nuestros hijos, nuevamente nos permite –junto a la condición de no haber olvidado el latín que aprendimos- seguir admirando el Gaudeamus Igitur.
Se trata de una canción estudiantil de autor anónimo que proviene de la Edad Media. En origen se titulaba De brevitate vitae ("Sobre la brevedad de la vida") y se coreó inicialmente en universidades alemanas a mediados del siglo XVIII. La letra pudiera ser del siglo XIII, según un manuscrito en latín fechado en 1287 y encontrado en la Biblioteca Nacional de París. Las palabras de algunos versos son idénticas, aunque no aparece la expresión inicial "Gaudeaumus Igitur". La música se atribuye a Johann Cristian Grüntaus y fue reescrita en 1781 por el teólogo evangelista Chétien Wilhelm Kindleben. Johannes Brahms, incluyó esta melodía en su obertura "Akademische Fest-Ouverture", compuesta en 1880 para agradecer su nombramiento como Doctor Honoris Causa por la Universidad de Breslau.
El pensador Paul Auguez señaló que “vivir, sufrir, morir son tres cosas que no se enseñan en nuestras universidades y que, sin embargo, encierran toda la sabiduría necesaria al hombre”. En las universidades se ofrecen muchas carreras, pero el aprendizaje del alumnado universitario se extiende también mediante otras actividades presentes en los campus, como las tunas en los actos solemnes. Escuchar recientemente el himno universitario de toda Europa, el "Alegrémonos pues", ha removido muchos recuerdos aportados por su melodía y su letra, que encierra grandes verdades.
Las estrofas son explícitas, con alguna como la quinta tan desenfadada que se suprime en las distintas versiones adoptadas por cada universidad. Sus enseñanzas bien merecerían ser reconocidas durante toda la vida, porque además de consejos para la juventud son reflexiones muy ilusionantes. Dicen sus versos traducidos a “romano paladín”: “¡Alegrémonos pues, mientras seamos jóvenes! Tras la divertida juventud, tras la incómoda vejez, nos recibirá la tierra. ¿Dónde están los que antes que nosotros pasaron por el mundo? Subid al mundo de los cielos, descended a los infiernos, donde ellos ya estuvieron. ¡Viva la Universidad, vivan los profesores. Vivan todos y cada uno de sus miembros, resplandezcan siempre! Nuestra vida es corta, en breve se acaba. Viene la muerte velozmente, nos arrastra cruelmente, no respeta a nadie. ¡Viva nuestra sociedad! ¡Vivan los que estudian! ¡Que crezca la única verdad, que florezca la fraternidad y la prosperidad de la patria! Viva también el Estado, y quien lo dirige. ¡Viva nuestra ciudad, y la generosidad de los mecenas que aquí nos acoge! ¡Muera la tristeza, mueran los que odian! ¡Muera el diablo, cualquier otro monstruo, y quienes se burlan! Florezca el Alma Mater que nos ha educado, y ha reunido a los queridos compañeros que por regiones alejadas estaban dispersos”. Maravillosas inspiraciones, para cualquier edad.
Pastillas de tristeza
Fue uno de esos extraños sueños cuyo sentido se adivinó al despertar súbitamente.
No sé muy bien cómo empezó todo. Alguien me contó que una joven, conocida mía, disponía de unas extrañas píldoras que provocaban un inmediato estado de tristeza profunda. Opiné que debía tratarse de un bulo, porque en caso de resultar la noticia verdadera sería la más estúpida invención posible. Días después, me volvió a llegar el rumor de que la susodicha vecina había traído tales comprimidos de un lejano viaje, y que se estaban vendiendo rápidamente con un promocional precio inicial. También supe que esta estudiante se estaba haciendo rica con su producto, habiendo abandonado la universidad para centrarse en aquella distribución en la que había invertido todos sus ahorros.
Me explicaron que existe mucha gente que, aún disponiendo de todo y siendo más o menos felices con sus vidas, decidían probar la nueva experiencia de entristecerse abismalmente, como último reto para combatir la posibilidad de una vida alegre y tranquila. Finalmente me propusieron probar una de las “pastillas tristes”, de bello color, con el módico precio de un euro.
Me aseguraron que descubriría una nueva dimensión de la aflicción y del dolor, como nunca antes hubiera podido imaginar. Garantizaron que la experiencia sería inolvidable y que desearía volver a vivirla, porque su recuerdo queda grabado para siempre. Tanto me tentaron que hube de tomar una determinación final.
Contesté con rotundidad: ¡NO! Que no me interesaba en absoluto saber de penas artificiales, de pesadumbres químicas, de muerte adelantada. Y entonces desperté. Comprendí que eso es la droga, que promete divertida felicidad, pero sólo aporta un seguro sufrimiento y una atormentada agonía.
No sé muy bien cómo empezó todo. Alguien me contó que una joven, conocida mía, disponía de unas extrañas píldoras que provocaban un inmediato estado de tristeza profunda. Opiné que debía tratarse de un bulo, porque en caso de resultar la noticia verdadera sería la más estúpida invención posible. Días después, me volvió a llegar el rumor de que la susodicha vecina había traído tales comprimidos de un lejano viaje, y que se estaban vendiendo rápidamente con un promocional precio inicial. También supe que esta estudiante se estaba haciendo rica con su producto, habiendo abandonado la universidad para centrarse en aquella distribución en la que había invertido todos sus ahorros.
Me explicaron que existe mucha gente que, aún disponiendo de todo y siendo más o menos felices con sus vidas, decidían probar la nueva experiencia de entristecerse abismalmente, como último reto para combatir la posibilidad de una vida alegre y tranquila. Finalmente me propusieron probar una de las “pastillas tristes”, de bello color, con el módico precio de un euro.
Me aseguraron que descubriría una nueva dimensión de la aflicción y del dolor, como nunca antes hubiera podido imaginar. Garantizaron que la experiencia sería inolvidable y que desearía volver a vivirla, porque su recuerdo queda grabado para siempre. Tanto me tentaron que hube de tomar una determinación final.
Contesté con rotundidad: ¡NO! Que no me interesaba en absoluto saber de penas artificiales, de pesadumbres químicas, de muerte adelantada. Y entonces desperté. Comprendí que eso es la droga, que promete divertida felicidad, pero sólo aporta un seguro sufrimiento y una atormentada agonía.
La parábola de las naranjas
La parábola de las naranjas es una metáfora clásica del sabio consejo de Pítaco de Mitilene, "Hagas lo que hagas, hazlo bien" ("Whatever you do, do it well"). Se puede escuchar en el vídeo superior, Un relato breve sería el siguiente.
Había un joven que tenía la aspiración de trabajar para una empresa porque pagaba muy bien y era muy prestigiosa. Preparó su Curriculum Vitae y tuvo varias entrevistas. Al final le dieron un puesto de inicio. Entonces su aspiración la convirtió en su siguiente meta—un puesto de supervisor que le daría aún mayor prestigio y salario. De manera que completó las tareas que le daban. Llegaba temprano algunas mañanas y se quedaba tarde, para que el jefe viera que trabajaba jornadas largas.
Después de cinco años, se abrió un puesto de supervisor; pero, para tristeza del joven, otro empleado, que llevaba trabajando para la empresa sólo seis meses, obtuvo el puesto. El joven estaba muy enojado y fue al jefe para exigirle una explicación. El sabio jefe le dijo: “Antes de responder a tus preguntas, ¿me podrías hacer un favor?” “Sí, claro”, dijo el empleado. “¿Puedes ir a la tienda a comprarme unas naranjas? Las necesita mi esposa”. El joven aceptó y fue a la tienda.
Cuando regresó, el jefe le preguntó: “¿Qué clase de naranjas compraste?” “No sé”, respondió el joven. “Usted sólo dijo que comprara naranjas; y éstas son naranjas. Aquí tiene”. “¿Cuánto cuestan?” preguntó el jefe. “Bueno, no estoy seguro”, fue la respuesta. “Usted me dio treinta dólares. Aquí está su recibo; y aquí tiene su cambio”. “Gracias”, dijo el jefe. “Ahora, por favor, toma asiento y presta mucha atención”.
Entonces el jefe llamó al empleado que había conseguido la promoción y le pidió el mismo favor. Aceptó sin reparos y fue a la tienda.
Cuando regresó, el jefe le preguntó, “¿Qué clase de naranjas compraste?”
“Bueno”, contestó, “la tienda tenía diferentes variedades—navelinas, Valencia, sanguinas, mandarinas y muchas más; y no sabía cuál de todas comprar; pero me acordé que dijo que su esposa necesitaba las naranjas, así que la llamé. Me dijo que iba a tener una fiesta y que iba a hacer jugo de naranja; por lo que le pregunté al señor de la tienda cuál de todas sería la mejor para hacer jugo. Me dijo que la naranja Valencia era muy jugosa y dulce, así que ésa es la que compre. Las dejé en su casa antes de volver a la oficina. Su esposa estaba muy contenta”.
“¿Cuánto cuestan?” preguntó el jefe. “Bueno, ése fue otro problema. No sabía cuántas comprar, así que volví a llamar a su esposa y le pregunté a cuántas personas calculaba recibir. Dijo que 20. Así que le pregunté al de la tienda cuántas naranjas harían falta para hacer jugo para 20 personas; y eran muchas. Entonces le pregunté si me haría un descuento por cantidad, ¡y me lo hizo! Estas naranjas normalmente cuestan 75 centavos cada una, pero las pagué sólo a 50 centavos. Aquí tiene el cambio y el recibo”. El jefe sonrió y le dijo: “Gracias; ya se puede retirar”.
Miró al joven que había estado contemplando la conversación. El joven se levantó, bajó los hombros y dijo: “Entiendo lo que quiere decir”, mientras salía desanimado de la oficina.
Había un joven que tenía la aspiración de trabajar para una empresa porque pagaba muy bien y era muy prestigiosa. Preparó su Curriculum Vitae y tuvo varias entrevistas. Al final le dieron un puesto de inicio. Entonces su aspiración la convirtió en su siguiente meta—un puesto de supervisor que le daría aún mayor prestigio y salario. De manera que completó las tareas que le daban. Llegaba temprano algunas mañanas y se quedaba tarde, para que el jefe viera que trabajaba jornadas largas.
Después de cinco años, se abrió un puesto de supervisor; pero, para tristeza del joven, otro empleado, que llevaba trabajando para la empresa sólo seis meses, obtuvo el puesto. El joven estaba muy enojado y fue al jefe para exigirle una explicación. El sabio jefe le dijo: “Antes de responder a tus preguntas, ¿me podrías hacer un favor?” “Sí, claro”, dijo el empleado. “¿Puedes ir a la tienda a comprarme unas naranjas? Las necesita mi esposa”. El joven aceptó y fue a la tienda.
Cuando regresó, el jefe le preguntó: “¿Qué clase de naranjas compraste?” “No sé”, respondió el joven. “Usted sólo dijo que comprara naranjas; y éstas son naranjas. Aquí tiene”. “¿Cuánto cuestan?” preguntó el jefe. “Bueno, no estoy seguro”, fue la respuesta. “Usted me dio treinta dólares. Aquí está su recibo; y aquí tiene su cambio”. “Gracias”, dijo el jefe. “Ahora, por favor, toma asiento y presta mucha atención”.
“¿Cuánto cuestan?” preguntó el jefe. “Bueno, ése fue otro problema. No sabía cuántas comprar, así que volví a llamar a su esposa y le pregunté a cuántas personas calculaba recibir. Dijo que 20. Así que le pregunté al de la tienda cuántas naranjas harían falta para hacer jugo para 20 personas; y eran muchas. Entonces le pregunté si me haría un descuento por cantidad, ¡y me lo hizo! Estas naranjas normalmente cuestan 75 centavos cada una, pero las pagué sólo a 50 centavos. Aquí tiene el cambio y el recibo”. El jefe sonrió y le dijo: “Gracias; ya se puede retirar”.
Miró al joven que había estado contemplando la conversación. El joven se levantó, bajó los hombros y dijo: “Entiendo lo que quiere decir”, mientras salía desanimado de la oficina.
Whatever you do, do it well pic.twitter.com/41o3E7hJdN
— Farbod Saraf (@farbodsaraf) August 2, 2020
Hagas lo que hagas, ¡hazlo bien! https://t.co/2vb6pQxrGH— ⚡Mikel Agirregabiria💡 (@agirregabiria) August 2, 2020
La ironía es el pudor de la humanidad
"La ironía es una tristeza que no puede llorar y sonríe". |
Jacinto Benavente |
22 de diciembre: ¡Buenas noticias, como siempre!
Empiezan a alargarse los días... tras haber vivido ayer el día más corto (quienes habitamos el hemisferio norte del planeta).
Pasado el solsticio de invierno la duración de la luz solar comenzará a aumentar. Al principio, tímidamente; luego, más se notará un poco más hasta que con el inicio de la primavera, el día y la noche duren lo mismo.
¡Es festiva novedad la tendencia a más sol, viviendo las jornadas más oscuras del año! Aunque el alma tienda a sincronizarse con la luz, el corazón sigue un calendario distinto; lo largo y lo breve del día lo mide según su alegría o su tristeza.
Pasado el solsticio de invierno la duración de la luz solar comenzará a aumentar. Al principio, tímidamente; luego, más se notará un poco más hasta que con el inicio de la primavera, el día y la noche duren lo mismo.
¡Es festiva novedad la tendencia a más sol, viviendo las jornadas más oscuras del año! Aunque el alma tienda a sincronizarse con la luz, el corazón sigue un calendario distinto; lo largo y lo breve del día lo mide según su alegría o su tristeza.
El libro total, una biblioteca gratuita que ofrece 50 mil obras
El Libro Total es la biblioteca digital más grande de América. Comprende 50.000 libros diferentes, que son audio-libros que pueden escucharse, muchos de ellos traducidos a 13 idiomas, donde el lector tiene a su alcance más de 50 diccionarios distintos para absolver sus inquietudes.
Están categorizados por país de origen pero dentro de cada nivel pueden también buscarse por autor o por título. La biblioteca digital El Libro Total facilita el acceso a mucho material que está disponible, que se presenta bajo licencia Creative Commons, lo cual habilita la copia y distribución gratuita siempre que se mencionen las fuentes.
Conviene hacerse una cuenta personal en El Libro Total, siempre de modo gratuito, para ir seleccionando los libros preferidos, como en la imagen superior. Los libros son versiones de bolsillo, sintetizados y muy orientados a lectores infantiles o juveniles, o a quienes prefieren versiones condensadas.
A modo de ejemplo, el cuento de Los Hermanos Grimm, titulado "El abuelo y el nieto"
Había una vez un pobre muy viejo que no veía apenas, tenía el oído muy torpe y le temblaban las rodillas. Cuando estaba a la mesa, apenas podía sostener su cuchara, dejaba caer la copa en el mantel, y aun algunas veces escapar la baba. La mujer de su hijo y su mismo hijo estaban muy disgustados con él, hasta que, por último, le dejaron en un rincón de un cuarto, donde le llevaban su escasa comida en un plato viejo de barro. El anciano lloraba con frecuencia y miraba con tristeza hacia la mesa. Un día se cayó al suelo, y se le rompió la escudilla que apenas podía sostener en sus temblorosas manos. Su nuera le llenó de improperios a que no se atrevió a responder, y bajó la cabeza suspirando. Compráronle por un cuarto una tarterilla de madera, en la que se le dio de comer de allí en adelante.
Algunos días después, su hijo y su nuera vieron a su niño, que tenía algunos años, muy ocupado en reunir algunos pedazos de madera que había en el suelo.
–¿Qué haces? preguntó su padre.
–Una tartera, contestó, para dar de comer a papá y a mamá cuando sean viejos.
El marido y la mujer se miraron por un momento sin decirse una palabra. Después se echaron a llorar, volvieron a poner al abuelo a la mesa; y comió siempre con ellos, siendo tratado con la mayor amabilidad.
Disponible también en versión APP para móviles Android o Apple iOS.
Amor y tristeza en una misma fotografía
La mejor fotografía de John Moore en 2007 una mujer afligida hablando frente a una lápida en la Sección 60 del cementerio militar de Arlington. Hablaba en la lápida de mármol, como si quedara mucho por decir. Esta imagen caló profundamente entre los ciudadanos estadounidenses e hizo reflexionar sobre las consecuencias del despliegue de tropas en conflictos internacionales como el de Irak o Afganistán. Gracias a esta foto, Moore obtuvo dos premios, el "Photojournalist of the Year" de la NPPA y el "Magazine Photographer of the Year".
John Moore se encontró con Mary McHugh, sentada junto a una tumba de su prometido James Regan. A principios de 2007, cuando planeaban casarse, pisó una bomba al borde de la carretera en Irak y murió. Hablaron unos minutos porque John Moore había estado en esos mismos lugares de Irak. Un poco más tarde, volví a pasar por el mismo lugar y la encontré tumbada sobre la hierba a los pies de la tumba de su amado, acariciando el frío mármol. Hice unas cuantas tomas y seguí mi camino. Pensé que le gustaría tenerlos como recuerdo de su visita.
Antes de ser premiada, ejerció como símbolo del rechazo a la doctrina Trump de “tolerancia cero” con los migrantes. También sirvió de base a un controvertido fotomontaje (que enfrentaba los lloros de la niña con un Donald Trump displicente) en portada de la revista Time. Sigue una entrevista con John Moore donde explica este último foto-reportaje.
Gracias, Akira Toriyama, por el legado de Dragoi Bola
Con profunda tristeza, nos despedimos de Akira Toriyama, el reconocido dibujante japonés y creador de la icónica serie Dragon Ball. Toriyama falleció a los 68 años debido a una enfermedad cerebral.
Nacido en 1955 en Nagoya, Japón, Toriyama se inició en el mundo del manga en 1978 con Wonder Island y alcanzó el éxito con obras como Dr. Slump y, sobre todo, Dragon Ball. Su legado en el manga y el anime cambió para siempre cuando Toriyama tomó el lápiz.
Su serie de manga Dragon Ball ha vendido millones de copias y fue adaptada en programas de televisión animados muy populares, videojuegos y películas. Fue traducido a múltiples lenguas, En euskera acompañó a varias generaciones de infancia y a sus progenitores (como fue nuestro caso).
La acertada elección de esta serie por la, por entones recién fundada, FORTA (Federación de Organismos de Radio y Televisión Autonómicos), ayudó de modo muy decisivo en el aprendizaje del euskara, catalán y gallego. Llegó a ETB 1 en 1990, siete años antes de que se emitiese a nivel nacional en Antena 3. El bertsolari y escritor Xabier Amuriza fue el encargado de traducir los primeros capítulos de la serie cuando trabajaba el estudio Edertrack (véase una joya de vídeo).
Inspirado por el revolucionario manga “Astro Boy”, Akira Toriyama aterrizó su primer manga publicado, “Wonder Island”, en “Weekly Shōnen Jump” en 1978.
De todos los éxitos de Toriyama, ninguno fue tan grande como su creación de 1984, "Dragon Ball". Esta saga de alta energía y llena de acción, inspirada en el clásico chino del siglo XVI “Viaje al Oeste”, abarcó 11 años, 519 capítulos y 42 volúmenes publicados.
La serie fue adaptada en dos series animadas populares: “Dragon Ball” y la titánica “Dragon Ball Z”, que es una de las series de anime más populares de todos los tiempos y duró casi 300 episodios.
El trabajo de Toriyama fue publicado en docenas de países y lo llevó a diseñar personajes para videojuegos. Creó personajes para la serie “Dragon Quest”, el aclamado “Chrono Trigger”, “Blue Dragon” y muchos otros.
A nivel mundial, el manga original “Dragon Ball” ha vendido más de 300 millones de copias. Su influencia en la cultura pop de las últimas décadas es incalculable y su legado perdurará en el corazón de los fans de todo el mundo.
Descanse en paz, Akira Toriyama. Tu creatividad y pasión por el arte han dejado una huella indeleble en el mundo del manga y el anime. Te recordaremos siempre.
El homenaje perfecto para Akira Toriyama no exis...
— Mundo Kame (@MundoKame) March 8, 2024
El homenaje perfecto para Akira Toriyama: pic.twitter.com/mlbu546nJU
Pocas series han hecho más por las lenguas minorizadas que #DragonBallZ, generaciones enteras crecieron viendo este manga en euskera, català y galego. Quizás los castellanoparlantes no lo entiendan, el resto seguro que sí. pic.twitter.com/Qb3vOdV5kU
— Malcolm iXa 🔻 (@ideiazabaldub) March 8, 2024
#AkiraToriyama gogoan. Aztertzeke dago euskaldunok zenbat zor diogun #Dragoibola -ri, gazte asko gerturaru ziren-eta euskarara harengatik pic.twitter.com/Y1FTCq73Pa
— Aitør Argøte (@Atargote) March 8, 2024
¡Qué buen anuncio!
— R E P L I C A N T (@Roybattyforever) March 9, 2024
Dedicado a Akira Toriyama.
pic.twitter.com/DhRB2aqr2d
Buenos días, pereza
“Buenos días, pereza”. un libro cínico, divertido y perspicaz de Corinne Maier. Recopila elementos críticos de la gran empresa. El título que emula a "Buenos días, tristeza", de la desaparecida Françoise Sagan. Promueve la “desvinculación activa” de la empresa; critica el “neolenguaje empresarial” (proactividad, benchmarking,,,,), y destripa la “empleabilidad”, (que consiste básicamente en que debemos dar gracias a la empresa por darnos trabajo). [Recomendado por Txus, que trabaja en una gran empresa eléctrica parecida a EDF, objetivo inicial de la crítica]
Pilares de la Silver Economy en el país europeo con mayor esperanza de vida
El envejecimiento de la población está considerado un signo de progreso económico y social, pero ello lleva implícito una transformación de la sociedad a todos los niveles, que a su vez brinda nuevas oportunidades de inversión.
España, con la mayor esperanza de vida de la Unión Europea, es unos países cuya economía debe hacer un mayor esfuerzo para adaptarse y, al mismo tiempo, beneficiarse de esa tendencia denominada como Silver Economy o Generación de Oro .
La Comisión Europea (CE) define como Silver Economy la parte de la economía que implica a los ciudadanos de más edad, lo que incluye todas las actividades relevantes para este segmento de la población y su impacto en otros muchos sectores, como la salud, el ocio, el bienestar, las finanzas, el transporte o la nutrición.
Un impacto que, según las estimaciones será significativo. No en vano, las previsiones apuntan a que la población de más de 60 años gastará en 2020 alrededor de 15 billones de dólares a nivel global frente a los 8 billones de dólares de 2010. De hecho, el gasto de este segmento de la población aportará alrededor del 55% del crecimiento del consumo en Norte América, Europa Occidental y los países del norte de Asia entre 2015 y 2030. Y también será un importante motor del PIB. Según un estudio publicado por la CE, la generación de oro aportará 6,4 billones de euros al PIB europeo en 2025, es decir, un 32% del mismo.
Según la Comisión Europea, se espera que en 2025 la Silver Economy contribuirá con unos 5,7 billones de euros a la economía europea. En el caso concreto de España, según los datos del INE, actualmente la población mayor de 60 años asciende a 8,9 millones – frente a los 7 millones de comienzos de siglo- y prácticamente se ha duplicado su poder adquisitivo, pasando de una pensión de jubilación media de 539 euros a 1.038 euros. Alrededor de esta generación surge todo un mundo de oportunidades, desde los que invierten su dinero en cuidar su salud, en bienestar o en ocio, hasta las necesidades de dependencia que muchos desarrollarán y que demandan mejores servicios y productos sanitarios.
Según la Comisión Europea, se estima que en 2060 uno de cada tres ciudadanos de Europa tendrá más de 60 años.
La Encuesta de Presupuestos Familiares elaborada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), pone de manifiesto cómo los jubilados españoles cada vez gastan más en partidas que no son vivienda o alimentación. Por ejemplo, el gasto medio de los jubilados en restauración es de 1.011 euros al año, mientras que los gastos relacionados con la salud ascienden de media a 743 euros.
Este último resulta especialmente llamativo si se tiene en cuenta que, en España, la Seguridad Social cubre la mayor parte de las prestaciones sanitarias y farmacéuticas. Sin embargo, también resalta el potencial que tienen estos sectores como inversión, especialmente a medida que la extensa generación de los baby boomers envejezca y requieran mayores cuidados. Así, tanto la medicina, como otras ramas relacionadas con el tratamiento de patologías (fisioterapia, osteopatía, ortopedia…) y, por supuesto, el sector farmacéutico – con la aparición de nuevas enfermedades y el aumento de pacientes crónicos- son algunos sectores con muy buenas perspectivas.
Estrechamente relacionado con el cuidado personal está el papel de las nuevas tecnologías en la medida que sirven como herramienta para mejorar la calidad de vida. Además de la teleasistencia o la telemedicina, ya existen dispositivos dirigidos a este segmento de la población, por ejemplo, el Internet de las Cosas permite monitorizar la vivienda de una persona que necesite asistencia, o también se utilizan ya las plataformas de estimulación cognitiva. Pero esto es sólo la punta del iceberg y este sector cuenta con gran potencial.
Y no sólo lo relacionado con la salud es un valor al alza. Los baby boomers con un buen poder adquisitivo (esta generación gana de media casi un 50% más que los que tienen entre 25 y 34 años, según los datos del INE) disponen también de otra variable clave: tiempo libre. Al contrario que las generaciones anteriores, actualmente emplean dicho tiempo en ocio, viajes, belleza o -aunque pueda parecer paradójico- en cursos y/o estudios que hasta ahora no habían podido realizar.
"El envejecimiento de las poblaciones es una tendencia irrevocable que influirá en última instancia en todas las facetas de la vida moderna". Las empresas están reconociendo rápidamente que los consumidores mayores son más activos, atrevidos y expertos en tecnología de lo que normalmente se les atribuye. "El desafío para los inversores actualmente es identificar aquellas compañías cuyos productos y servicios están bien situados para crear una conexión significativa con sus clientes de más edad", subraya Dani Saurymper, gestor del fondo AXA WF Framlington Longevity Economy.
1.- Todos tenemos derecho a un envejecimiento digno. Debemos orientar todos los sectores para que no se olviden de los mayores y sus familias. El objetivo es conseguir un envejecimiento saludable, más allá de la capacidad económica y desde la igualdad de oportunidades. Se trata de producir y diseñar productos y servicios customer centric, orientados a ganar dinero y ser rentables desde la idea de superar expectativas del mayor y su familia, y mejorar la calidad de vida de todos ellos. Nuestros mayores precisan de un envejecimiento digno Una de las características del envejecimiento es que "el mayor será mayor mucho tiempo", y es importante la fidelización. Luego será mayor su cuidador, siendo de nuevo importante la fidelización.
2.- Ganar dinero en un mundo mejor. Existe la oportunidad de ganar dinero en un mundo donde se mejora la calidad de vida de las personas mayores, de los más vulnerables y de los que se quieren vivir la vida a sorbos. Hay que contribuir a la duración y calidad de sus años con relaciones de apoyo, mejora de la salud y bienestar, estabilidad financiera y trabajo, en su caso. Antes se aceptaba como algo natural que las personas "mayores" (¡los 70 años!) eran "viejas" y tenían que estar, casi necesariamente, en malas condiciones de salud. Hoy, la vida que nos queda a los 65 años es de algo más de 20 años. De los cuales, una buena mitad se disfruta libre de discapacidades y en buenas condiciones de salud (que son dos condiciones distintas).
3.- No existen viejos ni viejas. En un momento en el que cuidar el lenguaje políticamente correcto es importante, conviene también educar sobre los ciclos de vida y el envejecimiento. Se deben proyectar valores en cada expresión: son viejos los muebles; las personas, mayores. Hay que evitar el negativismo al hablar del mayor y todo lo que suene a negativizar la condición, como anciano, abuelo, decrépito, senil, achacoso, longevo... ¿Lo mejor? Hablar de personas, sin adjetivizar, y usando su nombre en lo posible. La madurez debe ser el "aquí" y "ahora" Hay que repetir hasta el cansancio que la madurez es la plenitud de la vida, en que se ha de disfrutar lo logrado interna y externamente. Si la juventud es la era del "espero que", la madurez debe ser el "aquí y ahora". Disfrutar por disfrutar.
4.- Envejecimiento positivo y activo: todos necesitamos aprovechar el tiempo incierto que nos queda. Hay que dejar de ver el envejecimiento como un problema. Se debería ver el envejecimiento como potencial:
5.- La idea de Amparo. Vivimos en una sociedad que negativiza el envejecimiento, admira y premia la autosuficiencia (la identifica con liderazgo) y la autonomía plena ("hacer lo que te da la gana"). Así, cumplir años, nos hace sentir vulnerables, frágiles incluso si no lo somos. Debemos positivizar que es ético ganar dinero ayudando a las personas cuando lo necesitan, dando calidad y calidez, lo que requiere invertir y rentabilizar los esfuerzos.
6.- Es necesario planificar. Vivir más años exige planificar cómo envejecer. Sin obsesionarse porque el futuro no existe, es incierto, hay que planificar escenarios. La Silver Economy tiene un reto por delante desde el punto de vista de la planificación : oportunidad financiera de gestión del ahorro y la gestión patrimonial inmobiliaria.
7.- Servicios digitales para la Silver Economy. Es necesario (urgencia inaplazable) invertir en I+D+i, en tecnología y servicios digitales para la Silver Economy. La evolución social futura se traduce en: incremento de productividad vía la tecnología. Se deben producir bienes y servicios más baratos para que consumidores empobrecidos en una sociedad dual puedan pagarlos. El Estado no podrá hacer frente a "las personas" necesarias para la ayuda a los mayores en dependencia y fragilidad. Quizás sí a los robots y a las ayudas telemáticas que abaraten la prestación de servicios. Telemática. Domótica. Big Data. Realidades virtuales, realidades reales, digitales. Y físicas. Equilibradas para dar lo mejor a las personas cuando más frágiles son. Personas que cuidan personas con la ayuda de la tecnología. En eso, quizás, se puede resumir la Silver Economy.
La «Silver Economy» representa ya el 25% del PIB europeo y supondrá casi el 38% de los empleos en 2025 La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) define la «Silver Economy» o economía plateada como el conjunto de las oportunidades derivadas del impacto económico y social de las actividades realizadas y demandadas por la población mayor de 55 años. Se trata de un concepto clave si tenemos en cuenta que, actualmente, más de ocho millones y medio de personas mayores de 65 años residen en España.
Iñaki Ortega, autor del libro "La revolución de las canas", hace hincapié en la aparición de una nueva etapa vital entre los 50 y 70 años, que se ha bautizado como la Generación Silver. Este nutrido grupo sénior traerá un cambio radical, porque permitirá que millones de personas de esa edad sigan trabajando, ahorrando, creando y consumiendo. “Lo que hará posible que nazcan nuevas industrias para servirles y nuevos emprendedores, muchos de ellos sénior, que encontrarán oportunidades donde nadie pensó que podía haberlas”, aclara el experto. Y cita ejemplos de estas innovaciones: en finanzas, las rentas vitalicias y las hipotecas inversas, en urbanismo, el Silver Housing y en educación, el lifelong learning, entre otros muchos.
Repost: Sabrosa recompensa para quien recupere mi blog
- Post duplicado de los 9 días en los que Google nos inhabilitó este blog principal -
Como la tristeza no está reñida con la belleza, para ilustrar este blog (esperemos que temporal), recurriremos al arte de Aitor Agirregabiria en su Flickr y en su YouTube (cuidado con este servicio que también depende del arbitrio de Google @google_es).
-- Este problema se resolvió el 20 de julio de 2012 por Google --
La desesperación prosigue,... Han pasado cinco días, tres laborables, y Google @google_es sigue sin responder, ni reaccionar. No nos ha devuelto la cuenta Gmail de la que dependen el blog, los documentos en la nube con años de trabajo, y todo lo demás. Google, Bernando Hernández,.... no han dado señales de que nadie escuche la campaña en Twitter del "Caso Google contra Agirregabiria", y otros ecos.
Lo mejor en la desdicha ha sido la solidaridad de las amistades, especialmente desde la red, que han aportado ideas, posteado la situación, y animado a proseguir en la campaña. Aunque cada día que pasa nuestras expectativas de recuperar la cuenta se va desvaneciendo, continuamos lanzando iniciativas para lograr lo que creemos es nuestro derecho: Que nos devuelvan nuestros contenidos.
Como un elemento más, innecesario para quienes acudieron presurosos en nuestra ayuda, lanzamos otra propuesta para animar el debate.INVITAREMOS A UNA COMIDA DE LUJO a quien nos ayude a recuperar nuestro Gmail (y todo lo que supone), en el restaurante que elija en el País Vasco, o en Alicante o Murcia (donde pasaremos algunas semanas de veraneo). Podrá elegir lugar y un menú (de hasta 100 euros), y haremos una amplia y detallada crónica (similar a las 7.000 que hemos perdido si Google @google_es no nos devuelve la cuenta). Dar con la persona intermediaria fue la clave para recuperar @agirregabiria cuando también Twitter creyó que era un robot. Una gran mujer, que prefirió no publicase su nombre, actuó y medió con Twitter en USA y resolvió un caso igualmente difícil.
Por el momento, y aunque es imposible enumerar todos los apoyos incondicionales recibidos, los primeros en sugerir ideas prometedoras han sido @Carlos Urioste por facilitarnos el número en España de Google @google_es (aunque sólo sirve para contratar publicidad). Luego, txente @txente @ y Agustí Brañas @agustibranas, quienes casi simultáneamente nos sugirieron escribir a @BernieHerni. También Carlos Alonso @calonsonet nos indicó el contacto con Fabien Curto Millet. Por su parte, Eduardo - hombrelobo @hombrelobo abrió una denuncia en Menéame.
A través de nuestro buen amigo Luis Alfonso Gámez @lagamez, se ha interesado y nos ha llamado Mario Jiménez Arroyo de fjcommunications.com, la empresa en Madrid que lleva la comunicación de Google España @Google_es. También, no sabemos por qué vía, seguramente Twitter, Inés Skotnicka está buscando una solución con algún amigo de San Diego. Confiamos en estos contactos que se están multiplicando por momentos. También viejos amigos físicos como Tomás Sainz Angulo de IBM España, Josu Aranberri de i2basque,... están moviendo hilos por todo el planeta. Josu Aranberri ha implicado a Andreu Veà de Internet Society (ISOC-ES), quien desde Sunnyvale lo está gestionado.
Por el momento, no hemos conseguido el objetivo, pero nos sentimos acompañados.También lo han contado en sus blogs, entre otros porque también hemos perdido el Reader, Iñaki Murua (Al despertarse, la pesadilla que se cumple), Raimundo Rubio (Ayudemos a salvar su BLOG a Mikel Agirregabiria), Laura (Google: Devuelve a @agirregabiria su Gmail, su Blog, su YouTube,...), Eraser (Operación Trabuco,...), LanIrekia (Encuentro con Orientadores),...
Lo mejor en la desdicha ha sido la solidaridad de las amistades, especialmente desde la red, que han aportado ideas, posteado la situación, y animado a proseguir en la campaña. Aunque cada día que pasa nuestras expectativas de recuperar la cuenta se va desvaneciendo, continuamos lanzando iniciativas para lograr lo que creemos es nuestro derecho: Que nos devuelvan nuestros contenidos.
Como un elemento más, innecesario para quienes acudieron presurosos en nuestra ayuda, lanzamos otra propuesta para animar el debate.INVITAREMOS A UNA COMIDA DE LUJO a quien nos ayude a recuperar nuestro Gmail (y todo lo que supone), en el restaurante que elija en el País Vasco, o en Alicante o Murcia (donde pasaremos algunas semanas de veraneo). Podrá elegir lugar y un menú (de hasta 100 euros), y haremos una amplia y detallada crónica (similar a las 7.000 que hemos perdido si Google @google_es no nos devuelve la cuenta). Dar con la persona intermediaria fue la clave para recuperar @agirregabiria cuando también Twitter creyó que era un robot. Una gran mujer, que prefirió no publicase su nombre, actuó y medió con Twitter en USA y resolvió un caso igualmente difícil.
Por el momento, y aunque es imposible enumerar todos los apoyos incondicionales recibidos, los primeros en sugerir ideas prometedoras han sido @Carlos Urioste por facilitarnos el número en España de Google @google_es (aunque sólo sirve para contratar publicidad). Luego, txente
A través de nuestro buen amigo Luis Alfonso Gámez @lagamez, se ha interesado y nos ha llamado Mario Jiménez Arroyo de fjcommunications.com, la empresa en Madrid que lleva la comunicación de Google España @Google_es. También, no sabemos por qué vía, seguramente Twitter, Inés Skotnicka está buscando una solución con algún amigo de San Diego. Confiamos en estos contactos que se están multiplicando por momentos. También viejos amigos físicos como Tomás Sainz Angulo de IBM España, Josu Aranberri de i2basque,... están moviendo hilos por todo el planeta. Josu Aranberri ha implicado a Andreu Veà de Internet Society (ISOC-ES), quien desde Sunnyvale lo está gestionado.
Por el momento, no hemos conseguido el objetivo, pero nos sentimos acompañados.También lo han contado en sus blogs, entre otros porque también hemos perdido el Reader, Iñaki Murua (Al despertarse, la pesadilla que se cumple), Raimundo Rubio (Ayudemos a salvar su BLOG a Mikel Agirregabiria), Laura (Google: Devuelve a @agirregabiria su Gmail, su Blog, su YouTube,...), Eraser (Operación Trabuco,...), LanIrekia (Encuentro con Orientadores),...
Como la tristeza no está reñida con la belleza, para ilustrar este blog (esperemos que temporal), recurriremos al arte de Aitor Agirregabiria en su Flickr y en su YouTube (cuidado con este servicio que también depende del arbitrio de Google @google_es).
-- Este problema se resolvió el 20 de julio de 2012 por Google --
Happycracia, un libro sobre cómo nos venden la felicidad
“Happycracia: Cómo la ciencia y la industria de la felicidad controlan nuestras vidas” es un libro escrito por Eva Illouz y Edgar Cabanas. Los autores critican la industria de la felicidad y la psicología positiva, argumentando que la búsqueda de la felicidad se ha convertido en un imperativo de la época actual, impulsado por una industria multimillonaria.
Los autores sostienen que esta industria promueve la idea de que la felicidad es una elección individual y que cualquier fracaso en alcanzarla es culpa del individuo. Según ellos, esto puede llevar a una mayor autoexigencia y frustración personal. Además, critican la legitimidad científica de la psicología positiva, que a menudo se basa en técnicas sin una base científica sólida.
En resumen, “Happycracia” es una reflexión crítica sobre cómo la búsqueda de la felicidad individual, promovida por una poderosa industria, puede tener efectos negativos en la vida de las personas.
Los argumentos principales de “Happycracia” se centran en una crítica profunda a la industria de la felicidad y la psicología positiva. Aquí te dejo un resumen de los puntos clave:
- La felicidad como imperativo: Los autores argumentan que la búsqueda de la felicidad se ha convertido en una obligación social y personal, impulsada por una industria multimillonaria.
- Responsabilidad individual: Se promueve la idea de que la felicidad es una elección individual y que cualquier fracaso en alcanzarla es culpa del individuo. Esto puede llevar a una mayor autoexigencia y frustración personal.
- Legitimidad científica cuestionable: Critican la psicología positiva, que a menudo se basa en técnicas sin una base científica sólida. Los autores sostienen que esta disciplina simplifica problemas complejos y los reduce a cuestiones de voluntad personal.
- Impacto social y cultural: La industria de la felicidad influye en la agenda política y académica, promoviendo la idea de que el éxito y la felicidad dependen únicamente del esfuerzo individual, ignorando factores sociales y económicos.
- Consecuencias negativas: La presión por ser feliz puede llevar a una mayor autoexigencia, autocontrol y, en última instancia, a una fábrica de sujetos frustrados.
En “Happycracia”, Eva Illouz y Edgar Cabanas no se centran tanto en proponer soluciones concretas, sino en criticar y cuestionar la industria de la felicidad y la psicología positiva. Sin embargo, sugieren algunas ideas para abordar los problemas que identifican:
- Cuestionar la narrativa dominante: Los autores animan a las personas a cuestionar la idea de que la felicidad es una responsabilidad individual y a reconocer la influencia de factores sociales, económicos y políticos en el bienestar personal.
- Promover una visión más crítica: Fomentan una actitud crítica hacia las promesas de la industria de la felicidad y la psicología positiva, y a no aceptar sin más las técnicas y métodos que se presentan como soluciones universales.
- Reconocer la complejidad del bienestar: Subrayan la importancia de entender que el bienestar es un fenómeno complejo que no puede ser reducido a simples técnicas de autoayuda o a la voluntad individual.
- Fomentar políticas públicas: Aunque no se detienen en detalles específicos, los autores sugieren que es necesario desarrollar políticas públicas que aborden las desigualdades sociales y económicas que afectan el bienestar de las personas.
@lic.sofiacalvo No podemos ni debemos estar siempre felices. El mandato de este presente es: ser feliz es una decisión, y en esas frases armadas nos olvidamos de que estamos inmersxs en un contexto social que nos influye, que la tristeza es una emoción básica que tenemos que poder atravesar y que a veces para poder estar bien tenemos que permitirnos estar mal y desahogarnos. #psicologia #psicologa #luzutv #terapia #psicoterapia #salud #saludmental #psicoanalisis ♬ sonido original - Lic. Sofía Calvo
“Happycracia” - Cabanas e Illouz
— Diego_accd (@Diego_accd) September 17, 2024
Capítulo 5 pic.twitter.com/UWVKF43PCp
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