Paradoja de Stockdale, resiliencia bélica para la vida cotidiana

Paradoja de Stockdale, resiliencia de guerra para la vida cotidiana
La paradoja de Stockdale es uno de esos conceptos que, a primera vista, requiere algunos saltos mentales lingüísticos para comprenderlo por completo. Esta interesante paradoja se presentó por primera vez en el libro "Bueno a excelente", "Good to Great" o "Empresas que sobresalen" de Jim Collins, un libro fundamental de autoayuda y liderazgo empresarial (véase este resumen en PDF, con ideas disruptivas como "Primero quién, y luego qué).
El autor Jim Collins encontró un ejemplo perfecto de este concepto paradójico en James Stockdale, ex candidato a vicepresidente en 1992, quien fuera el prisionero estadounidense de mayor rango de la guerra del Vietnam durante siete años y medio en el denominado "Hotel Hanoi"

Durante este horrible período, Stockdale fue torturado repetidamente y no tenía ninguna razón para creer que saldría vivo. Atrapado en las garras de la sombría realidad de su mundo infernal, encontró la manera de mantenerse con vida al abrazar la dureza de su situación con un equilibrio de saludable optimismo.

Durante su cautiverio, Stockdale observó qué clase de prisioneros eran los que más fallecían: Los optimistas que no paraban de repetir: “Tranquilos, saldremos de aquí, ánimo, en Navidad ya estaremos en casa.” Entonces llegaban las Navidades y la previsión no se cumplía. Pero entonces su previsión saltaba a otra fecha. Y así sucesivamente hasta que el prisionero se rendía.

James Stockdale hizo suyo el principio rector de Epicteto, la máxima con la que comienza su Enchiridion: «En el mundo hay cosas que están a nuestro alcance y otras que están más allá de nuestro poder». En tiempos turbulentos y en circunstancias tan dramáticas como las que se encontró Stockdale al conducir a los suyos, lo primero es aislar aquello que no está en nuestra mano, y no dedicarle ni un gramo de nuestras energías. Lo siguiente, les contaba a los aspirantes a Marine, era atenerse a las tres grandes enseñanzas del antiguo esclavo: «Tranquilidad, valentía y libertad».

La capacidad de reconocer su situación real y equilibrar el optimismo con el realismo proviene de la comprensión de la paradoja de Stockdale. Esta forma de pensar contradictoria fue la fuerza que guió a James Stockdale a través de esos años difíciles. Este pensamiento paradójico, ya sea que lo sepas conscientemente o no, ha sido una de las filosofías definitorias para los grandes líderes que superaron las dificultades y alcanzaron sus metas.

La dicotomía contradictoria inherente a la paradoja contiene una gran lección sobre cómo lograr el éxito y superar obstáculos difíciles. También corrige a los optimistas desenfrenados y esos vendedores ambulantes de positividad cuyos consejos impregna casi todos los libros de autoayuda o peroratas de gurú que existen.
Paradoja de Stockdale, resiliencia de guerra para la vida cotidiana
Vivimos en un mundo líquido, cambiante, o mundo VUCA (ver en este post reciente de 2020). Por eso cada vez es más difícil tomar decisiones. Gracias a la paradoja de Stockdale cuando vayamos a tomar decisiones, a marcarnos objetivos o a planificar nuestros próximos pasos, podemos mejorar nuestras decisiones.

Pensemos por un momento qué estará pensando/haciendo al respecto la mayoría, cómo actúa la masa, qué es lo que haría nuestra competencia, y a partir de ahí lo que sugiere la paradoja de Stockdale es actuar en sentido contrario. Pero cuidado, sin caer en el error de actuar llevando la contraria simplemente por oponernos a lo establecido o por querer diferenciarnos, sino porque realmente hemos visto que esto supone una ventaja que podemos aprovechar para mejorar y resultar más competitivos.

La paradoja de Stockdale aplicada a las empresas contribuiría a mirar el futuro sabiendo que al final vamos a tener éxito. Con planificación, metas, repensando el modelo de negocio, creando otro, reestructurando la empresa para prosperar en una nueva normalidad. Sin ‘bajar la guardia’ en los protocolos de bioseguridad, manteniendo una “economía de austeridad” en cuanto a gastos, estando atentos de los cambios del entorno para reaccionar ágilmente a las adversidades, y preparando la empresa ante la posibilidad de rebrotes, aunque sea remota dicha posibilidad.
Si bien nuestras circunstancias son claramente diferentes a las de Stockdale, su sabiduría nos recuerda que ser optimista sobre el futuro, pero al mismo tiempo ser realista sobre el presente, es la mentalidad que necesitamos las personas para tener éxito en los meses por venir. 

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