Con el objetivo de añadir vida a los años (Healthspan), mejor que añadir años a la vida (Lifespand), desde hoy mismo estamos aplicando algunas recomendaciones muy repetidas en los diferentes libros y publicaciones sobre longevidad. Esta lista se irá ampliando a lo largo del tiempo.
Estas propuestas son para personas sanas y deben ser consultadas con el médico de cabecera en cualquier caso. Pueden tener contraindicaciones en muchos casos de enfermedades crónicas,... Si se siguen, son bajo la responsabilidad de quien así decida.
Antes de nada, existe un previo Código CERO propio que seguimos estrictamente: Cero tabaco, cero alcohol, cero bebidas gaseosas azucaradas, cero medicinas de farmacia o parafarmacia auto-recetadas y cero azúcar.
Cada año renovaremos los posts con las sugerencias que estamos probando escrupulosamente desde hoy, que comenzamos con algunas normas de alimentación longeva bastante simples aunque signifique romper hábitos muy arraigados:
1ª Doce horas de ayuno diarias como mínimo. Fácil de seguir, aunque algunos como Valter Longo sugiere 13 horas (desde el desayuno hasta la cena en 8 horas). Basta recordar o, mejor, seguir una pauta de hora de desayunar y no ingerir nada más de alimento una vez cumplida la misma hora de la tarde o noche. En nuestro caso desayunaremos hacia las 8 am y haremos tres comidas pero no después de las 8 pm. En caso de tener prevista alguna cena, se retrasa el desayuno y ya está.
No se pone el contador a cero a las 12 pm, sino que aplica también a la mañana siguiente. De modo que si se termina de cenar a las 11 pm, no se puede desayunar hasta las 11 del día siguiente. Del dicho popular que reza “ desayunar como un rey, almorzar como un príncipe y cenar como un mendigo", nos quedamos con la última frase de cenar poco y pronto, no después de las 20 horas.
Dada la importancia para la longevidad de la salud bucodental, tras cada comida un buen cepillado de dientes nos recordará que hay que espaciar las comidas y dormir ocho horas diarias con una limpieza bucal extrema.
2ª Beber 1,5 litros de agua diariamente. Para asegurar la debida hidratación, aunque no se sienta sed. Para ello es muy aconsejable pedir siempre agua como bebida (sin gas) en todas las acomidas, y usar una jarra de medio litro para consumir a lo largo de la mañana, del mediodía y de la tarde.
Lo primero iniciar el día con un vaso de agua. Por supuesto se puede beber más si se hace ejercicio y conviene llevar siempre un botellín de agua en todo momento. Todo ello sin exagerar ni caer en el extremo de la potomanía.
3ª Dejar de comer pan blanco. Para mantener el peso adecuado y para evitar este alimento tan usual como ultraprocesado. Los carbohidratos del pan blanco se convierten rápidamente en glucosa que es absorbida por el torrente sanguíneo en un período muy corto de tiempo. Ello exige al páncreas producir insulina. Este esfuerzo puede tener consecuencias, como la aparición de diabetes,...
Por supuesto existen algunas alternativas al pan de harina refinada, que pueden resultar muy saludables.
4ª Comer sin saciarse, o Hara Hachi Bu: Este “mantra”, de las islas de Okinawa al sur de Japón, es regla con una sencilla fórmula, “come hasta estar un 80% lleno”. Una enseñanza de Confucio que llevada a la práctica se traduce en una reducción de calorías autoimpuesta en la dieta diaria que previene la obesidad y favorece la longevidad.
Para nosotros los occidentales podría resumirse esta proporción de 8 sobre 10 en sacrificar siempre y a rajatabla el postre de las comidas, pero asegurando la ingestión de -al menos- una o dos piezas de frutas diarias.
5º Comer despacio, degustando cada bocado, que conviene sea de poco peso. Para ello, un truco es utilizar platos y cubiertos de postre, como una cucharilla en lugar de una cuchara, o un tenedor pequeño.
6º Reducir el consumo de carne. En España, se estima que el consumo promedio es de 720 gramos de carne fresca, 204 gramos de carne congelada y 88 gramos de carne procesada cada semana. Sin embargo, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) recomienda un consumo de entre 200 y 500 gramos a la semana. Nuestra propuesta es comer carne solamente dos días a la semana, con un total de unos 250 gr. Y anular el consumo de carne procesada, como embutidos.
En 2005 seguimos un protocolo de adelgazamiento que funcionó. Pasamos desde 101 kg a unos 90. En esta ocasión partimos desde 89 kg (foto). Tabla creciente por días en un álbum: 1º Día, 89 kg. 2º Día, 88.9 kg. 3º Día 87.9 kg,...
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