En 1961, en Israel, se inicia el juicio a Adolf Eichmann por genocidio contra el pueblo judío durante la Segunda Guerra Mundial. El juicio estuvo envuelto en una gran polémica y muchas controversias. Casi todos los periódicos del mundo enviaron periodistas para cubrir las sesiones, que fueron realizadas de forma pública por el gobierno israelí. Además de crímenes contra el pueblo judío, Eichmann fue acusado de crímenes de lesa humanidad y de pertenecer a un grupo organizado con fines criminales. Eichmann fue condenado por todos estos crímenes y ahorcado en 1962, en las proximidades de Tel Aviv.
Una de las corresponsales presentes en el juicio, como enviada de la revista The New Yorker, era Hannah Arendt. En 1963, basándose en sus reportajes del juicio y sobre todo su conocimiento filosófico-político, Arendt escribió un libro que tituló Eichmann en Jerusalén (léase en PDF). En él, describe no solamente el desarrollo de las sesiones, sino que hace un análisis del «individuo Eichmann».