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La lealtad es más espesa que la sangre

Lealtad (véanse otros posts sobre este cualidad) es la mayor y máxima cualidad. Los caminos de la lealtad son siempre rectos, decía Charles Dickens. Si somos leales a alguien también debemos serle sinceros, pues sin sinceridad no existe ningún tipo de lealtad. El sabio no considera el oro como un preciado tesoro, sino la lealtad y la buena fe, según Confucio. Los actos son mucho más importantes que las palabras, pues las palabras son meras promesas y los actos hechos irrefutables. 

La lealtad no se puede imprimir. No puede ser producida en una línea de montaje porque su origen está en el corazón humano, el centro del respeto a uno mismo y de la dignidad humana. La lealtad es una decisión, una resolución del alma. Casi siempre no elegimos nuestras lealtades, esas personas sencillamente se la ganan a pulso. 

Entendamos que es más fácil desear y conseguir la atención de decenas de millones de absolutos extraños que aceptar el cariño y la lealtad de las personas más próximas. Las personas más cercanas a nosotros son el motor de nuestras vidas, debemos guardarles siempre un gran cariño y respeto. La lealtad es el camino más corto entre dos corazones, afirmó Ortega y Gasset.

La lealtad es cosa de la que todo el mundo habla y muy pocos la practican, por la sencilla razón de que no es una posición espiritual al alcance de todo el mundo, ni todo el mundo está preparado para ser leal. La lealtad tiene un corazón tranquilo, proclamó William Shakespeare. Hay algo que no dan la clase social, ni el dinero, ni el poder ni la inteligencia; es algo que se lleva dentro, que se nace con ello: lealtad. 

Nuestro país no es la única cosa a la que debemos nuestra lealtad. También se le debe a la justicia y a la humanidad. Actuar de forma honesta nos ayudará inequívocamente, a poder forjar en el futuro una sociedad mejor que la actual. Es una elección que sólo los espíritus fuertes tienen el coraje de cumplir. El amigo leal se ríe con tus chistes, aunque no sean tan buenos, y se conduele de tus problemas aunque no sean tan graves. El auténtico amigo es el que lo sabe todo sobre ti y sigue siendo tu amigo. Siempre el traidor es el vencido y el leal es el que vence, aseguraba Calderón de la Barca. 

Nuestras lealtades serán siempre una gran parte de la persona que somos, quizás no las elegimos conscientemente pero aún así han llegado para quedarse. Las personas leales no se sienten incómodos al mostrarse como son, porque otros espíritus leales entienden sus cualidades y sus defectos. Ser leal es la mayor valentía.

Mantenernos fieles a nuestros pensamientos puede ser algo duro de realizar en la práctica, pero debemos hacerlo si queremos ser felices en el futuro. Quien es leal eleva su mirada con humildad, y quien es desleal, con soberbia.

La sangre te hace pariente pero la lealtad te hace familia. Saber elegir nuestros amigos nos ahorrará muchos disgustos en el futuro, sé cauteloso al elegirlos. Nuestros hijos deben brindarnos siempre su lealtad hacia nosotros. Para que esto suceda nosotros tendremos que haber sido justos con ellos.

Coincidimos con 
Edward AbbeyLa lealtad no será limitada por fronteras nacionales, o limitada por la historia de una nación, o limitada a la dimensión espiritual de una sola lengua o cultura. Yo comprometo mi lealtad a la maldita raza humana y mi amor eterno a las verdes columnas de la Tierra, y mis insinuaciones de gloria cantando a las estrellas hasta el fin del espacio y el tiempo. 

"Colocado en un tránsito histórico, pagaré con mi vida la lealtad al pueblo". Con esta cita, Salvador Allende nos demuestra su firme convicción de ser ajusticiado si hiciese falta. Él siempre viviría y moriría acorde con sus propias ideas. Uno para todos y todos para uno (en Los tres mosqueteros). Uno de los lemas más recordados de esta novela de Alejandro Dumas. 

La lealtad es el sentimiento más caro, no lo esperes de personas baratas. La lealtad de una persona es un bien muy preciado y nos indica que el grado de calidad humana y de inteligencia de ésta. La fidelidad no es gris. Es negra o blanca. Eres por completo fiel, o nada fiel en absoluto. Pocas cosas hay en la vida más frágiles que la lealtad y la fidelidad. Tan pronto como la tengamos de alguien, la podemos perder. 

La confianza se gana, el respeto se da, la lealtad se demuestra. Premia la lealtad con lealtad; y la deslealtad con distancia. Una de las recetas más útiles que podemos seguir en la vida. Premiar lo que recibimos de otros con la misma moneda. Nada es más noble, nada es más venerable, que la lealtad. 

Desleal es quien desaparece cuando el camino es oscuro. La lealtad es el primer valor que muchos olvidan. La lealtad no se jura, se demuestra, en El Principito. La lealtad es uno de esos sentimientos que deben ser demostrados más que proclamados.
 

Recetas de longevidad que estamos siguiendo (2023-10)

Con el objetivo de añadir vida a los años (Healthspan), mejor que añadir años a la vida (Lifespand), desde hoy mismo estamos aplicando algunas recomendaciones muy repetidas en los diferentes libros y publicaciones sobre longevidad. Esta lista se irá ampliando a lo largo del tiempo. 

Estas propuestas son para personas sanas y deben ser consultadas con el médico de cabecera en cualquier caso. Pueden tener contraindicaciones en muchos casos de enfermedades crónicas,... Si se siguen, son bajo la responsabilidad de quien así decida. 

Antes de nada, existe un previo Código CERO propio que seguimos estrictamente: Cero tabaco, cero alcohol, cero bebidas gaseosas azucaradas, cero medicinas de farmacia o parafarmacia auto-recetadas y cero azúcar

Cada año renovaremos los posts con las sugerencias que estamos probando escrupulosamente desde hoy, que comenzamos con algunas normas de alimentación longeva bastante simples aunque signifique romper hábitos muy arraigados:

1ª Doce horas de ayuno diarias como mínimo. Fácil de seguir, aunque algunos como Valter Longo sugiere 13 horas (desde el desayuno hasta la cena en 8 horas). Basta recordar o, mejor, seguir una pauta de hora de desayunar y no ingerir nada más de alimento una vez cumplida la misma hora de la tarde o noche. En nuestro caso desayunaremos hacia las 8 am y haremos tres comidas pero no después de las 8 pm. En caso de tener prevista alguna cena, se retrasa el desayuno y ya está. 

No se pone el contador a cero a las 12 pm, sino que aplica también a la mañana siguiente. De modo que si se termina de cenar a las 11 pm, no se puede desayunar hasta las 11 del día siguiente. Del dicho popular que reza “ desayunar como un rey, almorzar como un príncipe y cenar como un mendigo", nos quedamos con la última frase de cenar poco y pronto, no después de las 20 horas.

Dada la importancia para la longevidad de la salud bucodental, tras cada comida un buen cepillado de dientes nos recordará que hay que espaciar las comidas y dormir ocho horas diarias con una limpieza bucal extrema.
Beber 1,5 litros de agua diariamente. Para asegurar la debida hidratación, aunque no se sienta sed. Para ello es muy aconsejable pedir siempre agua como bebida (sin gas) en todas las acomidas, y usar una jarra de medio litro para consumir a lo largo de la mañana, del mediodía y de la tarde.

 Lo primero iniciar el día con un vaso de agua. Por supuesto se puede beber más si se hace ejercicio y conviene llevar siempre un botellín de agua en todo momento. Todo ello sin exagerar ni caer en el extremo de la potomanía

3ª Dejar de comer pan blanco. Para mantener el peso adecuado y para evitar este alimento tan usual como ultraprocesado. Los carbohidratos del pan blanco se convierten rápidamente en glucosa que es absorbida por el torrente sanguíneo en un período muy corto de tiempo. Ello exige al páncreas producir insulina. Este esfuerzo puede tener consecuencias, como la aparición de diabetes,... 

Por supuesto existen algunas alternativas al pan de harina refinada, que pueden resultar muy saludables.

Comer sin saciarse, o Hara Hachi Bu: Este “mantra”, de las islas de Okinawa al sur de Japón, es  regla con una sencilla fórmula, “come hasta estar un 80% lleno”. Una enseñanza de Confucio que llevada a la práctica se traduce en una reducción de calorías autoimpuesta en la dieta diaria que previene la obesidad y favorece la longevidad. 

Para nosotros los occidentales podría resumirse esta proporción de 8 sobre 10 en sacrificar siempre y a rajatabla el postre de las comidas, pero asegurando la ingestión de -al menos- una o dos piezas de frutas diarias.

Comer despacio, degustando cada bocado, que conviene sea de poco peso. Para ello, un truco es utilizar platos y cubiertos de postre, como una cucharilla en lugar de una cuchara, o un tenedor pequeño. 

Reducir el consumo de carne. En España, se estima que el consumo promedio es de 720 gramos de carne fresca, 204 gramos de carne congelada y 88 gramos de carne procesada cada semana. Sin embargo, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) recomienda un consumo de entre 200 y 500 gramos a la semana. Nuestra propuesta es comer carne solamente dos días a la semana, con un total de unos 250 gr. Y anular el consumo de carne procesada, como embutidos. 
En 2005 seguimos un protocolo de adelgazamiento que funcionó. Pasamos desde 101 kg a unos 90. En esta ocasión partimos desde 89 kg (foto). Tabla creciente por días en un álbum: 1º Día, 89 kg. 2º Día, 88.9 kg. 3º Día 87.9 kg,... 

Ryszard Kapuscinski, referente en la era de la postverdad

La sabiduría y anticipación de Ryszard Kapuscinski se erigen en toda su grandeza en estos tiempos de la postverdad. Muchas de sus citas resumen recordatorios pertinentes para sobrevivir al periodismo contemporáneo,... 

  • "El trabajo de los periodistas no consiste en pisar las cucarachas, sino en prender la luz, para que la gente vea cómo las cucarachas corren a ocultarse."
  • "Le escribo a la gente de cualquier parte suficientemente joven para mantener la curiosidad acerca del mundo."
  • "Ser historiador es mi trabajo (...) Estudiar la historia en el momento mismo de su desarrollo, lo que es el periodismo (...) Todo periodista es un historiador". 
  • "Cuando se descubrió que la información era un negocio, la verdad dejó de ser importante."
  • "Antes, los periodistas eran un grupo muy reducido, se les valoraba. Ahora el mundo de los medios de comunicación ha cambiado radicalmente. La revolución tecnológica ha creado una nueva clase de periodista. En Estados Unidos, les llaman media worker. Los periodistas al estilo clásico son ahora una minoría. La mayoría no sabe ni escribir, en sentido profesional, claro. Este tipo de periodistas no tiene problemas éticos ni profesionales, ya no se hace preguntas. Antes, ser periodista era una manera de vivir, una profesión para toda la vida, una razón para vivir, una identidad. Ahora la mayoría de estos media workers cambian constantemente de trabajo; durante un tiempo hacen de periodistas, luego trabajan en otro oficio, luego en una emisora de radio... No se identifican con su profesión."
  • "Confucio ha dicho que como mejor se conoce el mundo es sin salir de casa. Y no le falta razón. No es imprescindible desplazarse en el espacio; también se puede viajar hacia el fondo del alma."
  • "La ideología del siglo XXI debe ser el humanismo global, pero tiene dos peligrosos enemigos: el nacionalismo y el fundamentalismo religioso."
  • "El nacionalismo es algo intrínsecamente malo por dos motivos. Primero por creer que unas personas son, por su pertenencia a un grupo, mejores que otras. Segundo, porque cuando el problema es el otro, la solución implícita de este problema siempre será el otro."
  • "En el Tercer Mundo, hay que tener una de estas dos cosas, o tiempo, o dinero. Es un principio férreo del oficio de reportero."
  • "La mejor forma de conocer el mundo es hacer amistad con el mundo. Existe una conexión entre nuestro destino personal y la presencia de miles de personas y cosas de cuya existencia no sabíamos o no sabemos nada y que pueden influir, de hecho influyen, del modo más asombroso, en nuestra vida y su desarrollo, de tal forma que, al menos por nuestro propio interés deberíamos esforzarnos en conocer no sólo lo que está aquí sino también lo que está allá, en algún lugar a gran distancia en nuestro planeta."
  • "Si entre las muchas verdades eliges una sola y la persigues ciegamente, ella se convertirá en falsedad, y tú en un fanático."
  • "Siempre ha sido el arte el que, con gran anticipación y claridad, ha indicado qué rumbo estaba tomando el mundo y las grandes transformaciones que se preparan."
  • "Para ejercer el periodismo, ante todo, hay que ser buenos seres humanos. Las malas personas no pueden ser buenos periodistas. Si se es una buena persona se puede intentar comprender a los demás, sus intenciones, su fe, sus intereses, sus dificultades, sus tragedias."
  • "En América Latina, decía, la frontera entre el fútbol y la política es tan tenue que casi resulta imperceptible."
  • "Existió sin existir en ese limbo entre la vida y la muerte que es el purgatorio de los locos."

Educa a tus hijos con un poco de hambre y un poco de frío

"Educa a tus hijos con un poco de hambre y un poco de frío" decía Confucio,... Receta difícil de practicar para los progenitores (imposible para un abuelo), pero que contiene una pauta eficaz,... no aplicada literalmente. Sugiere que desde la infancia se traslade un sentido de responsabilidad, de que la vida no es igual que el amor incondicional de la familia y que cada persona debe asumir su carga de deberes para exigir todos sus derechos.

El modelo más semejante es el o-soji, una tradición (muy conectada con la filosofía sintoísta) en los colegios de Japón donde los estudiantes de primaria y secundaria no solo tienen que barrer, trapear y servir la merienda como parte de su rutina escolar, también tienen que lavar los baños. Para los nipones, el ōsōji (大掃除) a final de año consiste en limpiar la casa, negocio, escuela, espacios comunes… a fondo para empezar el año limpios tanto física como espiritualmente. Y en general, intentan no dejar nada pendiente en ningún ámbito (pagos pendientes, cumplir obligaciones, tareas incompletas,...) para poder empezar desde cero.

En la escuela, el alumnado no sólo estudia las materias, también aprende a cuidar lo que es público y a ser un ciudadano más consciente. Y a nadie le sorprende, porque siempre ha sido así. Tampoco existen comedores, por lo que los estudiantes comen en la misma aula y son ellos mismos quienes organizan todo y sirven a sus colegas. Y, después de la merienda, es hora de limpiar la escuela. Los alumnos se dividen en grupos, cada uno de los cuales es responsable de lavar lo que se utilizó durante la comida y de la limpieza del aula, los corredores, las escaleras y los baños en un sistema rotativo coordinado por los profesores. Tradición pura, aunque haya personal profesional encargado del aseo en las escuelas denominada yomushuji.

Así el pueblo japonés aprende desde pequeño a cuidar del patrimonio público. Del cual, el más valioso son las escuelas, que van a ser utilizadas por las próximas generaciones.
O-soji, una tradición en los colegios de Japón
La cita inicial nos la recordó Aitor Uriondo, el excelente director de Axular Lizeoa que la había visto muchos años expuesta en el frontispicio de un colegio religioso, Marianistas de Donostia. Es un proverbio atribuido a Confucio,... en español. Imposible encontrar dicha atribución en inglés, o francés,... ni siquiera tal afirmación,... ¿Curioso, no?

Rectificando en política

En nuestro ámbito político se estila mucho más la continua ratificación que la rectificación oportuna.

Cada vez leo menos las páginas de política en los periódicos. Al final he comprendido que hay una profunda razón para ello, que se reitera en cada ocasión que huyo de esta sección del diario: La sensación de que muchos políticos son tan incompetentes o inseguros, que no saben, no quieren o no pueden… rectificar. El resto de mortales repetidamente debemos rectificar o contradecirnos. Y no pasa nada si el nuevo rumbo es más sensato.

Dicen que rectificar es de sabios… equivocados. Pero es de sabios. Más aún, Confucio señaló que gobernar significa rectificar. Casi toda decisión política o temporal,… llega un tiempo en el que de acertada se convierta en errónea. Y entonces es el momento de rectificar.

Sería conmovedor escuchar sentidamente a algún dirigente reconocer públicamente: “Me he equivocado, y debo rectificar”. Se ganaría inmediatamente a toda la ciudadanía…. Desde el poder, posiblemente,… algún día,… seguramente una mujer (o un hombre) como es debido,… rectificarán,… aunque sólo sea para seguir acertando, no para renunciar ni para desistir.

Quienes alardean de consecuentes, en realidad sólo son unos engreídos que parecen decir: estoy tan cierto de mis doctrinas, que todo lo que el futuro descubra no me hará rectificar jamás. Quizá sea difícil enmendar en acuarela, vidrio o amor. Mas para vivir es preciso rectificar, casi constantemente, para apoyarse en uno mismo, en su pasado y en su presente. Rectificando sobre la marcha, así se repasa, se progresa, se madura, se superan los contratiempos, nos sobreponemos a los acontecimientos,… y de esta suerte se va viviendo, se va amando y se va siendo.

Versión ilustrada en: http://mikel.agirregabiria.net/2006/rectifica.htm

Para caballeros normales

“Perdónenme si les llamo caballeros, pero es que no les conozco muy bien”, subrayó Groucho Marx.

Carmen y yo hemos establecido un reparto de funciones casi perfecto, después de 28 años de matrimonio. Exceptuando contados servicios de electricista, conductor, transportista y porteador, ella se ocupa de todo lo necesario para llevar adelante nuestro hogar y a nuestros hijos, ante los cuales también represento el rol de sermoneador oficial cuando la ocasión lo ha requerido, afortunadamente más en tiempos pretéritos. Así pues, mi esposa es quien cumplimenta millares de acciones útiles, mientras yo me dedico a temas inútiles, tales como perder al ajedrez o escribir estas cotidianas crónicas.

Existen zonas enteras de la casa que me son enteramente desconocidas, y es mejor ejemplo es la cocina. Aunque sea un glotón impenitente, mis únicas competencias culinarias se reducen a calentar leche con el microondas y abrir latas en caso de emergencia. Pero estoy aprendiendo, y una reciente área de nuevo conocimiento es la compra, tarea en la que mi cometido anterior se ceñía a empujar el carro y procurar no perderme en el supermercado. Hoy mismo hemos acudido a un comercio especializado en perfumería. Carmen, mientras completaba su extensa compra para toda la familia, me ha encomendado adquirir mi propio champú, indicándome la zona oportuna.

Me he dirigido a la estancia y súbitamente me he enfrentado a toda una pared repleta de envases con todo tipo de tamaños, formas, colores y precios. Es sorprendente comprobar que existen más estanterías con champú en una sola tienda, que anaqueles de libros en la biblioteca municipal. Con la vacilación del profano me he aproximado a una repisa y me he tranquilizado al leer el primer rótulo: “Para caballeros normales”. Sin dudarlo un instante he elegido el producto, a pesar de su receptáculo extravagante de color verde refulgente.

Cuando orgullosamente me alejaba en busca de Carmen con mi compra zanjada, me ha picado la curiosidad por ver otras alternativas de cosmética masculina. He desechado otras dos opciones igualmente coloristas para “caballeros secos” o “caballeros grasos”, aunque quizá por mi peso me ajuste más al último grupo. Carmen me ha sugerido usar las gafas de presbicia y ha esclarecido que donde yo leía “caballeros” decía “cabellos”, aunque aceptaba el champú.

Si bien Confucio recordaba que “un caballero se avergüenza de que sus palabras sean mejores que sus hechos”, y sabiendo que consiste en obrar como caballero, el serlo, a la vuelta a casa, sólo me quedaba como excusa disertar sobre caballeros-normales. Le he recitado a Carmen mi preferida cita de Fray Antonio de Guevara, en versión actualizada: “Lo que al educado [caballero] le hace ser educado [caballero] es ser medido en el hablar, largo en dar, sobrio en el comer, honesto en el vivir, tierno en el perdonar y animoso en el trabajar [pelear]”. He cumplido con otra máxima de Gertrude Stein: “Lo normal es mucho más sobriamente complicado e interesante”.

Carmen no me ha prestado mucha atención y ha concluido que no estoy preparado para comprar nada. He preferido no mentar que nos hallamos en el año del “caballero de la triste figura”. Definitivamente, en pleno siglo XXI, cuando ya somos obsoletos quienes nacimos el año (1953) en que se estrenó ”Los caballeros las prefieren rubias” con Marilyn Monroe, la denominación de caballeros queda reservada exclusivamente para diferenciar ciertas estancias donde todavía el género determina la postura.

Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2005/caballero.htm