Pueden parecer signos aislados, mera casualidad de la inconmensurable combinatoria cromática. Mas, quizá mantengan alguna oculta relación que sólo el futuro nos descubrirá. Por un lado, nuestro colega educador
Erikenea, apuesta y pronostica una "
Euskadi gris". De otro lado, el blog mejicano Olganza avanza su post "
Negros", donde muestra la era Obama como un período donde el gris suaviza los vivos colores de la bandera norteamericana, o los del traje de
Superman, hitos y mitos del siglo XX. Olganza apunta que, aunque todavía los seres humanos de tez oscura son quienes padecen más miseria, en el milenio que arranca por primera vez hay negros que presiden la Asamblea de Londres (la capital metropolitana de lo que fuera el mayor imperio ultramarino), y ya han llegado sucesivamente a liderar a las FF.AA., la diplomacia y hasta la Presidencia de EE.UU. (la mayor potencia de todos los tiempos). Lo increíble hace sólo una década ya acontece con normalidad en el mundo.
Y, volviendo a este rincón del planeta: ¿Nos conviene el gris del acuerdo, de la mezcla, de la difusión de colores en el crisol de la interculturalidad, o de la utópica
polírica? Nosotros, en este blog, siempre hemos creído en los tonos grises de las bellas fotografías en blanco y negro, o en la materia gris del cerebro, o en uno de los colores de los zapatos para la acción (el gris de investigar) de nuestro admirado
Edward de Bono (véase abajo una representación infantil, que utilizábamos en
kIDEAk, y que es complementaria a los
sombreros para pensar mejor).