Son las 4:00 am (quizá ello explica este desvarío publicado) del martes 20 de septiembre de 2016. En unas horas participaré en la manifestación por el respeto a las mayorías democráticas convocada por ELA Sindikatua (10:30, Plaza Correos, Vitoria-Gasteiz), denunciando el acuerdo sobre negociación colectiva logrado el 22 de julio por el Gobierno Vasco, Confebask, CCOO y UGT en la (mal) llamada Mesa del Diálogo Social. Esta manifestación finalizará ante la sede de Lehendakaritza.
Este mismo domingo, 25 de septiembre de 2016, votaré a EAJ-PNV para que Iñigo Urkullu siga siendo Lehendakari en la próxima legislatura. Mi caso, que alguien podría suponer incongruente, no es único. Actualmente del orden del 40% de la sindicación en Euskadi elige ELA Sindikatua con una afiliación que crece en los últimos meses y el 30% de la misma sociedad prefiere EAJ-PNV como opción política. Cabe suponer que en esta intersección político-sindical nos hallamos muchas personas vascas.
Me afilié a ELA Sindikatua hace 40 años y a EAJ-PNV hace 30 años. Suelo decir que no milito, sino que "civilizo" lo que me dejan en ambas organizaciones. Nunca he sido cargo político (basta mirar mi nombre en el BOPV) y nunca hasta hace un año (ver foto abajo) he sido delegado sindical (lo que me libera diez horas al mes, para acudir como hoy a algún evento, sin aliviar mi trabajo cotidiano).
Como mucha gente, me considero libre al tiempo que comprometido con mi sociedad y mi con-ciudadanía. No me afilié porque comulgue con todo lo que dice mi sindicato o mi partido, sino porque creo que para cambiar nuestro mundo hemos de actuar desde organizaciones que recojan el sentir mayoritario de nuestro entorno. Creo que ELA Sindikatua y EAJ-PNV, en planos diferentes, son la posición central en nuestra realidad socio-política. Por supuesto que en este partido hay muchas personas no sindicadas o en otros sindicatos, y en este sindicato quienes no votan o votan todo tipo de formaciones,...y esta pluralidad otorga fortaleza a ambas organizaciones.
Personalmente, puestos a afinar, abogo más por la políRica (mirad estos enlaces) que por la política, o por el sindicaliRIsmo que por el sindicalismo. Por ello, me siento más cercano a personas afiliadas, a cualquier sindicato o partido, porque comparten su compromiso que a quienes dicen ser apolíticos o asindicales, porque dudo de su compromiso. Quienes nos afiliamos, creo, lo hacemos para hackear las organizaciones de modo que su influencia sea máxima y en el sentido que propugnamos.
Volviendo a esta semana. Esta manifestación por el respeto a las mayorías democráticas no modifica la independencia entre elección política y sindical, aún siendo en este semana pre-electoral. Una parte significativa de este sociedad, ¿del orden del 20%?, compartimos una doble militancia o "simpatizancia" en ELA Sindikatua y EAJ-PNV. Pedimos a ambas cúpulas y a sus máximos responsables, y ya lo hemos solicitado en otras ocasiones, una mejora de las relaciones de respeto y colaboración entre las dos organizaciones mayores y democráticamente elegidas por el mismo electorado.
No entendemos que compartiendo EAJ-PNV una aspiración de autogobierno creciente no busque un marco propio de relaciones laborales, algo tan crítico en todo momento y más en la actualidad. Confiamos que la acreditada capacidad de diálogo político de EAJ-PNV se extienda a capacidad de diálogo social con todos los sindicatos, y especialmente con aquellos que abogan por más y MEJOR empleo, como repite Iñigo Urkullu en sus propuestas.
Este mismo domingo, 25 de septiembre de 2016, votaré a EAJ-PNV para que Iñigo Urkullu siga siendo Lehendakari en la próxima legislatura. Mi caso, que alguien podría suponer incongruente, no es único. Actualmente del orden del 40% de la sindicación en Euskadi elige ELA Sindikatua con una afiliación que crece en los últimos meses y el 30% de la misma sociedad prefiere EAJ-PNV como opción política. Cabe suponer que en esta intersección político-sindical nos hallamos muchas personas vascas.
Me afilié a ELA Sindikatua hace 40 años y a EAJ-PNV hace 30 años. Suelo decir que no milito, sino que "civilizo" lo que me dejan en ambas organizaciones. Nunca he sido cargo político (basta mirar mi nombre en el BOPV) y nunca hasta hace un año (ver foto abajo) he sido delegado sindical (lo que me libera diez horas al mes, para acudir como hoy a algún evento, sin aliviar mi trabajo cotidiano).
Como mucha gente, me considero libre al tiempo que comprometido con mi sociedad y mi con-ciudadanía. No me afilié porque comulgue con todo lo que dice mi sindicato o mi partido, sino porque creo que para cambiar nuestro mundo hemos de actuar desde organizaciones que recojan el sentir mayoritario de nuestro entorno. Creo que ELA Sindikatua y EAJ-PNV, en planos diferentes, son la posición central en nuestra realidad socio-política. Por supuesto que en este partido hay muchas personas no sindicadas o en otros sindicatos, y en este sindicato quienes no votan o votan todo tipo de formaciones,...y esta pluralidad otorga fortaleza a ambas organizaciones.
Personalmente, puestos a afinar, abogo más por la políRica (mirad estos enlaces) que por la política, o por el sindicaliRIsmo que por el sindicalismo. Por ello, me siento más cercano a personas afiliadas, a cualquier sindicato o partido, porque comparten su compromiso que a quienes dicen ser apolíticos o asindicales, porque dudo de su compromiso. Quienes nos afiliamos, creo, lo hacemos para hackear las organizaciones de modo que su influencia sea máxima y en el sentido que propugnamos.
Volviendo a esta semana. Esta manifestación por el respeto a las mayorías democráticas no modifica la independencia entre elección política y sindical, aún siendo en este semana pre-electoral. Una parte significativa de este sociedad, ¿del orden del 20%?, compartimos una doble militancia o "simpatizancia" en ELA Sindikatua y EAJ-PNV. Pedimos a ambas cúpulas y a sus máximos responsables, y ya lo hemos solicitado en otras ocasiones, una mejora de las relaciones de respeto y colaboración entre las dos organizaciones mayores y democráticamente elegidas por el mismo electorado.
No entendemos que compartiendo EAJ-PNV una aspiración de autogobierno creciente no busque un marco propio de relaciones laborales, algo tan crítico en todo momento y más en la actualidad. Confiamos que la acreditada capacidad de diálogo político de EAJ-PNV se extienda a capacidad de diálogo social con todos los sindicatos, y especialmente con aquellos que abogan por más y MEJOR empleo, como repite Iñigo Urkullu en sus propuestas.